[56] Habitación

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Maratón 3/?

Era el último día de la pareja y YeonJun no podía estar más triste. Quería quedarse unos días más allí, pero no se podía.

Una parte de él estaba dispuesta a bajar y pagar por tres días más, pero la otra parte pensaba en que no podía dejar más tiempo a Sunoo con TaeHyun y BeomGyu, esa parte de él quería tener a su cachorro cerca.

—No quiero irme —lloriqueó el peligris abrazando al castaño que rió meciéndose de lado a lado concordando con sus palabras. Ya los dos estaban listos, vestidos y con todas sus pertenencias en una mochila, eran las doce del medio día y, por reglas del hotel, debían partir ya que su estadía había acabado.

—Prometo que nuestra luna de miel serán más días en un lugar así —prometió el castaño besando su mejilla con cariño. El omega asintió y besó sus labios antes de colocarse el barbijo, sus lentes oscuros y una gorra.

SooBin hizo lo mismo, tomó la mochila, le dedicó una última mirada al omega y salieron de la habitación, caminando algo rápido. Bajaron en el ascensor y llegaron al estacionamiento.

No debían preocuparse por ir a la recepción o algo así, con simplemente dejar una propinas para los servicios bastaba.

Cuando subieron al auto del alfa el peligris sacó su teléfono para jugar con él un poco.

Hola. Escuchó en su cabeza, alzó la mirada y la conectó con la del alfa. ¿Cómo estás?

—Eres un tonto —rió dándole un pequeño golpe en el hombro haciendo al alfa carcajear, su marca cosquilleó un poco, sonrió por eso.

En un silencio cómodo la pareja llegó a la vivienda de TaeHyun, pronto compartida con BeomGyu.

YeonJun quería ver y abrazar a su cachorro, eran pocas veces las que se separaba de él, además de que su instinto de omega le pedía consentir a su cachorro.

—Hola, hyung, espero les haya ido bien —saludó TaeHyun abrazando al peligris para luego chocar puños con el castaño. Pasaron al acogedor apartamento riendo al ver los juguetes tirados en el suelo.

—Uh... Ummm...—YeonJun no quería lucir desinteresado por la conversación que mantenían los dos alfas, pero quería saber en donde estaba su cachorro.

TaeHyun se dio cuenta de ello así que rió y le señaló que puerta era antes de seguir conversando con SooBin.

El omega caminó por el pasillo y abrió con cuidado la puerta que el alfa le había dicho, la habitación tenía el aire acondicionado encendido así que hacía un poco de frío en el lugar, el televisor también estaba encendido con unas caricaturas.

YeonJun cerró la puerta a sus espaldas y notó al omega, BeomGyu, dormido y enrollado en una manta mientras que Sunoo estaba acostado a su lado, chupando su dedo pulgar y mirando las caricaturas, más que metido en su mundo.

No quería despertar al omega pelinegro así que no podía ir a lanzarse a su cachorro el cual también lucía muy sereno junto al pelinegro.

Así que sonrió de medio lado y abrió la puerta para salir pero no contó con que Sunoo soltaría un grito tan pero tan fuerte que en minutos, BeomGyu ya estaba sentado en la cama y TaeHyun y SooBin en la puerta. 

YeonJun encendió la luz y miró a Sunoo sentado en la cama con los ojos cristalizados.

El niño lo miró solo a él y estiró sus bracitos.

¡Pa! ¡Pa! —dijo en gritos, rompiendo en llanto cuando el omega lo cargó y lo dejó recostado en su hombro. Sunoo sollozó y se apegó más al cuello del omega, sobre la marca.

Los adultos se miraban preocupados, no entendían porqué el pequeño había roto en ese llanto tan fuerte al ver a YeonJun pero sis sabían que debían calmarlo.

—Ya, mi cachorro —calmó el omega acariciando la espalda del pequeño que se aferraba a él y seguía llorando— Sunnie, calma, deja de llorar, príncipe —dijo besando la mejilla húmeda del bebé que lo miró con sus ojos cristalizados hipando repetidas veces antes de seguir llorando alto en el hombro del omega— SooBin...—llamó al alfa que se acercó y colocó sus manos en la espalda del pequeño que soltó otro grito y se removió del tacto del alfa.

Los dos alzaron las cejas asombrados por esa actitud.

—Yo sé lo que pasa —dijo BeomGyu restregando sus ojos para despejar el sueño que sentía— La mayoría de bebés reaccionan así cuando el omega es marcado, no recuerdo muy bien pero tenía que ver con que los bebés son algo posesivos con el omega los primeros años y que se enlace con un alfa en esos momentos les causa un ataque de celos, ira, algo de eso. El pequeño Sunno está bien, le pasará en unos días, no hay necesidad de algún médico —explicó, finalizando con una sonrisa.

YeonJun asintió, agradeciendo por la información. Salieron de la habitación para buscar la manera de calmar el llanto de Sunoo, a nadie le gustaba ver llorar al bebé.

—Mira, Sunoo —dijo el omega sentado en el suelo, señalando una torre hecha con bloques de colores— Tus favoritos —el pequeño se separó y miró lo que señalaba el omega, no le prestó atención y siguió lloriqueando en su hombro— Creo que es mejor ir a casa...—murmuró apretando al pequeño en su pecho, ganándose un hipido.

SooBin asintió y se despidió con rapidez y agradeció infinitas veces a la pareja de cuidar a su cachorro, al igual que YeonJun, subieron al auto y emprendieron camino a lo que sería su nueva vivienda.

Sunoo ahora estaba soltando los pequeños hipidos que le causaba el llanto, recostado en el pecho del omega.

Pa...—llamó captando la total atención del omega que agachó la mirada y besó sus mejillas húmedas, luego su frente y por último su nariz, Sunoo soltó una pequeña sonrisa mientras alzaba sus manitos y atraía al peligris por sus orejas.

—Sunoo~ —se quejó falsamente haciendo al niño sonreír más grande, siguió besando sus mejillas con cariño y también acariciando su cabello. Sunoo rió, ya recuperado del llanto, y pegó su frente a la del omega, que sonrió en grande enternecido por las acciones de su cachorro.

Por otro lado SooBin no sabía si seguir conduciendo o detener el auto porque si seguía conduciendo eso quería decir que se estaría perdiendo la tierna escena que le estaba dando el omega y el bebé, pero si se detenía, YeonJun se distraería y se acabaría la escena.

Así que bajo la velocidad a la más mínima para voltear aunque sea unos segundos a ver a su familia.

—Me estás jalando las orejas y eso duele, Sunnie —explicó el omega restregando su nariz con la del niño que tenía sus ojitos cerrados, disfrutando de los mimos del peligris— Y SooBin, si sigues viendo vamos a chocar, está pendiente de la carretera —concluyó cuando sintió la mirada del alfa sobre él.

—Si, mamá —asintió rodando los ojos con diversión, YeonJun le lanzó un pequeño beso y siguió prestando atención a Sunoo que luego de unos minutos más de mimos estaba cabeceando y segundos después, estaba durmiendo en los brazos del omega.

—¿Falta mucho? —preguntó YeonJun acomodándose en el asiento, su espalda estaba doliendo más de lo normal.

—Un poco, ¿por qué? —preguntó doblando a la izquierda.

—Me duele la espalda —contestó reclinando el asiento para acomodarse mejor con el bebé encima.

Se acomodó dándole la espalda al alfa con Sunoo acostado en el hueco que quedaba.

—Yo quería verlos dormir y me das la espalda —se quejó SooBin aún con la vista en el camino— Pero bueno, la vista sigue siendo perfecta —y con eso, se ganó un gruñido del omega.

Una hora después, ya habían llegado al lugar en donde vivirían, Sunoo seguía dormido así que seguía babeando el hombro del omega mientras que este le indicaba a SooBin en donde colocar las cosas.

La casa estaba pintada de marfil, con los muebles de color marrón, le daba un toque hogareño.

—¡Ven a ver! ¡Ven a ver! —SooBin saltó emocionado tomando de la mano al omega para llevarlo a la segunda.

—No tan rápido —rió asegurando el agarre de Sunoo.

SooBin abrió la puerta y le indicó que pasara con una sonrisa emocionada. 

El peligris entró, riendo por la emoción del alfa y quedándose estático al detallar mejor la habitación que sabía era del pequeño que dormía en su hombro.

La cuna del pequeño estaba en una esquina, el armario era blanco y obviamente estaba vacío por ahora, aún faltaban los millones de juguetes de Sunoo y su ropa. Pero lo que lo tenía encantado, estático y casi que llorando era la forma en la que estaba pintada la habitación.

La base era azul celeste, con nubes en todos lados, había mariposas en lugares aleatorios, también un avión y algunos pájaros.

—¿Esto lo hiciste tú? —preguntó señalando todo, SooBin asintió orgulloso.

Volteó a una esquina y vio que había un cuadro negro, completamente negro.

—¿Qué es eso? —preguntó acercándose para dejar a Sunoo en la cuna y descansar un poco la espalda.

—Para que pinte, con tizas, como todo niño va a empezar a rayar paredes y preferí hacer eso a que raye toda la casa. ¿No te gusta? Lo podemos quitar —dijo metiendo sus manos en sus bolsillos delanteros.

YeonJun rió y se lanzó al alfa a abrazarlo y besarlo repetidas veces agradeciendo en medio de los besos.

—Todo está muy lindo, me encanta —se sinceró, recostando su cabeza del hombro del alfa el cual sonrió al sentir la felicidad del omega por medio de su lazo.

¡Pa! —los dos voltearon al llamado, Sunoo estaba sentado en la cuna mirando a los adultos en medio de los barrotes— ¡Pa! —volvió a llamar estirando sus brazos, pidiendo que lo cargasen.

YeonJun fue el encargado de tomarlo en brazos y mostrarle todo, Sunoo quedó casi que hipnotizado al ver las mariposas, las señaló y cuando el omega lo acercó las empezó a tocar con sus manitos, riendo por los colores que tenían.

Le gustaban, no había que decir más.

—Vamos a traer tus juguetes y te quedarás aquí, quieto mientras ordenamos todo —dijo YeonJun picando la nariz del pequeño que reía. Al parecer ya se le había pasado aquel ataque de celos o ira que haya dicho BeomGyu, seguía sin querer separarse del omega pero no estaba llorando— ¿Y esta habitación? —preguntó abriendo una tercera puerta en el pasillo, estaba vacía pero limpia.

—Tal vez una habitación de huéspedes, o quien sabe, otro niño o niña —subió sus hombros mientras metía las cajas de juguetes a la habitación de Sunoo— Hay que ser prevenidos, YeonJun.

El omega negó con su cabeza, divertido y fue a la habitación de Sunoo, dejó al niño en medio de las cajas abiertas.

—Tu serás el encargado de sacar todo eso —le dijo señalando las cajas. Sunoo parpadeó y gateó a una de las cajas, sacó su casco favorito de bombero y se lo colocó para seguir escarbando en la caja, sacando y sacando juguetes— Es bueno en el trabajo —bromeó YeonJun apoyándose del castaño mientras veían a Sunoo sacar todo. Cuando la caja quedó vacía a SooBin se le ocurrió algo.

El alfa se acercó y cargó a Sunoo hasta meterlo en la caja, el niño rió y miró a todos lados, SooBin se agachó y empezó a empujar la caja, rodándola por todo el lugar.

Sunoo se sostuvo de los laterales y carcajeó hasta más no poder por el simple hecho de estar rodando dentro de una caja.

Cosas de niños.

¡Wiu! ¡Wiu! —gritó ahora con las manos sosteniendo su casco.

—¡Ah, ya me cansé! —dijo SooBin deteniéndose y acostándose en el suelo, Sunoo volteó y se quejó al ver al alfa allí.

¡Pa! —llamó meciéndose para darle a entender lo que quería. Al ver que el alfa no se movía se meció con más fuerza hasta que cayó de frente, con las manos amortiguando su seguro golpe en la cara.

Rió y gateó hasta el alfa, colocándole el casco en la cara para tomar sus autos de juguete y rodarlos encima del castaño haciendo sonidos graciosos.

Esa fue una tarde agotadora pero divertida para la familia Choi, durmieron en su nueva casa, todos juntos en la cama rodeados de un nido hecho por el peligris.

Mejor no podían estar.



























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