II. Juego de poder

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Déjame investigar las últimas células de tu cuerpo, los últimos rincones de tu alma; que aclare tus misterios, que realice tus milagros —Jaime Sabines.

El chasquido de sus labios, sus jadeos en medio de un beso desesperado y toques igual de eufóricos, era parte de la noche que recién iniciaba. Una celebración de éxito protagonizada por el placer y la lujuria de la que eran parte sus cuerpos.

Sumergidos en la electricidad de la adrenalina y el goce, Jungkook llevó sus manos hasta las caderas de Taehyung, quien se encontraba a horcajadas sobre él, moviéndose de una manera que le hacía enloquecer, tanto que en un arrebato y una sed de verlo desnudo, arrancó su ropa y le permitió a Taehyung quitar la suya hasta que ambos quedaran solo en ropa interior.

Sus manos exploraron deseosos la cintura de su novio, apretando sus nalgas mientras Taehyung buscaba continuar con su tortura de causar fricción en su entrepierna. Como si ya no fuera suficiente estar así de duro con tenerle encima suyo, besándolo con ímpetu y moviéndose de manera peligrosamente provocativa.

—¿Estás muy atrevido hoy? —preguntó al separarse de sus labios.

—Mucho —confesó Jungkook mirándolo a los ojos con una sonrisa que hizo que la propia de Taehyung apareciera en su rostro.

—Tan tierno.

Jungkook chasqueó su lengua y alzó su mentón hasta lograr tomar el labio inferior de Taehyung y darles un ligero mordisco.

—Este no es un momento en el que no quiero ser tierno —expresó besando su cuello—. O tímido —susurró dejando pequeñas marcas bajando hasta su pecho—. O sensible.

—¿Y qué entonces? —cuestionó entre jadeos, echando su cabeza hacia atrás mientras Jungkook besaba su cuello y con sus manos movía sus caderas al ritmo que quería.

—Dependerá de esos almuerzos que aún tienes que pagarme.

—¿Con eso? —preguntó mirándolo a los ojos cuando este dejó su cuello.

—Sí, con eso, lindo.                        

La expresión de Jungkook era tan sexy en ese momento que le costaba creer que se trataba del mismo hombre con el que ha estado desde hace ya un año. No estaba acostumbrado a tener un Jungkook tan demandante y como le encantaba que tomara ese rol cuando fuera necesario, como en ese momento que ardía en llamas a causa de esa mirada bañada en excitación.

Las manos de Jungkook bajaron por sus muslos y les dio un apretón antes de levantarse del sofá, cargándolo hasta la habitación con tal agilidad que le calentaba aún más. Que pudiera cargarlo de esa manera y no quejarse, es algo de lo que puede alardear como uno de los atributos más sensuales de su novio.

—¿Tienes una en específico que quieras ver en mí?

—¿Qué tal todas? —cuestionó acomodándose en la cama, mientras Taehyung se quedaba de pie frente a él, con sus manos en sus hombros—. Muéstrame cada lencería que tengas en ese armario, modela solo para mí y yo elegiré mi favorita para quitártela mientras te hago mío.

Taehyung se alejó de él poco a poco y sacó de su closet la pequeña caja de lencería que hace años no usaba. En cuanto se cambió con la primera pieza a puerta cerrada en el baño, se dio cuenta de que tenía muchas cosas que ni siquiera recordaba haber usado alguna vez.

Salió del baño lentamente, modelando frente a Jungkook de manera juguetona, con sus manos en sus caderas, mirándolo directo a los ojos con cada conjunto que modelaba para él.

—¿No te molesta esa ropa interior? —cuestionó Taehyung moviéndose a su lado tras posar con la cuarta pieza.

—De hecho, si —expresó bajando sus pies de la cama y así mismo el bóxer que cubría su erección.

Taehyung sonrió ante la vista y aprovechó que estaba en la orilla de la cama para darle la espalda y sentarse sobre él aún con su conjunto de encaje blanco, con medias del mismo color que llegaban hasta sus muslos y una bata hecha del mismo material.

—Me pondré la última, y sospecho que será tu favorita —declaró moviéndose de un lado a otro.

Jungkook apenas escuchó las palabras de Taehyung cuando este se movía de esa manera sobre su cuerpo completamente desnudo. Se echó para atrás, apoyando sus manos de la cama y obtuvo una mejor vista.

¿Estaba bailándole?, ¿Taehyung realmente estaba bailándole en lencería de encaje blanca?, ¿o lo estaba imaginando otra vez?

—Si sigues moviéndote así no llegaremos a ver la última prenda porque voy a...

—¿Vas a...? —cuestionó Taehyung con una sonrisa coqueta mientras se alejaba lentamente de él, pero sin dejar de mirarlo a los ojos.

Taehyung estaba más que fascinado con la reacción que estaba teniendo de Jungkook. Era más evidente en su entrepierna y en su rostro enrojecido que estaba muy excitado. Como le gustaba verlo de esa manera a causa suya.

—Siéntate en el sillón —ordenó Taehyung—. Ya me preparé, ¿te molesta que lo haya hecho?

—¿En qué momento? —cuestionó sorprendido—. No me molesta porque realmente estoy ansioso por estar dentro de ti y...

—¡Honey, termina tus frases! —chilló en inglés desde el interior del año.

—No estoy acostumbrado a hablar sucio —admitió moviéndose hasta el sillón verde que se encontraba junto al ventanal cubierto por las cortinas—. Pero si puedo demostrarte todas las cosas que no he podido decirte.

Taehyung no volvió a decir nada. Simplemente se miró al espejo, se acomodó el cabello y salió sonriente a la habitación, encontrando a Jungkook sentado de frente a él, con las piernas estiradas y dejando caer sus brazos sobre el sillón de forma ovalada.

Jungkook lo vio caminar lentamente con un conjunto rojo que se cernía a su cuerpo de una manera casi mortal para él. Llevaba medias rojas con ligas apretadas en sus muslos y un panty rojo transparente que dejaba a la vista su dureza y nada a la imaginación. Paseó su mirada por su abdomen marcado y apreció su cuerpo cubierto por una bata de encaje del mismo color. Definitivamente ese era su favorito.

Su novio se movió de un lado a otro, agitó sus caderas de manera provocativa, subiendo y bajando la bata, jugando con las ligas de sus pantimedias y con la cordura del hombre que no dejaba de suspirar con la atención fija en su cuerpo.

Muy lentamente, Taehyung se quita la bata, dejando a la vista su tez blanca y suave. Su plan mientras caminaba hacia donde se encontraba sentado Jungkook, era pasar sus dedos por toda su piel, pero su novio derribó ese plan en cuanto dio la primera orden de muchas que serían parte de la noche.

—Pon tus manos detrás de tu cabeza —demandó—. Y no tienes derecho a tocarme hasta que yo lo diga.

Al parecer tampoco tenía derecho a cuestionar o llevarle la contraria, porque en el momento que hizo lo que le ordenó, se sentó sobre su regazo y ahogó sus quejas en un beso desesperado, húmedo y muy excitante en el que sus lenguas eran parte de ese juego de placer en el que estaba sumergidos.

—Déjame tocarte —susurró Jungkook entre besos, pero volvió a ser callado con la presión de los labios contrarios, besándolo con más fuerza.

—¿Quieres tocarme? —cuestionó Taehyung ahora moviendo sus caderas de un lado a otro, presionando las mejillas de Jungkook con una mano mientras este lo observaba con el ceño fruncido.

—Si, por favor —se quejó entre pequeños jadeos que dejaba escapar contra la boca entreabierta de Taehyung—. Deja de torturarme.

Con una sonrisa llena de picardía, Taehyung se baja de su regazo y alcanza el lubricante en el cajón de su mesita de noche. Con la mirada puesta en Jungkook, se arrodilla frente a él, lleva sus dedos cubiertos de aquel líquido transparente hasta su entrada y luego envuelve sus manos en el miembro erecto que tiene frente a sus ojos. La manera en la que su novio se estiró más hacia él en cuanto lo envolvió en sus grandes manos, fue la mejor reacción que pudo haber pedido.

—Dime algo sucio.

—¿Por qué? —preguntó mirándolo con las cejas juntas y los labios entreabiertos.

—Es una fantasía que has desbloqueado en mi —dijo con voz ronca, alzando su mirada y sin detener sus movimientos cubriéndolo de más lubricante—. Quiero escucharte hablarme sucio.

Las próximas palabras que salieron de la boca de Jungkook con un tono de voz más profundo, invadido por la lujuria y la excitación de tener a Taehyung arrodillado frente a él con sus manos alrededor de su miembro y esa lencería roja que encendía todo su cuerpo, tomaron por sorpresa al chico que mantuvo su atención en sus manos ocupadas.

Estaba esperando que le dijera algunas cosas, pero nunca esperó que Jungkook fueran tan explícito, directo y tan sucio que le erizó la piel en el instante que escuchó sus palabras que detallaban exactamente todo lo que ha estado pensando e imaginando que le haría en cuanto lo viera con esa ropa interior.

Hacer de ella trozos, marcar cada parte de su cuerpo, robarse cada uno de sus gritos y ser dueño de sus orgasmos. Besar su entrada, darle un oral y no dejar nada de su esencia correrse entre sus piernas porque estaría en su boca y montón de cosas más que siquiera podía recordar.

No fue únicamente lo que dijo que hizo que Taehyung levantara su mirada llena de sorpresa y su piel erizada, sino la manera en la que su voz se tornó más profunda. Fue entonces cuando se encontró con la mirada oscurecida llena de lujuria de Jungkook.

—¿Fue lo suficientemente sucio? —preguntó con una sonrisa ladina que no era propia de él.

—Joder.

Taehyung se puso de pie apresurado, apoyó sus pies en el sofá, a cada lado de las caderas de Jungkook. Sin tener mucho tiempo de reaccionar, el castaño alinea su miembro en su entrada y un gemido sale de sus labios cuando este empieza a bajar, todo lo que Jungkook puede sentir es el calor de sus paredes presionarlo.

—El condón —jadeó Jungkook haciendo ademán de llevar sus manos hasta los muslos de Taehyung que están prácticamente contra su pecho.

—A la mierda eso —demandó sujetando las manos de Jungkook con fuerza y manteniéndola detrás de su cabeza—. Yo soy quien te está premiando, así que déjame tener el control, luego podrás hacerme todo lo que quieras.

Jungkook solo asintió obediente. Su mente estaba perdida en una mar de placer que le invadió en el instante que Taehyung empezó a moverse de arriba a abajo con tal destreza que le era imposible quedarse callado. No apartó su vista de sus ojos que parecían somnolientos a causa del placer de moverse contra su erección que se hundía con cada embestida, más y más.

—Puta madre —gimoteó echando su cabeza hacia atrás, dejando salir sus gemidos en cada penetración que él mismo lideraba.

Escuchar a Taehyung maldecir y sentir como su interior le apretaba, fue la señal que necesitó para tomar sus manos que lo sujetaban y lo mantenían inmóvil. Entre jadeos, llevó sus manos por debajo de las piernas de su novio y se puso de pie de golpe, sujetándolo con fuerza de su trasero.

Gritos de placer, el fuerte chapoteo de sus cuerpos colisionando con ímpetu. Las fuertes y llenas de determinación embestidas de Jungkook llenaron la habitación de un calor ardiente que quemaba su piel.

Taehyung no pudo mantenerse callado en el momento que Jungkook decidió que sería buena idea terminar el trabajo de pie, sujetando todo su peso en sus brazos. Ayudando a impulsarse contra su punto dulce al apretar su trasero y así mantener un buen agarre con sus piernas colgando de aquellos brazos fuertes.

Intentó sujetarse de la nuca del hombre que golpeaba su interior con fiereza. Gritar su nombre, maldecir, morder su labio en medio de aquel desastre desesperado de llegar al clímax, en el que sus labios se tocaban con torpeza, pero con necesidad.

—Sí, no pares voy a... —un gemido fue todo lo que se escuchó—. Voy a correrme.

—Yo también.

—Destrúyeme y lléname de ti —le pidió entre gemidos guturales—. Demuéstrame tu fuerza y hazme...

Taehyung no llegó a terminar la frase cuando sintió todo su cuerpo sacudirse seguido del orgasmo evidenciando en gemidos, el líquido entre su pecho y el de Jungkook y todo su cuerpo temblando. El pelinegro gruñó contra la boca caliente del hombre que aún jadeaba con sus labios entreabiertos, pero sin llegar a besarlo, liberándose en su interior hasta hacer que todo el cuerpo de Taehyung temblara de una manera tan violenta que tuvo que dejarlo caer sobre la cama.

Se quedó pegado a su pecho y aún dentro suyo, jadeando con el rostro escondido en el cuello de Taehyung. Terminó de bajar sus piernas y descansó sus brazos sin dejarse caer por completo sobre el cuerpo de su novio.

—Si cumplí con mi fantasía de cogerte con la lencería puesta —señaló pasando sus dedos por pantimedias que aún tenía puestas.

—Y yo de que me dijeras cosas sucias.

Jungkook le dedicó una sonrisa que fue respondida por Taehyung de la misma manera. Ambos necesitaron un tiempo para recuperar el aliento de aquella batalla sexual. El azabache terminó limpiando sus cuerpos bajo la ducha y acomodando todas las cosas antes de irse a dormir.

—Aún me sorprende como lo hiciste estando de pie —admitió Taehyung abrazando a Jungkook por la espalda.

—¿No pensabas que podía hacerlo? —preguntó en la oscuridad de la noche.

—Oh nunca dudé de tu fuerza, pero sí de que algún día fueras a hacerlo.

—¿Es esa otra fantasía? —cuestionó Jungkook.

—Sí, siempre quise que alguien fuera lo suficientemente fuerte como para levantarme de esa manera y hacerme gritar como lo hiciste tú.

A la mañana siguiente, el apartamento estaba sumergido en el único ruido de la tetera que había terminado de hervir el agua para la infusión que Taehyung se tomaría con el propósito de relajar sus músculos adoloridos.

Jungkook estaba alistándose para ir a trabajar cuando el timbre sonó. Taehyung recibió sonriente a la mujer que lo saludaba con total seriedad, era su vecina de al lado. Tanta formalidad al saludarlo le dejó claro que todo lo que quería en ese momento, era pedirle algo y así fue. Aunque le dio muchas vueltas a lo que realmente quería pedirle, al final logró hacerlo.

—¿Podría hacer menos ruido en las noches? Tengo una niña pequeña con meses de nacida, agradecería que lo tenga en consideración señor Kim —le pidió la mujer, mirándolo ligeramente apenada.

—Sí claro, disculpe los inconvenientes, no volverá a ocurrir —señaló sonriente.

En cuanto se despidió de la mujer, quiso estampar su cabeza de la pared y gritar, él sabía perfectamente que el ruido al que se refería eran sus gemidos de anoche y no pudo estar más avergonzado de saber que su vecina los escuchó a tal punto de presentarle una queja.

—¿Qué pasa? —preguntó Jungkook al ver que su novio parecía estar en medio de una crisis, con las manos en la manija de la puerta.

—La vecina nos pidió ser menos ruidosos porque tiene una niña —dijo aún sin darse la vuelta.

—Pero nosotros no...

Antes de poder terminar la frase Taehyung se dio la vuelta de golpe, mirándolo enarcando una ceja.

—Te recuerdo que anoche tuvimos sexo a lo bestia —señaló.

Taehyung no esperó obtener como respuesta la risa estruendosa de Jungkook mientras se acomodaba la mochila sobre sus hombros.

—Vaya, tuviste tu primera queja por tener sexo "a lo bestia" —expresó Jungkook tomándolo de la cintura.

—Tuvimos —le corrigió—. ¿Y por qué te resulta tan divertido?

—Porque estás muy avergonzado y por cómo le llamaste a nuestro encuentro de anoche —susurró antes de besarlo con dulzura.

Taehyung tenía su cabello un poco desarreglado y sus ojos algo hinchados, así que pensar que este abrió la puerta viéndose así también le resultó gracioso. Al final obtuvo una sonrisa de su parte y se fue a trabajar con esa imagen de Taehyung despidiéndolo sonriente, pero también notablemente cansado.

Desde que viven juntos, Jungkook ha percibido nuevas facetas en Taehyung que lo hacían lucir más tierno, la imagen que tenía de él siempre ha sido de un hombre que va todo el tiempo bien arreglado y lleno de éxito, pero ahora que viven juntos ha podido apreciar que también puede llegar a ser tierno, especialmente cuando usa ropa casual de estar en casa.

A pesar de que ya tienen un año juntos y pocos meses viviendo bajo el mismo techo, siente que en esos meses se han conocido mucho mejor y de manera más profunda.

No estaba de acuerdo con algunas cosas que hacía el otro, pero de eso se trata convivir juntos, no siempre estarán de acuerdo.

A Taehyung no le gustaba como él lavaba la ropa y la organizaba, mientras que a Jungkook no le agradaba que fuera tan extremadamente controlador con toda la organización de la casa, cuando él en muchas ocasiones que se siente muy cansado deja sus abrigos fuera del perchero o sus zapatos fuera del closet, lo que claramente alteraba la organización de Taehyung.

A pesar de sus pequeños ratos de disgustos, siempre sabían cómo arreglar sus diferencias con unos buenos besos. Jungkook amaba escucharlo cantar sus canciones de jazz o cuando lo encontraba bailando en esos días que llegaba antes a casa y él los tenía libre, la imagen de su novio bailando en medio de la sala tan solo con un par de bóxer y medias blancas, usando la aspiradora como micrófono de su pequeño concierto de Amy Winehouse, siempre iba a ser algo bonito que recordar lo que es vivir con él.

Amaba cuando Taehyung cocinaba con su madre los domingos y él comía como nunca en esos días.

Taehyung vio desde el balcón como su novio dejó la casa en su moto. Siempre que se iba lo extrañaba tanto, él entraba más tarde al trabajo y por lo general también era el primero en llegar, aunque había excepciones en los que la agenda de Jungkook no estaba tan cargada, cuando eso sucedía acostumbraba a preparar la cena juntos o a comer fuera.

Se sorprendió cuando Jungkook llegó a casa antes de la media noche. Fue en ese momento que se dio cuenta de que adoraba cenar con él en el salón privado de algún restaurante y poder besarlo en cualquier momento también.

Le encantaba despertar a su lado y saber que su pareja no tenía que levantarse temprano. Como esa mañana en la que lo dejó descansar plácidamente por más tiempo sabiendo que tuvieron una noche alocada y que él necesitaba más ese descanso en la cama.

Un quejido fue lo primero que salió de la boca de Jungkook en cuanto se despertó de su largo sueño. ¿Cuántas horas había dormido? Lo confirmó cuando escuchó la voz de Taehyung siguiendo el coro de una canción, lo que quiere decir que ya era bastante tarde y él estaba adolorido de todos lados.

A duras penas se sentó en la cama y se dijo a sí mismo que nunca era buena idea dejar que Taehyung tomara el control por tanto tiempo, aunque él lo disfrutara en el momento, aún no se acostumbraba a los dolores corporales del día siguiente.

Agradeció que era su día de descanso y que no tendría que hacer nada más que quedarse en casa durante todo el día, a menos que los planes de su pareja fueran distintos.

Al salir de la habitación se encontró con Taehyung lavando la ropa, con una camiseta suya y pantalones deportivos cortos, una bandana mantenía su cabello peinado hacia atrás mientras este bailaba al ritmo de la música de jazz que tenía bajito en él tocadiscos.

—Buenos días, miel —susurró Jungkook con voz ronca mirando como la sala estaba hecha un desastre de tierra y plantas nuevas. El sonido de la lavadora secando y el horno encendido.

—Oh, mi artista favorito ya despertó, ¿cómo estás?, ¿tienes hambre? —preguntó tirado en el piso con guantes en las manos y una pequeña pala para plantas.

—Estoy destrozado —admitió Jungkook—. Y claro que tengo hambre, pero... ¿qué es todo esto?

—Mientras dormías fui al invernadero, compré abonó y más plantas para que haya más aire fresco en casa —admitió emocionado.

—¿Quieres que te ayude en algo?

—Lo siento honey, pero dejaré no tocar mis plantas —expresó con torpeza cuando su atención estaba en el tarro que llenaba de tierra.

Jungkook se rio al acercarse a él para darle un beso. Se veía demasiado tierno con esa ropa holgada, su cabello medio recogido y concentrado en acomodar sus nuevas plantas.

—Se dice: "no te dejaré tocar mis plantas" —dijo antes de depositar un beso en su cabeza.

—Eso fue lo que dije.

—No, no dijiste para nada eso —dijo entre risas mientras caminaba hacia la cocina, en busca de café o algo que terminara de despertarlo.

—No te burles de mi coreano mediocre —se quejó Taehyung.

Jungkook solo sonrió observando que su novio estuvo cocinando. Preparó algo de café y se sirvió en la misma taza que siempre usaba.

—No te sientas presionando si olvidas como se dicen ciertas cosas, puedes hablarme en inglés —le sugirió Jungkook sentándose a su lado en el sofá

—¿En serio? —cuestionó Taehyung dejando reposar su barbilla en las piernas de Jungkook, quien tomaba su café relajado.

—Claro que sí. Sé que te sientes más cómodo hablando en tu idioma natal, me he dado cuenta que te ves más seguro cuando hablas con tu madre.

—Y dime... ¿estás destrozado por el trabajo o por otra cosa? —cuestionó alzando sus cejas.

Jungkook desvió la mirada sintiendo sus mejillas arder ante la intensa mirada intensa de Taehyung.

—Sabes bien porqué.

—Sí, tengo que darme el crédito de tus gritos anoche, creo que la pasaste muy bien.

—Como que tú no.

—Claro que sí lo disfruté, fueron tres veces que me despertaste para que volviéramos a hacerlo —señaló—. Y en dos de ellas tú eras chillón. Tienes unos gemidos hermosos, por cierto.

—Dios Taehyung, no hablemos de esto a esta hora de la mañana —comentó empujando su cabello hacia atrás.

—Son las 11.

—Bueno yo acabo de despertar, me duele el trasero y las piernas. No pienso hacer nada en lo que queda del día.

Taehyung se quedó mirándolo con una sonrisa tonta en el rostro aun con su barbilla apoyada de su rodilla.

—¿Qué? —preguntó Jungkook.

—Es lindo ver como todavía con un año estando juntos te pongas tímido —señaló antes de volver a lo suyo.

En medio de todo el éxito que tenía Blue Notes, las entrevistas se alargaron, las presentaciones eran más de una y el contenido de variedad que estaban empezando a grabar le consumía mucho tiempo.

Taehyung sabía que no debía esperar a que Jungkook hiciera algo por él o que estuviera en casa para poder verlo. Así que todas las veces que él sintió que quería verlo en cuanto saliera del bar o de su oficina, lo llamaba para saber qué tan ocupado estaba y si podía estar en ese momento con él.

Como esa noche que fue a verlo a la agencia y tuvo la dicha de que le diera un tour donde se creaban todas las cosas increíbles que ellos hacían. Terminaron dentro del estudio de Jungkook, donde se supone que él estaba terminando de firmar algunos álbumes, eran cajas llenas de ellos y solo faltaba la firma suya.

—Me gusta tu estudio, ¿sabes que mamá puede ayudarte con la decoración? Te cobraría barato porque eres su yerno —señaló Taehyung dejándose caer en el sofá de cuero negro pegado a la pared junto a la puerta.

—Sé que ella puede, pero prefiero hacerlo yo —expresó pasando más y más álbumes firmados.

—Honey, descansa un momento, ya llevamos una hora desde que llegué —se quejó caminando hasta él.

Jungkook se encontraba de espaldas a él, sentado en su silla giratoria, apoyando en su escritorio mientras una música suave se reproducía en las bocinas conectadas a sus dos computadoras, donde imagina que guarda sus canciones.

—¿Has vuelto a escribir canciones sobre mí? —le preguntó masajeando su sien, luego pasando sus manos por sus hombros y apretándolos.

—Es confidencial, no puedo compartir contigo mielcita —señaló—. Y sé que estás intentando hacer con esas manos traviesas.

Taehyung sonrió dándole la vuelta hasta quedar junto a él, en cuanto firmó un álbum tomó su muñeca y lo detuvo de que tomara el siguiente. Lo empujó levemente hacia atrás.

—Toma un descanso para relajarte, estás muy tenso —señaló.

—Tengo que terminar si queremos salir a cenar antes de que cierren todos los restaurantes.

—Me encargaré de que nos reciban en cualquier lugar, tú déjate llevar y bésame.

—¿Solo besarte? —preguntó Jungkook llevando sus manos a la cintura del hombre que se encontraba de pie entre sus piernas, con sus manos contra su pecho.

—¿Quieres hacer algo más? —cuestionó elevando una ceja, relamiéndose los labios a la espera de que Taehyung terminara por sentarse sobre él y lo besara.

—¿Te atreverías?

—No lo sé —señaló—. Inténtalo a ver qué sucede.

Taehyung le dedicó una sonrisa coqueta antes de colocar una rodilla en el espacio que quedaba en medio de sus piernas, inclinándose para besarlo lentamente, tomándolo de la nuca para profundizar el beso.

En ese momento Jungkook no pensó en qué consecuencias traería que hicieran algo más que besarse en su estudio, mucho menos cuando tenía a Taehyung entre sus piernas, besándolo sin prisa, tan lentamente como si tuviera todo el tiempo del mundo.

Jungkook llevó sus manos hasta la cintura de Taehyung y afianzó su agarre, al mismo tiempo que abría más su boca para iniciar un juego sucio entre sus lenguas. Jadeos por parte del castaño se hicieron notar en el instante que las manos de su guitarrista fueran lo suficientemente curiosas como para terminaron dándoles un apretón a sus nalgas.

El beso se volvió más desesperado, sus manos tocaron más y ambos jadearon contra la boca del otro cuando alguien tocó la puerta llamando el nombre de Jungkook.

—Hyung, ¿ya terminaste? Me voy a casa —escucharon la voz de Cyrus del otro lado de la puerta.

Rápidamente Jungkook le hizo señas a Taehyung para que se quedara en el sofá, cuando estuvo a punto de abrir la puerta, el aleteo de manos de Taehyung le hizo notar que su excitación por un beso era bastante clara en su entrepierna. Taehyung dejó salir una risita, cubriendo su boca con sus manos.

—Ya casi termino —expresó volviéndose a sentar en su silla, dándole la espalda a la puerta luego de pedirle a Taehyung que abriera la puerta por él.

—Hola Cyrus, él se tardará un poco más.

—Si estás aquí es porque lo estás distrayendo —consideró sonriente mientras se adentraba al estudio—. Namjoon dice que dejes todo esto en tu puerta para que la encargada de marketing lo recoja luego.

Jungkook solo se dio la vuelta con una caja sobre su regazo, Taehyung estuvo a punto de reír al saber cuál era la razón, pero para su suerte mantuvo su risa para cuando Cyrus se despidió de ambos.

Taehyung no volvió a proponer otra sesión de besos para evitar que Jungkook muriera de la vergüenza como lo estuvo hace pocos minutos. Esperó a que este terminara su trabajo y después de una hora más tumbado en el sillón de su novio, lo ayudó a sacar las cajas llenas de álbumes ya firmados.

—Oh, Jungkookie, ¿estabas aquí hoy? —escuchó la voz de alguien más en la puerta del estudio cerrada

Taehyung terminó de acomodar los últimos álbumes firmados en la única caja que quedaba por sacar, mientras aún podía escuchar la conversación de Jungkook con quien sospechaba que estaba allí.

—Sí, teníamos que grabar algunas cosas hoy y firmar autógrafos —expresó Jungkook.

—De haberlo sabido te invito al desayuno que tuvimos esta mañana —señaló Ingyu sonriente.

—Será en una próxima ocasión.

—Tengo un rodaje hoy, ¿quieres venir? Prometo que será más divertido que estar frente a la cámara.

Taehyung giró su cabeza casi indignado tras escuchar la propuesta del chico, a pesar de que este no podía verlo, puso sus ojos en blanco. Estaba celoso, no lo iba a negar, le molestaba que él estuviera coqueteándole a su novio de esa manera.

Le pareció extraño que estuviera merodeando por ese pasillo si no era específicamente para buscar a Jungkook. Si no recordaba mal, todo el piso estaba dedicando completamente a la disquera y ese amigo suyo era actor.

Tomó varias respiraciones antes de sujetar la caja con cuidado antes de abrir la puerta, no iba a hacer una escena de celos por más que lo estuviera, él le ha demostrado a Jungkook que es un hombre maduro y debía hacer lo mismo con su amigo que aparentemente quería algo más.

—Oh, hola —saludó Taehyung fingiendo sorpresa—. Soy Taehyung, pareja de Jungkook.

—Hola, soy Ingyu amigo de Jungkook —expresó el chico haciendo una reverencia y dándole la mano en forma de saludo.

—¿Quieres ir a ese rodaje?

La pregunta de Taehyung los tomó a ambos por sorpresa. Jungkook lo miró extrañando ya que los planes de ellos en ese momento era ir a cenar juntos.

—¿Tú quieres ir? —preguntó Jungkook algo incrédulo. No sabía si su novio quería aceptar la invitación o sólo era una prueba.

—Es tu amigo, tú debes decidir.

Si, efectivamente lo estaba poniendo a decidir entre él o su amigo. Lo que hizo que Jungkook sonriera entendiendo perfectamente que solo estaba celoso y era su manera sutil de marcar territorio.

—Lo siento, Ingyu, nosotros ya hicimos planes para esta tarde —señaló Jungkook viendo como su amigo sonreía, entendiendo la sonrisa nerviosa de Jungkook.

—Está bien, no quiero meterte en problemas —señaló haciendo ademán de despedirse con un abrazo de él, pero en cambio hizo una reverencia para ambos antes de irse.

A pesar de que Taehyung le sonreía y mostraba su lado más encantador, para Jungkook no dejaba de ser intimidante y su amigo lo sentía de esa manera también.

En cuanto el chico estuvo lejos de ellos, escuchó el pequeño bufido de Taehyung

—Ese chico tiene algo contigo y no me digas que no, Jeon Jungkook.

El pelinegro solo sonrió al ver lo serio que estaba, pocas veces lo ha visto de esa manera, realmente celoso por un chico, que en realidad no era una amenaza para él, pero que de igual modo la causaba cierta incomodidad.

—De hecho, no iba a decir nada —señaló Jungkook cerrando la puerta del estudio.

—Parece que quiere pasar tiempo contigo a solas —consideró cuando iniciaron su camino hacia la salida.

—Miel, no tienes nada de qué preocuparte. Yo soy completamente tuyo, además, él no es...

—Sí que lo es, ese radar entre nosotros nunca falla —le interrumpió Taehyung.

Jungkook decidió no llevarle la contraria por más que estuviera convencido de que su amigo no fuera gay, sabía que si su novio estaba tan seguro de ello es porque tenía sus razones y bases para responder en caso de que él le dijera lo contrario.

A pesar de los celos de Taehyung, esa noche fue tan maravillosa durante su cena y llegada a casa, que no sabía cómo decirle que se verían poco durante esa semana por dos razones: Taehyung estaría ocupado reuniéndose con nuevos compradores en Busan y él tendría varias presentaciones y entrevistas.

No le gustó ver su rostro triste cuando se lo dijo, su sonrisa forzada y sus palabras "Está bien, estaremos ocupados, solo será esta semana", no le convencieron para nada. Claro que ninguno de los dos quería llegar a casa y encontrarse el apartamento vacío.

Resultaba irónico que ahora que vivían juntos se sentía que estaban más alejados. Dormían juntos cada noche, sí, pero ninguno esperaba que el trabajo de ambos les consumiera tanto tiempo y que sus horarios estarían tan divorciados como para evitar que hablaran más allá que sus llamadas rápidas para saber que el otro estaba tendiendo relativamente un buen día.

Blue Notes estaba teniendo mucho éxito, mucha gente hablaba de ellos. Ninguno se esperó que sus números subieran tan rápido, que de repente tuvieran tantas ventas de su álbum. Jungkook debía estar en casi la mayoría de las reuniones como el líder de la banda y precisamente por ello es que la mayor parte del tiempo debía quedarse hasta la noche después de grabar contenido o de ir a una entrevista.

No se quejaba porque estaba viviendo un sueño. Cada que se presentaban en un nuevo programa con público presente, se recargaba de esa energía desbordante que le hacía sentir tan feliz.

Estaba creando algo hermoso con sus amigos. Aún estaban en esa etapa en la que no procesaban por completo que eran conocidos a la luz pública, que muchas personas se sabían sus canciones y que incluso había un fanchant. Solo eran plenamente conscientes de ello cuando estaban frente a sus fanáticos.

Una mañana de camino a su oficina, Taehyung encendió la radio de su auto para callar sus pensamientos acerca de lo poco que ha conversado con Jungkook desde hace una semana.

Se emocionó cuando la primera canción que escuchó cuando pisó el freno en un semáforo, fue la voz de Jimin en Like Home, lo que hizo que buscara su móvil de inmediato y grabara casi la canción completa.

Bajó la capota del coche y subió el volumen, cantó con euforia el coro de la canción y se le hizo tan irreal estar cantando una canción de su novio en la radio.

Lo primero que hizo inmediatamente llegó a su oficina, fue enviarle un mensaje a su novio, a quien no vio esa mañana. Cuando llegó a casa lo encontró dormido en el sofá, tanto que apenas pudo llevarlo a la cama y terminó rendido a su lado por lo tarde que era, para cuando despertó ya no estaba.

Taehyung
Buenos días, honey.
Primero que todo, no debiste dejarme durmiendo si ibas a salir temprano hoy, ¿qué clase de novio soy si no despido a mi botoncito de oro en las mañanas?
En otras noticias, ¡Blue notes está en la radio!
Acabo de escuchar Like Home y fue magnífico.

Jungkook
Buenos día,  lindo
Primero que todo, anoche ni siquiera sé a qué hora llegaste, estuviste trabajando hasta tarde, así que no sería injusto que yo te despertara solo para que me despidieras.
¿En la radio?, ¿Estás seguro que éramos nosotros?

Taehyung
No entraré en discusión porque sé que me regañaras por las horas que dormí.
Claro que estoy seguro, reconozco la voz de mí novio perfectamente.

Jungkook reprodujo el audio que él envió Taehyung y en cuanto escuchó su propia voz, lo primero que hizo fue mostrárselo a Hyun-jin que estaba a su lado.

Taehyung
¿No son esos Blue Notes?

Jungkook
Si, somos nosotros.
¡Hyung, estamos en la radio!

Jungkook se mantuvo sonriente durante todo el día, estaba ansioso por llegar a casa y decirle a su novio lo feliz que estaba de saber que la gente estaba pidiendo sus canciones.

A pesar de que ya era medianoche cuando estacionó su moto, esperaba encontrarlo sentado en el piso con su ordenador sobre la mesita de muebles, pero se llevó la gran sorpresa de un apartamento completamente vacío y a oscuras.

Luego de encender las luces, miró la hora en el reloj que colgaba de la pared y confirmó que ya eran pasadas las 12 de la medianoche, lo que quería decir que hace al menos una hora que debió llegar a casa. Revisó su chat con él y se dio cuenta de que el último mensaje fue de él hace diez horas.

Se asegura de que no está en la recámara o en el baño antes de llamarlo, empieza a preocuparse cuando entra el buzón de voz.

Inmediatamente salió apresurado y condujo hasta su oficina que por suerte no quedaba muy lejos del bar y confirma que está cerrada y que no se ha quedado hasta tarde allí.

Su última opción es el bar, ya que es lo único que podría estar abierto a las una de la madrugada. Siente que puede respirar cuando encuentra a Taehyung detrás de la barra, notablemente incomodo por la presencia de un hombre trajeado que está borracho.

Tenía entendido que él ya no estaba trabajando en el bar, mucho menos a esa hora de la noche cuando se supone que ya debía estar cerrando, así que le desconcertaba un poco verlo detrás de la barra.  Dentro solo quedan algunos tres clientes que estaban siendo escoltados hacia la salida por el seguridad de la entrada.

—¿Está todo bien? —preguntó Jungkook acercándose a la barra.

—Sí, espérame afuera, honey —le dijo Taehyung forzando una sonrisa—. Ya salgo.

Jungkook lo miró dudoso, pero este le hizo señas de que estaba bien.

—Dame otra margarita, lindura —escuchó que dijo el hombre en cuanto se dio la vuelta a pasos dubitativos. No con la intención de salir del bar sino de esperarlo a pocos pasos.

—Señor, debe salir. Ya vamos a cerrar —expresó Taehyung.

Jungkook se mantuvo expectante, no confiaba en ese hombre, estaba borracho y no parecía tener intenciones de salir del bar. Vio que el guardia estaba en la entrada aun ayudando a salir al último grupo de chicas y chicos que se tambaleaban al salir.

—Honey, por favor, enciende el auto, yo iré a recoger las cosas atrás, ¿sí? —cuestionó Taehyung.

Sin apartar su mirada del hombre sentado en el taburete, Jungkook tomó las llaves del auto y caminó hacia la salida sin poder dejar de mirar al hombre que apenas podía sostenerse en su lugar. Taehyung se estaba quitando el delantal y los demás trabajadores limpiaban las mesas.

Se dijo a si mismo que encendería el auto y lo esperaría pacientemente en la entrada, el guardaespaldas estaba allí y Taehyung ya estaba recogiendo para irse.

—¡Dame otro maldito trago! —gritó al ponerse de pie de manera brusca—. No querrás que arruine esa linda cara.

Apenas puso la llave para encender el coche, el gritó del cliente le alarmó y lo primero que hizo fue seguir los pasos del seguridad que volvió al interior del bar casi de inmediato.

Tras el grito del hombre se escucharon chillidos de los demás trabajadores y fue en ese momento que se dio cuenta de que si tenía mucho de qué preocuparse cuando el hombre se tambaleaba de pie, pero apuntaba a Taehyung con una pistola con firmeza.

—Maldito maricon, dame mi puta bebida —demandó.

—¡Baje el arma! —ordenó el guardia.

Jungkook tenía su mirada puesta en Taehyung que se notaba completamente aterrorizado, sus ojos fijos en la pistola que le apuntaba. Siquiera tuvo tiempo de pensar como el hombre pudo entrar al bar con una pistola, o que tanto poder tenía como para tener una en un país donde no están permitidas.

Taehyung temblaba bajo la mirada amenazante del hombre que no estaba lo suficientemente borracho como para que el arma le temblara en la mano. Se supone que en cuanto terminara sus negociaciones, iría a casa y esperaría a Jungkook, cenarían juntos y quizás hasta verían una película. Pero entonces tuvo que abrir el bar; uno, porque aún no conseguía un gerente y de vez en cuando tenía que pasarse por allí, dos, porque esa noche tuvo que quedarse porque uno de sus empleados no pudo asistir por problemas de salud.

Y allí estaba, exhausto, con los pies deshechos por todas las horas que lleva despierto y de pie. A punto de ser disparado por un cliente borracho que logro entrar con una pistola a su bar.

Estaba asustado, no, estaba aterrorizado de que esa pistola tuviera balas reales y no de fogueo.

La risa del hombre le causó escalofríos, cuidadosamente sacó el móvil de su bolsillo y llamó a la policía. Estaba claro que ese hombre no tenía intenciones de bajar el arma. El hombro ladeó la cabeza y lo miró con los ojos abiertos en cuanto lo escuchó susurrar detrás del escolta.

—Señor, baje el arma y evite que pase a mayores —le pidió el hombre.

La mirada de Jungkook no se apartó en ningún momento de Taehyung, su mirada temblaba suplicante de ayuda. El escolta le hizo ademan a los demás trabajadores para que salieran cuidadosamente del bar que ya se encontraba completamente recogido.

Jungkook dio varios pasos más cerca de Taehyung, esta vez atento a las acciones del hombre armado. Las sirenas de la policía se escucharon y toda la tensión que se manejaba en el ambiente dio paso al pánico en la desesperación de huida del atacante.

Presionó el gatillo. El guardaespaldas tomó su muñeca para evitar que volviera a disparar. Jungkook corrió hacia Taehyung sin importarle que el arma seguía en manos del hombre y podría ser lastimado, todo lo que le importaba en ese momento era el bienestar del hombre que se cubrió con sus brazos pero que igualmente se tambaleó.

—¡Taehyung! —gritó cuando vio su camisa manchada de sangre.

Sus ojos se encontraron con aquellos almendrados, opacos, casados y temerosos. Lo sujetó en sus brazos en cuanto sus piernas se tambalearon y lo cubrió debajo de la barra al notar que la pistola seguía en manos de ese hombre que forcejeaba con el seguridad.

—Miel, joder, joder —expresó desesperado al ver el rostro adolorido de Taehyung y sus quejas.

Alcanzó uno de los paños que Taehyung usaba y presionó la herida en el lado derecho de su abdomen. Sus manos temblorosas hicieron toda la presión posible y tuvo que apretar sus ojos al escuchar los quejidos de Taehyung, quien presionó sus antebrazos.

—T-tengo miedo, honey —expresó con los ojos llorosos—. Tengo mucho miedo.

—Todo estará bien, estarás bien, la policía ya está aquí —le aseguró mirando por encima de la barra como las autoridades intervenían.

—J-jungkook —lo llamó con la voz quebrantada hasta que el pelinegro volvió a mirarlo a los ojos y no solo a sus manos llenas de sangre—. N-no quiero m-morir.

—No vas a morir, no digas eso —expresó apartándole el cabello del rostro con su mano libre—. Hey, mírame, mantente despierto.

—¡Una ambulancia! —gritó desde su lugar—. ¡U-una ambulancia! —tartamudeó nervioso.

Taehyung estaba cerrando sus ojos, la herida en su abdomen no dejaba de sangrar, eso no pintaba nada bueno. Y él no podía permitir que algo malo le pasara a su novio, simplemente, no podía ante la idea de que esa herida fuera más grave de lo que pensara.

Honey, mantente despierto, por favor.

Bueno, bueno. Hasta aqui el capitulo de hoy, espero no que no quieran matarme con este final, ¿no esperaban que seria todo arcoíris verdad?

Este capitulo estuvo un poco caluroso. Taehyung finalmente usó la lencería para Jungkook, ambos cumplieron con sus fantasías y estoy casi segura que ustedes también después de leerlo.

Tuvimos muchos besos, toqueteos y coqueteo en el estudio, ¿ustedes creen que las intenciones de Ingyu sean mas de amigos con Jungkook?

Después de ese final, ¿creen que a Tae le pasará algo grave?, ¿Qué hará Jungkook ahora que tiene tan poco tiempo si le pasa algo a Tae?, ¿Tendra que elegir entre su carrera y su pareja? Los leo.

Adelanto próximo capitulo: Discusiones.

Nos seguimos leyendo pronto.

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