No quiero perderte

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Diez años después.

Mikasa ya no era una niña, se había convertido en una joven adulta muy hermosa y fuerte. Resultado de los entrenamientos que recibió durante toda su vida. Mas aunque su cuerpo y cabello hayan cambiado mucho con los años, no significaba que su modo de ver la vida también lo hubiera hecho.

Aún conservaba el mismo pensamiento de cuando era una niña y vio las primeras peleas en el coliseo, el mundo en el que vivía era un mundo cruel. Lastimosamente tenía que guardarse su opinión para ella misma y para cuando quiera hablar con Levi, ya que no quería ni imaginarse como reaccionaria su madre si supiera que pensaba de ese modo.

Ahora se encontraba en el mismo lugar donde le prometió a su hermano protegerlo, afueras de su hogar y contemplando el atardecer, era el único momento de su vida donde sentía en paz y podía olvidarse de todo lo malo de aquel mundo. Nunca se canaria de verlo, en especial cuando veía una paloma blanca volar por los aires, más de una vez se preguntó cómo sería volar. Apuesto que debía de ser algo mágico, poder ir de acá para allá sin preocupación alguna y sintiéndose libre de todo mientras el viento golpeaba tu rostro.

Estaba tan metida en sus pensamientos que no escucho cuando la llamaban por detrás, volvió a la tierra cuando sintió que tocaban su hombro. Volteo a ver quién era, topándose con Levi.

-Levi-kun-le sonrió.

-Mika, hace un buen rato que te estoy llamando-Levi estaba arrodillado para estar a su altura-¿Otra vez te perdiste en tus pensamientos?

-Si-respondió asintiendo-Miraba aquella paloma blanca volar y pensé en como seria volar. Apuesto que debe de sentirse libre.

-Debe ser-miro también al horizonte-La única que pose palomas blancas es Helena Zoe- volvió su vista a Mikasa-madre siempre habla mierda sobre ella, dice que es una loca que cría palomas para llenar el vacío que le dejo su hija, que murió antes de nacer. Y las hace volar porque ya no tiene espacio para más, destinándolas a morir en aquel bosque oscuro de donde nadie ha salido con vida.-ambos miraron como la paloma se alejaba más y más con dirección al lugar mencionado.

-Madre siempre habla mierda de todas, en especial a la hora de comer-le siguió Mikasa- Es para eso que me llamabas, ¿no?

-Así es. Es hora de cenar.

-Preferiría no ir. Ella se encarga de arruinarme el apetito.

-Vamos, prepare tu postre favorito.

-¿Una tarta de fresas?

-Una tarta de fresas.

-Ya me dio hambre-decía mientras se ponía de pie al igual que Levi.

Ambos fueron con dirección la comedor, Levi siempre detrás de Mikasa.

-Hola, madre-le saludo Mikasa en cuanto la vio.

-Llegas tarde-le regaño Kuchel, quien ya se encontraba sentada en la cabecera de la gran mesa-Sabes que aquí comemos a una hora exacta.

-Me disculpo, me perdí en mis pensamientos mientras contemplaba el atardecer-tomo asiento a un lado de Kuchel

-Eso es una pérdida de tiempo. En lo único que debes de pensar es en encontrar el punto débil de tu oponente al momento de pelear.

-Si, madre-fue todo lo que dijo Mikasa.

-Piensa bien en eso después de comer-palmeo las manos, en señal de que ordenaba que la comida fuera servida.

Segundos después la mesa fue llenada de varios platillos.

La cena se dio en absoluto silencia, al igual que todas las comidas que tenían.

Todos los lacayos se quedaban a un lado de la sala por si a ellas se les ofrecía algo o debían de retirar los platos.

Justo cuando Levi estaba retirando los platos de Mikasa y sirviéndole el postre, Kuchel lo detuvo.

-Esta semana Mikasa no comerá dulces. Así que llévatelo a la cocina-le ordeno a Levi chasqueando los dedos.

Levi solo hizo una reverencia y se fue.

-¿Y eso porque?-pregunto Mikasa asombrada y algo moleta, Kuchel siempre la controlaba en todo. Incluso en su cabello, ya no tenía su larga cabellera azabache que tanto le gustaba peinar cuando era pequeña, su cabello ahora era sumamente corto por que Kuchel dijo que así le sería más fácil moverse a la hora de pelear.

-Me alegra que lo preguntes-la sonrisa que dibujo en su cara le provoco una mala sensación a Mikasa, no podía esperar nada bueno cuando ella sonreía -Hanami. Lee el pergamino que llego hace poco-palmeo de nuevo las manos.

Hanami hizo una reverencia, abrió el pergamino que tenía en las manos y comenzó a leerlo.

-Solicitan la presencia de la señorita Mikasa Ackerman en el gran coliseo, para que responda al desafío impuesto por Ymir Fritz y Sasha Blous...

-¡¿Qué?!-Mikasa se sorprendió tanto ante que le fue imposible no ponerse de pie.

-Siéntate-le ordeno Kuchel.

Mikasa regreso a su asiento pero continuaba con la misma expresión de asombro.

-No deberías de sorprenderte. Entrenamos toda nuestra vida, desde nuestro nacimiento, para esto. Continua.

-Esta pelea está programada para realizarse en una semana-en cuanto termino volvió a hacer una reverencia y regreso a su sitio.

-Con que Ymir Fritz y Sasha Blous- decía Kuchel mientras se tocaba la barbilla- A puesto que esa cerda de Blouse solo quiere asegurar una buena descendencia, lo cual no me extraña considerando que los tres lacayos que tiene se ven a la mar de inútiles.-decía todo eso con burla.

Mikasa se le quedo viendo por lo que escucho hace poco.

-No me mire así, ¿para qué crees que te están desafiando a esta pelea?-se puso de pie y camino con dirección a Levi-Por él-lo señalo con una mano-Ese par a puesto sus ojos en tu querido hermano. Así que, si no quieres que le toquen ni un solo cabello, debes de ganar.

Mikasa solo la miraba para después asentir.

-Aunque de la que menos debes de preocuparte es de Sasha, por la mente esa solo pasa la hora de comer-alzo los hombres-Debes de prestar toda tú atención en Ymir, esa maldita promiscua. De seguro y no se siente satisfecha con sus tres lacayos y quiere agregar uno más a su orgía -continuo caminando y burlándose-La verdad no me sorprende, salió peor a su madre, Hasna, siempre vistiendo túnicas pequeñas, demasiado escotadas y, para colmo, transparentes; se paseaba por las calles sacudiendo todos sus atributos en su intento por llamar la atención de todo mundo-se detuvo enfrente de su esposo, lo tomo de la barbilla con una mano y con la otra mano sujeto su cadena-Sin embargo, debo de aceptar que tenía un buen gusto para elegir lacayos. Después del primer día entendí porque no se buscó otro.

Mikasa quería reclamar, aquel lacayo era el padre de Ymir, y Kuchel solo estaba soltando su veneno de su anterior esposa e hija enfrenté de él. Pero nada podía hacer, ya que era de la propiedad de su madre y solo ella podía ordenarle, no le quedaba más que ver aquella maldita escena.

-Pensándolo bien-soltó el agarre de la barbilla y la cadena, para después ver a Mikasa-Lo mejor es que la mates-dijo eso con total naturalidad, como si hablara de algo sin importancia. Mas el más sorprendido ahora fue su lacayo, porque alzo la vista ante lo dicho por su ahora esposa.-Y claro está que también a Sasha.

-No es una pelea a muerte. Solo tengo que dejarlas inconscientes y...

-No me importa si no lo es. Harás lo que te digo y punto-uso su voz autoritaria-Nunca te has atrevido a desafiar a nadie por lacayos. Será tu primera pelea en el coliseo y vas a dejar en alto el nombre de nuestra familia derramando la sangre de esa cerda y esa promiscua-a pesar de la diferencia de tamaño, la mirada de Kuchel intimidaba mucho-Mira el lado bueno de eso, no solo continuaras teniendo a tu hermano, sino que tendrás seis lacayos de golpe. Serás la guerreara con más lacayos de toda Paradis. Una gran oferta para todas-dicho eso último se fue mientras se reía.

Mikasa solo la vio irse para después dirigir la vista hacia el lacayo de Kuchel y camino hasta quedar enfrente de él.

-Karl. Lo siento mucho-se disculpó con él, al ver que hacia puño sus manos y apretaba los dientes. Durante todos esos años, Levi le contó lo triste que estaba por haberse separado de su hija y también perder a su esposa, a la cual amaba, cosa que era algo increíble, ya que mayormente no interesaban los sentimiento, y a pesar de todo lo que se decía de Hasna, y su familia, ella también lo amaba esa fue la razón por la que no busco otro lacayo.

-No tiene por qué disculparse, señorita Mikasa- unió sus ojos con los de ella-Solo le pido que no la haga sufrir mucho.

Antes de que se pudiera decir otra cosa, Kuchel regresó a la sala y tomo la cadena de Karl.

-Voy a celebrar por anticipado tu triunfó. Así que no me molestes hasta mañana-comenzó a jalar la cadena para obligarlo a caminar-No puedo esperar a ver esa pelea. Al fin pondrás a prueba todo lo que prendiste en tus entrenamientos- camino hasta que desaparecio de la vista de todos.

Mikasa al no saber qué hacer, comenzó a caminar de forma rápida hasta salir de su hogar y regresar al lugar donde hace minutos contemplaba el atardecer, que ahora estaba oscuro y las primeras estrellas comenzaban a aparecer.

Una vez llegó ahí soltó un largo suspiro, pero no de alivió sino de frustración para después llevar sus manos a su cabeza.

Era cierto que durante años se negó a pelear para conseguir un lacayo, porque no quería separar a una familia ni que un hombre estuviera atada a ella por la fuerza. Pero ahora no podía evitar esta pelea, ya que la habían desafiado.

Por su mente paso primero Ymir. Era una guerrera muy ágil y rápida, eso lo demostraba a la hora de pelear. Lo sabía porque Kuchel siempre la obligaba a ir a cada pelea que se anunciaba. Entendía la razón por la que ella peleaba, no lo hacía por conseguir a su hermano, sino para recuperar a su padre. Debido a que desafiar a una descendiente de la familia fundadora no era lo mismo que desafiar a una familia noble que ayudo en la fundación de Paradis.

Para poder desafiar a su familia debía de tener por lo menos tres lacayos en su poder, Ymir ya los había conseguido a base de sangre y sudor, por lo que sabía que no se contendría en lo más mínimo contra ella, a pesar de que ella no tuviera nada que ver y por más que quisiera devolverle a su padre. No existía otra opción más que esa.

Luego estaba Sasha Blous, era una guerrera también muy veloz y siempre sabía a qué parte del cuerpo apuntar para derribar a su oponente, la verdad no tenía nada en contra de aquella chica, porque para empezar ni siquiera la conocía bien, solo sabía que tenía un gran apetito pero por más que comiera no perdía su esbelta figura. Ella también poseía tres lacayos, por lo que podía desafiarla. Por su mente paso la idea de que tal vez el objetivo de ella tampoco era Levi, sino vencerla, ya que derrotar a una miembro de la familia fundadora era el mayor honor para una guerrera.

Mas al final no importaban las razones ni de la una ni de la otra, no tenía pensado perder, se negaba a la idea de perder a la persona más valiosa en su vida.

Llevo la cabeza hacia atrás con sus manos aún sobre esta, pensar en todo eso le provocaba migraña.

-Mika...-le llamaron por detrás.

Solo con escuchar esa voz, Mikasa salió de sus pensamientos y volteo a ver a Levi.

-¿Te encuentras bien?-preguntó acercándose más a ella.

-No...la verdad no...-respondió con total sinceridad, bajando sus brazos haciendo que estos colgaran-No quiero hacer esto...pero...-en sus ojos se notaban una lucha por ordenar sus prioridades.

-¿Pero qué?

-....No quiero perderte...-respondió mirándolo a los ojos, pero al ser ella más alta tenía que agacharse un poco-...no lo soportaría...

Sin más que decir, Levi la atrajo hacia él y la abrazo.

-...no lo soportaría...-Mikasa correspondía al abrazo mientras trataba de no llorar.

-Perdóname-fue todo lo que dijo Levi-Por mi culpa estas en esta situación.

-No te culpes, de todas formas algún día madre me hubiera obligado a pelear.

Después de eso ambos se quedaron en silencio, Levi deshizo el abrazo y tomo a Mikasa por ambos lados de su cabeza y la acerco hacia él para que sus frentes y narices chocarán.

No era la primera vez que hacían eso, desde hace ya tiempo que lo venían haciendo, era su forma de calmarse y sentirse en paz, compartiendo el aire y energía del otro.

Esa fue la única manera en la que Mikasa logro soportar la siguiente semana que estuvo llena de un entrenamiento aún más intenso del que ya había recibido a lo largo de su vida. Cada noche se reunía con Levi para continuar con su hábito para calmarse. Aunque también deseaba que esa semana nunca se acabara.

Mas ese deseo no se le pudo cumplir. Sin darse cuenta ya era el día de la pelea.

Justo ahora Levi le estaba ayudando a colocarse su armadura.

-Intentaran matarme, estoy más que segura de eso-era lo único que decía Mikasa.

-Y yo estoy seguro que no se lo permitirás-Levi termino de colocarle la armadura.

-Señorita Mikasa, es hora-Kenny hacia su aparición.

-Ya voy-sin otra opción Mikasa emprendió camino y Levi iba tras ella.

Por cada paso que daba sentía que se le formaba un nudo en el estómago, quería gritar, quería decir que no lo haría, quería quitarse esa armadura pero sobretodo, quería escapar de aquel lugar.

Termino quedando enfrenté de la carroza que tenía el escudo de su familia, de solo verla sus piernas le temblaron, no había marcha atrás. Por lo que junto todas sus fuerzas para subir a esta.

Su mente se encontraba revuelta, no podía pensar en nada y solo escuchaba el gran escándalo que provenía desde el otro lado de la gran reja.

-¡Pueblo de Paradis!-escucho a la presentadora, para luego no escuchar nada, absoluto silencio -¡Este día seremos testigos de un enfrentamiento sin igual! ¡En el día de hoy, Mikasa Ackerman, la última descendiente de la familia que fundo Paradis! ¡Tendrá su primera pelea respondiendo al desafío implantado por Ymir Fritz y Sasha Blous! ¡Estoy segura que nos demostrara una gran pelea y dejara en alto el nombre de la familia fundadora!

Al escuchar eso la multitud grito de eufórica.

-¡Con todas ustedes! ¡Mikasa Ackerman!

De inmediato la gran reja se elevó para dejar que los caballos avanzaran y jalaran la carroza en el proceso.

Los rayos del sol hicieron que cerrara un poco los ojos hasta que pudiera acostumbrarse, pero podía escuchar a la perfección el gran escándalo que venían desde las tribunas. En cuanto sintió que la carroza se detuvo, tomo su par de espadas y bajo de la carroza.

-¡Y ahora, tengo el orgullo de presentarles a las retadoras!-señalo una de las otras puertas-¡Con ustedes! ¡Ymir Fritz!-dicho la puerta se abrió dejando ver a una chica alta, morena, de cabello castaño oscuro muy corto, casi negro, quien tenía en una mano una espada y en la otra un escudo.

Aquella niña que lloraba para que no la separaran de su padre ya no estaba, ahora era toda una guerrera. Al verla a los ojos pudo notar que estos destilaban solo ira y rabia pura, por lo que podía esperarse lo peor.

-¡La segunda retadora! ¡Saha Blous!-volvió a señalar otra puerta, la cual también se abrió dejando ver a otra chica alta, pero no tanto como Ymir, morena, cabello castaño corto con un pequeño flequillo que cubría parte del lado izquierdo de su cara. También portaba una espada y un escudo. Al verla a los ojos pudo notar que estos destilaban cierta duda o miedo, lo cual le pareció algo extraño.

Mas sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz de la presentadora.

-¡Inicien!-esas fueron las palabras que la condenaron.

Aunque no quisiera tenía que hacerlo, lo bueno es que tenía un plan desde hace días. Si las derribaba desde el comienzo y las dejaba inconscientes, sin capacidad de levantarse, todo terminaría. Por esa razón levanto sus espadas hasta su pecho, se puso en pose de batalla y corrió hacia la dirección de ambas para empezar a atacar. Como esperaba, ambas chicas también corrieron hacia su dirección. Una vez estuvieron cerca Mikasa comenzó a atacar con sus espadas, pero Sasha e Ymir esquivaban todos los ataques o si no se protegían con sus escudos. De vez en cuando le respondían con sus espadas, no iba a ser tan fácil como esperaba, después de todo ellas tenían experiencia de tres peleas a diferencia de ella.

Por estar distraída pensando en cómo derribarlas, no presto atención el momento en que, tratando de esquivar el escudo de Ymir, esta aprovecho para cortarla con su espada en la parte baja del torso. Lo bueno es que no fue un corte profundo sino uno muy superficial, como si tratara de dañarla pero no tanto, o al menos eso quería creer. Sin embargo, no iba a negar que le dolió y que esa zona comenzó a arderle, mas no podía distraerse por eso, debía de continuar.

Ahora fue el turno de Sasha de atacar, protegiéndose con su escudo, aprovecho para darle una fuerte patada a Mikasa en el torso, un poco más arriba de donde estaba la cortada, haciendo que se quedara sin aire y desequilibrada, aún así continúo atacando. Ambas morenas aprovecharon el momento de vulnerabilidad de la azabache para golpear con sus espadas las de ella, para que las soltara.

La multitud grito ante eso.

¿Podría ser posible que lograran derrotar a una miembro de la familia fundadora?

Eso era lo que comenzaban a preguntarse algunas.

Y claro, Kuchel estaba que le hervía la sangre ante lo que veía.

Mikasa ya no tenía nada para defenderse, solo se quedó ahí, tratando de continuar en pie, para luego sentir otro par de cortada en su torso, en el área superior, casi cerca de sus pechos. Eso fue suficiente para que al fin tocara el suelo con su espalda.

Segundos después ambas chicas, con sus respiraciones agitadas, se miraron, como si no pudieran creer lo que acababan de hacer.

Todos los gritos que antes se escuchaban ya no estaban, todo se encontraba en un silencio sepulcral.

No obstante solo duraron segundos también, para luego volver a escuchar gritos eufóricos por parte de todas las tribunas.

El par de morenas al no saber que hacer, solo sonrieron y saludaron al público.

En cuanto a Mikasa, ella seguía consiente, escuchando todo. No lo iba a permitir, no le importaba si Levi no era del interés de ninguna de ellas, si perdía de todos modos se lo llevarían. No iba a permitirlo. No permitirá que le quitaran a su hermano. Así se desangre más de lo que ya estaba, aunque no eran cortes profundos ni graves, no iba a perder. Junto las pocos fuerzas que le quedaban y comenzó a ponerse de pie.

La reacción del público no se hizo esperar al observar eso, porque volvieron a quedar en silencio.

Ymir y Sasha, al encontrarse de espaldas, dieron la vuelta y vieron a Mikasa de pie y con sus espadas en cada mano.

-¡Yo...no voy a...perder!-trataba de recuperar el aliento-¡QUE VUELVA A EMPEZAR!-grito como pudo mientras levantaba sus espadas y miraba un poco al público.

La respuesta del público fueron gritos más fuertes y ensordecedores.

Antes de que ambas pudieran reaccionar, Mikasa ya había ido hacia ellas y las comenzó a atacar de nuevo con sus espadas, las cuales rebotaban en el par de escudos. Atacaba tan rápido y fuerte como podía, logrando que ambas, en su intento por defenderse y atacar, chocaran entre ella provocando que perdieran un poco el equilibrio, en especial Sasha , quien cayo sentada al suelo pero que rápido se puso de nuevo de pie. El objetivo que ahora fijo Mikasa fue hacia su parte baja, es decir a sus piernas, logrando que de esa forma ambas cayeran de espaldas al suelo.

-¡Te matare!-Ymir fue la primera en ponerse de pie y correr hacia Mikasa para atacarla.

Mikasa respondió con sus pesadas, aprovecho el momento en que Ymir se protegía con su escudo, para con su otra espada producirle un corte en el brazo, este tampoco era profundo, nada mas era una herida superficial pero con la clara intención de dejarlo inutilizable para pelear.

-¡Ahhhh!-claro que eso no le quitaba el dolor a Ymir.

Kuchel rió ante eso, más no se podía decir lo mismo de su lacayo, quien miraba la escena con horror y temor.

Al ver que Ymir bajo su escudo, de un rápido movimiento pateo sus piernas para que volviera a caer al suelo de espaldas.

Lo había conseguido, una de las dos estaba en el suelo. Ya solo faltaba Sasha.

La mencionada también se le fue encima, comenzó a atacarla con su espada.

Mikasa golpeo con ambas espadas el escudo de esta, provocando que cayera al piso por la fuerza que uso en el golpe. Trato de herirla, de forma superficial, pero no contó con que Sasha usaría su escudo para atrapar sus espadas y luego dar una vuelta para subirse encima de este. Aunque eso no fue lo peor, sino el que, con su mano libre, le diera un fuerte golpe en el rostro, tan fuerte que la hizo voltear y escupir sangre. Ese si fue su detonante, tanto que con todas sus fuerzas levanto sus espadas e hizo que Sasha volara un poco por lo aire y cayera al suelo boca abajo.

Cuando pensó que ya todo había terminado, al levantar la vista vio a Ymir, estaba de pie de nuevo y corriendo hacia ella.

¿Es que no podían quedase en el suelo?-se preguntó Mikasa para sus adentros.

En esta ocasión Ymir la golpeo con su escudo en el torso, haciéndola soltar una de sus espadas y que retrocediera un poco, rápidamente dio una vuelta y dirigió su espada hacia el rostro de Mikasa, el cual ella esquivo pero de forma tardía, porque logro hacerle una cortada en la mejilla izquierda, algo profundo o al menos así lo sintió. En respuesta comenzó a atacarla con la espada que le quedaba, la que estaba en su mano derecha, que eran bloqueadas por el escudo de Ymir.

Trataba de encontrar algún punto débil, pero, por estar distraída en eso, no supo el momento en que Ymir coloco la espada en su cuello dejándola en un punto vulnerable, ya que la espada de su mano derecha estaba siendo bloqueada por su escudo.

-Si sabes lo que te conviene, sugiero que te rindas-fue lo primero que dijo Ymir.

-Sabes bien que no puedo-Mikasa, a pesar del estado en el que se encontraba, hablaba de forma calmada y seria- Sé la razón por la que peleas, créeme que si pueda hacer algo lo...-no pudo continuar porque sintió la hoja más cerca de su cuello.

-No quieras hacerte la buena -Ymir frunció el ceño-Tu estúpida madre me quito todo lo que yo amaba y me lo restriega en mi cara.

-Yo no tengo nada que ver, pero igual lo lamento -Mikasa no se dejaba intimidar- Y también lo lamento por esto- de un rápido movimiento, con su mano libre, la izquierda, tomo a Ymir del cuello de su ropa y la acerco a ella para propinarle un fuerte cabezazo en toda la cara, consiguiendo hacia que se desestabilizara, soltara su espada y comenzara a retroceder.

Esa escena causo asombro en el público.

Mikasa recogió la espada de Ymir, y comenzó a atacarla. Ymir se defendía como podía, con su escudo, ya que seguía algo mareada. Mikasa ni lenta ni perezosa, uso una de las espadas para alejar el escudo y con la otra hacerle un leve corte en el torso a Ymir, en el área de entre sus pechos, el cual provocó que Ymir diera la vuelta. Podría provocarle un corte aún más profundo en la espalda y dejarla fuera de combate, pero lo que hizo en vez de eso fue darle una patada en la espalda para que cayera boda abajo, aunque solo consiguiera que cayera de rodillas. Iba a darle otra patada, pero una voz la distrajo.

-¡Mikasa!-volteo a un lado y vio a Sasha, sentada en el suelo, pero que rápidamente se puso de pie y comenzó a correr en su dirección.

Lo que nunca paso por la mente de Mikasa, en ningún momento, fue que Sasha usara el escudo de Ymir, quien lo seguía sujetando, para impulsarse e ir sobre ella.

Ahora tenía de nuevo a Sasha enfrente de ella, atacándola con todo lo que tenía, trataba de atacarla pero Sasha esquivaba sus golpes y respondía al instante. Ya cansada de todo, comenzó a golpear a diestra y siniestra el escudo de Sasha hasta conseguir que lo soltara. Una vez conseguido eso comenzó a gopearla en el rostro con sus puños, para que perdiera el equilibro, estaba a un golpe de lograrlo, pero de inmediato una luz muy brillante y cegadora le quito la capacidad de ver, tanto que tuvo que soltar una de sus espadas para cubrirse los ojos.

La luz era producto de que Ymir, quien todavía estaba en el suelo, usara una de las espada que estaban ahí tirabas para reflejar la luz en su rostro.

Sasha aprovechó el momento para recoger la espada que Mikasa tiro al suelo, y luego empujar a Mikasa por detrás para que cayera.

Mikasa quito la mano de sus ojos y pudo ver a Sasha, quien estaba a punto de clavarle una espada, por lo que rodó a un lado, terminando en que pudo ver claramente la espada que iba a terminar clavada en su pecho. De un rápido movimiento pateo a Sasha en el estómago, y luego le dio un fuerte puñetazo en la cara, haciendo que escupiera un poco de sangre. Aprovecho ese momento para ponerse de pie y luego darle otra patada en el estómago, para que le sea imposible ponerse de pie. A pesar de todo eso, Sasha se puso de pie como pudo y con la espada que todavía no soltaba, siguió atacándola.

Mikasa iba a tomar una de las espadas del suelo, pero estaban detrás de Sasha, por lo que no tuvo otra opción más que en un rápido movimiento, esquivo el ataque de Sasha y tomo su muñeca con ambas manos, dio un rápido giro y de paso giro su brazo, el cual atrapo con su axila para después hacer presión sobre este. Al ver que igual no soltaba la espada tuvo que hacer una última maniobra, no quería hacerlo, pero si de esa forma ya no se levantaba debía de hacerlo. Comenzó a descender hacia el suelo de forma rápida y luego doblo el brazo de Sasha.

-¡Ahhhhh!-sabía que ya estaba hecho cuando escucho su grito de dolor, por lo que la soltó y se puso de pie.

Era definitivo, le había costado mucho pero ya ninguna de la dos podía ponerse de pie nuevamente. Ymir estaba casi desmayada en el suelo, haciendo algo de presión sobre la cortada que le hizo y Sasha estaba en el suelo retorciéndose de dolor por su brazo ahora torcido.

Recién cuando estaba tratando de recuperar la respiración, volvió a escuchar al público, que gritaban ¡muerte!

Mikasa al no saber qué hacer ante eso solo se le ocurrió mirar hacia donde estaba Levi y, por desgracia, Kuchel, quien se puso de pie, hizo un puño con su mano derecha pero con el pulgar salido, lo extendió de frente con el pulgar de forma horizontal y al final puso el dedo pulgar para abajo haciéndolo quedar de forma vertical.

Lo que significaba que le diera fin de una vez por todas.

En definitiva no quería eso, una cosa era mal herirlas y dejarla tiradas inconscientes en el suelo pero matarlas, eso ya no estaba en sus planes. Pero si se ponían de pie, todo su esfuerzo se iría a la basura, no podía continuar peleando, las cortadas le dolían y ardían, hasta ahora se pegunto como pudo pelear aun con estas.

Trato de ignorar todo y pensar solo en Levi, si lo hacia aún continuaría con su hermano, no le interesaban los lacayos solo su hermano.

Con eso en mente tomo una de las espadas del piso, no le importaba si era suya o no, la tomo entre sus manos y camino con dirección a Ymir. Cuando estuvo enfrenté de ella alzo la espada pero en cuanto la miro se acordó de Karl, el padre de esta y lacayo de Kuchel, si la mataba le causaría un gran dolor de por vida, él, quien siempre fue tan bueno con ella a pesar de todo, ya era suficiente con que tuviera que admirar en primera fila como la lastimaba. Sus manos comenzaron a temblar un poco, sentía que no podía hacerlo, nunca se perdonaría el lastimarlo, ya era suficiente con que no pueda estar cerca de ella.

Comenzó a retroceder de a poco, decidió que sería más fácil acabar con Sasha, no tenía ninguna relación con ella, por lo que no había problema en eliminarla, o al menos eso creyó. Al acercarse a Sasha se dio cuenta que esta ya no se movía ni nada, de seguro no pudo resistir tanto dolor y terminó desmayándose. Era mejor, así no sufriría tanto, volvió a levantar la espada, esta vez pasándola sobre su cabeza. Solo un golpe profundo y ya, no tenía que pensarlo tanto, solo hacerlo, solo tenia que moverse y ya estaría todo listo. Pero una voz infantil resalto de toda la multitud.

Mikasa dirigió su vista hacia de dónde provenía esa voz, para ser más exactos, de la tribuna de la familia Blous, y vio a una pequeña niña de cabello de tono claro y ligeramente corto, ojos grandes de color oscuro, cejas pronunciadas y nariz pequeña, la cual estaba gritando desde una de las tribunas y tratando de saltar hacia la arena-¡HERMANA! ¡HERMANA MAYOR!-continuaba gritando mientras lagrimas caían de sus ojos. Detrás de ella un chico de ojos son color avellana, cejas muy finas y delgadas y cabello gris sumamente corto, que tenía un collar de oro, trataba de controlarla.

Al presenciar tal escena, a la mente de Mikasa regreso el recuerdo de Historia, la primera pelea que vio en aquel horrible lugar donde estaba justo ahora. Estaba a punto de hacer lo mismo que Yelenna le hizo a Frieda, la difunta madre de Historia; lo que su madre le hizo a Hasna, la difunta madre de Ymir y esposa de Karl; y todas las demás muertes que vinieron después de esas. Estaba a punto de quitarle la vida a alguien que no se lo merecía, nada más porque así eran las reglas en ese mundo cruel. Nada más porque quería conservar a su hermano. Una vida por otra. Eso no era ajusto, en verdad no lo era.

Su vista regreso a Sasha, ya había tenido suficiente con que le doblara y, ojalá no pasara, romperle el brazo. Sus manos temblaron aún más por eso. Ella no era quien para quitarles su vida, su madre tampoco lo era, ni nadie del público presente en aquel horrible matadero que tanto festejaban.

Sin saber que hacer, lanzo la espada a un lado donde no se encontraba ninguna de las dos, para así no lastimarlas. Miro la espada y luego sus manos, recién se percató que estas tenían sangre, no sabía si era la suya o la de ellas pero era sangre. Sangre derramada en vano. Sangre perdida para que el público presente se entretenga. Sangre que se derramo para cumplir ese absurdo desafío que fue resultado de aquel estúpido ritual para conseguir esposo, o más bien dicho lacayo.

Estaba harta de todo eso. No era justo que su hermano fuera reclamado como si de algún trofeo se tratara. No era justo que tuviera que peleara a muerte para poder protegerlo y tenerlo a su lado. No era justo destruir familias nada más por mero gusto. Pero lo que en definitiva no era justo era asesinar.

Hizo puños sus manos, las apretó tan fuerte que sus nudillos se pusieron blancos.

Había tomado una decisión, no iba a matarlas, no iba a hacer lo mismo que su madre, y muchas otras, hicieron. Y si eso tenía como consecuencia ganarse el desprecio de ella, estaba dispuesta a aceptarlo. Después de todo no había perdido, ellas estaban inconscientes.

Así que dio la vuelta para quedar enfrente de su madre, quien la miraba con desaprobación, y en cuanto hicieron contacto visual, junto todo el aire que había dentro de sus pulmones y grito:

-¡NO MÁS ASESINATOS!-ese grito hizo eco en todo el coliseo, ya que todas se quedaron mudas en cuanto tiro la espada al suelo.

Final del segundo capítulo.

Hola

Volví con otro capítulo después de mucho tiempo

La razón de mi ausencia es que tenía mis clases en la universidad y exámenes.

Me alegro porque aprobé el curso que me preocupaba

Pero no logre aprobarlos todos.

Aunque el otro no es tan importante, pero en fin.

Aprovecho que estoy libre estos días para poder escribir.

Y también para desearle a mi @Akobere un feliz cumpleaños.

De hecho, por eso termine rápido este capítulo.

Como regalo de cumpleaños.

Ojala te mejores pronto.

Bien, es todo.

Como siempre perdonen las faltas ortográficas.

Espero que les haya gustado si es así voten y comenten

Las escenas de pelea las saque de nuevo de Spartacus, pero cambie el final, ya que el final del vídeo era la muerte de uno de ellos y yo no quiero matar a ninguna de ellas.

Ahora si es todo.

Nos vemos en este o en algún otro fic.

Hasta luego.

Bye.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro