Castelbury.

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Ya en la tarde los miembros de la orden que se encontraban ahí estaban en una pequeña reunión, mientras Franco, Chloe, Ántares y Draco jugaban cartas en la habitación del último.

-¿Cuánto crees que les falte? – Preguntó Chloe cómo si no le importará.

-Bastante, mamá me dijo que hoy estarían reunidos mínimo 6 horas discutiendo planes- Contestó Ántares.

Chloe vio con una mirada cómplice a Franco, ambos llevaban planeando su escape desde hace días y ahora era su oportunidad.

Chloe hizo sus cálculos mentales, llevaban una hora en reunión, les tomaría una hora más llegar al páramo Ravenclaw y una media hora encontrar Castelbury, otra de hora de regreso… sí en definitiva les daba tiempo y con un poco de suerte ni siquiera notarían que se habían ido.

-Tengo tanto sueño, no dormí bien anoche, me voy a la cama- Mintió Chloe fingiendo un bostezo.

-Te acompaño, la verdad es que yo tampoco pude descansar – Le siguió la mentira Franco.

-Hasta luego- Se despidió Draco mientras seguía su juego con Ántares.

Ambos gemelos subieron a sus respectivas habitaciones y tomaron sus escobas, luego en una mochila metieron cosas que podrían necesitar, un suéter, pociones curativas, comida, bombas fétidas…

No pregunten porque de las bombas, ellos nunca iban a ningún lado sin sus bombas.

Franco entró en la habitación de su hermana sin tocar.

-¿Lista? – Preguntó y Chloe asintió.

-Salgamos por el balcón de la habitación de Sirius, así haremos menos ruido-

Ambos salieron de la habitación de la de cabello bicolor y cruzaron a la habitación de Sirius, entraron sin tocar y cerraron la puerta rápidamente.

Todo estaba más o menos limpio, decorado con tonos verdes y negros que desentonaban totalmente con los banderines de Gryffindor, las fotografías de los merodeadores y de Alessandra en su juventud.

-Creo que aún tiene alma de niño- Murmuró Franco viendo todo.

En un mueble que Sirius utilizaba para guardar sus cosas del colegio y demás vieron fotografías de ellos mismos, fotografías que se habían tomado a medida fueron creciendo…

También habían fotografías de Harry de bebé o con ellos.

-Extraño- Dijo Chloe.

-El nos ama, lo demuestra siempre que puede- Contestó Franco.

-¿Vamos o te quedas viendo lo hermosos que somos? – Preguntó Chloe abriendo las puertas del pequeño balcón.

La primera en despegar fue la chica, esperó unos metros arriba mientras su hermano la alcanzaba.

Después de eso se elevaron hasta quedar por encima de las nubes y utilizando la brújula mágica de Franco se guiaron según las indicaciones que esta daba.

Como Chloe había predicho no tardaron más de una hora en llegar al páramo de Ravenclaw y unos 10 minutos en encontrar las montañas.

-Aterricemos ahí- Le dijo Franco a Chloe señalando la cima de la montaña.

Ambos descendieron con suma facilidad y aterrizaron en la cima de esta.

-Bien ¿Y ahora qué? – Preguntó el rubio.

-Se dicen los nombre ¿Recuerdas? –

Chloe suspiró antes de ver que, rodeado y oculto por las montañas, estaban un gran claro, de hecho tenía enormes proporciones casi como si ahí estuviera un…

-Ahí esta- Señaló Chloe el gran claro.

-¿De qué hablas? –

-Mira las dimensiones del lugar, no es posible que esto sea natural, aquí debe de estar Castelbury, no es un lugar, es una casa, una enorme… -

Franco vio hacia el lugar que señalaba su hermana y efectivamente se dio cuenta que, con algo de imaginación, se podía ver que ahí tendría que haber una casa.

-Muy bien di los nombres- Pidió Chloe.

-Rain, Colagusano, Canuto, Lunático, Cornamenta y Nevada- Gritó Franco.

Nada pasó, nada de nada…
Chloe vio con el ceño fruncido esto, pero lo habían dicho correctamente…

-Espera nos faltan dos cosas- Se dijo a sí misma- Nos faltan sus nombres reales y el Orden- Recordó lo que Remus le había dicho.

