002

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

El rey entro desesperado al aposento el cual era compartido con su esposa, esta se encontraba en el gran tocador que ella misma había pedido se hiciera a su preferencia, era tan elegante, color blanco y dorado, incluía un gran espejo, y porque conformarse con eso?, pues además ella también poseía 5 espejos pequeños, además de cientos de peines delicados y costosos.

— No puedo creer que esa niña tenga el atrevimiento de hablarme de esa manera — El rey comenzó a hablar con una voz notoriamente molesta, emanaba horribles vibras de enojo causando que su esposa, la reina, en seguida se alarmara, pues claramente, ver enojado al rey, no traía nada bueno.

— Todo bien cariño? — La reina uso una suave y melosa voz, quería saber lo sucedido mas no quería alterarlo pues no sabia que podía hacer si aumentaba su enojo

— Tu hija — Suspiro fuertemente— Nuestra hija, fue capaz de desafiarme en presencia de la guardia real, además de que tuvo el atrevimiento de levantarme la voz— Formo una mueca de disgusto ante el recuerdo de la reciente pelea, era una desagradable imagen ver como su propia hija lo contradecía

— Esa niña esta realmente mal 

La reina no era una persona mala, solo era egoísta, demasiado, prefería mil veces que su esposo se descargara con la princesa que con ella, pues sabia muy bien que él era mas que capaz de llegar a levantarle la mano, y eso no lo permitiría por nada del mundo, aun si tenia que ponerse en contra de su hija.

— El problema es que no se que hare — Con su mano comenzó a sobar lentamente su arrugada frente, tratando de hacer que el estrés se fuera, mas fallaba en el intento

— Deberías de darle una lección, muéstrale quien tiene el poder— Parecía que la Reina estaba usando este momento a su favor, y en definitiva así era, al menos castigarían a la chica y no a ella, aquellos eran sus horribles pensamientos, su lado maternal podía decirse que no existía.

— Tienes razón, si ella se convertirá en reina deberá actuar como tal

Parece que el problema se había solucionado, o peor aun, formado uno mas grande

— Es un hijo de...— La pelirroja se encontraba en su alcoba completamente enojada y eso podía notarse a kilómetros

— Ey tranquila— Hablo el chico castaño que estaba a su lado con una tremenda preocupación, claro, además de confundido, pues hace unos minutos algunos guardias habían traído a la princesa como si de una prisionera se tratara

— Carajo Jin, mi padre terminara siendo la perdición del reino entero 

— Como? — Pregunto confundido, sabia como el rey administraba el lugar, pero no sabia que es lo que este había echo ahora

— Duplico los impuestos— Aquello sorprendió al castaño, y la pelirroja solo soltó un suspiro— Que haremos?, o mas bien que hare?, al paso que vamos y si seguimos así, terminare reinando sobre puras cenizas

Kim Seokjin era conocido por el alto puesto que el rey le había otorgado, pues ser capitán de la guardia real no era algo para tomarse a la ligera, acepto por el bien de su familia, claramente no seria capaz de ponerlos en riesgo por rechazar alguna orden del monarca, nunca pudo predecir que llegaría a conocer tan bien a la princesa, y mucho menos que podría caer totalmente enamorado ante ella y sus encantos.

La chica llego a tomarle un gran cariño, y admitió que le atraía de cierta manera, así que hace tan solo unas semanas habían aceptado a que el chico comenzara con el cortejo.

— Tengo...Tengo que salvar a mi pueblo, no puedo dejar que sean destruidos por un rey avaro que solo piensa en su propio bienestar, hay familias, niños, ancianos que sufren de hambre y mueren diario, solo no... no puedo permitir esto, al menos no mas

— Tranquila, sabes que estaré contigo, te apoyare en cualquier cosa que necesites — Tomo su delicada mano para después llevarla con dirección a su boca y plantar un suave pero dulce beso

Unos golpes en la puerta interrumpieron el romántico momento

— Princesa, por ordenes del rey se requiere su presencia en la gran salón

Aquello había inquietado a la chica, y en el momento en que Jin lo noto, apretó fuertemente su mano, sin llegar a lastimarla.

— Todo estará bien— Afirmo para después regalar una de sus hermosa sonrisas que curiosamente siempre causaban que la felicidad la corrompiera.

— Eso espero — Soltó un fuerte suspiro antes de responder y encaminarse a la puerta 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro