76: Para siempre

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Último capítulo
Denle amor
!Muchísimas gracias!
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13 de noviembre, 2022

La doctora Jaz había logrado encontrar la forma de hacerme sentir cómoda. Tomar café, bueno yo tomaba un capuchino y ella un té de frutos rojos, y hablábamos de libros, música y de lo que pasaba en mi vida. Esta sería nuestra última sesión en vivo y en directo antes de irme a Qatar. Hablaríamos por FaceTime, se suponía que por estas fechas mis sesiones tenían que ser reducidas a una por semana, pero dada los acontecimientos de los últimos días, me dejaron con las mismas fechas, agregando que cada vez que quería hablar debía de llamarla.

-¿Y cómo vas con tu novela?

-En ediciones, presentaré propuestas a varias editoriales -respondí-. Espero pillar una.

Carla me mencionó también que podía ser una autora independiente. Publicar por mi propia cuenta. Me gustaba la idea.

Al terminar la sesión, salí del edificio. Como era ya de costumbre, Pedri y Pablo habían venido por mi. Me monté en el coche, saludándolos. Suponía que Pablo le había contado a Pedri, o bueno le puso al día. Recordemos que grité a los cuatro vientos que Benjamín era el que me golpeaba, Pedri lo sabía y me miraba con pena. Odiaba esas miradas que me daban.

También me miraba como si quisiera preguntarme algo, pero se mantenía al borde y era lo mejor porque era una pésima Mentirosa.

Esa noche saldríamos a Madrid. Me quedaría a conocer la ciudad, también visitaré la casa de los abuelos. Pensaba pasar la noche allí, también invité a la familia de Pablo y así no estaríamos en un hotel. Además que la casa era grande y se encontraba en una zona reservada, buscaba que esa casa tuviera algo de alegría. Así como antes. Me gustaría pasar más tiempo con Pablo por estos días, pero desde mañana estaría en la concentración en la ciudad del fútbol de las Rozas. El mundial iniciaba el 20 de noviembre y el 17 España tenía un partido amistoso con Jordania.

Nos detuvimos en una gasolinera y Pablo fue a comprar algo en el miniMarket, mientras Pedri se encargaba de llenar el tanque.

Miré mi móvil, Carla no me había escrito. El hecho de que no me escribiera me tenía preocupada. Decidí escribirle yo.

Me:

¿Cómo estás?

Carla💖:

Bien.
Acabo de llegar a Madrid.

Sus padres la convencieron de ponerle fin a su estancia en Barcelona. Se mudaron a la capital.

Me:

Mi vuelo sale
en unas horas.

¿Podemos desayunar
mañana?

Carla💖:

Claro!

tendremos una mañana de chicas.


Podemos ir de compras.



Me:

Está bien

Carla💖:

No le digas a nadie
que estoy en Madrid

besooos mi novela
ya va a empezar

😘😘😘

Le escribí un "cuidate" y al enviar el mensaje, Pedri entraba al coche. Me miró. Lo miré. Él fue el primero en hablar.

-¿Cómo estás?

-Los analgésicos me quitan el dolor, estoy bien. Gracias por preguntar.

-Vale.

Iba a preguntar algo más. Lo sabía.

-¿Sabes algo de Carla? -preguntó y noté tristeza en su voz, se le veía ojerozo, me daba pena, pero yo no podía traicionar a mi amiga.

-No.

Bajé la mirada y fingí estar concentrada en mi móvil. La incomodidad terminó cuando Pablo llegó con todos los chuches que compró para mí.

-No había café, pero había esto.

Me enseñó un helado de café el cual acepté con gusto. Pablo abrió la puerta del copiloto, dejó su mochila y se sentó en la parte trasera, junto a mí. Me pregunto acerca del libro que estaba leyendo y le conté que había vuelto a involucrarme en el mundo mágico de Harry Potter.

El vuelo a Madrid fue tranquilo. Llegamos a casa de los abuelos, la cual estaba en perfectas condiciones. Antes de morir, la abuela me dijo que siempre que quisiera podría venir, aunque ella no esté, esta casa era mía. A la abuela le gustaba ver siempre su hogar limpio y en perfectas condiciones, tenía la manía de que cada milímetro de su hogar esté reluciente. Es por eso que antes de morir, hizo un trato con una de las jovencitas que le ayudaba. El trato seguía en pie. Y la casa estaba reluciente. Como si ella siguiera aquí.

-Siéntanse como si fuera su casa.

Pablo y yo compartimos cama. Él me hacía cariñitos, mientras mis dedos se movían felizmente por el teclado táctil de mi móvil.

