Un escalofrío inesperadamente se apodera de mí, vibrando mi cuerpo para hacer que parezca que he estado poseída. Como la persona desorganizada que soy, he descuidado usar cualquier tipo de abrigo en este clima frío. Solo estoy vestida con una camisa azul de manga media, y pantalones vaqueros ajustados. El clima fresco, soportable del otoño, se ha convertido rápidamente en la helada frialdad del invierno durante la noche.

Lo único bueno de esta temporada fría son las fiestas de Navidad. A medida que las vacaciones de Navidad se acercan, los estudiantes parecen estar cada vez más inquietos con cada día que pasa. Hoy es uno de mis únicos (y apreciados) días que tengo tiempo libre. Los profesores parecen estar estudiando tanto trabajo y tarea como puedan antes de irnos de vacaciones. Por no hablar de Ryder (que sólo ha sido mi novio durante dos semanas) parece pensar que tenemos que pasar cada momento desde nuestro despertar juntos.

Camino pacíficamente a lo largo de los terrenos de Hogwarts que están cubiertos de escarcha, tarareando tranquilamente para mí misma. No tengo ninguna idea de la dirección general a la que voy. Solo dejo que mis pies me lleven, supongo.

—¡Boo! —gritan detrás de mí y casi grito en voz alta del susto.

—Adrián —suelto un suspiro de alivio, ya que no es mi empalagoso novio—. ¡No me pegues estos sustos!

—Eh, lo siento hermanita —se ríe, dándome una mirada de disculpa.

Una sonrisa tira de mis labios, y salto sobre él en un gran abrazo de oso. Durante los meses de mi tercer año en Hogwarts, no he visto a mi hermano ni una vez. Supongo que es probablemente debido al hecho de que está en quinto año y tiene mucho más trabajo escolar que yo, pero aún así echo mucho de menos su compañía.

—¿A dónde vas? —pregunta Adrián, una vez que le he quitado los brazos de encima.

—No sé —me encogí de hombros, sonriendo—. ¿Quieres venir?

Adrián me sonríe cálidamente, con un brillo travieso en sus ojos.

—Por supuesto, guíame en otra de tus cacerías salvajes.

Me siento en la cálidamente iluminada sala común, viendo como las llamas naranjas bailan alrededor. Mi estómago duele de reír tan fuerte. Para gran consternación de Adrián, lo conduje alrededor del castillo, y hasta las partes restringidas de Hogwarts (la ventaja de ser amiga de Ron es que sus hermanos conocen todos los secretos del castillo). Pero al final, Peeves nos encontró y nos persiguió por todo el castillo. Abandoné a mi hermano y me escondí en el baño, antes de volver sigilosamente a la sala común de Slytherin. Probablemente voy a recibir un gran sermón de él más tarde por dejarlo.

Oh, bueno, valió la pena.

A medida que pasa la semana, mi felicidad olvida mantenerse. Tengo poco tiempo libre para pasar con mis amigos, y mucho menos con mi hermano, ya que está ocupado preparándose para sus TIMOS. Por no mencionar el problema que tengo con mi prepotente novio, que parece estar siempre siguiéndome.

Gracias a Merlín, las vacaciones de invierno son este fin de semana.

Caminé rápidamente por el pasillo, cargando mi mochila llena de libros sobre mi hombro. Sintiendo pinchazos agudos en el tirante, pero lo ignoro, ya que intento llegar a clase a tiempo. Quiero decir, normalmente no me importaría pero hoy tengo Transformaciones y sería la cuarta vez que llegaría tarde en esta semana.

Además, para ser honesta, McGonagall me da miedo cuando está enfadada.

Mientras me dirijo hacia la clase, giro la cabeza, ajustando la correa de mi mochila a una posición más cómoda. Justo cuando estoy volviendo mi cabeza hacia adelante, siento un fuerte golpe, antes de caer al suelo. Por supuesto, siendo la torpe persona que soy, caigo justo sobre mi trasero.

Miro hacia arriba, preparando mis disculpas para la persona con la que me he chocado. Cuando me encuentro con los ojos de la persona delante de mí, mi boca se abre, y las palabras que había preparado se olvidan. Encima de mí está Draco Malfoy. Él me mira sentado tontamente en el suelo, sus ojos grises ligeramente abiertos. Por un momento, los dos nos miramos el uno al otro en silencio.

—¿Te vas a quedar ahí sentada todo el día, o qué? —dice, levantando una ceja y extendiendo una mano para ayudarme a levantar.

Mis mejillas se enrojecen, mientras tomo su mano, levantándome.

—Eh, l-lo siento.

Draco simplemente asiente con la cabeza, mientras se inclina junto a mi mochila y saca su varita. Por un segundo, lo observo, ajena a lo que está haciendo. Sólo cuando murmura algo y todas mis cosas mágicamente flotan entrando de nuevo en mi mochila lo entiendo.

Odio admitirlo, pero es muy dulce de su parte.

Mientras abro la boca para darle las gracias, un trozo de papel ligeramente arrugado sale de mi recién organizada mochila. Antes de que pueda hacer algo, Draco lo recoge, escaneando lo que dice. Estoy de puntillas sobre él intentando ver un poco preocupada, ya que no tengo ni idea de lo que está escrito en ese papel. Podría ser una vieja tarea, o podría ser una nota privada sobre los últimos chismes que Katrina me ha dado. Con mi suerte, probablemente sea el segundo.

Aunque, lo que realmente es, es mucho peor.

Sin avisar, Draco se levanta, tirando la nota hacia mí, casi golpeándome de nuevo. Un peligroso y ardiente destello se ha encendido en sus ojos. Antes de que pueda hacer o decir algo, se escabulle, dejándome ver su figura en retirada en confusión.

Puedo sentir mis manos temblando un poco mientras desdoblo el trozo de papel, genuinamente asustada de lo que podría estar escrito en él. Quiero decir, ¿qué podría haber hecho enfadar tanto a Draco? Mientras leía nerviosamente el papel, todavía sigo perpleja.

Querida Ella,

No sé cuando encontrarás esto, pero siempre que lo hagas, recuerda que siempre estoy pensando en ti.

xoxo,
Ryder

Leí la nota de nuevo, completamente convencida de que hay algo que me perdí. Quiero decir, es sólo una breve nota de mi novio, ¿qué hay de malo en eso? Probablemente dejó esto aquí hace días, ya que nunca me molesté en limpiar mi mochila. ¿Por qué Draco se iría enfurecido por una inocente nota?

Merlín, estoy empezando a pensar que ese chico es bipolar.