⚡Capítulo 12 : ¿Estás segura?

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   Salimos del karaoke y caminamos hasta llegar a su auto veo a Jhon y sonrío, lo saludo mientras me abre la puerta, coloco la mano en la parte superior para no golpearme la cabeza y entro, Max cierra la puerta y se da la vuelta sentándose en el puesto de copiloto, lo miro confusa, no se sentará a mi lado...

— ¡Ey! — digo y Max se gira — ¿No te sentaras aquí? — se ríe.

— ¿Quieres que me siente contigo? — asiento y ambos sonreímos, abre la puerta y baja del auto, abre la trasera y se sienta a mi lado.

   Cuando estamos ahí tan cerca, siento que la parte trasera es muy pequeña para los dos, lo miro y me está observando, le sonrío, pero me mira serio, muy serio y mira por la ventana, hago lo mismo y miro por mi ventana, Jhon se sube y pone en marcha el auto, se siente oscuro dentro, hay un silencio incomodo, busco mi celular y me pongo a verlo para matar el tiempo.

— Señor, ¿Dónde vamos? — pregunta Jhon.

— Al hotel — digo antes que Max — él me mira — debemos hablar y todos llegaran a mi departamento — asiente.

— Tu mandas — dice y sonríe — te vez hermosa.

— Sé lo que intentas y olvídalo — ambos reímos — ¿Estás ebrio?

— Un poco — sonrío — ¿y tú?

— Un poquito — se ríe, se ve muy guapo, muchísimo, nos miramos y no puedo dejar de hacer.

   Apoyo mi cabeza en el respaldo y no dejo de mirarlo, hace lo mismo mi corazón ya se comienza a volver loco, Max lleva su mano a la mía y ambas se entrelazan, ese pequeño gesto hace que todo mi cuerpo se calme, lo sigo mirando, me acerco y me apoyo en su pecho se pone tenso y yo también.

   Me levanta y me sienta en sus piernas, llevo mis brazos a su cuello y lo abrazo, me apoyo en su hombro, él no me suelta y no quiero que lo haga, no quiero soltarlo. Levanto mi rostro y quedamos frente a frente, siento que todo se congela, solo somos él y yo, quiero detener el tiempo justo aquí, no pensar en nada, rozo mi nariz con la suya y sonreímos, realmente es el momento perfecto.

— Llegamos señor — dice Jhon.

   Con Max seguimos ahí sin dejar de mirarnos, sin separarnos, decido que es momento de salir de la burbuja, desvío la mirada y bajo mis brazos para quitarme de sus piernas, pero no me suelta, sonrío y lo vuelvo a mirar

— Vamos — digo.

— No quiero soltarte — dice serio — no quiero que esto se acabe — lo miro y sonrío, no pienso, no analizo, solo sigo mi corazón y lo beso, cada célula de mi cuerpo se activa, sigue siendo completamente él, solo él, fue cosa de segundos, pero basto para que Max relajara todo su cuerpo.

— Yo tampoco quiero que esto se acabe — digo en sus labios — Vamos — sonríe y sus ojos brillan, su expresión cambia por completo, está feliz.

   Enreda su mano en mi cabello llevándome a él nuevamente y me besa, es suave y lento, pero muy intenso, me da vida y energía, no quiero salir de aquí, este es mi lugar favorito, todo mi cuerpo hormiguea, nuestras respiraciones tienen el mismo ritmo mientras nuestros labios no dejan de acariciarse.

   Me bajo de sus piernas y salgo del auto, hace algo de frío, él me sigue y me pone su chaqueta, siento su perfume y cierro por unos segundos mis ojos, me da la mano y caminamos hasta la entrada, pasamos por una puerta giratoria, cuando entramos sonrío al ver el lugar, es muy bello, pasamos por el vestíbulo, miro mi ropa y enserio no estoy nada acorde a este lugar, me cubro con la chaqueta de Max y él sonríe.

— ¿Por qué te cubres?, te ves hermosa así.

— No estoy acorde — digo mirándolo, me mira y se muerde el labio.

— Estás perfecta — sonrío.

   Subimos al ascensor y Max marca el piso 5, me apoyo en la pared sin soltar su mano, me mira y no puede quitar la sonrisa de su rostro, yo tampoco, tiro de su mano acercándolo a mi y me besa, respondo a sus labios sin detenerme, sus manos se quedan en mi cintura y las mías se acomodan en su rostro, nuestro beso se intensifica.

— Nena... — dice en mis labios — no sigas... — sus manos hacen presión en mi cintura, de pronto el ascensor se detiene y las luces se apagan.

