25 de noviembre.

Invierno, en los inicios de esta estacion esta un clima oscuro y opacador. Según el pronostico se acerca una tormenta, y ya esta empezando a mostrarse, caminaba sonbre la sera, como todos los demás.

Llegue a la parada de autobus, solo querio llegar a mi casa, quiero estar tranquilo solo por un rato, quiero olvidar el día, lo que hoy sucedio, lo que va a suceder, quiero olvidar todo... Quiero tener paz, eso no duro mucho cuando fuí tirado contra él suelo, el golpe  dolio demasiado para ser exactos. Abri los ojos, sobre mí estaba un chico rubio de ojos miel y tez clara, cabellera larga, hasta sus hombros muy maltratada, se levanto al igual que yo. Vío hacia varios lados y después a mi, yo solo pensaba "Ah, disculpa. ¿No piensas...ya sabes pedir perdon por no se...tirarte? " se quedo un buen rato mirandome empece a ponerme incomodo, yo empece a verle los ojos y a analizarlo de cuerpo completo, se sonrojo demasiado, eso me hizo sonreir se ve adorable — Ah...—Fue lo unico que pude formular, cuando oí que alguien grito.

—¡Ahí esta! — Fue lo que dijieron, el rubio se alarmo y sin decir nada se fue corriendo siendo minutos después seguido por cuatro chicos más.

Me quede atonito, apesar de que fuera algo...normal hasta cierto punto, no podia olvidar algo de ese chico sus ojos miel. Suspire, minutos después llego mi autobus, subí estaba algo lleno pero habian asientos disponibles.

Al llegar a mi departamento me sentí relajado, por fin estaba en mi hogar. Me estire un poco y me diriji a la cocina, busque un poco de comida, fuí a mi habitacion comiendo esa manzana.

Me bañe y dormi.

Ya es de día, todos son muy cliché, a ecepción lo de ayer. Pero naturalmente es: "Despertar, trabajar, regresar, dormir. Despertar, trabajar, regresar, dormir." y así...por ya dos años.

Después de alistarme, salí de mi casa.
De nuevo, se me hacía tarde.

Estando en la parada de autobus, veía hacia ambos lado, queria toparme con ese chico o que se yo, en realidad queria ver de nuevo esos ojos miel.

Sin embargo y obviamente no aparecío. Llegue a mi trabajo, lo mismo de siempre, "trabaja, trabaja, trabaja"...fue...un día aburrido en verdad.

Pero, esta vez salí más tarde no tenia más remedio que tomar el metro son las 06:57 pm...seguramente estara muy lleno. Llegue a la estación pague mi boleto y espere, un buen rato en realidad, ya llego a las 07:45 y como supuse estaba hasta él tope.

Como pude entre, estuve parado viendo hacia la ventana mirando el cielo, comenzaban a mostrarse más oscuro, era perfecto. Llegue a mi parada, nada nuevo en realidad.
En el camino a hacia mi hogar, en el pequeño campo vi a una persona tirada, las tormentas empeoran, si lo dejo ahí puede que muera, fue rapido hasta ahí, llegando pude ver que su cabello era largo pensaba que era una chica. Hasta que vi su rostro, golpeado, tenía muchos moretones a la vista. Vivo cerca, así que no fue problema cargarlo hasta mi casa, al entrar lo recoste en la sala, busque el botiquin de emergencia y regrese con él — ¿Qué habra sucedido? —Dije mientras comenzaba a tratar esos moretones y heridas.

Pero cuando desperto de golpe, me asusto provocando que me fuera de espaldas, volteo a verme, se notaba asustado y confundido — ¿Quién eres? — Pregunto.

—Esa debe de ser mi pregunta. Te encontre tirado en el campo, cerca de aquí, estabas inconsiente y como el invierno y tormentas ya estan te traje aquí. —Conteste.

—No te creo...—Susurro.

—¿Qué? Es la verdad, solo te ayude.

—No es verdad...no es así...—Seguia asustado — ¡¡No me mientas!! —Grito — ¡¡Solo estas haciendo lo mismo, ¿si?!

—¡¿Qué es lo mismo?! ¡¿De qué estas hablando?! —Conteste ya preocupado.

—¡¡Dile a tu asqueroso jefe que ya no sere su juguete!! ¡Buscaré....otra forma, tiene que haber otra forma!! —Continuo gritando.

—¿Qué?...¡No entiendo nada de lo que estas diciendo!. Además creeme tengo las ganas de decirle más cosas que eso, a mi jefe. Pero si lo hago, no podre comer en tres meses...—Conteste un poco divertido — Así que calmate, solo te ayude al verte golpeado y tirado haya afuera...Ni si quiera se de quien o quienes hablas...

Ya no contesto, se estaba haciendo incomodo — Eres el mismo...—Mormuro — Te vi ayer en la parada de autobus...

—Ah, si...después de que me tiraste. Por cierto, te ves muy lindo sonrojado — Se puso rojo de golpe, sonreí — ¿Quieres comer, algo?

—¿Puedo?

—Ah, sí. Por eso te ofrecí, solo quiero informarte que no soy un buen cocinero. — Me levante — No suelo tener visitas — Camine hasta la cocina, no me tardare.

—S-sí...

                        Idiota

Debiste dejarme morir.