El domingo era un buen día sin duda, los domingos los niños tenían tiempo libre para jugar y era lo que usualmente Jimin y Yoongi hacían, aprovechar aquel día en el que podían verse más de unas cuantas horas.

Jimin ya no lloraba más ni hacía berrinche por el tiempo lento, ahora tenía un nuevo amiguito que le recordaba la promesa que le había hecho a su hyung.

"¡ya no lloraré y así mi mami no me dejará bajo un puente!" Parece chiste pero es anécdota.

Hoy Jimin había ido a la casa de Yoongi por invitación de la señora Min, dijo que debía venir y ver la sorpresa de Yoongi y a Jimin le encantaban las cosas nuevas.

-¡Yoongii hyuuung! ¡¿qué es eso?! waaaaaaaaoo- era adorable el asombro en los ojitos del pequeño Park al ver el piano marrón en la sala y a su hyung a un lado del instrumento, Yoongi solo era unos centímetros más alto, quiso subirse al banco que venía pegado a este pero el mayor lo jaló de la manga y lo detuvo.

-Yo aún no me he sentado en el piano, no vas a subirte tú para jugar- soltó algo huraño el pelinegro, recibiendo una mirada de reprimenda de su madre, entonces decidió arreglarlo para que su menor no se sintiera regañado- Así que... podrás sentarte a mi lado cuando aprenda a tocarlo bien, no antes.

Algo simple pero bastó para que el más pequeño asintiera y desistiera de ir a sentarse allí, ahora en su cabecita se repetía constantemente lo mucho que deseaba que su hyung aprendiera rápido a tocar el "piano", como le llamó.

 se cancela el Maratón tón tón  :c será para la próxima.