Capítulo 34

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

— Ya se enviaron los informes al equipo de planeación y ellos mismo se encargarán de reunirse con los prospectos de distribuidores y llegar a un acuerdo. — Informó Seokjin mirando a Jungkook en silencio. — Debe firmar este permiso.

Tomando el documento brindado, el pelinegro lo revisó minuciosamente entes de poner su firma y regresárselo. Sin embargo, su asistente no se fue, permaneció como era costumbre ahí parado buscando la manera de preguntarle por Namjoon. A él no le correspondía juzgarlo u opinar sin saber las circunstancias de lo sucedido. ¿Quién era él para decir cuando siempre dijo que no perdonaría una infidelidad o compartiría a su hombre con alguien más cuando hizo exactamente todo eso?

Desconocía los matices tomados en la relación con Hoseok o si sucedió algo más tras aquel encuentro pero desde su punto de vista, su mejor amigo quizás debería terminar de enfrentar a Seokjin para que ninguno vuelva a preguntarle por el otro. Por mucho que para él Namjoon tendría una relación más sana con Hobi, no podía opinar frente a los designios de sus corazones.

— ¿Puedo preguntarte cómo está?

— Está bien, igual que las últimas veces que me preguntaste, Kim. — Vio a su asistente asentir aferrando sus dedos a la carpeta en su poder.

— Estoy soltero. — Espetó haciendo que Jungkook enarcara una ceja, situando su mirada en él. — Yo sé que no es de tu incumbencia p-pero por si Namjoon te pregunta. Ya no estoy con el chico con el que me vio cuando todos nosotros nos topamos en aquel restaurante. Tal vez pensando en eso aún no quiera hablar conmigo pero...

— Pero estamos en horario laboral, Seokjin. — Lo miró fijamente haciendo que el mayor comprendiese que en ese momento no deseaba hablar del tema. — Puedes retirarte.

— Sí, señor.

Cuando su asistenta estuvo fuera de su campo visual le envió un mensaje a Namjoon y otro a Taehyung adjuntando una foto suya en la oficina, su boca simulando un beso, justo como sabía que su pareja disfrutara aunque lo negara. Miró la hora y con una sonrisa se levantó para dirigirse a la oficina del CEO.

Obviamente tuvo que pasar por delante de un Taemin demasiado inteligente que notaba como el ambiente había cambiado entre esos dos pero su profesionalismo no le permitía siquiera pensar demasiado en ello. Jimin y Jungkook eran hombres con la suerte que muchos, como él, no tenían. Ya ni siquiera recordaba su última relación. Él no lograba tener a uno mientras ellos evidentemente tenían dos. Desconocía si estaban en relaciones abiertas o eran infieles pero por la forma en que se miraban últimamente, él no podría criticarlos sin importar el caso.

Jungkook lo saludó con asentimiento de cabeza y entró, encontrándose con un Jimin que recogía sus pertenencias. Recordó lo que Taehyung dijo haber escuchado que, Jimin se encontraría esa tarde con alguien con el que terminó algún tipo de relación. El rubio no tenía que decir con quién se vería y con quién no pero era raro que no mencionara nada cuando siempre lo hacía.

Vio su hermosa sonrisa ampliarse mientras se acercaba a ese cuerpo recostado al escritorio para rodearlo con sus brazos y besarlo dulcemente. Amaba demasiado besar a Jimin, le costaba pasar el día en el trabajo ahora sin escabullirse para besarlo, mirarlo o al menos rozar sus manos.

— ¿Tienes que salir? — Jimin asintió entre besos, acomodando la camisa del contrario correctamente en sus pantalones. — Pero quedamos en que esta tarde comeríamos en casa. Taehyung está preparando algo para los dos. Yo creo terminar en una hora más o menos.

Antes de poder responder, el teléfono de Jimin sonó, siendo rápidamente apagado. — Es algo de última hora pero trataré de no tardarme mucho. Estaré con ustedes para la cena. ¿Si? — Lo besó esta vez o al menos lo intentó dado que el pelinegro se alejó. — ¿Qué sucede?

— ¿Fue algo de último momento? — El mayor asintió arrugando su frente ante la pregunta de Jungkook. — Entonces no tenías nada planeado para hoy en la tarde, ya veo. — Se alejó completamente de Jimin, entregándole el portafolio sutilmente arrebatado para luego asentir e irse sin decir nada más.

— Jeon... — Llamó pero el aludido no regresó. Suspiró frotándose su sien mas el sonido del teléfono le hizo ponerse en marcha.

Taehyung asumió al ver llegar a Jungkook a casa que este había tenido algún inconveniente en sus negocios, solo cuando esto ocurría entraba de la forma en que lo hizo. El ritual siempre era el mismo, entrar serio y sin hablar dándole un casto beso por cortesía, se quitaba la ropa camino al baño y luego se perdía ahí por una hora antes de salir con un pantalón de pijama para tirarse en la cama por otra hora más o hasta que él lo llamara a comer. Justo como estaba ocurriendo esa tarde.

Por su parte, Jimin se estacionó en uno de los edificios de Gangnam. Sus manos sudaban mientras ascendía en el elevador hasta la puerta de su destino. Tocó el timbre y segundos más tarde, una sonrisa cordial lo recibía haciéndolo pasar.

— Ahn... — Saludó apenado. — Perdona por mi contacto repentino.

— A pesar de que terminaste nuestras sesiones, me esperaba que en algún momento regresaras. — Lo calmada voz de su psicóloga siempre lo calmaba o al menos lo contenía. — Nuestras consultas terminaron cuando te fuiste a Estados Unidos, las retomaste al regresar pero me sorprendió que cancelaras todo justo cuando te quebraste. Adelante, sabes que aún en mi descanso tengo tiempo para ti.

A decir verdad, los psicólogos habían jugado una parte muy grande en la vida de Jimin, fueron tanto su Yin como su Yang. Nunca habló de ese tema excepto con Hwasa, esa mujer que ahora le preparaba una taza de té pero... Desde el día en que su padre supo de sus preferencias sexuales y lo llevó a tratarse con un psicólogo cuando ni siquiera habían entablado una relación de padre e hijo aún. Lo mismo que ocurrió durante sus primeros años en el exterior.

No todo se resolvía con amor y sexo pero tampoco todo se resolvía con terapias e incluso los fármacos como los que ingirió cuando llevaron su caso para un psiquiatra. Para él por mucho tiempo, la psicología supuso un fraude. Era solamente una de las carreras más estudiadas anualmente a la que personas sin altos ingresos podrían asistir y por ende, se debía mantener. El mundo de hoy se había vuelto demasiado sensible, todos estaban llenos de traumas, todo había que entenderlo y darle un análisis profundo.

Al menos esa fue su mentalidad por un buen tiempo hasta que recordó sus encuentros con Ahn, no todos eran iguales y al menos ella, siempre lo ayudó con sinceridad y profesionalismo. Por eso, ahora que sentía nuevamente esa felicidad y temía estropearla por sus pensamientos o inseguridades que no quería traspasarle a una relación saludable que buscaban construir, estaba ahí.

— ¿Qué te trae nuevamente por aquí? — Preguntó con calma, colocando una taza cerca de él antes de ir a su asiento al otro extremo del salón.

Jimin se tomó el té sin responder pero la mujer no lo apresuró, le dio el tiempo necesario para que terminara y se acostara en su asiento.

— Taehyung, Jungkook y yo estamos en una relación. ¿Puedes creerlo? Los mismos hombres inalcanzables de los que tantas veces te hablé ahora son mi trireja. — Rió recordando a Jungkook inventando esa palabra. — Así nos denominó Kookie, una pareja de tres, trireja.

— Esas son buenas noticias. — Comentó esperando que el rubio hablara.

— Estoy extremadamente feliz con todo lo que estamos experimentando. Me siento pleno y con deseos de vivir. Hace bastante que no consumo valiums y alcohol para perderme del mundo porque ahora veo todo desde otra perspectiva. Realmente quiero vivir todo esto pero... Tengo miedo, tengo mucho miedo de estropearlo todo o de que esto termine. Sé que debo estar preparado para todo, nada es para siempre y solo con esto que siento ahora, podría morir feliz pero tengo pavor.

— ¿Cuál crees que sea la razón para ese miedo desde tu punto de vista? ¿Cuál es el problema para ti que provoca ese pavor? — Preguntó en tono calmo.

Todos tenían una perspectiva diferente sobre la relación, ellos eran tres y eso variaba más. Hwasa sabía que era normal que se enfrentaran a temores al decidir tener esa relación pero era algo por lo que la mayoría de las personas pasaban sin importar las circunstancias o tipos de relación, los números también poco influía. En una convencional relación de dos personas hétero u homosexuales, cuando se va a comenzar un nuevo curso escolar o se entra a trabajar a un nuevo centro. El temor a cómo se darían esas relaciones interpersonales en un ámbito en que se desenvolverían a partir de un momento clave y del cuál desconocían todo pese a tener una idea.

— ¿Los tres? ¿Yo? ¿Ellos? No lo sé con exactitud. Ya sabes, ellos estaban en una relación desde hace muchos años, maduraron juntos y se volvieron otro tipo de hombres en su compañía. Si fuera alguien a quien recién conozco y que no está en una relación con un tercero no temería pues sé que toda persona tiene un pasado como yo fui el de Kookie. El problema aquí es que somos tres y los lazos aún se están afianzando. Lo comprendo, necesitan tiempo para adaptarse a la intrusión de un tercero pero yo llevo la desventaja aquí.

— Has dicho que los dos te quieren, que hacen el esfuerzo por ir avanzando diariamente. ¿Por qué estás seguro de estar en desventaja sin nombrar los hechos obvios como el de tu llegada?

— Jungkook. Siempre me cuesta descifrar y aunque evidentemente hemos avanzado, puedo notar lo mucho que le cuesta acercarse a mí. Jamás me permite tocarlo o me toca de forma sugestiva si no es por un momento proporcionado por Tae. Me confunde y me hace pensar muchas cosas. Qué tal si se está obligando a estar conmigo para no perder a Taehyung o si le atraigo un poco pero no tiene verdaderos sentimientos por mí. Qué tal que se aburra o me deje de lado porque no se me olvida que para él, yo fui por momentos un "cualquiera"que estropeó una relación que ya llevaba su curso. Ellos incluso iban a casarse y luego ocurrió todo esto y... No lo sé es como si lo único que nos uniera a los tres fuera Taehyung. Pero después viene y me abraza, me besa, me hace sentir que me quiere y le importo logrando que mis inseguridades y miedos se esfumen.

— ¿No has pensado en hablarlo con ellos? — Volvió a preguntar Anh Hyejin tomando notas.

— Sí, de hecho, los tres concluimos en que deberíamos tener confianza y comunicación. Pero temo que si yo traigo a colación en este momento todo esto, pueda deteriorar el ánimo y curso de todo porque realmente se está trabajando para que esto funcione correctamente.

— ¿Qué crees entonces que mejoraría o haría desaparecer esos miedos que llevas dentro?

Jungkook miraba su reloj una y otra vez, lo mismo ocurría ahora con Taehyung aunque este era mucho más moderado. El pelinegro finalmente le dijo el motivo de su molestia y preocupación pero él confiaba en Jimin, él los amaba y no creía correcto que Jungkook desconfiara de él. Solamente quería verlo entrar para abrazarlo, besarlo y que pudieran hablar sobre el tema sin hacerlo sentir acorralado o que ellos desconfiaban de él.

— Mi amor, no creo que él esté haciendo ninguna de las cosas que te están pasando por esa cabecita. Por favor, sabes que Jimin nos ama... — Comentó acercándose para acariciarlo.

— Sí, lo mismo ocurría contigo. Me amabas y aún así me fuiste infiel con él, te enamoraste incluso y luego me pusiste una precisa, obligándome a escoger.

— ¿Obligándote a escoger? ¿Realmente vas a ir por ese camino, Jeon JungKook? — Cuestionó alejándose con una molestia que quizás no debería tener pero sin lograr reprimirla o disiparla. — Ya hemos hablado de eso.

— Sí, pero no puedo evitar ponerme algo a la defensiva cuando cosas así ocurren.

— ¿Desconfías de nosotros, del amor que te tenemos? Fui el hombre más feliz del mundo cuando me perdonaste por mis errores, cuando aceptaste intentarlo con nosotros pero, hablamos de dejar todo eso atrás. Sacarlo cada vez que te incomodes, alguno se retrase o cámbiese planes y comportamiento. ¿Qué hay de la confianza y comunicación?

— ¿Nosotros no teníamos confianza y comunicación cuando todo eso ocurrió? — Rebatió.

— No, no la teníamos Jungkook porque si mal no recuerdas, nuestros problemas venían desde mucho antes de que Jimin regresara a nuestras vidas. Cosas que para ti eran tonterías y lentamente se iban ajuntando provocando que incluso yo que no puedo vivir sin ti terminara contigo. Tus ausencias, incumplimientos de promesas, tu manía de acoplarte solamente a lo que quieres y piensas, algo que ahora me criticas mucho a mí. Incluso antes de serte infiel me senté contigo para decirte la verdad, buscando comprensión y comprendí tu molestia pero no te detuviste a pensar en cómo me sentía.

— Yo...

— Como si fueras un padre que no quiere permitirle a su hijo una relación dijiste no y punto sin escuchar. Mis sentimientos ya estaban, no podía desaparecerlos, te amaba, no te quería perder y tampoco pude simplemente alejarme de Jimin por mucho que los dos lo intentamos. No tienes idea de cuánto nos resistimos y alejamos. Aún cuando tú volviste a distanciarte yo intenté con todo de mí no buscar al otro hombre que amaba sin poderlo conseguir y ese, fue el mayor de mis errores y lo sé.

El pelinegro peinó sus cabello recostando su cabeza al sofá antes de separarse y volverlo a mirar, recordando todos aquellos momentos.

— ¿Recuerdas todas mis noches de llanto y de soledad antes y después de ese incidente? ¿Cuántas veces tuvimos problema porque tú nunca estabas a mi lado? ¿No crees que yo también podría llegar a la conclusión que me eras infiel sin serlo? ¿Cuántas veces no te dije que por mucho que me encantara hacer el amor contigo y la forma en que me coges yo también deseaba y necesitaba cambiar de roles aunque no fuera regularmente? ¿Cuántas veces no nos sentamos hablar y te dije que tu actitud me hacía sentir casi emasculado? Porque sin darte cuenta, mi sexualidad e incluso personalidad sufría ablación por tu causa.

— Hablamos de todo esto, n-nosotros hablamos de todo esto cuando volvimos, cuando decidimos integrar a Jimin a nuestra relación.

— Exactamente, lo hablamos y decidimos poner de nuestra parte para superar todo esto, mejorar, corregir nuestras fallas pero traer a cada momento mis errores como lo acabas de hacer no nos ayudará. — Declaró mirándolo fijamente.

Por un momento, ninguno dijo nada, Jungkook se limitó a asentir cabizbajo mientras pensaba en todo, sintiéndose mal y culpable, tanto como lo hacía Taehyung en silencio.

— Lo siento, Tae...

— Yo sé que lo haces pero duele escuchar esas palabras aunque pidas disculpas después. Sé que justamente así te sentiste, sé lo mucho que me he equivocado, todos los errores que he cometido pero por favor, confiemos en el amor que sentimos, ¿de acuerdo? Por favor, confía en nosotros, en tus novios.

El sonido de las teclas les indicó la llegada de Jimin, treinta minutos después de la hora acordada. Pudo sentir la tensión en el ambiente, aún cuando ambos lo besaron para saludarlo y se sentaron juntos a comer, él podía sentirlo.

— ¿Están molestos conmigo? — Indagó con cuidado, estudiando sus reacciones. — ¿Es por haber llegado tarde?

