el hermaniversario parte II

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Hubo un pequeño silencio en el que todos e sintieron un poco incómodos por la escena anterior. Al notar la tención, el redentor decidió intervenir.—¿qué les parece si comemos?todos hicieron una exclamación de asentimiento y se levantaron para ayudar a preparar la comida.—¿Amenadiel? -dijo Sherlock buscando al ángel entre todo el revuelo que se había hecho en la casa—¿sí? -dijo Amenadiel saliendo de la cocina—necesito ayuda. Quizá esto es lo más difícil que e tenido que hacer en toda mi vida -respondió el detectiveAmbos se dirigieron hacia el pequeño jardín trasero y una vez ahí, Sherlock comenzó a decir—la noche que encontramos a Caleb...yo...mientras Helen volaba con migo en la espalda...le pedí que...que se casara conmigo... —pero no pudo responderte porque llegó mi hermano ¿no es cierto? -completó el ángel sonriendo—sí—bueno, y supongo que quieres preguntarle de nuevo ¿verdad?—sí. Si me lo permites, claro—no podría estar más de acuerdo. Holmes sonrió —¿crees que acepte?—estoy seguro. Y supongo que le darás un anillo ¿verdad?—sí, obviamente —muy bien, entonces solo te daré un concejo. Respira profundo y déjate llevar —no estoy seguro de poder. No había amado a nadie como amo a mini Keller—tranquilo tigre ¡tranquilo! -dijo Amenadiel palmeándole la espalda. —todo saldrá bienSherlock sonrió nervioso y ambos entraron a la casa de nuevo.Ambos buscaron con la mirada a Helen y la encontraron sirviendo la comida en la mesa junto con Caleb.Holmes miró a el ángel y este le dio un apretón de mano en señal de apoyo.—su atención por favor ¡Sherlock tiene algo muy importante que decir! -dijo Amenadiel para que todos lo escucharan.—Helen, durante todo este tiempo no ha habido persona más importante que tú en mi vida. Desde que llegaste, te adueñaste de mi corazón y no volví a ser el mismo. Tu me cambiaste y gracias a ti, aprendí a dejar salir mis emociones. Y hoy puedo decirte que te amo como jamás lo había hecho y es por eso que quiero pedirte una cosa -dijo Sherlock mientras caminaba hacia una Helen con lágrimas en los ojos.de un bolsillo, sacó una pequeña cajita y de ella, un hermoso anillo.—¿te casarías conmigo? -dijo el detective colocándole el anillo en el dedoLa chica estaba más feliz de lo que las palabras de este narrador pueden escribir. Se secó las lágrimas, que le caían como cascadas y dijo levantándose—¡sí! ¡claro que sí!todos irrumpieron en aplausos y vítores y Helen y Sherlock se dieron un apasionado beso.Cuando se separaron, todos abrasaron a la pareja. Todos estaban muy contentos por ellos, incluso Caleb, que para sorpresa de la joven, fue el primero en abrasarla y felicitarlos.—¡yo seré el padrino! -exclamó el joven saltando como un niño pequeño—no podría pensar en nadie más, Mon ami -respondió Helen—John, tú serías mi padrino ¿verdad? -preguntó Holmes dirigiéndose a su amigo—¿enserio? ¡sí! -respondió el doctor Watson sonrienteYa en la mesa, todos reían y comentaban lo de la boda.—te felicito, hijo mío. Estoy seguro de que serás un gran esposo para nuestra Helen -dijo dios con orgullo—gracias, señor -dijo Holmes nervioso al notar la mirada de dios sobre él.—yo voy a planear la fiesta -aseguró Lucifer—lo dejo en tus manos, hermanito -rio Helen —pero nada de drogas ¿oíste?—lo que tu digas -respondió Lucifer sonriendo ampliamenteTodos rieron y así, la comida transcurrió entre comentarios y una que otra broma.Cuando todos hubieron recogido la mesa, Sherlock, para sorpresa de todos exclamó mientras se sentaba en medio de Amenadiel y su prometida.—Amenadiel ¿qué te parece si nos terminas de contar la historia de como tú y Helen se conocieron? Está muy feliz de que Helen le haya dicho que sí ¡es el mejor día de su vida!pero a pesar de todo, no debe arruinarle la celebración a Amenadiel. Él lo ayudó a pedirle matrimonio a la que muy pronto será su esposa y quiere devolverle el favor.Sin mencionar que todo eso de las felicitaciones lo está poniendo nervioso.—bueno, ya que insistes... -dijo el ángelFlashback.Es su última clase. Helen guarda su laptop en su mochila. Tiene los ojos rojos e hinchados ya que ha estado llorando.Ese no había sido, precisamente, el día que había esperado. Sus compañeros de clase no se acercaron a ella en todo el día. Y cuando intentaba hablarles, huían de ella. Poco después descubrió que esto se debía a que sus compañeros creían que era rara, simplemente porque cuando camina lleva siempre un palo de metal y escribe en una especie de código que no entienden.No está triste, si no enojada. No puede creer que solo la juzguen por eso y que ni siquiera sepan que lo que usa para caminar es un bastón ¡que les pasa!Bueno, hay personas que lo creen así y no por eso debe ponerse triste. Pero por otro lado, se siente tan confundida y molesta que no puede ni llorar.Y lo peor de todo, es que hoy su maestro de matemáticas le bajó un punto solo por que no le tradujeron su tarea a escritura visual ¡que ridículo!Se coloca su mochila y abre su bastón para bajar las escaleras lo más rápido que puede.Se sienta en una silla a esperar a su madre —miren, esa es la niña rara -susurró una voz de chica
—rara, yo le llamaría fenómeno. ¿ya viste como escribe? ¡ni siquiera sabe escribir en nuestro idioma! -le respondió un chico. Sierra los ojos para evitar que sus lágrimas caigan. Está tan concentrada en controlarse que no se da cuenta que alguien está hablándole—¿Helen? Vine a buscarte. Tu madre me envió ¿todo bien?¡no se lo puede creer! ¡Amenadiel está ahí!—sí, claro -responde ella levantándose.El ángel sabe que la joven no está bien. Tiene que hacer algo.La toma de la mano y ambos caminan fuera de la escuela.Helen, al sentir la mano de el ángel, adquiere cierta seguridad. Sigue pensando que con su sola presencia, le transmite páz. Hasta podría decir que parece caído del cielo.—¿todo bien?—no. Pero no quiero agobiarte con mis problemas -dice la chica con la voz quebrada—no te preocupes. Puedes contarme -responde el ángel.La chica accede y le cuenta a Amenadiel lo que ha pasado.—la sociedad puede ser muy cruel. Pero te diré una cosa. Eres una chica muy lista y estoy seguro que tus compañeros te tienen envidia. No cualquiera toca el piano y canta tan bien como tú -respondió el ángel—¿cómo es que sabes todo eso?No es posible. ¡acaba de cometer un grave error!No va a mentirle, ya no más. Esa chica ya sufrió demasiado y no parece que le gusten las mentiras Pero justo cuando va a responder, una voz se lo impide—hola, fenómenoEsa voz...está muy segura de que ese chico es el que escuchó hace un rato en su escuela.De repente, su miedo es menor que su furia. Sabe que no debe responderle pero no lo puede evitar.—se lo que dijiste hace un rato y quiero que sepas que odio que las personas hablen de mí a mis espaldas -dice la chica acercándose a el joven empuñando su bastón.—¿y qué?—que para tu información ¡el Braille es un sistema de escritura y no un idioma! ¡y no soy un fenómeno! ¡métetelo en la cabeza de una vez!El joven, algo contrariado y molesto, avanza hacia Helen pero Amenadiel se interpone.Pone una de sus manos en el hombro de el chico y evita que siga avanzando.—si vuelves a molestarla, de prometo que te daré una lección que jamás olvidarás -susurró amenazadoramente el ángel al chico.No puede matar humanos pero ese chico lo pone furioso. NO está dispuesto a permitir que molesten a su hermana.El joven se soltó de Amenadiel bruscamente y echó a correr, muy aterrado.—Amenadiel...yo...de verdad...gracias -tartamudeó Helen mientras continuaban su camino.—por nada. Es mi deber protegerte -dijo el ángel—¿qué?—Helen, tengo que decirte algo. La verdad es que yo...soy...un ángelHelen abrió los ojos como platos. ¡no lo puede creer! ¡sus sospechas eran ciertas! ¡Amenadiel si es un ángel!La chica le sonrió—¡no lo puedo creer! Es que...es que... yo...—¿ya lo sabías?—bueno, lo sospechaba. Es que eres muy lindo para ser humano -respondió ella aún con los ojos como platos—¿qué quieres decir? —quiero decir que hay algo en ti que no es humano. Sin mencionar que has hecho mucho más por mí en un día de lo que mi padre a hecho en mis 15 años Amenadiel se sonrojó. ¡y pensar que no le agradaban los humanos!—no es nada, nena —pero...espera...si eres un ángel...tú... ¿vienes a llevarme al cielo?Amenadiel rio y dijo—no, no vengo a llevarte al cielo. Soy tu ángel de la guarda y tu hermano—no es posible...tú... ¿mi hermano?—poco a poco lo entenderás. Estoy aquí para ayudarte. Esa es mi misión.—¿tu misión? Eso quiere decir que... que... dios te envió ¿verdad?—sí, así es.—¡es genial! Estoy tan...tan... ¡feliz! -dijo Helen apretando la mano de su hermano—y tal vez esto te ponga más feliz todavía -respondió él acelerando el pasoLa llevó hasta su casa lo más rápido que pudo. Su madre no estaba.—¿qué pasa? -preguntó ella—voy a mostrarte algoEl ángel desplegó sus alas y la chica al escuchar ese sonido tan peculiar, casi le da un ataque al corazón ¡va a mostrarle su divinidad!—Amenadiel...yo no...entiendo -dijo ella confusa.El ángel sonrió y cargó a Helen.—ahora lo entenderás -dijo en su oído tan dulcemente que Helen no pudo resistirse a sonreír también.Amenadiel emprendió el vuelo con Helen en brazos y ella no pudo evitar abrazarse a él.El mundo parecía muy pequeño desde allí. Debido a su falta de visión, ya no podía ver las casas, pero eso no le importaba ¡estaba volando! ¡y con un ángel!—creo que puedo acostumbrarme a esto -dijo ella sonriente—eso es bueno. la mayoría de los humanos se asustaría —eso es porque ven más que yo—puede ser, pero yo creo que es porque no son tan valientes como ciertas personas -respondió por encima del sonido del viento—gracias-replicó Helen.Cuando aterrizaron, el ángel le preguntó—¿las quieres tocar?—¿tus alas?—sí—lo siento pero ¿quién soy yo para tocarlas?. No podría. Solo soy una simple mortal -respondió la joven tímidamente.Amenadiel se quedó atónito. Nunca había oído a un humano decir tal cosa. ¡si ella supiera!—si eres digna. Eres una jovencita humilde e inocente. Eres especial y es por eso que te mostré mi divinidad, Helen -dijo sabiamente el ángel.La chica sonrió y agradeció con un gesto de la mano.—está bien. Lo haréSe acercó y el ángel tomó su mano para dirigírsela hacia sus alas. Ella las recorió suavemente con sus dedos.Era una sensación indescriptible. ¡sus alas tienen plumas!—son muy hermosas -dijo ella extasiadaY espera a que tengas las tuyas, pensó Amenadiel.—gracias -respondió Y desde ese día, Amenadiel y Helen se volvieron inseparables.Fin del flashback.—y esa es la historia de como Helen y yo nos conocimos -concluyó Amenadiel—¡que lindo! -exclamó Caleb—sí, lo se. Todavía no entiendo por que no nos habías contado la historia antes -dijo Lucifer—supongo que estaban esperando para hoy ¿no es cierto? -afirmó Sherlock—no, la verdad es que no lo habíamos planeado -dijo Helen al tiempo que acariciaba el cabello de su prometido—es que ha veces, las mejores cosas que pasan en la vida no se planean -dijo sabiamente dios.—tienes razón, padre -dijo Helen sonriendo.La chica se giró hacia Amenadiel y le dijo—creo que esta historia es muy linda. Aunque necesito que seas honesto ¿cuál fue tu primera impresión sobre mí?—la verdad es que estaba muy confundido en ese momento. Pero te miré y aunque aún no me agradabas, me dio la impresión de que no eras como las demás adolescentes y tú ¿qué pensabas sobre mí?-respondió el ángel—pues, si te soy sincera, me agradaste desde que me hablaste -respondió Helen dulcementeAmbos sonrieron y la chica le dio unas ligeras palmaditas a Amenadiel—siento interrumpir, pero tengo una buena noticia -dijo Sherlock jadeando de cansancio—pero...tu... ¡donde estabas! -dijo Helen.—gracias a esa hermosa lupa que me diste, fui a la casa de los Stones y ellos aún siguen dentro. Lo que significa, que no tienen ni idea de donde está Helen o Caleb—¿cómo estás tan seguro detective? -preguntó Lucifer—porque ambos están furiosos. Y uno de ellos dijo que no pueden estar aquí porque el departamento está destruido—entonces...—entonces, podemos entrar y salir del departamento sin ningún problema. -completó cancinamente Holmes—alguien puede vigilar a los gemelos malvados con la lupa de Sherlock -sugirió Lucifer—no, nadie toca mi lupa. Yo lo haré-dijo Sherlock empuñando su lupa con autoridad—no deberías arriesgarte tanto, cariño -dijo Helen dulcemente—tranquila preciosa, me voy a asegurar de que solo esté allí unos minutos -dijo Sherlock para tranquilizar a su prometida—además, Tu sabrás cuando él esté en peligro -replicó Amenadiel.—tienes razón. ES lo bueno de ser tu ángel de la guarda -respondió ella con una ligera sonrisa.—oigan... entonces ¿puedo ir a caminar? -preguntó Caleb—sí, claro -respondió el redentor con una sonrisa muy dulce.Caleb agradeció con una reverencia y salió de el departamento, nn o sin antes despedirse de Helen.Poco a poco, la habitación fue vaciándose. Sherlock y el doctor Watson se fueron a mirar como podían arreglar su casa semidestruida, Lucifer y Amenadiel fueron a los ángeles, dios salió a mirar a Laila y Hachico y Helen comenzó a contarle por mensaje a su madre y a Gleri lo de el compromiso con Sherlock.Gleri: ¡es increíble que te lo pidiera! ¿puedo ser tu dama de honor?. 2:25 PM.Helen: ¡lo sé! ¡fue muy romántico! ¡y claro que puedes ser mi dama de honor!. 2:26 PM.Gleri: ¡graciaaaas amiga! ¡felicidades!. 2:26 PM.Helen: gracias a ti por ofrecerte a ser mi dama de honor. 2:27 PM.Gleri: yo encantada amiga. ¿sígues en Londres?. 2:30 PMHelen: si. Es por lo que pasó con Caleb. Pero no te preocupes, vamos a estar bien. 2:31 PMSe levantó y fue por un baso de agua. Estaba muerta de nervios y no solo por la boda, si no porque tenía el presentimiento de que algo muy grande estaba por pasar.Y baya que tenía razón. En ese mismo momento, pero en Chicago—¡maldita sea! ¡hay que encontrarla!—lo se, pero no tienes que gritarAmbos gemelos están sentados discutiendo en la sala de su enorme departamento. El más bajo está en el extremo derecho de un enorme sofá y el más alto en el otro extremo.—¡todo es culpa de ese estúpido! -dijo el más bajo ignorando el comentario de su hermano—¿hablas de Caleb?—de quien más ¡inútil! —esta bien, está bien -dijo el más alto intentando tranquilizar a su hermano.—hay que hacer algo....pero...¡ya se! -dijo el más bajo —es muy probable que Helen se haya llevado a su amiguito Caleb y a ese detective de cuarta fuera del país. Pero hay alguien que puede decirnos donde están—no hablarás de Gleri ¿verdad?—sí, estoy hablando de Gleri, hermanito. Parece que vamos a ir a visitar a esa linda chica el día de hoy -dijo el más bajo con una sonrisa maniática en el rostro.
¡holaaaa!espero que hayan tenido un buen inicio de año.¿qué es pareció el capítulo?les leo en conmentarios.un abrazo.

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