Capítulo 39

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— Ya no quiero caminar más. — Se quejó Taehyung deteniéndose para beber lo que quedaba en su botella de agua y apoyarse en sus rodillas. Comprendía si Jungkook y Jimin se ejercitaban bastante, él también iba al gimnasio para la resistencia simplemente nunca fue su fuerte. — Descansemos un poco, ¿sí?

— Solo nos quedan diez minutos y llegaremos a la villa, Tae, — Habló Jungkook poniendo la mano en su cintura, acomodándose su sombrero para que no le dieran directamente los rayos del sol y poder mirarlo. — Vamos solo un poco más, descansaremos todo lo que resta de tarde y noche en la comodidad de nuestro hospedaje.

— Son solo diez minutos. ¿No puedes descansar diez minutos? Me duelen las malditas piernas. Justo por esto no hago muchas actividades físicas contigo porque te olvidas que no siempre puedo seguirte el ritmo.

— ¿De verdad, Tae?

— A ver, a ver. Descansemos cinco minutos, apreciemos la vista y tomémonos algunas fotos, unos minutos no nos afectarán, ¿cierto? — Jimin intervino como de costumbre, acercándose a Jungkook para acariciar su cintura y darle un muy leve beso en sus labios debido al sudor. — Yo también quiero descansar.

Jungkook enarcó una ceja mirando como se sentaba en la arena junto a Taehyung y este último le sacaba le lengua.

Ese era ya su cuarto día en Tailandia, cada día habían hecho una actividad diferente. Desde el amanecer prácticamente hasta que el sol caía estuvieron esos días realizando varias actividades. Fueron a algunas playas, salieron a bucear, visitaron algunas cuevas, escalaron y disfrutaron la gastronomía tailandesa. Esa mañana, decidieron que mejor no abandonarían la pequeña isla privada en donde se hospedaban y en cambio la recorrerían a pie. Todo en un comienzo pareció maravilloso para todos pero ahora, Taehyung sentía que sus piernas no daban más.

— ¿Han pensado en lo que les platiqué ayer? — Preguntó Jimin observando el mar a varios metros de ellos. Los contrarios se miraron algo confundidos ya que ninguno recordaba con exactitud por lo que Jimin rodó sus ojos. — Sobre lo que me gustaría probar e intentar con ustedes.

— Espera, ¿estabas hablando en serio? — Jungkook estaba algo sorprendido, la noche anterior se rieron de esto, quizás las bebidas alcohólicas tradicionales de la región los pusieron un poco atrevidos y coquetos, no tomó nada de lo que se dijo como algo certero.

— He visto, me he preparado, sé que puedo hacerlo y es algo con lo que he fantaseado desde que me di cuenta que los quería a los dos. — Comentaba peinando su cabello, escuchaba a Tae reírse y aún cuando no miraba fijamente al pelinegro, sabía que este si lo miraba a él con la boca entreabierta. — Dijimos que podíamos hablar de lo que quisiéramos.

— S-Sí. Yo lo sé y realmente no me preocuparía si no... Mi amor, nosotros dos estamos por encima de la media, a uno lo tomas bien pero a los dos es diferente. Una doble penetración mía y de Tae podría lastimarte severamente. ¿No es así, Tae? Dile algo.

— ¿Qué quieres que le diga, Kook? No seremos los primeros ni los últimos en hacerlo, si tomamos las medidas necesarias y continuamos informándonos bien, si vamos con calma, podríamos intentarlo. Yo sé que todos lo hemos pensado en algún momento, yo he leído, buscado y a ti también te vi mirando videos de ese tipo.

— P-Para saber no porque lo vayamos hacer.

— Yo también quisiera probarlo, así como deseo que algún día me dejes tomarte a ti. Hay muchas cosas que los tres deseamos experimentar porque somos jóvenes, nos amamos y porque es normal querer probar cosas diferentes. — Musitó el castaño regalándole una sonrisa.

— Recién comenzamos a tener sexo entre los tres así que todo es bastante novedoso, seguimos perfeccionándonos. — Espetó Jungkook recibiendo un abrazo de Jimin.

— No dije que tiene que ser ahora, solo pregunté si lo habían pensado seriamente porque realmente deseo probarlo así como sé que tú estás muriendo de los deseos ahora mismo de hacer el amor aquí, al aire libre en este lugar público. Siempre te gustó eso no, vivir esa adrenalina.

— Pero a ti no.

— No me gustaba, el Jimin adolescente le tenía miedo a ser descubierto, al señalamiento de las personas. Pero este... — Se inclinó para besarlo, haciendo caer completamente en la arena. — Este es muy diferente. — En la mochila que había dejado de lado encontró hurgando rápidamente el lubricante que llevaba consigo, se había movido de sitio pero no tuvo problemas para hacerse con él.

Jungkook parpadeaba confundido y Taehyung divertido, sacando su móvil y avisándoles que captaría el momento para consumo personal. Ninguno de los tres se hubiese planteado esa idea pero eso quizás agregó un poco más de morbo al momento. Jimin se desnudó en su totalidad e hizo lo mismo con el pelinegro, prohibiéndole tocarlo o tocarse mientras se preparaba.

Ese Jimin desinhibido podría tornarse la más peligrosa y deliciosas de las drogas. Ver su hermosa figura con ese paisaje detrás mientras se masturbaba para él era suficiente para quedar tan duro como una roca. Agradecía estar en una isla privada y con tan pocas personas pues, a excepción del personal del resort y sus colaboradores, nadie más andaba por ahí, mucho menos deambulando como ellos. Cuando vio al mayor ir descendiendo sobre él, sacando esa lengua lujuriosa que se lanzó a devorar, no contuvo su gemido.

Pese a haberlo estado trabajando, el lubricante se sentía frío contra su piel, sentía el leve mentol que desprendía. Habían estado teniendo sexo cada día pero aún así, por muy suelto que estuviera, el rubio seguía ajustado, sacándole el alma en cada movimiento. La arena raspaba las rodillas de Jimin, no era tan cómoda como parecía para sus planes pero pasó a colocarse en cuclillas para poder moverse mejor.

— Esto es...

— ¿Loco o fantástico?

— Jodidamente fantástico... — Habló con voz ronca y baja estirando sus brazos para abrazarlos y poder dominar su ritmo pero el mayor se lo impidió.

— Tae... Aguántalo.

— Bueno dejen disfrutar, soy camarógrafo y también me quiero tocar, no sean egoístas. — Bromeó el castaño acercándose, viéndolos sonreír. Lo primero que hizo fue colocar su teléfono sobre las mochilas para que siguiera grabando todo aunque ya no pudiera tomar tomas más cercanas y explícitas antes de ir hacia ellos para llevar las manos del menor a su cabeza y sostenerlas. — Todo tuyo.

Jimin era coqueto, sensual y perverso, estaba consciente de ello así como lo que despertaba en los demás, en sus hombres y por eso hacía buen uso de ello. No tenía que premeditarlo, todo salía naturalmente, la forma en que lo miraba provocativamente, como su lengua lamía sus labios o como mordía estos. La manera en que tiraba de su cabello, tocaba o presionaba el pecho de Jungkook, las oscilaciones de su cuerpo como si estuviera danzando sobre aquel viril miembro.

Los veía perdidos en él, en sus auto penetraciones, en su erecto miembro que con cada brinco o movimiento tocaba la piel del pelinegro o la suya, como gemía, ellos no perdían un detalle y él no quería que lo perdiera, disfrutaba esas miradas en él.

— Ah, sueltamente, Taehyung. — Exigió el pelinegro cuando los movimientos de Jimin se aceleraron después de encontrar su propio punto.

El castaño no le hizo caso pero cuando el control se perdió, él se movió de su sitio haciendo a Taehyung caer sobre la arena acostado, cargó a Jimin aún con su sorpresa e hizo que apoyara su espalda sobre el pecho de Taehyung mientras él sostenía sus piernas y comenzaba a penetrarlo a su gusto. Estuvo disfrutando de Jimin pero este lo abusaba, él placer que le daba era tortuoso y por eso, le tocaba tomar las riendas.

Jimin buscó los labios de Taehyung para besarlo pero pronto, lo único que podía hacer era gemir y masturbarse mientras Jungkook lo penetraba sin contemplaciones hasta hacerlo llegar al orgasmo, siguiéndolo poco después.

— Me están aplastando. — Se quejó Taehyung una vez que los otros quedaron respirando pesado sobre su cuerpo. — Muévanse, me cortaron toda la fiesta. — Se quejó con un puchero, escuchando a los otros dos reír. No lo dejaron tocarse correctamente, no participó y ni siquiera pudo grabar todo como quería.

— Ven acá, cosita, nosotros te ayudaremos a terminar mucho mejor que como lo hubieras hecho solo. — Habló Jimin volteándose para besarlo. — Kook, acuéstate...

El menor obedeció aún riéndose por la forma en que el castaño refunfuñaba pero poco pudo continuar haciéndolo pues el rubio hizo a Taehyung quedar en cuclillas sobre su boca, de frente a él con las manos apoyadas en los macizos muslos de Jungkook para que este se encargara de su trasero mientras que él, abriéndole un poco más las piernas, se colocó cerca de la cabeza de Jungkook arrodillado en la arena para hacerse con su erección en la boca. Entre lamidas, dedos, succiones, mordidas, besos y caricias, el castaño pronto explotó, cayendo todo sobre el rostro de Jimin.

Parecían adolescentes riéndose cuando intentaron incorporarse y se cayeron. Se habían detenido para que Taehyung descansara sus piernas pero después de esto, sus piernas quedaron dormidas. Para rematar el desastre, la arena se pegó a sus cuerpos debido al semen y el rostro de Jimin peor no podía lucir. ¿Lo bueno? Es que tenían el mar a solo unos pasos y, sin vestirse, echaron una carrera ganada por Jungkook por mucho que se unieron para dejarlo en la arena y tomar ventajas.

En los días siguientes las actividades fuera de la villa disminuyeron, necesitaban descansar un poco o al menos eso dijeron porque las actividades físicas y sexuales no disminuyeron. Eran como adolescentes hormonales, animales en celo que a cada oportunidad terminaban enganchados. En cada rincón del lugar, en la piscina aunque este sitio hiciera que todos se quejaran después. En cada espacio de los alrededores, en las sillas, mesas, en su tan cómoda cama, simplemente se volvieron insaciables.

— No me quiero ir... — Espetó Jimin apoyando su cabeza en el pecho de Taehyung mientras esperaba al hombre del long tail que los llevaría hasta el centro de la isla para comenzar su travesía hacia Bangkok y de ahí a Corea del Sur. — Nos espera mucho trabajo, no podremos estar todo el día junto y muchas veces en las noches estaremos cansados. Llegarán una vez más los viajes, son tantas cosas...

— Yo lo sé, bebé. Pero es normal que tengamos que regresar a la realidad. Si miramos del lado positivo, no importa ahora cuán cansado estemos, siempre terminaremos todos juntos en la casa, durmiendo juntos en nuestra cama especialmente grande para los tres. Podremos sentirnos en la noche, despertar juntos aunque uno lo haga más temprano que los otros. Yo seré quien más los extrañaré porque estaré todo el tiempo en la casa. — Taehyung acariciaba su cabello mientras Jungkook tomaba las últimas fotos del sitio.

— ¿Has pensado en lo que te ofrecí? Tú te graduaste también en la facultad de negocios, todos estudiamos la misma carrera. Yo sé que Jungkook no quería que tú te mataras trabajando pero si te gusta o quieres estar aunque sea un tiempo en la empresa, puedes ocupar un puesto en ella que te permita un horario flexible. Como consultor, por ejemplo. Como especialista en redes sociales dentro del departamento de marketing o incluso como nuestro modelo oficial. Algo podemos inventar.

Taehyung se carcajeó viendo a Jungkook a lo lejos, asintiendo. Muchas veces lo pensó pero no estaba seguro de poder adaptarse a esas alturas a estar en una oficina y con ese estrés con el que ellos muchos días vivía.

— Lo pensaré, lo prometo. — Besó su frente pero Jimin se alejó para que le diera un beso.

Jungkook regresó a su lado junto con el señor que los llevaría al centro de la isla donde ya los esperaban. No se detuvieron mucho, tomaron más fotos y esta vez para regresar lo hicieron en un vehículo mucho más moderno, rápido y cómodo que en el que llegaron.

— Chim, Tae y yo estuvimos hablando... — Llamó la atención del casi adormilado rubio que abrazaba a Taehyung en su asiento. El agotamiento de esos días comenzaba a salir ahora que tenían que regresar. — Sobre oficializar con nuestros más allegado nuestra relación, contarles de la trireja.

Le habían dado un poco de largas a ese asunto, de una forma u otra los tres habían contribuido a ello pero no era menos cierto que de unos meses a la fecha, Jimin ya no se sentía tan cómodo cada vez que él debía quedarse cuando invitaban a "la pareja" o cuando iba pero debía mantener cierta distancia para no evidenciarse. Era incómodo para todos pero más para él.

— ¿Lo pensaron bien? Es decir, son su padres. — Dijo algo preocupado porque, pese a querer estar junto a ellos más libremente, comprendía que era una situación complicada y no deseaba que hubieran conflictos por esto, por su causa. — No sé si ya debamos decirlo.

— Ya vivimos juntos, como bien dijimos, pronto tenemos que decirle a nuestros padres que nos mudamos. No vamos a decirles mentiras sobre el motivo que nos llevó a nosotros tres a vivir juntos ahora que somos hombres adultos que no necesitan unirse para pagar un piso. — El pelinegro tomó su mano para acariciarlo. — Si tu quieres, claro está. Si no deseas decirlo también lo aceptamos, es una decisión que nos toca tomar a los tres juntos.

—Q-Quiero, quiero oficializar nuestra relación frente a nuestros conocidos. ¿Han pensado cómo y cuándo hacerlo?

— Pensamos en algo así como la inauguración de nuestra casa, primero el viernes con nuestros amigos y el domingo con nuestros padres. — Espetó esta vez Taehyung que había estado callado. — Es una buena forma de mostrarles el lugar, una cena para amenizar el ambiente, ya sabes, algo bastante tranquilo.

— Sí, pienso que es mejor no decirles a todos juntos a la misma vez. — Estuvo de acuerdo comenzando ya a sentir esa sofocante anticipación.

— ¿Ya estás nervioso, bebé? — Rió Taehyung besando su mejilla. — No hay que estar nerviosos, los tres lo estaremos pero después de todos somos adultos, ¿no? Es duro y queremos estar bien con nuestros seres queridos pero nuestra felicidad no puede depender de ellos y de su aprobación.

— Lo sé pero...

— Estaremos bien. — Aseguró Jungkook besando su mano. — Ya lo veremos.

+++

Jungkook siempre estuvo acostumbrado a concentrarse en su trabajo, la oficina era eso, un lugar para trabajar. Sus juntas eran serias y su mente solo se centraba en el tema a discutir. Ahora, él estaba escuchando lo que el CEO le decía a los directivos de la empresa algo que él no lograba escuchar. Veía sus labios moverse, pero no escuchaba el sonido, estaba perdido en su mímica, deseando sentirlos, besarlos, morderlos. Se imaginaba quitándole ese ajustado traje, desmantelando la pulcra imagen que daba para hacerlo gemir en esa misma sala, contra la pared o alguna de esas mesas.

— Es por esto que no se puede volver a repetir el mismo error. No podemos excedernos de los presupuestos establecidos. Señor Jeon... — Jimin lo llamó desde el pequeño estrado, mirando en su dirección aún cuando el reflector estaba de frente. — Señor Jeon. — Volvió a llamarlo.

— ¿Sí? — Respondió saliendo de sus cavilaciones.

— ¿Pasa a desglosarnos el presupuesto? — Jungkook era un miembro muy activo dentro de la empresa, siempre detallando todo y listo para hablar por eso el rubio quedó algo confundido. No sabía si estaba preocupado o algo estaba sucediendo pues llevaban dos días sin verse y no habían tenido oportunidad para hablar personalmente.

Ellos regresaron un sábado de Tailandia, descansaron el domingo y el lunes a primera hora Jimin tuvo que volver a viajar a Hong Kong mientras que Jungkook tuvo que ir a Busan. Ya era miércoles, a dos días de la reunión organizada con sus amigos pero no habían podido hablar mucho. Salió del estrado cruzándose en el camino con él pero el pelinegro ni siquiera lo miró. Al terminar la reunión él tuvo que irse rápidamente y no pudo hablarle.

— Señor Jeon...— Llamó Seokjin mientras avanzaban por el pasillo hacia sus oficinas. — Me gustaría preguntarle algo pero no tiene nada que ver con el trabajo.

— Si es de Namjoon preferiría que no lo hicieras.

— Oh no, no es de Namjoon o bueno, no directamente. Hemos estado hablando y saliendo nuevamente. — Jungkook se detuvo para mirarlo un segundo antes de reanudar su camino algo confundido. — Verá, yo estaba con él cuando enviaste al grupo de ustedes una invitación para cenar el viernes. Él me dijo que le gustaría ir conmigo pero no sabía si era prudente, es por eso que me gustaría preguntarle si habría algún inconveniente en que yo lo acompañara.

De acuerdo, Jungkook no esperaba que Namjoon hubiese retomado el contacto con Seokjin, no le había dicho nada pero comprendía que era su vida privada. Esa cena era especialmente para dar a conocer que Taehyung y él también estaban en una relación con Jimin. No le importaba mucho que su asistente fuera y si estaba saliendo con Namjoon nuevamente, no le iba a decir que no fuera.

— No tengo problema alguno si él desea llevarte. Ahora retomemos nuestras obligaciones.

— Sí señor.

Cuando Jimin regresó a la oficina después de su reunión, lo primero que hizo fue ir a la oficina de Jungkook sin encontrarlo. Le escribió a Taehyung para saber si había ocurrido algo en sus días de ausencia pero este le dijo que todo estaba bien así que no entendía el por qué del comportamiento tan extraño en la junta horas atrás.

— Taemin, ¿Has visto a Jeon? — Preguntó caminando por uno de los pasillos de la empresa con su asistente, no acostumbraba a hacerlo y todos los empleados con los que se cruzaba se ponían nervioso.

— No, señor. Ya le pregunté a su asistente pero el señor Kim tampoco sabía de su paradero.

Ni siquiera el propio Taemin comprendía su comportamiento y es que Jimin andaba buscando a su novio por toda la empresa como si fuese una cuestión de vida o muerte.

— ¿Me buscaba, señor? — El rubio frenó cuando escuchó la voz del pelinegro, no vio de a dónde salió o en qué momento lo hizo solo sabía que lo tenía delante de él. — Me han dicho que me estaba buscando.

Su jefe empuñó las manos asintiendo, volteándose para dispensar a su asistente. Sus ojos se cruzaron con los del pelinegro y con un semblante tan estoico como el contrario pasó por su lado para ir hacia el elevador. El rubio estaba ahí, impecablemente vestido en su traje, observándolo con seriedad y Jeon sólo podí­a pensar en lo atractivo que era realmente y lo muy afortunado que era por tenerlo una vez más a su lado.

— ¿Vas a quedarte ahí­, Jeon? — Jimin habló de pronto, carraspeando para intentar controlar su nerviosismo ahora que su novio estaba nuevamente cerca de él.

Todo era como un salto atrás en el tiempo cuando verlo por los pasillos o en la oficina desencadenaba un sinfín de emociones, en ese tiempo en el que creyó que jamás podría estar cerca de su primer hombre, del único que había amado desde su niñez prácticamente. Cuando su corazón se desgarraba cada momento... Verlo así, tan distante lo hizo recordar todo aquello que no quería vivir nuevamente.

— No... — Contestó mirándolo extrañado mientras se acercaba al elevador mirando a sus alrededores. — ¿Sucedió algo con mi trabajo? — Indagó creyendo que Jimin tal vez estaba molesto por la forma en que perdió el norte en la junta de directivos.

Negando, el CEO sostuvo la puerta del ascensor para que Jungkook lo acompañara mientras buscaba una excusa buena para poder decir sin que evidenciara su nerviosismo. ¿Por qué debía buscar una excusa para hablar con su novio en su propia empresa? Quería reír pero ni siquiera eso lograba hacer. Odiaba que Jungkook pudiera desestabilizarlo tan fácilmente. Bueno, no lo odiaba realmente.

— Tu trabajo es tan excelente como siempre. — Le aseguró, notando las mejillas del contrario teñirse sutilmente de rosa. Oh, así­ que él también podía tener ese tipo de reacciones en la empresa cerca de él. — Sólo tengo curiosidad. — Comentó elevando sutilmente la mirada para controlar las cámaras de seguridad. No podía dar un paso en falso, no en su propia empresa después de todo, tenía una imagen que dar.

— ¿Curiosidad, señor?

— Sí, Jeon. — La respuesta de Jimin podrí­a haberse escuchado frí­a, pero la verdad es que estaba costándole muchí­simo controlarse ¿Por qué Jungkook era tan atractivo?

— No comprendo. ¿Qué clase de curiosidad podría tener usted?

— Me gustaría saber si ha sucedido algo entre nosotros que lo haya hecho distánciese de mí? — Musitó apenas audible, desviando su mirada hacia los números del elevador que estaban por llegar al de su piso, tensándose cuando sintió la mano del contrario sostener su brazo para captar su atención.

— ¿Qué? ¿De qué está hablando? — ¿Por qué Jimin podría creer que él se estaba distanciando?

— No sé, no me ha mirado directamente ni una sola vez desde esta mañana.

— Usted en verdad cree que no tiene mi atención — Susurró, riendo suavemente al ver que Jimin estaba al borde de un colapso nervioso por aquella conversación cuando ya eran incluso pareja.

Eso era hasta cierto punto tierno, nada que ver con la image que portaba siempre que estaba en la empresa. Amaba ver como con ellos se tornaba otro, únicamente con ellos.

— Ah... Ah, llegamos a mi piso. — Tosió incómodo, esperando que las puertas se abrieran de una vez. — C-Creo que...En casa, es decir... No te preocupes, olvida esto, no tenemos que...

— Señor Park, espero que no tenga alguna reunión agendada para este tarde.

Confundido, Jimin sintió la mano del pelinegro aferrándose a su muñeca en el preciso instante en que las puertas se abrieron. Su corazón latí­a con fuerza mientras era arrastrado hasta su propia oficina, sintiendo el nerviosismo ir en aumento al no comprender qué estaba sucediendo. Jungkook no dejaba ver qué era lo que pensaba, parecía molesto.

— ¡Oye!— Se liberó apenas se encontraron en su oficina, acariciando su muñeca por unos segundos sin alejar su mirada de su pareja. — Podrían vernos, no olvides que estamos en la empresa y que aquí soy tu jefe.

— Creo que estamos teniendo un malentendido bastante complejo, Señor... — Alargó esta última palabra con ironía. Su boca se abrió sin entender, tensándose al notar como aseguraba la puerta de su oficina.

— ¿Un malentendido? — Jungkook asintió regresando sobre sus pasos hasta quedar junto a él. — ¿Entonces qué te sucede?

— Mientras te escuchaba hablar con tanta seguridad y destreza frente a todos como el ejemplar CEO que eres. Con este traje gris tan ajustado a tu cuerpo y que tan bien te asiente. Verte tan cerca de mí después de casi dos días sin verte, estaba luchando con todas mis fuerzas para no obligarte a despidieras todos los directivos de la sala, desnudarte y hacerte el amor allí mismo. En otras palabras me tenías completamente excitado, por eso no te miraba directamente porque no me ayudaba ver tus ojos, tu boca, esa que fantaseaba sentir y besar.

— O-Oh... — Fue lo único que atinó a decir sorprendido, sintiendo el calor invadirlo y su corazón latir desbocado. — Bueno... Entonces quizás quieras hacer algo para convencerme de lo que me estás diciendo y que te despida justo ahora por intentar secuestrarme en mi propia oficina, Jeon JungKook.

Vio los ojos de Jungkook brillar con diversión y deseo al comprender el doble sentido en sus palabras, estirando su mano hacia la nuca de Jimin para acercarlo, chocando sus labios de una vez, sosteniéndolo con firmeza para que su jefe no pudiese alejarse. Con algo de fuerza, mordisqueaba el labio inferior del rubio, escuchando el débil quejido que murió contra su boca, aprovechando esto para que su lengua se abriera paso al interior. Podía sentir como comenzaba a corresponderle, los días de ausencia comenzaban a pasar factura cuando el CEO respondía con avidez.

Las manos de Jimin se aferraron a su camisa, empujando de su novio hasta que la espalda de este golpeó bruscamente la puerta. El pelinegro no pudo evitar reírse ante esto, gimiendo al sentir la pierna del más bajo empujar entre las suyas, logrando que el roce se volviera placentero. Oh, él sabía perfectamente como hacerlo caer a su merced.

— Señor Park... Esto podrí­a considerarse acoso laboral. — Bromeó, viendo al rubio ponerse de rodillas frente a él y alzar su mirada mientras sus dedos comenzaban a masajear su entrepierna por sobre la ropa para luego, sin aviso, liberarlo de esa tortuosa prisión llevando sus pantalones hasta sus tobillos.

La lengua de Jimin se deslizó por su labio inferior al encontrarse de frente con el miembro de Jungkook, oh, cuánto lo había extrañado. Por supuesto que no era el momento ni el lugar pero qué importaba si iba a poder sacarse esas ganas acumuladas por la ausencia de una vez. Así que sin prestarle atención a sus pensamientos, atrapó su miembro con una de sus manos para llevarlo a su boca, moviendo sus labios con movimientos suaves por toda su longitud antes de que dejase que su lengua tocara la piel cálida de su erección, saboreando cada centímetro.

El menor intentó buscar soporte cuando las succiones se volvieron mucho más bruscas, notando la forma en que las mejillas de Jimin se ahuecaban cada vez que aumentaba la intensidad. No podía hacer más que dejarse llevar, sin molestarle en absoluto el momento en que lo vio separarse de él, dejando una estela de saliva cayendo por sus comisuras antes de que comenzara a lamer con obscenidad sus dedos, humedeciéndolos por completo.

—Abre tus piernas, Jeon —Jimin ordenó, viendo a Jungkook perder su sonrisa. — Solo te estimularé un poco más, no haré eso que piensas sin tu consentimiento.

Dudoso, Jungkook separó un poco sus piernas mientras veía al contrario llevar una vez más su miembro a su boca, guiando también sus dedos todo el camino hacia su entrada. Cerró sus ojos ante la incomodidad, realmente no era fan del juego con su parte trasera pero tal cual a veces le pasaba con Taehyung, si miraba a sus novios a los ojos, no podía negarles nada por mucho que se hiciera el fuerte.

Hizo presión hasta que pudo traspasar la resistencia de sus músculos ayudado con su propia saliva. Movía a la vez su propia cabeza para profundizar las penetraciones dentro de su boca, abriendo sus dedos y curvándolos en busca de su próstata, divertido al notar la forma en que el cuerpo del menor tembló ante la estimulación directa.

Hubiese deseado poder hacer que se corriera de esa forma para que Jungkook comprendiera que ellos podían tenerlo literalmente en sus manos, pero los dedos del contrario se aferraron a su cabello, forzándolo a alejar su boca para observarlo.

—Quiero hacerte el amor. — Jungkook dijo de pronto, sin importarle que los dedos de Jimin siguieran profundamente hundidos en su interior— En verdad necesito hacerlo...

Una sonrisa curvó los labios de Jimin, retirando de manera lenta sus dedos antes de levantarse. Sus rodillas se encontraban adoloridas por el tiempo que llevaba contra el suelo, pero de todos modos valía totalmente la pena.

Jungkook siguió con su mirada a su novio, quien retrocedió hacia su escritorio antes de dejar caer la parte inferior de su vestimenta y apoyara sus brazos contra la superficie, alzando sus caderas para quedar por completo expuesto a él.

Antes de poder notarlo, el rubio sintió el agarre de los dedos contrarios en sus caderas para ubicarlo de la forma en que deseaba. No había nada de romántico en aquello esta vez cuando sintió el miembro de su pareja empujar contra su entrada, presionando hasta que pudo ir abriéndose camino en su interior. Sin embargo, le gustaba mucho el Jungkook bruto y sin control, él podía ser el más dulce y romántico cuando quería pero cuando su bestia salía, lo disfrutaba de igual manera.

Mordió su labio para contener el quejido de dolor que sus músculos siendo abiertos sin una preparación adecuada provocaron, sus labios perdiéndose entre sus dientes mientras el más alto iba penetrándolo con lentitud. El ardor impedía que pudiera concentrarse, pero de todos modos esperó hasta que el contrario detuviera sus movimientos, sintiéndolo por completo en su interior ahora.

Veía la forma en que su miembro desapareció poco a poco dentro de Jimin, gimiendo por la estrechez que estaba recibiéndolo sumado al calor que lo rodeaba. Era una sensación abrumadora, pero de todos modos se controló hasta que fue el mismo rubio quien se movió para hacerle saber que estaba listo.

Obedeciendo, volvió a separarse, hundiendo con fuerza sus dedos en la piel de su novio y, sin salir en su totalidad de su interior, volvió a embestir de una sola vez, escuchando el gemido por parte de su jefe.

Pronto el ritmo se volvió constante, disparando todas sus sensaciones conforme iban pasando los minutos. Sentía a Jimin aprisionar su pene, logrando que la fricción aumentara cada vez que volvía a penetrarlo, por lo que sus propios gemidos también aumentaban de volumen. Esperaba que no hubiese personas pasando por fuera de la oficina, que Seokjin no lo buscaba o que Taemin, el asistente del CEO tampoco fuera a buscar nada porque estaba seguro de que sus voces y el sonido de sus cuerpos chocando con violencia, era completamente audible fuera de ese lugar.

Todo su cuerpo ardía y con el tiempo que Jimin había pasado usando su boca en él, ahora lo mantenía al borde de la locura. Sus músculos se tensaban y estaba seguro de que sus manos dejarían marca, Taehyung lo mataría, mas fue imposible detenerse, dejando que cada estímulo fuese directo a su miembro, acelerando con algo de dificultad por los temblores que comenzaban a golpearlo.

—Más duro... —Jimin pidió, maldiciendo entre gemidos cuando su novio aceptó su orden y siguió golpeando en su interior, dejando que el borde del escritorio se volviera doloroso y que su propio miembro chocara contra éste, provocando un estímulo enloquecedor. — Más... Amor, más...

Ni siquiera sabía si sería posible aguantar más, pero de todos modos dejó que Jungkook siguiera con aquel ritmo frenético, estremeciéndose cuando fue imposible para él seguir soportando y el orgasmo llegó doblegándolo. Hundió su rostro entre sus antebrazos, dejando que el pelinegro que ahora acariciaba su espalda siguiera penetrándolo durante su orgasmo, potenciándolo un poco más incluso, sintiendo cómo un poco después, el menor gemía profundamente y su interior recibía la calidez de su clímax.

Su cuerpo temblaba sobre el escritorio, sintiendo la humedad comenzar a resbalar por sus muslos en el preciso instante en que Jungkook decidió quitar su miembro. Un gemido débil escapó de sus labios, moviéndose con algo de dificultad para enfrentarlo, notando que sonreía satisfecho de ver cómo su rostro estaba enrojecido y su flequillo se pegaba a causa del sudor.

Sin poder bajar de esa nube en la que solamente sus novios podían elevarlo, Jungkook volvió a besarlo de manera apasionada y exigente succionando una vez su labio para luego separarse y comenzar a vestirse como si tener su cuerpo sudado y con restos de semen, no fuese un real problema para él.

— Te extrañé. — Dijo ayudando a Jimin a vestirse. — Dios, ya no puedo estar sin ustedes dos.

— Eso me gusta. — Rió tirando de su corbata para besarlo una vez más, esta vez con suavidad. — Me gusta que me extrañen y si siempre me recibirán así, completamente perdidos, tendré que irme de viaje mínimo una vez por semana. — Dio un respingo cuando el menor golpeó su trasero, riendo sobre sus labios. —Todavía tengo algunas cosas que hacer en la oficina, terminaré tarde.

— Yo también tengo mucho trabajo que hacer así que le enviaré un mensaje a Tae para que no me espere para la comida. Dios, mira como me acabas de robar treinta minutos de mi tiempo. — Se burló inclinándose para darle un último beso. — Trata de apurarte un poco para ver si no llegamos tan tarde a casa hoy.

Jimin asintió tirándole un beso que sonrojó al pelinegro, viéndolo salir apresuradamente por la puerta. Sabía que el menor le avisaría a Taehyung pero aún así él también le mandó un mensaje, avisándole que no llegaría a comer.

💜💜💜
Tres días seguido y hoy con doble actualización. No se me pueden quejar.🙈🙊
Espero que les haya gustado el capítulo, nos vemos en el próximo.

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