02.- ¿Cortejo?

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Apenas faltaban unos días para navidad y Harry se había apuntado entre los estudiantes para pasar la navidad en Hogwarts. Ron le pregunto a su amigo por que quería quedarse en el castillo y él solo contesto que sería la última navidad que tendría como alumno de Hogwarts. Hermione no dijo nada, sino que estaba verdaderamente obsesionada con saber que le pasaba a Harry.

Hermione notó que su amigo cargaba siempre consigo un cuaderno empastado y forrado en piel, muy parecido al diario de Riddle, pero este tenia una pequeña snitch dorada en una esquina. La deducción lógica es que Harry estaba escribiendo un diario, pero porque, era la cuestión.

Ron no había dicho que tuviera pesadillas, los Dursley eran historia antigua para Harry e incluso estaba comiendo bien. Los primeros días luego de la batalla final, Harry estaba casi catatónico, poco a poco volvió a hablar hasta que casi volvió a su antiguo yo. Incluso llegó a visitar al profesor Snape mientras aún estaba recuperándose, luego de que Madame Pomfrey lo indujo a un sueño mágico por semanas.

Su amigo estaba sufriendo por algo, pero Hermione no podía dilucidar que era y Ron había aprendido a respetar los secretos de su amigo.

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Desde mediados de noviembre, Severus había empezado a recibir pequeños regalos, cosas que para cualquier observador parecerían sencillos obsequios, pero para Severus eran un enigma. Había recibido una capa de piel de dragón, una costosa y muy rara capa de piel de colacuerno húngaro, embebida de poderosos hechizos deflectantes de casi cualquier maldición conocida.

Además de la capa, había recibido también libros, primeras ediciones de publicaciones de pocionistas de al menos un siglo de antigüedad, firmados por los autores. Una cafetera muggle hechizada para funcionar con magia y al menos cuatro frascos con mezclas de café gourmet, chocolates de manufactura fina y muy costosa de diversos países, todos ellos rellenos de los sabores favoritos de Severus. Una caja de fresas orgánicas que alguna vez llego a ver en la mansión Malfoy, recordaba vagamente a Lucius diciendo que era una de las pocas cosas muggles que aceptaba comer. Estaban deliciosas.

Ahora acababa de recibir un juego de plumas de pavo real albino, pero no de la variedad criada por los Malfoy sino una criada en Sri Lanka y solo por magos. Severus no se resistió a tocar las delicadas plumas que parecían hechas de finos hilos de joyas e hilos de oro y eran suaves como seda. Al lado de las plumas había frascos de tintas especiales hechas con piedras preciosas y carbón puro, un afilador de plumas, pergamino fino y todo el set estaba lleno de hechizos anti-goteo.

Esto era demasiado. Severus agarró un puñado de polvos flu y llamó a Lucius Malfoy.

—Severus, puedo saber ¿Por qué demonios estas llamando? —Lucius Malfoy salió de la chimenea viendo a su antiguo compañero de armas preocupado—Por lo que sabía, habíamos acordado jamás volvernos a ver—.

—Tu acordaste eso, yo ni siquiera pensé en sobrevivir y si no hubieras sido tan cobarde, habrías desertado mucho antes de tu servicio—Lucius iba a replicar, pero en ese momento, Severus le enseño la caja a Lucius—¿Qué significa? —.

—Eso es un juego de escritura manufacturado solo para la elite de nuestra sociedad, solía comprar un juego por año ya que el fabricante solo fabricaba tres y eran subastados, pero este, este fue hecho por petición—.

—¿¡Qué!? —.

—Mira, la tapa tiene un fino grabado a contraluz, es tu escudo y tu nombre—Ahí, a contraluz, había un grabado en finas líneas de plata que Severus no había notado, pero ahora brillaba mucho y el emblema de la familia Prince, así como su nombre estaba en la tapa.

—¿Qué significa? —.

—Creo que alguien esta cortejándote, ¿No había una nota o algo? —.

—Nada, solo los obsequios. Los revise antes de abrirlos—.

—¿Obsequios? —.

Severus le contó sobre los demás regalos y eso solo hizo que Lucius estuviera aún más callado que antes.

>> Yo que tú, no me preocuparía, es evidente que tu problema tiene solo dos opciones. O alguien trata de hacerte una jugarreta y burlarse de ti en caso de que "caigas" o alguien esta sinceramente tratando de ganarse tu favor—.

—¿Por qué? —.

—¿Por qué? —.

—Si, ¿Por qué? ¿Por qué alguien querría mi favor? —.

Lucius se encogió de hombros.

—Por que ahora eres un héroe de guerra, supongo—.

—Por las bolas de Merlín, eso es superfluo y esto—dijo señalando el obsequio—No es algo que regales por obtener el simple favor de alguien "famoso"—.

—¿Por qué estas tan seguro? —.

—¿En serio preguntas? ¿Cómo averiguaron lo de las fresas? Ame esas fresas cuando me las diste a probar hace años, y los libros son exactamente el tipo de regalo que esperaría de mi pareja, y el café y los chocolates, nunca los había probado y los adore. No, quien me esta enviando esto busca algo más, quizás este buscando un enlace, pero definitivamente esta esforzando, logro averiguar mis gustos y deseos y eso me preocupa. No recuerdo haberle contado mis deseos a nadie, incluso tu ignorabas que uno de mis deseos era tener un juego de escritura elegante alguna vez—.

—Bueno, sí, lo ignoraba—.

—Sí tu que fuiste mi mejor amigo alguna vez no sabía eso ¿Cómo logro averiguarlo quien me envía estos regalos? —.

—Quizás te espían—.

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Cuando empezaron las vacaciones de Navidad, Harry se vio libre de sus amigos y se dedico a organizar el siguiente obsequio para su profesor, mientras Severus pensaba en lo que le había dicho Lucius, ambos iban tan absortos que no notaron que iban en dirección contraria y chocarían.

Solo se oyó un golpe y ambos magos cayeron al suelo.

—Fíjate por donde vas, tu miserable... Oh, es usted Potter—.

—Disculpé profesor, no lo vi—.

—¿Acaso la fama le impide ver más allá de su nariz? —.

—Fue mi culpa, me retiro, que pase un buen día profesor—Harry se levantó de ahí sin contestarle a su profesor ni dar ninguna emoción y eso frustraba a Severus. Lo que daría por poder castigar al mocoso ahora, pero no podía. No le contesto, ni siquiera le llamo de alguna forma irrespetuosa.

Harry estaba temblando, pero no de temor, Severus Snape estaba usando su capa de piel de dragón y sin su túnica habitual, así que traía ropa ajustada debajo de la capa, negra pero ajustada. Se veía excelente, quizás si se hubiera amarrado el cabello se hubiera visto aún más atractivo y eso le dio una idea para un regalo a futuro.

Severus llegó hasta la sala de maestros buscando a Minerva y esta salió de una silla viendo el atuendo de su amigo.

—¿Qué, en el nombre de merlín, estas usando Severus? —.

—¿Tan mal me veo? —Minerva enarco una ceja como solo ella podía hacerlo.

—¿Estas bromeando Severus? Te ves magnifico ¿Cuándo compraste esta capa? ¿La compraste con el dinero de tu orden de Merlín? —Severus bufó, el dinero de su orden de Merlín fue donado íntegramente a los orfanatos y sobre todo a aquellos que tenían niños hijos de mortífagos, en los otros orfanatos no eran bien visto ni atendidos.

—No, fue un presente—.

—Pues deben quererte mucho, estas capas solo las he visto en dignatarios de países fríos como Noruega, Hungría, Finlandia... —.

—¿Dignatarios? —.

—Sí, estas capas solo las llegue a ver en diplomáticos ministeriales o subordinados de casas reales, pero no de tan buena calidad como la tuya, fue hecha sobre medida evidentemente, tu amigo debe quererte mucho, eso aumenta miles de galeones en el precio—.

Eso agrego aún más misterio a su "amigo". Severus estaba ahora mas que nunca decidido a averiguar quien era. Eso, sumado a averiguar por qué Potter estaba comportándose tan extraño. Había subido sus notas en sus clases, siempre llegaba primero, incluso sus pociones habían mejorado al grado que no pudo negarle un Extraordinario en su última clase. Y los modales, ahora cada que comía, comía con modales impecables, siempre podía vérsele con algún libro debajo del brazo.

Lo más preocupante del asunto es que había abandonado el quidditch, por voluntad propia, Minerva puso el grito en el cielo, pero respeto la decisión del joven cuando este argüyó que sinceramente quería tomarse un receso de todo y ser un estudiante más sin ninguna presión fuera de las calificaciones.

Así que Severus tenía dos misterios por resolver, la identidad de su "cortejador" y las razones de Potter para cambiar o lo que fuera que estuviera haciendo.

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Harry estaba cortando al basilisco de su segundo año en ingredientes para pociones, ya había extirpado las glándulas de veneno y extraído todo el veneno embotellándolo en varios viales y reservando los primeros para Severus. Ya había matado una acromántula en el bosque cuando esta lo ataco hace unas semanas y Harry pensó en que sería un excelente regalo para Severus.

Ahora tenia una especie de armario con ingredientes raros y extremadamente difíciles de conseguir como el veneno de basilisco y acromántula, la piel de basilisco, los colmillos de la acromántula, pelo de unicornio bebé (no le costo mucho convencer a una madre unicornio luego de que esa parte de Voldemort dentro de sí desapareciera) y sangre de unicornio donada, así como muchos ingredientes provenientes de las bóvedas de los Potter y los Black.

Harry estaba seguro de que los viales con hechizos de conservación que había en la bóveda Potter servirían para el truco de hacer ver ingredientes frescos como conservados por siglos por medio de la magia. Severus tendría el mejor surtido de ingredientes de pociones del mundo. Y justo ese día habían llegado sus pedidos desde américa para escamas de serpiente cornuda y plumas de ave del trueno.

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Navidad llegó y Severus estaba seguro de que habría un nuevo regalo para él, y no estaba equivocado, en su sala, había una caja grande y luego de revisarla, se maravilló con el contenido. Cientos de viales conteniendo los más raros e inusuales ingredientes de pociones, perfectamente etiquetados con escritura en vuelapluma. Analizo algunos viales al azar con la varita, pero no había rastros de magia perceptibles, así que la persona que los empaqueto limpio cada frasco de magia residual.

Quien fuera la persona que intentaba halagarlo con presentes, estaba tomándose mucho esfuerzo en él.

De muy buen humor, fue directo al gran comedor y si alguna vez alguien le diría que McGonagall podía hacer una perfecta imitación de una carpa fuera del agua, no lo hubiera creído. Su mejor amiga lo veía incrédula de que él estuviera sonriendo.

Potter incluso había soltado su tenedor y lo estaba viendo de forma extraña, pero se recompuso rápidamente y continúo engullendo su desayuno.

—Buenos días Minerva—.

—Buenos días Severus ¿Algún presente te puso de buen humor? —.

—Podría decirse, pásame la avena si eres tan amable—.

—¿Qué sería ese obsequio que te puso de tan buen humor? —Pregunto Minerva al tiempo que le pasaba el cuenco de avena.

Como todos los años, las mesas del comedor habían desaparecido dejando una sola mesa para todos, maestros y alumnos. Así que ahí estaban Harry, Dennis Creevey y Dean Thomas, Seamus había ido a casa por navidad y Ron no quiso dejar a su madre sola al igual que Ginny, y desde la batalla final, Neville había estado en mucho mejores términos con su abuela. Así que solo habían quedado ellos de Gryffindor.

Harry le había regalado a Dennis una rara foto que Colin una vez le regalo a él, donde salía Harry y Colin. Dennis apenas pudo contener las lagrimas por el obsequio y las soltó cuando Harry le propuso tomarse una foto juntos, así que Dennis estaba inusualmente callado en la mesa, pero tenía una pequeña sonrisa triste en los labios.

Harry continuó escuchando discretamente la conversación de los profesores y se alegro al saber que Severus había amado su regalo. Le había costado mucho conseguir algunos ingredientes y mantener en secreto su don pársel de sus amigos luego de que pensó haberlo perdido tras la batalla final. Habían pasado un par de meses antes de que se encontrara una serpiente de jardín en una visita a la madriguera y se diera cuenta de que no había perdido el pársel, solo había quedado como "en espera". Eso le brindo un nuevo escondite cuando Hermione empezó a vigilar la sala de los menesteres, usando ahora la cámara secreta en su lugar.

Hermione y Ron jamás pensaron que podría volver a abrirse y Harry la había convertido en su escondite, Kreacher había ayudado gustoso a convertirla en un lugar habitable e incluso ayudo a convertir al basilisco en ingredientes. La cámara secreta tenía ahora un lugar para pociones, gracias al recién adquirido "interés" de Harry por ellas y tenia bastantes pociones para el dolor, el sueño y demás, las cuales enviaba a San Mungo como donación anónima y a varios orfanatos y pequeñas asociaciones de ayuda a desamparados.

Estaba pensando en eso cuando alcanzo a oír otro retazo de la conversación.

—Pienso que un baile en San Valentín sería algo bueno Severus—.

—Minerva, acabamos de pasar un momento terrible... —.

—¿Y conoces algo mejor que el amor para superarlo? No estoy minimizando la situación, pero creo que es algo que Albus hubiera aprobado—.

—Seguramente, ese maniático adicto a los caramelos de limón habría hecho algo así de cursi y vulgar... —.

—Yo también lo extraño Severus, yo también lo extraño—.

Harry ya no pudo oír el resto de su conversación, así que empezó a planear sus siguientes pasos. No iba a claudicar cuando ya había decidido que quería a su profesor y que no era un enamoramiento adolescente.

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Había sucedido justo luego de que despertara del accidente de la poción, justo cuando vio a Severus a su lado. La visión del mago mayor era sublime para Harry, su ropa negra dándole ese aire regio, la magia vibrando poderosa alrededor suyo e incluso ese ceño ligeramente fruncido mientras se concentraba en los encantamientos... Harry estaba embelesado por la visión del poderoso mago que era su profesor de pociones y pensó que lo amaba.

Cuando Severus le hablo, la voz del hombre acelero su pulso y el rubor amenazaba con salir, pero pudo controlarse a tiempo y fingir que no había pasado nada. Aún así, no se resistió a picar un poco al hombre al mencionar intencionalmente su "poca" predisposición a mostrar su trasero ante testigos y el hombre se fue dejándolo solo. Harry suspiro mientras hacía uso del baño, y luego en la regadera, su mente imagino que su profesor entraba con él.

Esas manos tan hábiles para preparar pociones estaban acariciando su joven cuerpo y haciéndolo vibrar como un violinista afinaba su instrumento, su mente creaba un escenario sensual donde una de esas manos estaba alrededor de su miembro mientras la otra usaba la jabonadura de su cuerpo para penetrar su entrada mientras él gemía ante los besos y chupetes que Severus le daba a su cuello.

Su mano de Harry estaba alrededor de su miembro, masajeando arriba y abajo, mientras dejaba que su fantasía continuara en la regadera, ahora Severus estaba entrando en él, abriéndolo con cuidado, deslizando su pene dentro de él con delicadeza y aún así, posesivamente. Las embestidas en su mente eran sublimes, precisas, lo hacían jadear y gemir, mientras su mano en la realidad estaba exprimiéndolo deliciosamente.

Unos instantes después, su clímax salió disparado hacia la pared de mosaicos y mancho brevemente la pared antes de que el agua limpiara el pequeño desastre. Harry estaba respirando con dificultad, inmerso en las sensaciones que había dejado su masturbación en él. Se había masturbado y venido pensando en la voz, cuerpo y manos de su profesor, del murciélago de las mazmorras... y le había gustado demasiado.

En cuanto se tranquilizó, terminó su baño, se seco y vistió, volviendo a su cama antes de que Madame Pomfrey lo regaña por estar fuera de la cama como era su costumbre cada vez que estaba en la enfermería. Como si hubiera sido conjurada, la medibruja entro con una bandeja llena de pociones que Harry reconoció como poción nutritiva, para el dolor, y una para dolores de cabeza.

La medibruja hizo varios hechizos diagnósticos y luego de declarar que estaba normal dentro de lo que cabía, le hizo tomar las pociones y le indico que durmiera otro rato antes de enviarle comida con un elfo. Estaría un par de semanas más en la enfermería antes de que le permitieran a Harry volver a sus clases habituales.

Harry ya había decidido desde ese día, cuando se había masturbado pensando en Severus, había decidido conquistar a su profesor de pociones, aunque se le fuera la vida en ello.

Empezó siendo un alumno más participativo en su clase y ya había traído un pequeño presente para Severus, un libro de pociones de la biblioteca Black. Luego de eso, empezó a enviarle pequeños presentes que sabía que le gustarían al tiempo que ponía nuevas entradas en su diario.

Había empezado a escribir como parte de una idea de Hermione para su periodo de duelo luego del fallecimiento de Sirius, había llenado dos cuadernos con eso, luego lleno casi tres cuadernos con el fallecimiento de Dumbledore (aunque luego de ver las memorias de Severus, lleno otro par de cuadernos ahora con su culpa por haber desconfiado del profesor en primer lugar), y al final, había empezado a escribir de nuevo luego de la batalla final, escribía distintas cosas en varios cuadernos, un cuaderno para cada persona.

Había escrito un cuaderno dedicado a sus pensamientos para Sirius, otro para Remus, otro para Fred, otro para su madre y otro para su padre, y así sucesivamente, luego de que aprendió los hechizos para integrar sus cuadernos ya escritos en cada nuevo cuaderno, así que tenía ordenados sus "pensamientos" para poder darle forma a su duelo. Luego pensó que le había ayudado tanto este método que empezó a escribir sobre los sobrevivientes, sus amigos, sus profesores, etc.

Cuando adecuó la cámara secreta como su escondite, se llevó sus diarios ahí para protegerlo de miradas "curiosas". Amaba a Hermione y a Ron, pero a veces no sabían respetar su intimidad. Por eso bajaba tanto a la cámara cada que podía, y ahora tenía que planear que hacer para ese baile de San Valentín, por que estaba decidido a ser la pareja de baile de Severus Snape.

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