IV. Devuelta en tu corazón

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De nuestros miedos nacen nuestros corajes y en nuestras dudas viven nuestras certezas. Los sueños anuncian otra realidad posible y los delirios otra razón. En los extravíos nos esperan hallazgos, porque es preciso perderse para volver a encontrarse —Eduardo Galeano.

Desde el día en que supo que estaba enamorado de Taehyung, desde que este aceptó tener con él una relación amorosa, ha hecho todo lo que está en sus manos para demostrarle que está a la altura para estar con él. A pesar de que este le ha dejado claro en más de una ocasión que no importaba el hecho de que él no fuera un hombre lleno de éxitos, y aun entendiendo que estaba bien ser casual, sencillo y sincero, Jungkook siempre sintió la necesidad de superarse.

Y ahora, finalmente, parecía estar en el punto en el que podría decir que lo estaba logrando. Estaba teniendo éxito en su carrera, ganando dinero, y se sentía valorado por su trabajo. Pero, ¿de qué servía todo eso si no podía dedicarle el tiempo que su pareja merecía? ¿De qué servía ser el hombre ideal de Taehyung si no podía estar presente cuando más lo necesitaba?

Estaba dejando atrás al chico que lo único que tenía era una gran nube de sueños. Ahora esos sueños se estaban haciendo realidad y se estaba convirtiendo en el hombre del que Taehyung podría presumir con su familia, en las reuniones con sus amigos; sin embargo, cada paso hacia el éxito parecía alejarlo un poco más del amor de su vida.

Se volvió casi una costumbre el que Taehyung lo esperara despierto en la cama, con una sonrisa cansada, pero amorosa, mientras él se deslizaba bajo las sábanas ya tarde, con el peso de la culpa colgando de sus hombros, justo como esa noche en la que sus lágrimas fueron a causa suya y sintió su corazón oprimirse de saber que fue parte de toda la frustración por la que estaba pasando.

Intentaba compensar la ausencia con detalles: flores o plantas pequeñas que sabía que a él le gustaría, cenas preparadas con esmero los fines de semana, pero sabía que no era suficiente.

El tiempo se convertía en su enemigo más implacable, robándole momentos preciosos junto a la persona que más ama. Los fines de semana que prometía ser de descanso y disfrute, en muchas ocasiones se convirtieron en ensayos de todo un día en la producción del álbum que reclamaba su atención.

La distancia emocional se ampliaba día a día, y aunque Jungkook intentaba llenarlo con gestos de amor y ternura, sabía que nada podía reemplazar su presencia real.

El dilema lo atormentaba en silencio, ahogándolo en una sensación de frustración y desamparo. ¿De qué servía todo su éxito si no podía compartirlo con la persona que más amaba en el mundo? ¿De qué servía ser admirado por otros si no podía encontrar la forma de ser el compañero que Taehyung merecía? La respuesta se escapaba entre sus dedos, esquiva y escurridiza.

Aquella mañana fue el primero en despertar, se quedó recostado en la cama con los ojos cerrados, pero con su mente más que despierta, pensando en toda la conversación que tuvo con Taehyung en la noche anterior, dejando salir un suspiro silencioso saltó de debajo de las sabanas con cuidado de no despertar a Taehyung, lo que no sirvió de mucho porque inmediatamente sus ojos estuvieron fijos en la pequeña abertura de la cortina por donde filtraba la luz solar, escuchó la voz ronca de su compañero de cama.

—Estoy despierto —masculló con su voz profunda, notando como Jungkook trataba de moverse con sigilo en la cama.

—Mmjum —susurró Jungkook aun sentado en la orilla de la cama—. Buenos días, lindo —dijo al darse la vuelta y acostarse una vez más a su lado, abrazando sus piernas al mismo tiempo que apoyaba su cabeza de estas.

—No estoy seguro de verme muy lindo ahora —consideró dedicándole una sonrisa, llevando sus manos hasta el cabello alborotado de Jungkook.

—Eres lindo de todas las formas.

—Aun con los ojos así de hinchados y apestoso.

—Sí, claro que sí, amor.

—¿Sabes qué amo cuando me llamas de esa manera? —cuestionó imitando la acción de Jungkook al cerrar sus ojos, sintiendo las caricias de sus dedos en sus muslos.

—Me gusta llamarte de esa manera, porque es lo que eres, mi amor —masculló al ponerse de pie—. Arriba, llegó la hora de ducharte y cambiarte el vendaje. Tenemos una cita a la que ir.

Como todas las mañanas en la que Jungkook estaba con él en casa, le ayudaba con su vendaje, preparaba el desayuno para ambos y se ponían al día con las cosas que estuvieran sucediendo en su vida, de las que apenas podían hablar.

Esa mañana no tenían mucho que decir hasta que supo que el plan de su novio era que fueran a acampar. Una vez más le demostró lo realmente atento y detallista que es Jungkook, nunca lo ha dejado de ser. Taehyung no pensó que él recordaría aquella ocasión en la que soltó un comentario en una de sus citas nocturnas, mencionando lo mucho que disfrutaba de la naturaleza y lo reconfortante que sería pasar tiempo juntos lejos del bullicio de la ciudad.

—¿Y a dónde iremos a acampar? —preguntó Taehyung terminando el desayuno—. Dios mío, no tengo nada listo para ello, no estoy listo.

—Amor —lo llamó Jungkook al ver que este estaba entrando en crisis por ropa—. Ya pensé en todo lo que necesitaremos, alquilé una casa rodante. Tenemos mochilas, y estoy seguro que tienes ropa cómoda para dormir entre la naturaleza en un remolque.

Jungkook tenía planeado desde hace semanas ir a acampar con Taehyung, estaban en el mejor momento para hacerlo, para tener un tiempo juntos en el que pudieran hablar mejor y aclarar sus sentimientos respecto a todo lo que pasaba entorno a su relación.

