Safe Place

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¿Era apresurado? Quizás.

¿Habrían problemas? Desde luego que sí.

¿Era arriesgado? ¡totalmente!

Lo mejor hubiera sido detenerse antes de acabar su oración, morderse la lengua se veía como una posibilidad en cuanto realizó la pregunta que ahora pesaba en el ambiente.

-¿Quieres mudarte conmigo? -le había preguntado, obviamente la había sacado de onda, quizás hasta de la vía láctea; apenas si llevaban unos meses como pareja, novios aunque en ocasiones el término le movía el suelo a (...), se llevó una mano al cabello, revolviendo sus hebras oscuras para poder tener una solución para sus palabras sueltas.

Antes de poder decir cualquier cosa para remediar lo acontecido, (...) ya le había ganado, pensando por los dos como ya se hacía costumbre, con un rostro que aparentaba calma a pesar de ser expuesta por su cuello coloreado de rojo hasta sus mejillas- Claro.

Eso fue todo lo que dijo en un principio, deshaciendo el cambio entre su improvisado intento de dar un paso más en la escalera de las relaciones.

Un paso que en su vida se hubiera figurado hacer.

Esta era, sin duda alguna, la primera vez que una chica viviría con él, lejos de todo el tema de los héroes.

Era la primera novia con la que iba a vivir bajo el mismo techo, mucho más serio que las escapadas oportunas con alguna otra vigilante de la noche o heroína espontánea tras las madrugadas de patrullar a punto de recibir un nuevo día, en ocasiones casi sin esperar el pasar por el marco de la ventana para empezar a darse el lote por medio de besos desenfrenados antes de siquiera poner pie en el piso de madera; ahora era diferente, compartiría ese hogar con una persona que, antes de darse cuenta, ya había establecido como un pilar en su vida.

Agh, se estaba planteando seriamente en desinfectar esa ventana, porque con el olfato mejorado de (...) no quería que pensase cosas raras de él, por más que fueran verdad.

Ayudarla a mover sus cosas fue casi irreal, habían estado en ese cuarto antes tantas veces y sintió que no sólo (...) iba a extrañar esas 4 paredes y esa ventana pequeña, la ayudó llevando lo más pesado a pesar de que para ella no era ni el mínimo de esfuerzo.

-Oye, al menos dejame cumplir mi fantasía de película de Hollywood -le había comentado mientras le quitaba de sus manos una caja pesada llena de sus artefactos, todos dejados a la mitad desde que ella obtuvo poderes y, tratando de controlar al parásito, su esfuerzo por mejorar con sus habilidades.

-No creí que fueras de esos chicos con estereotipos -lo dijo a modo de broma mientras parecía dudosa de tomar una pequeña caja, que estaba en uno de los cajones de su estante.

-Puedes traer cualquier cosa, mi piso es bastante grande -comentó una vez ya dirigiéndose al teletransportador, dejando las cajas junto a otras, esperando a que traiga lo último- ¿(...)? ¿todo bien? -regresó al cuarto, encontrándose con esos dos.

Suspiró, resignado, mientras sonreía comprensivo al ver a (...) abrazar a Superboy como un koala, para luego saltar hacia Megan, esta vez frotando su mejilla contra ella hasta que la hizo caer y repetir el proceso con los demás conforme iban acercándose al transportador; sabía que, en el fondo, y siendo completamente sinceros, (...) no quería irse para nada.

Ese lugar era, quizás, el hogar en donde más tiempo había pasado con su padre adoptivo desde que entró en esa vida, le era triste que en esos momentos Tornado Rojo no se encontrase para que se despidiera de ella, pero él seguía buscando pistas de a donde fueron a parar los otros miembros de la Liga durante esas horas pérdidas.

Así, entre despedidas y algunos llantos, por exageración de Wally ya que no tendría más su suministro sin fin de postres, lograron llegar a su piso.

-Es...

-¿Muy de soltero? -quiso escucharla terminar sus palabras, deseando que la etiqueta del limpiador y su promesa de exterminar cualquier olor extraño no fueran una burda mentira del vendedor- anda, di algo, me estas asustando.

Huele a hembra, le notificó el parásito, (...) se mordió el labio inferior tratando de omitir su impresión, la cual fue opacada cuando recordó todos y cada uno de los bochornosos relatos que su actual pareja le contaba desde hace un tiempo.

Si ya sabía cómo iba a ser, no iba a quejarse.

-Bastante tú, la verdad -zanjó el tema, llevando 4 cajas enormes en sus brazos.

-No me digas que al final...

-Buen intento, Richard, pero tanto aroma a cloro y vainilla no puede conmigo, ¡y lo hace demasiado obvio!

-¡Oh, vamos! -y la siguió al cuarto, riendo al ser descubierto tras estar unos segundos de taparse su rostro sonrojado con las manos, ya ni sabía si de verdadera gracia o algo de vergüenza, puede que ambos, mientras la abrazaba por detrás y la hacía voltear para robarle un beso que, luego de quedarse estática un buen rato, devolvió de a pocos.

Quién diría que la vida en pareja sería así.

En los primeros días aun se sentía extraño, luego, poco a poco, y con algunas semanas involucradas al igual que encontrarla mirando tutoriales de pareja de YouTube, él siendo lo más paciente que pudo, al final aceptando y luego posponiéndolo, y otra vez aceptando, no sin un respiro antes de que a ella le diera un infarto, pudieron dar ese paso.

Y vaya que fue el paso.

Fue, por sobre todo, relajado, en un inicio fue un desastre completo, lejos de la ideología sexy que Dick se había creado en su mente o a lo que ya estaba acostumbrado.

(...) no lo esperó con la lencería más increíblemente sexy y en una postura supuestamente natural como si la hubiera atrapado desprevenida, esa jugada ya se la habían hecho varias veces, sin contar la vez que una fingió que de la nada se le cayó su tanga.

Fue casi todo lo opuesto.

Cuando regresó a casa ese día estaba molido, demasiado cansado para cualquier cosa, (...) tampoco había llegado, dándole oportunidad de solo tirarse a sus anchas en la cama, aunque al final se puso de su lado, era tan raro y fascinante ver que ahora ese otro lado de su cama ya no era de él e inconcientemente lo dejaba libre para ella aun cuando estuviese tan cansado.

Ella llegó al rato, transformándose y volviendo a su forma original, entró sin hacer ruido, aunque claramente sus sentidos y sus años de experiencia ya lo habían despertado, esperando el primer movimiento que ella pudiera hacer; lejos de tratar de hacerle algo cuando fingía dormir, (...) le quitó su traje de héroe, roja hasta el cuello, para luego ponerle un camiseta y un short holgado para dormir.

Internamente se preguntaba: ¿Qué rayos?

Y al final lo dijo, asustando a la chica y que se fuera a un lado en su conmoción por verse descubierta para, al final, enredar sus pies con la sábana que había caído al piso, y ella se le unió.

El sonido del impacto de la cabeza de (...) contra la esquina de la mesita de noche fue, como mínimo, memorable tanto en sus primeros recuerdos como pareja como en el historial sexual de ambos.

-Déjame ver eso -angustiado con todo su derecho la levantó y revisó la herida, horrorizado al ver que el hueso estaba hundido anormalmente y empezaba a fluir sangre en chorros rítmicos con el bombeo de su corazón, por dios, ¿eso de ahí era masa cerebral?- ¡Santa mierda!

-¡No te preocupes! -se sanó en tiempo récord, fuego salió en la herida y luego se cerró- ¿ves? Todo bien, nada de que preocuparse.

(...) lloraba por dentro, que espléndido despliegue de sus poderes al igual que su habilidad innata de meter la pata, de no ser por el parásito, ella ya habría terminado muerta por su intento fallido de dar el siguiente paso con su pareja y, de paso, hubiera muerto virgen.

Se daba pena a sí misma.

-Hey, esta bien -le dijo, pasando un dedo por la herida recientemente curada para dar un beso- vaya susto que me diste.

No supieron si fue la adrenalina del momento, las ganas o algo que no entendieron del todo, pero antes de darse cuenta él ya estaba dentro de ella, moviéndose rítmicamente, ambos echados en el colchón, ella sobre su espalda mientras que él se encontraba a su lado, con las piernas de ella sobre las suyas, sin perderse un detalle el uno del otro.

Fue, casi, tan extraño como familiar.

Al día siguiente, cuando se levantó y no la vio, seguía tan zombie que apenas cuando se fue al baño recordó algo bastante importante al abrir la caja del espejo para tomar su cepillo de dientes y ver los paquetitos ahí.

-¡El maldito condón! -se escuchó hasta donde (...) estaba comiendo con total calma sus hojuelas del tigre Toño, casi escupiendo lo que estaba tragando cuando Grayson llegó a toda velocidad para verla y tomarla de los hombros en su desesperada carrera a la entrada de su piso.

Le entendió algo de que había sido idiota, que no se moleste con él, que iría a una farmacia pronto para comprar la santa pastilla y de que tomaría responsabilidad si no funcionaba, ella contuvo la risa pero se apiado de él cuando estaba realmente pálido.

- Richard -ya estaba, esperaba que le arranque la cabeza por irresponsable o lo que fuera, lo iba a aceptar con los brazos abiertos- no te preocupes por eso, no voy a quedar embarazada.

Fue una larga, larga y tediosa explicación que la verdad no quiso dar, pero era necesario antes de que le saque un anillo ahí mismo, podía actuar todo lo infantil que quiera, pero (...) sabía que era un tipo hecho y derecho, capaz de tomar la responsabilidad de ella, además de aclararle que el no usar protección fue falta de los dos.

-¿Me estas diciendo que el alíen no te deja quedar embarazada de mi porque soy humano? -su voz tenía un deje surrealista, no podía creer del todo sus palabras ni la forma en la que lo decía del todo, quizás porque estaba fuera de sus estándares de normalidad.

-Pues, tiene sus preferencias, ¿supongo? -fue su propia respuesta tras su propio entendimiento- creo que, cuando sea maduro y se vaya, podrá conseguir material genético de su preferencia.

Trató de no darle más vueltas, tratando de seguir su vida tal cual querían.

Al menos hasta donde pudieron tratarlo, no podía negarse que, al ser ambos personas que tenían una responsabilidad como civiles y otra responsabilidad como lo que se denominaba héroe, no siempre había tiempo en su vida cotidiana, él estaba ocupado en sus temas personales al igual que invertir más tiempo siendo el futuro líder de equipo, lejano a la zona designada a (...) que mostraba mayor facilidad al encontrar diversos ataques a transeúntes, en especial en procesos de agresión y dedicaba el reto a sus estudios.

Apenas, y con suerte, podían pasar sus jueves juntos, pidiendo comida a domicilio por llegar ambos muy tarde, eran más las veces en las que (...), saliendo de sus clases y en mitad de su camino al piso que compartía con Richard, con libros en sus brazos porque no alcanzaba el espacio en su mochila y con el teléfono entre su cuello y su oído, haciendo el pedido para la comida china que tocaba esa semana, ; en pleno camino sintió un cosquilleo en el cuello, el alien le mostró, a la distancia y con la vista mejorada, a través de kilómetros, vio a Richard, a su lado, estaba Bárbara, parecía que los dos se divertían al escucharlos reír por algo que alguno dijo.

Suspiró, luego sonrió y dio la dirección de su piso al chico que tomaba su orden, luego de guardar su teléfono con ayuda del parásito solo se quedó mirando la acera a sus pies.

- Sabía que no iba a durar -se murmuró para sí misma, siguiendo su camino lejos de cualquier sentimiento extraño.

Era, desde luego, algo que ella se esperaba, en todo caso, al igual que Richard, ella sabía que era común, quizás demasiado, era consciente de eso, al igual que era consciente de que su pareja siempre estaba rodeado de mujeres mucho más hermosas que ella; fuera de eso, también sabía que su relación pasaba por malos momentos, al igual que le había pedido al parásito que evitase secretar hormonas, siendo ese, desde su perspectiva, la razón por la que empezó a gustarle a Richard, aunque eso no tenía nada que ver en el tema.

Para cuando llegó a casa, algo cansado por el patrullaje nocturno, ya se saboreaba la comida china de su restaurante favorito, sonriendo e ignorando la extraña sonrisa de (...), que si bien no era forzada o exagerada, se veía como la de alguien cansado, pero dio por sentado que se debía a que ella estaba muy cansada tras sus clases, corroborando al ver la pila de libros en la mesa ratona de la cocina.

- Te daré un masaje más tarde -le dijo en el oído mientras le quitaba los platos de las manos y haciéndose camino al fregadero para quitar lo que quedaba y poner todo al lavaplatos; (...) sonrió, quitándose de la cabeza sus tonterías y se acercó a abrazarlo por la espalda, dejando un beso sobre su hombro antes de suspirar y retirarse.

Fue incentivo suficiente para ir detrás de ella en cuanto se dio la vuelta.

Tuvieron esos problemas, no solo (...), Dick también veía, entre las reuniones, lo bien que se veían (...) y Conner mientras trabajaban juntos, ya fuese solo hablando de algo o por el hecho de cómo llegaban a complementarse en sus conversaciones, sin olvidar que aún no olvidaba que a su novia le gustó su amigo; no quería irse por las ramas y al igual que (...) confió, pero ninguno de los dos trajo el tema a discusión y decidieron hacer como si nada pasase.

Y los problemas deben ser tratados en pareja.

Pero ellos lo obviaron.

Siguieron juntos por meses, y cada día su piso se veía cada vez más a gusto de ambos, si bien a Dick le llegó a costar ver los cambios en todo el lugar, se dio cuenta que más rápido que tarde se volvían pequeñeces en la vida, acoplando cada uno de esos detalles en su vida de a pocos.

Su colección de películas policíacas había recibido una nueva adquisición de películas de terror y películas de monstruos, entre otros géneros de los cuales no era tan fan.

El ropero, lejos de su idea de que cada uno tendría un lugar específico, se quedó a medias, ya no era sorpresa encontrar su ropa en la parte de ella y viceversa, aún recuerda la risa que se soltaron cuando, tras bañarse, tomó el primer short que pudo de su armario, poco después se dio cuenta de que era una de las camisetas de (...), por supuesto, primero se puso furiosa porque era de sus favoritas y la había estirado al punto de no retorno, luego de unas disculpas vinieron las risas porque ella no podía creer haberlo visto tratando de ponerse una camiseta por las piernas y él le decía que era su culpa porque ella también tomaba su ropa, como la camiseta de color negro que llevaba encima que era obviamente de él.

Lo mismo con el champú, usaban el mismo, sin importarles si se burlaban de ellos porque les gustaba el mismo aroma, (...) más de una vez fue preguntada en la universidad si estaba usando Colonia de hombre y cayó en el error de que en lugar de usar su jabón usó el de Dick.

- Wow, me encanta tu nuevo perfume -le dijo en broma cuando se percató por su cuenta.

- Sí, a mi también me encanta -respondió tratando de soñar calmada aunque sentía sus mejillas rojas debido a que él le había olido el hombro de la nada mientras ella estudiaba, así, de la nada, sin embargo su respuesta física fue estirar el cuello a la par que tomaba su brazo que la tomaba por la cintura, la sensación de su respiración en su piel le puso los pelos de punta- al igual que me encanta otra persona que lo usa y me respira en el cuello.

Wow, eso era lo más sexy y kinky que (...) le había dicho y se sintió mejor de lo que esperaba, había sido mucho mejor porque nunca se lo esperó de ella.

Le encantó.

Le encantaba cuando ella era así, aunque era algo entre semanas, y se decía que era porque ella quería tomar valor.

Por eso, pensó en tomar iniciativa esta vez para hacerla feliz.

- Estaba pensando en que podemos ir al cine -tuvo que alzar un poco la voz ya que estaba en la cocina, preparando un café tal y como le gustaba a su novia, aunque en ocasiones prefería beber infusiones- ya sabes, después de tus exámenes -se acercó a la mesa principal, moviendo dos libros de química para hacer espacio para la taza con la imagen de su caricatura favorita.

- No lo sé -pasó sus ojos por un párrafo de sus anotaciones para luego remarcarlo, se quedó mirando aquello.

Pensaba en demasiadas cosas en demasiado poco tiempo.

La última vez que vieron una película, en esa ocasión en casa, ambos tirados en el sofá.

(...) recuerda muy bien la película, era una de esas viejas, en donde el usual agente secreto debe frustrar el plan del malo, aunque mentiría si dijese que nonle encantó todos los giros de la drama y el buen trabajo de las escenas y los disfraces, Dick estaba igual o más interesado que ella, no se habían visto en todo el día y (...) quería darle un beso, juntó valor, porque aún tenía cierto corte a hacerlo ella, y puso su mano sobre su cuello para llamar su atención.

Quería tener por un momento su atencion antes de volver a alguna de sus dos rutinas.

Pero cuando estuvo por hacer que la viera se escuchó su intercomunicador, no solo el de ella, el de cada uno se puso a vibrar.

No intercambiaron palabras, la primera en salir corriendo por la ventana fue ella, quien podía generar su traje de héroe como su segunda piel mientras Nightwing le pisaba los talones en su carrera por llegar al lugar.

- Dicky -por una vez obtuvo toda su atención, estaba pensando en ir lo dos juntos, completamente solos, miraba en su teléfono lugares populares en estos días para ir a dar un paseo, la película que (...) tanto había esperado se estrenaría pronto y ella no estaba enterada al tirarse de cabeza a sus exámenes finales debido a que tuvo un desaprobado en los parciales; escucharle decir de esa manera, que a decir verdad nunca que había dicho, le dio curiosidad- creo que debemos darnos un tiempo, ¿qué dices?

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