[6] Awkward 'dates'

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng



❝ Algunas veces la persona correcta estuvo allí todo el tiempo, lo que simplemente no se podía ver porque la persona incorrecta estaba en el camino ❞


—Kat, ¿se me ve bien el pelo por detrás? —echo un vistazo al reloj de roble que cuelga en la pared frente a mí, dando vueltas con horquillas en mi mano.

Katrina estudia la parte posterior de mi cuero cabelludo, en el que me he retorcido el pelo en una delgada trenza que se sienta alrededor de mi cabeza como una corona. Nos sentamos en mi cama, en el dormitorio de chicas, mientras espero con impaciencia que sea la hora para encontrarme con Ryder. Después de una semana de conocerlo, finalmente me alcanzó y me pidió estudiar juntos. La pequeña oferta fue una sorpresa emocionante, y al instante la acepté.

—Se ve perfecto —me asegura Katrina, pareciendo sentir mi energía nerviosa. Le sonrío agradecida, aliviada de que esté bien. Katrina no es de la que miente en un intento de hacerte sentir mejor, así que sé que lo dice en serio.

Busco mis manos en una mezcla de impaciencia y nervios. Aunque ahora solo quedan quince minutos para que me encuentre con él, el tiempo parece ir muy despacio. Katrina, quien parece encontrar mi angustia bastante divertida, me arquea una ceja con burla.

—Debe ser realmente genial si estás así de nerviosa.

Abro la boca para protestar, antes de cerrarla de nuevo. Realmente no hay nada que pueda decir para defenderme en este momento, ya que soy un desastre. Para ser honesta, estoy bastante decepcionada de mí misma. Casi nunca estoy tan nerviosa, especialmente por una estupidez como esta. Quiero decir, ni siquiera podría llamarlo una cita. Es más como una quedada de dos amigos que disfrutan de la compañía del otro.

Me muevo inquieta en mi silla, jugueteando con un mechón de mi cabello rubio miel mientras espero que llegue Ryder. He estado aquí por un total de dos minutos y ya me temo que Ryder no aparecerá. Imágenes de mí sentada aquí toda la noche esperando que él viniera empieza a aparecer en mi mente, prácticamente torturándome.

Por las barbas de Merlín, ¿cuándo me puse tan paranoica?

Para mi gran alivio, Ryder aparece pronto, una amable sonrisa aparece en su cara cuando me ve. Le doy un gesto vacilante mientras se deja caer en la silla de madera a mi lado.

—Hola —saludo, reflejando su sonrisa amistosa.

—Hola, perdón por llegar tarde- Peeves me atrapó —dice la última parte algo sombríamente y no puedo evitar reírme.

—¿Qué hizo esta vez? —pregunto con exasperación.

Conozco muy bien a Peeves y sus bromas desagradables. Aunque, para ser completamente honesta, la mayor parte del tiempo las encuentro divertidas. Mientras no sean a mí, por supuesto.

Ryder procede a contarme su divertido encuentro con el poltergeist de la escuela y cómo intentó verterle un balde de agua. Me encuentro riéndome aún más fuerte, y afortunadamente conversar con él es fácil.

—Tienes que reconocérselo, es bastante bueno para hacer bromas engañosa —le digo, sonriendo ante la idea.

—Supongo que sí —Ryder no suena tan seguro, y una expresión molesta aparece brevemente en su cara.

Supongo que no encuentra a Peeves tan divertido como yo.

—Oh, probablemente deberíamos empezar a estudiar ahora —sugiere después de un largo momento de silencio incómodo. Asiento en respuesta, aunque mi atención está en otro lugar, o más bien, en otra persona.

Veo como Draco Malfoy atraviesa la puerta de la biblioteca con un libro de aspecto pesado escondido bajo su brazo. Sólo cuando se sienta en la mesa de al lado, y echa un vistazo a la sala, nota nuestra presencia.

Nos mira fijamente, pero mi atención rápidamente vuelve a Ryder cuando un cálido peso descansa sobre mi mano.

Me invade un impulso repentino de apartar mi mano de la de Ryder, aunque en vez de eso me obligo a dejarla exactamente como está y pretender que ni siquiera me he dado cuenta. Esto rápidamente parece ser una tarea difícil.

Tampoco ayuda que Draco esté prácticamente quemando un agujero en un lado de mi cabeza con su intensa mirada.

—Eh- Tengo que irme —me tropiezo de repente, mi boca se mueve por su propia voluntad.

Antes de que pueda decidir si esto fue algo bueno o no, las palabras ya están fuera de mi boca y me levanté de la silla. Ryder me da una mirada graciosa, pero para mi alivio, él simplemente asiente con la cabeza.

—Sí, lo siento- Acabo de recordar que le dije a Hermione que la ayudaría con su trabajo de pociones —tan pronto como digo esto, inmediatamente me arrepiento. Hermione, la mejor bruja de su año, ¿necesita ayuda con los deberes? Sí Ella, realmente creíble.

Juro por Merlín, que soy la peor mentirosa de la historia.

Antes de que pueda cuestionar mi excusa defectuosa, recojo mis libros y escapo. Mientras me alejo rápidamente, hago lo mejor que puedo para ignorar la culpa que me invade. Realmente no hice nada malo, ¿verdad? Bueno, a menos que cuentes mentir como malo, pero aún así... De acuerdo, quizás no debería haberme ido así, realmente soy un asco para manejar situaciones incómodas.

Justo cuando salgo por la puerta de la biblioteca, hago una doble mirada detrás de mi hombro, solo para ver a Draco dándome la expresión más confusa que he visto.

A la mañana siguiente, me siento extremadamente incómoda y avergonzada por toda la situación, y por una vez, me encuentro contenta de no compartir ninguna clase con Ryder. No creo que pueda enfrentarlo aún, especialmente porque probablemente sabe muy bien que mentí para escaparme. Probablemente ahora me odia.

Una somnolienta Katrina me sigue fuera del dormitorio hasta el Gran Comedor para desayunar. Saludamos a Hermione y a los chicos a medida que pasamos, aunque solo Harry está mirando. Ron y Hermione parecen estar discutiendo sobre algo.

Típico.

Mientras Katrina y yo nos sentamos en la mesa de Slytherin, echo un rápido vistazo a Ryder. Para mi inmenso alivio, él no se encuentra a la vista.

—¿Buscando a alguien, Ella? —una voz gruñe detrás de mí. Me doy la vuelta y casi giro mis ojos. Draco. Ese capullo parece que no puede dejarme sola.

—A ti no —le respondí, dándome la vuelta, con la esperanza de terminar la conversación. Afortunadamente, Draco parece captar el mensaje y vuelve a sentarse en su sitio con un pequeño gruñido.

El resto de la mañana transcurre sin incidentes, y estoy atrapada escuchando a Pansy alardear de su "escoba nueva y lujosa", durante el desayuno. Honestamente, ¿para qué necesita una escoba? Ella ni siquiera juega al quidditch.

Muerdo mi tostada, fingiendo que no puedo escuchar nada de lo que dice. Obviamente puedo, ya que ella está hablando lo suficientemente alto como para que todo el gran comedor la escuche, pero no necesita saber eso. Lamentablemente no tengo refugio para Katrina, que está medio dormida en su sitio a mi lado. Ella realmente no es una persona mañanera.

Echo un vistazo a mi horario y al instante me siento mejor. La primera clase del día es Defensa Contra las Artes Oscuras. Sin embargo, no soy una alumna muy estudiosa, DCAO siempre ha sido una de mis asignaturas favoritas. Incluso con los dos horribles profesores que tuvimos en los últimos dos años, las disfruté. Algo sobre la emoción de aprender hechizos tan poderosos me intriga.

Con un par de mordiscos más en mi tostada, arrastro a Katrina conmigo a nuestra clase. Mientras caminamos por el Gran Comedor, pasando por las cuatro mesas, me encuentro con los ojos de mi hermano y le doy un saludo alegre. Él se niega a devolverlo, aunque una simple y pequeña sonrisa llega a sus labios; una que no llega a sus ojos. Qué extraño.

—¿Por qué tenemos que venir tan temprano? La clase no empieza hasta dentro de quince minutos — se queja Katrina, una vez que hemos llegado al exterior del aula.

—Lo siento Kat, pero no pude soportar escuchar a Pansy ni un segundo más.

Veo como se desliza hacia abajo en el suelo a mi lado, apoyándose contra la pared, al igual que hice yo.

—Oh, sí —sus ojos de repente se iluminan y se ve mucho más despierta — Me olvidé de preguntarte, ¿qué tal te fue en la cita?

—No era una cita —le recuerdo—. Y estuvo bien.

Rápidamente tomé la decisión de omitir la parte sobre cómo me escapé en medio de eso y di la excusa más patética de la historia.

Sólo un pequeño detalle de todos modos.

—¿Solo bien? —Katrina levanta una ceja, luciendo genuinamente curiosa. Para mi alivio, los estudiantes pronto comienzan a amontonarse en el pasillo, evitando que responda más.

Nos levantamos rápidamente, no queriendo ser pisoteadas por la manada de Slytherin y Gryffindor de tercer año. Parece que no soy la única emocionada por nuestra nueva clase, ya que todos están hablando en voz alta sobre el tema. Observo a Harry, Ron y Hermione acercarse al pasillo, caminando hacia nosotras.

—¿Has oído algo sobre nuestro nuevo profesor? —pregunta Hermione, sin perder el tiempo.

Me encuentro desconectando mientras Katrina continúa contándole a Hermione todos los chismes que ha escuchado en la escuela sobre el nuevo profesor de DCAO. Cuando se trata de chismes, Katrina sería una excelente Hufflepuff. Ella siempre parece conocer los secretos más jugosos sobre todos y todo. No me importa particularmente, ya que a veces es bueno escuchar todo sobre la vida privada de nuestros compañeros.

Wow, sueno como una maldita cotilla. Oh bien.

Finalmente, después de una intensa espera llena de suspenso, un hombre de aspecto descuidado se acerca, abre la puerta y nos sienta alrededor de la gran habitación.

—Hola a todos, soy el profesor Lupin, vuestro profesor de defensa contra las artes oscuras —una amable sonrisa rodea su delgada cara cuando se presenta. No puedo evitar sentir ya un afecto hacia él.

Después de un par de momentos de discusión, y una exhibición muy divertida de Snape con la ropa de la abuela de Neville, nos instruye a formar una fila, ya que es nuestro turno de abordar a un Boggart. Para mi decepción, estoy al final de la fila, lejos de mis amigos de Gryffindor y Katrina. Y para mi mayor decepción, la persona que está detrás de mí es Draco Malfoy.

Para colmo, él sigue adelante y empieza una conversación conmigo.

—¿Qué pasa contigo y ese chico.. Ryder, Ella? —me doy la vuelta para mirarlo, rezando en silencio para que mis mejillas no se vuelvan del color de un tomate.

—Somos amigos —me encojo de hombros, un poco incómoda con el tema. Para ser honesta, no estoy segura de lo que siento por Ryder en este momento. Es una situación complicada, y el solo tratar de resolverla me duele la cabeza. Draco, por otro lado, parece adivinar de inmediato que están sucediendo más cosas entre Ryder y yo.

—Pues ayer no parecía eso —dice, entrecerrando ligeramente los ojos.

—Estábamos estudiando —respondo, con la esperanza de que deje el tema. Algo en esos brumosos ojos grises me provoca una sensación incómoda, casi nerviosa. No lo entiendo en absoluto, ¿por qué de repente tengo miedo de Draco?

No me gusta. Ni un poco.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro