XVII. Si, acepto

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Canciones del capítulo:
Good life de One Republic
Die With A Smile de Lady Gaga ft Bruno Mars
I Get to Love You de Ruelle

La magia librar batallas más allá de lo humanamente soportable se basa en lo mágico que resulta arriesgarlo todo por un sueño que nadie más alcanza excepto tu —Million Dollar Baby.

La primavera ese año pintaba de colores vivos y radiantes en la ciudad de Londres, el Regent's Park era como el lienzo de una pintura colorida donde el verde limón predominaba entre las ramas y flores que llenaban de vida el Conservatory.

El clima fresco acariciaba el aire, perfecto para el gran día que ya hacía para la pareja que se preparaba en habitaciones separadas antes del gran momento de sus vidas y su relación.

El cuarto donde Jungkook se terminaba de preparar con la ayuda de su mejor amigo, era amplio y sencillo, con grandes ventanales que permitían que la luz de la primavera entrara y cubriera el espacio en un resplandor suave. Las paredes eran blancas, adornadas con marcos antiguos y plantas verdes que parecían respirar junto con la naturaleza que les rodeaba.

En una esquina, un espejo de cuerpo entero reflejaba la silueta de Jungkook, vestido con un traje negro, camisa blanca y un corbatín negro, él no era de usar corbatas y mucho menos corbatín, pero ese día era especial y, además, sabía que a Taehyung le encantaría.

Jimin lo ayudó a ajustar con cuidado los últimos detalles en su corbatín.

—Estás impresionante, amigo —masculló Jimin esbozando una sonrisa mientras terminaba de acomodar el traje de Jungkook—. No puedo creer que de verdad te estés casando.

—Gracias —murmuró Jungkook, nervioso, tratando de calmar el ritmo acelerado de su corazón—. Yo tampoco lo creo, es como tan irreal, aún más que me esté casando con Taehyung, es decir es... es Taehyung, ¿entiendes?

—Si entiendo, te flechó de inmediato y díganos que tú siempre tuviste tus dudas, especialmente después de conocer su pasado, pero créelo —susurró Jimin dejando caer sus manos sobre los hombros algo tensos de su mejor amigo—. Te vas a casar con el amor de tu vida, en una ciudad que te encanta, después de todo lo que pasaste, te lo mereces.

—Gracias por siempre estar —musitó Jungkook—. Te amo, amigo.

—Y yo a ti —replicó Jimin sonriente dándole palmadas en el pecho—. No lloremos antes de tiempo, podrías arruinar el poco maquillaje que tienes y no queremos que Taehyung vea un desastre queremos que se impresione tanto que quiera volver a pedirte matrimonio.

—Tonto —río el guitarrista golpeando levemente el hombro de su amigo.

De pronto, la puerta de la habitación se abrió y entraron Hyun-jin y Cyrus, ambos luciendo elegantes en sus propios trajes elegantes. Mientras Cyrus llevaba un traje de pantalón blanco, camiseta grisácea casi llegando a ser blanca con una americana azul de rayas y Hyun-jin una camiseta de cuadros marrones y azules que combinaba a la perfección con su traje azul oscuro.

Ninguno de los dos pudo evitar soltar comentarios entusiastas al ver a Jungkook parado frente al espejo.

—¡Miren a nuestro líder, todo un modelo! —bromeó Cyrus, dando una vuelta alrededor de Jungkook, como si lo estuviera evaluando—. Taehyung se va a desmayar cuando te vea. Va a querer pedirte matrimonio otra vez.

—¡Es lo que le dije! —chilló Jimin emocionado.

—Por Dios —volvió a reír a Jungkook al ver a sus amigos tontear—. Su forma de halagar es muy extraña.

—Lo que ellos quieren decir, es que te ves guapo, hyung —declaró Hyun-jin abrazándolo por los hombros—. Hoy es el gran día, ¿estás listo?

—Lo estoy, solo... —Jungkook respiró hondo—. Solo estoy muy nervioso.

Hyun-jin y Cyrus se rieron suavemente antes de arrastrar a Jimin hacia la puerta, para que dejara a Jungkook en paz los últimos minutos antes de la ceremonia. Por la mirada de Jungkook sabían que él necesitaba un tiempo a solas para poder organizar sus pensamientos antes de salir al altar.

—¿Estarás bien, amigo? —preguntó Jimin con un toque de preocupación mientras lo llevaban afuera.

—Sí —asintió Jungkook, mirando a sus amigos con una sonrisa suave—. Haré algo antes de salir.

—Recuerda, tienes que esperar la señal antes de salir, ¿de acuerdo? —fue lo último que alcanzó a decir Jimin, antes de que la puerta se cerrara y desapareciera de su vista.

De repente, el silencio llenó la habitación. Jungkook se quedó solo y por un momento, todos sus nervios lo inundaron. Nunca pensó que estaría allí, en el día de su boda. Nunca se imaginó dando un paso tan grande, comprometiéndose a compartir su vida con alguien, hasta que conoció a Taehyung.

Se acercó al espejo y observó su reflejo en este. Estaba bien, se veía bien, no había nada fuera de lugar a excepción del terror que lo invadía. Ese miedo que le recordaba aquellas noches cuando tocaba en Tazzys en las primeras semanas, el mismo nerviosismo cada que se quedaba a solas a altas horas de la noche con el dueño del bar que en ese momento para él solo era el encantador bartender que le parecía demasiado atractivo para ser real.

Respiró profundo cerrando sus ojos por un momento y vio su propia imagen esperando que Taehyung le hiciera alguna pregunta para seguir hablando con él a pesar de que su presentación con Blue Notes ya había terminado. Sonrío al recordar la vergüenza que la invadió cuando se atrevió a devolverse de la puerta del bar solo para asegurarse de que sus respuestas cortas no se debieron a algo que haya hecho mal y posterior a ello invitarlo a salir.

¿De dónde saco el valor para invitar a salir un hombre como él? Ni siquiera en un momento como ese en el que estaba a punto de casarse con él, podría responder a esa pregunta.

Jungkook sabía que todo estaba a punto de cambiar, pero esta vez, ese cambio no lo asustaba. No como antes. Desde que Taehyung entró en su vida, las cosas se veían diferentes, más claras, más brillantes. La idea de casarse, de formar una familia, de compartir cada día con él, le llenaba de una felicidad que nunca había creído posible que llegaría a alcanzar.

Los nervios no eran por miedo, sino por la emoción de lo que estaba por venir.

—Es real —murmuró para sí mismo, sonriendo mientras se ajustaba el anillo en su dedo—. No es un sueño, te vas a casar con la persona que te enseñó una nueva perspectiva del amor.

Con cuidado se sentó en el pequeño sofá que quedaba de frente a la ventana que le daba una hermosa vista hacia los jardines del exterior. Saco el móvil de sus bolsillos y en él leyó los últimos mensajes que recibió de Taehyung.

"Te veo en el altar".

Con una sonrisa abrió la aplicación donde acostumbraba a dejarle notas cuando estaban a larga distancia o solo cuando lo extrañaba tenerlo a su lado. En ese momento quería escribirle su última nota.

Notas para mi futuro esposo:

Esta es la última nota que escribo como tú novio, como tu prometido.

Hoy es el día en que te convertirás en mi esposo y escribo esto mientras me sudan las manos. Estoy nervioso y me pregunto si tú lo estás tanto como yo.

No puedo esperar a verte con tu lindo traje blanco y beige que tanto querías usar, pero desde ya puedo asegurarte de que te ves hermoso, te ves como el amor de mi vida, de eso no hay dudas.

Solo quiero decirte que te amo y que este día será el día en el que mi cuerpo, la melodía de mi corazón y los mil millones de infinitos de mi amor por ti se convertirán en todo un universo y será sólo tuyo, por siempre tuyo.

Gracias por ver a través de mí, por mostrarme todas tus facetas, por quedarte a mi lado cuando se volvió caótico y abrumador para ti. Por enamorarte de alguien que no tenía nada más que un sueño y una guitarra. Gracias por estos cuatro años de amor y comprensión. Por esos días felices y tristes, por ser la estrella en mi cielo.

PD: No, estos no son mis votos. Tengo muchas otras cosas que decirte antes de convertirme en mi esposo.

Siempre tuyo,

Honey.

Con una sonrisa presionó enviar y esperó pacientemente la señal antes de salir al altar. Mientras tanto deslizó sus dedos por su galería y se dio cuenta de que sus últimas fotografías eran de él y Taehyung en la Isla Jeju dos días antes de iniciar la gira con Blue Notes.

No estaba en sus planes viajar a Jeju a poco tiempo de empezar una gira, pero tampoco podía decirle que no a Taehyung, quien fue que sugirió que debían visitar el muro de las artes de volver a Londres, y así lo hicieron.

Caminar sobre la arena a pies descalzo siempre será gratificante, especialmente si estaba acompañado del hombre que lo motivó a volver a aquella playa donde han compartido momentos importantes.

Las gaviotas, el sol anaranjado que se ocultaba detrás de las montañas. Los molinos de viento, le brindaba una paz que no podía compararse con nada.

Nunca imagino que después de ese día que se dieron su primer beso, volverían allí para actualizar las fechas y colocar el día en que se comprometieron y el día en el que se casaran.

El muro de las artes aun guardaba el recuerdo de su primer beso, una relación establecida y fortalecida, esa mañana cuando el sol los golpeaba y la brisa movía su cabello, dejarían en el muro dos fechas igual de importantes para ellos.

Ambos sonrieron al ver las fechas debajo de sus iniciales escritas con una piedra, permanente en el tiempo, tan inquebrantable como lo era su amor.

JK
TH
22/7/22
06/10/22 :)
12/5/25 <3
22/6/26 — Merried <3

Jungkook levantó a Taehyung en sus brazos y corrió hasta el mar, no se detuvo ni siquiera cuando su prometido golpeaba su pecho y le gritaba que no tenía bañador para meterse al agua.

Jugó un poco con él haciéndole creer que lo dejaría caer en el agua que ahora llegaba hasta sus tobillos, pero en cambio Jungkook se detuvo en seco y lo miró a la cara, viendo como este apretaba sus ojos con fuerza.

—No te dejaré caer —susurró Jungkook besando el puente de su nariz—. Ni en el agua, ni en la vida, ni nunca, miel.

—Dios, si querías hacer algo romántico solo tenías que besarme, honey —declaró sujetándose bien del cuello del guitarrista que aún lo cargaba en sus brazos—. Yo tampoco te dejaré caer, nunca.

—Si me miras de esa manera otra vez, no tendré más opción que besarte —admitió Jungkook dejándolo con los pies en la tierra.

—¿Cómo?, ¿así? —cuestionó tomándolo de la cintura y alegándolo a su cuerpo mientras lo miraba directo a sus ojos, batiendo sus pestañas y elevando una sonrisita coqueta.

Jungkook rompió con cualquier espacio entre ellos, dejando caer sus manos sobre los hombros de Taehyung, ladeó su cabeza un poco y unió sus labios en un beso lento, medido. Un beso en el que saboreaba su boca y le decía repetidas veces: "te amo, te amo, te amo".

Dos toques en la puerta lo sacaron de su burbuja y vio a su madre entrar con una sonrisa radiante en el rostro.

—¿Listo?

—Si —masculló Jungkook tomándola del brazo antes de salir de la recamara.

Llegó la hora de salir al altar y los nervios volvieron a su cuerpo, a pesar de que era algo íntimo con sus familias y amigos, la emoción del momento era tan grande que no podía detener sus manos temblorosas.

Ellos decidieron hacer la boda en The Nash Conservatory, un invernadero histórico situado en el corazón de Regent's Park, tenía una estructura completamente acristalada, con techos altos y estaba rodeado de jardines exuberantes y bien cuidados.

Aunque fue sugerencia de Jungkook, eligió ese lugar pensando en Taehyung y en lo mucho que le gustaría recitar sus votos de amor, decir el "si acepto" en un lugar que estuviera hermosamente rodeado de plantas y flores durante la primavera.

Taehyung leyó la última nota de Jungkook cuando ya estaba a punto de salir y el solo leerla llenó su corazón de una emoción que con un par de segundos antes lo hubiese encontrado en su habitación y habría besado antes de poder decir: Si, acepto.

Pero entonces su madre llamó a su puerta como sabía que la madre de Jungkook también lo hacía con él.

Todo a su alrededor era tan hermoso, tan de ensueño que ha tenido que pellizcarse más de una vez para asegurarse de estar realmente despierto.

En sus pensamientos no quería compararlo con su antiguo matrimonio, pero era inevitable tenerlo en cuenta cuando se estaba casando en grande, con muchos más invitados, en un lugar que a él le encantaba y del que siquiera sabía que se podía utilizar para bodas.

Su primera boda mucho más íntima y pequeña. Pero ahora, ahora se estaba casando en un lugar que parecía una especie de castillo de cristal con columnas de arquitectura como en la antigua Grecia y flores, muchas flores y plantas.

Taehyung salió tomando a su madre del brazo.

A la abuela le hubiese encantado verte casarte en este lugar —susurró mientras caminaban fuera de la habitación.

Guardé su asiento y el de papá en el frente para que puedan verlo desde donde este. Ellos están presentes en mi corazón, mom.

Estoy muy feliz por ti, cariño.

La melodía de un piano llenó el lugar y en ese preciso momento que ambos levantaron sus miradas, mismas que se encontraron bajo la luz solar que atravesaba los grandes ventanales.

Ambos empezaron a caminar hacia el altar, sin apartar la mirada del otro en ningún momento.

Jungkook le tomó una imagen mental repetidas veces. Llenó el carrete de sus recuerdos del hombre que tenia frente a sus ojos.

Todo a su alrededor desapareció, los invitados, el oficiante, su madre que lo llevaba del brazo con delicadeza, su mente estaba llena Taehyung vestido con un traje beige, una camisa blanca y una corbata marrón oscuro escondida detrás de su chaleco beige.

Lo siguiente que apreció fue su muñeca decorada por aquel Rolex que le regaló para uno de sus cumpleaños y en sus manos sostenía un ramo de flores amarillas, pero no unas flores cualesquiera, sino la misma que decoraba el bolsillo de su saco y estaba seguro que eran flores buttercup o "girasol falso".

Un príncipe. Así es como lucia frente a sus ojos, como todo un príncipe.

Taehyung sonrió al ver lo perdido que estaba Jungkook en el, de la misma manera que él lo estaba en el hombre alto que se detuvo frente a él luciendo increíblemente atractivo con aquel corbatín y su cabello largo peinado hacia atrás. El anillo de oro en su dedo contrastaba a la perfección con la flor amarilla en su traje.

El amor de su vida, así es como lucia Jungkook para él. Como el amor de su vida.

Sus madres se saludaron con una reverencia mientras dejaban que sus manos se unieran frente al altar. Y no fue hasta que escucharon la voz del oficiante que volvieron en sí.

Todo nerviosismo desapareció de sus cuerpos en cuanto sus manos se entrelazaron, mientras se miraban de frente, sonrientes.

—Bienvenidos, amigos y seres queridos —dijo el oficiante con solemnidad—. Hoy nos encontramos aquí para celebrar el amor entre Taehyung y Jungkook, para ser testigos de la unión de dos almas que han decidido caminar juntas por el resto de sus vidas. El compromiso que están por hacer no solo es una promesa para el presente, sino un vínculo eterno que ambos compartirán en el futuro.

El oficiante hizo una pausa bajo la atención de todos los presentes.

—El matrimonio es más que un simple contrato. Es un acto de fe, una promesa de compartir tanto las alegrías como los desafíos que la vida traerá. Este momento representa el inicio de una nueva etapa en la que su amor crecerá, fortalecido por su mutua dedicación y el respeto que se tienen.

Jungkook respiró profundamente, sintiendo el calor de la mano de Taehyung entrelazada con la suya. Su mirada no se apartó ni un segundo de la de su prometido, y cuando el oficiante les indicó que era el momento de intercambiar votos, él sintió su corazón latir con fuerza en el pecho.

Tenía sus votos listos desde el día en el que le prometió que sería su esposo. Tenía tantas cosas para decirle, pero ahora que era plenamente consciente del momento y de que tendría que expresar todas esas cosas frente a sus familias y amigos, le ponía nervioso.

—Taehyung —comenzó Jungkook con su voz ligeramente temblorosa—. Desde el día que entré a ese bar y te vi detrás de la barra, supe que mi vida cambiaría. Nunca podría haber imaginado que ese encuentro casual me llevaría a este momento. No sé cómo agradecer al universo por haberte encontrado, por cada día que hemos compartido desde entonces. —Hizo una pausa, respirando hondo para mantener las emociones en control—. A tu lado he aprendido tanto sobre el amor, sobre lo que significa estar verdaderamente conectado con alguien. Me has enseñado a ser más paciente, más comprensivo y a admitir mis errores.

Taehyung apretó la mano de Jungkook, sintiendo como las esquinas de sus ojos empezaban a picar. Se dijo a si mismo que debía retener un poco más esas lagrimas que estaban a punto de salir.

—Con cada momento a tu lado he aprendido lo que significa sentirme valioso, incluso en esos días en los que no creía ser suficiente para ti. Me has mostrado lo que es el amor verdadero, no solo en las palabras, sino en cada acto, en cada gesto que compartimos. Y por eso, siempre estaré agradecido —continúo diciendo el guitarrista—. Mirando hacia atrás me doy cuenta que a pesar de las circunstancias en las que nos conocimos, hemos crecido bastante juntos. Tú supiste como lidia con mis inseguridades, como hace de cada una de ellas solo una mancha gris en una gran pintura.

Jungkook sonrió mientras la emoción se desbordaba en su corazón, y cuando terminó de hablar, el oficiante asintió con suavidad, dando paso a Taehyung, quien siempre había sido elocuente en expresar sus sentimientos.

—Jungkook, honey —lo llamó con una sonrisa traviesa antes de suavizar su tono—. Jamás pensé que podría llegar a ser amado de la manera en que tú me amas. Antes de ti, guardaba muchos de mis sentimientos para mí mismo, creyendo que el amor debía ser controlado, que era una cuestión de imagen y orgullo. Pero tú... tú me has enseñado a no guardarme nada, a ser honesto con cada uno de mis sentimientos, por pequeños que parezcan.

Sus invitados estaban completamente en silencio. Charlotte, Su-jung y Eun-joo limpiaban sus lágrimas, mientras que los miembros de Blue Notes sonreían de oreja a oreja. Los mejores amigos de Taehyung entrelazaban sus manos presenciando al hombre expresar aquellas palabras tan lindas frente a todos.

—Gracias a ti —continuó Taehyung—, he aprendido a no ser tan superficial ni egocéntrico. Pero no solo eso... —miró a Jungkook con una mirada divertida—. También he aprendido a ser más versátil, algo que ambos hemos disfrutado mucho.

Una risa suave recorrió a todos los invitados, incluyendo a Jungkook, quien sonrió un poco para disimular sus mejillas que se calentaron inmediatamente escuchó las palabras atrevidas de Taehyung.

—Lo que quiero decir —indicó volviéndose más serio—, es que contigo he aprendido lo que es el amor de verdad, no la idea que tenía de él. Tú me has mostrado que el amor no se trata de apariencias ni de lo que el mundo espera de nosotros. Se trata de la conexión que compartimos, de cómo nos cuidamos el uno al otro, de cómo, en los días difíciles, siempre encontramos la manera de ser mejores juntos. No podría haber imaginado una vida mejor que la que comparto contigo. —Taehyung cerró los ojos un momento antes de mirarlo con profunda sinceridad—. Gracias por hacerme sentir amado en cada momento.

Jungkook, conmovido, apretó más fuerte la mano de Taehyung y ambos se quedaron en silencio por un instante, con lágrimas en los ojos que ambos limpiaron con el dorso de sus manos, como un reflejo.

Eun-joo y Hoseok, se levantaron de sus asientos con sonrisas en el rostro después de haber recibido la señal del oficiante. Ambos se acercaron al altar, donde Jungkook y Taehyung, aún tomados de la mano, esperaban para realizar el intercambio de anillos.

La pequeña Minha caminó junto a su madre con un vestido blanco que la hacía ver muy tierna, la niña sostuvo los anillos y Eun-joo no pudo evitar las lágrimas, era difícil de creer que su hermano menor, a quien tantas veces vio perdido y envuelto en el mar de sentimientos negativos, aferrado a un amor del pasado y renuente a la posibilidad de casarse, ahora estaba entregando un anillo al hombre que esa tarde se convertía en su esposo.

Jungkook tomó la mano de Taehyung con delicadeza, levantándola ligeramente y sus ojos nunca abandonaron su mirada mientras colocaba el anillo en su dedo.

—Con este anillo prometo amarte, respetarte y caminar a tu lado todos los días de nuestra vida.

El anillo encajó perfectamente en el dedo de Taehyung, quien lo miró sonriente y orgulloso al ver lo bien que quedaba en sus dedos. Luego, Taehyung tomó el anillo de Jungkook y con una sonrisa que contenía años de amor y complicidad, lo deslizó en el dedo de su casi esposo.

—Con este anillo prometo ser tu apoyo, tu refugio y la persona que siempre te elegirá, todos los días, para siempre.

El oficiante sonrió, dando una señal a Eun-joo y Hoseok, quienes se colocaron a ambos lados del altar, listos para ser testigos del momento final del matrimonio. El oficiante les entregó el registro de matrimonio y con manos firmes pero llenas de emoción, Jungkook y Taehyung firmaron el documento que oficializaba su unión ante la ley, mientras sus testigos observaban con orgullo y felicidad.

Después de que las firmas estuvieron completas, Eun-joo y Hoseok también firmaron como testigos antes de volver a sus lugares, sellando formalmente la unión. El oficiante tomó el registro con cuidado, guardándolo.

Dio un paso adelante, sonriendo cálidamente a la pareja.

—Ahora, con estos votos y con el poder que me ha sido otorgado —declaró el oficiante con una sonrisa que contagió a toda la sala—, es un honor y un privilegio declararlos esposos. Pueden besarse.

Ambos se miraron sonrientes, Taehyung había esperado ese momento desde que leyó su nota, es por ello que inclinó la cabeza y acercó sus labios a los de Jungkook que aún tenía sus mejillas enrojecidas.

—Tan tierno —susurró Taehyung acariciando la mejilla de Jungkook con su pulgar.

—Bésame ya, no es momento para provocaciones —masculló Jungkook tomándolo de la cintura y finalmente juntando sus labios en un beso suave.

El sonido de los aplausos y las lágrimas de felicidad de sus invitados llenaron el aire, acompañados por el cálido resplandor de la primavera londinense.

—¡Dejen algo para la luna de miel! —escucharon gritar mientras aun la mano de Jungkook ahora lo abrazaba por encima de sus hombros.

—¡Taehyung, suéltalo, ya es tu esposo! —Alguien más gritó en el momento que el mayor tomó a Jungkook con más fuerza de la cintura.

Estaban más que seguros que esos se trataba Cyrus y Yoongi. Jungkook presenció a sus padres limpiándose las lágrimas, nunca pensó que vería a su padre llorando por un logro suyo, siquiera llegó a pensar que lo vería llorando fuera de su trabajo como actor.

Luego estaba toda la familia de Taehyung, que era bastante grande, animándolos y gritando cosas en inglés de una manera tan rápida que Jungkook no llegaba a entender algunas palabras, pero por sus expresiones sabía que estaban felices por ellos.

A la salida, recibieron todas sus felicitaciones y abrazos de sus invitados mientras esperaban el trencito que les daría un recorrido por los jardines del parque hasta llegar al lugar de la celebración que sería en él invernadero de Kew Gardens.

No solo ellos estaban sorprendidos por la belleza del jardín botánico alrededor del lugar donde se llevaría a cabo la celebración de su casamiento. Era tan mágico y especial, que todo lo que Taehyung podía decir era: "Que hermoso".

Jungkook sonrió cuando esté empezó a identificar algunas plantas y flores, contándole todas las cosas que sabía sobre estas. El guitarrista lo escuchó atentamente y asintió con cada dato que su esposo le expresaba.

—Ya no necesitamos guía, Taehyung es nuestro guía. Conoce todas las flores de este jardín —comentó una de sus tías, a quien Jungkook consideraba la más divertida de todas las hermanas de su suegra.

—¿Es así con sus plantas? —preguntó el abuelo que se encontraba a pocos asientos del suyo.

—Sí que lo es, y celoso también. Apenas puedo mirarlas sin que me gane una acusación —señaló.

—Pero así me ama.

—Así lo amo —reafirmó Jungkook mirando a Taehyung, quien sonrió con orgullo y reclinó su cabeza del hombro de su esposo.

La fiesta de celebración fue exactamente como imaginaron que sería. Después de un brindis hecho por Jimin y Namjoon, bailaron, bebieron. Jungkook se vio en la obligación de bailar con todas las tías de su esposo, con su madre, su suegra e incluso llegó a bailar con la pequeña Minha, a quien sostuvo en sus brazos en medio de la pista y la movió de lado a lado haciéndola reír.

Taehyung presenció la escena y se acercó a ellos tomando los bracitos de la niña que le sonrió mientras bailaban los tres juntos. A ellos se les unieron todos sus sobrinos y de repente fue un caos de niños saltando con ellos en medio de la pista.

Cuando ambos ya habían bailado lo suficiente como para estar agotados, algo sudorosos y con sus camisas remangadas hasta los codos. Taehyung se sentó en una de las sillas de frente al escenario principal, donde apareció Jungkook tocando con el saxofón una de sus canciones favoritas. Aquel jazz que su padre solía poner en el tocadiscos.

Casi lloró al ver la pasión y la destreza con la que tocaba el instrumento. Escuchar aquella melodía en vivo erizaba su piel, más aún cuando Jungkook le dedicó una sonrisa al terminar de tocar la última nota.

Solo se preguntó si su baile sorpresa de esa noche sería lo suficientemente bueno después de aquella presentación que hizo rodar algunas lágrimas por sus mejillas.

No fue un baile perfecto, pero dio todo lo que tenía al hacer una imitación de Blue Notes con la ayuda de Hoseok, Yoongi y uno de sus primos. Al menos hizo reír a Jungkook hasta sacarle lágrimas, hasta que se retorciera en la silla por la carcajada.

—Estoy seguro que en tu otra vida fuiste comediante, es que... —Jungkook hizo una pausa tratando de controlar sus ataques de risa cada que recordaba el baile gracioso de Taehyung y como este fingió ser el en Blue Notes y animaba a sus invitados—. Es que no hay otra explicación.

—Creo que es hora de que los verdaderos integrantes de la banda para nuestros invitados.

Jungkook solo asintió viendo como sus compañeros preparaban el escenario más o menos improvisado, ya que no ensayaron para esa noche, pero estaban allí más que para para un show, para divertirse con todos los demás.

Sus invitados no supieron que se iban a presentar, no era algo que estaba en el itinerario, así que en cuanto Jungkook se colocó detrás del micrófono con su guitarra colgando de sus hombros todos empezaron a aplaudir y a gritar mientras se amontonaban frente a ellos, Taehyung en el centro y al frente, mirándolo sonriente mientras ellos empezaban a tocar algunas de sus canciones.

Todos cantaban a coro, saltaban y bailaban, las fotografías y videos no pudieron faltar. Taehyung se grabó a si mismo junto a la hermana de Jungkook, mientras cantaban una de las últimas canciones de Blue Notes, no dudó en subir el video junto a todas las demás fotografías que ha compartido de su boda.

En momentos como ese, todo lo que le importaba era compartir con el mundo lo feliz que le hacia Jeon Jungkook. Era el esposo de una celebridad y tendrá que vivir con ello para el resto de su vida, así que no se limitará de compartir su felicidad a su lado a pesar de que sabía que todos estaban esperando que lo hiciera.

[Aquí debería haber un GIF o video. Actualiza la aplicación ahora para visualizarlo.]

—La próxima canción es una elección especialmente dedicada a mi esposo —dijo Jungkook mientras Cyrus tocaba en su batería el inicio de la última canción que tocarían—. Esto es Good Life de One Republic.

Los silbidos y chillidos llenaron el invernadero. Era una canción famosa, que definitivamente la mayoría de sus invitados conocía.

Ayer me desperté en Londres, me encontré en la ciudad cerca de Picadelly —empezó cantando Jimin, junto a las voces de sus invitados que cantaban con emoción.

Estoy tomando una foto mental de ti ahora, porque desesperadamente la esperanza es que tengamos mucho por lo que sentirnos bien. Oh, esto tiene que ser la buena vida —cantó Jungkook en el segundo estribillo.

Taehyung dejó de bailar al escuchar a Jungkook cantar. Sus miradas se encontraron bajos las luces de los reflectores y se sonrieron, en ese momento decidieron ignorar todo a su alrededor, Jungkook le guiñó un ojo mientras terminaba de tocar la guitarra al final de la canción.

—Estuviste increíble —halagó Taehyung mientras recibía a Jungkook en un abrazo—. Definitivamente mucho mejor que mi presentación.

—Esto tiene que ser una buena vida, ¿no? —cuestión Jungkook haciendo alusión a la canción.

Taehyung asintió, mirándolo a los ojos antes de inclinarse hacia él y besarlo lentamente. El sonido de los aplausos se apagó a su alrededor y por un momento, todo lo que existía era el amor que compartían en ese beso.

De repente los acordes de Rude de Magic! llenaron el aire, los invitados al escuchar el ritmo pegajoso, comenzaron a bailar en la pista de baile, los niños empezaron a saltar y reír el centro, contagiando la alegría a todos. Las risas de los pequeños acaparaban la atención, mientras daban vueltas entre los adultos.

Jungkook y Taehyung se unieron a la diversión, riendo y abrazándose mientras la música continuaba. Sin embargo, en una pequeña pausa entre canciones, se tomaron de la mano y caminaron hasta el centro del salón, ese momento había llegado y ambos estaban nerviosos por lo que estaban a punto de anunciar.

Los invitados comenzaron a silenciarse, curiosos, al verlos ponerse de pie juntos, con una expresión emocionante en sus rostros.

—Queremos compartir algo con todos ustedes —empezó diciendo Jungkook, mientras miraba a Taehyung, quien asintió ligeramente, dándole confianza para continuar—. Después de mucho tiempo y muchos intentos, estamos felices de anunciar que hemos decidido adoptar.

El murmullo de sorpresa y alegría recorrió el lugar.

Taehyung apretó suavemente la mano de Jungkook, y una ráfaga de recuerdos inundó su mente. Lo recordó todo con tanta claridad que casi podía sentirlo nuevamente: las noches de angustia y desilusión, los intentos fallidos y el dolor de ser rechazados una y otra vez. Hubo momentos en los que había perdido toda esperanza.

En una de esas noches difíciles, Taehyung lloró en silencio mientras fingía dormir. Habían recibido otra carta de rechazo esa tarde y aunque Jungkook no lo mencionó mucho, Taehyung sabía cuánto les dolía a ambos. Esa noche se quedó despierto en la oscuridad, entre lágrimas silenciosas que caían sobre la almohada mientras el peso de la frustración lo oprimía. Creía que Jungkook no se había dado cuenta.

Pero su prometido sí lo había notado. Y esa noche, cuando Taehyung dormía, Jungkook se quedó despierto buscando más opciones. Frente a la luz tenue de su computadora, investigó cada posible orfanato y agencia de adopción que pudiera darles una oportunidad. Luchaba contra el cansancio, sus ojos rojos y su cuerpo estaban exhaustos, pero no iba a rendirse.

Finalmente, encontró un lugar en Manchester. Con el corazón latiendo fuerte en su pecho cerró la computadora y se recostó junto a Taehyung, dejando salir un largo suspiro y lo abrazó con fuerza, prometiéndose que nunca dejaría de luchar por ellos.

De vuelta en el presente, Taehyung sonrió ante el recuerdo y continuó las palabras de su esposo, mirando a todos sus seres queridos con la emoción que tenía a flor de piel.

—El camino no ha sido fácil, hemos enfrentado muchos rechazos, pero no nos rendimos hasta que... —Taehyung hace una pausa volviendo a mirar a Jungkook que lo alentó a continuar—. Hemos encontrado un orfanato en Manchester donde ya comenzaremos el proceso de evaluación.

La emoción en el salón fue evidente, aún más cuando Charlotte, Su-jung y Eun-joo, se levantaron de sus lugares al mismo tiempo, chillando de felicidad por la noticia de que se agrandaría la familia.

Sin duda las tres mujeres se acercaron rápidamente para abrazar a la pareja, envolviéndolos en un círculo de amor y apoyo.

—Estamos tan felices por ustedes —dijo Charlotte mientras abrazaba a Taehyung y luego a Jungkook—. Este es el comienzo de algo hermoso.

Ella era conocedora de todas las ocasiones en las que Taehyung intentó adoptar, sabía lo que significaba para el ser padre y volver a tener la oportunidad de empezar a ver a un niño en específico lo acercaba cada vez más a ese sueño que siempre ha querido cumplir.

Su-jung asintió con la cabeza, mientras sus lágrimas rodaban por sus mejillas mientras abrazaba a su hijo con fuerza.

—Estoy muy feliz por ti, cariño —susurró la mujer—. Esta vez si le darán la adopción, estoy segura.

Siempre supe que formarías una familia hermosa, Jungkook. Estoy tan orgullosa de ti —susurró mientras le acariciaba el cabello.

Eun-joo, por su parte, no dejó de sonreír mientras abrazaba a su hermano y luego a Taehyung.

—Mi sobrina o sobrino va a ser el bebé más afortunado del mundo —dijo emocionada—. No puedo esperar a conocerlo.

La noche avanzó llena de risas, abrazos y mucho baile, mientras la pareja compartía ese momento especial con aquellos que más amaban.

Al final de la noche, cuando ya todos estaban listos para irse. Taehyung les recordó a todos que debía lanzar el ramo antes de irse.

Jungkook se mantuvo de frente a Taehyung mientras parecía colocarse estratégicamente en el centro, desde su lugar vio como Cyrus prácticamente obligaba a Jimin a integrarse junto a ellos. Todo le parecía increíblemente sospecho.

Hasta que Taehyung finalmente lanzó el ramo de flores y Jungkook mantuvo su mirada fija cuando este estuvo en el aire. Rio al ver que todos alrededor se apartaron dejando solo a Jimin en el centro, ahora con el ramo en sus manos, completamente perplejo ya que en un inicio no mostró interés siquiera en ponerse junto al grupo.

Jimin sonrió con nerviosismo, mirando las flores, luego percibió como todos los participantes se dispersaron rápidamente y lo siguiente que presenció hizo que casi dejara caer el ramo, llevándose una mano a la boca.

Jungkook saltó de la emoción en su lugar, moviendo a Taehyung por sus hombros, quien sonrió la ver la escena, fue en ese momento que el guitarrista se dio cuenta de que fue cómplice de todo aquello, hasta parecía que todos sabían menos él y su mejor amigo, quien ahora estaba aceptando el anillo con el que Namjoon le pedía matrimonio.

De todas las cosas que pudieran haberle pasado, Jimin nunca se imaginó que podría recibir una propuesta de matrimonio en la boda de su mejor amigo, pero en el instante que tuvo a Namjoon arrodillado frente a él, la ida no le pareció tan descabellada, era algo que su novio haría.

En cuanto dijo que si y Namjoon deslizó el anillo en su dedo anular, apenas apartándose de los labios de su ahora prometido, sintió los brazos de su Jungkook abrazarlo y chillarle al oído.

—¡Felicidades! —gritó apretándolo en sus brazos, mismo al que se unieron el resto de sus amigos.

—¿Ustedes sabían esto? —preguntó Jimin con las mejillas sonrojadas mientras aún sujetaba el ramo de flores.

—Todos lo sabían —expresó Taehyung apareciendo frente a él—. Felicidades, eres el próximo en casarte.

—Yo no lo sabía —se quejó Jungkook.

—Eres su mejor amigo y hablan casi diario por teléfono, era peligroso que lo supieras —señaló Taehyung.

—Te perdono sólo porque te ves hermoso —comentó Jungkook entrelazando sus dedos con los de Taehyung, mientras este reía por su repentino cometario.

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Malta, una isla en el corazón del Mediterráneo, famosa por su historia y belleza natural, fue el destino para su luna de miel.

El clima cálido y la brisa del mar les dieron la bienvenida, envolviéndolos en una sensación de libertad y aventura. Era el lugar perfecto para celebrar juntos y a solas su matrimonio.

El azul del cielo contrastaba con las antiguas calles empedradas y mientras daban un paseo en carruaje después de haber dejado sus maletas en la habitación de hotel que sólo usarían para descansar, dormir y bañarse, ya que el propósito era visitar todos los lugares posibles. Harían de esos 15 días algo inolvidable.

Su primera parada turística fue la icónica playa de Comino y la Laguna Azul. La belleza del lugar los dejó sin palabras: el agua cristalina parecía una joya líquida, tan transparente que podían ver el fondo. Al llegar, decidieron alquilar un yate privado para explorar las cuevas marinas cercanas, buscando un lugar más aislado donde pudieran disfrutar del día sin interrupciones. Taehyung, con una sonrisa de confianza, tomó el timón del yate.

—¿Desde cuándo sabes usar estas cosas? —preguntó Jungkook curioso.

—Desde hace mucho tiempo, mi padre solía llevarnos de pesca en medio del mar al menos una vez al año —señaló Taehyung—. Además, memoricé nuestra ruta de hoy para no perdernos en medio del, así que no hay de qué preocuparse —indicó Taehyung mientras maniobraba con habilidad por las aguas turquesas.

Jungkook lo miraba admirado, fascinado por cómo su esposo parecía tener control, sobre todo, incluso en los entornos más inusuales. El yate cortaba las olas suavemente mientras se adentraban en áreas más privadas, rodeados por paredes rocosas que formaban pequeñas cuevas naturales.

La serenidad del lugar era perfecta para Jungkook, donde todo lo que se escudaba eran las olas y las gaviotas que completaban el lindo paisaje en aquel hermoso y amplio yate.

Al encontrar un rincón apartado, fondearon el yate y decidieron aprovechar el día al máximo. Colocaron música suave, un poco de jazz, dejaron la botella de vino reposar dentro de la pequeña cubeta de hielo que reposaba sobre el mueble bar.

Emocionado, Jungkook se colocó todo su equipaje para a hacer Snorkel junto a su esposo, quien ya estaba metido en el agua, haciéndole señas para que lo siguiera.

Se sumergieron profundamente, explorando la fauna marina mientras y se hacían ademanes con las manos debajo del agua cuando encontraban algo interesante.

Tras nadar lo suficiente, regresaron al yate cuando le atacó el hambre, así que terminaron sentados en el pequeño comedor en la proa. Probaron la comida Maltesa que compraron antes de subir en el yate; Pastrizzi, hojaldres de ricotta y pescado, la botella de vino estaba destapada y ellos disfrutaban de aquellos nuevos sabores en su boca mientras sentía la brisa del mar secar sus cuerpos aún algo humedecidos.

El vino les empezó a calentar el cuerpo y el ambiente se tornó más relajado y juguetón. Después de unos tragos más, de haber bailado en la cubierta un par de canciones de lentas, Taehyung decidió poner en acción su luna de miel.

Con una sonrisa pícara, se levantó de los sillones donde hablaban de las cosas que querían hacer a futuro. Sin decir nada, comenzó a quitarse el bañador, dejándolo caer sobre el suelo revestido por madera de teca.

—Voy a tomar el sol —dijo casualmente, como si su desnudez fuera lo más normal del mundo.

Jungkook lo observó pasar al solárium del yate, con colchones y cojines grisáceos. La piel de Taehyung brillaba bajo el sol como un dulce caramelo, su piel se veía suave mientras llenaba su cuerpo de bronceador en spray y se recostaba boca arriba con sus gafas de sol puestas y su cabello esponjoso moviéndose con la brisa.

Caminó con cuidado hasta quedar a su lado, apoyado de sus codos mientras apreciaba la vista en el horizonte, asegurándose de que no había otros barcos o yates cerca que pudieran llegar a ver a su esposo completamente desnudo tomando sol.

Lo miró de reojo tratando de disimular el hecho de que despertaba algo en el verlo boca arriba, sin nada de ropa y bajo la luz del sol. Fue entonces cuando Taehyung se acomodó boca abajo, arqueando ligeramente la espalda, consciente de que Jungkook ya no apartaba los ojos de él.

La tensión hizo entrada en escena.

—¿Estás tratando de provocarme? —preguntó Jungkook con una sonrisa traviesa y enarcando una de sus cejas mientras bajaba sus gafas por el puente de su nariz para mirarlo mejor.

Sin esperar una respuesta, se acercó y le dio una nalgada juguetona a su esposo. El sonido seco resonó en el aire, seguido por una risa baja y satisfecha de Taehyung.

—Tal vez —contestó el hombre entre risas, disfrutando de la atención que logró obtener.

Pero Jungkook no se detuvo allí. Le dio otra nalgada, esta vez más fuerte y luego otra, hasta que Taehyung empezó a removerse bajo su toque.

—Ya, para —le pidió girando la cabeza hacia él, aunque su sonrisa delataba que no estaba del todo en serio.

—No creo que quieras que pare —replicó Jungkook inclinándose sobre él, sus manos explorando la suave piel de su espalda.

Entre risas y pequeños forcejeos, Taehyung se movió bruscamente, y antes de darse cuenta, terminó sentado a horcajadas sobre el regazo de Jungkook. El cambio de posición hizo que sus rostros quedaran a escasos centímetros del otro y sin pensarlo, Taehyung lo besó.

El beso fue intenso, lleno de deseo contenido y pronto las manos de Jungkook se deslizaron por la cintura de Taehyung, atrayéndolo más cerca de su cuerpo, hasta lograr que sus pechos chocaran.

—Te pasaste, honey —murmuró Taehyung entre beso y beso.

Jungkook sonrió contra sus labios antes de inclinarse hacia atrás apoyando su espalda contra el espaldar del solárium del yate. El sol brillaba sobre ellos, pero el calor que sentían no venía del clima, sino de la pasión desbordante entre ambos.

Taehyung aún sentado en el regazo de Jungkook, intensificó los besos, haciéndolos más demandantes, más desesperados. Sus manos vagaban sin restricciones, acariciando el cuerpo de su esposo, explorando como si fuera la primera vez.

Con una destreza natural, Taehyung bajó lentamente el bañador que Jungkook aún tenía puesto. Sus manos recorrieron su torso con lentitud, dibujando los músculos firmes, mientras que este apretaba sus nalgas con una firmeza que provocó un suspiro de placer.

Cuando una de sus manos, sin vergüenza, acarició el miembro ya erecto de Taehyung, ambos sintieron una oleada de electricidad que se disparó a través de sus cuerpos.

Sin previo aviso, Taehyung se deslizó de su regazo y se inclinó entre las piernas de su guitarrista. Sus ojos brillaban con una travesura peligrosa antes de que su lengua rozara la punta de su miembro, provocando que Jungkook soltara un jadeo profundo.

Con una habilidad casi cruel, comenzó a lamer y succionar con un ritmo lento, pero devastador. Jungkook dejó caer la cabeza hacia atrás, sus manos instintivamente estuvieron enredadas en el cabello de Taehyung, mientras gemidos guturales escapaban de sus labios.

—Mierda, miel—gruñó mientras las maldiciones escapaban de su boca cuando el placer lo sobrepasaba—. Lo haces demasiado bien, joder.

Cuando sintió que el clímax se acercaba demasiado rápido, jaló el cabello de Taehyung suavemente, apartándolo de su miembro antes de hacer un desastre dentro de su boca.

—Aún no —jadeó tratando de recuperar el control de su respiración.

Taehyung se levantó con una sonrisa satisfecha y una mirada de deseo. Se colocó de nuevo sobre Jungkook, montándolo, moviendo sus caderas en círculos lentos mientras era penetrado con un movimiento decidido.

El sol seguía préndete testigo de aquel encuentro, pero el calor que sentían venía de dentro, de la unión de sus cuerpos, de la conexión inquebrantable que compartían. Taehyung comenzó a moverse más rápido, jadeando suavemente hasta que sus gemidos llenaron el aire, mientras Jungkook lo observaba, fascinado por la forma en que su cuerpo se estremecía con cada embestida.

La cubierta del yaet se convirtió en su refugio, el lugar donde dejaron salir toda la pasión acumulada, donde el amor que compartían se expresó de la manera más física y visceral. Allí, con el sonido de las olas golpeando suavemente contra el ayet y la brisa marina acariciándolos, se perdieron el uno en el otro.

—¿Qué pasaría si alguien nos viera? —preguntó Jungkook entre jadeos con una sonrisa pícara en sus labios que Taehyung no esperaba ver en él, así que culpó a la copa de vino que compartieron.

Taehyung río entrecortadamente, sin detener el movimiento de sus caderas.

—Que disfruten el espectáculo —respondió con su voz cargada de lujuria.

En medio de la desesperación y el placer creciente, Taehyung soltó un gemido más profundo y miró a Jungkook directamente a los ojos.

—Quiero correrme dentro de ti —murmuró con su voz llena de deseo.

Jungkook lo miró sorprendido ante los repentinos deseos del hombre que se encargaba de saltar sobre su regazo y moverse a un ritmo que lo hacía gritar cada que el alzaba sus caderas para ir más profundo.

Para él era suficiente si terminaban de esa manera, pero Taehyung siempre quería más.

—¿Por qué?

Taehyung sonrió inclinándose para besarlo antes de responder.

—Porque quiero escuchar esos lindos gemidos tuyos.

Jungkook dejó escapar una risita, pero no pudo resistirse. Sin embargo, detuvo el movimiento de sus caderas, haciendo que Taehyung gimiera en frustración.

Sin decir nada más, cambió de posición, recostándose completamente en la cubierta, abriendo sus piernas para darle espacio a Taehyung. Este, sin perder tiempo, lo preparó rápidamente con sus dedos, haciéndolo gemir con cada movimiento preciso.

—Quiero escucharte —murmuró Taehyung con voz ronca, inclinándose sobre él mientras sus dedos hacían maravillas en su interior—. Estamos solos, gime para mí, honey.

Jungkook se mordió el labio, intentando controlar los gemidos que amenazaban con escapar de su garganta, pero fue inútil. Cuando Taehyung lo penetró profundamente, llevando su miembro hasta el fondo de sus entrañas, un chillido de placer escapó de sus labios, sin poder contenerse más.

Taehyung sujetó sus piernas, doblándolas hacia su pecho, profundizando las embestidas de una manera que causaba que Jungkook girara sus ojos y gimiera en alto.

Cada movimiento era más intenso que el anterior y Jungkook sentía que el placer era tanto para el que erizaba su piel. Sentir a su esposo arremetiendo contra él con fiereza, apretando sus nalgas de vez en cuando, gruñendo y maldiciendo. Creando sonidos con sus cuerpos con cada fuerte penetraciones que lo llevaban cada vez más lejos a la lujuria.

—Maldición, miel, más por favor, más —gimió Jungkook mientras su cuerpo temblaba bajo las fuertes embestidas.

La presión dentro de él aumentaba y cuando Taehyung comenzó a masturbarlo con su mano, sus movimientos rápidos y expertos lo llevaron al borde del abismo. Su esposo le susurraba cosas tan sucias, palabras cargadas de lujuria que encendían aún más el fuego en su interior.

—Te ves tan jodidamente sexy así, Hun. —La voz de Taehyung era un ronco susurro en su oído. —Quiero que grites mi nombre cuando te corras, ¿sí?

Esas palabras fueron todo lo que Jungkook necesitó. Con un gemido largo y profundo se dejó llevar por el orgasmo, su cuerpo convulsionó de puro placer mientras Taehyung lo seguía de cerca, llegando al clímax detrás de él.

El pelinegro sintió el líquido caliente de Taehyung llenarlo, escurriéndose por sus muslos cuando este finalmente salió de su interior, gruñendo bajo antes de dejarse caer sobre su pecho. Completamente exhausto.

Ambos respiraban con dificultad, el cuerpo de Taehyung descansaba sobre el de Jungkook, quien lo abrazó con fuerza, sujetándolo de la cintura. Los latidos de sus corazones resonaban al unísono, mientras el mundo a su alrededor se desvanecía en una calma absoluta. El sol continuaba su lento descenso en el horizonte, pero para ellos, el tiempo había dejado de existir.

Taehyung apoyó su cabeza sobre el pecho de Jungkook, que subía y bajaba con cada respiración, y cerró los ojos, una sonrisa satisfecha en sus labios.

—Te amo —susurró Jungkook acariciando su cabello, mientras ambos se perdían en el después de la pasión compartida con sus cuerpos.

—Yo te amo más, darling.

El cielo empezaba a teñirse de tonos rosados y anaranjados cuando volvieron a retomar su viaje de vuelta al hotel. Taehyung sabía que Jungkook estaba exhausto cuando este se quedó dormido en uno de los sillones del yate.

Los siguientes quince días en Malta no fueron muy distintos a su primer día en aquel país. Disfrutaron al máximo de la gastronomía, probando tantas cosas diferentes que algunas fueron de su agrado, pero otras no tanto.

Tal y como pensaron. Estuvieron poco tiempo dentro del hotel, sin embargo, tuvieron un gran viaje en el que crearon muchos recuerdos, donde no pudo faltar disfrutar de la vida nocturna en St Julians, una zona que era vibrante y divertida.

Visitaron uno de los clubes más famosos en Paceville, bebieron hasta emborracharse y aquello terminó en una noche muy loca en su cuarto de hotel. Donde la pasión se desbordó entre sus cuerpos calientes a causa del alcohol y el deseo que ha persistido desde que llegaron a Malta.

Casi todas sus noches terminaban de esa manera, en una desnudez completa, no únicamente en cuerpo, sino también en alma.

Después de su luna de miel, cuando el brillo del sol de los mares lejanos quedó atrás, regresaron a su hogar en Londres con una nueva sensación de estabilidad, como si el vínculo que los unía se hubiera profundizado aún más.

Taehyung retomó su trabajo en el bar, supervisando las operaciones diarias y revisando las cuentas de las ventas de su bebida, siempre con la mente organizada y enfocada. Fue al bar a trabajar, no porque lo necesitaran realmente, más bien porque no podía mantenerse tranquilo en casa por tanto tiempo, necesitaba sentir que estaba haciendo algo.

Le gustaba moverse entre las mesas y la barra con una sonrisa tranquila, mientras disfrutaba de las presentaciones en vivo y servir tragos a sus clientes fijos.

Jungkook, por su parte, volvió a trabajar escribiendo más canciones, solo que en esa ocasión seria para otras personas. Le agradaba la idea entrar en personaje y escribir una canción para que fuera cantada por alguien mas. Era como una nueva aventura para el cómo productor musical.

A pesar de que ambos estaban concentrados en sus trabajos y en seguir el ritmo de su vida, aun había algo que ninguno ha olvidado y que mantenían en mente cada día que pasaba.

Hablar de la adopción cada noche antes de irse a dormir era algo que pasaba a diario, la ilusión de tener un hijo o hija siendo parte de ellos, una familia, era cada vez más grande, hasta que finalmente llego el día en el que iniciarían el proceso de adopción.

Y todo cambio para ellos desde ese día.

Mis solecitos, hasta aquí el capítulo de hoy, espero que les haya gustado tanto a como a mi. Esta semana tendrán actualización viernes y sábado ya que aún debo terminar la otra parte.

Tuvimos el gran día, la última nota de Jk como prometido, ¿ustedes creen que el siga haciéndolo como esposo?.

Por otro lado, la propuesta del mínimo, ¿se lo esperaban?

La Luna de miel en Malta y ese momento de pasión en el Yate, ¿que mejor que hacerlo al iré libre y cambiar de roles?

Cuéntenme que les pareció, ¿será que finalmente logran adoptar?, ¿tendrán que mudarse? Los leo.

Nos seguimos leyendo mañana❤️.

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