— ¿Nos quedamos atrapados? — pregunto ansiosa, mientras saco mi celular y pongo la linterna.

— Espera — dice Max y se acerca al comunicador, presiona el botón — Hola — dice y esperamos respuesta — Hola — repite.

Hola — responden.

Estamos en el ascensor — el tono de Max es algo nerviosos quizá asustado.

Hubo un corte masivo, estamos solucionándolo, las luces de emergencia deberían volver en unos minutos.

Okey...

   Max habla un poco más con el señor y finalmente toca esperar, lo noto asustado, estoy segura que lo está, me acerco a él.

— ¿Estás bien? — pregunto.

— No mucho, no me gusta estar encerrado.

— Ya vamos a salir, tranquilo...

— No es eso — comenta — Mamá solía castigarme así — cierra los ojos — me encerraba en un closet con llave, digamos que nunca le agrade mucho.

— ¿Por qué hacía eso? — pregunto sorprendida.

— Por cualquier cosa — se encoje de hombros y vuelve la luz, él suspira — al menos ya hay luz — asiento.

   Tomo su mano y me lleva a él, nos abrazamos y está claro, soy muy débil, pero ya no me importa, si las cosas salen mal, ya no me importa, si me equivoco, ya no me importa, solo sé que disfrutare cada uno de estos momentos con él, ya no quiero pensar, quiero equivocarme y está vez estoy completamente segura que esto no es un error, que todo saldrá bien, lo sé, lo siento.

   Se abren las puertas del ascensor y caminamos hasta su habitación, abre la puerta y entramos, ya no me siento bajo los efectos del alcohol, suelta mi mano y camina al otro extremo de la habitación, se apoya en la pared y me mira esperando una respuesta, se cruza de brazos, mientras nos miramos, me saco su chaqueta, me cuesta un poco, estoy nerviosa, así que lo hago algo torpe y la dejo en su cama, lo miro y sonrío.

— Ya me siento mejor — él asiente y lleva las manos a sus bolsillos, baja la mirada al suelo — Max... — mi respiración se vuelve más agitada — Te amo, no quiero perder más el tiempo, no puedo asegurar que superare lo que paso — bajo la mirada — pero no quiero estar sin ti — siento sus pasos apresurados en mi dirección.

— ¿Estás segura? — pregunta levantando mi rostro.

— Muy segura — sonríe. 

   Me levanta y me besa, lo abrazo, con fuerza, como si fuera un sueño y quiero aferrarme a él para no despertar, me baja lentamente.

— No puede creer lo que está pasando — comenta.

— Bueno... yo tampoco...

   Me mira y me vuelve a besar, una y otra vez como si estuviésemos poniéndonos al día por todos estos meses, me siento feliz, enserio lo extrañe tanto, me siento plena, esto es perfecto.

   Pide servicio al cuarto, ya que tenemos hambre, nos vamos a la sala de estar y enciende la tv, conversamos hasta que golpean la puerta, ya que llego la comida, Max pidió rollo de langosta que es un perro caliente relleno con carne cocida de langosta, también lleva mayonesa, es realmente delicioso, lo comí solo una vez con Patric porque es muy caro. Para el postre comemos cannoli que es un dulce italiano, es una especie de cascara o masa rellena con crema y chispas de chocolate, me comí el mío y la mitad de el de Max, se podría decir que este dulce es mi favorito, suelo comerlo una o dos veces por semana. Las siguientes tres horas no dejamos de hablar, contándonos todo lo que a sucedido en nuestras vidas. 

   Siento que mi teléfono está vibrando y corro a buscarlo, es un mensaje de Keira.

¿Dónde estás?, aun no puedo dormir

¿Vendrás?, están todos aquí, Damon aun

Te está esperando

                            Keira Larva

   Comienzo a escribir un mensaje, pero lo borro, no sé como escribir tanto con tan poco espacio, no quiero que le lleguen 20 mensajes, así que trato de decir lo justo y preciso en pocas palabras.

Estoy con Max,

Cuando llegue te cuento todo

                                 Emma Ezeiza

   Llevo el teléfono al sofá por si Keira me responde, Max me mira, sé que quiere saber, le digo que es Keira y sonríe, terminamos de comer y Max llama para que vengan a buscar las cosas, me pongo algo nerviosa, ya es muy tarde.

   Golpean la puerta y se llevan todo, Max los despide y cierra, nos miramos y nos reímos, creo que ni uno sabe realmente que hacer, estamos en cada extremo de la habitación.

— Ya es tarde — digo nerviosa — debería irme — Max pasa su lengua por sus labios y lleva las manos a sus bolsillos.

— ¿Quieres irte? — pregunta y niego con la cabeza, sonríe — ¿Quieres dormir conmigo? — me sonrojo y asiento.

   Me meto a la ducha y coloco mi cabeza bajo el agua, mi cuerpo se relaja, lo necesitaba, no sé como actuar bien con Max, estuvimos mucho tiempo separados, ni uno sabe como dar algún paso, termino de ducharme y me comienzo a secar el cuerpo, ¿Con que voy a dormir? Me miró en el espejo, ni siquiera tengo ropa interior, okey respira, no pasa nada, me pongo la falda y el top, me quedo sin ropa interior, pero estoy limpia, mi pelo sigue húmedo, pero ya no gotea, salgo del Baño y Max me mira de inmediato, le sonrío y hace lo mismo.

— ¿Dormirás así? — Pregunta con las manos en los bolsillos y asiento.

— No tengo que ponerme aparte de esto — y me doy una vuelta.

— Te puedo prestar una camisa — asiento.

   Lo sigo a la habitación y saca una que está colgada, me la entrega y se va a duchar, cuando siento que cierra la puerta, me cambio rápidamente y me meto a la cama, bajo la camisa que en cada movimiento se sube, decido quedarme en una posición y es mirando hacia el techo, Max sale de la ducha en ropa interior, es increíblemente sexy, evito mirarlo, apaga la luz y se mete a la cama, la ventana tiene la cortina abierta así que la habitación se ve un poco iluminada, lo miro sin moverme y se acomoda de lado mirándome, llevo mi mano a la suya y sonríe, toma mi mano y la lleva a su boca besándola.

— ¿Por qué no te mueves? — pregunta y me sonrojo.

— Estoy cómoda así — se ríe — ¿Por qué te ríes?

— Estas sin ropa interior ¿cierto? — me meto bajo las mantas, como siempre sabe todo.

— Sí — digo bajo las mantas.

   Siento a Max moverse y llegar hasta mi, me toma por la cintura y la camisa vuelve a subirse, llevo mis manos a la parte inferior para sostenerla, estamos ambos bajo más mantas, me muerdo el labio, siento su respiración y su perfume, acerco mi rostro al suyo y lo beso, Max me acerca a él quedando completamente juntos, la camisa se sube en el movimiento, pero ya no me importa, llevo mis brazos a su cuello y lo envuelvo, nuestro beso es intenso, siento su piel en la mía y aunque no siento rechazo, si siento algo de miedo.

— Amor... — decimos al mismo tiempo. 

— Creo que deberíamos ir lento — dice y sonrío aliviada — La ultima vez que pasé a tomar tus brazos, te afecto, no quiero que te sientas así — sonrío

— Lo sé... siento un poco de miedo,  no soporto ese contacto — me besa suavemente.

— No quiero presionarte, quiero que lo hagamos cuando te sientas bien, segura y tranquila de que no lo veras en mi, puedo esperar.

— Te Amo — digo y me abraza.

   Acomoda su rostro en mi cabello, estar justo así no tiene precio, es que quiero gritar de felicidad, incluso me cuesta conciliar el sueño, porque no quiero despertar y que nada de esto sea real.

   Despierto con el sonido del teléfono de Max, lo muevo pero no despierta con nada, tomo su celular y veo que es su padre, me acerco a Max y beso su rostro, poco a poco comienza a sonreír.

— Despierta — digo — tu papá te está llamando — me besa y toma el teléfono.

— Hola  contesta  bien, ¿y tu?  pregunta  ¿Por qué?  pone mala cara  entiendo, ¿cuando?  niega con la cabeza y se sienta  Okey, avísame la hora, nos vemos  finaliza.

— ¿Todo bien? — pregunto.

— No, Lina está apunto de colapsar, no puede con todo, debo regresar — me mira — me enviaran la hora del vuelo.

— Humm... bueno, ya descansaste bastante — sonríe.

— No quiero irme... — me besa — quiero quedarme contigo.

   Nos quedamos en la cama aprovechando las ultimas horas, le envían un mensaje con la hora del vuelo, aún tenemos algo de tiempo, vemos una película, desayunamos, conversamos, en ni un momento busca algo más, lo que me hace sentir bastante bien. Cuando estamos cerca de su hora de vuelo, lo acompaño hasta el aeropuerto y se siente horrible verlo marcharse, se devuelve y me besa, no quiero soltarlo, pero debo hacerlo.

— Cuídate — pide en mis labios — habrá gente cuidándote — asiento — cualquier cosa, lo que sea, dímelo, por favor.

— Prometo hacerlo — sonríe y me besa por ultima vez.

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