El pollito se acercaba a pasos lentos a la serpiente la cual la miraba sumamente quieto, el pollito se acercó y la picoteo un poco a lo cual la serpiente se movió un poco enrollándose y a su paso al pollito el cual solo miraba los brillantes ojos de la gran serpiente. La serpiente al tener a su merced al pollito solo lo miraba era muy tierno y tan pequeño que le daban ganas de esconderlo en una cueva y no sacarlo de ahí nunca, el pollito al sentirse más en confianza comenzó a cantar haciendo que la serpiente cerrara los ojos al escuchar el cántico del pollito.

Los dos animales se quedaron un rato ahí hasta que escucharon el sonido de la puerta, la serpiente se puso en alerta mientras movía su cola amenazante ante el intruso que quería entrar a su habitación y por ende para proteger al pollito el cual se había ocultado. Al no escuchar más el ruido se giró y con su cabeza empujó al pollito hacía su ropa en señal que volviera a ser humano, pues ya era tiempo de que los humanos volvieran, el pollito salió de la seguridad del alfa y se dirigió a la ropa, la serpiente se metió entre las almohadas para darle la privacidad.

Un chico miró el lugar y se comenzó a cambiar para luego buscar al alfa, él miró la habitación y vio las almohadas que se movían, con mucho cuidado quitó las almohadas y vio a la serpiente la cual solo lo veía. Jimin con cuidado se acercó a la serpiente y está se comenzó a enrollar en la mano del omega para que Jimin la pudiera cargar un rato.

—Das miedo alfa. —hablo Jimin. —se nota que eres todo un alfa de linaje puro.

Jimin vio que la serpiente le señaló el baño entonces entendió que ahí se quería cambiar, el omega asintió y con sumo cuidado llevó a la serpiente al baño y la puso en la tina la cual se quedó ahí. El omega corrió y fue por la ropa del alfa y también la puso en la tina, sonrió y salió de la habitación del baño para sentarse en la cama a la espera de su alfa, luego de unos minutos salió el alfa algo aturdido.

—Hyung. —corrió el omega para detener al alfa que iba a caer al suelo.

—Estoy bien pollito. —se aferró al omega. —¿Tú estás bien?