01

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

El traje lucía bien en él.

Yeonjun trató de convencerse a sí mismo de que así era mientras veía su reflejo en el espejo. Se veía genial, pero verse vistiendo el traje que usaría para su boda, de alguna manera lograba revolver su estómago.

Quizás había tomado una decisión demasiado apresurada.

A su lado, Beomgyu observaba en silencio, deseando que ellos fuesen una pareja viendo trajes para su boda. Él no debería estar acompañando al hombre que amaba para ver el brillo en sus ojos al imaginar que pronto vestiría uno de esos para casarse con alguien más. Era vergonzoso tener que fingir felicidad por él y seguir fallando en el intento. Su sonrisa incómoda siempre lo delató. Él lo sabía, pero también sabía que Yeonjun estaría seguro si él estaba a su lado.

En el momento en que Yeonjun volteó hacia él buscando aprobación, Beomgyu sonrió como si la situación no estuviera destrozando sus huesos uno por uno con cada día que pasaba y el día se acercaba.

Dios, esto era un asco.

—¿Crees que esté bien? —dijo Yeonjun, mirando a Beomgyu con preocupación. Preocupación que no se debía a que él no parecía estar bien con la situación— ¿Beom?

Aún así, la mirada que Beomgyu le dedicó fácilmente pudo ser confundida con la de un hermano orgulloso.

—Es perfecto. El color resalta tu cabello —le tomó un segundo articular las palabras. La situación parecía volverse cada vez más difícil para él—. A ella va a encantarle.

Beomgyu chequeó la hora en su teléfono. Era una perfecta excusa para huir, como siempre hacía.

—Es algo tarde. Tengo algo pendiente con Taehyun.

Taehyun. La mirada de Yeonjun se oscureció.

—¿Es más importante que estar con tu mejor amigo? —Beomgyu negó. Realmente quería huir— Entonces él puede esperar un poco.

Él no quería. Realmente no quería, pero tuvo que voltear su rostro para ocultar la evidente sonrisa que se hizo presente al oír la molestia en la voz de Yeonjun. Sabía que era patético, pero quería creer que Yeonjun aún sentía algo.

—Taehyun va a molestarse conmigo si llego tarde otra vez —Beomgyu murmuró bajito, sin intención de que él lo oyera. Quería estar con Yeonjun, sí, pero su cita con Taehyun también requería que él se fuera en ese instante si no quería llevarse otro sermón sobre su impuntualidad.

—Ven aquí un momento —le dijo Yeonjun—. Busquemos algo para ti también, estaría bien que vistiéramos algo en conjunto el día de la boda.

Beomgyu suspiró pesadamente. Esto no era parte del plan; se suponía que sólo ayudaría a Yeonjun a encontrar un traje, pero él nunca escuchaba.

—¿De qué me sirve escoger un traje en conjunto? Deberías hacerlo con Yunjin, eso no tiene sentido.

—Vamos a buscarte un traje —reiteró Yeonjun, ignorando sus palabras. A él no parecía importarle en lo más mínimo—. De todos modos, quiero que luzcas bien ese día.

Yeonjun sostuvo su mano mientras avanzaban, Beomgyu frunció el ceño y lo siguió.

—Esto se siente un poco extraño. Incorrecto —dijo Beomgyu. Realmente se sentía de ese modo, Beomgyu creía que pronto comenzaría a volverse loco.

Yeonjun siguió avanzando, ignorando que sentía igual que él, porque tenía razón. Ellos no hacían nada malo, pero de alguna manera se sentía incorrecto estar en ese lugar junto a Beomgyu. Incorrecto porque a veces aún extrañaba la sensación de saber que era suyo, que no había alguien más en sus vidas, la alegría que alguna vez sintió al besarlo. Se sentía incorrecto porque Beomgyu fue suyo. Porque en algún punto de su vida él fue lo único que importaba.

Yeonjun divisó un traje gris en el fondo. Estaba a cuatro meses de casarse. Su boda cada vez más cerca. Quería pensar que si Beomgyu vestía similar a él, entonces no estaría tan mal casarse con alguien más, pero su tiempo se estaba agotando. Necesitaba olvidarlo por completo, dejar de preocuparse por él si quería vivir un matrimonio feliz. Beomgyu podría ser tantas cosas en su vida, pero él no era con quien iba a casarse. Beomgyu debía dejar de ser su prioridad, pero, de alguna manera, aquello parecía volverse cada vez más difícil. Él era demasiado frágil y vivía en una burbuja. Una burbuja que él mismo había creado para protegerlo. Sabía que cuanto más tiempo pasara a su lado, más difícil sería romperla.

Él desvió su mirada hacia Beomgyu, pensando en si realmente estaría haciendo lo mejor para ambos.

—Iré por alguien que pueda ayudarnos.

Beomgyu se limitó a asentir en silencio, viendo a Yeonjun alejarse.

Detrás de él, alguien dijo:

—¿Puedo ayudarle?

Beomgyu se movió incómodo en su lugar. Asintió despacio y le dio las indicaciones al hombre. No sentía tanta emoción por estar viendo trajes para una boda que no era suya, pero lo hizo de igual forma.

Fingiendo una sonrisa, Beomgyu señaló el traje.

—Quisiera verlo, por favor.

Su sonrisa se torció un poco.

El hombre que estaba parado junto a él era apuesto. Era alto, parecía estar en forma y su cabello negro resaltaba sus ojos. Tenía labios preciosos, sus facciones marcadas, piel bronceada y ojos grises. Había algo en él que lo volvía sumamente atractivo.

—Creo que este traje es adecuado para usted —dijo—. A la derecha están los probadores, si desea comprobarlo.

Beomgyu parpadeó.

—Sí. Gracias.

El hombre se acercó, sosteniendo su brazo para guiarlo. Beomgyu dudaba que aquello fuera realmente parte de su trabajo, pero él no iba a negarse si un hombre tan apuesto quería tocarlo un poco.

Con los ojos ampliándose, Yeonjun se acercó hacia ellos.

—¿Encontraste alguno de tu agrado?

—Creo que encontré el adecuado —dijo Beomgyu—. Iré a ver qué tal. Ya regreso.

El hombre a su lado retiró la mano del brazo de Beomgyu.

—Permítame acompañarlo. Esta tienda es algo grande, temo que podría costarle un poco llegar a los probadores.

Yeonjun los observó en silencio, cruzando ambos brazos sobre su pecho.

—Yo iré con él, gracias.

El hombre se mantuvo quieto en su lugar. Pudo notar que el aire se volvió pesado con la llegada de Yeonjun.

—Vamos, Beom —ordenó Yeonjun, apretando los dientes.

Beomgyu no lucía preocupado, más bien, había un destello de satisfacción pura en sus ojos.

—No deberías hablar de esa manera con otros hombres, pensarán que estás coqueteando con ellos —los labios de Beomgyu se arquearon ligeramente—. Debiste decirle que estabas conmigo.

—Lo siento —dijo Beomgyu, viéndolo a los ojos—. Tardaste demasiado y él dijo que podía ayudarme. Además, no estábamos coqueteando.

Beomgyu no parecía preocupado. Tampoco estaba exactamente emocionado por su reacción. En todo caso, Yeonjun había arruinado su oportunidad de salir con un hombre guapo.

—Sólo no vuelvas a hacerlo. Si tardo demasiado ve a buscarme, no charles con desconocidos. Aún si trabaja en esta tienda, él estaba viéndote de una manera extraña —alegó Yeonjun con una mueca—. Ahora ve adentro, Beomgyu.

Dios. No podía sentirse tan bien el pensar que había provocado a Yeonjun. Él iba a casarse.

Ahora sólo podía esperar que recordara. Sólo eso pedía.

Nada más. Nada peor.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro