[14] Something's wrong

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—Oye, Bloomwood, ¿de verdad te dejaron volver? —antes de que me dé la vuelta ya me doy cuenta por el gruñido agudo quién está hablando.

—Hola, a ti también, Pansy —respondo sarcásticamente.

Estaba realmente esperanzada de que me iba a dejar en paz después del pequeño conjunto encantador de los forúnculos de sangre que le di el año pasado. Pero ahora, ha reunido un pequeño ejército de amigos y ya está tratando de acosarme. Quiero decir, vamos, ¡acabamos de bajar del tren! ¡La selección ni siquiera ha comenzado, ¡por el amor de Merlín!

Detrás de ella están Millicent Bulstrode, Daphne Greengrass, y... Ryder. La sorpresa parpadea brevemente dentro de mí mientras lo veo envolver un brazo alrededor del hombro de Daphne.

—¿Tratando de hacer amigos decentes, Parkinson? —me doy vuelta al escuchar una segunda voz, agradecida de ver a Katrina caminando a mi lado.

Ella mira a Pansy y su grupo intimidante, mientras me recupero de la desagradable sorpresa. La verdad es que no debería de sorprenderme, Ryder siempre ha sido un ligón, pero no esperaba que lo superara tan rápido. No puedo evitar preguntarme cuánto tiempo han estado juntos.

—Es una pena, nunca tuviste amigos, ¿verdad, Ella? No tenías a nadie con quien pasar el tiempo aparte de mí —mi ardiente mirada se vuelve hacia Ryder mientras habla.

¿Cómo se atreve?

—En realidad, si mal no recuerdo, en realidad fuiste tú quien fue el empalagoso conmigo, te me pegabas como una maldita lapa —respondo, poniendo una mano en mi barbilla en falso recuerdo.

Veo con satisfacción como Ryder me frunce el ceño. Daphne abre la boca -probablemente para defender a su novio- pero es interrumpida por un ruido fuerte desde el otro lado del comedor.

—Si todos pudieran tomar asiento, entonces podríamos comenzar la ceremonia de clasificación —llama Dumbledore, sonriendo cálidamente alrededor de la sala llena de gente.

Mientras Katrina y yo nos dirigimos hacia la larga mesa de Slytherin, capto la mirada de Hermione. Una sonrisa se forma en mis labios, y le doy un pequeño saludo con la mano. Aunque, Hermione no parece tan ansiosa, y simplemente me mira fijamente, con una extraña mirada brillando en sus ojos. Me examina, como si tratara de averiguar algo.

Confundida, sigo en mi camino para unirme a mi casa, haciendo mi mejor esfuerzo para ignorarla. Pero, eso me resulta difícil. La forma en que me miraba era tan extraña, y no como nunca me había mirado antes. Parecía casi herida, como si hubiera hecho algo para traicionarla. Hasta donde sé, no le he hecho nada. Estaba actuando bien cuando estábamos en el tren.

Oh, el tren.

Después de mi encuentro con Draco, decidí no volver al compartimento y quedarme en el baño el resto del viaje. Me sentí casi llorando, y parte de mí todavía lo hace. No tengo ni idea de por qué todo el suplicio me afecta tanto. Después de todo, no es como si hubiera besado a Draco o algo así. Aunque por alguna razón parece que no puedo sacarme de la cabeza los eventos de aquella noche. Y lo peor es que ni siquiera es un mal recuerdo. No me malinterpretes, ver a mis amigos caer en un agujero donde podrían ser asesinados, no fue divertido. Pero Draco llevándome a mi cama, y él frotando mi dolorida frente hasta que me dormí, es un buen recuerdo. No importa cuánto no quiera que lo sea, lo es.

El resto de la noche es aburrida. Me cuesta prestar atención durante la selección y el discurso de Dumbledore. Mi mente parece estar fuera del espacio hoy. Una cosa que despertó mi interés fue el Torneo de los tres magos. Aunque mis padres ya me explicaron que iba a suceder este año (estrictamente informándome de no decírselo a los Weasley, ya que querían que fuera una sorpresa), todavía estaba interesada en escuchar los detalles. Fue decepcionante cuando se anunció que tenía que ser mayor de edad para participar, pero dudo que hubiera entrado de todos modos. De todos, los gemelos Weasley parecían ser los más indignados por las noticias. Es una pena, también los habría animado.

El lunes por la mañana me despierto en mi dormitorio llena de energía. Salgo de la cama antes de que alguna de mis amigas dormilonas se haya despertado. Eso es bastante raro, considerando que normalmente es al revés y soy yo la última en despertar. Supongo que hay una primera vez para todo.

Nuestra primera clase del año es Transformaciones. Cuando me levanté de la cama, lista para prepararme para la desafiante clase de McGonagall, me acerco a la cama de Katrina. Ella duerme profundamente, acurrucada en una bola apretada en su cama. Le doy a su mejilla un ligero empujón, sonriendo en diversión mientras gime. Con un bostezo, abre los ojos y me mira por despertarla de su precioso sueño.

Venganza por todas las veces que me lo ha hecho.

—¡Vamos dormilona, ¡tenemos que prepararnos para ir a clase! —le sonrío brillantemente, pero la molesto aún más con mi actitud alegre.

—¿Hermione y tú cambiaron de cuerpo o algo así? —gime, envuelve sus mantas alrededor de sus hombros y se levanta. Eso me hace sonreír.

—No sé, tal vez lo hicimos —me encojo de hombros.

Con un guiño, me voy al baño, riéndome de la mirada desconcertada en la cara de mi amiga.

Me siento en clase, mirando aburridamente al frente de la habitación. Para cualquier mirada desprevenida, parecería como si estuviera en profunda concentración con la lección de McGonagall. Pero si me conocieran, sabrían que me perdí en un sueño diurno.

—Señorita Bloomwood, ¿qué acabo de decir? —mi atención vuelve a la clase y a una Profesora McGonagall de aspecto muy severo. Tiré nerviosamente del dobladillo de mi falda, por un segundo pensé que me iba a insistir sobre como llevaba mi uniforme, que lo había modificado un poco y era algo... revelador, por así decirlo. [n/a: Había una imagen pero cuando voy al link no me deja y no sé cómo es, pero me supongo que lo tiene un poco provocativo, o algo por el estilo, por lo que leí.]

Rápidamente, trato de recordar lo que ella había dicho anteriormente, pero eso pronto resulta imposible. Todas las miradas están sobre mí, esperando mi respuesta con interés. A mi izquierda, Katrina me murmuró pero de forma inaudible, moviendo los labios, desafortunadamente nunca le cogí el truco a la lectura de labios. Estiércol de dragón.

Sabiendo que no hay forma de obtener una respuesta correcta, decido recurrir al humor.

—Es una pregunta trampa, ¿no es así, profesora?

Esto trae risas a la mayoría de la clase, especialmente a Harry, Ron y Seamus. Miro, divertida, como los chicos se cubren la boca en un intento de amortiguar sus risas, mientras Hermione simplemente se ve exasperada. En realidad, Hermione me ha estado dando la espalda desde ayer.

Sin embargo, sus reacciones no son nada comparadas con la de Katrina: ella golpea su puño contra su mesa, sin siquiera molestarse en ocultar su risa.

Merlín, no pensé que eso fuera tan divertido.

—No, señorita Bloomwood, puedo asegurarle que no lo es. Si no prestas atención a partir de ahora, te encontrarás en detención más rápido de lo que puedes decir plumas de pájaro.

Oh, al menos ahora sé de qué iba la clase.

El resto de la clase me obligo a permanecer despierta, ya que no me gusta pasar uno de mis preciosos sábados en detención. Cuando se nos permite salir de la clase, la Sra. Perro me detiene en la puerta del aula.

Apuesto a que puedes adivinar quién es.

—Cuidado Bloomwood, o estarás en detención más rápido de lo que puedas decir fea traidora de sangre —chilla Pansy, arañando mis oídos con su miserable voz.

Antes de que pueda preparar una repugnante réplica -o incluso mejor, una maldición- ella se pavonea hacia Draco y envuelve un brazo alrededor de sus musculosos hombros. Una llama se enciende dentro de mí mientras lo estudio de cerca, esperando su reacción. Para mi consternación, su cara es ilegible y deja que Pansy le haga eso, dejándome con el impulso de golpearla.

Será mejor que esa pequeña imbécil no lo vuelva a tocar-

Inmediatamente, me abofeteo mentalmente. ¿Ese pensamiento realmente pasó por mi cabeza? ¿Qué me importa si Pansy está con Draco? Ambos son unos capullos muy arrogantes, se merecen el uno al otro.

Aunque por el resto del día, parece que no puedo sacarme la imagen de ellos juntos de mi cabeza. No consigo que la voz de Pansy deje de sonar en mis oídos, de todas las veces que lo ha llamó «Dracey-poo» y «Draquito», y todas y cada una de las veces que la dejó aferrarse a él.

La pequeña voz dentro de mi cabeza gruñe.

Merlín, ¿qué me pasa?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro