XIII. Cuando llueve

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No renuncio a nada, simplemente hago todo lo que puedo para que las cosas no renuncien a mi —Julio Cortázar.

Si no ocurría es porque no era él momento para hacerlo, Jungkook tuvo que alejarse de Taehyung por el sonido de su móvil, eso fue lo que lo devolvió a la tierra cuando estaba en su propia burbuja en la que solo eran él y el castaño que estuvo a punto de besar. Quizá no era el momento de hacerlo, pero se preocupó por dejarle saber que lo haría en otro momento más oportuno.

Es decir, aunque evidentemente ambos querían ese beso, este fue influenciado especialmente por su falta de ropa, aunque sus ganas de saber como se sentían sus labios estaban desde hace tiempo.

En cuanto vio que quien llamaba a las 10 de la noche era su hermana, le pareció raro ya que ella casi nunca llamaba tan tarde si no fuera para algo necesario. Se alarmó cuando escuchó una risa estruendosa del otro lado de la línea.

—Ah, lo siento hermanito, no era a ti a quien quería llamar.

Ni siquiera tuvo la oportunidad de poder responder cuando ella colgó la llamada, extrañado miró la pantalla para confirmar que realmente había colgado, dejando a la vista su fondo de pantalla de su crush artístico del momento, Alex Turner de Arctic Monkeys.

Suspiró negando con la cabeza, lo llamó por error cuando estuvo a punto de besar a Taehyung y quien sabe en qué etapa del beso estarían en ese momento. Estaba seguro de que las manos elegantes de su cita ya estarían tocando su cuerpo.

Al darse la vuelta encontró a Taehyung de frente al ventanal, de brazos cruzados. Aprovechó ese momento para terminar de cambiarse rápidamente, cuando volvió a su lado secaba su cabello con una toalla.

—Parece que la lluvia no se detendrá —comentó Jungkook al ver como las gotas de lluvia repiqueteaban contra le ventana, estaba bastante oscuro hasta que empezó a relampaguear como si hubiera una tormenta de la que ellos no supieron hasta ese momento.

—Puedo llevarte a casa en cuanto deje de llover, aunque, ya es tarde. Puedes quedarte aquí —sugirió Jungkook junto a Taehyung.

—Eso sería aprovecharme mucho —contestó el castaño con una sonrisa a medias.

—No me molestaría —replicó Jungkook mirando su perfil—. Puedes dormir en mi cama.

—¿No tendrás problemas con alguien más? —cuestionó Taehyung mirándolo a los ojos con sus cejas alzadas, aún de brazos cruzados.

—No ¿tu lo tendrás? —aunque ya sabía que era soltero, se aseguró de saber que no tendría problemas si se quedaba en su apartamento esa noche.

—No —masculló Taehyung dedicándole una sonrisa.

La fuerte lluvia era la excusa perfecta para quedarse mas tiempo con Jungkook, bien podría pedir un taxi y volver a casa tranquilamente, pero no negaría que le gustaba la idea de quedarse, aún cuando evidentemente no pasaría nada entre ellos.

Al darse la vuelta Taehyung notó un grupo de partituras y hojas garabateadas en la mesita frente al único sillón en la sala. Su curiosidad aumentó cuando vio notas musicales en ellas, vio la guitarra acústica junto al televisor que se encontraba frente al mueble beige y una pequeña repisa con dos gabinetes blancos. Así que tuvo la osadía de preguntar por esas hojas que habían captado su atención.

—He estado componiendo mucho últimamente —admitió Jungkook sentándose en el sillón, invitando a Taehyung a hacer lo mismo—. Podría tocar la guitarra para ti.

—Me encantaría, con esta lluvia sería genial —dijo tomando uno de los cojines que decoraban el sofá, dejándolo sobre sus piernas mientras Jungkook alcanzaba su guitarra acústica.

Jungkook empieza a tocar una melodía suave, pero se detiene cuando su cabello empieza a caer sobre su frente, por lo que se ata todo el cabello en una coleta antes de volver a la misma melodía que tocaba antes.

La melodía era tan agradable, con el sonido de la lluvia en el exterior, aunque el clima era frío, el apartamento se sentía tan cálido. Cuando llevó su mirada al rostro de Jungkook se dio cuenta de que este lo observaba con una sonrisita, como si estuviera apreciándolo de cerca.

Jungkook se rio bajito cuando Taehyung le pidió que cantara, lo primero que dijo fue que no cantaba, pero al ver la mirada que le dedicaba el castaño, tarareó la letra de la canción que tocaba solo para complacerlo y se sintió satisfecho cuando lo vio sonreír.

A juzgar por su semblante, cuando cerraba sus ojos y movía sus manos de un lado a otro como si estuviera en un concierto y una sonrisa sin mostrar sus dientes, Jungkook podría asegurar que había logrado su cometido, se notaba que se sentía mucho mejor a la última vez que lo vio en el bar.

Taehyung detuvo sus movimientos cuando el sonido suave de la guitarra fue disminuyendo, su mirada se detuvo en la mirada de Jungkook, quien al parecer olvidaba que tocaba la guitarra para el cuando le dedicaba una mirada que se atrevía a decir, estaba llena de admiración. Este siquiera pestañó cuando escaneaba todo su rostro, Taehyung solo pudo sonreírle, a medias notando como este dejaba la guitarra a un lado sin dejar de mirarlo.

Su cabello esponjoso, recién secado con algunas hondas formándose, el tono de su piel resaltaba aún más con esa camiseta blanca que le quedaba mucho más holgada, Jungkook no podía dejar de apreciar su pequeña sonrisa, como su cabello cubría su frente. La forma de corazón de sus labios, ese lunar en la punta de su nariz perfilada y como sus ojos grandes observaban.

Para Jungkook, Taehyung era mucho más hermoso al natural, sin mucho arreglo, usando una ropa mas grande que su talla normal.

—¿Te sientes mejor? —cuestionó Jungkook, volviendo en si, dándose cuenta de que lo estaba haciendo otra vez; cada vez se le hacía más difícil no apreciar lo increíblemente hermoso que era Taehyung, tanto que no podía solo dejar de mirarlo, le costaba no hacerlo.

—Gracias, por hacerme sentir mejor —agradeció Taehyung asintiendo con su cabeza con una sonrisa mas amplia—. Tengo que compensártelo

—Lo hiciste al aceptar salir conmigo.

—Me gustaría repetirlo, pero esta vez, yo invito —consideró Taehyung a lo que Jungkook se rio, levantándose de su lugar en el instante que vio a su cita intentando reprimir un bostezo.

Sin que Jungkook tuviera que decírselo, Taehyung sigue los pasos del menor por las pequeñas escaleras que conducían a su habitación que quedaba como una especie de balcón hacia la pequeña sala. Al poner un pie dentro fue cuando sintió toda la esencia del chico, aunque estaba prácticamente al aire libre con un diseño muy parecido las recámaras de ático de los Estados Unidos, podían percibir su aroma floral, era un olor sutil, pero perceptible. Era como respirar un aire de primavera cuando los árboles de cerezos estaban llenos de flores, se sentía como acariciar la primavera con una mano y tocar el otoño con la otra.

Su recámara tenía algún que otro disco de vinilo de Elvis o bandas como The beatles y The Kinks, pensaba que era el único que coleccionaba ese tipo de discos, ver el tocadiscos que reposaba junto a esos álbumes, le recordó al propio que tenía en su nueva casa.

Una guitarra eléctrica junto a la cama que fue movida por las manos de Jungkook mientras buscaba para él nuevas sábanas en el closet de madera que se encontraba a pocos pasos al pie de la escalera.

De alguna manera sentía que estaba invadiendo su privacidad, cuando tenía algunos zapatos fuera del closet, algunos libros sobre la mesita de noche. Su cama se encontraba junto a la ventana, misma que quedaba inclinada por la forma de ático de la habitación, sabía que en cuanto se recostara en la cama vería la lluvia caer prácticamente sobre él, lo cual era genial.

Su habitación era un reflejo de él mismo, y le encantaba lo que podía apreciar o que él le permitiera hacerlo.

—¿Te gustaría tocar en escenarios más grandes? —cuestionó Taehyung cuando Jungkook le daba la espalda terminando de arreglar la cama.

—Es el sueño de todos los que aman hacer música —señaló Jungkook encarando a Taehyung con sus mejillas coloreadas en un rojo intenso que solo hizo sonreír al castaño. Se sentó en la cama, viendo como Jungkook se mantuvo de pie junto a él con algunas sábanas en manos.

—Yo puedo dormir en el sofá, no tengo problemas con eso —señaló Taehyung.

Se sentía algo mal por quedarse en la cama del pelinegro y que este durmiera en el sillón de la sala, solo podía proponer cambiar de lugar, pero Jungkook se negó de inmediato, haciendo que volviera a quedarse sobre la cama.

—Descansa —susurró peinando con nerviosismo su cabello. La expresión que tenía en su rostro era exactamente la misma que siempre enviaba cuando le daba las buenas noches por mensajes, tenía frente a él, al Jungkook tímido de siempre.

—Gracias, tú igual —respondió Taehyung, recibiendo como respuesta un asentimiento, hasta que lo perdió de vista.

A Jungkook no le importaba dormir en el sofá, no iba dejar que Taehyung estuviera incómodo mientras durmiera en su apartamento.

A la mañana siguiente, se arrepintió un poco de no haber propuesto que durmieran juntos, aunque sería demasiado haberle pedido aquello cuando apenas era su primera cita juntos, apenas y habían aclarado que ambos estaban solteros o al menos Taehyung lo había dejado claro.

Eran las seis y media de la mañana cuando su alarma lo despertó, Jungkook estiró su cuerpo en cuanto se puso de pie, echó un vistazo hacia su habitación sonrió cuando escuchó un ronquido por parte de Taehyung.

Subió las escaleras sigilosamente para no causar ningún ruido, en el momento que sus ojos se encontraron con la figura de Taehyung sonrió aún más al ver que este dormía abrazado a una de sus almohadas, sus labios entreabiertos le dejaban claro que estaba profundamente dormido.

Sin hacer mucho ruido buscó entre su closet y se apresuró en ducharse tratando de hacer el menor ruido posible. Cuando estuvo listo para salir, dio vueltas en la sala sin saber como iba a despertar a Taehyung, cuestionándose de si debería solo dejarlo dormir e irse, pero tampoco sabría como se sentiría él al respecto si se despertara en un lugar solo y que no conoce.

No lo pensó más cuando subió otra vez a la recamara, se mordió las uñas con nerviosismo, una acción que pensaba ya había dejado atrás hasta ese momento. Se sentó en la orilla de la cama y pronunció su nombre en un susurro que solo provocó que el hombre se moviera en la cama, levantando un poco la camiseta que usaba, dejando a la vista un poco de su abdomen.

—Joder —se quejó Jungkook estirando su mano hasta el dobladillo de la camiseta, volviendo a cubrir la barriga de Taehyung.

—Taehyung, despierta —dijo un poco más alto que la última vez, logrando que este abriera sus ojos algo hinchados, al igual que sus labios que se fruncieron ligeramente formando un puchero.

Jungkook sentía que moriría de ternura en ese momento, no era posible que fuera la misma persona que estaba acostumbrado a ver en lindos trajes, con un aura de dominancia imposible de ignorar. Taehyung se sentó en la cama apenas con sus ojos abiertos; se sorprendió cuando este apoyó su frente de su hombro mientras se quejaba con un suave "mmm". El cabello completamente despeinado, con algunos mechones levantados rozaban su barbilla.

—No quiero.

Su voz más ronca de lo normal y como este abrazaba su brazo casi inconscientemente, fue lo que hizo que la piel de Jungkook se erizara ante la cercanía que mantenían en ese momento. Su cuerpo estaba caliente, su cabello le hacia cosquillas en el cuello y entre todo eso, Taehyung olía a su colonia, a su jabón de pepino y vainilla.

—Tengo que ir a trabajar —masculló Jungkook, levantando su brazo libre con la intención de devolverle el abrazo, pero antes de que pudiera hacerlo, Taehyung se levantó de la cama en un movimiento rápido.

Fue tan rápido que se quedó estupefacto mirándolo estrujarse los ojos, peinando su cabello con rapidez, bajando las escaleras a la misma velocidad. Sin decir mucho, lo siguió y esperó a que este estuviera listo para salir, aún cuando solo se quejaba de que no lo despertó antes.

Taehyung estaba acostumbrado a dormir hasta tarde durante la semana, es por ello que apenas recordaba que estaba en casa de Jungkook cuando fue despertado por la suave voz del pelinegro. Cuando se subió a la motocicleta de Jungkook, ni siquiera le dio tiempo a pensar que tarde estaba este para llegar al trabajo, es por lo que no tampoco se detuvo a analizar en como todavía le causaba cierto miedo subirse sobre la moto.

