Capítulo 38

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En el pasado, él había preparado y estado tanto con Taehyung como con Jimin. Fueron sus novios en diferentes períodos de tiempo y era lo más normal. Estuvo presente una vez en la misma cama que ellos aunque su única interacción fue con quiene era su pareja en aquel entonces, el castaño. Luego, se mantuvo por varios meses admirando como ellos interactuaban, como un aprendiz en las sombras que ahora debía poner en práctica todos sus conocimientos. Sentía que era hora de superar sus propios límites, batir sus propios récords aunque no sabía si lo lograra en el primer intento. Las manos, sus bocas no tenían comparación con esas dos entradas que ahora admiraba.

Algo estaba comenzando a crecer en su estómago con solo admirar las dos entradas en las que sus dedos se estaban perdiendo. Sus colores y texturas eran tan diferentes y similares como esos hombres que dulcemente se besaban. Esos que sutilmente masturbaban las erecciones contrarias mientras él intentaba conseguir un ritmo parejo para ambos.

No estaba acostumbrado a utilizar su mano izquierda para esos menesteres. Conocía el interior de Taehyung a la perfección, incluso la última vez que estuvo con él fue mucho más reciente que con Jimin pero aún así, no lograba dar con el punto que quería y eso lo frustraba, al punto de perder la coordinación y dirección de su diestra. Sin embargo, una contracción lo hizo sentir victorioso, sus dedos curvados habían encontrado el lugar especial de Taehyung y ahora, solo quedaba concentrarse en Jimin, ya no lo iba a perder más.

Extraña la sensación de querer ser en esos momentos uno de esos monstruos que veía en los animes y tener dos miembros en vez de uno para poder perderse en los dos a la vez. Estaba muriendo del deseo aún cuando solo los preparaba, él estaba chorreante y listo. La imaginación de los hombres era genial, eran muy visuales y él tenía la vista más maravillosa de todas y no hablaba del exterior de aquella villa.

Estaba ido, perdido en sus gemidos e imágenes pero algo lo hizo tranquilizar un poco. El dedo en la mano de Taehyung que aún llevaba su anillo de compromiso. En la de Jimin no había nada y eso lo hizo sentir mal, molesto consigo mismo. Ya no podía casarse pero de igual forma, el papel era lo que menos importaban, esas alianzas tenían un valor mucho más profundo y ya era momento de que algunas cosas cambiaran.

— Kook... — Al unísono, los dos gimieron su nombre, regresándolo a la realidad. Sus tres dedos se movían con soltura en cada interior ayudados por la abundancia de lubricante, tocando simultáneamente sus próstatas aunque por segundos casi las abandonaba. — Quiero...

Los dos volvieron a hablar a la vez y no pudieron evitar reírse, besándose con diversión y deseo, acrecentando la velocidad de sus manos. Ellos reían pero Jungkook, él estaba completamente perdido. Los dos habían pedido que diera el siguiente paso pero, cuál sería la elección correcta. Justamente esas eran el tipo de situaciones que quería evitar.

¿Se perdía primero en quien llegó a ser su prometido o en el rubio que lo sería pronto? Taehyung lo miró de soslayo, intercambiando luego una mirada con Jimin. Se alejó de la mano de Jungkook para pegarse al respaldo de la cama mientras continuaba jugando con su erección, dedicándoles una sonrisa coqueta.

— Jimin te ha extrañado mucho, yo puedo esperar un poco más. — El pelinegro se acercó para besarlo con vehemencia, sacando su mano de Jimin para sustituirla por una erección que se alineaba casi temblorosa.

Fue entonces que los parecieron volver a reaccionar y darse cuenta de lo que estaba a punto de suceder. Toda la barriga de Jungkook parecía entrar en colapso pero se mantuvo firme, deteniéndose cuando rozaba su entrada, como si fuera una brocha que deba pequeñas pinceladas.

— S-Sé que ya lo hablamos p-pero, ¿están seguros de esto? — Preguntó nervioso, volviendo a sentir por alguna razón algo de miedo que se desvaneció en cuando ambos le dieron como respuesta una sonrisa y lo atrajeron a un beso de tres. — Bien... — Musitó aún sobre sus labios antes de hacer contacto visual con Jimin. — Te extrañé. — Susurró una vez más antes de darle un beso. — Voy a entrar ahora, ¿estás bien con eso?

— Solo no dejes de mirarme, Kookie. — Asintió aferrándose a su cuello.

— No lo haré, mi amor. — Lo besó uniendo sus frente, mirando sus ojos, rozando de vez en vez sus labios mientras presionaba su entrada. — Maldición. — Negó y Jimin no supo entender qué ocurría hasta que sin dejar de mirarlo el menor aferró las manos en su cuerpo y tiró con fuerza haciéndolo entrar de una sola estocada.

Se quedaron completamente sin aire, mirándose con sus ceños fruncidos, sus bocas entre abiertas y jadeantes aún cuando todo movimiento había cesado. La boca de Jungkook dibujó una sonrisa ladeada justo antes de acercarse a besarlo lánguidamente.

— Creo que nos seguimos acoplando muy bien.— Musitó en su oído. — Relájate, no me aprietes tanto. ¿Te duele mucho? ¿Jimin?

El nombrado negó súbitamente, le dolía normal cuando después de un tiempo tenía a alguien en su interior pero estaba abrumado por todas sus emociones golpeándolo a la vez. No era solo el estar teniendo relaciones con Jungkook o sentirlo llenando su interior, no era el momento y lugar mágico lo que le hacía derramar lágrimas sino el sentirse una vez más parte de él, de ellos. No todo se reducía al sexo, lo sabía pero ese temor de nunca lograr ensamblar con ellos o el no ser suficiente porque no lo deseaba de esa manera poniendo en riesgo la hermosa relación construida, le preocupaba.

Claro que siempre existirían muchas variables, una pareja podía discutir y pelearse por cosas ajenas al coito pero este influía mucho. Sinceramente era como un peso más que bajaba de sus hombros. Era volver a ver esa mirada de deseo que solo vivía en su memoria y que iba dirigida a él. Jungkook lo abrazó, moviéndose muy lentamente para no perder su erección pero sin agitarlo o importunarlo. De hecho, iba a retirarse pero las piernas de Jimin no se lo permitieron y por eso permaneció así.

— Vida, no llores. — Serpenteando con su nariz por su pecho y cuello el pelinegro llegó a su rostro, a sus labios. — ¿Recuerdas que ahora somos un nosotros? Los dos te amamos, los tres estamos juntos.

Taehyung se acercó a ellos, él ya no tenía erección alguna pero no estaba desanimado, todo lo contrario. Siempre supo que faltaba un engranaje a su gran maquinaria de amor y relación. Que ellos dos estuvieran finalmente complementándose en el único punto faltante era bueno para todos e incluso para él porque también había estado extrañando demasiado a Jungkook aunque se hubiera mantenido activo con Jimin.

Él los quería a los dos y fue así desde el comienzo, sería así hasta el final. Para él, era difícil hacerse a la vida sin Jungkook o Jimin porque sus planes eran todos con ellos. Eran tan increíbles y hermosos sus hombres, lo amaba más allá de la comprensión de cualquiera, incluso de la suya. Todo lo que sintió faltar en su vida aún cuando fue inmensamente feliz con Jungkook, — dejando de lado sus problemas, claro estaba — llegó en el momento que Jimin reapareció en sus vidas.

Agradaba sentir sus brazos rodearlos, mimar com besos a Jimin mientras Jungkook volvía a reanudar lentamente sus movimientos. Había pasado demasiado tiempo sin que él se perdiera en algún cuerpo, sin sentir esa humedad que su propio pre-semen y los lubricantes brindaban, sin el apretado al que sometían a su pene, sin sentirse uno con los hombres que amaba. No recordaba la última vez que estuvo con Jimin, esas memorias estaban un poco difusas pero su piel asombrosamente tenía una retentiva apabullante.

No le gustaba comparar pero en ese momento era imposible no hacerlo, con razón encajaban los tres tan bien porque uno brindaba lo que el otro por alguna razón no ofrecía, al menos no regularmente. Eso fue algo que Taehyung al comienzo le explicó y él no comprendió hasta no comenzar a experimentarlo por él mismo.

La imagen de Jimin era sensual pero tierna, sus caricias eran comedidas, entregadas y acataban las tácitas órdenes que las suyas le brindaban. No había que confundir, Jimin tenía un lado más salvaje y desobediente, uno que cuando salía tomaba de sorpresa a todos pero, le era más fácil adaptarse y seguir con la corriente. En cambio Taehyung, era rebelde, en todo momento marcaba una lucha por el control que también era excitante, a veces era brusco, rudo, dominante aún cuando lo tenía en lo más profundo de él.

Sonrió feliz en medio de la bruma placentera, los miró a los dos, atrajo a Taehyung a un beso profundo y un poco torpe lo empujó una vez más contra el respaldo de la cama.

— Abre tus piernas, amor. — Ordenó y los otros dos comprendieron lo que quería.

No necesitaban palabras para comunicarse porque conocían perfectamente los gustos del otro, sus antojos y muchos de sus fetiches. Por eso el castaño tomó por varios minuto el papel de voyeur que el menor estuvo ejerciendo por varios meses, estimulando su creciente erección mientras veía cada músculo de Jungkook tensarse al tirar del cuerpo del mayor de los tres.

Sus labios se adueñaron de los de Jimin, succionándolos y mordiendo obscenamente. Los recorrió con su lengua para abrirse camino hacia su cuello, dejando mordidas en sus mandíbulas, hombros, chupando sus clavículas para continuar descendiendo hasta sus pezones. El ritmo de sus caderas aceleraba, tan receptivo al placer como el rubio que se aferraba a su propia cabello arqueando su espalda.

— Mierda... — Murmuró Jimin intentando descender su mano para tocarse siendo detenido en el intento. — He añorado y extrañado tanto esto, Kook.

Sus caricias eran conocidas, fueron las que lo formaron, las que le hicieron descubrir el placer aún cuando ambos estaban perdidos en lo que hacían. Eran certeras, correctas, posesivas, dominantes. Su mirada lo desnudaba internamente, sus besos lo sofocaban y su cuerpo lo embelesaba. Tragó en seco y juraba haber escuchado el sonido de su garganta en un hombre hambriento al que le acababan de servir un festín cuando sus pupilas siguieron las gotas del sudor que corrían por su pecho hasta llegar a ese abdomen demoledor que se contraía con cada embestida.

Podía escuchar los bajos gemidos de Taehyung, la presión de los dedos de Jungkook en su cadera con aquel cabello negro desordenado y húmedo que comenzaba a caer en su cara mientras su lengua quedaba afuera aprisionada por su labios. Jungkook era fuego, uno que lo quemaba.

— Dónde era que te gustaba... — Aquello parecía pero no era una pregunta, levantando los centímetros exactos las caderas de Jimin, salió completamente y entró de una sola vez inclinándose levemente hacia la derecha donde sabía que el punto de Jimin estaba. Lo escuchó gritar, vio su labio inferior temblar y eso lo hizo sonreír. — Aquí, justo ahí.

— ¡Sí! Oh cielos, justo ahí... — Taehyung lo miró un poco sorprendido porque notó que ese movimiento no fue hecho a ciegas, es como si el pelinegro hubiese recordado con exactitud el escondite del tesoro sin necesidad de mapa. A él se le daba muy bien pero la forma en que lo vio salir e ir directamente a ahí lo dejó perplejo, fue excitante y por ello su mano comenzaba moverse con un poco más de velocidad. — Déja- déjame tocarme.

Lo necesitaba, estaba a punto de correrse pero Jungkook se lo estaba negando. Lo abandonó completamente cuando el remolino en su vientre comenzó a formarse. Como si fuera una pluma, fue volteado y su trasero azotado con fuerza.

Es que si había algo que Jungkook había extrañado en demasía y ese era el trasero de Jimin rebotando sobre su miembro. Redondo, firme, suyo... Gruñó con ese orgasmo visual provocado al ver aquel lugar levemente enrojecido y palpitante junto al cachete derecho levemente enrojecido por su palmada. No fue dura pero la piel del mayor era bastante sensible y las marcas podían quedar en evidencia con facilidad. La silueta era perfecta, como la más hermosa y pulida guitarra.

No le era posible entrar, no sin antes volverlo a saborear, necesitaba recordar ese paladar perdido. Amasó sus glúteos, los acarició, los arrugó e incluso los volvió a palmear antes de abrirlos para barrer todo con la mirada. Sus hombres eran perfección pura, su Chim era perfección. Era precioso los contrastes rojos con el tono original de su piel, su anillo de carne, su perineo, sus testículos de corto escroto que los hacían lucir bien redondeaos y su miembro. Todo contrastaba, todo creaba una perfecta sinfonía.

Elevó su mirada, notando los ojazos del castaño que lo hicieron sonreír. Se elevó un poco para tirar de los cabellos rubios, besar su cuello y dirigirlo hacia la entrepierna abandonada, besando a Taehyung con vehemencia, enroscando sus lenguas dominantes hasta chasquear sus labios, luego mordió y besó con sutileza la nuca de Jimin, descendiendo por el centro de su espalda sin detenerse hasta que llegó al pliegue de su trasero. Fue ahí que sus labios se recogieron y solo su lengua se desplazó hasta esa rosácea zona para lamerla con suavidad.

— Oh, eso le gusta... — Musitó Taehyung acariciando el rostro y la espalda del rubio que le ofrecía una deliciosa mamada. — Acaba de gemir sobre mi erección haciéndola vibrar, así que vuelve a hacerle lo que sea que hayas hecho.

— ¿Así? — Jungkook introdujo su lengua y Jimin no pudo evitar alejarse del miembro de Taehyung que le impedía gemir libremente.

— ¿A dónde crees que vas? — Preguntó Taehyung en un tono firme que Jimin no esperó mientras le regresaba su cabeza a la actividad que había estado ejecutando.

Su mirada buscó a un pelinegro que sonreía aún cuando no lo podía ver del todo pero lo sabía, notaba su nariz arrugada y sus ojos achicarse. Lo escuchó succionar con fuerza, apretando el trasero de Jimin, cerrando sus ojos al sentir el gimoteo del mayor en su miembro.

— Muérdelo, sabes que le gusta, muérdelo bien fuerte mientras masturbas su pene y pierdes dos dedos en su interior. — Orquestó Taehyung el momento porque el morbo de verlos juntos, cumpliéndoos sus órdenes era muy excitante, mucho más si el propio Jungkook era quien las cumplía sin rechistar. — Chupa. — Le ordenó esta vez a Jimin aferrándose a su cabello. — Maldición.

Jimin brincaba levemente en la cama, sus caderas se agitaban queriendo más, deshaciéndose, sintiéndose venir una vez más porque le estaba gustando demasiado ese juego de los tres. No obstante, su orgasmo fue retrasado, Jungkook se apartó completamente, solo acariciaba sus nalgas contemplando cómo lucía todo ahora que estaba cubierto por su saliva. Brillante como una esplendorosa estrella.

— Oh mi amor, voy a entrar otra vez. — Le avisó ya cuando se había alineado, entrando en su totalidad con sus párpados abajo, estremeciéndose a la par de Jimin. Sus manos presionaron su espalda contra la cama, arqueándolo, levantando más su trasero mientras veía como Taehyung elevaba una de sus piernas.

Eso le resultó raro, era primera vez que veía a Jimin perdiendo sus dedos en Taehyung, hasta la fecha, solo los de él habían entrado, solo él se había perdido en Taehyung y fue hasta cierto punto chocante. Oh, pero que poco duró su shock, una vez que los gemidos del castaño comenzaron a llenar la habitación junto a los de Jimin y los suyos propios, la leve incomodidad que sintió se disipó como llegó. Lo comenzó a disfrutar. De hecho, toda esa situación despertó una parte de él que quedó durante mucho tiempo dormida, una bestia calma que recordó su esencia.

— ¡Oh, mierda! — Exclamó Jimin cuando sin aviso una pierna fue levantada aún esa posición. Jungkook la sostenía contra el costado de su torso mientras lo penetraba con fiereza, una que nada tenía que ver con esas caricias suaves que de vez en cuando le daba a su espalda. — Así vas muy profundo, Kook, d-duele.

— ¿Estás seguro que duele? — Preguntó viendo sus reacciones, no quería lastimarlo pero era imposible que a esas alturas fuera que comenzara a dolerle, no tenía sentido.

— N-No sé, solo siento que... — Jimin se aferró a la cama, su cuerpo se volvió trémulo y ahí fue que Jungkook que simplemente estaba sobre estimulado y a punto de correrse pero todavía.

Sin abandonar su interior volvió a voltearlo, dejando por segundos que su espalda descansara en la cama mientras que le hacía una seña a Taehyung para que se acercara. Lo besó suavemente y lo miró fijamente.

— ¿Quieres que entre en ti ahora y tú en Jimin o deseas que sea él quien entre en ti? ¿Qué opinas tú Jimin? — El rubio cubría su cara, su cuerpo temblaba pero Jungkook no se detuvo un solo segundo.

— M-Me da igual. — Fue lo único que respondió, retorciéndose por las manos de Taehyung que vagaba por su cuerpo.

— ¿Qué es lo que quieres tú, Kook? — Preguntó acariciando su rostro, sabiendo la respuesta aún cuando este no se la decía.

— N-No quiero salir de aquí. — Confesó y Taehyung sonrió cruzando una pierna por encima del cuerpo de Jimin, elevando sus piernas hasta dejar las rodillas a su alcance.

— Entonces no salgas y disfrutemos juntos a nuestro bebé, ¿verdad, amor? — Besó Las rodillas de Jimin escuchando la respuesta afirmativa, subiendo un poco su cuerpo para acomodarse arriba de su erección. — Ah, hace tanto tiempo no sentía nada aquí. — Gemía mientras poco a poco descendía, de frente a Jungkook, mirándolo aún cuando este estaba idiotizado con la imagen ante sus ojos. — Ven aquí. — El castaño tiró de su melena negra y lo besó con dominancia, comenzando también a mover sus caderas. — Baja el ritmo hasta alcanzarme, luego ambos aceleremos.

— T-Tae no... — Jadeó Jimin mordiendo sus labios. — No creo poder aguantar esto, todavía... Ah... — Una fuerte embestida lo hizo callar y gemir alto. Taehyung subía y bajaba sobre su miembro mientras le acariciaba sus testículos y Jungkook lo penetraba incesante.

Así, los tres unidos en un triángulo de placer, todos comenzaron a perder los estribos debido a sus movimientos, el aire que chocaba contra sus pieles sudadas, sus gemidos, el sonido de sus pieles colisionando, los chasquidos de las bocas que se besaban.

— P-Paren, por favor. — Gimió Jimin incorporándose con dificultad, tratando de alejarse porque lo que estaba sintiendo no lo podía controlar, su primer impulso era alejar. — Oh mierda, deténganse, paren...

— Oh no, bebé, no vamos a parar. — Taehyung miró hacia atrás para encontrarse con su mirada, volteándose a pesar de la momentánea incomodidad para verlo. Haciéndole caer en la cama entrelazando sus lenguas. Esa nueva vista enloqueció un poco más a Jungkook, aferrándose a ambas caderas, viendo como el pene de Jimin entraba y salía del castaño. — Estoy amando tu penen tanto como tu trasero. — Susurró sobre los labios de un Jimin que comenzaba a sollozar.

— Me voy a venir.

— Córrete. — Ordenó Jungkook afincando más los dedos en sus caderas, golpeando su próstata con más intensidad. — Córrete para nosotros, mi amor, quiero verte venir y llenarlo de ti.

— ¡Oh Dios! — Jimin jadeó ante sus palabras, indicándole con sus manos a Taehyung que se moviera más rápido, tirando de su cabello para pegarlo a su boca sin besarlo, dejando que fueras sus respiraciones las que se mezclaran mientras él gemía sin contención acercándose a la cúspide de su placer. — Mierda, muévete, Tae, mué- ¡Ah! A-Ay...

Sus palabras se perdieron, Jungkook y Taehyung se habían vuelto uno en sus movimientos, perfectamente coordinados. Su cuerpo se movía en la cama frenéticamente y de sus ojos lágrimas de placer comenzaban a descender. Era demasiado para él, demasiadas emociones y sensaciones en un día. Era la primera vez que lograba estar de esa forma con los hombres que amaba y primera vez que él se sometía a una estimulación debe de ese tipo. Jungkook llenando du interior hasta lo más profundo, Taehyung apretándolo hasta extraer todo de él.

Los otros dos de deleitaron escuchándolo llegar a ese avasallador orgasmo al que Taehyung se unió varios minutos después, agradeciendo en silencio que la erección de Jimin no bajara tan pronto gracias a la contención a la que lo habían sometido. Sin embargo, su miembro estaba más que sensible y, mientras Jungkook se acercaba al suyo, Jimin comenzó a llorar como un niño, sacando a Taehyung de su miembro.

— Sal, Salgan, por favor, paren ya. — Taehyung salió preocupado pero lo único que vio fue como el miembro de Jimin dejaba ver que estaba a punto de liberarse. Sonrió ladino haciéndole una seña a Jungkook para que se contuviera solo unos segundos más, llevando su mano hasta el pene del mayor para masturbarlo con fuerza. — ¡N-No!

Todo el cuerpo de Jimin se retorció al venirse nuevamente pero no solo eso, seguido de esto otro chorro lo acompañó ensuciando toda la sábana. Era su primera vez experimentando un squirt y pese a lo placentero, a lo enloquecedor que se momento fue, su vergüenza se disparó.

— Agh, eso es jodidamente sexy.— Jadeó Jungkook dando sus últimos envites, gruñendo al llegar a su propio orgasmo mientras besaba a Taehyung. Se aferró al cuerpo de Jimin, sonriendo al ver sus mejillas húmedas por el llanto. — Mi amor, mírame... — Jimin quitó el brazo que cubría su rostro y lo observó, sorprendiéndose por el beso repentino del menor. — Eso es lo más sexy que he visto. — Buscó una ves más sus labios y sonrió sobre estos. — ¿Te sientes mal?

— N-No pero es vergonzoso. — Rebatió aceptando su beso. — ¿Te sentiste bien?

— Me sentí genial, tanto que aún no quiero salir de ti a pesar de que mi miembro se está poniendo suave. — Sonrió succionando con suavidad su labio inferior. — Te amo.

Las mejillas de Jimin se sonrojaron mientras sonreía, tirando de Taehyung para un beso de tres. — Yo también los amo ya lo saben. — Taehyung sonrió, viendo el estado de la cama.

— Necesito quitar todas estas sábanas, a ver, muévanse.

— Yo llevaré a Jimin al baño para ayudarlo a limpiar. — Comentó Jungkook tomándolo entre sus brazos dado a que sabía que quizás aún estaba en trance y algo débil sin darle tiempo para rebatir aunque sinceramente no era algo que quería hacer. — Ven cuando termines.

— Ya los alcanzo.

💜😏💜
Tres días seguidos y así pienso seguir porque esta historia casi termina.🙈
¿Qué les pareció el capítulo de hoy? No se escondan y déjenme saber. 😏😈😂
LORED

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