Capítulo 8

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“Una conversación aburrida, sin contacto. La mano que no alcanza, tal vez estar juntos no es nuestro destino. Cada uno en una pista diferente, sin mirar atrás. Nunca para siempre nene.“

Taemin.


Jungkook le abrió la puerta a Baekhyun y lo dejó pasar entre refunfuños. No le gustaba que gente que no conocía bien entrase en su casa, la desconfianza era una característica de su personalidad que no podría evitar ni aunque quisiera. Una persona tenía que demostrarle que era buena para que su corazón comenzase a dejar espacio. Quizás por eso siempre había estado tan solo, ni un solo novio en el pasado, nada aparte de algún lío de una noche del que se despedía incluso antes del amanecer. A Jungkook le gustaba la idea del amor pero a la vez sabía que no podía enamorarse con facilidad, y aún así había caído ante Hoseok dos años atrás. Había comenzado a querer al novio de su hermano solo porque este demostró ser una persona que realmente sentía interés por sus asuntos y estaba dispuesto a cuidarlo.

—Asumo que no sabes cual es su medicación. ¿Está muy mal? - preguntó Baekhyun con el ceño fruncido.

—¿De lo contrario te habría llamado genio? - Jungkook solía responder así. Su personalidad insufrible no era exclusiva para Tae, a veces hasta él se daba cuenta de lo muy irritable que podía parecer. Pensar continuamente en la forma de salvarle el culo a Yoongi en el pasado y ahora en cómo afrontar el pago de los estudios… Todo eso lo hacía estresarse con las cosas más absurdas. Si el ketchup se derramaba demasiado sobre su comida a menudo está acababa en la basura ya que su hambre desaparecía, no se molestaba en apartar la salsa porque el hecho de hacerlo sólo lo enfadaba más. Perder tiempo era lo que peor llevaba.

Siguió a Baekhyun hasta la habitación de Taehyung quien seguía abrazado a las mantas de la cama dándole la espalda a la puerta. Las luces rojizas que entraban por la ventana dibujaban sombra sobre la piel morena del perfil de su cara y su cabello largo estaba enredado en bucles que se entrelazaban.

Jungkook apoyó la espalda contra la ventana y observó las gotas de lluvia precipitarse con prisa mientras el murmullo de los dos amigos llegaba hasta sus oído y escuchaba con disimulo.

—¿Qué ha pasado? - preguntó Baekhyun moviéndose por la habitación. El sonido de las pastillas en sus envases le dieron la pista a Kook para saber que aquel chico conocía definitivamente qué tipo de médicamento consumía Taehyung y cuál era la cantidad adecuada del mismo.

—Recuerdos - susurro Taehyung.

Jungkook lo miró por unos segundos y suspiró, el aire formando una nube de vapor por el frío incluso dentro de la casa. Aún recordaba aquella charla con Taehyung hace dos años en el laboratorio de fotografía de su instituto, el momento en el que el chico se abrió y le contó que era exactamente lo que pasaba en su cabeza y el verdadero motivo de su enfermedad anímica.

A Tae le asustaba el pasado, los hechos que sucedieron cuando era un niño pequeño. La enfermedad su madre y los abusos que está cometió con él. Pero ahora no estaba hablando de ese tipo de recuerdos, el ataque de pánico llegó tras un beso. ¿Era posible que el dolor de Taehyung se conectara con aquel día? ¿Con aquella ocasión en la que Jungkook decidió huir por el dolor que le causaba ver a su hermano Yoongi y a Hoseok completamente enamorados? Kook sólo quiso ser amable. Las despedidas son más crueles que el desconocimiento, a veces la ignorancia significa felicidad y mientras Taehyung dormía no podía saber que estaba marchando. Aquella noche de hace dos años Jungkook no se movió por su propio bien sino por el de todas aquellas personas que apreciaba.

—Está bien Tae, las pastillas te ayudarán - Jungkook no estaba de acuerdo con la afirmación que Baek había hecho pero no dijo nada. No era su asunto ni el momento para meterse en la conversación entre esos dos amigos.

—Gracias - la voz de Taehyung era ahora mucho más baja pero también amable. Estaba sonriendo por las caricias que Baekhyun repartía por sus mejillas para ayudarle a dormir.

—Sabes que puedes contar conmigo, estaré aquí hasta que te duermas - una sonrisa adornó los labios de Baekhyun mientras observaba a su querido Taehyung, era una persona delicada pero también muy fuerte. Él sabía mejor que nadie que Tae podía vencer a sus demonios cuando se lo proponía.

—La próxima vez será mejor que lo lleves a tu casa, no me gusta que haya gente extraña aquí. Todavía menos cuando son niños ricos que pueden llegar a juzgar hasta el más mínimo rincón de este lugar.

Jungkook era consciente de que no era el lugar adecuado para decirle eso a Baekhyun y probablemente tampoco el momento pero así era como combatía la culpabilidad, convirtiéndose en un estúpido que sólo volvería a arrepentirse de nuevo por no saber afrontar los problemas. Probablemente sería el peor psicólogo de Corea a ese paso.

—Dame un segundo Tae, iré a hablar con Jungkook fuera - aunque Taehyung parecía decidido a seguirlos Baekhyun lo mantuvo quieto - Intenta descansar un poco, las pastillas empezarán a hacer efecto pronto.

Finalmente Taehyung asintió, no se sentía con ganas de discutir así que no resultó difícil la tarea de convencerlo.

En cuanto Jungkook y Baekhyun llegaron a un punto del piso en el que Taehyung no se sentiría perturbado la conversación inició, ambos parecían enfadados. Cada uno de ellos simulaba tener un punto a su favor, algo que decir, la clave para vencer esa especie de batalla de orgullos.

—No sé realmente qué es lo que sucede contigo Jungkook, no me malinterpretes. Entiendo que tengas poca paciencia o que no te gusten los extraños pero Taehyung está mal y eso debería derribar esa especie de normas que construyes sobre ti mismo - Baekhyun suspiró - No se trata de ti, de mi o de si nos llevamos bien. Esto es exclusivamente acerca de asegurarse de que una persona no sufra. No me importa si no es tu asunto, si no te apetece aprender sobre su medicación o si quieres estar solo todo tu vida. Voy a decirlo sólo una vez y espero que lo apuntes para recordarlo - Jungkook quería hablar pero Baekhyun no parecía dispuesto a permanecer en silencio - Usa las pastillas que vienen repartidas en dosis si Tae está mal, generalmente toma por sí mismo las pastillas del recipiente pero siempre lleva consigo varias bolsitas con la dosis exacta. No me importa hacerlo yo mismo pero tardo treinta minutos en llegar y créeme, si le da un ataque fuerte no va a poder esperar tanto tiempo.

—¿Eso es todo? - Baekhyun asintió con una sonrisa - Por tu tono pensé que…

—¿Que te diría lo muy gilipollas que eres? - dijo mirándolo directamente a los ojos - Me pareces insoportable pero no creo que discutir contigo vaya a solucionar tu carácter de mierda o ayudar mínimamente a mi amigo así que simplemente te he dicho la parte importante y me he guardado lo que opino, hasta este momento.

Jungkook se limitó a suspirar, aunque no le gustase admitirlo Baekhyun llevaba razón en varias cosas. Su carácter era una mierda, una discusión en ese instante perjudicaría a Tae y era importante conocer el medicamento de este porque aunque no fuese su asunto ese chico seguía siendo una persona que podría sufrir de sobremanera sin alguien que le ayude en sus futuros malos momentos.

—Dejaré mi teléfono apuntado en algún lado, cuando tengas dudas sobre Tae puedes llamarme.

—Puedo hacerlo por mi mismo, ya me has dicho cómo saber su medicación para casos de urgencia.

Baekhyun se detuvo por un segundo antes de decir lo siguiente.

—Taehyung ha cambiado - afirmó.

—Lo sé - Jungkook estaba de acuerdo. El Taehyung de ahora difícilmente se parecía al que había conocido en el pasado.

—Y eso implica que no quiere ayuda, especialmente no va a querer tu ayuda porque tiene la idea de que crees que es débil. Así que si llega a ponerse difícil tendrás que llamarme, como lo has hecho hoy. Nadie quiere a un chico destrozado en la habitación de al lado, ni siquiera alguien tan frío como tú…

Jungkook se había estancado en la frase anterior de Baekhyun, probablemente había dicho y hecho cosas hace años que le habían dado a entender a Tae que lo consideraba débil. Incluso en la actualidad alguno de sus actos… Pero la realidad era que no creía que ese muchacho enfermo de dolor fuese débil, a veces mantenerse respirando mientras afrontas problema tras problema también significa ser fuerte y aunque él tampoco aceptaba ayuda de nadie no podía entender porque Taehyung rechazaría la suya en un mal momento.

—No sois tan diferentes Jungkook.

A la mañana siguiente Jungkook se despertó como consecuencia del olor dulce que procedía de la cocina. Con sólo los boxers puestos y rascándose los ojos debido a la claridad de las luces azuladas, observó a Taehyung preparar lo que parecían ser una especie de tortitas dulces. Generalmente Kook desayunaba lo que más o menos todos los demás coreanos, algo similar a lo que había cenado o tal vez kimbap con rábano amarillo en el bar de comida que estaba cerca de su casa pero al igual que Hoseok, Taehyung parecía acostumbrado a los dulces y abundantes desayunos dulces que parecían ser más típicos de Europa que de Corea. Fuera como fuese el olor hizo crujir sus tripas captando la atención de Tae.

Este estaba completamente bien, producto de su ciclotimia los procesos entre tristeza exagerada y felicidad cambiaban con poco tiempo de distancia.

—¿Tienes que estudiar? - preguntó Taehyung.

Jungkook asintió mientras se acercaba a tomar una de las tortitas, tras colocarla en un plato fue hacia la máquina de arroz. Si encajaba o no con el tipo de desayuno que Tae había decidido…Descongelar, le daba igual. El olor había captado su atención y abierto por completo su estómago a la necesidad de comer.

—¿Quieres chocolate? - preguntó el chico.

Jungkook no sabía bien qué hacer o decir, no quería implicarse con Taehyung pero desayunar realmente no era algo íntimo. No lo sería para nadie… Excepto para él, quien creía fielmente que prepararle a otra persona el desayuno o cualquier comida implicaba un acto de cariño y por lo tanto de la misma forma un acto de amor.

—Iré a revisar mis caballos después de la universidad, estamos en la temporada de lluvias y quiero asegurarme de que el agua no se cuela por ningún sitio. ¿Quieres venir?

Jungkook negó al instante.

—No. Te he dicho que tengo que estudiar.

Taehyung asintió.

—Entiendo, no quieres ver a Hoseok. - sonrió Taehyung sentándose al lado de Jungkook y dándole levemente con el codo para que le dejase espacio en la pequeña barra de la cocina. Los ojos de Tae tenían que esquivar los músculos de Kook así como el descubrimiento de que llevaba un par de tatuajes de los que hasta el momento no se había percatado.

Taehyung se relamió los labios, el chocolate no se había resbalado por su boca. Sin embargo algo mucho más interesante que eso se encontraba en la baja espalda de Jungkook quien llevaba los boxers algo bajos, la frase Fuck Me Right Here se podía leer levemente sobre la tela.

—¿Qué es lo que te causa tanto interés? - Jungkook evito reír. La cara de Tae y la zona que observaba le indicaba que había visto aquel estúpido tatuaje producto de una apuesta perdida con Yugyeom.

—Supongo que es obvio. Si fuera el tipo de hombre que obedece en lugar de ordenar… Bueno no tendría problema en hacerlo.

Jungkook suspiró pero no dijo nada. Trataría de estar calmado, solo habían pasado horas desde el ataque de Tae y aunque sabía que este estaba recuperado no se sentía seguro siendo un idiota como generalmente lo era. Sin embargo hacía mucho que nadie lo tocaba y la mirada verde de Tae seguía clavada sobre él.

—Quizás deberías.

—Es una pena que sea temporada de lluvias. Un jinete nunca abandona a sus caballos.




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Quién rechaza a quién ahora? Humm? Okya.

Bueno, una vez más nuevo capítulo que espero que os guste. Mi Baek es un buen chico así que nada de odio hacia él por favor.

Un beso, Mel 😘


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