-Bien habla tú – Pidió el menor.

-Aquí vamos-Chloe hizo un megáfono con sus manos-Rain, Federico Charles Di Lessio, Lunático, Remus John Lupin- Vieron como una luz brillaba por sobre el claro- Colagusano, Peter Pettigrew, Canuto, Sirius Orión Black- la luz se fue haciendo más y más brillante – Nevada, Alessandra Clarissa Di Lessio, Cornamenta, James Charlus Potter-Terminó la rubia.

Ahora la luz los cegó por completo, ambos se abrazaron el uno al otro cubriendo sus ojos con fuerza y de pronto la luz desapareció por completo.

Ambos se separaron y abrieron los ojos, frente a ellos se alzaba un impresionante he imponente castillo, lo más hermoso que habían visto en su vida.

-No es una casa- Habló Chloe.

-Mira, un letrero, como el de los Weasley y nuestra casa- Señaló Franco.

Efectivamente, cerca de ellos estaba un letrero de metal pulcramente tallado donde se leía “Bienvenidos a Castelbury”

-Lo logramos – Murmuró Franco incrédulo.

-Aún tenemos que ver lo que hay dentro, vamos-

-Nos tomará años recorrer este lugar, es más grande que Hogwarts-

Aún así ambos gemelos avanzaron decididos hacia la entrada del castillo, esta era marcada por un hermoso sendero.
Al parecer el castillo estaba mágicamente conservado, porque, aunque nadie vivía ahí, todo estaba rodeado de naturaleza y jardines perfectamente cuidados, el castillo por fuera y por dentro estaba totalmente limpio y se veían luces en el interior.

-¿Estas lista? – Preguntó Franco al llegar hasta la puerta.

-Desde que nací ¿Y tú? –

-Contigo a mi lado, siempre-

Ambos gemelos abrieron las grandes puertas.

.  . .

Mientras tanto en Londres, Ántares había decidido llevar algo de comer a sus hermanos ya que debían de tener hambre.

Fue hacia el cuarto de Chloe, donde generalmente dormían, pero ahí no había nadie así que supuso que su paradero era en el cuarto de Franco.

Pero su sorpresa fue total cuando vio que no había nadie en este lugar, recorrió con la mirada la habitación antes de ver un único pergamino en el escritorio y se acercó.

Dejó la bandeja de comida que le había ayudado a preparar Kreacher en una orilla del escritorio y tomó el pergamino leyéndolo.

Sus ojos se abrieron como platos al ver las anotaciones que ahí se encontraban.

-Esto no puede estar pasando- Se dijo asustada.

Salió corriendo de ahí con el papel en sus manos, corría escaleras abajo a todo lo que daba su capacidad atlética.

-¡MAMÁ! ¡TÍO SIRIUS! ¡PAPÁ! – Llamó mientras bajaba corriendo.

Draco salió de su habitación y vio justo cuando ella pasaba escaleras abajo, la siguió corriendo.

-¡AYUDA! ¡VENGAN RÁPIDO! – Gritaba cómo loca la chica.

Al llegar al vestíbulo vio como todos los miembros de la orden que estaban en reunión anteriormente corrían subiendo las escaleras que daban al vestíbulo, pues estaban en la cocina.

Todos llevaban sus varitas en alto y corrían con cara de preocupación.

-¡Ántares! – llamó Amelia preocupada - ¿Qué pasa mi amor? – Le preguntó al ver a la chica terminar de bajar las escaleras con cara de miedo.

-Los gemelos ¡SE FUERON! – Gritó asustada.

Los miembros de la orden se vieron entre ellos con preocupación, una Fénix y un mitad Fénix habían huido, maravilloso.

Enzo se acercó a su nieta rápidamente seguido por Amy y Remus.

Sirius fue el primero en llegar a su lado y tenía cara de preocupación y miedo, Fede los siguió a todos tratando de mantener la calma.

-A ver ¿Por qué dices eso Ántares? – Preguntó Remus alarmado.

-¡Miren lo que encontré en la habitación de Franco! – Contestó la chica
mostrando el pergamino – Lo saben, saben qué es Castelbury- Terminó

Fede tomó el papel de sus manos y lo leyó, leía a una velocidad que él no sabía que podía llegar a alcanzar.

Al terminar se quedó pasmado, Sirius le quitó el pergamino de las manos y lo leyó en voz alta.

>>¿Qué es Castelbury? ¿Por qué el tío Reg quiere que estemos ahí? ¿Qué debemos encontrar en ese lugar?

La clave para encontrar Castelbury es este acertijo…

-Nota 1: Debemos ir al páramo Ravenclaw.
-Nota 2: Los merodeadores, sus nombres son la clave de entrada.
-Nota 3: Mostrar nuestro verdadero rostro.

¿Quién es Regulus? ¿Quién es Adhara? ¿Por qué debemos buscarlos?

Nota 4: Encontramos el lugar, pero ¿Qué es mostrar nuestro verdadero rostro? <<

El pergamino terminaba ahí, con la última pregunta escrita con la pulcra letra de Franco.

-¿Qué hiciste Reg? – Murmuró Narcissa al escuchar todo.

-Debemos evitar que entren ahí- Sentenció Fede.

-A esta hora ya deben de haber llegado, se fueron hace más de una hora- Recordó Draco el momento que salieron de su habitación.

-Debemos alcanzarlos, no pueden estar solos en estos momentos, si Voldemort los atrapa- Comenzó Dumbledore

Sirius lo vio con enojo total.

-¡¿Eso es lo que le preocupa?! ¡MIS hijos están afuera, solos, descubriendo una verdad que los podría matar! ¡¿Y usted se preocupa de que Voldemort los encuentre?! ¡Yo me preocuparía por él, si es que llega a tocar a mis hijos! – Le gritó el Black.

Sin decir ni una palabra más Sirius corrió escaleras arriba.

-¿Vienen o no? – Les preguntó a los demás.

-Espera Sirius, tú no puedes salir- Recordó Hestia Jones.

-Me vale una hectárea de mierda que me atrapen, son mis hijos-

-Bien espera Sirius, esta bien, tú iras- Aceptó Ojoloco y los demás lo vieron – Que vayan los involucrados y los que vuelan más rápido: Sirius, Remus, Federico, Amelia- Nombró a los que ya estaban subiendo las escaleras.

-¡Esperen! – Llamó una voz que hasta ahora no se había pronunciado en todo el día.

Severus Snape salió del fondo mientras los ojos de los miembros de la orden lo seguían.

-Yo iré también- Anunció y todos lo vieron confusos.

-Ni hablar, no tienes nada que ver en esto Quejicus- Sentenció Federico.

-Tú no me agradas, a Black lo aborrezco, a Lupin lo desprecio, pero me preocupo por esos dos niños- Explicó viendo a Dumbledore y luego a Amy.

-El irá – Sentenció Dumbledore- Quizás lleguen demasiado tarde y ellos necesitan a alguien que no les haya mentido, ve con ellos Severus-

-¿Y nosotros? – Preguntaron Ántares y Draco.

-No pueden ir, ustedes se van a quedar con nosotros- Sentenció Narcissa.

Rápidamente Amelia, Remus, Fede, Sirius y Severus subieron corriendo las escaleras.

-Traigan las escobas que utilizamos para venir- Pidió Remus.

Amy corrió a su cuarto y al de su padre, volvió con dos escobas en sus manos y le dio una a Snape rápidamente.
Remus también corrió al suyo y luego al de Draco, tomó su escoba y se la dio a Sirius, Fede volvió con la propia y rápidamente los 5 despegaron uno por uno en el balcón de Sirius.

Se elevaron lo más rápido que pudieron y emprendieron su vuelo hacia Castelbury.

-¡Black! – llamó Snape y el nombrado lo vio con enojo- Te voy a lanzar un hechizo para que solo los que tú quieras te puedan ver con tú apariencia normal, así si nos detienen no te van a reconocer- Le dijo con su voz lo más alta que pudo por el viento.

-Solo no me mates Quejicus – Pidió Sirius.

Severus lanzó el hechizo y para los demás fue el mismo Sirius de siempre, pero todo aquel que lo viera y no lo conociera vería a un Pelirrojo de nariz grande y algo obeso.

-¡Más rápido! – Ordenó Federico.

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