— No estamos molestos contigo pero, sino es demasiada impertinencia de mi parte porque sé que tienes cosas que hacer con una vida privada de la que no tenemos derecho a opinar, sí me gustaría preguntarte algo. Quiero que me disculpes de antemano si te hago sentir incómodo con mi pregunta pero, sí quiero saber más que el motivo para tu tardanza, ¿por qué me mentiste hoy en el trabajo diciendo que tenías un compromiso de último minuto? Se te escuchó ponerte de acuerdo con alguien por teléfono días atrás para tener un encuentro hoy martes en la tarde, alguien con quien terminaste algo. Sin embargo, cuando te pregunté, me dijiste que fue algo que surgió de imprevisto y debías tratar.

Con cautela, Jimin los miró a ambos a los ojos. Taehyung no se mostraba cómodo con el tema pero podía también notar que quería una respuesta tanto como el pelinegro. Dejó de lado sus platillos y suspiró para ganar coraje.

— Hoy fui a verme con mi psicóloga. — Ambos fruncieron el ceño pero no lo interrumpieron. — Hace algunos meses entré en un estado depresivo muy severo cuando creí perderlos a los dos. Se me acumularon muchas cosas, mi vida personal, la laboral que se mezclaba una vez más con la personal y amorosa debido a Jungkook y mi padre, quien me estaba presionando de muchas maneras. Anhelaba incluso tener a mi madre a mi lado o mínimo a Sungwoon pero no tenía a nadie a mi lado, estaba solo y simplemente me regodeé en mi tristeza. Sentí que era innecesario tener siquiera una psicóloga por lo que terminé nuestras sesiones. Ahora mentalmente estoy mejor que en años, que desde mi adolescencia pero no quería echar todo por tierra ahora que los tengo a ustedes, por eso la volví a ver hoy. Necesitaba hablarle de mis temores y preocupaciones.

Los dos asintieron sin saber muy bien qué decir o cómo responder. Jungkook se sentía fatal por haber estado pensando que tal vez Jimin se estaba viendo con alguien más. No pudo notar sus necesidades y eso, como hombre, novio y amigo lo hacía sentir el peor.

— Yo sé que quizás hay cosas que te resultarán más fáciles de decirle a tu psicóloga. No tienes que decirnos ahora todo pero, si deseas hacerlo, nosotros estaremos aquí. Tanto Taehyung como yo no somos profesionales pero estaremos presente para escucharte. ¿De acuerdo? — Jimin asintió dibujando una sonrisa contagiosa. Jungkook echó su silla hacia atrás y palmeó sus muslos. — Ven aquí.

Taehyung sonrió desde su lugar, sin interrumpir el beso de ellos dos o querer entrometerse. Necesitaban ese pequeño momento para ellos y quiso dárselos. Se levantó y con cuidado, recogió todo, siendo ayudado más tarde por Jimin. Vieron televisión juntos y esa noche, volvieron a dormir los tres en la misma cama, en ese apartamento que por año salvaguardó a dos pero ahora acogía a tres.

+++

Namjoon llegó al edificio SIA algo nervioso. Sabía que Kim Seokjin trabajaba ahí, nada más y nada menos que como asistente de Jungkook, el hombre a quien iría a ver. Ese día desde la mañana estuvo cargado de tensiones para él pues, después de algunos días, Hoseok y él quedaron para desayunar. Estuvo ansioso pensando que todo sería muy raro pero después de diez minutos, volvieron a ser ellos dos.

Estuvieron de acuerdo entre risas a dejar todo lo ocurrido como algo de una noche sin que afectara su amistad. Fue idea de Hoseok pues, este no estaba listo para entrar en una relación con nadie más, decidido a no estar más con Yoongi sí, haberlo superado, todavía no. Él tampoco había superado a Seokjin y por eso lo entendía, por eso, ahora que estaba en un sitio donde las probabilidades de verlo era mayor de un noventa por ciento, podía sentir su corazón dispararse.

Ya en el edificio, el personal de seguridad no le permitió entrada abierta hasta que no llamaron a dirección para confirmar que lo esperaban. Fue ahí que Namjoon maldijo el no haber llamado primero a su amigo para decirle que ya estaba ahí.

— Oficina del director Jeon. — Respondió Seokjin al teléfono con cierto desinterés hasta que le comunicaron el nombre de la persona que solicitaba subir. — S-Sí, háganlo subir inmediatamente.

Era raro volver a sentir su corazón descomponerse como no lo hizo por años ante la mención y presencia de Namjoon. Todavía se culpaba por lo sucedido, aún culpaba a su tonta juventud y hormonas descontroladas que lo hicieron perder al hombre que amaba aún a día de hoy. Mirando su reflejo en la pantalla de su ordenador se aseguró de que no hubiera siquiera una hebra de su cabello fuera de lugar y se encaminó hacia el elevador para no dejarle escapatoria.

Cuando las puertas se abrieron y Namjoon elevó su cabeza, volvieron hacer contacto visual y sus corazones se desprendieron a correr.

— El director Jeon me está esperando. — Fue lo único que atinó a decir.

Lindo.

Esta fue la palabra que surcó la mente de Seokjin cuando lo notó sonrojarse e intentar demostrar que no estaba tan afectado como lo estaba él. Lo estudió con detenimiento, físicamente, ahora su ex pareja lucía mucho mejor que en sus tiempos de adolescencia. Mucho más fornido, elegante, su rostro también lucía diferente, todo para mejorar. Sinceramente era mucho más atractivo, su físico y superponen hacía ese hombre ideal que en sus años universitario no creyó tener o valoró.

— Te guiaré hasta su oficina. — Namjoon caminaba detrás de él en silencio, algo confundido.

Que su corazón revolucionaría con toda la ansiedad y emoción que sus reencuentros ocasionaban, era un hecho. Que estuviera aún molesto debía haberlo sido también pero extrañamente, no lo estaba en ese instante. Era incómodo pero no se sentía hogar en su presencia ni tampoco luchaba contra sus ganas de besarlo limitado por sus recuerdos.

— El señor Kim está aquí, director. — Jungkook había olvidado completamente debido a todo lo ocurrido días atrás que había quedado con Namjoon en su oficina. Ahora que miraba la tensión en el aire, recapacitaba y veía que no fue la mejor opción. — ¿Desean que les traiga algo de beber?

Namjoon negó y Jungkook lo dispensó.

— Quiero matarte... — Musitó el mayor dejándose caer en uno de sus asientos.

— Yo lo sé, lo siento. — Namjoon negó con una sonrisa, dejándole saber que todo estaba bien. — Te mandé a llamar por tres razones.

Seokjin caminaba delante de la puerta de un lado hacia otro. Contaba los minutos eternos, se preguntaba sobre qué hablarían y si su ex pareja estaría de igual forma pensando en él. Solo verlo y escuchar de él bastó para que todo su día se sacudiera e incluso cancelara todos los planes hechos para después del trabajo. Sin importar el costo, necesitaba lograr hablar con Namjoon, al menos una vez.

No fueron hasta casi tres cuartos de hora después que la puerta de la oficina de su jefe se abrió. Esperaba ver a Namjoon solo pero no fue ese el caso, este estaba acompañado de Jungkook lo que hacía que su plan principal se alterara pero, no era lo suficiente como para hacerlo desistir. Caminó a gran velocidad chocando a postas con el peligris, colocando con obviedad para este una nota en su bolsillo. Por breves segundos sus miradas se encontraron pero, Namjoon simplemente continuó hablando.

Esa noche, Namjoon se debatió molesto si debía o no hacer algo. Seokjin le había dejado una nota en su bolsillo con su número y tres palabras. "Llámame esta noche." ¿Por qué creía que lo llamaría? ¿Creía que aún chasqueaba los dedos y él iba a su encuentro? No era así, muchos años habían pasado pero, aún así, antes de darse cuenta, se encontró marcando su número.

Sabía que llamarías. Por favor, no cuelgues. — Se apresuró a decir. — Solo esta vez, veámonos. Te juro que, si después de escucharme no quieres saber nada más de mí, no insistiré.

— Dime fecha, lugar y hora. — Espetó antes de sopesar la idea o arrepentirse.

En dos horas, en el bar del Hotel Imperial.

💜💜💜

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro