chapter xiv of the death season :
" WE ARE OUT OF TIME "

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" The earth will crack with the weight of your failure. "

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11 de enero, 2018

wakanda

—¡¿DÓNDE ESTÁ?!

Quill vuelve a ponerse en pie, apuntando su arma al espacio. Gira en un círculo apresurado, sus ojos encuentran a Lisa mientras ella permanece agachada por su padre.

La joven mujer traga saliva, sus cansados ojos azules miran por encima del hombro.

—Se ha ido.

Las palabras se sienten muy secas y perdidas dentro de su garganta.

—¿Hemos perdido? —susurra Quill con los ojos muy abiertos y horrorizados.

Los de Lisa se vuelven lentamente hacia el cielo amarillo, pensando en todos los que aún están en la Tierra, aquellos a quienes reza que aún no hayan sido derrotados.

—Ahora depende de ellos.

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—ESTÁ AQUÍ.

Un silencio misterioso cae sobre aquellos que aún están en Wakanda, un viento espeso comienza a soplar con fuerza a su alrededor. El mundo circundante parece casi susurrar, las voces rozan el bosque en el que se encuentran, soplando a través de la tierra. Y cuando el viento comienza a soplar más fuerte, las voces se vuelven más insistentes, más temerosas, más alarmantes.

Svetlana se interpone entre su madre y su padre, una sensación extraña brotando en su estómago.

Algo se acerca.

Steve mira a su alrededor, con cautela poniendo sus dedos contra su comunicador.

—Todos en mi posición. Tenemos visita.

—¿Qué narices...? —susurra Natasha, sus ojos verdes entrecerrados e inciertos.

El aire comienza a marchitarse. Un azul vicioso se forma frente a ellos, vacilando y estremeciéndose a medida que crece más y más, hasta que una bestia se precipita desde su interior.

Es el ser más grande que la mayoría de ellos haya visto, igualando incluso a Hulk en altura. Está vestido con una gruesa armadura de metal y en su brazo se sienta un guantelete con gemas brillantes colocadas en posición.

Todas en su lugar. Todas menos una.

Los grandes ojos de Svetlana se abren con horror, sus pies tropezando en el suelo.

—Si este monstruo ha llegado a Wakanda... —la general Okoye mira a T'Challa con una expresión sombría—, ¿qué le ha pasado a Lisa?

T'Challa no dice nada en respuesta. No puede. Sus manos se aprietan en puños y su garganta se tensa ante los miles de escenarios diferentes que llenan su mente. Los pensamientos le revuelven el estómago y lo enferman. Su Lisa podría estar rota y desangrada. La madre de su bebé podría estar muerta. La mujer de la que se enamoró de pequeño podría estar sin vida y este monstruo, este Thanos, habría sido su asesino.

Todos los héroes se paran uno al lado del otro, respirando pesadamente mientras miran al enorme titán.

—Capitán —Bruce habla en voz baja, bajando la barbilla hacia el monstruo—, ahí le tenemos.

La adolescente mira a Thanos con los ojos muy abiertos, sus manos comienzan a temblar y se le hace un nudo en la garganta. Está asustada. No recuerda haber estado tan asustada. Todos esos años luchó para tener emociones, solo para que su vida terminara llena de miedo.

—Svet —Natasha apoya una mano en la espalda de su hija, acercándola—, necesito que te quedes atrás, cubriendo a Wanda y Visión.

La niña la mira bruscamente con los ojos muy abiertos y su cabeza roja temblando furiosamente.

—Mama, no...

—Haz lo que dice tu madre —acepta Bucky sombríamente, sin apartar los ojos de su objetivo.

Svet mira entre los dos, todo dentro de ella grita para ignorarlos. Quiere estar con ellos. ¡Quiere pelear con ellos! Pero no la dejarán ir más allá. Este no es lugar para alguien como ella, pero nunca podrá entenderlo. Se burla con un silbido, sus manos se cierran en puños y su cabeza asiente con enojo.

—Atentos —el escudo de Steve toma forma en su brazo—. Estad alerta.

Svet se para frente a Wanda y Visión, sus manos luchan contra un temblor y su pecho se agita mientras se pone en posición. Sus hombros están tensos, igual que su garganta, su postura parece tan terriblemente ofensiva para una persona tan asustada.

—Todo saldrá bien —susurra para sí misma—. Todo saldrá bien.

Pero no será así.

Svet se ve obligada a mirar como su familia y amigos forman lentamente una línea delante de ella. Bucky coloca un pequeño beso sincero en su frente. Natasha da un último 'te quiero'. Y luego se vuelven y se sumergen en una carrera dura y dolorosa hacia el gigante.

Bruce es el primero en caer.

Luego Steve. Después T'Challa.

Svetlana ahoga un sollozo cuando su tío Sam es arrojado al suelo ante el titán. Sigue mirando con horror cómo su familia continúa cayendo, uno por uno. Las lágrimas corren por su rostro y le duele físicamente el corazón, pero no se mueve de su lugar frente a Visión y Wanda. No puede. Tiene que terminar la misión. Es su trabajo.

Y todos tienen trabajo que hacer.

Y Visión sabe cuál es el suyo, tal y como sabe el de Wanda.

Svetlana no puede soportar mirar hacia atrás cuando Visión dice suavemente:

—Wanda, por favor, es la hora.

—¡No! —la joven mujer retrocede, tratando de alejarse para enfrentar la pelea.

—Ellos no pueden detenerlo, Wanda. Pero nosotros sí —Visión aprieta su agarre sobre ella y su rostro se estremece con lágrimas—. Mírame. Tú puedes destruir la Gema.

—No —responde Wanda, tratando de convencerlo de que podría haber otra forma, que realmente tienen la oportunidad de ganar esto.

—Debes hacerlo, por favor... —él se endereza muy valientemente, listo para enfrentar su fin—. Se nos acaba el tiempo.

—No puedo.

—Sí que puedes. Puedes. Si consigue la Gema, medio Universo morirá —él sacude la cabeza y el labio de ella tiembla—. No es justo. No deberías ser tú, pero así es.

Svetlana se obliga a mirar hacia atrás, encontrándose con los ojos de Visión. Él le da un pequeño asentimiento tranquilizador. Está bien, dice su asentimiento, él sabe lo que tiene que hacer. Y Svet lo devuelve lentamente, prometiendo que hará lo que tenga que hacer cuando llegue el momento.

Entonces, Visión toma suavemente la mano de Wanda, levantando sus dedos brillantes hacia lo que le da vida.

—No pasa nada. Tú nunca me harías daño —sonríe suavemente—. Solo te siento a ti.

El vello de los brazos de Svetlana se eriza cuando Wanda cierra sus ojos llenos de lágrimas, respira hondo y permite que el poder que fluya a través de ella para terminar con su amor.

Pronto Máquina de Guerra es aplastado desde afuera y Okoye arrojada a un lado. Bucky y Natasha corren lado a lado, Bucky se arrodilla y Natasha se inmoviliza en la tierra. Groot empuja sus ramas por el suelo, tratando de detenerlo un poco más.

Pero Thanos no se detiene.

—¡Corre, Svetti! —Wanda le grita a la pelirroja que está detrás de ella—. ¡Está bien! ¡Tienes que huir!

—¡No! —Svet retrocede en voz alta, luego su tono se vuelve suave y sacude la cabeza—. Ya no huiré más.

Y Thanos simplemente se acerca, derribando a todos los que se cruzan en su camino hasta que es queda una niña que apenas tiene diecisiete años interponiéndose.

Solo él.

Sólo ella.

Una niña se convierte en la última línea de defensa.

Y Svetlana Barnes se ve muy pequeña contra él, demasiado joven, demasiado sola. Mira a su familia yacer rota e inmóvil en el suelo a pocos metros de distancia. Su padre. Su madre. Sus tíos y amigos. Idos. Todos se han ido.

Sus ojos celestes se alejan de su familia y suben por la monstruosa forma de Thanos, hasta que se encuentra con los de él. Y él sólo inclina la cabeza, intrigado con una chica que tiene el descaro de enfrentarse al destino cuando todos los demás a quienes ama han caído.

—El Plan B... —gruñe Thanos, sus palabras viciosas y gruesas, pero Svetlana no duda desde su lugar frente a él—. Un experimento fallido... considerada improbable para sobrevivir a los rigores de las pruebas. Condenada desde la concepción y aún así consiguiendo sobrevivir. Prosperar, incluso... Lo respeto.

»Ahora —Thanos se agacha un poco, girando la cabeza y haciendo sonreír sus labios desgarrados—, corre, pequeño zorro... —sus ojo están llenos de asquerosa burla mientras susurra al rostro de Svetlana—. Corre.

Las lágrimas se forman en sus ojos, su labio inferior tiembla junto a sus pulmones sanados, pero Svetlana Barnes simplemente sacude la cabeza lenta y fuertemente.

—Hoy no.

Y no importa cuán divertido e intrigado esté Thanos con ella, el titán no la perdonará. Si mató a su propia hija, no dudará en matar a alguien más.

—¡Svet, corre! —la voz de Bucky se convierte en un grito lejano, muy lejano, gruñendo y tratando de ponerse de pie, fallando—. ¡Bebé, por favor, corre!

Y aunque está temblando y nunca ha sentido un miedo como este, Svetlana endereza los hombros y deja escapar un suspiro. La chica que nunca podría llegar a los diecisiete blande sus armas y corre de frente hacia el titán.

