•El Primer Día•

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—Zzzzzzzz.

Samon estaba parado de brazos cruzados junto a Jyugo, quien dormía profundamente abrazada a Kuu. Llevaba rato tratando de despertarla pero la chica parecía un oso hibernando, al final suspiró y decidió usar su último recurso.

¡SPLASH!

— ¡UAGH! ¿¡ESTAS LOCO O QUÉ!? —le gritó Jyugo, empapada por el balde de agua fría que le había tirado Samon.

—No es culpa mía que no despertaras de ninguna otra forma. Ve a arreglarte, hoy empiezas el entrenamiento, ¿recuerdas?

—Y probablemente también pesque un resfriado por tú culpa.

—No si te secas pronto. Cuando acabes ven al patio de entrenamiento —dijo saliendo de la celda.

—Siii~ Es un mono maleducado, ¿verdad Kuu? —le preguntó al minino cuando Samon se alejo.

—Myaa~ —contestó gustoso mientras la chica le acariciaba las orejas.

Al poco tiempo Jyugo iba camino al campo de entrenamiento cuando la llamaron, era Upa que también iba al patio.

—Veo que entrenas temprano.

— ¿No te sorprende que este aquí?

—Me imaginé que tarde o temprano te trasladarían aquí por tu Haki —explicó encogiéndose de hombros.

—Veo que no te llaman prodigio por nada. ¿Y qué haces tan temprano fuera de tu celda? ¿Escapas?

—Claro que no, yo también entreno por las mañanas con Samon-san.

—Me sorprende que entrenen sin desayunar —dijo mientras su estomago gruñía.

—Que debilucha, deberías entrenar tu mente para soportar el hambre.

—De echo creo que soy bastante buena en eso...

—Entonces podemos empezar sin problema —dijo Samon mientras se acerca a las 2 chicas (Yo: sip, puse a Upa de mujer también. La verdad es que hasta la parte de Gogyosan yo creía que lo era😅).

— ¡Buenos días Samon-san! ¡Hoy también espero con ansia su entrenamiento! —lo saludó la china con estrellas en los ojos.

—Hoy tengo que ayudar a la N°15 así que creo que estarás mejor por tu cuenta.

—Si es solo la meditación no me importa acompañarlos.

— ¿Meditación? ¿Te refieres a esa en la que te sientas y dices om?

—No. Los usuarios de Qiqou meditamos en la mañana para estabilizar el flujo del Qi, es diferente a una meditación normal y más difícil pero te ayudará —le explicó mientras ponía tres mantas en el piso y se sentaba en una.

Samon y Upa enseñaron a Jyugo a meditar y la verdad no era tan fácil como había creído. Tenía que concentrarse para sentir su Haki y controlar el flujo de manera consiente, lo que no le era nada fácil y estaba empezando a estresarse cuando alguien le puso una mano en el hombro. Al abrir los ojos se encontró con que Samon se había sentado frente a ella y la estaba mirando fijamente.

—No te sobreesfuerzes —le dijo mientras extendía ambas manos para que ella las tomara.

— ¿Q-qué?

—Te ayudaré a controlar el flujo hasta que puedas hacerlo por ti misma.

—Estoy bien. Ya le cojeré el truco —no quería que pensara que era débil o algo así, ni tampoco quería depender de el, ella podía cuidarse sola, como siempre lo había hecho.

—No seas terca, nadie lo logra solo, ni yo, ni la N°58, ni tampoco mi hermano. Todos tuvimos alguien quien nos guió, y en tu caso ese soy yo. Así que confía en mi —le dijo acercando más sus manos las cuales ella finalmente tomó.

Confía en mi, ¿eh? Que palabras más extrañas —las palabras de Samon la habían puesto nerviosa, pero también habían causado en ella una sensación de calidez, rara, pero agradable.

Se quedaron así un tiempo, sentados frente a frente con sus manos entrelazadas. Jyugo no sabía nada sobre el Qi, pero aún así se percató al instante de que Samon tenía un Qi muy poderoso, y muy cálido. La ayudaba solo lo necesario y la guiaba para que ella pudiera aprender sin sobreexigirse. Un rato después Samon soltó sus manos y las llevó al comedor para que desayunaran. En el camino Jyugo no pudo evitar mirar por el rabillo del ojo a Samon con un leve sonrojo mientras frotaba sus manos, las de el eran realmente cálidas y más grandes de lo que creía. Ya en el comedor Samon se fue y las chicas se reunieron con Liang y Qi que las estaban esperando.

— ¿Qué tal la meditación? —le preguntó Liang a Jyugo cuando se sentó.

— ¿Como sabes de eso?

— ¡L-le estaba preguntando a Upa! —dijo rápidamente —por cierto Jyugo, ¿qué haces en el ala 5? —le preguntó nervioso.

Jyugo les contó y ambos sin sorprenderse demasiado le dijeron que podía contar con ellos. Después del desayuno Jyugo fue a la celda 8 y pasaron la mañana hablando, cabe decir que los 3 se sorprendieron bastante cuando Kuu se coló en la celda para jugar con Jyugo.

— ¡Celda 8 formen para ir al comedor! —gritó el guardia cuyo pelo parecía un trapo con estampado de camuflaje rosa (Yo: se nota demasiado que lo odio con toda mi alma😒... ¡Pues que se note!😠 el y el otro imbécil van a sufrir😡😤).

Los cuatro hicieron caso y salieron de la celda en fila.

— ¡TU!  ¿¡Qué haces aquí!? —Kokuriki se sorprendió de mala manera al ver a Jyugo salir de la celda.

—Fui transferida a esta ala,  ¿qué no lo sabias?

— ¡No me refiero a eso! ¡Tú estas en la celda 11! ¿¡Qué rayos haces aquí!? —le gritó mientras la agarraba bruscamente del brazo.

— ¡Au! ¿¡Qué te pasa imbécil!?

— ¿¡QUÉ PASA AQUÍ!? —gritó Samon —Kokuriki suelta a la N°15 —le ordenó de forma amenazante, a lo que este la soltó.

— ¡P-pero supervisor ella estaba-!

—Visitando la celda 8 bajo MI permiso. Acostúmbrate a escuchar a la gente antes de sacar conclusiones precipitadas —no estaba gritando, pero su mirada le heló la sangre al otro guardia —y ustedes cuatro vallan al comedor.

Los reclusos le hicieron caso pero Jyugo paso junto a Samon y le susurró una pequeña disculpa, dejándolo extrañado. Ya en el comedor se sentaron a comer.

—No te preocupes por Kokuriki-san, una vez te acostumbras a el no es tan malo —le dijo Liang para animarla.

—No me molesta. Solo me sorprendió encontrar un guardia "normal" después de tanto tiempo.

—Se a lo que te refieres —dijo Upa y los otros dos asintieron, los guardias de Nanba eran demasiado amigables con los recluso.

—Bueno, si tienes otro encuentro desagradable con Don Normal siempre puedes venir a nuestra celda a desahogarte —le ofreció Qi.

—Gracias pero por ahora voy a volver a mi celda a descansar un rato antes de la hora de ejercicio —dijo levantándose.

—Te acompaño, yo quiero calentar un poco en la celda —le dijo Liang, saliendo con ella del comedor.

Iban hablando cuando Jyugo quiso comprobar algo.

—Oye Liang. Samon les dijo que me vigilaran, ¿cierto?

— ¿Qué? ¡No! ¡Claro que no! ¿¡Por qué pensaste eso!?

—Porque ustedes ya sabían el porque me habían transferido y Samon parece confiar más en ustedes que en sus propios guardias.

—Ha~. Te diré la verdad, Samon-san si nos pidió que estuviéramos contigo. pero no para vigilarte. El estaba preocupado por ti, no quería que te sintieras sola en el ala 5.

— ¿Por qué? ¡Somos casi desconocidos! ¡No tiene por que preocuparse por mi!

—El es ese tipo de hombre, cuida de las personas y las ve por lo que son, no importa si son reclusos, si decide creer en ti, te ayudara en todo lo que pueda.

—Creer... ¿En mi?

—El cree que mereces la oportunidad de empezar de nuevo, y esta dispuesto a ayudarte, así como nos ayudo a nosotros. ¿Sabes? Nosotros eramos miembros de una poderosa mafia china contra nuestra voluntad, pero una vez la mafia cayo nadie creyó en nosotros, excepto Samon-san. Ayudó a Upa a reunirse con su familia y me acogió como su aprendiz aún siendo recluso, ¡incluso ayudó a Qi a superar su culpa por colaborar con la mafia! —Jyugo escuchaba el relato de Liang asombrada —por eso es que todos confiamos en el. Porque el confió en nosotros, y también en ti.

—...

Cada cual volvió a su celda después de eso. Jyugo no había terminado de organizar sus pensamientos cuando Samon la recogió para ir a entrenar con los otros reclusos. Como esperaba lo hizo pésimo, cayéndose cada dos por tres y mostrando su pésima velocidad y resistencia. Samon siempre estaba a la vista y cuidaba que Jyugo no se excediera. Al final del día los reclusos ya habían sido escoltados a sus celdas pero ella estaba sentada en el piso del patio, recargada en la pared intentando recuperar el aliento.

—C-creo que... Esta ala no... Va conmigo —pensó en voz alta.

—Ya te acostumbraras —le dice Samon sentándose junto a ella y le da un paquete frío.

— ¿Helado? ¿Por qué me lo das?

—Considéralo una recompensa por tu primer día —le dijo empezando a comer su propio helado —la verdad lo hiciste mejor de lo que esperaba.

— ¿Qué rayos esperabas entonces? —preguntó mientras habría su helado.

—Que te desmayarse por el entrenamiento, o te pusieras a llorar —Jyugo le lanza una mirada asesina ante esto —no me mires así, no habrías sido la primera, ¿sabes?

Se quedaron en silencio tomando sus helados un rato, hasta que Samon rompió el silencio otra vez.

— ¿Por qué te disculpaste antes?

—Si causas problemas es lógico disculparse —contestó monótona.

—Tú no hiciste nada como para disculparte, la culpa fue de Kokuriki por sacar conclusiones precipitadas.

—Pero... —Samon la interrumpió acariciando su cabeza.

—No te disculpes cuando no tienes la culpa, ¿entendido? —Jyugo embobada por el tacto, solo pudo asentir levemente —bien. Yo me voy a terminar mi reporte, tú también vuelve a tu celda en cuanto descanses un poco —dicho esto se fue.

En cuanto Samon salió de su vista Jyugo abrazó sus rodillas, intentando convencerse de que su sonrojo y el pulso acelerado eran a causa de toda la actividad física que había hecho hoy.

Continuara...

YO: ¡Finito! Puff, este capítulo me dio bastante trabajo, la verdad es que se me secó el cerebro y una buena amiga me dio la idea para el capítulo. Así que... ¡Muchas gracias a FernandaNaomiBurgosD! Espero que te halla gustado😸.

Quiero recordarles que las votaciones para las demás mascotas de la prisión son en el segundo capítulo, e informarles que con el inicio del curso escolar😭 mis actualizaciones serán mucho más lentas. ¡Gomennasai🙇!

Ya sin más me despido con mucho amoorr😻😻😽😽

CHAAUUU😸

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