[10] A Gloomy Christmas

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Veo como una nube blanca de humo sale de la máquina de vapor roja, flotando en el cielo gris. Cruzo mis brazos, abrazándome a mí misma mientras tiemblo dentro de mi grueso abrigo gris. A mi lado, varios estudiantes hacen lo mismo.

Para fastidio de todos, hace absolutamente frío pero no hay ni una pizca de nieve a la vista. En su lugar, tenemos hielo escarchado en todas partes, en que es muy fácil de resbalar. Admito, que he estado muy cerca de resbalarme y caerme.

Finalmente, las puertas del tren se abren lentamente, indicándonos que ya podemos entrar. El pequeño montón de estudiantes prácticamente se pisotean y se empujan para entrar primero, incluida yo. Aunque por suerte, sólo hay unas dos docenas de estudiantes, ya que la mayoría decidió quedarse en casa, osea Hogwarts, para las vacaciones de invierno. Para mi inmenso alivio, Ryder ha elegido ser uno de ellos.

Detrás de mí, Adrián y Katrina me siguen por los pasillos del tren, en busca de un compartimento vacío. Sólo nos lleva un corto tiempo encontrar uno, debido a la escasez de estudiantes que hay. Nos conformamos con una pequeña cerca de la parte delantera del tren, y dejamos nuestras cosas, preparándonos para el largo viaje a casa.

Mientras nos instalamos, admiro los hermosos adornos de Navidad colgados decorativamente sobre nosotros. Inmediatamente, se enciende una pequeña bola de emoción dentro de mí.

La Navidad siempre ha sido mi festividad favorita. Me encanta todo, desde la deliciosa cena y la comida, a simplemente pasar tiempo con la familia. Aunque me encanta mi estancia en Hogwarts, echo mucho de menos a mi familia mientras estoy allí. Mi madre a menudo nos escribe a Adrián y a mí, aunque casi nunca recibo nada de mi padre. Ocasionalmente, mi madre lo mencionaba en mis cartas, pequeños detalles sobre su trabajo en el ministerio, pero nada más. A decir verdad, ha estado un poco distante conmigo desde mi primer año, cuando me seleccionaron en Slytherin. Con suerte, esta Navidad puedo cambiar eso.

Después de unas horas tranquilas de charlar alegremente con mi hermano y Katrina, el tren se detiene. Miramos por la ventana, sonriendo mientras afuera vemos el gran cartel que dice 'andén nueve y tres cuartos'.

Gracias a Merlín, pensé que iba a morir si tenía que estar sentada en ese estrecho compartimento por más tiempo.

Mientras bajamos del tren, inmediatamente veo a mi madre. Al vernos ella también, camina sonriéndonos cálidamente. Antes de que pueda decir nada, ella me tira en un abrazo aplastante, el que claramente correspondo.

Mientras ella hace lo mismo con Adrián, me dirijo a Katrina, abrazándola.

—Nos vemos en una semana, Kat —le digo después de separarnos del abrazo, sonriéndole con tristeza.

Hace un par de semanas, habíamos rogado a nuestros padres que tuvieran unas vacaciones conjuntas, pero para nuestra pésima suerte no lo permitieron. La familia de Katrina no celebra la Navidad, y como ambas familias son muy obstinadas en sus tradiciones pensaron que sería mejor si no lo hacíamos.

—Sí, nos vemos pronto —me empuja en un abrazo una vez más, antes de juntarse con sus sonrientes padres.

Me vuelvo hacia mi madre y mi hermano, esperando que ya se fueran al coche. En cambio, mi hermano se ha alejado un par de pies, y está despidiéndose de una morena alta. Normalmente, aprovecharía la oportunidad de burlarme de él sobre tener novia, pero esta vez, eso no es lo que me preocupa.

