Capítulo 18

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—No te preocupes por él, de seguro se perdió en el camino—le dijo Avril cuando paso por su lado, tratando de subirle los ánimos.

—Sí no te preocupes, lo haremos hablar... si es que llega—recibió un codazo de parte de Avril—, que claro lo hará.

—Gracias chicas—sonrió levemente y ambas chicas asintieron para continuar caminando hacia el comedor.

Teresa se mantuvo unos minutos quieta antes de reaccionar y también caminar hacia el comedor. Apenas a travesó la puerta de la sala cuando empezaron a tocar desesperadamente la puerta principal, ¿podría ser Henry? No quería ilusionarse, pero existía la posibilidad, aunque también podría ser aquel vecino que siempre le pide algo, rodó los ojos con tan sólo pensar que podría ser él.

Camino hacia la puerta que volvió a ser tocada, esta vez con menos desesperación, y la abrió lentamente, apenas llevaba un cuarto cuando la abrió de golpe al ver que era Henry.

—Tere, lo siento tanto sé que es tarde, mi hermana tomo el auto esta tarde y tuve que ir caminando, además de que me perdí un poco en el camino—hablo muy rápido que ella misma se sorprendió el haberle entendido la mayoría.

—De hecho, apenas vamos comer—sonrió levemente y Henry soltó un suspiro de alivio.

—¡Qué suerte! De nuevo perdón por el enorme retraso—él le devolvió la sonrisa.

—No te preocupes por eso—se hizo a un lado dejándolo pasar.

—Oh esto es para ti—le extendió una pequeña bolsa—, espero que te guste mucho.

Sin poder evitarlo se sonrojo y agradeció con un leve, gracias. Henry no dejo la oportunidad de darle un pequeño abrazo, el cual Teresa correspondió de manera lenta. Se separaron después de unos segundos cuando escucharon a Ricardo llamar a la ojiverde.

—Creo que ya debemos ir, vamos—Henry asintió y ambos caminaron hacia el comedor.

Todos tenían la mirada sobre Teresa y Henry, en especial sobre este último, quién comenzó a ponerse un poco incómodo por la mirada seria que recibió de parte de Ricardo; era una copia exacta de Teresa, pero en versión hombre y con los ojos ligeramente más verdes que los de su hermana.

Los lugares en la mesa quedaron así: Teresa en medio, a su izquierda Avril, Lazy, Mark y su madre y a su derecha Ricardo, Gideon, Henry y su papá. Una vez todos tomaron asiento, comenzaron con la comida, que resultó ser pasta con un poco de ensalada y de tomar, refresco,

Al tiempo en que disfrutaban de la comida tenían conversaciones entre todos, bueno entre casi todos. Los temas más comunes eran sobre la escuela, aunque algunas veces se desviaban sobre eso y comentaba experiencias que tenían, como por ejemplo el cómo celebraron Gideon y Henry su décimo octavo cumpleaños.

Gideon comentó que sólo fue una comida con toda su familia y algunos amigos, la mayoría del equipo de futbol, Henry y Mark, en la que hubo música, karaoke y un poco de baile. En cambio, Henry fue algo más diferente.

—Bueno, esto sólo lo sabían Teresa y Gideon, pero tengo descendencia francesa, por lo que tengo familia allá, así que cuando fue mi cumpleaños me fui de viaje a hacer una comida con ellos, nada especial en realidad—dijo sin darle gran importancia a eso último.

—¿Enserio? ¡Increíble! —Exclamó Avril.

—¿Qué vienen siendo para ti? —Preguntó esta vez la madre de Teresa.

—Son tíos y tías de parte de mi mamá—mostró una sonrisa.

—¡Hey! Con razón tienes buenas notas en esa clase—comentó divertida Lazy, haciendo reír a todos en la mesa.

—Eso mismo le comenté yo cuando me lo dijo, pero eso no tiene nada que ver. Yo no tengo familiares en Francia y también soy buena—comentó Teresa.

—¿Y tienes hermanos o hermanas? —Interrumpió Ricardo. No estaba enojado ni nada por el estilo sólo quería aparentar esa postura que algunas veces los hermanos mayores tienen. Se escuchó una pequeña risa en el fondo proveniente de Teresa al ver un poco de nerviosismo en Henry.

—Sólo una, se llama Paula y es mayor por dos años—Ricardo sólo asintió y siguió con su comida al igual que el resto de los demás al ver que no decían nada.

Pasaron unos minutos, cuando ya todos habían terminado comenzando a recoger las cosas. La madre de Teresa insistió en que pasaran a la sala en lo que ella limpiaba los platos sucios; su padre subió a su habitación para no interrumpir nada, Ricardo le dijo de manera sutil que mejor descansara ya que eran pocos los fines de semana en que lo podían hacer, ella decidió no discutir con él y también subió a su habitación.

Antes de que alguno de los chicos pudiera salir Ricardo llamo la atención de todos.

—Henry, ¿crees que podrías ayudarme con los platos? —Problemas, pensó Teresa, ¿enserio? No era momento para que Ricardo comenzara una escena o peor aún, que le dijera la verdad.

Todos se voltearon a ver y parecieron salir volando del lugar, dejando a ambos chicos solos.

—Se-seguro no hay problema—respondió nervioso y siguió a Ricardo por el comedor hasta llegar la cocina.

—Yo lavo, tú secas y guardas, ¿de acuerdo? —mencionó, sin voltear a verlo.

—De acuerdo.

Permanecieron en silencio por un tiempo o así fue hasta que Ricardo comenzó a reír de manera inesperada sobresaltando un poco a Henry, sin llegar al punto de que dejara caer algún plato o vaso.

—Escucha perdón si te asuste desde el momento en que llegaste—negó con la cabeza todavía riendo un poco—, es la costumbre por ser el hermano mayor.

Rio nervioso—Lo entiendo en parte... por mi hermana, claro.

—Debo admitir que nos diste un susto a todos al pensar que no vendrías.

—¿Enserio? —Dejo por un momento de hacer lo que estaba haciendo.

—Sí sobre todo a mi hermana—dejó salir una pequeña sonrisa—. Eres muy importante para ella...al-al igual que los demás—uf de la que lo salvó. Él seguía aún sin voltear.

Sonrió un poco más—También lo es para mí...co-como todos—la salvó igualmente y continuó con su trabajo—. Y nuevamente quiero pedir perdón por eso—rio nervioso.

—Es la quinta vez que lo haces, de verdad no te preocupes por eso—Henry asintió y continuaron limpiando los platos, ya no eran tanto por lo que ya no demorarían.

Cuando Henry termino de guardar el último, antes de que pudiera darse la vuelta totalmente para irse, Ricardo llamó su atención.

—Eres un gran chico Henry—sonrió levemente—Confió en ti—guiñó un ojo y salió de la cocina camino a su habitación.

Henry quedo unos minutosparado en medio del lugar un poco confundido, pero al mismo tiempo agradecidopor el cumplido ¿Confía en él para qué? ¿Por qué lo llamo específicamente a ély no a los demás? ¿Por qué todos?, más Teresa, ¿estuvieron preocupados porqueno llegaba? Eran muchas preguntas en su cabeza que decidió dejar a un lado yseguir disfrutando del día especial para Teresa.

Estaban reunidos en la sala, teniendo una conversación mucho más animada de la que anteriormente habían tenido, a pesar de eso Teresa todavía seguía preocupada por el qué le estaba diciendo Ricardo a Henry por lo que en el momento que escuchó pasos en las escaleras se retiró amablemente de los demás diciéndoles que podían buscar una película mientras hacía algo rápido, los demás asintieron y ella subió rápido las escaleras, dirigiéndose a la habitación de su hermano.

Tocó antes de abrir lentamente la puerta, encontrando a su hermano acostado sobre su cama viendo su celular.

—¿Qué hay hermanita? —Fingió no saber nada.

—¿Qué le dijiste? —Interrogo entrando a la habitación cerrando la puerta por detrás, usó un tono molesto, sin embargo, no lo estaba.

Él rodó los ojos divertido—. Nada de lo que tengas por qué preocuparte—se sentó sobre la cama, cruzando ambas piernas.

Teresa permanecía recargada sobre la puerta con brazos cruzados—¿Seguro? —Arqueó una ceja.

Ricardo soltó un suspiro y se levantó caminando hacia ella.

—Sólo te diré lo mismo que le dije, que es un gran chico y que confió en él—sonrió un poco.

—¿Sobre qué? —Relajó más su rostro.

—Eso deberán saberlo ustedes, además durante la comida trasmitió mucho respeto y amabilidad.

—¿Cómo puedes confiar en él si es la primera vez que lo conoces en persona?

Él soltó una risa—. Soy muy observador y jamás me equivoco con las personas, mencionaste que es el capitán del equipo de fútbol, ¿no? —Teresa asintió—De todas las veces que he conocido a alguien con ese puesto, siempre suele tener el ego hasta las nubes—ambos rieron—, son irrespetuosos y muchas veces presumidos. En cambio, Henry no es así, por lo poco que he visto y por lo que me has contado—dijo haciendo pequeñas cosquillas a Teresa.

—De acuerdo, ya entendí—Ricardo se acercó a darle un abrazo.

—Te repito lo mismo que te dije cuándo fue el baile, no lo dejes ir—está vez ella sólo se acercó más a su pecho.

Rompieron el abrazo y Ricardo besó su cabeza, dando leves golpes después.

—Anda ve y siguedivirtiéndote—ella asintió antes de abrazarlo por última vez y salir de suhabitación. Ricardo dejo salir una sonrisa.

Al bajar, los cinco chicos ya estaban sobre el sofá de la sala, Lazy y Mark se encontraban acorrucados entre sí en uno de los extremos del sillón grande, del otro lado estaban Gideon y Avril, quienes estaba abrazados por los hombros y Henry estaba en el sillón individual.

Teresa llegó sonriendo a sentarse en el sillón mediano que estaba de lado de donde estaba Lazy y Mark, obviamente Henry no perdió la oportunidad de irse asentar con ella.

—¿Puedo sentarme? —Preguntó una vez que estuvo frente ella.

—Cla-claro—le hizo un espacio y Henry tomó asiento a su izquierda.

—Y bien, ¿qué quieren ver? Los tórtolos quieren una de amor, Gideon y yo una de terror, ¿qué dicen ustedes?

—¿Qué les parece una de acción? —Propuso Henry.

—Mejor una comedia, hay que divertirnos, ¿no? —Esta vez propuso Teresa y los demás estuvieron de acuerdo.

—De acuerdo, entonces tú la elijes—Avril le pasó el control remoto, Teresa lo tomo empezando a buscar en Netflix alguna que estuviera interesante.

Antes de que iniciara la película Teresa trajo un poco de botana para que la pudieran disfrutar mejor.

Sin duda desde el minuto uno, comenzaron las risas y los llantos a causa de estas. Los tres grupos se adueñaron de un tazón con botana para compartir entre los dos. Teresa al estar tan enfocada en la película no se inmutó que se estaba recargado sobre Henry, quien lo notó y no se movió.

—¿Puedo rodearte con mi brazo? —Susurro para no interrumpir.

Teresa volteó hacia Henry creyendo haber escuchado mal y dándose cuenta por fin que estaba recargado sobre él, no se apartó y sólo asintió en respuesta con la cabeza.

Al parecer no fue una jugada de sus pensamientos cuando efectivamente Henry la rodeo con su brazo derecho atrayéndola un poco más hacia él y dejando su mano sobre su cintura.

—¿Te molesta? —Volvió a preguntar de igual manera.

Negó con la cabeza—N-no—sin siquiera verse y por las leves risas que escuchó de parte de Lazy y Avril, sabía que ya estaba muy sonrojada.

La película concluyó en eso de las ocho de la noche y lamentablemente los primeros en retirarse fueron Mark y Lazy, ella porque ya la estaban esperando y él porque tenía que dejarla.

A pesar de eso no se fueron sin darle un regalo y un abrazo a Teresa. Igualmente lo hizo Avril y Gideon que se retiraron minutos después.

Apenas se fue Gideon, Teresa comenzó a recoger las cosas para dejarlas en la cocina, amablemente Henry se quedó para ayudarla.

—¿Te la pasaste bien? —Él preguntó mientras entraba a la cocina con algunos vasos.

—Sí claro, deberíamos repetirlo algún otro día—sonrió al tiempo que ponía las cosas en su lugar.

—Me alegro mucho—sonrió de vuelta dejando un poco de silencio después—. Creo que ya es tarde y tengo que irme. Mi hermana se va a preocupar, sabrás a lo que me refiero—mencionó divertido.

—Descuida, lo entiendo—él asintió y antes de darse vuelta e irse, se acercó a ella quedando frente a frente.

Le sonrió y de manera rápida besó su mejilla, luego salió por la cocina con un movimiento de mano y agradeciendo por lo de hoy.

Después de escuchar lapuerta principal cerrarse, acarició la misma mejilla que le había besado y surostro comenzó a tener un color rojizo al que ya estaba acostumbrada.

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