•Pesadilla•

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Ardía. Su cuerpo entero quemaba como si su sangre fuera lava, sus músculos se contraían adoloridos y sus articulaciones estaban resentidas así como sus órganos.

Dolía tanto que sentía que moriría, pero estaba viva.

Hime estaba postrada en una camilla de la enfermería del cuartel general. Tenía el cuerpo vendado, un suero y una mascarilla que la ayudaba a respirar.

Su cuerpo había sido sometido a un shock tan grande que sus pulmones necesitaban apoyo hasta que las secuelas pasaran.

Su rostro mostraba dolor y estaba ardiendo en fiebre, solo su frente la sentía refrescarse por momentos, pero no era capaz de abrir sus ojos y ver que ocurría, ni siquiera lograba encontrarle un sentido a los sonidos distorsionados que escuchaba.

Por esto no notaba que era Samon quien cuidaba de ella, tratando de bajar la fiebre poniéndole toallas remojadas en agua fría.

Momoko le había dado unos "días libres" después del ritual, alegando que había consumido su energía y debía reponerse. Esto fue en realidad para llevar a cabo una investigación formal y secreta sobre la conducta de Samon y Hime, si se encontraban pruebas de que él estuviera haciendo algo que comprometiera a Nanba por la reclusa, sería despedido y apresado. Y en el caso de Hime, de encontrarse alguna prueba de que ella estuviera planeando algo contra la prisión sería encerrada en el subsuelo junto a los criminales más peligrosos.

En estos momentos él debería estar preocupado por la investigación, pero misteriosamente estaba tranquilo. Se había mantenido fiel a su profesión a pesar de amar a una reclusa, así que no le temía al procedimiento que se estaba llevando a cabo. Confiaba en Hime de la misma forma, si bien ella tenía secretos relacionados con su hermano, sabía que no lastimaría a nadie.

En esos momentos, lo único que le importaba era el calor de la mano que sostenía y besaba con devoción. Aún le daba miedo que todo fuera un sueño y fuera a despertar de un momento a otro, en un mundo donde ella ya no estaba.

Kiji se encargó de vigilarlo mientras permanecía "recluido" en el cuartel general, Momoko le había permitido pasar esos días junto a Hime como recompensa por realizar con éxito el ritual. Mientras, Hajime era quién se encargaba de la investigación del ala 5.

-En verdad la amas... -Samon separó su rostro de la mano de Hime para observar a Kiji que tenía una sonrisa.

-No te voy a contar cómo pasó, así que no vengas de chismoso Kiji. -El apodado faisán hizo un puchero al escuchar esto.

-¡Eres cruel! Y yo que vine a traerte buenas noticias. -Dijo cuidando no alzar demasiado la voz.

-¿Qué pasó? -Kiji bufó, sabiendo que no recibiría una disculpa.

-La investigación está casi completa. Por lo visto Hajime la ha tenido muy difícil en encontrar siquiera un error en tu trabajo, así que es casi definitivo que en unos días volverás al ala 5. Lo mismo con la N°15, su conducta a sido impecable y no hay una sola queja sobre ella.

Esas eran sin duda buenas noticias.

La alcaldesa aprobaba su relación con Hime, aún cuando esta no era formal.

Ella ya no moriría por el Haki.

Sabía que sus sentimientos eran recíprocos y ambos estaban a salvo en Nanba.

Ahora solo tenía que hablar con ella cuando mejorara.

-¿Sabes? Fue muy divertido cuando Hajime nos contó lo de la investigación.

-¿Por qué?

-Hajime no paraba de murmurar y gruñir cuando le preguntamos, dijo... -Se aclaró la garganta y tras masajear un poco sus mejillas, habló en una gran imitación del supervisor de ala 13, tanto en voz como en expresión-. "Ese maldito mono, no me sorprende que su trabajo fuera impecable, eso no me molesta, ¿¡pero cómo mierda logró amaestrar a la N°15!? ¡¡Yo la aguanté por casi un año y la mocosa nunca se comportó!!" ¡Fue tan gracioso verlo frustrado porque la N°15 te respeta como supervisor, jajajaja!

Samon se sonrojó un poco mientras reía junto con Kiji, se sentía feliz de que ella lo reconociera.

Después de esto, los días se pasaron rápido y tanto Samon como Hime volvieron al ala 5. Ella solo había logrado recuperar la conciencia por pocos minutos y se notaba muy aturdida en esos momentos, por lo que ahora estaba en la enfermería del ala recuperándose.

Samon ya no podía cuidarla al estar de servicio, pero siempre que podía la visitaba y le dejaba un ramo de flores, al menos tenía el consuelo de que Hime ya no presentaba fiebres graves.

-Eres demasiado bueno... -Murmuró Hime mientras acariciaba suavemente uno de los pétalos del ramo.

Su cuerpo ya había mejorado al punto en que lograba mantener la conciencia y sentarse, pero seguía débil y adolorida. Había fingido estar dormida cada vez que Samon la visitaba para evitar confrontarlo.

Sabía que no debió dejarse llevar por sus emociones, pero el miedo a la muerte la hizo ceder y ahora no sabía qué hacer.

Abrazó el ramo y enterró su nariz en las flores después de quitarse el respirador, relajándose con la suave fragancia que desprendían. No pudo evitar que un leve sonrojo y una sonrisa se mostraran en su rostro.

-Ehh~, parece que te gusta mucho ese ramo Jyugo~. -Ella palideció y comenzó a temblar al escuchar esa voz cantarina-. Me pregunto quién te lo dió~. ¿Crees que el supervisor de esta ala lo sepa?

Al escuchar eso Hime volteó hacia la ventanilla que había en la enfermería, era demasiado pequeña para que cupiera una persona y tenía barrotes, pero ver como él la observaba a través de estos con esa mirada desquiciada le heló la sangre.

-¿Acerté? Wiii~. Entonces creo que tendré una pequeña charla con él~. No me gusta que alguien arruine mi juguete favorito. -Dijo lamiendo su cuchillo y alejándose de la ventana.

Hime reaccionó al ver esto y arrancándose el suero junto a los demás cables salió corriendo de la enfermería.

Su cuerpo dolía y estaba aterrada, pero aguantó esto y corrió hacia el patio del ala 5, debía cruzarlo para llegar a la oficina de Samon.

Pero cuando comenzó a cruzar el puente su instinto le gritó que se apartara, así que se arrojó al suelo y rodó sobre su costado, esquivando así el serrucho que él usaba a modo de espada y que se encajó en la madera que ella pisaba hace unos segundos.

-Eeeeh~. Eso es aburrido Jyugo~. -Le dijo sacando el serrucho del puente-. Si esquivas no podré ver tu sangre~.

-Elf... -Solo decir su nombre le daba escalofríos, tenerlo enfrente en su estado era lo peor que le pudo pasar.

-Por tu expresión imagino que ya me recordaste, ¡eso me hace feliz Jyugo! ¡Podremos jugar como en los viejos tiempos! -Su sonrisa enferma era acompañada por un sonrojo, Hime solo tembló al recordar los "juegos" de Elf-. Sabes que no te mataré, así que por favor... ¡¡Muéstrame una vez más como te retuerces de dolor bañada en tu propia sangre!!

Él arremetió rápidamente contra Hime, que a duras penas logró materializar sus espadas para defenderse.

Era hora de enfrentar a su pesadilla.

Continuará...

Yo: ¡Al fin llegó este momento(≧▽≦)!¿Quienes se esperaban que Elf apareciera? ¿Alguien?

Mitsuru: ¡¡Yo no!! ¿¡¡Cómo rayos ese tipo se cuela en Nanba(╬☉д⊙)⊰⊹ฺ!!?

Yo: (・﹏・)...

Mitsuru: ¿Neko-chian?

Yo: No me tomes importancia, son solo recuerdos de Vietnam ( ꈨຶ ˙̫̮ ꈨຶ ). Esto es culpa tuya @VadaSilva4 :'v.

Mitsuru: ¿Te volviste loca mientras estabas con ese bebé?

Yo: No, solo me rompí algunos huesosƪ(˘⌣˘)ʃ. Pero igual pude escribir estas 1189 palabras✧◝(⁰▿⁰)◜✧.

Los amoooooo( ˘ ³˘)♥( ˘ ³˘)♥( ˘ ³˘)♥( ˘ ³˘)♥( ˘ ³˘)♥

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