En el instante que estuvo abrazado a Jungkook, no quiso dejar ir su cuerpo aún cuando ya habían llegado a la entrada de su edificio.

—Gracias por la ropa y por todo lo demás, la pasé muy bien —masculló Taehyung mientras se quitaba el casco, pero seguía sentado detrás de Jungkook.

—Podemos volver a hacerlo cuando quieras —le aseguró Jungkook extendiendo su mano para ayudarlo a bajar de la moto, pero la mirada del castaño estaba en la mujer rubia que se encontraba a punto de entrar al edificio y este intenta rápidamente bajarse de la moto.

—Mom, ¿qué haces aquí? —cuestionó Taehyung con la mirada en la mujer que hizo contacto con Jungkook en cuanto se dio la vuelta, sus cejas se fruncieron y sus labios se abrieron con sorpresa, pero toda la atención del pelinegro se encontraba en su cita.

Escucharlo hablar en inglés y con aquel acento ligeramente británico, es algo que no esperaba de Taehyung, al menos no esa mañana. Aunque solo fueron un par de palabras, no podía dejar de pensar en lo atractivo que se escuchaba viniendo de él, con esa voz profunda y ronca por haberse despertado recientemente.

—Te veo luego —dijo Taehyung apartando la mirada de su madre, besando la mejilla de Jungkook en forma de despedida—. Conduce con cuidado, escríbeme cuando llegues.

Jungkook solo pudo asentir y susurrar un "si" ante las repentinas y algo ansiosas acciones de Taehyung. Volvió su mirada a la mujer rubia que seguía de pie en el mismo lugar, ya que seguía observándolo, este se despidió de ella con un asentimiento, ya sabia que se trataba de la madre del castaño, era imposible ignorar cierto parecido en las elegantes facciones de su rostro.

En cuanto vio a Jungkook desaparecer en su moto, se preguntó como tuvo el atrevimiento de subirse en esa moto, no es que fuera muy grande, pero lo suficiente como para causarle miedo. Cuando se giró para encarar a su madre, por la sonrisita en su rostro supo que lo siguiente serian las preguntas.

—Con razón no me contestabas, ¿es el chico que mencionaste?, ¿el que no te gusta? —cuestionó en cuanto se saludaron con un abrazo.

—Si, madre —masculló abrazándola por los hombros—. ¿Por qué vienes tan temprano?

—Iba de camino al trabajo y quise dejarte algo de comida —dijo mientras ambos subían al ascensor—. No parece de tu estilo, esperaba algún tipo de empresario o que se yo...

—Está fuera de mi estilo, pero tendrías que conocerlo primero. No es como aparenta —consideró Taehyung.

—¿Cómo va el proceso? —cuestionó cuando las puertas del ascensor se abrieron en su piso.

—En resumen, Juwon me quiere hacer la vida imposible.

—Vas a ganar, tienes un abogado feroz —le aseguró la mujer dedicándole una sonrisa cuando estuvo a punto de abrir la puerta de su apartamento, mismo que seguía con algunas cosas sin arreglar.

Había olvidado lo que es vivir solo, aunque estaba acostumbrado a estar solo durante el día en esa enorme casa que compartía con Juwon, no era lo mismo cuando ya era un hecho que estaba solo en ese apartamento. No se apresuraría por arreglar todo muy rápido, si al final solo y su madre de vez en cuando, estarían en ese apartamento.

En el instante que llegó a la pastelería, lo primero que recibió por parte de su hermana fue un bombardeo de preguntas sobre su cita, a lo que el se limitó a responder con un "me fue bien". Aunque ella insistió en saber saber, Jungkook no le dio los detalles de que estuvieron a punto de besarse cuando ella lo llamó por error o de que este durmió en su apartamento, Eun-joo no se callaría durante el día y quien sabe por cuanto tiempo más si se enteraba de ello.

════🎸 ━━━━━『🍸 °*• ♫Taehyug♫ •*° 🍸』━━━━━🎸════

He intentado con todas mis fuerzas mantenerme animado, pero estar la mayor parte de mi tiempo preparándome para la segunda mediación del divorcio, me era casi imposible no pensar en ello en el trabajo, cuando me duchaba o hacía cualquier cosa. Estaba en mi mente todo el tiempo, no sabía que tanto se alargaría, solo estaba seguro que será mucho mas largo de lo que tenía estimado, todo por que mi exesposo es tan egoísta y quiere seguir aferrándose a algo que ya no existe entre nosotros.

No podía siquiera mirarlo a la cara sin recordar todas las cosas que había hecho por él, por mantener una relación que no iba para ningún lugar mas que para el mismísimo abismo.

Ha pasado una semana desde que salí con Jungkook, aunque hemos estado hablando bastante por mensajes de texto y algunas veces llamadas, mis ánimos volvieron a desplomarse cuando la fecha que tenía para la segunda mediación fue cambiada. No puedo negar que la presencia del pelinegro en el bar alegraba mis noches cuando todo lo que tenía en mente eran pensamientos negativos.

Me alegraba verlo tocar y disfrutarlo. Me gustaba que siempre se quedara al final de cada presentación a tomarse un gintonic antes de marcharse en su moto y su guitarra colgando de sus hombros. Siempre que se marchaba sentía otra vez esa soledad.

Ahora que vivía solo en un apartamento, me di cuenta de lo solo que estaba sin Juwon. Solo tenía mi trabajo en el bar de noche, mis libros, y el tocadiscos que reproducía casi todas las noches con algún jazz. Mis días se convirtieron en visitas constantes a la oficina de mi abogado, mis noches se redujeron a mi mismo tomando una botella de vino casi diario mientras leía un libro en el sillón cerca de la ventana, hasta terminar profundamente dormido hasta el día siguiente y repetir.

Lo único diferente y realmente emocionante era Jungkook, pero cada día que pasaba menos quería involucrarlo en mi vida cuando todo parecía estar patas arriba. Muchas veces quise ir a donde él estuviera y simplemente estar con él, pero me contuve de hacerlo porque me parecía injusto que lo buscara solo para hacerme sentir bien, solo para olvidar el mal momento por el que estoy pasando.

Siempre que mis ojos captaban su sonrisa cuando tocaba la guitarra, calentaba mi pecho de una manera que solo él podría lograr. Cuando me llamaba al llegar a casa para preguntarme si había llegado bien después de despedirnos en el bar. Permanecer hablando por largos minutos, es algo me hacía sentir menos solo, que realmente podía charlar con él de cualquier cosa y que esté escucharía hasta que uno de los dos terminara dormido.

El segundo día de la mediación no fue muy distinto al primer día, no estaban en la obligación de llevar a cabo ese tipo de proceso, pero lo único que deseaba era terminar con todo eso de la mejor manera y lo más rápido posible, lo que claramente no era la misma intención que tenía Juwon.

Esa tarde sus abogados presentaron las pruebas que justificaban la demanda por daños psicológicos, lo que no me esperaba es que Juwon hubiese llevado como prueba fotografías recientes. Primero sentí mi corazón acelerarse y un increíble enojo invadió todo mi cuerpo, no podía creer que estaba usando a Jungkook para contradecirme.

En el instante que mostró varias fotografías de mi subiéndome a la moto de Jungkook, de mi sonriéndole al pelinegro. Me sentí enfermo de solo pensar en como el consiguió esas fotografías.

—Estas fotografías, demuestran que no hay daños psicológicos como asegura el señor Choi —dijo el abogado de Juwon—. Fueron tomadas el mismo día de nuestro primer encuentro, y no es la primera vez que mi cliente ve al señor Kim con otro hombre.

—¡Eso es acoso! —grité sin poder controlar mis emociones.

—Eres mi esposo, Taehyung.

Esa mirada llena de suficiencia, esa expresión en su rostro solo incrementaba mis sentimientos negativos hacia Juwon. Quería gritarle, pegarle por meter a Jungkook en un problema del que ni siquiera forma parte. Sentí todo mi cuerpo caliente del enojo que sentía en ese momento cuando las fotografías seguían sobre la mesa, Juwon con esa expresión santurrona.

Estuve a punto de levantarme de mi lugar, cuando sentí el fuerte agarre de mi abogado sobre mi muñeca, era la segunda vez que lo hacía. Estaba a punto de perder el control, cuando se supone que debía permanecer tranquilo y dejar todo en manos de Choi si quería llegar a un acuerdo, pero claramente el poner sobre la mesa fotografías mías con Jungkook saliendo juntos, era el propósito de Juwon hacer que me descontrolara y con ello hacerme quedar mal frente al mediador.

Sabía como sacarme de mis casillas y lo estaba logrando.

—Es su esposo, pero está en medio de un divorcio, ya no viven juntos, por tanto es acoso y podemos demandarlo por eso señor Lee —señaló Wooshik logrando que Taehyung se mantuviera en su lugar—. Debería asesorarlo mejor —dijo esta vez dirigiéndose al abogado contrario.

—Puede demandarme por cuantas cosas quiera, pero no pienso firmar esos papeles. No será por mutuo acuerdo, Taehyung.

Como si fuera poco, aquellas palabras solo aumentaron mi ira, mi mirada gritaba todo lo que mis labios no pudieron expresar en ese momento. No había rastros del hombre al que solía decirle "te amo", algo que al parecer realmente nunca fue parte de nuestro matrimonio.

Sucedió exactamente lo que no quería, no había formas alternativas de resolver el conflicto entre nosotros fuera de un sistema judicial. Nuestro caso sería llevado al tribunal, de solo pensar en ello sentía que mi cabeza explotaría si se prolongaba aún más el proceso.

—¿Cómo te atreves? —fue lo primero que pregunté a Juwon en el momento que salimos del edificio. Ya no podía seguir controlando mis emociones, estaba tan molesto por lo que había hecho, no quería gastar mis energías en algo tan agotador como el odio.

—¿Cómo te atreves tú?, ¿con ese guitarrista?, ¿Cuántos años crees que tienes? Ya no eres un adolescente, Taehyung.

Solo pude reírme sin gracia por sus preguntas absurdas, ni siquiera valía la pena discutir con él, no valía la pena gastar mis energías con él si de todos modos ya había decidido convertir ese divorcio en mi peor pesadilla.

Sabía que esta noche no iba a poder dormir, con una copa de vino en la mano me encontré pensando en que realmente era el culpable de este torbellino de problemas. Ver como Juwon persiste me hace pensar en que fingí tan bien para llevar a cabo mi ilusión.

Esa persistencia me ha llevado a ver que también he sido capaz de herir profundamente a un hombre que sólo falló en una cosa. Sé que nada justifica aquellos insultos que recibí aquella vez, pero hoy siento la mente débil y pienso ¿Si realmente le hubiera abierto el corazón al hombre que hizo lo posible por dármelo todo? ¿que hubiera pasado?

Me sentí realmente miserable porque sé que mi destino es irrefutable y que no hay lugar para el "Si hubiera hecho esto" "Si hubiera sentido aquello" nada iba a cambiar por luz estas horas negras. Si seguía llenándome la mente de culpas iba a poner en problemas al abogado Choi sin necesidad después de toda la firmeza que ha mostrado.

Debía dejar atrás mis pretensiones, bastó desligarme un poco de mi ego para saber que no era ni tan victima ni tan culpable, que formaba parte de este problema y que no podía escapar por muy mal que me sintiera. Abrir los ojos en medio de tanto disturbio y saber que había vivido para escudarme entre cosas "perfectas para mi" era realmente decepcionante.

Así es como han de transcurrir mis días y no puedo rendirme, no cuándo han involucrado a Jeon Jungkook, la persona que me hizo despertar de la vida de mentiras que llevaba, lo mínimo que puedo hacer es defenderlo defendiéndome a mi mismo hasta el final

Pensé que salir del apartamento me ayudaría a despejar la mente y estar mas tranquilo, conduje sin rumbo con la capota del auto abierta, dejando que la brisa revolviera mi cabello. Era viernes en la noche cuando todo lo que podía pensar era en esas fotografías y en Jungkook, una vez mas no tuve ánimos para ir al bar.

Estuve por horas conduciendo alrededor de la ciudad, me detuve en un puesto de comida rápida, notando las pocas personas que había en la calle. Fue en ese momento que me di cuenta lo tarde que era.

Me sentía tan mal por que Jungkook se ha visto involucrado en mi divorcio con Juwon cuando ni siquiera podía afirmar que estábamos saliendo cuando todo lo que había entre nosotros apenas y estaba convirtiéndose en algo mas que simple amistad. Quería pedirle disculpas por ello, porque mi exesposo se las ingenió para meterlo en un asunto que no le compete, pero no podía, no me sentía listo para hacerlo.

Desde el interior de mi auto que ahora se encontraba apagado frente a Tazzys, mi mirada estaba fija en el contacto de Jungkook, esa fotografía que el mismo guitarrista le había compartido por mensajes en la que estiraba sus labios como si estuviera lanzando un beso, su cabello dividido en el centro y una camiseta negra cuello tortuga, fue la foto más tierna que pudo haberme compartido para que la pusiera en su contacto.

No puedo negar el hecho de que extrañé verlo tocar esa noche, es por ello por lo que seguía debatiéndome si era correcto llamarlo a esa hora de la noche. Podría seguir despierto o no, pero no lo sabría si seguía mirando su foto, lamentándome en susurros por sentirme increíblemente atraído a ese hombre. Esa noche me conformaba con escuchar su voz.

Se supone que después de las fotos que nos tomó Juwon lo mejor que yo podía hacer era mantener distancia con él hasta que resolviera mis problemas, pero luego estaba mi gran necesidad de verlo o al menos escucharlo.

Sin darme cuenta terminé llorando de frustración. No tenía idea de que debía hacer, si simplemente alejarme de Jungkook o seguir viéndolo como habíamos acordado hacerlo en el futuro. Por supuesto que deseaba seguir viéndolo, que no quería alejarlo porque mi vida es un desastre del que no quiero hacer parte a alguien más, pero luego recuerdo en lo bien que me hace sentir y simplemente olvidó todo lo demás.

Con la vista nublada por las lágrimas que seguían saliendo de mis ojos sin control, mi dedo pulgar titubeo antes de presionar el botón del teléfono, escuché tres tonos cuando pude escuchar la suave voz de Jungkook del otro lado de la línea, y un simple hola fue suficiente para hacerme sonreír a medias.

Limpié las lágrimas de mis mejillas con el dorso de mi mano, ahora que tenía a Jungkook esperando una respuesta de mi parte, me era casi imposible articular palabra alguna. Escucharlo llamarme por mi nombre con aquel tono de voz bajito y tal dulce, me trajo recuerdos de cuando me dijo días atrás que podía llamarlo a la hora que quisiera y él contestaría, un comentario que surgió porque yo siempre contestaba sus mensajes y llamadas a tiempo.

—Hola —susurré con mi voz saliendo más ronca de lo que pensé que se escucharía.

—¿Está todo bien? —preguntó Jungkook. Sabía que se daría cuenta casi de inmediato que estuve llorando por un lago rato, especialmente cuando mi voz se escuchó quebrada.

—Quisiera decirte que si, pero no —murmuré enredando en mis dedos la camisa rosa que llevaba por fuera del pantalón.

—¿Quieres venir a mi casa? Tengo cerveza, estoy en la azotea ahora mismo.

—Jungkook son las 12 de la noche, ¿qué haces ahí arriba? —cuestioné sorbiendo mi nariz.

—Estaba terminado de escribir una canción. Es muy tranquilo aquí arriba —comentó—. Además, creo que es el único lugar bonito que tiene este edificio viejo.

—Un par de cervezas no están mal y estoy estacionando frente al bar.

—Entonces estás cerca, puedes venir.

Me estaba invitando a su apartamento a las 12 de la noche, a beber cerveza juntos. Me encantaba la manera en la que él siempre actuaba en medio de situaciones como esa. La última vez que lo hizo fue en su cita cuando me contó sobre su padre, y allí estaba haciéndolo de nuevo, demostrando ser la persona mas compresiva, demostrando que no era necesario para él preguntar para saber que algo andaba mal.

Solo estaba dándome mas razones para no alejarlo de mi vida. Lo único que estaba alejando era mi idea de mantener distancia, cuando todo lo que deseaba era acortarla.

—Te advierto que estoy en pijamas, para nada arreglado —admitió el chico, lo que me hizo reír bajito.

—Si no estás semidesnudo, puedo lidiar con ello —dije mientras encendía el coche.

—¿Y que si lo estuviera?, ¿harías algo al respecto? —cuestionó Jungkook, por el tono de voz que utilizó podía asegura la expresión que tendría en ese momento.

—Claro que lo haría. Y tu también —contesté en el mismo tono de voz.

Que Jungkook fuera coqueto conmigo no era algo que pasaba todo el tiempo, después de nuestra cita, este volvió a ser el mismo que se sonrojaba si lo miraba mucho o si lo halagan demasiado, y cuando intentaba coquetear inmediatamente se reía con nerviosismo, una acción que solo me llevaba a mi a adorarlo más.

Estacioné el auto frente al edificio que ya identificaba como el lugar en el que vivía el guitarrista, alcé la mirada hacia la azotea esperando ver algún indicio de su figura, pero no pude apreciar nada mas que esas bombillas amarillas que usaban como decoración mayormente en las terrazas.

Me avergonzaba un poco que él me viera con la nariz roja y los ojos hinchados, pero no tenía escapatoria cuando fui quien aceptó venir. En cuanto abrí la puerta del último piso, la brisa azotó contra mi rostro haciendo que mis ojos se entrecerraran un poco.

Vio a Jungkook de espaldas a mí y escuché el sonido de su guitarra acústica, tenía razón cuando dijo que era un lugar muy bonito que nadie creería que se encontraba en aquel edificio que no era precisamente lujoso. Había un huerto con pilares esparcidos en cada esquina de la azotea, bombillas amarillas colgaban de un extremo a otro, mismas que iluminaba toda la terraza; en medio había un banco de picnic, mismo en el que se encontraba Jungkook con su guitarra y una libreta a su costado.

—Acércate —me pidió el pelinegro en cuanto notó mi presencia.

Llevaba su cabello cubierto por un beanie negro, el pijama que mencionó estaba conformada por un par de pantalones cortos y una camiseta gris holgada.

—Te gustan los lugares altos con buena vista —susurré sentándome junto a Jungkook, quien solo asintió mientras cerraba su libreta y la dejaba descansar del otro lado, junto a la guitarra.

—Perdón por llamarte y por venir así.

—No es para tanto, yo te invité —replicó Jungkook jugando con el piercing en su labio. —¿Mal día?

—Mal día. —contesté asintiendo, tomando en mis manos la cerveza me brindaba el pelinegro—. ¿Terminaste tu canción?

—Le falta poco —dijo Jungkook al mismo tiempo que ambos le dábamos un sorbo a la cerveza de lata—. Quizás algún día te la muestre.

—Me halagas —mascullé sonriendo sin mostrar mis dientes, saboreando el líquido frío que pasaba por mi garganta.

Pude escuchar la risita de Jungkook y sentí mi corazón dar un vuelco al escucharlo, no podía ignorar las cosas que sentía cuando estaba a su lado, la mínima cosa que hiciera la encantaba, hacia que su cuerpo reaccionara a ello de inmediato, de la misma manera que la cera al hacer contacto con el fuego o el imán contra una superficie de hierro. Así se sentía cuando estaba cerca de él.

—Perdón por venir, siempre que hablamos estoy... así. Siento que te estoy utilizando —admití.

—No lo haces, es normal querer tener con quien hablar o no hablar, solo estar —susurró Jungkook—. Conmigo puedes hacer ambas cosas, cuando quieras. Tampoco tienes que decirme que te está haciendo pasar un mal rato, pero supongo que es lo mismo que me contaste en nuestra última salida.

—Si, no pensé que todo esto drenaría mis energías, pero lo hace.

—Piensa en que eventualmente todo terminará, ¿él te está molestando? —preguntó volviendo su mirada a mi, haciendo una pregunta que no me esperaba para nada—. Tengo buenos músculos para golpear.

Solo me reí por la expresión de Jungkook al señalar sus músculos, me vi a mi mismo golpeando levemente su hombro.

—No es necesaria la violencia —consideré. Por más que me encantaría que alguien le diera una paliza a Juwon, yo mismo lo haría, pero no valdría la pena.

—Tu llámame. Seré tu escolta —me aseguró Jungkook sonriendo con cierta timidez.

—Gracias.

—De nada —comentó dejando caer sus hombros y tomando un sorbo de su bebida.

—Lo digo en serio —le dije en un susurro—. Gracias por hacer esto por mi.

—No hay de que lindo.

Lo menos que podía hacer era agradecerle por siempre encontrar la manera de hacerme sentir bien. El ambiente en la azotea era tan relajante y se sentía tan cálido a pesar de que estábamos al aire libre en medio de la madrugada.

El cuerpo de Jungkook estaba lo suficientemente cerca del mío como para sentir la calidez, su presencia no solo mantenía mi cuerpo en una buena temperatura, sino también mi corazón que no dejaba de latir fuerte contra mi pecho mientras este me sonreía después de haber usado ese apodo al que empezaba a acostumbrarme siempre que viniera de el.

Ese lugar, fácilmente podría convertirse en una especie de refugio para mi porque me hacia sentir tan cómodo como estar en casa, Jungkook me hacia sentir tan relajado, cómodo, cercano y cálido como estar en casa.

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