Capítulo 36

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— ¿A dónde vamos? — Preguntó Taehyung intentando reconocer el camino sin éxito. Jimin había estado conduciendo por casi tres cuarto de hora sin decir una palabra. — ¿Vas a traficarnos, asesinarnos o algo por el estilo? No entiendo la intriga. ¿Por qué no nos dices simplemente nuestro destino?

— Si no fueras tan desesperado a veces, sería genial. Aunque bueno, eso significaría que no fueras el Taehyung que todos conocemos y el hombre de que me enamoré. — Respondió ignorando la cara de poca satisfacción que el contrario puso. — Mira a Jungkook, va concentrado sin preguntar.

— Bueno, yo también quiero preguntar pero si no lo dijiste por algo fue. Solo me toca esperar. — Jimin lo miró por el retrovisor y sonrió.

Estaban a las afueras de Seúl evidentemente, adentrándose en una zona residencial con varias casa aunque todas mantenían una distancia prudente de otras. Ninguno entendía los planes de Jimin, aún cuando este se estacionó frente a una casa donde ya había un auto aparcado, ninguno pensó demasiado sobre ello.

— Bienvenido, señor Park. — Saludó una señora realizando una venia para los tres. — Bienvenidos, por favor, síganme.

— Ahora entiendo menos que antes. — Susurró el castaño procurando no ser indiscreto. — ¿Qué hacemos en casa de esta señora? ¿La conocemos? — Jimin hizo un pequeño gesto para indicarle que hiciera silencio antes de acariciar sutilmente su mano.

A simple vista aquella casa era de aspecto occidental, grande pero discreta con bastante espacio habitable. Taehyung lo miraba en silencio pues, había estado en una similar un año atrás para una sesión de fotos promocional que aceptó únicamente porque le gustaba esa revista para el hogar y la excelente paga. La recordaba aún porque antes de que él se separada de Jungkook, estuvieron ocho tiempo hablando sobre futuros planes en los que siempre entraba una casa. No tenía nada que ver con esa, la planearon un poco más pequeña pero con el mismo tinte occidental que resaltara sobre todo lo tradicional y convencional como lo eran ellos en Corea del Sur.

El ambiente era exquisito, no se escuchaba nada en los alrededores y tampoco habían vecinos que pudieran andar de entrometidos. Bordearon todo el exterior, permitiéndoles admirar un jardín de ensueño soleado y con piscina que poco tenía que ver con el que aparecía en la entrada. Había otra pequeña caseta a un costado de la piscina, esta con sauna y otras cosas incluidas.

— Pasemos al interior. — Espetó la señora señalando la casa familiar, siendo seguida por los tres hombres. — Tiene acceso por tres lado, la cocina, el patio que fue por donde entramos ahora y la entrada principal.

El lugar ya estaba amueblado, muebles de lujo cabía destacar. Algunos con estilo vintage de comienzos del siglo XX pero en general todo era bastante moderno. En la planta baja había un amplio salón, comedor con una enorme chimenea. Una sala de estar, cocina y aseo para invitados. Los pisos superiores y ático albergaban cinco dormitorios, un área infantil que parecía también un estudio, un estudio con un estilo oficinista bien moderno y tres baños.

— Esta villa fue renovada en el 2012 con un excelente sentido del estilo y amueblada representando el estilo europeo, exactamente el alemán. Podrían encontrar varias casas parecidas en Munich pero, aquí en Corea del Sur y en Seúl, ya es mucho más difícil. — La señora hablaba buscando continuamente la mirada de Jimin.

Tanto Jungkook como Taehyung siempre la imitaban pero Jimin permanecía serio, como si estuviese haciendo negocios. Para el pelinegro era normal verlo así en la empresa o cuando estaban con algunos socios pero normalmente el mayor siempre sonreía al menos por educación. Taehyung no estaba muy acostumbrado a ese Jimin y debía admitir que le resultaba sumamente atractivo. Sonrió observándolo, acariciando sutilmente su cintura ignorando a la mujer. Park no se movió pero el castaño pudo sentir la forma en que se relajó y la tensión de su cuerpo disminuyó, le gustaba causar ese efecto de comodidad en él.

— Esos detalles son bonitos. — Comentó Jungkook ahora que miraban la entrada con detenimiento, señalando la puerta. — La hace ver elegante.

— Los detalles históricos tienen una gran mistura de la historia surcoreana a partir de la guerra de 1945 cuando se dividió el península y la historia internacional. — Taehyung le prestó atención a lo que explicaba la mujer y el pelinegro había notado pues él no estaba concentrado en cada pequeño detalle. — Las contraventanas de maderas y la escalera de roble también tienen algunos de esos detalles, se han conservado y crean una simbiosis perfecta con elegantes elementos de diseño.

Bordearon la casa por el lado que aún no habían tomado, entrando ahora a la residencia por la elegante cocina blanca hasta llegar nuevamente a la sala y situarse al lado de la chimenea de piedra natural que dividía la habitación de finos revestimientos en el suelo. Habían numerosos accesorios y ventanas panorámicas de esquina sin marco que permitía admirar la vista del jardín, creando una vez más un excelente ambiente de vida que cumplía con los más altos estándares de comodidad y estética.

— Si me disculpan. — La mujer se disculpó y retiró sorpresivamente dejándolos a los tres solos en el lugar.

— Y bien... ¿Qué les parece este lugar? — Indagó Jimin observándolos con detenimiento, notando la forma en el que los otros dos estudiaban todo.

— Es una casa muy bonita. — Admitió Jungkook con las manos en los bolsillos de su pantalón mirando una vez más a su alrededor. — Es agradable, cómoda y espaciosa. El sitio perfecto para un hogar, no solamente algo con mucho lujo pero poco habitable.

— ¡Es un sueño este lugar! — Exclamó Taehyung entusiasmado. — Tiene todo lo que me gustaría en una casa propia aunque creo que excedería un poco el presupuesto antes planteado por los dos. — Al decir esto guardó silencio, acercándose a Jimin para acariciar su mejilla y besarlo. — Digo esto porque como sabes, antes de todo esto habíamos organizado algo y pues hablé solo haciendo cuentas con ese presupuesto en mi cabeza.

— Bueno pero ya no es un presupuesto de dos, yo también estoy aquí y si se habla de estos temas, cuento tanto como ustedes. — Alegó pasando su mirada de uno al otro, viendo a Tae sonreír justo antes de darle un beso.

— Lo sé, bebé. Disculpa si mi forma de expresarme se mal entendió. — Tiró de sus labios con los dedos para acercarlo a él, apretó sus mejillas y lo volvió a besar. — Te amo tanto. Dame otro beso.

— No es momento de besos. — Protestó recibiendo un último beso de Taehyung que lo hizo reír. — Estoy hablando en serio, qué opinan de esta casa. ¿Creen que los tres estaríamos bien viviendo aquí?

Con esa pregunta, Jungkook comprendió y se hizo una idea de lo que su novio estaba queriendo decir, lo que andaba planeado. Ladeó sutilmente su cabeza relamiendo sus labios y se acercó para hablarle solo que Taehyung le tomó la delantera.

— Está preciosa, ya te lo dijimos, realmente está increíble este lugar. Lo único que no me gustó mucho fue la piscina, es pequeña y sin mucho gracia pero está genial todo. — Comentó alejándose, mirando una vez más por las ventanas hacia el exterior.

— ¿Les gustaría vivir aquí? Es decir, ¿que viviéramos los tres aquí? — Rectificó su pregunta viendo los rostros de la trireja desconcertados. Ambos parpadeaban en sincronía poniéndolo ansioso, sus manos le sudaban y su corazón latía agitado. — Si les gusta esta casa para vivir, puede ser nuestra a partir de hoy. Debería haberles dicho antes pero como ya habíamos hablado de mudarnos a vivir juntos, conocía sus gustos y por eso me atreví a comenzar la búsqueda de una casa por mi cuenta. Sé que aún no se ha hablado con sus padres, que todavía lo nuestro no se sabe y explicar que nos mudaremos juntos cuando ya no somos universitarios sino hombres con buenos trabajos podría ser complicado pero...

— Respira. — Musitó Jungkook sobre sus labios notando la ansiedad llegar al mayor, acariciando sus pómulos con sus pulgares mientras sostenía su cabeza. — Inhala... Exhala... Eso es. — Sonrió depositando ahora un corto beso sobre sus labios. — Esta casa es preciosa, me encanta para los tres y, siempre que permitas que la compra sea entre los tres para que no todo salga de tu bolsillo, estaré encantado de vivir aquí con los dos. Es cierto que nuestros padres aún no han sido informados de nuestra relación pero es cuestión de tiempo y realmente no tienen mucho que decir respecto a una decisión ya tomada por los tres que forman parte de la relación.

Jimin asintió respirando un poco más tranquilo gracias a las palabras de Jungkook, a su cercanía. Su miedo oculto se evaporó con sus reacciones, con los besos de sus novios y sus caras sonrientes.

— Se elaboró un contrato a mi nombre pero puedo agregarlos como co-propietarios. El pago saldrá de una cuenta pero si quieren pagarla conmigo son libres de hacerlo aunque, me hubiera gustado que esto fuera un regalo de mi parte.

— Hay muchos regalos que podemos darnos. Estoy de acuerdo con Jungkook en hacer el pago entre los tres porque será nuestra casa, formaremos un hogar aquí y es bueno que desde los cimientos, desde el primer paso que es la decisión de vivir aquí y el pago, sea algo que hagamos juntos. ¿De acuerdo? — Jimin los miró a los dos mordiéndose su labio inferior, asintiendo y dejándolo libre cuando Jungkook lo hizo liberarlo para que no se dañara por la fuerza con la que se mordía.

Sus bocas se unieron y Taehyung no quiso quedarse atrás, llevó sus labios a aquellos que ya estaban encontrados, sintiéndolos como cada uno se adueñaba de uno de sus labios o de un lado de ambos y lo besaban.

— ¡Oh Dios Santo! — Exclamó la mujer al ver la imagen, quedándose estática viéndolos antes de darse la vuelta y alejarse del salón mientras ellos compartían miradas cómplices y se reían. — Lamento la interrupción,. — Comentó sin mirarlos cuando estos fueron hacia ella minutos más tarde. — ¿Procederá a la compra de la casa, señor Park?

El tono de la señora ya no era tan jovial, no reía pero tampoco mostraba abiertamente la reprobación que sus ojos no podían esconder. A Jimin no le preocupaba en lo más mínimo porque había una cosa que muchas veces callaba todas las bocas y hasta la mirada más fiera se volvía dócil, ese era por suerte o desgracia el dinero. Las personas se hacían los ciegos cuando querían, justo como lo hacía esa señora a la que lo único que realmente le interesaba era cerrar el contrato de esa casa para poder llevarse su comisión.

— Sí procederemos a hacer la compra de la casa, acompáñeme al interior para que firmemos el contrato si no le es molestia.— La mujer miró a los otros dos con cierta cara de desprecio, algo que captó la atención de Taehyung, tirando de Jimin para besarlo frente a ella sin el menor de los remordimientos.

Ni siquiera cuando estaba solo con Jungkook hacían esa demostración abierta y pública cuando andaban juntos, por respeto. En Corea del Sur incluso las parejas que ellos consideraban normales tenían un código de comportamiento en lugares públicos que, si bien había mermado en los últimos años, aún continuaba vigente y él mismo lo respetaba. No tenía necesidad de estarlo besuqueando públicamente al no ser que la ocasión lo ameritara y cuando sucedía, los besos eran muy sutiles o simplemente se tomaban de manos. Ah pero, cuando había personas como aquella mujer que aún en lugares bastante íntimos los miraban con ese desprecio o humillaban, él dejaba de lado la sutileza de la que los otros carecían.

— Ve a firmar el contrato de nuestra casa, bebé. Tus novios te estarán esperando en nuestro nuevo salón. — Jimin negó conteniendo su risa, ni siquiera se volteó cuando el castaño le dio una pequeña nalgada pero aquello le divirtió, es más, le había gustado y no podía negarlo.

Pasó un tiempo prudente entre la firma del contrato y entrega de la casa antes de que el rubio regresara a la entrada, despidiendo los tres a la agente de bienes raíces que se marchaba ahora con una amplia sonrisa. Cuando la puerta se cerró, Jimin fue arrinconado a una pared por los otros dos y besado hasta que sus labios comenzaron a resentirlo.

— Estaremos viajando el fin de semana pero, podríamos aprovechar estos días para comenzar con la mudanza si les parece bien así, cuando regresemos, ya tendríamos nuestro propio espacio. No estaba mal pero eso de cada uno con su apartamento se estaba tornando un poquito pesado a veces porque siempre teníamos que ir de un lado a otro. — Comentó Jimin limpiando el hilo de saliva que quedó en los labios de Taehyung. — En nuestra propia empresa tenemos servicio para grandes mudanzas de los que puedo disponer inmediatamente.

— A nosotros todavía nos quedas unos meses en nuestro contrato de arrendamiento. Unos cinco o seis meses si no me equivoco y la cancelación podemos hacerla con tres meses antes de que llegue la fecha. — Explicaba Taehyung comprobando la veracidad de sus palabras en su teléfono. — Seis meses exactos quedan.

— Eso no es problema, creo que pueden seguirlo teniendo hasta que puedan cancelarlo, solo que nos mudaríamos aquí. Por ahora, ya está amueblado este lugar y podríamos hacer los cambios pertinentes ya con más calma. — Respondió Jimin agarrando su cintura para besar su cuello.

— ¿Qué hay de tu penthouse?

— Puedo rescindir de él en cualquier momento. Igual puedo dejarlo por un mes o así para decirle a Taemin que se encargue de todo con calma. Nada de eso importa ahora, si queremos mudarnos a aquí, solamente deberíamos hacerlo.

— ¡La idea me parece estupenda! — Exclamó Taehyung emocionado mientras Jungkook permanecía en silencio observándolos con una sonrisa.

Habían hablado de ello y, mismo si le parecía un poco apresurado todo lo de la mudanza, la idea no le desagradaba. Llevaban tiempo hablando sobre ellos, ahora solo quedaba dar el paso y ver como realmente se tornaba la convivencia una vez que estuvieran los tres viviendo perennemente bajo el mismo techo.

— ¿Tú qué opinas, Kookie? — Preguntó Jimin observándolo con detenimiento.

— Me parece genial, podríamos terminar todo lo de la mudanza antes de irnos. No tenemos que mover muebles o algo parecido, podemos entregar los ya comprados con la casa o ponerlos en venta por separado. En fin, para todo eso tenemos aún tiempo.

Todo ocurrió de prisa pero fue emocionante, esa noche durmió cada uno en su apartamento pero, a la mañana siguiente, dos equipos de mudanza aguardaban por ellos en sus respectivas residencias. Aunque aparentemente "no había mucho" que llevarse porque los muebles se quedaban, tampoco fue demasiado rápido. Fue recién al mediodía que los tres se encontraron frente a la que sería su nueva casa. Era gracioso saber que los tres daban tan ansiosos como nerviosos y emocionados, incluso algo tímidos.

Tuvieron muy poco tiempo para organizar de antemano dónde iría qué por lo que la organización en el lugar fue lo que más tardó. Decidirse, quitar de un lado y poner para otro no fue tan fácil, ni siquiera con un equipo de doce personas trabajando a toda potencia, moviéndose por toda la casa bajo la supervisión de ellos.

Esa noche por primera vez los tres durmieron en su nueva casa pero el agotamiento no les permitió procesar correctamente este hecho. Se quedaron dormidos por separado, uno en la sala y los otros dos en cuartos diferentes mientras organizaban algunas cosas personales.

— Buenos días. — Murmuró Jimin viendo a Jungkook dormido en el sofá. — Vamos a la cama para que duermas un poco más. — El menor asintió adormilado, siguiéndolo hasta la que sería la habitación principal. — Tae... — Musitó ahora moviendo el cuerpo de Taehyung que, si bien estaba en una cama, era en otro cuarto. — Ve a dormir al cuarto. — Parecía que habían hecho cmd+C y cmd+V, copiando y pegando las acciones de uno y el otro cuando se despertó adormilado yendo hacia la otra habitación.

Cuando se despertaron estuvieron un poco perdidos, el lugar seguía siendo desconocido pero aún así se sintieron cómodos. Jungkook atrajo al castaño para abrazarlo varios minutos antes de finalmente decidir levantarse de la cama juntos. Se habían dormido con sus ropas y no tenían aún sus pantuflas disponibles por lo que decidieron bajar las escaleras descalzos después de cepillarse los dientes, agradeciendo que el personal de la mudanza incluso hubiera recogido y limpiado todo.

Ya en el piso inferior, los dos se miraron y rieron confundidos pues, no sabían hacia dónde ir, había demasiado espacio y lugares a los cuales dirigirse. El pelinegro fue al salón y Taehyung a la cocina notando que había desayuno para ellos aunque evidentemente no fue hecho por Jimin. Tomó la gran bandeja para llevarla al comedor, encontrándose ahí con Jungkook, notando ambos que Jimin estaba acostado en el jardín trasero tomando sol.

Esa era una imagen a la que ambos podían acostumbrarse. El castaño dejó la bandeja sobre la mesa en el exterior, siguiendo luego a Jungkook para juntos hacerle su primera maldad en aquella casa a Jimin. Lo cargaron con todo y camilla para tirar en la piscina aún con su ropa. Se carcajearon orgullosos de su travesura, corriendo hacia donde habían dejado el desayuno mientras el mayor se quejaba y salpicaba agua para mojarlos.

— Buenos días. — Musitó Jimin abrazando a cada uno para mojarlos a posta, dándoles un pequeño beso. — ¿Cómo durmieron?

— Como en casa. — Sonrió Jungkook estirando sus labios para besarlo nuevamente, Taehyung palmeó su regazo y Jimin se sentó en este mientras tomaba alguna de las uvas en la mesa.

— Tuve que mandar a pedir todo porque olvidamos el pequeño detalle de que en esta casa no había absolutamente nada de comer. Ayer nos saltamos las comidas y supuse que todos nos levantaríamos con hambre.

— Supusiste bien. — Espetó Jungkook levantando su dedo pulgar para dejarle saber su buena decisión. — ¿Tú ya comiste algo?

— Sí, no podía esperar a que se levantara.Ya que lo hicieron, yo iré a prepararme porque tengo que ir a la empresa para arreglar varios asuntos antes de viajar. Taemin ya tiene la co-propiedad de la casa y demás, mandará todo con Seokjin así que tú podrás hacerlo todo y trabajar desde casa, Kookie.

El menor asintió de acuerdo, mirando esporádicamente a los alrededores y a sus novios sin poder creer que realmente estuviesen ahí viviendo juntos, comenzando una nueva vida.

— ¿Qué piensas hacer con tantos dormitorios? — Indagó Taehyung un poco intrigado, había estado pensando en eso desde hacía dos días cuando visitó ese lugar por primera vez. — Nosotros somos tres pero dormiremos en el mismo cuarto. Sobran cuatro.

— Pensé que podrían ser usado por sus padres o mi hermano cuando vengan de visita y se queden o nuestras amistades, como habitaciones para invitados. — Taehyung prestó atención a como Jimin siempre dejaba a su padre aún vivo fuera de la ecuación. — Dejaría dos para eso, las otras dos podríamos hacerlos un cuatro de vestir para los tres, yo solamente me llevaría uno. — Se rió solo hasta que los otros dos se unieron. — No sé, podremos mirar eso más adelante. Tae podría tomar uno de los estudios para hacer su oficina ya que él trabaja desde casa, Kookie y yo tomaríamos otro. No lo sé, tenemos muchas opciones.

— Ya pensaremos en ellas más adelante. — Concordó Jungkook mirando su teléfono. — Tendremos que hacer el cambio de dirección a todo, eso es agotador.

— Eres director de SIA, yo soy el CEO de esa compañía, tenemos personal apto y disponible para que se hagan cargo de todos esos trámites con un poder nuestro. No hay necesidad de que se rompan la cabeza con eso.

— A veces olvido que nuestro novio es un cheabol de tercera generación. — Bromeó Taehyun besando su espalda. — Dijiste que tu padre vendrá a Corea personalmente para encarar sus negocios aquí y que tu hermano tomará el control de otra de las empresas.

— Sí pero el señor Park puede quedarse en un hotel y Sungwoon seguramente se quedará en otro lugar si debe quedarse a vivir. Lo más probable es que quiera quedarse con el penthouse, solía gustarle bastante, no lo sé. Igual ustedes no deben preocuparse por eso.

El tono de voz de Jimin había dejado su dulzura, se tornó más serio y calmado mientras tomaba otras uvas para llevárselas a la boca, intentando zanjar el tema. Ellos sabía que la relación entre Jimin y su padre nunca fue la más fraternal pero cuando veía reacciones así, no podían evitar preocuparse.

— ¿Tú padre sabes que estás en una relación? — Indagó Jungkook.

— Mi padre no tiene por qué estar enterado de mi vida privada, además, a decir verdad no es algo que pueda andar pregonando cuando sus padres tampoco saben nada. Bueno, mejor dicho, no saben que están conmigo. Esto es algo que se conoce solo entre nosotros tres, así que a mi padre tampoco le incumbe. Me importa muy poco si viene a Corea y desaprueba mis acciones, ya no puede mandarme a un psicólogo o hacer su voluntad conmigo. Así que no se preocupen. — Se levantó del regazo de Taehyung sin permitirles decir más y se retiró.

Para cuando ellos terminaron de desayunar, Jimin ya se había ido a la empresa. Tiempo después llegó Seokjin y entre una cosa y otra, volvió a llegar la noche.

— Señor Park, ya es tarde. — Murmuró Taemin entrando a la oficina, notando que Jimin aún estaba ahí con sus ojos cerrados recostado a la silla de su escritorio. — ¿no debería ir ya a casa? Creo que podríamos continuar mañana con la revisión de las nuevas estrategias de marketing para SIA en la primera colaboración estricta con Syunday desde que se volvió subsidiaria de la misma hace casi veinte años.

Era gracioso que Syunday, el grupo del que su padre era presidente hubiera adquirido SIA cuando él aún tenía tres años, veintiocho años atrás, la empresa que una vez le perteneció a su abuelo materno. Ese fue el motivo principal de su boda con su madre, simplemente una vía para poder apropiarse de una compañía que él mismo llevó a la bancarrota.

Algo aún más divertido, fue como después de esto simplemente dejó a su madre sin nada tras la muerte de su abuelo y se volvió a casar con la que había sido su amante por años, ls madre de Sungwoon. No simplemente los dejó sin nada sin preocuparse de qué vivirían ellos, desapareció olvidándose de su hijo hasta que decidió que era momento de recuperarlo, llevándoselo cuando él, era lo único que le quedaba a su madre. Ni siquiera estuvo a su lado el día en que ella murió por su culpa y eso jamás se lo perdonaría.

Quizás por eso fue que le cedió el control de esa empresa en específico y no otras. Si era culpa, remordimientos o negocios que era lo más probable, no lo sabía. No lo quiso en un comienzo pero, el saber que Jungkook trabajaba ahí, en la empresa que de igual forma le hubiera pertenecido por derecho, le hizo cambiar de opinión. Eso bastó para hacerlo regresar a Corea y tomar el control de esta.

No obstante, solamente pensar en su padre lo ponía de mal humor, sacaba lo peor de él y por ello sin querer es mañana terminó dejando que su mención le afectara al punto de hacerles ese desplante a su trireja. La culpa lo había cazado todo el día y realmente temía llegar a la casa. Su primer día de convivencia y ya él se portaba como un idiota que huyó a la primera conversación que no fue de su agrado.

— Sí, dejémoslo para mañana, Lee. — Taemin permaneció mirándolo con una sonrisa tímida. — ¿Por qué sigues mirándome?

— Creo que desea irse a casa pero algo lo retiene, algo que no es la empresa.

— No te equivocas. — Susurró abriendo finalmente sus ojos. — Tú también puedes retirarte ya por hoy, lamento dejarte en la oficina hasta tan tarde.

— Forma parte de mi trabajo, sé que por mi posición, mis horarios pueden ser un poco difíciles, señor. — Jimin sonrió observándolo. — ¿Quiere preguntarme algo?

— ¿Conoce alguna manera efectiva de pedir perdón?

— Pidiendo perdón con sinceridad y no volviendo a repetir el mismo error una vez disculpado por ello. — Sonrió y Jimin asintió satisfecho.

— Siempre he opinado igual. — Admitió corriendo la silla hasta el escritorio para recoger las cosas en su mesa y levantarse. — Yo marcharé ahora, por favor, cierra la oficina y vete a casa.

— Sí, señor.

Jimin condujo preocupado, quizás estaba exagerando pero no le gustaba la forma en la que se fue de la casa esa mañana, la primera mañana en la que finalmente los tres vivían juntos en su hogar. Estacionó en una de las tres plazas disponibles que quedaban, viendo el auto de sus novios estacionado, indicándole que estaban en casa. Cerró los ojos buscando normalizar su respiración y descendió.

Cuando entró, todo estaba a media luz desde el recibidor hasta el comedor donde velas artificiales, flores y un emplatado de bienvenida profesional que adornaban la mesa. No pudo contener la sonrisa que se dibujó en su rostro al ver los tres puestos. Unos brazos lo rodearon y no necesitaba voltearse para saber que se trataba de Jungkook.

— Bienvenido a casa en tu primer día de trabajo desde que nos mudamos aquí. — Sonrió llevando una mano a su cabello para acercarlo y besar sus labios.

— Así es... — La voz de Taehyung se escuchaba cada vez más cerca. — Bienvenido a casa, bebé. — Con una sonrisa, se acercó a ellos, dándole un lánguido beso a Jimin.

— ¿N-No están molestos conmigo? — Los dos se miraron como si no comprendieran su pregunta.— Por lo de esta mañana, la forma en la que me levanté de la mesa y les respondí, la manera en la que me fui sin siquiera avisarles o despedirme. Pensé que estarían molestos conmigo.

— Realmente no fuiste grosero, comprendimos que habíamos tocado un tema con el que no te sentías cómodo y dimos tu espacio. Aunque debemos hablar las cosas, es normal y hay temas que no son demasiado fáciles de tocar. Te comprendemos, no siempre será una perfecta armonía, nosotros también hemos tenido esos momentos. — Comentó el pelinegro con una sonrisa. — Ya no pienses más en eso.

— La comida ya está lista y esperando por nosotros así que vayamos a comer. — Mencionó el castaño sosteniendo su cintura, ayudándolo a quitarse su saco y corbata mientras el menor de todos tomaba su portafolio y lo llevaban lejos del comedor. — ¡Buen provecho mis amores!

— Buen provecho. — Agregó Jungkook emocionado por su primera comida en casa con la mirada de Jimin fija en ellos. — ¿Qué pasa, amor?

— Nada, es solo que... Estoy feliz de tenerlos y todo esto me parece un sueño. — Mencionó algo tocado por todo lo que ellos habían preparado, el momento y esas emociones que ya tenía a flor de piel. — Los amo.

💜💜💜
¡Hola por aquí!👋🏾
LORED

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