-¿Qué tanto hablas con Carla? -Besó mi cuello y tuvo las intenciones de ver mi móvil. Lo aparte-¿Por qué no hablan por facetime? Así también me entero del chisme.

-Chismoso.

Le respondí a mi amiga y apagué el móvil para dejarlo en la mesita de noche. Había estado enfocada en otros asuntos, que había olvidado de hablar con Pablo sobre algo importante.

Le besé y me subí a horcajadas sobre él. Sus ojos marrones me observaron con profundidad, sus manos se colaron por debajo de la camiseta, iba sin sujetador y me excitaba el hecho de sentir sus manos en mis pechos, pero no subió, ni bajó. Se mantuvo en mi espalda baja.

Recordé las reglas de mamá. Él las cumplía, hasta que yo le di mis propias reglas.

-¿Estás emocionado por el mundial?

-Emocionado se queda demasiado corto.

Sonrió de oreja a oreja.

-Estoy muy orgullosa de ti.

-Siempre me lo dices.

-Y no me cansaré de decirlo.

Me incliné para besarlo. Un beso despacio, disfrutando de cada centímetro de sus labios.

Él detuvo el beso y agarrándome de las caderas, me coloco al otro lado de la cama.

-¿Qué pasa?

-Sí me vas a besar de esa forma, estando encima de mí... no podré contenerme...

-No quiero que te contengas.

Hacer el amor con Pablo me haría olvidar de todo.

-Soy un bruto y me lo has dicho muchas veces...

-Me gusta que seas un bruto en la cama.

-Pero no quiero hacerte daño. Te duele el cuerpo.

-No duele...

-Me besas despacio porque el corte del labio te arde, te duele el cuerpo cuando estás acostada...

Iba a seguir, lo detuve al decir:

-Pero lo soporto.

Me agarro de las mejillas -Quiero que disfrutes hacer el amor conmigo, no que te contengas porque te duele -Besó mi frente-. Te amo, algodón de azúcar.

Guíe su mano a la altura de mi corazón, le dije que le amaba con los latidos del órgano que bombeaba fuerte por él.

























14 de noviembre, 2022

Pablo ya se había ido a la concentración desde la mañana. Tuvimos una larga despedida de besos y quedamos en una hora para hablar por facetime, también mencionó que si quería hablar, no dudará en acudir con Aurora o su madre o su papá.

Carla me había mandado un mensaje cancelando nuestro desayuno, la notaba rara y por más que la llamaba no contestaba. El resto de la mañana y también parte de la tarde la pasé afuera, un día de chicas con Belén y Aurora. En eso se basó todos esos días de estar en la ciudad, conocer grandes lugares y otros pequeños. Estar rodeada de gente extraña en la gran vía, llena de gente y pensar cómo se vería si estuviera vacía, ¿Sería diferente? Todo iba bien. Pero había algo que me picaba y era la carta de mamá. La tenía metida entre las páginas de un libro. Estaba llenando el tanque de valentía para sentarme a leer lo que mi madre había escrito para mí.

Los días pasaron. Días en los que olvidaba todo lo malo que me pasó, pero al mínimo recuerdo la sensación de ahogo volvía. Me preguntaba si algún día esa sensación desaparecería, si algún día sería feliz al 100%.

Cuando los moretones iban desapareciendo, el dolor era mínimo, pero cuando me miraba al espejo, todos los sucesos pasaban como una película de terror en mi vida. Las terapias habían sido de ayuda. Me quejé de que en vez de bajarme las citas, seguían siendo la misma, pero yo misma llamaba a Jaz para hablar con ella cada vez que llegaba a casa. Hablábamos, le contaba cómo me sentía, me aconsejó que lo mejor era perdonar, pero que entendía que aún no estaba lista y que cuando era el momento, debía de perdonar a todas los que me hicieron daño.

Por el momento debía de olvidarlos.

Empecé por eliminar sus números y bloquearlos de las redes sociales. Manú y Ester serían olvidados de mi vida. Pensaba recordar a Ester con un bonito recuerdo de cuando éramos niñas y a Manú, pensaba recordarlo como el gran error de mi vida. Por otro lado, con Benjamín. Me era imposible encontrar una solución para él. Lo veía como un ebrio, adicto, maltratador, pero cuando recordaba a mi madre, me era imposible no recordar todas esas veces en la que la veía feliz por estar con él. Sería un misterio del cual no entendería, quería entenderlo y sabía que la respuesta estaría en los diarios de mamá. No me atreví a leerlos.

Las terapias ayudaban, pero lo que más me ayudaban a olvidar eran los libros. Podía leerme uno en un día y dejar de pensar en esa tormenta en mi mundo.

Mi mundo estaba jodido y trataba de sanar, las terapias, la música, los libros y Pablo eran mi medicina. Las terapias me hacían hablar, la música y los libros me transportaban a otro mundo, y Pablo, él me devolvía la felicidad.

Pablo y yo hablamos todas las noches por FaceTime antes de dormir, también por medios de mensajes donde nos decíamos estupideces que me sacaban una sonrisa, también terminamos hablando cosas guarras, de que si se la pone gorda o si mis pezones ya estaban marcados por sus mensajes calientes. Me calentaba, pero más me hacía reír.

La última noche, antes de irnos a Jordania, Pablo se dio una escapada y me llevó a dar una vuelta por la ciudad. El plan era cenar en una de esos restaurantes lujosos donde tendríamos privacidad, cambiamos por ir al cine como una pareja normal. Vimos una película poco aclamada. Éramos los últimos en las butacas, los que en vez de ver la película, más hacían bulla riéndose de sus propios chistes hasta ser echados de la sala de cine. Nos reímos por eso y dejando atrás los lujosos restaurantes, cenamos en un local semi callejero, él pidió una hamburguesa y yo una pizza neoyorquina, brindamos con nuestra comida y nos sentamos en la acera a comer.

Ya era medianoche cuando llegamos a casa. Nos cambiamos de ropa y nos pusimos nuestros pijamas, el de él solo consistía en su bóxer y mi pijama solo era su camiseta. Nos echamos bajo la sábana y aunque nuestros cuerpos no hicieron el amor, nuestras almas sí. Nos besamos, nos contamos como nos sentíamos, fui sincera con él y él supo entenderme en todos los sentidos, me besó suave y me dijo que nunca nadie más me haría daño, que la vida me recompensará por todo lo que me quito y el dolor que me dio, me dijo que yo tendría un final feliz.

-Tu vida sonará como el instrumental de chiquitita, Val. Te lo mereces.

Lo que me dijo me hizo recordar a mi madre.

Pablo me demostró que él siempre me prestaba atención. Recordaba esa canción, recordaba que un día yo se la enseñé. Recordaba los lunes de mamma mia y mis conciertos privados que yo le daba. Él conoció a la antigua Valeria, se enamoró de ella, conoció mi versión más rota y también se enamoró de ella. Se enamoró de todas mis versiones, me amo. Siempre. Para siempre.
































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Valrosón Madrid 😪🍔

pablogavi🥰🥰🥰 😘😘😘

noeshateeslaverdad @pablogavi date cuenta ella solo quiere tu fama!!! Entra a mi perfil y ve todas las pruebas!

ancovi12 quieto capítulo nuevo🥺🥺🥺

aurorapaezg te amo cuñis 🥰🥰🥰
valrosón i love so much 🫶🏻

gavi30 🤣🤣🤣 Val le contesto a Aurora y no a Gavi 🤣🤣🤣

ExponsingVal como te va la vida de famosa? Felicidades eres famosa gracias a Gavi!!!!! #buscafama

Siramartinez próximo destino ✈️ Qatar

Valeriabuscafama se va a Qatar gracias al dinero de Gavi.

Jesscay que hace con ella??? Lit parece una niña. Mil veces mejor esta Cayetana.

tiso201 @pablogavi te mereces a alguien mejor.

ana8282 no se que te vio Gavi

Veneg que gustos humildes lo de Gavi
Mil veces están Cayetana o Ester

pablogavi Te amo 🥰

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Valrosón 11min















































17 de noviembre, 2022
Jordania

¡GOOOOOOOOOOOL!
¡¡¡GOOOOLLL DE ESPAÑA, GOOOOOLLL DE GAVI!!!

El estadio estalló a gritos de celebración, era el minuto 56 cuando un disparo que se veía fallido es marcado por Gavi. Pablo me buscó entre las gradas y como ya se le hacía costumbre, me señaló hizo una "V" con sus manos, dibujó un corazón y me guiño un ojo. El estadio estallaba de euforia, pero no le ganaba a mi corazón.

El partido terminó con una cómoda victoria de España.

Y un muy emocionado Gavi que saltaba como niño pequeño, hasta dejarse caer la cama del hotel.

-Valeria.

-¿si?

Sonreí de tan solo verlo con los ojitos achinados.

-Te dedicaré mi primer gol en un mundial.

Lo hizo. Joder, lo hizo.

Me subí a horcajadas sobre él y lo besé.

-Joder, si sigues así me la pondrás gorda y dura.

-Guarro.

Besé su frente y me puse al otro lado de la cama.

Pablo me abrazó con fuerza y me cargo para llevarme al baño. Nos duchamos, acarició mi piel, yo acaricié la suya. Me puse de puntillas para llegar a su boca, lo besé y susurré:

-Ya no duele, Pablo.

Ya no tanto y sus dulces besos aceleraron mi corazón. Le hizo el amor a mi alma y cuerpo, esa noche me dijo que me amaba por cada beso que me daba. Terminamos hecho uno, su cuerpo y el mío se movían sincronizados.

-Te amo.

Mi corazón se aceleró y por mi mente paso el hecho de que entre los dos ya no había ningún problema que nos separara. Que si tendríamos un final feliz. Que lo estábamos viviendo. Y no sé si fue por pura calentura o porque me sentí amada, feliz, completa, porque en tanto placer y amor mi camino de la vida ya no tenía baches, quizá fue todo eso que me hizo besarlo, mirarle a los ojos y susurrarle:

-Quiero tener un bebé contigo.

Me miró sin poder creerlo y a la vez lleno de emoción. Le volví a repetir esas 5 palabras y él me preguntó:

-¿Estás segura?

Asentí.

-Sí, joder, sí.

Me besó. Lo besé. Siguió moviéndose, hasta correrse dentro de mí y llenarme de besos. De esos dulces. Acarició mi vientre y sonrió como niño pequeño al darle chuches.

Salió de mi interior y se tomó el tiempo de leer mi cara, si algo me incomodaba o si me hizo daño. Le sonreí y lo besé, le hice saber que todo estaba bien.

-Todo está bien.

Lo repetí y lo repetí millones de veces en mi mente. Los malos comentarios no me afectarían. La tormenta ya estaba pasando.

Ambos estábamos cansados, nos acurrucamos y el aire acondicionado del hotel, era un verdadero invierno. Un rico invierno que te incitaba estar en la cama, abrazada a una almohada o peluche, en mi caso, estaba abrazada a Pablo y él también a mí.

Cerré los ojos y me imaginé tener un bebé con Pablo. Éramos jóvenes, pero ese no era un impedimento. Sé que aún no estaba lista y que las anteriores veces siempre me negaba por esa razón, era el miedo que sentía porque estaba hundida en un pozo, pero ya no. Había salido de eso, dejé atrás ese sufrimiento, la bomba había explotado y yo seguía viva, recuperándome, ya todo lo malo había pasado, estaba sanando y esta vez era de verdad. Lo sentía. Ya no había más mentiras, ha no había nada que me doliera.

Yo sería una buena mamá.

Sería igual que mi madre. Mi hija confiaría en mí. Tendríamos las mismas tradiciones, seriamos mejores amigas, le enseñaría a bailar, a leer, a aceptarse, le abrazaría cuando lloré, me alegraría por sus logros, la apoyaría cuando tenga su primer novio. Seré una buena mamá, lo prometo. Sería la mejor.

Y Pablo sería el mejor papá. Estaba 100% segura que él le daría todo a nuestra hija, todo lo que papá no me dio, él se lo daría. Seriamos los mejores. Formaríamos una familia. Tendríamos nuestro final feliz. Esta historia terminaba feliz.

-Pablo.

-¿Mhm?

-¿Te sabes mi nombre completo?

Le miré a la cara, abrió sus ojazos.

-Valeria Martina.

-Y el de mamá era Martina Valeria -Jugué con sus dedos, le iba a pedir algo y estaba segura que él me apoyaría-. Es una especie de tradición que tenemos en mi familia, la abuela se llamaba Martina y le puso Valeria porque es el nombre de la mamá de mi abuelo. Entonces... si tenemos una niña... se puede llamar Martina... Martina Belén ¿Te gusta?

Sonrió de oreja a oreja y dejo un gran beso en mi frente.

-Me encanta.

-Martina Belén.

-Martina Belén Páez Rosón -Sonaba muy bien-¿Y si es niño?

-Charles.

-¡Valeria!

-¿Qué? Es el nombre del hombre que tuvo que ser su padre.

Me reí por su cara llena de celos.

-No me da gracia.

-Ni mi di grici

Se cruzó de brazos y miró el techo. Hizo un puchero y su Castaño cabello caía en su frente. Se veía tierno y sexy.

-Joder, era una broma -Me subí encima de su regazo, empecé a besarlo.

-Mierda ¿Te he dicho lo perfecta que eres?

-Todos los días.

-Y te lo seguiré diciendo hasta el día en el que me muera.

-Somos un para siempre, Pablo.

-Somos un para siempre, Val.

Juntamos nuestras manos, besé su dorso y el besó el mío. La diferencia de tamaño era muy notoria, lo importante es que encajamos bien. Era mi pieza de puzle, era mi persona.

Pablo dormía con su cabeza escondida en mi pecho, nuestras piernas estaban entrelazadas. Su respiración era calmada, dormía como un bebé que roncaba. Lentamente me fui separando.

-Regreso pronto -susurré besando su mejilla al ver como abría los ojos, adormilado-. Tengo sed.

-Ponte un abrigo. Hace frío -susurró y volvió a cerrar los ojos.

Me puse unas pantuflas y encendí la lámpara para cubrirme con una de las mantas del hotel. La habitación era grande, tenía un sofá y hasta una pequeña cocina. Fui por una botella de agua, la bebí de a tragos, viendo la luna por la ventana, la cual estaba abierta y agitaba las cortinas. La razón por la que hacía más frío. Fui a cerrar la ventana y regresé hasta la cama. Antes de meterme, miré a mi alrededor. Todo tranquilo, las valijas al lado del armario, milagrosamente no había ninguna prenda de ropa tirada en el piso, quizá se debía a que antes del partido hicieron limpieza en la habitación y Pablo realmente se esforzaba por no ser un desorden. Lo que si estaba hecho un caos, era el baño. No era necesario entrar a ver, para saber que dejamos un mojadero y nuestras prendas estaban tiradas en el piso. En unas horas lo recogería.

Nuestro vuelo a Qatar salía a primera hora, debía de estar durmiendo. Pero, no. Yo andaba despierta y en plena madrugada. Y seguí despierta, porque note que mi tanque de Valentía ya estaba lleno. Por alguna razón, fui a mi bolso, saqué el libro que contenía entre las páginas la carta de mamá y tuve la valentía de sentarme en uno de los sillones de la terraza a leer.

El viento despeinó más mi cabello. Subí mis piernas al sofá y leí.

Hola, Val Val. Escribo esto sin saber que pasará mañana, si sigo junto a ti y has encontrado esta carta, abrázame fuerte. Si ya no estoy más a tu lado, mándame un beso al cielo (o al infierno), yo te estaré viendo.

Supongamos que es la segunda opción. Realmente espero que no, no soy tan creyente de dios, pero no sabes cuanto estoy pidiendo para poder estar a tu lado por muchos años más. Estoy escribiendo esto, mientras estás dormida a mi lado, mi dulce niña, mi chiquitita. No sé qué hubiese sido de mi vida si no te hubiese tenido, aunque no lo creas, no fui muy buena siendo amigos, joder eres mi única y mejor amiga (que deprimente, de igual formas no me quejo, eres lo mejor de mi vida).

Te diré algo que nunca te he dicho y de la cual no estoy orgullosa, pero aun así te la diré. Cuando me enteré que estaba embarazada, quise morirme. No te estaba esperando, tenía 17, había huido de casa, estaba en otro país, en otro continente, me la pasaba durmiendo en malos hoteles o hasta en bancas de parques, buscaba aventuras, viajar, experimentar, vivir. No te esperaba. Joder, creí que estaba en una pesadilla de la cual tenía que despertar, desperté y tu mi pequeño guisante seguías allí, en mi vientre. No te quería tener, no estaba en las condiciones para hacerme cargo de ti, el dinero se me acababa, no tenía un hogar fijo y se me vino la grandiosa idea de tirarme por las escaleras. Me dolió más a mí que a ti. Intenté abortar varias veces, ninguna funciono, te aferrabas a mí y te agradezco por ello. Me diste tanto, Val. Me enamoré de ti al verte en una ecografía, escuché tu corazón latir y supe que la vida me había mandado un regalo. El mejor de todos.

Cuando Christopher se enteró de que estábamos esperando un bebé. Se desmayó. Al despertar se quedó en un estado de shock. Era un inmaduro, yo también era una inmadura, éramos un dúo de jóvenes privilegiados que buscaba escapar de los deberes de la familia. Pensé que me dejaría tirada y que no le importaría, pero me llevo a su casa. Su escalofriante mansión. Su madre era igual o peor que la mía, su padre me daba la sensación de ser uno de esos políticos, que te cortan la cabeza al darles la contraria. Me quedé con ellos por un tiempo y aunque para mí me pareciera la familia insoportable que quiere controlar todo (quizá era porque me hacían recordar a mis padres) a ti te pueden dar un hogar. Clarice (tu abuela paterna), tiene una obsesión por las flores, te encantará conocer su jardín; George (tu abuelo paterno) él en todos esos meses que viví con ellos, fue él que más me trató como su hija, me hacía recordar a papá y eso me gustaba, tenían un parecido, amaban leer, amaban los negocios y harían lo que fuera por su familia, amaras su biblioteca y amarás hablar con él sobre libros. Tienes tíos, tías, los busque por redes sociales y déjame decirte que tienes primos, primas, te digo esto para que sepas que no estás sola, si algún día quieres buscarlos, hazlo. Ellos te amarán. Son tu familia. No te resienta con ellos por mí, yo fui la que escapó, yo fui la que no quiso saber de ellos, si no te buscaron fue por mí, porque conocían a mí yo de 17 años que escapaba por todo.

Cometí muchos errores. Todos cometemos errores, de eso se trata la vida, te caes, te vuelves a levantar y de eso aprendes. La mayoría de personas que me vio con una panza, embarazada a los 17, me juzgo. Te tildaron de error y sí, fuiste un error, pero fuiste el mejor error de mi vida. Aprendí tanto de ti, por ti aprendí a cocinar, por ti maduré, por ti pude reconciliarme con mis padres, por ti pude entrar a una universidad y terminar siendo la mejor de mi clase, por ti me hice cargo de una de las mejores constructoras del país. Mi vida tomó un rumbo diferente a lo que me plantee a los 17, por ti di lo mejor de mí y no me quejo. Mi vida fue estupenda.

Puedo decir que me tire de las escaleras, puedo decir que me enamore de alguien a primera vista, me enamore de ti al verte en una radiografía. Puedo decir que si tuve una hija con el amor de mi vida, puedo decir que fui la mejor amiga y mamá del mundo. Puedo decir que fui madre a los 17 y críe a la mejor niña, mujer del mundo, puedo decir que baile y cante con mi niña todas las canciones de ABBA, puedo decir que fui feliz. Mi vida fue feliz, hice todo lo que podía, viaje, me enamore, rompí corazones, me rompieron el corazón, me besé con bastantes hombres, folle con bastantes hombres y aunque no me case con el amor de mi vida, si me case con alguien que dio todo por mí. Fui feliz y el 99% de mi felicidad fuiste tú y yo. Val y Mar.

Si ya no estoy más contigo, te dejaré unas lecciones que no pude decirte en persona, pero que te las iba a decir cuando te graduaras.

Te las digo como madre, mejor amiga y mujer.

Eres bella. En todos los sentidos, nunca dejas que alguien te haga sentir lo contrario, porque no lo eres. Eres bella, preciosa, guapa, una diosa, eres la protagonista de tu propia historia. Todos lo somos. Recuérdalo.

Las amistades; algunas amistades no son para siempre y aunque desearía que ninguna amistad te rompa el corazón, recuerda que la envidia siempre existe, que la maldad existe y que a veces las personas no son como una lo imagina. Lamentablemente a veces solo conocemos una faceta de esa persona, no conocimos su metamorfosis o si siempre fueron así, pero nunca nos dimos cuenta. Otras amistades si son para siempre, porque en toda la oscuridad también hay rayos de sol. Amigas que se convierten en hermanas, amigos que se convierten en hermanos, personas que se convierten en familia. Seres cercanos se vuelven extraños y extraños se vuelven cercanos.

Y por último, pero menos importante. Vive. Amate a ti misma, canta, baila, sueña, viaja. En este momento te acaban de romper el corazón, tu primer amor terminó contigo y bien que le den. No sé las razones por las cuales tu Pablo terminó contigo, pero estoy segura que te volverá a buscar. Llámalo intuición, sé que él te volverá a buscar. Yo veía la forma en la que te miraba y déjame decirte que te amaba. Si decides darle otra oportunidad, bien. Dale esa oportunidad, no te quedes con el "te imaginas si..." hazlo. Pero si decides irte, date oportunidades, hazlo, vive da oportunidades, enamórate, enamora, roba corazones, deja que te roben el corazón, rompe corazones y llora por la misma razón. Tienes 17, tendrás 18, serás la puta reina del baile, quiero que bailes, quiero que cantes, quiero que viajes, quiero que te beses a miles de tíos y luego los rechaces, quiero que te folles a todos los que quieras, quiero que disfrutes esos años de juventud, que crees momentos, porque nunca volverás a tener 17, 18, tendrás 19 y sabrás que fue besar a ese francés, sabrás que fue romper corazones, sabrás que fue liarse con ese chico que conociste en una discoteca. Te reirás de todo ello, con tu mejor amiga, con tu mejor amigo. Te reirás de ello, de esas experiencias. Vive Val. Y cuando te sientas lista, regresa a Barcelona. Si le sigues amando, búscalo, dile "ey, fuiste mi primer amor y creo que eres el amor de mi vida" y si él te sigue amando, le agarras del cuello y le besas hasta dejarlo sin aliento. Le besas y vuelves a tener 16, te sonrojas, él se sonroja y se dan cuenta que el momento sigue siendo el momento. Porque déjame decirte algo y grabátelo en la cabeza... cuando la persona es la correcta, siempre, siempre es el momento.

Deje otra carta para el día de tu boda. También dejé una carta para tu futuro marido y para mis futuros nietos. Si sigo con vida, se los daré yo misma, pero si no, encuentra esas cartas en mis diarios y encárgate de hacerlos llegar. Te doy un gran beso y termino esto diciéndote...

Si ya no estoy más a tu lado, recuérdame en las películas de mamma mía, recuérdame en un café, recuérdame en la f1, recuérdame en tus libros, recuérdame al mirarte al espejo, recuérdame en la música de ABBA. Recuérdame con tus ojos brillosos de alegría, recuérdame con una sonrisa en el rostro.

Y recuerda...

Chiquitita, dime por qué
Tu dolor hoy te encadena
En tus ojos hay
Una sombra de gran pena

No quisiera verte así
Aunque quieras disimularlo
Si es que tan triste estás
¿Para qué quieres callarlo?

Chiquitita, dímelo tú
En mi hombro, aquí llorando
Cuenta conmigo ya
Para así seguir andando

Tan segura te conocí
Y ahora tu ala quebrada
(Qué vacío, me duele verte llorar)
Déjamela arreglar, yo la quiero ver curada

Chiquitita, sabes muy bien
Que las penas vienen y van y desaparecen
Otra vez vas a bailar y serás feliz
Como flores que florecen

Chiquitita, no hay que llorar
Las estrellas brillan por ti allá en lo alto
Quiero verte sonreír para compartir
Tu alegría, chiquitita

Otra vez quiero compartir
Tu alegría, chiquitita

Recuerda, que tu vida suene como el cierre de esta canción.

Te amo mucho, mamá.













La carta se mojó de mis lágrimas, me abracé a mi misma y consolé. No fui un mar de lágrimas, quizá porque ya había llorado lo suficiente. Quizá porque esa carta, aunque solo fuera un pedazo de papel, fue un abrazo de mi madre. Por cada palabra que leía, escuchaba su voz, susurrándome todo lo que escribió para mí.

Me quedé en la terraza viendo el cielo, las estrellas me miraban y la luna parecía un pedazo de queso. Volví a entrar a la habitación, fui por mi bolso. Regrese a la terraza, me coloqué mis auriculares y escuché música, siendo exactos la playlist de mamá. Canté en un susurró que se lo llevaba el viento y moví mi cuerpo al ritmo de la música. La canción terminó y me senté en el sofá, miré como el cielo había dejado de estar dos tonos más oscuros. Muy pronto amanecerá. Saque mi diario, un bolígrafo y empecé a escribir.

Cuándo el cielo se llenó de bellos colores de un amanecer, sentí como alguien se sentaba a mi lado y besaba mi mejilla. Miré hacia el lado derecho y me encontré a Pablo.

-¿Quieres bailar?

Parpadeó adormilado y asintió. Le puse uno de los AirPods en su oreja izquierda. La música sonó, el reconoció la canción que empezó a sonar, la he bailado con él muchas veces.

Sabía que era la persona correcta, sabía que era el momento. Él me amaba, porque aunque fuera un tronco bailando y no le gustaba bailar, bailaba conmigo, se movía conmigo, por mí.

El amor se trataba de eso, de reír aunque el chiste fuera pésimo, de caminar a su lado aunque te duelan los pies, de comerse a besos y no saciarse, de conocer su cuerpo y siempre perderse, de contar sus lunares, de hacer el amor y luego echarse a charlar, de reír, de bailar, de cantar, de seguir locuras, de entendernos, de hablar, de besarnos lento y follar duro. De bailar, aunque la música se acabe. De mirarnos a los ojos y fijarnos en ese brillo en nuestras pupilas. Mis ojos brillaban al verlo, él lo reflejaba en ese brillo de sus orbes, porque sus ojos también brillaban por mí.

Dijo esta dos palabras que aceleraban mi corazón, yo aún no se lo podía decir, pero él sí sabía que lo amaba. Lo sabía. Lo besé y volvimos a tener 16.

-Los ojos te brillan.

-A ti también.

-Un para siempre.

Me puse de puntitas, enredé mis brazos en su cuello y lo besé, acaricié cada centímetro de sus labios, mi lengua danzó con la suya y al dejarnos sin aire, nuestras frentes chocaron.

-Un para siempre.

La carta de mamá me había dejado pensando. Pero yo no quería dejar a Pablo. No lo dejaría. Ya había sufrido mucho. Necesitaba ser feliz. Lo haría. Era un para siempre. Viajaría, viviría, y como dijo mi madre, no me quedaría en "te imaginas si..."

El vuelo a Qatar salía pronto, Pablo y yo bajamos a desayunar junto a los demás. Le pedí a Pablo que no dijera nada al respecto de nuestro "posible bebé" y aunque se notaba a miles de leguas que Pablo quería chillar de la emoción y decirles la noticia a su familia y amigos, se contuvo.

Regresamos a la habitación y arreglamos los únicos detalles, recogimos la ropa del baño y arreglamos las maletas, las cuales Pablo desordeno porque no encontraba su neceser.

-Pablo

-Si ¿Algodón de azúcar?

-Puedes... puedes guardar mi libro en tu mochila, ya no entra en mi bolso.

Él asintió, le entregué el libro y me cercioré que lo guardará en su mochila. Era mi primer libro y él que siempre releía una y otra vez, me moría si se perdía y sabía que Pablo lo cuidaría muy bien por mí.

-Gracias.

Sonrió de oreja a oreja y salimos de la habitación, llevamos nuestras maletas. En el ascensor, ambos nos dimos una mirada cómplice, sin duda alguna cada vez que entre en un ascensor, me acordaré del año nuevo en Madrid.

-Me trae recuerdos.

-¿Bonitos?

-Muy bonitos.

Salimos al lobby y esperamos a los demás.

-Por cierto, Val -Lo miré-. Me avisaron que los muebles ya llegaron al apartamento y que empezarán con hacer la biblioteca. Me dijeron si quería que acomodaran las cosas por nosotros, pero les dije que no. Será divertido acomodarlo nosotros ¿verdad?

Sus ojitos se achinaban y brillaban, mientras hablaba, se le formaba una sonrisota.

Le besé -¿Te sabes montar una cama?

-No, pero soy muy bueno en ella.

Me reí por lo que dijo -Eres un caso, Gavira.

Nos separamos para ir al aeropuerto y nos volvimos a encontrar en sala de embarque. No iríamos en el mismo vuelo, pues la selección tenía su propio avión privado.

-Te extrañaré.

-Solo son tres horas.

-Una eternidad.

Nos dimos un rápido beso de despedida.

-Inicia otra aventura, Val.

-¿Me dedicas un gol?

-Todos serán para ti, amor.

Le vi irse y antes de que cruzara por la puerta de embarque, lo llame por su nombre. Él volteó y yo corrí a abrazarlo.

-¿Qué? ¿Está vez si me darás tu número? -bromeó y yo le besé, guiando su mano a mi corazón.

-Te prometo un para siempre.

Ese beso que le di fue la promesa de amarnos, de casarnos, de formar una familia, fue la promesa de una vida junto a él, de un "vivieron felices por siempre".

Mamá tenía razón. Cuando la persona es la correcta, siempre será el momento.

Aunque a veces parezca que el momento se acabó, solo era el miedo intentando sabotearte. Tuve mucho miedo, lo seguía teniendo, pero allí estaba prometiéndole un para siempre al amor de mi vida.

Nos despedimos. Después de todo le vería en unas horas.

-Val, ya saldrá nuestro vuelo -mencionó Aurora cuando nos llamaron por los altavoces.

-Iré al baño, un segundo.

Fui rápido, revisé mi móvil y sonreí al ver que Pablo me había mandado un mensaje. Una foto de él, sonriendo y escribiendo algo Guarro que me aceleró el corazón.

Salí del baño y fui a embarques, me subí al avión y miré por la ventana.

Puedo decir que fui afortunada al encontrar a un chico que me amara, que amara mi versión más cursi, que amara mi versión más rota. Me amaba y yo a él.

Era el momento.

Era un para siempre.
































































Xoxo. Último capítulo
No estoy llorando 🤧

Cuéntenme que les pareció y no se olviden de votar.

Nos leemos en el epílogo

Bye

Ig: ancovi12
Tiktok: ancovi12

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