Él la alcanza bruscamente, pero la joven cae de rodillas, se desliza y le hace unos cortes en los tobillos. Ella hace todo lo posible para frenarlo, sabiendo que no puede detenerlo. Su cuerpo se mueve y gira, agachándose bajo sus golpes y tratando de asestar algunos de los suyos. Cuando su espada atraviesa su gruesa carne, encontrando un punto ya roto en su piel, ella sonríe casi con orgullo.

Pero luego está en el suelo y él sobre ella, y justo cuando levanta el puño para aplastar su cráneo, un hombre se desliza entre ellos. El tío de la niña, Steve, hace todo lo posible para detenerlo del alcance Svet, Wanda y Visión, golpeando con toda la fuerza que le queda. El ex-capitán intenta enfrentarse a Thanos con las manos desnudas, sosteniendo el guantelete a su alcance para retenerlo.

Svetlana se arrastra por la tierra hasta que está justo detrás de su tío. Con lágrimas cayendo por su rostro, rodea a Steve con los brazos y se aferra a su espalda, hundiendo los pies en la tierra para evitar que se caiga. Pero Thanos sigue presionando más y más. Ella lanza otro grito largo y doloroso, su voz se mezcla con la de Steve cuando sus dientes desnudos se separan y grita hacia el titán.

Thanos levanta su mano monstruosa y golpea con su puño la cabeza de Steve, matándolo al instante.

Mientras Svet llora sujetando al ex-capitán caído, Thanos arranca enojado su espada de su pierna y la apuñala directamente en el pecho.

En medio de Wakanda, demasiado lejos del alcance de sus padres, Svetlana Barnes respira por última vez.

Y Thanos simplemente tira a un lado al dulce pelirroja de dieciséis.

Las lágrimas corren por la cara de Wanda mientras la energía roja se escapa de sus manos, la joven lo suficientemente poderosa como para contener a Thanos y romper la Piedra dentro del cráneo de su amor.

—No pasa nada —susurra Visión suavemente—. Te quiero.

Con una explosión final que siente por toda Wakanda, Wanda suelta un grito enojado y la Gema de la Mente estalla dentro de la cabeza de Visión.

Y después de la bomba, queda el silencio.

Wanda grita, sus rodillas se doblan y su cuerpo cae en los pedazos rotos de su amor. Thanos avanza lentamente hacia la mujer, sus ojos luciendo casi... comprensivos.

—Te entiendo, mi niña —Thanos empuja sus manos contra su cabello, tarareando en un tono reconfortante—. Mejor que nadie.

A través de las lágrimas que corren por su rostro, Wanda lo mira y sisea.

—Nunca lo entenderías...

—Hoy he perdido más de lo que puedas imaginar —dice con tristeza, todavía acariciando su cabeza—, pero ahora no es el momento para llorar. Ahora... no es el momento.

El guantelete comienza a zumbar cuando Thanos levanta el puño, un mandala verde se forma ante él.

Y lentamente, retrocede el tiempo.

Steve empieza a moverse.

El aliento regresa a los pulmones de Svetlana.

Visión comienza a reconstruirse.

Con los ojos muy abiertos al darse cuenta, Wanda lanza un profundo grito de negación e intenta defenderlo, solo para que Thanos la golpee descuidadamente.

Y cuándo Visión vuelve a la vida, Thanos envuelve su puño alrededor de la garganta del androide y, sin pensarlo dos veces, arranca la Gema directamente de su cráneo.

Todo color abandona su cuerpo y Thanos lo arroja al suelo, sus ojos completamente blancos miran inexpresivamente el alma de Svetlana.

Con una respiración profunda y satisfactoria, Thanos obtiene su triunfo. La levanta por encima de su cabeza, sonriendo mientras deja caer la última Gema en su lugar, sintiendo que todo el poder del universo se apodera de él.

Pero luego caen rayos, arrojando al titán hacia atrás antes de que un hacha masiva golpee directamente su pecho.

El titán retrocede en agonía y el dios del trueno cae pesadamente ante él, con los ojos en llamas y la ira hirviendo a través.

—Ya te dije... ¡que morirías por eso! —Thor gruñe, acercándose para empujar el hacha.

Pero aún no ha terminado.

—Deberías... —Thanos lucha por respirar, una expresión extraña aparece en su rostro dolorido—. Deberías haberme golpeado en la cabeza.

Levantando la suya dolorosamente de la tierra, los ojos de Svet se abren con lentitud.

Porque con una sonrisa fulminante y casi victoriosa, Thanos alza la mano del guantelete y...

Chasquea.

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[ We're burning out

We're burning down

We're the ashes on the ground ]

xiv. circles ludovico einaudi