Observo de cerca como mi madre está de pie paralizada, mirando fijamente a algo. O debería decir a alguien. Curiosamente, sigo su mirada hacia un hombre alto, con el pelo largo y rubio platino. Él parece haberse dado cuenta de que le miraba mi madre, y le devuelve la mirada. Junto a él, hay un chico alto (aunque no tan alto como él) con el mismo pelo rubio platino, y una señora delgada. Instantáneamente sé quiénes son: La familia Malfoy.

Aunque Lucius (creo que ese es su nombre) parece ser el único que se ha dado cuenta, ya que Narcissa está ocupada preocupándose por un Draco muy aburrido. Estupefacta, observo la mirada entre mi madre y Lucius. Su mirada es fría, aunque en ella juro que puedo ver un indicio de algo cercano al arrepentimiento. O tal vez es sólo un truco de la luz.

Finalmente, me harté.

—Mamá, ¿qué estás haciendo? —mientras digo esto, ella rápidamente sale de su aturdido estupor, sus ojos girando de par en par mientras me mira. Abre la boca, pero por un par de momentos incómodos la abre y la cierra en silencio.

—Eh- nada —dice ella, una sonrisa excesivamente alegre aparece en su rostro—. ¿Dónde está tu hermano? ¿Ya está listo para volver a casa?

La miro fijamente por un segundo, antes de asentir con la cabeza hacia Adrián, aunque no me creo su intento de actuar feliz. Extraño. Muy extraño.

Cuando llegamos a casa, encontramos a mi padre sentado en la mesa de bronce de la cocina, leyendo el periódico pacíficamente. Automáticamente, Adrián corre, envolviéndole en un fuerte abrazo. Sigo más tímidamente, encontrándome con la mirada azulada de mi padre. Me siento un poco vacilante mientras lo miro fijamente. Incluso antes de que me eligieran en Slytherin, Adrián siempre era más cercano con nuestro padre que yo. Aunque en aquel entonces, todavía nos queríamos abiertamente.

Después de una larga pausa, le doy a mi padre un abrazo rápido, uno que él corresponde recíprocamente. Mientras se aleja, sus fríos ojos me miran por un momento, antes de mirar hacia otro lado.

—Espero que no te importe que hagamos la cena de Navidad esta noche. Tu padre tiene que trabajar en Navidad —dice mi madre rápidamente, pareciendo notar la tensión. Asiento, pero puedo sentir mi corazón que se rompe lentamente. Y no es por los arreglos de la cena.

Paso la mayor parte de mi tiempo antes de cenar en mi habitación, mientras mi madre prepara la cena. Mi padre y Adrián están afuera haciendo Merlín sabe qué juntos. Estaría mintiendo si dijera que no estoy haciendo pucheros.

Me siento en mi cama, sintiendo lástima de mí misma, mientras pienso en mi familia. Adrián siempre estuvo -está- ahí para mí cuando lo necesito, y es el mejor hermano de todos. Al crecer, él y yo siempre estuvimos muy unidos. Todavía lo estamos.

Sé que los padres siempre dicen que no tienen favoritos, pero estoy convencida de que todos lo hacen en secreto. O al menos mis padres. Estoy bastante segura de que soy favorita de mi madre, mientras que Adrián es obviamente la primera opción de nuestro padre. Por mucho que quiera a mi madre, a veces desearía que fuera lo contrario. En secreto, siempre he querido ser 'la niñita de papá'.

Supongo que eso nunca sucederá. Ya no.

—¿Ella? —casi me caigo de la cama mientras la voz detrás de mí suena, interrumpiendo mis pensamientos.

—¿Qué? —pregunto, un poco brusca.

—Eh... Mamá dijo que la cena está lista —dice Adrián, retomando mi actitud repentina. Una punzada de culpa se agita dentro de mí mientras miro su expresión de dolor.

—De acuerdo. Gracias —murmuro, levantándome.

Mientras lo sigo por la gran escalera, me encuentro decepcionada. ¿Por qué? o ¿De quién? Te estarás preguntando. Pues, estoy decepcionada de mí misma. Se supone que la Navidad es un momento feliz, y yo estoy aquí, deprimida y temiendo la cena con mi familia. Recuerdo las palabras que mi padre solía decirme cuando era pequeña y tenía una rabieta:

«Mentón arriba princesa, o la corona resbala.»

En la cena, estoy sentada al lado de Adrián, con nuestros padres sentados frente a nosotros. A pesar de estoy muy pesimista, tengo que admitir que la comida está maravillosa. El pavo está crujiente en el exterior pero tierno por debajo, y la sabrosa salsa lo empapa perfectamente. Por otro lado, tenemos un montón de diferentes verduras, y una deliciosa salsa de arándanos. Para colmo, tenemos un pastel de manzana fresca para el postre. Mi madre se superó a sí misma.

La conversación está resultando muy aburrida y me es muy difícil prestar atención. Principalmente gira en torno a los TIMOS de Adrián o al trabajo de mi padre.

Hago todo lo posible para que me interese, pero es tan difícil como prestar atención en la clase de Historia de la Magia. Y confía en mí, esa no es una tarea fácil. Sin embargo, creo que mi madre se dio cuenta de mi aburrimiento y dirige la conversación hacia mí.

—Entonces, Ella, ¿ha pasado algo emocionante este año? —pregunta ella, dándome una cálida sonrisa. Abro mi boca para responder, pero Adrián me ganó.

—Empezó a salir con un chico y ahora es su novio.

Los ojos de mi familia se vuelven hacia mí, incluso los de mi padre, que había estado estudiando sus uñas mientras mi madre hacía la pregunta.

Mi madre deja escapar un pequeño jadeo.

—¿En serio? —sus ojos se iluminaron—. Cariño, ¡bien por ti!

Puse una sonrisa forzada en mi cara. La mayoría de las chicas no les hablan a sus padres acerca de sus novios porque tienen miedo de que se enfaden. Yo soy lo contrario; mi madre es demasiado entusiasta al respecto, y muy entrometida también. Mi mirada se dirige a mi padre, esperando su reacción de la noticia. Él simplemente remueve su comida, permaneciendo en silencio. Estoy medio aliviada por esto, y medio decepcionada. Parte de mí esperaba que fuera un poco protector, para demostrar que le importaba. Quizás incluso me diría que rompiera con él.

Merlín, Ella, ¿ese pensamiento realmente te pasó por la cabeza? ¡Ryder es tu novio por el amor de Dios!

Me abofeteo mentalmente por pensar algo así. Quiero decir, Ryder puede ser un poco molesto a veces -vale, muy molesto la mayoría del tiempo- ¡pero es mi novio, y lo quiero!

¿Pero tú realmente le quieres?

La vocecita en mi cabeza continúa discutiendo conmigo durante la cena. Hago todo lo posible para ignorarla, pero eso significaría dejar de pensar en Ryder por completo, y eso es difícil de hacer cuando tu madre te sigue cuestionando sobre él. ¿Qué aspecto tiene? ¿Qué edad tiene? ¿Es un buen chico?

Por las barbas de Merlín, voy a tener que devolvérsela a Adrián por decirle a mi madre que tengo novio. O quizás esa fue su venganza dejarle tirado el otro día...

Deshazte de él: Eso es lo que deberías hacer con Ryder.

Oh, cierra la boca.

Por mucho que quiera estar en desacuerdo con esa vocecita en mi cabeza, algo me dice que es completamente correcto. Quizás es mi sentido común el que habla.

Oh Merlín, me estoy volviendo loca...

Bueno, ¿qué piensas del padre de Ella? ¿Y el intercambio de miradas entre la madre de Ella y el padre de Draco? ¡Si tienes alguna teoría, me encantaría oírla! Probablemente me apresure a subir ya el resto de capítulos del tercer año después de este, solo porque cosas más emocionantes sucederán en cuarto año. Aunque habrá una cosa más importante que sucede en el tercer año, así que presta mucha atención.

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