Pasaron los días de invierno, luego las semanas,  Yoongi invitó él mismo a Jimin a su casa para darle una sorpresa.

Después de un tiempo de dedicación al instrumento, Yoongi ya sabía tocar bien tres melodías en su amado piano, una de ellas es la última que había estado perfeccionando para una "presentación especial".

-Hyung... dijo que no podía sentarme allí...-el castaño dudó ante la invitación de su mayor de sentarse junto a él en el piano.

-Te dije que no podías hasta que no supiera hacerlo bien- sentenció el pelinegro, tomando la manito del pequeño para que se siente a su lado, vió como Jimin tenía una sonrisa de oreja a oreja, no sabía cuán especial se sentía el menor en ese momento.

-Hyung ¿Ya sabes tocar bonito?- preguntó con los ojos brillando y las manitos apretadas en su propio regazo.

No tuvo respuesta en palabras pero de pronto empezó a ver que los movimientos que hacía su hyung con sus dedos sobre el piano empezaban a oírse como la canción de la estrellita ¡Él se sabía la letra! no tardó mucho en acompañar la música del instrumento con su voz.

-...quiero verte titilar...en el cielo o en el mar...- cruzó miradas con Yoongi, quién dejaba ver sus encías rosadas en una hermosa sonrisa- un diamante de verdad... estrellita ¿dónde estás? quiero verte titilar...

-¿Te gustó?- preguntó un poquito nervioso el pelinegro cuando apartó las manos de las teclas.

-Me gusta mucho, Yoongi hyung.

Hoy mi abuela le enseñó a mi hermanita a decir "vete a la mierda". No sabía si reír o llorar