💫.13. 💫

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El primer año escolar de Jimin fue un proceso interminable de descubrimiento. Descubrió que a los demás les gustaba mucho como cantaba, descubrió que su hyung era un niño de pocos amigos en la escuela, descubrió que el uniforme dejaba de ser incómodo con el tiempo gracias a que cedía el ajuste, también descubrió que tenía una facilidad increíble para entablar amistades con todo el mundo. Veía a Yoongi todos los días en la escuela por lo menos un ratito, siempre encontraban un momento para hablarse e incluso comer golosinas juntos, al pelinegro le agradaba la compañía de Jimin y a Jimin le encantaba poder contarle cosas interesantes sobre su día a su hyung.Así pasaron los meses, Jimin ya no era perseguido por niños mayores y pasó a ser un niño más en la escuela, lo normal.

Jimin fue a visitar a su hyung, era sábado y el castaño quería volver a ganarle en las carreras de autos a Yoongi así que ahí se encontraba, tocando la puerta de la casa Min un par de veces hasta que escuchó como alguien se acercaba a abrir la puerta, apareció la señora Min con un rostro algo desanimado.

Ah, Jiminnie— habló la mujer esbozando una pequeña sonrisa— si vienes por Yoonnie creo que es mejor que le des un momento...— hizo el cuerpo un poco al lado y en ese instante dejó ver detrás suyo a un Yoongi sentado en el suelo, de brazos cruzados y el ceño fruncido mientras dejaba caer algunas lágrimas.

¡H-Hyung!— Jimin se asustó al ver así a su mayor, olvidándose de pedir permiso corrió adentro de la casa y se arrodilló enfrente del pelinegro con sus ojitos llenos de pena y curiosidad por lo que pasaba. Yoongi tenía la nariz roja al igual que sus cachetes, no dejaba de arrugar el entrecejo y resoplaba mientras algunas gotitas de tristeza caían por su rostro, cuando el castaño estuvo frente a él lo miró con ojitos aguados y un puchero en aquellos labios delgados.

¿Te gustan... las m-matemáticas?— preguntó con la voz distorsionada por el nudo en su garganta.

Y antes de que el menor pudiera responder, la señora Min habló.

Se puso así luego de rendirse con las multiplicaciones de a dos, le dije que no le gustaría a nadie si no le gustaban las matemáticas— Jimin pensó en que a él tampoco le agradaba esa materia, entonces ambos podrían quedarse solos juntos.

Usted me gusta hyung, por favor no llore— pidió con voz suave, casi suplicando para dejar de  ver a su superhéroe con la carita empapada.



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