𖧷 𝑫𝒐𝒔 𖧷

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Su alarma sonó a la mañana siguiente despertandolo de ese tranquilo sueño, se sentía renovado por algún motivo cuando sus ojos a penas se abrieron. Normalmente al despertar se sentía pesado y las ganas de volver a cerrar los ojos y dormir un poco más eran muy persuasivas, sin embargo esa mañana se sentía completamente bien y con buenas energías.

Se hizo un desayuno decente, algo que no había hecho desde hacía varios meses ya que siempre iba tarde al trabajo por quedarse dormido, tomó una ducha rápida pero relajante e incluso se colocó el uniforme de trabajo tarareando alguna canción que realmente no conocía procedencia pero tenía la idea de haberla escuchado en algún lado. De todos modos no le dio mucha vuelta a eso.

Salió de casa con un buen humor después de haber dejado comida suficiente para todo el día a Botitas y haberse despedido con muchos besos y mimos para el pequeño animal, éste dejándose hacer en un inicio pero luego fastidiandose y empujando la cara del humano para que le soltara.

No iba a mentir, él mismo estaba impresionado por toda esa situación pero tampoco quería arruinarlo poniéndose a pensar en porque se sentía tan bien y con vida ese día. Incluso el transporte público con todas esas personas apretujadas como en una lata de sardina no le quito la sonrisa del rostro, tampoco se la quito el charco en el que su pie fue a parar cuando no se fijó por donde pisaba por estar viendo el cielo.

¿El cielo siempre fue así de hermoso o era ese día que parecía una obra de arte ser exhibida encima de sus cabezas?

No es que Jaemin fuese un chico amargado, tampoco se enojaba con facilidad ni era alguien triste. Simplemente esos últimos días estaba muy estresado y no había podido tener un respiro o un buen día como lo tenía en ese momento, su viejo yo había salido al exterior una vez más y esperaba que durase todo el día.

–Buenos días Johnny, ¿el primer café del día? —saludó al primer hombre que vio cuando entró al comedor donde trabajaba, se trataba del cliente más frecuente que tenían yendo todos los días sin falta al local por si dosis de cafeína.

–Bah, parece que no me conocieras chico. Es el segundo y de hecho, si fueses tan amable, ¿podrías traerme otro ya que vas para la cocina? —dijo el mayor dejando el periódico de lado para prestarle atención al muchacho.

–Le diré a Renjun que te lo traiga, descuida.

–Gracias Jae. —sonrió para luego volver a la sección de caricaturas. Jaemin sabía que esa era la única razón por la que Johnny compraba el periódico, quizás también le daba una ojeada a las noticias pero no le daba mucha importancia.

Se adentró a la cocina aún con una sonrisa en sus labios y se dirigió a un mueble alto con varios huecos donde los empleados colocaban sus cosas y así no les estorbaban. Dejó su pequeña mochila café junto con su chaqueta que siempre usaba para ir a trabajar no importaba qué.

–Oh, Jaemin haz llegado temprano. —se escuchó una voz detrás suyo.

Al voltear se topó con su jefe y cocinero, un hombre un poco más pequeño que él y cabellera marrón siempre alborotada. Siempre trataba a Jaemin muy amable y simpático, nunca se molestaba cuando llegaba tarde y solo le regaña a un poco antes de ponerlo a trabajar.

–Lo sé, hasta yo me sorprendí de eso. —soltó una ligera risilla— Pero supongo que simplemente es un buen día para mi.

–Bueno pues entonces aprovechemos ese buen día para trabajar, no todos los días tenemos este milagro. —habló con un tono sarcástico un chico que iba pasando con una olla grande.

–Renjun no lo molestes, mejor ve a darle esas papas a Doyoung. —le regañó el mayor de los tres.

–Ah Renjun, ¿podrías ir a dejarle otro café a Johnny? —recordó el pedido que se le había hecho al entrar al local.

–¿No ves que estoy ocupado?, ve tú mejor.

Dicho esto se apresuró a dejar la olla con papas al segundo cocinero del comedor cuando escuchó ser llamado por este. De todos modos ya no aguantaba estar cargando esa pesada olla.

–Buno, como sea. ¿Haz desayunado? —cambio de tema el hombre que seguía parado en frente suyo— Si no puedes comer algunos huevos que salieron hace poco.

–Si, de hecho he comido mejor que días anteriores así que no te preocupes. Gracias igual, Tail.

–Entonces manos a la obra chico hay mucho trabajo que hacer hoy.

Podría decirse que la cocina estaba viva. Habían personas cortando verduras, otras hechando cosas en la sarten llena de aceite, personas pesando de un lado a otro con algún utensilio u ollas o canastas llenas de cosas, había olores por doquier y por supuesto, no faltaba las risas o platicas animadas. Era casi como un desastre y se volvía cada vez más escandaloso a medida se iba llenando el comedor, a Jaemin le encantaba eso.

Quizás era una de las razones por las que se había quedado a trabajar ahí en primer lugar.

El día había sido ocupado, como todos los otros. Había llegado mucha clientela y hubo uno que otro desastre como cuando Jisung botó por accidente el refresco de un cliente y tuvieron que limpiar rápidamente pidiendo disculpas o cuando Doyoung se quemó la mano al freír las papas fritas para el almuerzo, pero nada que no se pudiera solucionar con un poco de agua fría y pomada.

Inevitablemente en la cocina siempre sucedía algo, sin embargo nada de eso arruinó el humor de Jaemin quien mantuvo aquella sonrisa y una energía positiva durante toda su jornada.

Cuando el local ya había cerrado y casi todos los empleados se habían ido Taeil se acercó a él con una sonrisa cansada.

–Hey. —llamó su atención, Jaemin despegó su mirada de su mochila y volteó a verle al escuchar su voz— Te tengo unas buenas noticias.

–¿Me subirá el sueldo? —bromeó mientras terminaba de meter sus cosas al pequeño bolso y cerraba esta.

–No te pases de listo tampoco, no puedo hacer milagros. —ambos rieron coincidiendo con el mayor— No, no es eso.

–¿Y cuál es la gran noticia?

–Tendrás vacaciones. —le sonrió entonces con un tono de voz más agudo y alargando la última vocal.

–¿Vacaciones?, pero si aún falta para ellas. —sus cejas se fruncieron extrañado, ni siquiera estaban en agosto faltaban 2 meses para eso.

–Lo sé, verás el comedor estará cerrado por dos semana. Empezaremos a hacerle unas remodelaciones al lugar, ese cielo falso se está cayendo desde quien sabe cuando y la pintura también necesita un retoque. Además... —se acercó un poco más a él poniendo una mano a un costado de su boca, como si le fuese a contar un gran secreto— Me voy a casar.

La noticia lo dejó por completo confundido, no era novedad que su mayor tuviese una pareja de hecho él mismo le conocía y no era ni más ni menos que su querido cliente frecuente, Johnny. Sin embargo no creía que estos tuvieran en mente casarse de verdad, habían mencionado eso una que otra vez en el pasado pero siempre parecía más una broma que una realidad. Quizás se equivocó.

–¿En serio?, wow eso es increíble. ¿Cuándo pasó?

–La verdad es que me lo pidió hace meses pero no quisimos decir nada para hacer la sorpresa aún más grande. Estuvimos recolectando dinero para poder llevar a cabo la boda y ya tenemos lo suficiente. —explicó el pequeño hombre con una sonrisa brillante en su rostro y ojos anhelantes— Y claro que tendremos luna de miel, por eso mismo son las dos semanas de descanso para todo el personal. Eso y las remodelaciones claro.

–Pero, ¿quién supervisará las remodelaciones si tu no estarás?

–Oh no te preocupes por eso, ya dejé a cargo a Doyoung para que se asegure que todo esté en orden en mi ausencia.

–Wow, dos semanas es...mucho para estar inactivo.

–Lo sé pero sentía que merecían unas pequeñas vacaciones y por eso les pagaré por adelantado también. Mañana mismo les depositare el dinero descuida.

Después de esa pequeña charla que se extendió un poco más donde Jaemin le preguntó más sobre cómo fue el día en el que se comprometieron, ambos terminaron de guardar todo para ya irse siendo los últimos en salir. Taeil cerró bajo llave el local justo cuando un auto gris llegó, su prometido encontrándose dentro de éste listo para recogerlo. Ambos se despidieron y el mayor le prometió que le enviaría fotos de todo el evento.

Jaemin por su parte se fue a la parada de bus a esperar el suyo e irse a casa.

En el transcurso del viaje su mente divago entre bodas y parejas, se puso a pensar en su propia vida amorosa. No había tenido alguna novia desde hacía un par de años y es que no encontraba a nadie que le interesara realmente, se topaba con muchachas bonitas y amables pero su corazón simplemente no llegaba a quererlas más allá de una amistad.

Aquellos pensamientos le comenzaron a afectar y el ánimo que había tenido en todo el día pudo derrumbarse en un abrir y cerrar de ojos. Él estaba bien soltero, tampoco era como si tuviera tanto tiempo para dedicarle a alguien si la cocina le absorbía casi todo el que tenía, pero aún así había momentos, como ese, donde le gustaría sentir ese algo y tener ese alguien. A veces no podía evitar anhelar amar y ser amado, tener a alguien donde ir y sentirse en un hogar.

Que difícil era vivir a veces.

Al llegar a su hogar con los ánimos ahora casi por los suelos lo primero que hizo fue abrazar a su gato como si éste pudiese aullentar la tristeza de su pobre corazón. De igual forma no duró mucho ya que el minino se hartó de estar tan apretujado y se removió como lombriz en sus brazos hasta que le dejó ir.

Luego de cambiarse y quitarse el uniforme poniendolo en el cesto de ropa sucia se fue a su sofá donde se tiró como peso muerto y enterró el rostro en una almohada.

Quizás estaba siendo un poco exagerado o dramático y él mismo lo reconocía, sin embargo no era realmente una mentira decir que no le había afectado pensar en ello. A veces Jaemin sólo quería a alguien con quien pasar el rato, a alguien con quien acurrucarse y disfrutar de su compañía, a veces, muchas veces, quería no sentirse solo.

Unos pequeños golpes le hicieron levantar la cara de su almohada, creyó en un inicio que sería la puerta pero al escuchar mejor se dio cuenta que aquello no sonaba como madera sino como vidrio. Se levantó como resorte de su sofá y se dirigió a la cocina esperando encontrar a su gato haciendo alguna travesura.

–¿Botitas? —le llamó prendiendo la luz y observando todo el lugar.

Sin embargo su mascota no estaba ahí pero aún seguía escuchando aquellos golpes aunque esta vez más lejos así que se volvió a la sala, al llegar al marco pudo observar en una de las ventanas posicionadas detrás de su televisor al mismo gato blanco del día anterior golpeteando la ventana desde fuera.

–Oye, ¿qué haces ahí? —se acercó a la ventana y se agachó curioso, intentando hacer que el animal le viese a los ojos cosa que le funcionó— Esta no es tu casa gatito, ¿cómo llegaste ahí?

El gato simplemente le miraba levantando su nariz curioso, luego prosiguió con lo que estaba haciendo unos momentos antes, golpetear la ventana del humano. Jaemin suspiró, si fuera una persona desalmada y apática dejaría ahí fuera al animalito y se iría a preparar su cena, pero Jaemin no era nada de eso.

Abrió la ventana despacio para no empujar al minino y que este cayese de la cornisa, no iba a ser el causante de un homicidio gatuno. El animal, como si esa fuese su mismísima casa, se adentra sin problemas y comienza a olfatear el aire, quizás en busca de algún peligro.

–Vamos gatito, ahora mismo es muy noche como para ir de puerta en puerta preguntando si alguno es tu dueño así que te quedaras aquí. ¡Solo por hoy! —enfatizó en lo último mirando fijamente al animalito y señalandole con su dedo, sin embargo éste solo le bostezo en respuesta y comenzó a estirarse ignorando por completo al que le ofrecía ospedaje— Si, claro, me alegra que hayas entendido perfectamente.

Intentó acercarse al animal poniendo primero su mano al frente y acercando ésta a la narisilla del minino para que pudiese reconocerlo y estar seguro de que no presentaba ninguna amenaza. Después de que el animal lo aprovace comenzó a repartir pequeñas carisias por toda la diminuta cabeza blanca y luego se extendió hacia la espalda ganando poco a poco su confianza.

–Vamos amiguito, te daré un poco de comida y te pondré algún lugar donde dormir.

Se levantó entonces caminando hacia la cocina, ni siquiera tuvo que voltear para saber que el gato le estaba siguiendo, pudo escuchar sus pasos detrás suyo con claridad.

Tomó un pequeño plato hondo que casi nunca usaba y ahí puso la comida, sabía que Botitas se iba a molestar si olía que otro gato invadió su tazón de comida. Este era bastante celoso y hablando de su gato, éste apareció por la puerta y de inmediato observó al intruso en su territorio.

–Ni se te ocurra. —dijo Jaemin tomando a su gato en brazos antes de que sucediera alguna trajedia— Solo se quedara aquí por una noche, no tienes porqué ponerte así.

Sin embargo el gato pudo soltarse de su agarre cayendo de pie al suelo, luego lentamente se acercó al invasor, Jaemin esperaba escuchar gruñidos, esperaba zarpazos y alguna pelea donde tuviese que intervenir y seguramente terminaría con los brazos heridos. Para su enorme sorpresa nada de eso pasó, en su lugar el gato negro comenzó a olfatear al contrario y éste le devolvía el gesto, ambos parecían relajarse con la presencia del otro para luego comenzar a frotar sus cabezas entre sí.

El castaño los miró confundido, no era normal que los gatos se llevasen tan bien la primera vez que se encontrasen, normalmente había que hacer un gran ritual para que ambos se familiarizaran con el aroma del contrario y no sintieran amenaza alguna, tanto por estar en un territorio desconocido como por un intruso en su territorio. Pero ambos parecían encantados de estar en la presencia del otro, parecía que ya se hubiesen conocido antes y eso le dio que pensar a Jaemin.

¿Será que ese gato ya había entrado a su casa cuando él no estaba?, ¿o quizás Botitas se escapaba sin que él se diese cuenta e iba al encuentro con aquel gato blanco?, ¿su Botitas ya había encontrado novia?, ¿eso quería decir que el gato blanco en realidad era una gata?

Iba a ser un gran problema si terminaba embarazando a la gata y el dueño de ésta viniese a reclamarle.

–Bien, ustedes dos se me separan. —volvió a tomar en brazos a su gato y comenzó a caminar fuera de la cocina, dirigiéndose a su habitación— Tú te quedaras aquí, no me importa cuanto maulles no te dejaré salir. —dejó a su gato en la cama y salió nuevamente encontrándose con la gatita— Y tú, te irás al cuarto de huéspedes.

Intentó tomar al gato en brazos como hizo con el suyo pero éste se negaba a ser cargado, esquivaba al contrario como si de un ninja se tratase por lo que al final Jaemin se rindió y comenzó a caminar nuevamente hacia la cocina sin embargo escuchó las pequeñas pisaditas del minino detrás suyo. Sonrió entonces, vaya tsundere.

Agarró el tazón que había dejado olvidado en la encimera de la cocina y luego se dirigió al cuarto de huéspedes, el cual quedaba al lado del suyo. Se adentró a éste y dejó el tazón en el suelo, la habitación en realidad solo tenía un pequeño sofá-cama y varias cosas acumuladas, no solía usarla mas allá de ser una especie de bodega de igual forma no llegaban muchos invitados que se quedasen a dormir y cuando lo hacían se quedaban en el sofá de la sala.

Tomó una toalla vieja de un estante y la coloco cerca del tazón con comida asegurándose de que fuese cómodo para la pequeña gata.

–Bien, pueda que no sea la gran cosa pero te servirá por hoy.

Sin embargo el animalito no le hizo caso a la toalla y prefirió irse al sofá donde comenzó a estirarse buscando una posición cómoda donde descansar.

–O puedes irte ahí, claro.

Suspiró, tener un gato hizo que ya no se sorprendiese por ese tipo de cosas en realidad se preguntó porque si quiera se esforzó en dejarle la toalla si sabía que la gata iría donde se le plazca al fin y al cabo.

–Bueno, mañana iremos a buscar a tu dueño en la mañana. Descansa lindura.

Apago la luz de la habitación notando que los ojos de él animalito se iban cerrando de apoco.

Después de eso volvió a la cocina, su estómago había rugido recordándole que debía cenar pero en ese momento se sentía muy cansado como para hacerse cualquier cosa. Revisó su nevera con la esperanza de encontrar algo, sin embargo no había nada que pudiera comer rápidamente.

Le dio una mirada rápida a la hora en su reloj de pared notando que eran las 9:30 de la noche. Pensó en salir e ir a un mini super abierto las 24 horas del día, realmente no tenía ganas de salir tampoco pero preferia complicarse más la vida al parecer así que salió de la cocina, tomó sus llaves y una chaqueta. No le importó ir en pijamas, en realidad no era la primera vez que salía así de su casa e iba a comprar a altas horas de la noche.

Cerró la puerta con llave y se dispuso a caminar hacia las escaleras, sin embargo un sonido un poco familiar hizo que se detuviese por un momento. Un piano.

Recordó la noche anterior, aquella melancólica melodia siendo tocada entre la lluvia, aquel sonido que le arrullo hasta que se quedase dormido. Esta vez podía escucharlo con mayor claridad ya que no había una tormenta azotando impidiéndole distinguir las notas, pero se escuchaba pausado como si estuviese solo tocando notas al azar si tener intención real de tocar alguna canción en específico.

Sacudió la cabeza, ¿por qué le interesaba tanto?. No era como si nunca hubiese escuchado un piano antes, tampoco era como si le interesara mucho la música en piano, solía escuchar más acústica pero ahí estaba él parado en medio del pasillo, con una fascinación inexplicable por aquellas desordenas notas.

En algún momento la melodía paró, esperó unos segundos más para verificar que no era simplemente una pausa pero al notar que se había quedado ahí más de lo que debía decidió seguir su camino.

Ni siquiera tenía una idea de quién fuese la persona detrás de aquel sonido, no conocía a todos los recientes del lugar y a los pocos que sí sabía que no podían ser ellos. Quizás era alguno de la planta baja pero no estaba tan seguro, el sonido de aquel piano resonaba en todas las paredes de forma delicada, casi con un eco siguiéndole. Parecía como si proviniese de todas partes. Comenzó a preguntarse con mayor detenimiento quien sería la persona detrás de aquel sonido.

Y por un momento, un pequeño momento, deseó que fuese la misma persona a quien le perteneciese la gata blanca.









Hello.

Si, me tardé casi un mes en publicar perdónenme. Creo que será un poco más difícil de lo que pensaba mantener las actualizaciones sin embargo no se preocupen, haré lo mejor que pueda para no dejarles colgados (viene diciendo eso desde hace semanas pero aun así se tarda la vida, viste)

No pero en serio, solo necesito reordenar mis ideas y calmar las cosas.

Gracias por la espera <3

Sin más que decir, nos vemos en el próximo capítulo 🦋

©_prayBluesoul_

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