El aún estaba recuperándose de su herida, es por ello que se aseguró de tener todo lo que fuera necesario para que él estuviera cómodo. En medio de todos esos pensamientos, Jungkook sintió los brazos de Taehyung abrazarlo por detrás mientras limpiaba los platos sucios.

—No quiero que dejes de hacer tus cosas solo por un berrinche mío y las inseguridades en las que todavía estoy trabajando —admitió Taehyung apoyando su barbilla sobre el hombro del pelinegro.

—No lo hago —replicó Jungkook—. Decidí tomar estos dos días libres antes del fin de semana, ayer confirmé la reserva del remolque.

—No quiero que te sientas obligado a hacerme sentir bien.

—No es una obligación, Tae —admitió dándose la vuelta lentamente para poder mirarlo a los ojos—. Nada que yo haga por ti, por los dos, es una obligación para mí. Lo hago porque te amo y no quiero que nos alejemos el uno del otro o que te sientas inseguro. Creo que es muy importante que hagamos esto ahora.

—Gracias —masculló Taehyung con sus manos alrededor de la cintura del hombre que casi acorralaba contra el fregadero mientras éste acariciaba sus brazos—. Yo también creo que lo necesitamos.

—Entonces, organicemos nuestras cosas —sugirió pasando sus dedos por el cabello castaño.

Jungkook le dedicó una sonrisa antes de unir sus labios en un beso corto que Taehyung respondió apretando la cintura del pelinegro que lo sujetó de sus hombros mientras guiaba el beso que ambos compartían.

Entre risitas, Taehyung profundizó el beso, causando que Jungkook lo tomara de la nuca y presionara aún más sus labios, abriendo su boca hasta hacer que sus lenguas se encontraran en un apasionado baile. La intensidad del movimiento de sus labios aumentó como si el tiempo se hubiese detenido.

Taehyung extrañaba tanto poder besarlo de esa manera. Sentís que habían pasado años desde la última vez que Jungkook le permitió besarlo de esa manera, avivando la llama entre sus cuerpos que se mantuvieron tan cerca, sin dejar espacio entre ellos mientras sus labios se movían con determinación.

El sonido de sus labios al moverse con necesidad, se mezclaban con sus respiraciones entrecortadas. Taehyung se aferraba a la cintura de Jungkook, mientras este dejaba caer sus brazos sobre sus hombros. Estaban tan acostumbrados a besarse de esa manera.

Jungkook amaba ser tomado de la cintura y a Taehyung le encantaba hacerlo.

—Miel, mejor preparémonos para salir —sugirió Jungkook al separarse de sus labios—. Puedo sentir cómo te estás emocionando allá abajo.

—Te salvas de que realmente no pueda —demandó dejando un beso de pico en sus labios antes de apartarse completamente.

—¿Ibas a hacerme algo aquí en la cocina? —pregunta Jungkook siguiendo sus pasos hacia la habitación.

—Claro que sí.

Con una sonrisa, Jungkook se apresuró a preparar todo lo necesario para la aventura al aire libre. Empacó en dos mochilas grandes toda la ropa necesaria, las medicinas de Taehyung, sus vendas, linternas y todo lo demás que pudieran necesitar.

Taehyung no pudo hacer mucho más que acomodar algunas cosas en la cama de manera que Jungkook solo tuviera que empacarlas. Aún no podía hacer muchos movimientos, debía mantenerse tranquilo y sin hacer mucho esfuerzo, cualquier inclinación en el que tuviera que alzar sus brazos traería consigo un fuerte dolor en su herida y no es lo que quería.

El timbre de la casa interrumpió su preparación, Jungkook no fue plenamente consciente de que se acercó a la puerta, con su atención en Taehyung quien aún no se decidía por cuál de todos sus abrigos sobre el sillón debería llevar.

—Honey, tu...

—Sí, está bien que lleves el abrigo verde, no creo que haga mucho frío en la noche —le interrumpió mientras abría la puerta. Lo último que vio fue a Taehyung haciendo ademanes con las manos.

La presencia de Hoseok y Yoongi en la entrada del apartamento lo trajo a la realidad de que no estaba en las mejores fechas para recibir visitas, tenía un par de pantalones cortos y nada que cubriera la parte de arriba. Era agosto y hacía mucho calor, así que cuando estaba en casa no usaba nada arriba.

—Parece que no llegamos en buen momento —señaló Hoseok al ver el pecho al descubierto de Jungkook, quien se quedó petrificado frente a ellos, sin saber cómo reaccionar.

—A mí me parece que llegamos en el mejor momento, ¿podemos unirnos? —cuestionó Yoongi con una sonrisa ladina—. ¡Uff! ¿Todo eso escondes debajo de tu ropa grandote?

—Lo siento, pasen, ya vuelvo.

Taehyung vio como Jungkook prácticamente salió corriendo hacia la recamara, mirándolo con los ojos muy abiertos y las orejas encendidas.

—Intenté avisarte —le dijo Taehyung antes de que este desapareciera.

—Cállate, no lo hagas sentir incómodo

—No prometo nada —escuchó a Yoongi decir mientras cerraba la puerta que Jungkook dejó abierta.

Taehyung recibió a sus amigos con un abrazo cuidadoso y recibió las frutas que Hoseok le extendió mientras le contaba que el motivo de su visita era ver como estaba, ya que pensaban que Jungkook ya no estaría en casa, lo que por supuesto les sorprendió al encontrarse al pelinegro con muy poca ropa.

—Hola —saludó Jungkook al volver a la sala de estar con una camiseta gris holgada—. Perdón por eso, no esperaba visitas.

—No hay nada de qué excusarse lindura —señaló Yoongi sonriente.

—No le hagas caso, Jungkook, nosotros tampoco avisamos que vendríamos—comentó Hoseok—. Venimos a traerle fruta a Taehyung, pero veo que están de salida.

—Sí, iremos a acampar —expresó Taehyung con emoción en su voz—. Yoongi, ayúdame a elegir lo que puedo llevar, no me puedo decidir.

Sin rechistar, Yoongi siguió los pasos de Taehyung hacia el interior de la habitación, cerrando la puerta de la recámara tan solo un poco, dejando a Jungkook y Hoseok mirándose confundidos en medio de la sala de estar.

Taehyung conocía bien a su mejor amigo, así que sabía que tenía algunas cosas que decirle a su novio, sobre todo después de cómo lo vio la noche anterior.

—¿Y me dices que tú te lo coges a el de vez en cuando? —comentó Yoongi señalando la puerta detrás de él—. Tu novio es mucho más de lo que parece, prepárate para competir con sus fanáticos en cuanto empiecen a desnudarse frente a las cámaras.

—¿Competir? No pienso competir con nadie, mucho menos con personas que solo pueden tenerlo como amor platónico.

—Que egocéntrico eres —consideró Yoongi con una sonrisa ladina—. En fin, te sugiero que lleves ropa interior linda, ¿sigues teniendo lencería?

Taehyung se volteó lentamente para confirmar que su amigo estaba hablando en serio, porque no podía creer que estaba sugiriendo algo como aquello cuando claramente tenía prohibido tener relaciones sexuales hasta su recuperación completa, ni, aunque lo intentara es algo que saldría bien.

—Sí, tengo, pero...

—¿Estas sonrojado?

—No.

—Veo tus mejillas rojas, Kim Taehyung sonrojándose por la mención de lencería —comentó Yoongi acercándose a la cama, donde Taehyung se sentó con cuidado de no tener que moverse mucho—. ¿Qué?, ¿la usaste hace poco?

Taehyung solo volvió su mirada a la ropa que seleccionada que aún tenía sin doblar, no iba a responder a las preguntas de su amigo, pero a medida que sus recuerdos le invadieron sintió sus mejillas calentarse en conjunto con sus orejas y ya no pudo ocultar la respuesta afirmativa que no se atrevió a pronunciar.

—Te recuerdo que sigo recuperándome y no puedo hacer nada de lo que insinúas —expresó levantando solo un poco su camiseta, permitiéndole ver su vendaje.

—No importa, lleva ropa interior bonita solo por si acaso tu chico sexy se pone creativo —sugirió abriendo las puertas del armario—. Los músicos son creativos, pero tú ya deberías saberlo mejor que yo.

Jungkook no tenía idea de que se supone que debería decirle a uno de los mejores amigos de su novio cuando se quedaron solos en la sala, en medio de mochilas a medio arreglar. Utensilios de cocina que no eran muy necesarios para su campamento todo incluido, pero que Taehyung quiere llevar de todos modos solo por si acaso, las linternas en la mesa de muebles y los juegos de mesa a un lado del sofá.

Hoseok solo se dedicó a sonreírle al chico junto a él que parecía estar pensando en cuáles serían las palabras correctas que él debía utilizar para romper el hielo, pero algo le decía que este no podría hacerlo.

—Estoy casi seguro que Yoon le está recomendando a Tae que lleve lencería —expresó rompiendo con el silencio entre ellos—. Aunque este no pueda usarla con ese propósito.

Jungkook se rio bajito mientras envolvía una toalla.

—Sí, es muy probable que él acepte solo para complacerlo.

Esta vez quien solo asiente es Hoseok sentándose a su lado en el sofá, apilando sobre la mesa de muebles los juegos de mesa.

—¿Está todo bien con Tae? —preguntó Hoseok después de un largo silencio entre ellos.

A Jungkook le pareció algo extraña su pregunta, ya que en ese momento Taehyung no parecía decaído o triste, sino todo lo contrario.

—¿Por qué? —preguntó Jungkook, la confusión siendo notable en su voz.

Hoseok frunció el ceño, como si estuviera evaluando sus palabras antes de responder.

—Estuve con él anoche y no estaba muy bien que digamos, me preocupa que solo esté mostrándose de esa manera solo para que no sepamos cómo se siente en realidad, es algo que él hace porque no le gusta que vea lo frágil que puede llegar a ser —explicó.

Jungkook se tomó un momento para reflexionar sobre la observación de Hoseok. Él también ha estado pensando que ellos aún tenían cosas de las hablar, que las cosas que mencionaron la noche anterior solo fue una pequeña parte de lo que realmente estaba sucediendo entre ellos.

—Discutimos un poco y creo que toqué una tecla que no debí y no sé cómo borrar de su mente que eso sucedió —admitió Jungkook, omitiendo el hecho de que Taehyung había llorado la noche anterior.

Hoseok asintió con su cabeza, comprendiendo la situación.

—No tienes que borrar nada de su mente, simplemente se sincero con él de cómo te sientes tú respecto a cómo se siente él —le sugirió—. No dejes que las cosas se acumulen y se conviertan en un problema más grande. Tampoco te estanques en el arrepentimiento; preocúpate por tener momentos felices con él.

—Gracias —susurró Jungkook—. Creo que nos hará bien este viaje.

—Sí, es bueno que hagas esto por él, lo necesita.

Jungkook se queda en silencio por un tiempo más prolongado, pensando en si es realmente óptimo hacer la pregunta que ronda por su cabeza.

—¿Puede hacerte una pregunta un tanto comprometedora? —cuestionó Jungkook al chico que seguía a su lado.

—Sí, claro —respondió Hoseok mirándolo con curiosidad

Jungkook se tomó un momento para organizar sus pensamientos antes de formular la pregunta delicada que había estado reflexionando.

—¿Cómo era realmente la relación entre él y Juwon? —cuestionó Jungkook en un susurro.

Desde la escena de celos de Taehyung, no ha dejado de pensar en que venía arrastrando esas inseguridades debido a lo sucedido con su ex-esposo y tenía miedo de saber algo que no le iba a ayudar en nada a poder entenderlo a mayor escala.

Quizás Hoseok podría decirle como alguien que los conoció a ambos desde hace mucho tiempo.

—Digamos que para todo el que lo conoció era perfecto para Taehyung, al menos es lo que demostró hasta que supimos la verdad —consideró Hoseok—. Juwon siempre fue el romántico de la relación, le compraba cosas caras y hacia todo lo que Taehyung le pidiera, a la vista de todos eran perfectos, así que fue una gran sorpresa saber lo que hizo y el daño que le causó a Taehyung luego.

Jungkook solo escuchó atentamente las palabras de Hoseok, es exactamente como pensaba que habría sido. No dijo nada en respuesta, dejando que sus palabras se asentaran en su mente. Se sentía aún más decidido a estar allí para Taehyung, a protegerlo y cuidarlo como nunca antes.

—Pero no hagas algo teniendo en cuenta el tipo de relación que él tuvo antes de ti, conozco a Taehyung desde hace mucho tiempo y puedo asegurarte que nunca ha estado genuinamente feliz con alguien a su lado —determinó—. Su vida con Juwon se veía perfecta porque realmente no lo era, ambos vivieron de las apariencias, aunque se tenían cariño, el mismo Taehyung me ha dicho que por primera vez se siente enamorado de alguien.

—Lo sé, me sorprende lo consciente que estoy de hecho, solo intento entender los sentimientos más profundos de Taehyung respecto a lo que él hizo y creo que entiendo mucho mejor el porqué de sus celos.

—De todos modos, no dejes de hablarlo con él.

—Gracias por ser honesto —le agradeció Jungkook mirándolo por encima de sus hombros apoyando sus antebrazos de sus piernas.

El resto de la mañana ambos recibieron ayuda de Yoongi y Hoseok para terminar de preparar sus cosas. Aún estaban en tiempo de ir a comprar las cosas que le faltaban, como sillas plegables, la comida que cocinarían en los dos días que estarían de campamento.

En cuanto se despidieron de sus amigos, Hoseok recibió el abrazo que fue iniciado por Jungkook, mismo que sorprendió a todos y del que Yoongi aprovechó para recibir uno también mientras Jungkook se reía al respecto.

—¿Puedo presumir en mis redes sociales que tuve un abrazo tuyo? —cuestionó Yoongi tomando del brazo a Hoseok, mirando a Jungkook con los ojos llenos de emoción.

—Pensé que ya habías presumido el hecho de que me conoces.

—Estuve a punto, si —admitió sonriendo.

En ese momento, Jungkook notó que él realmente era alguien cariñoso y ni siquiera su apariencia y su piel llena de tatuajes hasta en su cuello le quitó esa vibra hasta que estuvieron lejos de ellos.

Cuando estuvieron listos, cargaron el auto con el equipo y se dirigieron hacia las afueras, donde el verde de los árboles y el canto de los pájaros los recibieron con calidez. Taehyung estaba radiante, sus ojos brillaban mientras observaba el paisaje pasar frente a sus ojos, se mantuvo en el asiento copiloto guiando el camino con ayuda del GPS y reproduciendo sus cintas en la radio de su auto que conducía Jungkook.

La capota estaba levantada, por lo que el aire no dejaba de mover sus cabellos en todo el camino.

Se detuvieron en un supermercado cerca de un pueblo. Jungkook se cubrió el rostro con una mascarilla y un gorro pesquero, puede que no fuera tan necesario teniendo en cuenta de que estaban en un pueblo casi a las afueras de Seúl.

Blue Notes todavía no era tan conocido, pero de todos modos, su manager le sugirió que no dejará de tener precaución ya que ha sido expuesto al ojo público y eso ya lo hacía alguien conocido por muchas personas.

El carrito de compras se llena de madera, fuegos artificiales y bastante comida, como si no solo estarán allí por dos días.

Jungkook perdió a su novio de vista cuando este buscaba él kimchi, bajó su mascarilla y levantó un poco su gorro para buscarlo mejor con la mirada hasta que lo vio a pocos pasos de él con varias fundas de snack debajo de sus brazos, mismos que dejó en el carrito.

—¿Qué carne deberíamos llevar? —cuestionó Jungkook alzando su mirada de los envases de carne que sostenía para encontrarse.

—La panceta de cerdo te gusta mucho —señaló tomando un par de salchichas para asar más tarde.

—¿Llevamos esto también? —preguntó esta vez más cerca de Taehyung.

Mientras espera que su pareja tome una decisión, alguien pasa por su lado y Jungkook no le presta mucha atención hasta que esta persona se queda mirándolo, al sentir su mirada sobre él por más tiempo del que considera óptimo, voltea a ver que se trata de una chica de algunos 18 o 20 años que en cuanto sus miradas conectaron, esta lo mira con sorpresa, luego a Taehyung como si quisiera confirmar algo con verlo, luego vuelve su atención a él y Jungkook se da cuenta es una Gems, el nombre que él y su banda le dieron a sus fanáticos.

Gems o Gemas, porque son algo valioso y brillante para ellos.

En el instante que su mirada se posó en el bolso que colgaba de su hombro, notó uno de los llaveros con un diamante y el nombre de la banda incrustado en el centro que la empresa hizo para la última presentación que ellos tuvieron en Seúl. Eso definitivamente le dejó aún más claro que se trataba de una fanática y él no tenía idea de lo que debía hacer, así que solo le sonrió e hizo una pequeña reverencia, a lo que la chica responde de la misma manera.

Cuando se aleja de ellos, ve como toma a alguien más del brazo y señala hacia donde están aún decidiendo qué carne llevar. Jungkook se da cuenta de lo que sucede, duda de que pase de ahí, pero de todos modos se apresuran a elegir lo que se llevarán y pagar para irse.

—Creo que te reconocieron —indicó Taehyung en cuanto se subieron al auto.

—Sí, es la primera vez que me encuentro con alguien que sabe de Blue Notes y encima de eso, es fan —declaró Jungkook jugando con el arete en su labio.

Taehyung no dijo nada, no hacía falta ser un genio para darse cuenta de que Jungkook estaba nervioso por lo que acaba de suceder, es decir, a pesar de que estaban lo suficientemente apartados de la ciudad y las probabilidades de que lo reconocieran eran muy mínimas el que se haya encontrado con una fanática, para su suerte, tranquila, en cierto sentido era chocante.

Después de pasar por árboles altos, de escuchar el canto de algunos pájaros y sentir la brisa refrescante en su rostro, su última parada antes de llegar a su reservación fue en un restaurante en una colina, en medio de la naturaleza, desde donde podían apreciar la ciudad que se perdía en el horizonte.

No había muchas personas en el lugar, algo que Jungkook agradeció, ya que después de ese encuentro con una fan, ya no le sorprendería que alguien más lo reconociera. Observó con ilusión como la mirada de Taehyung brillaba al recorrer el amplio restaurante, con altas columnas de madera, fotos de animales y lo que más llamó la atención de su novio, las flores y plantas alrededor de todo el lugar.

—¿Sigues trabajando desde casa? —cuestionó Jungkook mientras cortaba la carne que ambos compartían, en trozos más pequeños y acomodaba todo para que fuera más cómodo para Taehyung comerlo.

—Sí, hago lo que una herida de bala me permita —expresó con su atención en las manos de Jungkook que cortaban la carne con cuidado.

El pelinegro asintió juntando sus cejas en concentración.

—¿Y qué ha pasado con Tazzys? —preguntó sirviendo la comida de su compañero en un plato.

Tener que hacer esa pregunta le hizo darse cuenta lo poco que han hablado, siquiera pudo alzar su mirada en espera de una respuesta. Se culpó un poco por no saber de algo que se supone debería.

—Aún está cerrado, esperaré un poco más de tiempo para volver a abrirlo —expresó Taehyung—. Mientras sigo vendiendo la bebida y haciendo reuniones. No es buena idea abrir el bar hasta que lo sucedido salga de la boca de la gente.

—¿Hay algo que yo pueda hacer cuando vuelvas a abrir? —preguntó antes de llevarse un bocado de arroz a la boca.

—Realmente no hay mucho que puedas hacer —susurró.

Y tenía razón, no había mucho que él pudiera hacer. No tenía el tiempo suficiente como para saber que el bar de su pareja seguía cerrado, mucho menos para intentar hacer algo para traer de vuelta el público que tenía Tazzys. Le hacía sentir peor el hecho de que le prometió que juntos borrarían esa mancha que dejó aquel terrible acontecimiento.

—Lo siento —susurró con la mirada gacha.

Sintió los dedos de Taehyung levantar su mentón con cuidado y en cuanto alzó su mirada se encontró con la sonrisa que alborotaba todo su ser, que alegraba sus días y que tranquilizaba su corazón. Una caricia de sus dedos sobre su mejilla casi hace que cierre sus ojos en disfrute.

—No, no tienes que disculparte —le aseguró acomodando un mechón de su cabello en su frente—. Encontraremos una manera en la que puedas ayudarme, ¿sí? Pero no me pidas disculpas porque no puedes hacer mucho.

Jungkook solo asintió y tomó la mano de Taehyung para besarla con delicadeza. Le sonrió de vuelta y ambos continuaron con su comida.

Retomaron su camino hacia el campamento, y en cuanto llegaron a un camino de piedras, árboles, otras casas de campaña, Taehyung supo que estaban cada vez más cerca de su destino. Miró a su alrededor como algunas personas preparaban una fogata, a medida que cruzaron más senderos, dejaron la gran cantidad de personas que vieron antes fueron desapareciendo hasta que llegaron a una zona un poco más apartada donde la montaña estaba mucho más elevada, desde donde se podía escuchar el río correr.

—Llegamos —informó Jungkook estacionando el auto a pocos metros de la casa rodante de color blanco.

—¿Es de entrada autónoma? —cuestionó Taehyung antes de bajarse del auto.

—Sí, ¿te gusta? —preguntó ayudándolo a salir del coche.

—Me encanta —admitió con una sonrisa de oreja a oreja que demostraba su afirmación.

Miró a su alrededor los árboles, la casa rodante en medio. Cerró sus ojos para apreciar mejor el sonido del río en conjunto con el de los pájaros. El ruido de la ciudad no estaba, solo eran ellos en total contacto con la naturaleza bajo la calidez del sol de agosto.

Quedó aún más maravillado al notar que tenían una panorámica casi irreal del río que viene escuchando desde que entraron al complejo. Apreció con emoción desbordante el lienzo de montañas verdes y un cielo despejado que se mezclaba con el naranja del crepúsculo que se avecinaba, el río corría en una misma dirección y el sonido que producían junto a las piedras era tan relajante para su cuerpo que tuvo que cerrar sus ojos para apreciar la belleza de la naturaleza con su cuerpo.

Taehyung entró a la casa rodante, abrió los gabinetes del compartimento de cocina notando que tal como le había dicho Jungkook tenían utensilios en las que cocinar y comer, por lo que no era realmente necesario que llevaran los suyos propios, hasta tenían un microondas.

En el interior había una pequeña mesa frente a un sillón de madera en forma de L, junto a la pequeña puerta y pegado a la ventana, en el fondo se encontraba la cama para dos que esa noche compartiría con Jungkook. Se sorprendió cuando notó la pequeña televisión al lado del sillón.

—Es bonito —admitió Jungkook al entrar con las mochilas de ambos, dejándola sobre el sillón negro.

—Y tenemos ollas, vasos, platos, cuchillos —expresó Taehyung cubriéndose la boca con una mano, mirando a su novio con las cejas alzadas.

—Te lo dije —expresó Jungkook.

Se detuvo en su mirada brillante llena de ternura. Él debía estar realmente emocionado se notaba en su expresión enternecida que pocas veces apreciaba en él y que derretía su corazón.

Después de haber bajado todas las cosas del auto y de haber acomodado la comida que debía refrigerarse para que no se echara a perder. Jungkook desplegó la tienda de la casa rodante para dar sombra hacia el frente, acomodó una de las sillas plegables con almohadas para que Taehyung estuviera cómodo mientras él sacaba todas las cosas del auto.

—Déjame ayudarte en algo —le podio Taehyung al sentarse en la silla preparada por su novio.

—No puedes hacer muchos movimientos —declaró Jungkook sacando la caja de madera del maletero del coche—. Deja que tu novio haga todo por ti.

—Tenemos que encender la fogata antes de que empiece a anochecer —sugirió Taehyung tomando el encendedor en sus manos.

Frente a ellos tenían el horizonte del bosque, estaban en un alto que les permitía apreciar las montañas que le rodeaban, el cielo despejado alrededor de él verde la naturaleza. El sol aún se sentía cálido, el clima desde esa altura era mucho más refrescante, se sentía diferente.

—Bien, solo te dejaré encender la llama —declaró Jungkook con una sonrisa traviesa.

—¿De qué llama estamos hablando exactamente? —bromeó Taehyung con una risa suave.

—Oh vamos, mielcito, no nos pondremos creativos —declaró mientras terminaba de acomodar toda la madera para que Taehyung pudiera encender la fogata.

Con cuidado, Taehyung encendió la fogata y rápidamente el calor de la hoguera se sumó al fresco de la tarde que se despedía de ellos con un sol que empezaba ocultarse entre las nubes y detrás de las verdes montañas.

El calor del fuego y el aroma a madera quemada llenaron el aire, creando un ambiente acogedor y romántico. Se sentaron juntos, uno frente al otro, momento que Jungkook aprovechó para darle a su novio el regalo que le enviaba su cuñado Seokjin.

—Dime que son sus postres —susurró Taehyung cruzando los dedos mientras recibía el pequeño paquete que tenía una nota en frente.

"La última vez que te vi te veías un poco triste, no puedo decir que sé cómo te sientes, pero espero que estos postres traigan felicidad y una pronta recuperación".

Su nota le hizo sonreír, ellos no han hablado en innumerables ocasiones, pero podría decir que se llevaban muy bien y era una persona bastante afectuosa, además de que él sabía que le encantaban sus postres. Jungkook casi siempre llevaba los fines de semana y le encantaban todos los postres de la pastelería Le crepre.

En un lugar donde el mundo exterior quedaba atrás, donde solo importaba la conexión entre ellos y la belleza natural que les rodeaba. Con cada chispa de la fogata y cada susurro del viento, la noche cae y Jungkook saca sus dotes culinarios, con algún que otro truco de su novio mientras cocinaba la carne en la pequeña estufa.

Escuchó atentamente las historias que Taehyung le contaba sobre aquella ocasión en la que su padre lo llevó por primera vez a acampar y se encontraron con una culebra en el bosque, como desde ese tiempo le ha tenido miedo a las culebras y arañas, pero que ni siquiera con todo eso dejó de gustarle ir de campamento con su padre y su madre.

—Cuando crecí fui poco de acampada, quizás una o dos veces, pero siempre con amigos de la universidad, es la primera vez que vengo en pareja —admitió tomando envolviendo carne y kimchi en el rábano que tenía en su plato.

—Puntos para mí —declaró Jungkook con la boca llena de comida.

—Tienes todos los puntos siempre, honey —admitió Taehyung con una sonrisa cómplice que Jungkook correspondió con la misma expresión.

El pelinegro no iba a negar que le gustaba mucho saber que es el primero en invitarlo a una cita en el bosque.

Después de haber cenado, se encontraban inmersos en la serenidad del bosque, sumidos en un silencio cargado de pensamientos y emociones. Solo tenían la mirada puesta en la llama frente a ellos, los eventos de la noche anterior rondando por su cabeza.

Había un peso en el ambiente, una necesidad latente de abordar lo que estaba sucediendo entre ellos.

Hablar era lo único que debían hacer, pero ninguno sabía por dónde iniciar esa conversación. El miedo de que terminara en una discusión que arruinara el viaje y el buen ambiente les carcomía por dentro y evitaba que alguno dijera algo.

Jungkook miró de reojo a Taehyung, buscando en su rostro alguna señal de lo que estaba pensando. Sin embargo, encontró solo un reflejo de su propia indecisión. Suspiró, sintiendo el peso de la responsabilidad de abrir esa puerta que ambos evitaban, pero en cuanto abrió la boca para decir algo, Taehyung le interrumpió.

—Empezaré a ir al psicólogo la próxima semana —admitió Taehyung, tomando por sorpresa a Jungkook, no se esperaba esa confesión.

Respiró profundamente, sintiendo un alivio mezclado con preocupación. Sabía que era un paso importante para su pareja, pero también entendía que había temas pendientes entre ellos que necesitaban hablar.

—Me parece muy bien que hayas tomado esa decisión, creo que es muy importante después de lo que sucedió —respondió Jungkook finalmente mirándolo a los ojos—. Pero, ¿hay algo más que te haya hecho tomar esta decisión?

—Si —masculló Taehyung, pensando cuidadosamente en su elección de palabras—. Con tu constante ausencia me he dado cuenta que estoy reprimiendo demasiado mis sentimientos y que estoy construyendo alrededor nuestro emociones negativas como los celos y la desconfianza, no quiero sentirme así contigo. Necesito poder desligar mis sentimientos de las cosas por las que pase y sé que no puedo solo.

Jungkook escuchó con atención la sinceridad palpable en la voz de Taehyung, una honestidad que lo conmovió y le hizo darse cuenta que su ausencia le estaba afectando a más de lo que parecía, eso le dolía.

Le dolía porque no quería la fuente de sentimientos negativos en la vida de Taehyung y justamente lo estaba haciendo.

—Lamento mucho que te sientas de esa manera y que yo sea el causante —expresó, su voz cargada de arrepentimiento.

Jungkook buscó su mirada y en ella encontró la necesidad de reconciliación.

—Estoy aquí para ti y siempre lo estaré, sé que... no he sido el mejor últimamente, sé que estás cansado de escucharme pedir perdón por llegar tarde y no poder estar contigo, pero de verdad que no sé cómo... —las palabras de Jungkook se quedaron suspendidas en el aire, apoyando sus antebrazos de sus rodillas levantó su mirada cristalizada. Lo que le hizo entender a Taehyung que aquello también era difícil para él.

—¿Realmente no sabes o no quieres saber? —La pregunta de Taehyung le hizo enfrentarse a una verdad incómoda.

—Honestamente, no lo sé —expresó bajando su mirada a las manos de Taehyung—. Sé que no he estado a la altura y me duele saber que te estoy defraudando, pero me cuesta bastante estar al pendiente del teléfono cuando tengo la mente tan ocupada, y eso no quiere decir que no piense en ti, a veces simplemente quiero hacer todo lo más rápido posible para volver a casa.

—¿Recuerdas cuando me pediste que volviera de Londres para año nuevo? —cuestionó Taehyung, recibiendo un asentimiento por parte de Jungkook—. ¿Recuerdas cómo te sentiste al estar alejado de mi para esas fechas?

No hizo falta que Taehyung hiciera más preguntas. El recuerdo de esa experiencia resonó en su corazón, trayendo consigo una sensación de nostalgia y arrepentimiento. Había sido un momento de claridad en medio de la oscuridad de su confusión interna, una señal de que su ausencia estaba afectando más de lo que él había imaginado.

—No estamos así de lejos, pero el tiempo que pasamos juntos es poco. Y sé que tu responsabilidad pesa, pero también sé que tienes que hacer un esfuerzo —señaló Taehyung—. Es importante para mí tener contacto, no quiero seguir el patrón que tuve en mi matrimonio.

Taehyung ya no lo miraba a los ojos mientras hacía mención de su matrimonio. El realmente no esperaba que lo hiciera y le oprimía el pecho saber que

—No sé si es relevante mencionarlo ahora, pero solo quiero que entiendas mis sentimientos. A veces duraba semanas sin saber nada de él, nos la pasábamos trabajando tanto que sabíamos del otro cuando él llegaba a casa y realmente no le daba mucha importancia y eso solo nos hizo mal, no quiero que algo así entre nosotros, porque contigo es diferente y sí que me importa saber de ti, no importa la hora que sea o cómo, solo...

Jungkook lo observó expectante con un nudo en la garganta. Esperando que terminara de formular sus palabras, pero desde ya sabía que tenía que hacer un cambio, que tenía que encontrar un equilibrio entre sus responsabilidades y su relación con Taehyung.

—Quiero saber cómo va tu día, si comiste bien; si no te puedo ver al menos déjame leer tus mensajes, eso no me hará sentir que nos estamos alejando —admitió Taehyung alzando su mirada hasta Jungkook y sintió el nudo en su garganta crecer cuando vio las lágrimas de su pareja descender por sus mejillas.

—Sé que he dicho esto muchas veces en las últimas semanas, pero quiero saber si lo haces realmente y que no es solo por dejarlo estar —masculló en un hilo de voz—. Perdón por no pensar lo suficiente en como mi poco tiempo te estaba afectando, no quiero que te sientas solo o descuidado, no quiero que nos volvamos desconocidos que comparten una cama todas las noches.

—Estás perdonado y no lo digo para salir del paso —declaró Taehyung limpiándose sus propias lágrimas—. Perdóname tú a mí por a veces desconfiar, estoy tratando de mejorar eso, también por no ser plenamente consciente de tus propios sentimientos.

Jungkook solo asiente mordiéndose el labio inferior. Las lágrimas de ambos reflejaban su dolor y arrepentimiento, pero también su deseo genuino de mejorar y fortalecer su relación.

Taehyung se puso de pie rápidamente al notar como las mejillas de Jungkook se empapaban de lágrimas. Vio como este intentó disimular su sentir al limpiar casi con desesperación sus lágrimas, mirando a otro lado donde él no lo pudiera ver de esa manera, pero se sentó sobre su regazo y rodeando sus hombros con un brazo, mientras que con la otra mano giró su rostro hasta hacer que sus miradas cristalizadas por las lágrimas se encontraran.

—Cambiaré eso, mielcito, prometo decirte como va mi día, si comí bien o si tengo toda la mañana encerrado en el estudio estancado con una canción —expresó luego de aclarar su garganta.

—Yo seré más comprensible con tu trabajo, sé que es muy demandante.

Con cada palabra compartida, disipaba la tensión lentamente, dando paso a una sensación de alivio y entendimiento. Se dieron cuenta de que, juntos, podrían superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino, siempre y cuando estuvieran dispuestos a comunicarse y apoyarse mutuamente.

—Ya no llores más, honey —le pidió pasando sus dedos por las mejillas de Jungkook.

—Cuando tu dejes de hacerlo, amor —le indicó con una sonrisa melancólica.

Taehyung le sonrió de la misma manera y se recostó del pecho de su novio, permitiendo que este lo abrazara acomodando mejor sus piernas con cuidado de no lastimarlo.

Después de un momento de silencio, en el que Jungkook acariciaba el cabello de Taehyung y este escuchaba los latidos tranquilos de su corazón y sentía la respiración del azabache en su rostro, volvió a romper el silencio entre ellos.

—¿Cómo te sientes con tu nueva vida como artista? —preguntó Taehyung recordando lo ocurrido en el supermercado.

—Sigue siendo irreal, no me acostumbro a que nos pidan fotos al salir de las presentaciones o las entrevistas —contestó Jungkook.

—Sí, Blue Notes está siendo reconocido, no me había detenido a pensar en ello hasta que vi una entrevista anoche —admitió Taehyung.

—A veces me da un poco de miedo llegar a ser demasiado conocido entre las personas, es decir, sé que es algo que vendrá, por más que yo solo quiera hacer música y hacer a las personas felices a través de ella, también sé cuál es el precio de la fama —expresó Jungkook apoyando su barbilla de la cabeza de Taehyung.

—A medida que sean más conocidos perderán su privacidad, es bueno que seas consciente de ello —consideró Taehyung al ponerse de pie—. Ahora, tócame una canción improvisada, lindo novio.

Jungkook le sonrió mientras este le pasaba la guitarra que había dejado en la entrada de la casa rodante, tomó la guitarra y tocó una melodía algo rápida tratando de buscar las palabras adecuadas para hacer rima con hojas, fuego y río, lo que por supuesto terminó entre risas.

Desde su lugar en la silla, Taehyung toma su teléfono de micrófono y le canta una canción que hace que Jungkook tenga que retener su risa.

—Mi amor por ti es incondicional, mi amor por ti es muy especial —cantó Taehyung con voz rasposa tal y como el estilo de la canción original pero mucho más divertido—. Correré hacia ti si me lo pides, Jungkookie, siempre correré hacia tiii

Escucharlo cantar con tanto esmero y con su voz desafinando en algunas notas, solo hizo que Jungkook estallara en risas hasta el punto que tuvo que ponerse de pie.

—Ah, te pensabas que eras el único artista aquí —señaló Taehyung sujetándose del brazo se la silla para poder levantarse—. Podría ser el quinto integrante de Blue Notes.

—Ay miel, eres tan divertido —señaló Jungkook tomando su rostro entre sus manos para luego depositar en sus labios un beso corto, pero lleno de amor.

Jungkook lo guía más alejado de la fogata, de frente al horizonte ahora lleno de estrellas y una luna llena que brillaba con un resplandor plateado. Se detuvo detrás suyo y lo abrazó por la cintura, apoyando su barbilla del hombro de su novio.

—¿De niño pensaste alguna vez que la luna te perseguía? —preguntó Taehyung de la nada.

—Pues sí, especialmente estando en Busan, en casa de la abuela, de solo pensarlo me hace sentir niño otra vez, había una certeza de que aun en las noches, aunque no fuera en todas, algo tan luminoso te seguía y siempre volverías a verla, a saludarla y caminar con ella.

—Qué bonito —respondió Taehyung con un suspiro después de unos minutos de silencio —. Eso me hace pensar que por ahora lo nuestro podría ser así. Tú podrías ser mi luna.

Jungkook lo miró confundido, esperando a que terminara de explicar.

—Para ser artista te cuestan un poco las metáforas —se mofó el castaño, sacándole una carcajada al chico que lo abrazó apegándolo más a su cuerpo—. Sé mi luna, Jungkook. Aunque a veces no te pueda ver, siempre volverás a aparecer ante mí, y me sentiré como te sentías tú, me sentiré tranquilo —afirmó con tal determinación que escuchándose así mismo surgió en su interior la certeza de que podría lograrlo.

—Por ti me convertiré en niño de nuevo y esperaré que siempre que vuelvas, podamos caminar como si nunca te hubieras ido, como si la naturaleza te escondiera, pero aun así sabré que estarás brillando del otro lado.

Las palabras de Taehyung envolvieron a Jungkook en una cálida sensación de amor y complicidad.

—Seré tu luna, siempre y cuando tú seas mi sol —expresó Jungkook—. Siempre estarás en mi mente y corazón como la calidez de tu mirada cuando me dices te amo, tan radiante y encantador. Siempre iluminando mi camino.

—Entonces seré tu sol.

—Y yo tu luna.

Sus ojos se encontraron en la suave luz de la luna, reflejando la promesa mutua que acababan de hacerse.

Esa noche, bajo un cielo estrellado, Jungkook se dio cuenta de que no necesitaba éxito, ni dinero para hacer feliz a Taehyung. Lo único que necesitaba era estar allí, a su lado, compartiendo momentos simples pero significativos como ese. Y en ese momento, mientras sostenía a Taehyung en sus brazos, sintió que todo estaba en su lugar.

Una vez mas llegamos tarde, pero si digo que publico hoy, cumplo jejeje.

Espero que les haya gustado el capitulo de hoy, estuvo cargado de muchas emociones y cosas divertidas para tener una balanza.

Yoongi y Hoseok haciendo visita sorpresa, ¿creen que el consejo de Hobi fue acertado o habló de más?

Jungkook planeo dos días campamento alejados de la ciudad, lo que no esperaban es que se encontrarían con una fanática, ¿creen que esto traerá problemas en el futuro? Por otro lado, Taehyung se sinceró respecto a como se siente en realidad. ¿Esta el siendo empático o egoísta con JK?

Cuéntenme que les pareció y que creen que pasara ahora que se reconciliaron, ¿el que esa fanática los haya visto juntos traerá rumores?, ¿Blue notes lanzara un segundo album y Jk tendrá mucho menos tiempo ahora? Los leo.

Adelanto de los próximos capítulos: "te ama y te extraña, tu luna"

Nos seguimos leyendo pronto.

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