III. Entre tu y el silencio

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Canción del capitulo: Care for you de Mario

Y comprender que tal vez amar, es otra cosa. Es sentirse ligeros y libres, es saber que no pretendes apropiarte del corazón del otro, que no es tuyo, que no te toca por contrato. Debes merecerlo cada día. —Federico Moccia.

El sonido de la ambulancia, el movimiento de su cuerpo, Jungkook pidiéndole que se mantuviera despierto, hasta que todo empezó a volverse más oscuro, y solo escuchaba la voz de los paramédicos cada vez más lejos hasta que no ya no escuchó nada más, ni siquiera sus propios pensamientos.

Jungkook sentía que estaba al borde del colapso, nunca ha estado en una situación parecida de peligro, mucho menos de alguien que ame. Ver a Taehyung siendo atendido por los paramédicos, como intentaban detener el sangrado exuberante. Cada movimiento de los paramédicos estaba empapado de urgencia, y el aire se llenaba con el sonido de sus voces, mezclado con el latido acelerado de su corazón. En ese momento, una ola de desesperación se apoderó de él, mientras observaba cómo luchaban por salvar su vida.

Bajó su mirada hasta sus manos que aún sostenían el paño que usó antes, fue en ese momento que se dio cuenta que todo su cuerpo estaba temblando, con una intensidad que reflejaba la agitación de su mente. El miedo se apoderaba de él, pero se obligó a mantener la compostura, sabiendo que Taehyung necesitaba su fuerza más que nunca.

Apenas podía procesar todo lo que estaba pasando cuando llegaron al hospital, Taehyung estaba inconsciente, sangrando. El estruendo de la sala de emergencias lo envolvía, mezclándose con el zumbido constante de sus pensamientos. Le aterraba pensar que algo podía pasarle, verlo tan vulnerable e indefenso, hacía que su corazón latiera fuerte contra su pecho.

Estaba aturdido por la toda la situación a su alrededor, no sabía que hacer o que decir, simplemente no podía apartar su mirada de Taehyung hasta que se lo llevaron a la sala de cirugías.

Se quedó parada frente a la puerta, completamente desconcertado. ¿Qué se supone que debía hacer ahora?, ¿esperar una mala noticia? Sentía que estaba al borde de las lágrimas, luchando contra la marea de emociones que amenazaba con desbordarse.

Sacó el móvil de su bolsillo y con sus manos temblorosas intentó llamar a Charlotte ella es quien debe saber qué sucedía con su hijo, además, sabría qué hacer cuando él estaba tan asustado y nervioso, perdido entre la bruma de la desesperación.

Ni siquiera soltó el paño de sangre, miró a su alrededor mientras lleva el móvil a su oreja. Estaba completamente solo en aquel pasillo que hasta resultaba aterrador.

Su voz salió temblorosa cuando la madre de Taehyung contestó, pero trató de mantener la compostura y esperó impacientemente en los asientos, con la mirada fija en la puerta de la habitación a donde se llevaron a Taehyung.

La voz de Charlotte lo sacó de su nube de pensamientos oscuros, donde protagonizaban toda clase de posibles comentarios acerca del estado de Taehyung. Al escucharla, se giró lentamente, la preocupación en sus ojos de azules reflejaba la suya propia. Tenía a la mujer frente a él hablándole, pero no escuchaba nada de lo que le decía, hasta que ella tomó sus manos aún sucias de sangre.

Sus miradas se volvieron a encontrar en una especie de intercambio de preocupación y apoyo silencioso que traspasaba las palabras.

—Jungkook, vamos a limpiarte esto, ven.

—Pero... Taehyung —susurró con voz temblorosa.

—Volveremos de inmediato, ¿sí?

La mujer lo tomó de los brazos y lo llevó hasta el pequeño baño de emergencias, tomó el paño que tenía en manos lo enjuagó en el pequeño lavabo y lo arrojó a la basura. La cantidad de sangre que había en sus manos le alarmó, pero se mantuvo tranquila al ver que su yerno no estaba reaccionando a nada.

Tuvo que acercarlo al lavamanos cuando este tenía su mirada fija en el agua correr, arrastrando la sangre de sus manos. La imagen le recordaba la situación de Taehyung, y su corazón se apretó con fuerza contra su pecho. Charlotte comenzó a lavar sus manos con delicadeza, sintiendo la tensión en los hombros de Jungkook.

Charlotte percibió que estaba temblando y sus nervios se hicieron más evidente cuando lo ayudó a deshacerse de la sangre de sus manos. A través del espejo vio el rostro lleno de preocupación, temor y confusión de Jungkook.

—¿Puedes decirme que fue lo que sucedió? —preguntó en cuanto volvieron a la sala de espera.

Jungkook asintió y se aclaró la garganta antes de hablar. Con mucho esfuerzo logró decirle todo lo que sucedió en tan poco tiempo, el nudo en su garganta apenas le dejó terminar la explicación. Las palabras le salieron entrecortadas, cargadas de la angustia y preocupación que aún no abandonaban su cuerpo.

—Es raro que haya tenido acceso a una pistola, ¿hablaste con la policía? —cuestionó Charlotte con preocupación.

—No, vine al hospital... el bar, no sé qué pasó luego —expresó con agitación.

—Tranquilo, averiguaremos después. Esperaremos respuesta del médico —señaló apretando sus hombros—. Todo estará bien, Taehyung es más fuerte de lo que parece.

Fuerza. Resistencia. Es todo lo que necesitaba que Taehyung tuviera en ese momento.

Ver a las enfermeras salir y entrar de la sala no le dejaba nada bueno que pensar. Pasó del nerviosismo a la desesperación cuando no obtenía repuestas, pero salían y entraban de la cirugía, buscaba encontrar alguna expresión que le dijera como estaba Taehyung, pero no había nada más que neutralidad.

Miró la hora de su móvil una y otra vez. Ya había pasado una hora desde que llegaron al hospital. Charlotte estaba igual de nerviosa. Aunque se mantuvo en su lugar, en lo que tenían esperando, recibió varias llamadas y sólo la escuchó hablar en inglés probablemente con su familia en Londres, entonces la escuchó llorar estando al teléfono.

—Es mi único hijo, ¿y si le pasa algo y por eso se tardan mucho? —preguntó en inglés, dándole la espalda. Desde su lugar solo podía ver como sus hombros se sacudían y escucharla solo le hacían sentir peor.

Todo lo que podía pensar es que debió protegerlo mejor, que debió ser el en su lugar. Se culpó mentalmente por no evitar que Taehyung llegara a ser herido de esa manera. ¿Cómo es que permitió que se quedara atendiendo a ese hombre y no hizo nada al respecto?

Volvió a pararse de la silla y entre suspiros, le escribió un mensaje a su mejor amigo. Eran las tres de la mañana y ha retenido sus lágrimas durante las dos horas que tiene allí, por vergüenza a llorar frente a Charlotte, hasta que la mujer se dio la vuelta con el rostro enrojecido y las lágrimas empapadas de lágrimas.

Jungkook
Estoy en el hospital con Taehyung.
Él fue disparado en el bar y tengo mucho miedo Jim.
Su madre estar llorando mucho y siento que en cuanto intente consolarla lloraré también.
Tengo miedo de que no puedan salvarlo.
Me aterra perderlo.

Volvió a guardar el móvil en su bolsillo y se acercó más a la mujer que estaba perdiendo el control en medio del pasillo en el que solo se encontraban ellos.

—Lo siento, Jungkook, estoy aterrada...

Sin decir nada, Jungkook abrió sus brazos y la abrazó por encima de sus hombros. Palmeó su espalda, acarició su cabello rubio y sintió como su cuerpo se sacudió mientras sollozaba en su hombro.

—Él es fuerte —dijo con la voz quebrantada—. Él sobrevivirá a esto —dijo más para convencerse a sí mismo de ello.

Una lagrima caliente se hizo camino desde sus mejillas hasta su barbilla y dejó que las demás escaparan de sus ojos. El móvil en su pantalón no dejaba de vibrar, supuso que se trataba de Jimin, pero no dejó de tranquilizar a Charlotte en búsqueda de tranquilizarse a sí mismo y a ella también.

—También tengo miedo —admitió en un susurro—. Yo... lo amo con mi vida, ¿lo sabe no?

—Claro que lo sé —replicó la mujer en cuanto se apartaron.

Jungkook rápidamente se limpió las lágrimas, sintiéndose tan inútil. Como odiaba ser tan sensible y no poder evitarlo, se supone que debía ser el soporte de la madre de su novio, no lo contrario.

Después de varios mensajes recibidos por su mejor amigo, respondió la llamada que no se esperaba obtener a esa hora de la madrugada y le dijo dónde se encontraba. En poco tiempo apareció en el pasillo algo desaliñado, como si hubiese salido de prisa de su casa.

Esperaron en el mismo lugar, Jungkook ya no podía estar sentado por más tiempo. Jimin intentó mantenerlo tranquilo, pero no fue hasta que el doctor finalmente salió a dar noticias, su expresión no pintaba nada bueno y sus suspiros le hicieron pensar lo peor en cuestión de segundos.

—El señor Kim está estable ahora. Tuvo un shock hipovolémico que fue lo que causó el desmayo y la perdida de mucha sangre, por lo que tuvimos que hacer una transfusión.  —expresó—. Logramos sacar la bala, pero está causó daños en el hígado.

—¿El estará bien? —preguntó Charlotte ansiosa.

—Su condición es estable por el momento, pero es importante monitorearlo de cerca. El pronóstico dependerá de cómo responda su hígado a los tratamientos. No hubo un daño excesivo o hemorragia masiva, tampoco hay lesiones adicionales en otros órganos —declaró.

—¿Cuánto llevara que se recupere? —cuestionó Jungkook igual de preocupado que Charlotte.

—El tiempo de recuperación puede variar, pero generalmente se espera que el paciente se recupere completamente en semanas a meses, todo dependerá de cómo su cuerpo responda el tratamiento —expresó el doctor—. En cuanto a los cuidados, necesitará reposo absoluto y seguir un estricto plan de medicación para prevenir infecciones y facilitar la cicatrización. Por el momento lo trasladaremos a la unidad de cuidados intensivos.

—¿Cuándo podremos verlo? —preguntó Charlotte.

—En cuanto esté listo para recibir visitas, los dejaré entrar. Pero por ahora, es importante que se recupere lo suficiente para tolerar cualquier interacción, los mantendré al tanto de su progreso, ¿bien?

—Gracias doctor —expresó Jungkook haciendo una reverencia.

—Él está bien, sólo debe recuperarse —le dijo esbozando una sonrisa al rostro preocupado de la mujer frente a el—. Buenas noches.

Ahora que sabía que estaba bien, sentía un gran peso liberado de sus hombros, aun así, necesitaba verlo, escucharlo y pedirle perdón por no protegerlo. Debía seguir esperando mientras Taehyung estuviera en cuidados intensivos, Jungkook no dejó de preguntarse cómo podría sentirse su novio estando solo rodeado de enfermeras monitoreando sus signos vitales.

Al ser el único familiar directo presente, Charlotte fue la primera que pudo entrar a verlo en un horario establecido por el médico después de que esperaron al menos media hora después de la cirugía.

—Hablaré con Namjoon, quédate con él hasta que pueda volver a casa —señaló Jimin mientras se despedía de él—. Llámame si necesitas algo.

—¿Tenemos algo que grabar? —cuestionó en medio de un bostezo.

—No te preocupes de eso, nosotros nos ocuparemos —le dijo—. Dile a Taehyung que se mantenga tranquilo, y tú por favor, intenta descansar un poco en cuanto puedas verlo.

—Gracias por venir, Jim —expresó Jungkook al abrazarlo—. Te quiero.

—Y yo a ti.

Fue lo último que dijo antes de desparecer por el pasillo, mientras él se quedaba en la sala de espera, trató descansar un poco los ojos hasta que pudiera ver a Taehyung, pero no logro dormirse. Necesitaba con urgencia estar a su lado y comprobar con sus ojos de que estaba bien.

Taehyung fue trasladado a una sala general cuando estuvo estable y todo parecía ir sin complicaciones, lo que por supuesto le alegró. Cuando estuvo a su lado en la habitación a la que fue movido mientras dormía pacíficamente, su respiración regular indicaba que su cuerpo estaba recuperándose. 

Levantó su mano y con sumo cuidado aparto los mechones de su cabello castaño que caían en su frente y deslizó sus dedos por sus mejillas, dejando escapar un suspiro de alivio, deslizó sus manos hasta poder acomodar las mantas que cubrían su cuerpo débil.

La sala estaba tranquila, solo el sonido de las maquinas que monitoreaban los signos vitales de Taehyung, hasta que el suave desliz de la puerta corrediza de la habitación anunció la llegada de Charlotte.

—¿Cómo estuvo antes? —preguntó Jungkook en cuanto la mujer se detuvo frente a la camilla.

—Estaba muy débil, adolorido y confundido debido a la anestesia de la cirugía —expresó en un tono de voz bajo—. Estaba teniendo malestares en el abdomen y por eso sedado, para controlar el dolor y la ansiedad.

Jungkook asintió con la mirada puesta en Taehyung, no se imaginó el dolor que debió haber sentido como para que terminara sedado.

Se quedó en el sillón marrón frente a la camilla mientras esperaba que Taehyung se recuperara, intentó mantener su mirada en el cuerpo de su novio, en su pecho que subía y bajaba lentamente, pero le estaba costando mantener sus ojos abiertos.

No había dormido nada desde las seis de la mañana, ya no podía mantenerse despierto por más que quisiera esperar. Le dolía ver a Taehyung en ese estado de vulnerabilidad; sus labios estaban ligeramente abiertos y aún a pesar en aquella bata de hospital lucía hermoso. Frágil y hermoso.

Se acomodó de todas las formas posibles para no terminar durmiéndose, pero se rindió cuando Charlotte le dijo que durmiera un poco, confiaba en que ella lo despertaría inmediatamente Taehyung lo hiciera.

Taehyung apenas estaba despertando cuando sintió sus párpados pesados como si estuvieran hechos de plomo, al igual que todo su cuerpo especialmente en su abdomen. Abrió los ojos poco a poco, mirando a su alrededor tratando de buscar el último rostro que guardó en su memoria antes de que todo se oscureciera y que no había visto desde que salió de la cirugía.

Lo encontró frente a su camilla, en un sillón con las piernas estiradas y la cabeza echada hacia atrás, se notaba que estaba cansado, así que entendía que estuviera durmiendo.

Intentó acomodarse en la cama, pero el dolor intenso en su abdomen se lo impidió. Miró por debajo de su bata de hospital y notó el vendaje alrededor de su vientre. Con cada respiración, sentía el tirón del vendaje contra su piel. Cerró los ojos con fuerza, tratando de bloquear el dolor y las imágenes que inundaban su mente. Recordó el sonido ensordecedor del disparo, la sensación de impacto y luego el abrumador dolor que lo había consumido.

Apenas estaba plenamente consciente de lo que pasaba, hace algunas horas solo recordaba tener a su madre a su lado, pero la sensación de su abdomen y el dolor que le atravesó lo mantuvieron tan aturdido que aquello fue como un sueño y apenas estaba despertando.

Una mano cálida se posó suavemente sobre la suya, interrumpiendo sus pensamientos turbulentos. Levantó la mirada para encontrarse con la mirada preocupada de Jungkook.

—Miel, ¿Cómo estás? —cuestionó en un tono de voz suave.

—Darling, ¿te sientes mejor? —preguntó esta vez su madre, quien se sentó de su lado izquierdo de la cama.

—Adolorido, pero bien —expresó con un débil intento de sonrisa que se formó en sus labios.

—Estábamos muy preocupados por ti —expresó su madre tomando su mano con cuidado—. Jungkook apenas me respondía cuando llegué.

—Y lo entiendo, fue horrible mamá —susurró mirándola a los ojos—. De verdad pensé que iba a morir.

—No vuelvas a decir algo como eso —susurró ella—. Bueno, iré por algo de café, ¿quieres un poco Jungkook?

—No, estoy bien, gracias —replicó aun con su voz ronca por apenas haberse despertado en cuanto sintió el suave toque de Charlotte despertarlo mientras Taehyung también lo hacía.

En el instante que la mujer abandonó la habitación, Jungkook volvió su mirada al chico que seguía observándolo con un intento de sonrisa.

—Honey —escuchó la voz ronca de Taehyung—. No haz dormido nada.

—Amor —susurró Jungkook acercándose más a el—. Dios tenía tanto miedo de que te pasara algo.

Se inclinó levemente para recibir el brazo con mucho cuidado de no lastimarlo. Cerró sus ojos al apoyar su barbilla de su hombro e inhalar el aroma que seguía en su piel y que le hacía sentir como en casa. Se sentía aún mejor los latidos de su corazón contra su pecho, una señal de que estaba vivo y no tenía nada que preocuparse.

—Si me llamas así otra vez, no dudaré en besarte.

Jungkook sonrió al apartarse lentamente, miró por encima de sus hombros esperando encontrarse con Charlotte detrás de ellos, pero eran los únicos en esa habitación.

—Amor —susurró Jungkook sonriente, acercándose lentamente a su rostro hasta que no hubo distancia entre sus labios que se movieron en un compás lento y dulce—. Te amo.

—Yo te amo más —respondió Taehyung.

Jungkook se apartó tras escuchar la voz de Charlotte avisando su llegada junto al doctor, levantó su mirada hasta el hombre de bata blanca que se notaba algo sorprendido por la cercanía entre él y Taehyung, supuso que pensó que eran familiares, pero no así de cercanos. Ellos sabían que debían de tener cuidado con las demostraciones de afecto.

Si bien son libres de amar y estar con quienes quieran, debían ser cuidadosos, especialmente en un hospital, donde no sabían con qué clase de personas se podrían encontrar.

Por suerte el doctor no dijo nada, sólo se limitó en revisar el vendaje de Taehyung y preguntarle cómo se sentía. Se tomó el tiempo de explicarle la razón de la cirugía y los cuidados que debía tener mientras estuviera en recuperación.

Incluso tuvo un pequeño sermón cuando Taehyung preguntó que, si podía tener sexo sin hacer muchos esfuerzos, Jungkook se sintió acalorado considerando que el doctor ya debía hacerse una idea con quien pretendía tener ese tipo de contacto físico estando con una herida de bala. Charlotte solo se echó a reír tratando lo más que podía mantener la seriedad.

A Jungkook le sorprendió que Taehyung se haya arriesgado a hacer ese comentario.

Después de que el médico se retiró, el ambiente en la habitación se volvió más relajado. Taehyung observó a sus acompañantes con una sonrisa traviesa, disfrutando del momento de humor. Charlotte se echó a reír, provocando también la risa entre quejidos de su hijo.

—Jungkook, lo siento por ti que tienes que lidiar con el lascivo de mi hijo —comentó entre risas.

—A él le gusta que sea así, ¿cierto honey? —cuestionó Taehyung—. Además, solo preguntaba... por si acaso —comentó fingiendo una expresión de inocencia exagerada.

—No voy a responder a esa pregunta —replicó Jungkook tratando de reprimir la sonrisa que se le iba a escapar.

—Tu sonrisa te delata, cariño —expresó la mujer acomodando las sabanas que cubrían a Taehyung.

Ya había perdido la cuenta de todas las veces que su suegra le había llamado cariño, lo que claramente era cosas de ingleses, porque Taehyung también lo hacía. Cuando no era honey, botoncito de oro, era cariño o darling. Si usaba su nombre era para hacerle entender algo o porque estaba molesto, lo último ha pasado muy poco entre ellos por no decir nunca.

Se perdió en la sonrisa de Taehyung, le gustaba la manera en la que estaba reaccionando a todo aquello. El que estuviera sonriendo y riendo tranquilamente con su madre era una buena señal, hablaba en inglés con ella, a lo que él ya estaba tan acostumbrado que entendía casi todo.

—No hagas esfuerzo para reírte, miel —le pidió Jungkook—. Estas muy risueño para ser alguien que acaba de sobrevivir a un disparo —masculló acomodando las almohadas en su espalda.

—Solo es camuflaje —masculló Taehyung lo suficientemente alto como para que el pudiera escucharlo y su madre también.

Por la expresión de Taehyung supo que realmente no estaba en sus planes que ambos lo escucharan o siquiera que saliera de su boca. Desde la altura en la que se encontraba Jungkook, este lo miró con un semblante entristecido, como si le hubiesen dicho la peor de las noticias y volvió a sentarse lentamente en la silla junto a la cama.

—Darling, tengo que ir a trabajar dentro de poco, vuelvo cuando termine, ¿esta bien? —expresó su madre acercándose a él para luego dejar un beso en su frente—. Jungkook, ¿te quedaras con él, cierto?

—Sí, no se preocupe. Estaré aquí para cuando vuelva.

—Gracias —masculló—. Háblale a tu abuela y dile que estas bien.

Charlotte volvió a besar la frente e Taehyung y decirle que lo ama antes de dejar la habitación, misma que se sumió en un silencio. El castaño con su mirada en sus manos sobre su regazo.

—¿A qué te refieres? —preguntó Jungkook con la mirada gacha

Taehyung sabía perfectamente a que se refería con esa pregunta, pero no quería responderla porque aquello dejaría ver su verdadero sentir. No quería hacer sentir culpable a Jungkook porque lo conocía lo suficiente como para saber que él se sentiría de esa manera de algo que no estaba en sus manos y él no era la diferencia.

No quería verse más débil frente a Jungkook, no quiera que él lo viera como alguien vulnerable y temeroso.

—Olvida que dije eso, ¿sí?

—No, no lo haré —declaró Jungkook levantando su mirada, dándose cuenta del mentón abajado de su novio—. No me gusta que te quedes las cosas, no lo hagas.

—Solo... —su voz apenas fue audible cuando empezó a habar—. ¿Por qué tenemos que hablar de esto ahora? Tú necesitas dormir, no has pegado un ojo desde ayer...

—No vas a huir de esta conversación, dormiré en cuanto me digas cómo te sientes en verdad —susurró Jungkook tomando las manos de Taehyung, acariciando el dorso de estas con sus pulgares—. Perdón por no protegerte, yo debí...

—Tu nada, Jungkook.

Y allí estaba, utilizando su nombre de pila. Pero entonces sus miradas se encontraron y se dio cuenta de que estaba al borde de las lágrimas.

—Entonces háblame.

—Solo, no quiero pensar en lo ocurrido porque... me aterra de que pueda suceder de nuevo o que no pueda volver a hacer algo que amo por miedo a que entre un borracho y que esta vez no sobreviva a un disparo —admitió con la voz quebrantada—. No quiero siquiera imaginar lo que me costará volver al bar o en la reputación que tenga después de este incidente.

—Mielcito, no te puedo asegurar que será fácil volver a hacerlo de vez en cuando, sé que es algo que amas y lo entiendo, pero hay muchas maneras para que puedas hacerlo y enfrentarte a esos pensamientos que no se irán —le aseguró Jungkook—. Yo estaré para ti, si tenemos que pagar un dineral en promoción lo hacemos; si tenemos que reforzar la seguridad o si hay que pagarles más a los músicos, lo haremos juntos. Tu bar seguirá siendo el mejor porque es tuyo, lo que haya pasado será opacado por las cosas buenas que vendrán.

—A veces siento que no te merezco —masculló Taehyung apretando sus manos. Notó como sus lágrimas bajaban por sus mejillas y goteaban de su barbilla.

Jungkook alzó su mano para limpiar esas gotas saladas que empapaban su rostro. Levantó su mentón con una mano e hizo que lo mirara a los ojos.

—Me mereces tanto como tú a mí. Te has ganado cada segundo que te he amado y espero que yo también me haya ganado una pizca de tu querer, ahora ¿qué es esa otra cosa por la que lloras?

Cada tiempo que pasaba junto a Jungkook se convencía de que su nivel de leer entre líneas, de notar las cosas que no están a la vista de los demás debería ser considerado como un don o un superpoder. Todavía le sorprendía que este siempre supiera las cosas que estaban ms allá de lo que el mostraba. Su camuflaje, sus caretas no funcionaban con él y amaba que podía desnudarse el alma frente al hombre de ojos brillantes que limpiaba con sumo cuidado cada lagrimas que descendía por sus mejillas.

—Mi p-papá

Su labio inferior tembló ante la mención de su padre y más lagrimas rodaron por sus mejillas.

—Siento que he manchado el nombre de mi padre. Eso nunca había pasado antes en el bar y de alguna manera siento que esa sangre en el piso de Tazzys ha manchado los recuerdos que tengo de mi padre, de lo feliz que siempre fue detrás de la barra y ahora...

—No, amor, no —declaró Jungkook tomando su rostro en ambas manos—. Nada de eso debería cambiar tus recuerdos o tus sentimientos hacia tu padre. Lo que pasó no estaba dentro de tu control.

—¿Crees que el este decepcionado de mí? —preguntó con sus cejas fruncidas y sorbiéndose la nariz.

—No, por supuesto que no, si yo pude enorgullecer a mi padre, con lo maravilloso que eres tú, estoy seguro de que tu padre estaría más que orgulloso de ti y te lo recordaría como yo en estos momentos. —Taehyung asintió sus labios temblando cada vez más.

—Piénsalo de esta manera, miel —masculló mirándolo directo a sus ojos—. Las manchas puedes borrarse, pero los recuerdos no. Borraremos esa mancha con nuevos recuerdos que siempre estarán. Borraremos esa mancha juntos.

—Te amo tanto, Jeon Jungkook, que tendré que crear una nueva palabra que se acerque a lo que siento por ti.

—Yo también te amo mil millones de infinitos.

En medio de lágrimas saladas y los sollozos de Taehyung, sus labios se unieron en un beso delicado y suave. Para uno era el consuelo, para otro la demostración de que estaría a su lado sin importar las manchas que tuviera su vida.

Esa mañana, la policía llegó a la habitación cuando por suerte ya no estaba llorando, Fue interrogado por las autoridades y fue allí cuando supieron que quien le disparó era un expolicía , razón por la que portaba un arma de fuego.

Se sintió un poco mejor al saber que el hombre estaba detrás de las rejas, pero eso no le quitó el miedo de que pudiera pasar otra vez.

En el instante que los oficiales dejaron su habitación, Jungkook terminó dormido en el sillón de tres plazas frente a su cama, balbuceando entre sueños que descansara también.

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Jungkook despertó cuando el reloj marcaba las doce del mediodía, dormir siete horas en el sofá de un hospital no estaba nada mal, pero tampoco era el lugar más cómodo para recuperar algo del sueño perdido.

Al despertar, esperaba encontrarse con Taehyung igual de dormido, pero este estaba mucha más que despierto mientras hablaba por teléfono, se acercó a él para asegurarse de que no estuviera trabajando, se guardó el sermón cuando supo que solo estaba informándole a sus empleados de su estado y de cómo deberían incrementar la seguridad del bar.

—¿Comiste? —preguntó Jungkook en cuanto esté colgó la llamada.

—Sí, una horrible comida sana —declaró haciendo una mueca—. Mamá debe estar en camino con comida comestible para los dos, ¿tienes hambre?

—Claro que tengo hambre —admitió frunciendo el ceño levemente lo que hizo que Taehyung sonriera.

—Yoongi debe estar llegando, lo llamé antes de que se entere por otros medios y haga un escándalo por todo lo que queda del año —declaró dejando el móvil a su lado—. ¿No quieres ir a casa a ducharte?

—¿Me estás diciendo que apesto?

—Bueno, honey, no te bañas desde ayer ¿a qué hora? —preguntó Taehyung esbozando una sonrisa.

—Wow, que sinceros son entre ustedes, me gusta este nivel de confianza.

Jungkook se voltea para encontrarse con el chico tatuado que se asoma por la puerta. Ambos saludaron con una reverencia. Por primera vez desde que conoce al amigo de su novio, lo notó verdaderamente serio y preocupado, aunque no dejaba de ser tan directo y explícito con las palabras que usaba.

Su manera de hablar la parecía tan peculiar que no dejaba de sorprenderle.

Pudo ir a casa a ducharse después de haber comido almuerzo que Charlotte les llevó. Para cuando volvió al hospital, ya era la hora de vistas y la mesita de noche estaba llena de flores y plantas pequeñas, sus compañeros de banda estaban allí y los amigos de Taehyung también. Él estuvo preocupado de que Yoongi tuviera que irse y que este se quedara solo, pero estaba muy bien acompañado.

El resto de días que estuvo en observación, Jungkook se quedó con el todo el tiempo y solo iba a casa para ducharse y cambiarse de ropa. Aunque Charlotte insistió en quedarse, Jungkook prefirió tomar esos días que le estaba dando la empresa hasta que Taehyung pudiera volver a casa.

Las entrevistas no se detuvieron, sus compañeros continuaron su agenda de promoción, por suerte no tuvieron que presentarse en ningún show, pero sabía que dentro de pocos días tendría que volver a ser un artista.

Taehyung no presentó irregularidades en su herida, sólo algunos fuertes dolores cuando tenía que movilizar su cuerpo, por lo que pudo volver a casa antes de tiempo. Jungkook se aseguró de acomodar las almohadas en el sofá para cuando quisiera sentarse allí y no estar todo el tiempo en la cama.

—¿Estás feliz de volver a casa? —preguntó Charlotte dejando el bolso con las cosas de Taehyung en una de las sillas del pequeño comedor.

—Sí, ya extrañaba este aroma —susurró mientras se acomodaba lentamente en el sillón con ayuda de Jungkook—. ¿No tienes que irte?

—Sí, volveré en la tarde casi noche —susurró—. Come bien y no hagas mucho esfuerzo por favor, llámame si necesitas algo.

Jungkook se despide de ellos y en cuanto abre la puerta se encuentra a su madre entrando por el pasillo junto a su hermana y su pequeña sobrina. Fue abrazado por la energía de su familia y sonrió al ver a Minha balbucear en cuanto lo vio.

—¿A dónde vas? —preguntó su hermana después saludarlo con un abrazo—. Vinimos a ver a Taehyung y a pasarnos el sábado dándole mucho amor familiar.

—No creo que se queje de eso —señaló Jungkook abrazando a su madre—. Tengo que ir a la disquera ahora, luego a grabar algunas cosas, es posible que vuelva a las siete.

Jungkook tomó a la pequeña en sus brazos y la llenó de besos mientras volvía a entrar al apartamento, Charlotte sale de la cocina con una expresión confusa, hasta que ve entrar a dos mujeres detrás del chico que ahora sostiene a una bebé risueña en sus brazos.

Mientras tomaba la manita de Minha, Jungkook las presenta y se acerca a Taehyung sonriente señalando con su barbilla a la pequeña que no deja de mover sus bracitos con notable emoción.

—Mira quien vino a verte —expresó sentándose a su lado, dejando a Minha sentada en las piernas de Taehyung, quien le sonrió de oreja a oreja.

—Minha, ¿vas a cuidarme hoy? —le preguntó a la niña mientras acomodaba su cabello—. Tío Tae está feliz de verte, princesa hermosa.

Jungkook volvió a cargarla en sus brazos para evitar que esta le lastimara la herida.

—He escuchado maravilla de esta pequeña —admitió Charlotte en cuanto Jungkook volvió a su lado. La mujer la cargó y le sonrió, aunque la bebé en un principio se mostró extrañada por el nuevo rostro, terminó sonriéndole cuando la mujer hizo lo mismo.

Volvió a despedirse de Taehyung con un beso y lo dejó con su madre haciéndole todo tipo de preguntas, dándole consejos de cuidado, Eun-joo por otro lado con cometarios sexuales que Taehyung entendía perfectamente. Lástima que no iba a poder estar presente para evitar que su familia hiciera el ridículo frente a su suegra que tenía una cultura completamente distinta, pero confiaba que se sentiría cómoda considerando que su hermana y ella podrían tener muchas cosas en común.

La banda recibió su agenda da la semana hace días, pero él no recordaba que tenían tantas cosas por hacer ese fin de amebas hasta que llegó al edificio. Tuvieron clases de canto y baile, ensayaron dos canciones que nunca han cantado en vivo y que lo harán en un programa de variedades al que fueron invitados y que será pregrabado.

—¿Vieron que nuestros fans están haciendo tendencia de Fly High con un baile? —cuestionó Cyrus mientras iban en el auto de la agencia—. Deberíamos motivarnos a hacer hacerlo, así como lo hacen los demás idols.

Jungkook estudiaba su agenda en silencio, no recordaba que tendría tantas cosas que hacer ese día y le preocupaba no poder llegar temprano a casa como tenía previsto.

—Hay un pequeño detalle que estás dejando fuera —señaló Hyun-jin acomodando su cabello ahora negro—. No somos idols, no sabemos bailar.

—Pero no sé ve que sea complicado —admitió reproduciendo uno de los tantos vídeos que ya ha visto desde que subieron al auto.

—Entonces hablemos con el coreógrafo para que nos enseñe, él deba saberlo —expresó Jimin observando que Jungkook no estaba participando en la conversación.

—El hashtag #WeWantBlueNotes es tendencia precisamente porque nos quieren ver haciendo el baile —comentó Cyrus rodando por las redes sociales y leyendo algunos comentarios en voz alta—. También, todos quieren ver a Jungkook sin camisa —expresó Cyrus riendo.

—Eso no va a pasar —fue lo único que dijo Jungkook en todo el viaje hasta el programa.

Aunque llegó temprano ese día, el resto de las semanas siguientes no fue fácil para el salir de casa temprano mientras Taehyung aún dormía y llegar en la noche cuando ya estaba listo para irse a dormir.

Apenas podía cuidarlo correctamente en esos días que tenía la mañana libre, no le gustaba dejarlo solo hasta que su madre o alguno de sus amigos llegara a cuidarlo. Durante ese poco tiempo que podía quedarse a su lado, prepararle comida y ayudarlo a cambiar el vendaje, las cosas entre ellos se mantuvieron algo silenciosas, incluso si miraban una película para distraerse.

Jungkook se aseguraba de decirle y demostrarle que lo ama cada momento que podía hacerlo. Le daba masaje en los pies mientras este trabajaba en su laptop, le lavaba el cabello en la ducha ya que aún no podía levantar mucho sus brazos sin que le doliera.

No podía concentrarse del todo en el trabajo, en las últimas promociones de su álbum, apenas comentó algo y dejó que sus compañeros respondieran gran parte de las preguntas. Estaba distraído por tener que dejar a Taehyung solo por tanto tiempo, por su cabeza pasó la idea de tomar un descanso hasta que su novio se recuperara por completo, incluso lo habló con Namjoon, pero no pudo hacer nada más que aceptar el hecho de que tenía un gran compromiso que cumplir.

—Lo siento Jungkook, quisiera poder ayudarte, pero estamos finalizando las promociones —señaló—. Empezaremos a preparar un álbum y lanzaremos un programa de variedades para mantener a los fanáticos conectados con ustedes.

—De verdad no hay otra manera.

—Quisiera que la hubiera, pero es importante para la agencia, están invirtiendo mucho dinero en ustedes, así que tienen que sacar ganancias de algún lado —señaló—. Sé que están muy cargados y que especialmente a ti se te dificulta por tu relación con Taehyung y el estado en él está, pero hay un contrato que debes cumplir.

Cada día que pasaba era peor al anterior, más cargado de trabajo, más agotador. En su agenda diaria tenía un tiempo que era dedicado a la escritura de un segundo álbum, pero su mente no parecía estar en su mejor momento como para escribir canciones, todos sus sentimientos lo llevaban a escribir cosas no muy felices y se supone que su segundo álbum sería mucho más energético y pegajoso que el primero, lo cual en ese momento era un reto para él.

Sentía que estaba dejando a Taehyung solo en su recuperación de algo que fue traumático para ambos, pero más para él. No estaba allí para él cuando lo necesitaba, se sentía con las manos atadas tras no poder hacer nada más que despedirlo en las mañanas con un beso y un: "llámame si necesitas algo" y un "te amo", para volver en la noche y susurrarle un "te extrañé".

Se convirtió en el novio que todos los días pide perdón por no estar el tiempo suficiente a su lado y llegar tarde a casa.

A pesar de sus esfuerzos por concentrarse, el peso de la ausencia de Taehyung lo seguía. Lo peor es que sabía que él no se sentía bien a pesar de que intentara mostrarse sonriente cuando llegaba a casa, sabía que en ese momento usaba su sonrisa como camuflaje de lo que verdaderamente sentía.

La tensión entre ellos estalla cuando Taehyung le envía mensajes a Jungkook y apenas recibe respuesta. Quiere ser lo más comprensible posible con el trabajo de su pareja, pero tenerlo tan ausente en casa cuando él no tiene con qué ocupar su mente, se le dificulta, y más aún entender la carga de responsabilidad que enfrenta Jungkook.

No quería discutir al respecto, pero su miedo constante al estar solo no le ayudaba en nada que encima de eso Jungkook no le respondiera sus mensajes o llamadas, se preguntaba que podría tenerlo tan ocupado para siquiera decirle que estaba bien o saber que él lo estaba.

Jungkook, frustrado, trata de explicarle que está trabajando y que apenas tiene tiempo para respirar entre las entrevistas, el programa que están grabando y la producción del nuevo álbum. Sin embargo, Taehyung insiste, pidiéndole que al menos le envíe un emoji cuando esté en el auto para saber que está bien, que eso no le tomaría tanto tiempo y aliviaría su constante ansiedad.

—Taehyung, me estás hablando como si yo no quisiera saber cómo estás tú —expresó Jungkook intentando suavizar el tono de la conversación en el que ambos empezaron a levantar sus voces más de lo necesario.

—No es lo que digo —respondió Taehyung con un deje de frustración en su voz.

—Es lo que parece.

Jungkook suspiró, sintiendo la distancia entre ellos aumentar. Eran las siete de la mañana cuando Taehyung decidió reclamarle, ya que no habló con él la noche anterior porque se quedó dormido mucho antes de que se le uniera a la cama. 

—Está bien, Jungkook, si no puedes responder aunque sea un mensaje es porque estás muy ocupado. No voy a discutir por eso. —Taehyung cedió, tratando de evitar que aquella discusión pasara a mayores.

—¿Me estás dando la razón solo para no seguir hablando de ello? — cuestionó Jungkook levantando sus cejas, notando la resignación en la voz de Taehyung.

—Sí, es lo que hago —admitió sintiéndose agotado.

Su repuesta le sorprendió un poco, no iba a negarlo.  Pero era bastante temprano, Taehyung solo se despertó porque tenía algunas llamadas que hacer y en cuanto vio que Jungkook estaba recogiendo sus cosas para irse, en completo silencio caminando de la cocina al comedor.

No le gustaba ese silencio entre ellos o las pocas palabras, era claro que necesitaban hablar, pero nunca había tiempo suficiente para hacerlo y eso le estaba afectando a ambos. Jungkook porque se sentía horrible por dejarlo solo casi todas las mañanas y Taehyung porque sabía que su novio estaba pensando un montón de cosas como él también lo estaba haciendo, pero ninguno hablaba por dos razones:

1. Cuando ambos llegaban a estar juntos, o Jungkook tenía que irse o estaba recién llegando a casa.

2. Ninguno quería hacer del poco momento que comparten juntos algo amargo, lleno de quejas, porque de todos modos, para cuando Jungkook llegaba Taehyung ya estaba muy cansado y cuando tenía irse no se atrevía a darle como inicio de día una reclamación.

Ese día no lo soportó más. No soportó la idea de que Jungkook no pudiera siquiera responder un mensaje suyo, tenía que exteriorizarlo y hacerle saber que no le gustó para nada. Sabía que, si no lo hacía, el problema a futuro sería más grande.

Se supone que ellos tenían buena comunicación y no parece que la estaban teniendo con cada día que pasaba y ambos se guardaban para sí mismo sus sentimientos.

—Bien, entonces no hablaremos más —señaló, Jungkook reconociendo que estaban cansados y que continuar discutiendo no los llevaría a ninguna parte.

Un pesado silencio llenó la habitación hasta que Jungkook lo rompió.

—Tengo que irme. Dejé tus pastillas en la encimera con sus horarios, si pasa algo y no puedo contestar, llama a Namjoon —le dijo apresurándose para recoger sus cosas y preparándose para salir. —Es probable que llegue más tarde de lo habitual hoy, no me esperes despierto, tienes que descansar —añadió mientras se acercaba a Taehyung y le dejaba un beso en la frente como despedida.

Taehyung asintió con una sonrisa cansada, viendo cómo su pareja se apresuraba hacia la puerta. Se quedó allí, sentando en el sofá de la sala, sintiendo el peso de la tensión en el aire mientras el eco de la puerta cerrándose resonaba en su mente. Se pasó una mano por el cabello, dejando escapar un suspiro frustrado.

Sabía que su irritación era injusta, que Jungkook solo estaba tratando de cuidarlo, pero la desesperación de saber algo y la frustración de estar todo el tiempo en casa lo abrumaba.

Su mandíbula apretada le dejaba claro que estaba molesto, se puso de pie casi de manera apresurada, pero en cuanto volvió a abrir la puerta, la silueta de Jungkook ya no estaba; volvió adentro y caminó tan rápido como pudo hasta el balcón, desde donde vio la motocicleta alejarse, algo que se volvió bastante común en sus mañanas, sólo que por primera vez tuvieron una discusión provocada por el.

Caminó lentamente hacia la encimera, donde encontró las pastillas junto con una nota escrita por Jungkook. La letra era suave y reconfortante, pero no pudo evitar sentir un nudo en el estómago al leerla. Se sentía atrapado en su propia piel, limitado por la herida que lo mantenía encerrado.

No poder salir mucho de casa le estaba afectando, apenas y salía a caminar un poco con su madre a algún parque que estuviera cerca después de visitar el hospital para sus chequeos de rutina.

Visitó su oficina cuando tenía que firmar algunos papeles, pero fuera de eso, estar en casa la mayor parte del tiempo le resultaba agotador, especialmente porque no podía hacer más que comer lo que Jungkook, su madre o su suegra preparaban para él.

Si hacía el más mínimo esfuerzo de levantar sus brazos podría hacer que la herida se abriera y eso implicaría que empeorara y tendría que quedarse más tiempo encerrado.

Nunca ha sido alguien de quedarse en casa, jamás imaginó que podría tener tantos pensamientos absurdos en el silencio de su hogar, extrañando a su novio cada segundo que pasaba.

Ver televisión, escuchar música, trabajar a medias, tener reuniones virtuales, nada de eso podría ocuparlo lo suficiente como evitar sobrepensar las cosas o molestarse con Jungkook por cosas que quizás estaban fuera de su control.

No estaba lo suficientemente ocupado como para dejar de tener pesadillas cada que intentaba cerrar sus ojos aun cuando estaba acompañado. No estaba lo suficientemente ocupado como para evitar pensar que solo estaba siendo una carga para Jungkook ahora que él estaba en uno de los mejores momentos de su carrera que apenas iniciaba.

Después de casi todo un día de lucha interna, cuando el sol ya empieza a ponerse, la visita de Hoseok se siente como un alivio a su aturdido corazón.

La compañía de su amigo distrajo su mente de pensamientos intrusivos, y le permitió sumergirse en conversaciones animadas y risas contagiosas. Hasta que empieza a oscurecer y su anhelo de ver a Jungkook entrar por la puerta del hogar que comparten lo mantiene expectante de escuchar su voz diciendo: "He llegado a casa", sin embargo, aquella preocupación en su rostro es notado por sus amigos.

Sin poder contenerse más, desahoga sus preocupaciones y miedos. Habla sobre cómo se siente atrapado en casa, como toda la situación de estar solo le traía recuerdos de todas las veces que estuvo tan solitario en una casa grande, únicamente el, el silencio y el eco de sus sollozos a media noche.

Se siente impotente al no poder hacer lo que desea y luchar contra el miedo que lo persigue desde aquella noche fatídica.

—¿A qué hora llega Jungkook? —preguntó Hoseok tras notar la inquietud de Taehyung.

—No tengo idea —respondió con la mirada fija en la puerta—. Él no tiene hora de llegada definida, un día puede llegar antes que yo y otros después que cierre el bar.

—¿A las dos de la mañana?

—Si.

—¿Y tú cómo estás con eso? —cuestionó Hoseok percibiendo la tensión en el ambiente.

—¿Tu qué crees? —replicó con amargura, desviando su mirada al balcón donde se encontraban sus plantas.

—Por lo que veo, estás molesto. ¿pelearon?

—Algo así. Pero, sé que ha sido mi culpa y quizás fui un poco duro con él, probablemente no quiera volver a casa hoy y acepte salir con ese amigo suyo, Ingyu —admitió con un tono de indignación.

—Bueno, bueno, creo que las pastillas están haciendo efecto —expresó Hoseok—. ¿De dónde sacas eso? ¿Estas celoso de un amigo de él?

—Si lo estoy —confesó.

—Yo no creo que Jungkook haga algo que pueda llegar a hacerte daño. Yo creo que estás sobrepensando muchas cosas.

—¿Cuánto tiempo tiene como artista? ¿tres meses? —se preguntó a sí mismo—. Ni siquiera han iniciado los conciertos y yo ya estoy comportándome como un idiota desconsiderado con él.

—No eres un idiota, simplemente tienes miedo y estás celoso —señaló—. Habla con él. Conoces la importancia de hablar de tus sentimientos, especialmente con la persona que convives a diario, aunque sea poco.

Taehyung asiente y poco después su amigo lo acompañó por una hora más hasta que tuvo que irse a casa.

Se siente reconfortado por el amor y el apoyo de su amigo, aunque sabe que la lucha contra sus propios demonios internos será una batalla continua.

Después de unos momentos de lucha interna, Taehyung decidió seguir el consejo de Jungkook y descansar, al menos intentarlo mientras esperaba. Se envolvió en las mantas que acomodó en el sofá de la sala de estar y con un suspiro encendió la televisión, se llevó una sorpresa cuando entre los canales se encontró con una de las tantas presentaciones de Blue Notes, donde hubo una entrevista luego.

Sonrió al ver los ojos de Jungkook brillar con emoción con cada pregunta que le hacían del álbum.

—Thv's song, ¿es para alguien especial?

Taehyung se acomodó en el sofá, observando la pantalla con interés. La sonrisa de Jungkook, tan genuina como siempre, lo hizo sentir cálido por dentro. La pregunta sobre "Thv's Song" lo tomó por sorpresa, pero esperaba la respuesta de Jungkook con atención.

Jungkook rió suavemente antes de responder, su mirada brillando con sinceridad.

—Sí, "Thv's Song" es para alguien muy especial en mi vida. Es una forma de expresar todo lo que siento por esa persona, un tributo a nuestra conexión y todo lo que hemos compartido juntos. Es una canción que lleva mi corazón.

Después de escuchar la respuesta de Jungkook, sintió una mezcla de emociones, por la ternura y el amor que se podía notar en los ojos de Jungkook. Una sensación de gratitud y calidez le envolvió mientras miraba en la pantalla la sinceridad de su novio.

Volvió su mirada a la puerta esperando ver aquellos ojos brillantes llenos de amor, pero no sucedió nada, ni siquiera un solo movimiento, sólo el tic-tac del reloj que ya marcaban las dos de la madrugada.

A medida que el cansancio finalmente lo envolvía, se aferró a la esperanza de que todo estaría bien y que pronto estaría de vuelta en un buen momento junto a la persona que amaba.

Con ese pensamiento reconfortante en mente, fue a abrir su chat con Jungkook para encontrarse con nada más que tres mensajes enviados sin leer, lo que hizo que se volviera a preguntar, ¿qué tan ocupado debía estar como para no poder responder?, ¿debería llamar a Namjoon como le pidió que hiciera?

Quería entender cómo era la vida de un artista que emergía, quería entender que tan cargada debía ser la agenda de Jungkook, ¿y si solo era una excusa para no responder?

"No, Jungkook no es así", se repitió a sí mismo mientras apagaba la televisión y solo dejaba encendida la lámpara junto al sofá.

La sensación de inutilidad lo invadió, haciéndolo sentir como si estuviera perdiendo el control de su propia vida. Quería gritar, quería golpear algo, pero sabía que eso no resolvería nada.

Esperar, sólo quedaba esperar. Se durmió en el sofá, y despertó por la misma pesadilla de siempre, él siendo disparado en su propio bar, salpicando la ropa de Jungkook de sangre.

Dieron las tres de la madrugada, era muy tarde como para que Jungkook estuviera trabajando aún. Tomó su móvil con la intención de llamarlo, pero en ese momento la puerta fue abierta con sigilo.

Taehyung giró la cabeza para ver a Jungkook entrar a la sala, dejando sus zapatos en la entrada junto a un suspiro de total cansancio, en cuanto levanta la mirada se sorprende al verlo despierto, confirma la hora en su reloj inteligente y se acerca a él con cuidado.

—¿Te desperté?

—No, ya estaba despierto —susurró tratando de sonar calmado.

El azabache se inclinó para saldarlo con un beso corto, fue en ese momento que el olor a alcohol que quiso ignorar en un principio se hizo más fuerte.

—¿Estuviste tomando? —preguntó con una pizca de decepción en su mirada.

—Un poco, hubo una celebración hoy con todo el equipo por el éxito del álbum —admitió

Taehyung solo asiente y se pone de pie. No iba a iniciar una discusión otra vez, lo mejor es que lo hablara en la mañana, cuando Jungkook no esté tomando y el invadido por esa sensación de enojo. Se estuvo preocupando, esperando un mensaje suyo, sin embargo, estaba en una celebración de equipo, que fácilmente podría entender, pero en ese momento su mente estaba renuente a hacerlo. Así que prefirió hacer silencio e irse a la cama.

—No necesito tu ayuda, puedo llegar solo a la cama —declaró en un tono de voz firme pero tranquilo en cuanto Jungkook fue a ayudarlo a pararse del sofá, quien notó la firmeza en la voz de Taehyung y asintió comprendiendo su deseo de independencia.

—¿Tae que es lo que sucede? Si hice algo mal que te haya molestado por favor dímelo —suplicó preocupado por la actitud de su novio.

—Ese amigo tuyo, Ingyu, ¿estuvo en esa celebración?

Odiaba ese sentimiento en su pecho. Celos, nunca fue tan celoso y nunca pensó que lo sería a tal punto de parecer insoportable.

Odiaba los celos y odiaba sentirse celoso.

—Sí, ¿por qué? Dios, no me digas que estás pensando que estuve bebiendo solo con él. Solo es mi amigo, estás paranoico —señaló tratando de disipar cualquier malentendido. Pero Taehyung se acostó en silencio en la cama.

—Si...

—De verdad que logro entender por qué estás tan celoso de él si ni siquiera somos tan cercanos —señaló Jungkook—. Y si tendría otras intenciones conmigo ya le habría puesto distancia porque no me interesa en lo absoluto.

—No he dicho nada, no tienes que molestarte —masculló Taehyung, su tono de voz apenas audible.

—Pues si me molesta que me cuestiones como si yo fuera alguna vez a... serte infiel como ese tipo...

—No sigas, por favor —suplicó dejando de acomodar las almohadas antes de dormir.

Volteó a ver a Jungkook que seguía de pie junto a la puerta del baño. Su voz tembló ligeramente al momento de pedirle que no continuara, y un nudo empezó a formarme en su garganta. Se sentía un torbellino de emociones; la inseguridad lo invadía.

Después de que Taehyung le pidió aquello, con sus ojos brillosos y algo sorprendido. Solo fue capaz de bajar la mirada y entrar al cuarto de baño donde se odió a sí mismo por haber sacado a relucir algo que causaba le dolor a la persona que ama. Se prometió a sí mismo hacer todo lo posible para curar las heridas que el pasado había dejado en Taehyung, sin embargo, allí estaba, siendo duro con él.

Bajó la ducha dejó salir algunos suspiros. Estaba cansado, su día fue tan agotador que quiso culpar el cansancio por su elección de palabras tan pocos acertadas. Taehyung seguía recuperándose de su herida de bala, estaba la mayor parte del tiempo en casa y que él llegará tarde, también discutiéndole no le ayudaría en nada a mejorar o que aquel evento traumático fuera más llevadero para él.

Jungkook se acercó a la cama y se acostó a su lado en silencio. Taehyung seguía despierto, esa era su oportunidad para poder entenderlo mejor, para disculparse y evitar que se fueran a dormir peleados.

—Amor, lo siento —masculló después de un largo silencio en el que solo acariciaba el dorso de la mano de Taehyung—. No quería recordarte eso, fue muy desconsiderado y bajo.

—Te empuje a mencionarlo por todas estas escenas de celos insignificante —murmuró girando la cabeza contraria a él.

Pronto sintió los dedos de Jungkook tomar su mentón con delicadeza hasta encontrar su mirada.

—Mielcito, dime que pasa, ¿no confías en mí? —preguntó con la mirada en sus ojos.

—Yo solo... no lo sé —expresó con la mirada gacha.

—¿No sabes si no confías en mí? —cuestionó algo incrédulo.

—No. No sé qué me pasa, estoy comportándome como un idiota contigo y solo...

Jungkook escuchó como este empezaba a sollozar. Encendió la lámpara de su lado de la cama y se acomodó en su lugar. Vio las lágrimas de Taehyung rodaban por sus mejillas, sus cejas estaban fruncidas, lo que fue una señal de que ese llanto era un cúmulo de sentimientos que ha estado reprimiendo.

Taehyung no era mucho de llorar en realidad. Él siempre se mostraba fuerte así que verlo llorar casi de manera desesperada, como si tratara de entender la naturaleza de sus sollozos que hicieron sacudir sus hombros, era algo desconcertante.

Con un nudo en la garganta quemándole, Jungkook lo tomó ligeramente de sus hombros y lo abrazó con cuidado de no lastimarlo. Se sintió tan frágil entre sus brazos mientras sollozaba escondiendo su rostro en su cuello y aferrándose a él con determinación.

Jungkook lo sostuvo por más tiempo hasta que logró tranquilizarse, con su pulgar limpió sus mejillas empapadas, percibiendo a través de su mirad cristalizada la desesperación de entender sus sentimientos, algo con lo que él ya ha lidiando antes, por lo que se sintió menos perdido al saber que hacer para que Taehyung se disintiera mejor.

—Hey, está bien —masculló—. Solo dime cómo te sientes, ¿qué es lo que te está molestando tanto aparte de lo que ya sabemos?

—Sé que estoy sobrepensando las cosas —admitió sintiéndose incómodo con la vulnerabilidad que estaba mostrando.

La manera en sus emociones estaba explotando en ese momento era algo a lo que no estaba acostumbrado, a sentir esas inseguridades de las que no ha estado consciente hasta ese momento.

—Entonces, dime que es lo que estas sobrepasando entonces —le pidió Jungkook en un susurro.

—En todo, en si verdaderamente no tienes tiempo para responder mis mensajes, me siento inútil estando aquí encerrado y tener que esperarte cada día se siente como una eternidad y es inevitable para mí no pensar que quizás no soy para ti lo que tú pensabas y estar así sólo me hace sentir menos —admitió con en un hilo de voz.

—Mielcito, entiendo que te sientas de esa manera y perdón por no estar aquí contigo, sé que mi trabajo ha hecho esto más difícil para ti y perdón, intenté hacer algo para tener más tiempo, pero tengo las manos atadas —expresó acariciando sus mejillas—. Te amo y quiero que sepas que no miento cuando te digo que muchas veces no puedo responder, estoy involucrado en la mayor cantidad de cosas que requieren de mi atención, podría hacerlo mientras me maquillan o cuando los demás están preparándose, pero siempre hay algo más que estoy adelantando con Namjoon o con producción.

—Perdón, quisiera borrar esos pensamientos en cuanto llegan a mí, pero es difícil cuando aún...

—Lo sé, se lo que te hizo y sé cómo te sientes, pero no desconfíes de mí, ¿sí? —cuestionó Jungkook tomando su rostro entre sus manos—. No quiero ser como él, o que tú sientas que lo seré. Tampoco he podido concentrarme sabiendo que estás aquí herido y yo no estoy cuidándote, no creas que disfruto de no estar en casa contigo, estoy trabajando duro para ser un hombre digno de tenerte a su lado.

—Ya lo eres —le aseguró Taehyung sacudiéndose la nariz—. Perdón por ser egoísta y no pensar en cómo te sentías tú con todo esto. Dime que podemos hacer para que ambos nos sintamos mejor.

—Tengo planes contigo para mañana, es una buena noticia que vengo arrastrando desde hace días, estuve casi rogando para tener el tiempo libre mañana —expresó Jungkook acomodando su cabello—. Solo tú y yo.

Los ojos de Taehyung lo miraron con emoción, se sintió mucho más tranquilo al escuchar a Jungkook, hablar con el de sus sentimientos liberó una gran carga de sus emociones. Dejó que su pareja acomodara sus almohadas para dormir cómodamente.

—Entonces deberías descansar —susurró Taehyung—. Te amo, gracias por comprenderme y ayudarme. Tú eres más que suficiente para mí, honey. Nunca dudes de eso.

Jungkook le sonrió y apagó las luces, besó sus labios una última vez y susurró un "yo también te amo", antes de que la bruma del sueño los invadiera.

Quizás todo lo que ambos necesitaban era escaparse de la rutina, hacer algo diferente, pasar tiempo juntos. Jungkook solo quería demostrarle que no era un inútil. Él estaba dispuesto a hacer lo que tuviera en sus manos para mantener una relación estable a pesar de lo cuesta arriba que se está volviendo.

Apenas estaba iniciando la carrera como artista y aunque pudieron solucionar ese pequeño mal entendido en ese momento, ¿qué le aseguraba que podría hacerlo mientras estuviera más lejos y por más tiempo? Se preguntó si realmente podría mantener su relación a flote sin que las inseguridades de ambos les afectaran como es anoche o peor.

Tarde pero seguro y con un capitulo bastante largo que me costó editar🫣. Así que, espero que les haya gustado y que no quieran matarme con esta pizca de drama que es necesaria.

En este capitulo vimos un lado de Taehyung mas vulnerable y aunque estamos acostumbrados a ver este tipo de inseguridades en Jungkook, ahora sabemos que Tae también tiene las suyas, ¿creen que Taehyung fue muy duro con Jungkook al reclamarle que le respondiera?, ¿O Jungkook realmente no esta poniendo mucho de su parte?

Por otro lado, los celos de Taehyung lo llevaron a tener otra discusión con Jungkook, ¿fue Jungkook desconsiderado al mencionar la infidelidad de Juwon?

En fin, cuéntenme que les pareció, ¿Qué creen que hará Jungkook en su día libre con Taehyung?, ¿Qué hay de esa nota que le dejó Jungkook a Tae junto a las pasillas?, ¿Qué creen que decía la nota? Los leo.

Adelanto de próximo capítulo: "Te ama y te extraña, tú honey"

Feliz día del libro❤️

Nos seguimos leyendo pronto.

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