Jimin se encontraba en el patio trasero de los  Min, mirando a través de la puerta de vidrio que daba hacia dónde se había pasado los últimos meses su hyung, sentado en el bendito piano.

La mayoría del tiempo Jimin se la pasaba a un lado del piano, en un banquito aparte, escuchando como Yoongi progresaba— aunque eso le aburriera olímpicamente, jugaba un poco con su nuevo peluche en brazos— porque oyó a  su mamá decir que cuando quieres mucho a alguien estás siempre a su lado.

Y así fue como lo interpretó Jimin.

Hoy se encontraba afuera porque Yoongi se lo pidió, al pelinegro le ponía ansioso tener al menor sentado a su lado, algunas veces hasta le daba miedo pero eso queda para Yoongi, esa tarde, cuando el pálido chico terminó de practicar, abrió la puerta de vidrio y salió al patio a buscar a Jimin, a quien encontró sentado debajo del arból de mango de su mamá, se acercó a él y se sentó a su lado.

-Oye- habló el pelinegro sin mirar por completo al menor.

Jimin lo miró con interés pero también feliz porque ya había acabado.

-¿Porqué te quedas todo ese tiempo aquí si no es divertido? aún no mejoro lo suficiente, deberías venir para cuando ya sepa tocar una canción...-habló arrugando su ceño y mirando el césped.

-¿A hyung... le molesta que lo vea practicar?- preguntó con un poquito de miedo.

-Me da vergüenza. 

Yoonmin novios, hasta aquí la misa del día, pueden ir en paz.

PSDT: ¿YA DIJE QUE  LXS AMO MUCHO MUCHO?