🌹Tres

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SeokJin recordaba la primera impresión que había tenido de TaeHyung a sus siete años de edad siendo presentado cada uno por su madre y padre en cuestión.

TaeHyung era un niño ruidoso de ojos inmensos con una cabello extra lacio con el cual tocaba sus pestañas con las puntas de su flequillo. Había pensado firmemente que necesitaba un corte de pelo, pero su padre no lo sabía con certeza. Suponía que las mujeres eran más atentas en ese caso y por eso su pelo era demasiado corto. Su mamá no perdia oportunidad para llevarlo a la peluquería cada tres sábados. Pero en fin, volviendo a la primera impresión, TaeHyung le resultaba insoportable. El niño estaba demasiado emocionado por tener un amigo que le "Duraría para toda la vida" porque según su a-ppa, ellos no volverían a mudarse otra vez, nunca más.

Así habían sido las palabras del niño, SeokJin no sabía cómo decirle que no necesitaba amigos, suficiente con socializar en la escuela como para tener que hacerlo también al llegar en casa, pero no le daba el corazón cuando TaeHyung sonreía de forma rectangular.

«De acuerdo, eso es adorable» pensaba el niño de tan solos siete años.

Para TaeHyung, la primera impresión de SeokJin había sido todo lo contrario. El chico era silencioso y la mayoría de las veces lo dejaba hablando solo. TaeHyung se sentía sumamente ofendido cuando le contaba algo y SeokJin bostezaba, asentía, pero luego no seguía la conversación. Para un niño de siete años, aquello molestaba tanto como bañarse, para un adulto como lo era en la actualidad, TaeHyung diría que SeokJin tenía como una coraza de pequeño, pero sería ridículo, simplemente no le agradaba pasar tiempo con TaeHyung, era demasiado "hijo único" para tolerar a alguien más.

Pero SeokJin olía tan rico y cuando sonreía a la televisión (a la hora de ver sus dibujos favoritos) TaeHyung se sentía feliz. La risa de SeokJin era ruidosa y ridícula, no tan prolija y pulcra como su corto cabello negro, entonces ya no lo veía tan inalcanzable.

Con el tiempo, por supuesto que las cosas habían cambiado, TaeHyung se había interesado en las cosas que le gustaban a SeokJin para acercarse a él con sumo cuidado, como si fuera un gatito al que quieres acariciar, pero temes que vaya a salir corriendo. TaeHyung era listo y TaeHyung había logrado que SeokJin lo quisiera.

Que SeokJin lo adorara y cuidara de él como una extensión propia de su cuerpo. Cómo lo más bonito y valioso que tenía. Y TaeHyung no se arrepentía de cada hora gastada en trata de entender a ese chico introvertido.

Pero en la pre adolescencia, los pensamientos de TaeHyung ya no eran tan inocentes. No eran puros y estaban muy lejos de ser fraternales. Con trece años, TaeHyung se había dado cuenta que sus miradas no se iban en dirección a sus compañeras y sus cortas faldas (pretendiendo tener dieciocho, cuando apenas podían limpiar sus calzones) no, él miraba a sus compañeros.

Más precisamente a SeokJin.

Compartir varias noches juntos y en ocasiones alguna cama o colchón revolucionaba las hormonas de TaeHyung y se sentía horrible sentirse tan alterado y desesperado por el más mínimo roce o mirada de SeokJin. Suerte para él, siempre había sido demandante y ruidoso con su mejor amigo. SeokJin jamás, jamás había pensado que TaeHyung podía sentir algo por él. Ni siquiera cuando tenían dieciséis años y estaban montados en la rueda de la vuelta al mundo en aquella feria especial donde TaeHyung confesaba que a él no le gustaban las chicas.

— Oh... ¿Los chicos? —replicaba SeokJin mientras estaban arriba de todo.

TaeHyung asentía mordiendo su labio inferior—. Me gusta Seo Joon —decía TaeHyung.

— ¡Pero es dos años más grande! —era todo lo que SeokJin había dicho, con sus ojos abiertos y sus labios abultados.

Sólo estaba indignado por la edad de su crush, no por su sexo.

—A él también le gustan los chicos, tendremos una cita el próximo sábado ¿Puedes guardar el secreto? —susurraba TaeHyung.

SeokJin fruncía el ceño y miraba hacia el otro lado, se veía enojado.... No, se veía asqueado. TaeHyung temía que se viniera el rechazo y el final de su amistad.

— ¿Seguimos siendo amigos o ya no quieres que te vean conmigo? —había susurrado TaeHyung con voz estrangulada.

SeokJin apretaba sus ojos y lo miraba nuevamente—. Eso no me importa, pero ten cuidado. Él es más grande que tú, tendrás que evaluar con sumo cuidado a cada chico que se te acerque —decía retándolo y elevando su voz—. ¡Si alguno te lastima, se la verá con mis puños!

TaeHyung sentía que su alma volvía al cuerpo y su corazón latía con más tranquilidad cuando sonreía de forma rectangular y abrazaba a su amigo. SeokJin gemía del susto por el movimiento de la silla en lo alto de la rueda, luego resoplaba, pero no lo apartaba. TaeHyung era un monstruo de los abrazos y él siempre iba a corresponder.

—Ya que puede que tenga un futuro novio, quiero presentarte a alguien —decía TaeHyung.

SeokJin fruncía el ceño desconfiado—. No estoy buscando pareja —decía con un puchero.

—Kang Seulgi, es muy agradable... Y le gustas —decía TaeHyung con una sonrisa que era entre feliz aliviada y un poco dolorosa.

SeokJin suspiraba—. Ella es amable.

—Y hermosa —añadía TaeHyung.

—Supongo —exclamaba SeokJin rascando su nuca.

—Oh vamos, te he visto. La miras todo el tiempo cuando estamos en el mismo círculo —mencionaba TaeHyung golpeando su codo.

SeokJin alzaba sus cejas, la verdad era que había mirado a Seulgi porque ella se había acercado a TaeHyung primero y le había parecido extraño, como si la chica tuviera interés en su mejor amigo y temía que apartara a TaeHyung de él.

Eso había sido todo. Ese había sido la razón por la cual SeokJin la miraba tanto.

Pero al parecer TaeHyung había tenido otra impresión.

—Ella tiene una linda sonrisa —mencionaba para que TaeHyung no siguiera insistiendo.

Pero por supuesto que TaeHyung había insistido.

—Yo me encargaré de que salgan al cine, ustedes introvertidos estarán agradecidos de haberme tenido como mediador —decía TaeHyung con orgullo.

SeokJin alzaba sus cejas y sonreía, en retrospectiva estaba agradecido, por supuesto. En ese momento, no había tenido mejor idea que decir:

—No lo sé, aún hay tiempo y-...

—Cita doble conmigo y Seo Joon —exclamaba de inmediato.

SeokJin pensaba en estar en el mismo espacio que esos dos en su primera cita juntos, dónde podría ver bien a ese imbécil fanfarrón de Park Seo Joon para cuidar que no tocara de más a TaeHyung y simplemente las siguientes palabras brotaban sin su consentimiento exacto:

—Por supuesto, eso será genial. De acuerdo —carajo.

[En la actualidad]

— ¡Jinnie! —gritaba TaeHyung, sacando a SeokJin de sus pensamientos.

Era lunes, muy temprano para tenerlo tan enérgico gritando a su oído mientras masajeaba cariñosamente sus hombros. El toque de TaeHyung nunca era impersonal, siempre era consistente y firme.  Sus manos eran enormes y bonitas, dándole un leve cosquilleo de placer que lo obligaba a cerrar sus ojos.

—Está hecho —susurraba TaeHyung a su oído con su voz grave.

SeokJin se ponía tenso y se obligaba a abrir los ojos y mirarlo con ceño fruncido—. ¿Que está hecho?

—Te tengo una cita —añadía con una sonrisa, SeokJin intensificaba su ceño pronunciado fruncido, TaeHyung lo soltaba y alzaba sus manos en son de paz—, pero antes de que te enojes conmigo, quiero que sepas que la mujer es preciosa y entiende que quizás puedas no durar mucho en la primer cita.

SeokJin se horrorizaba mirando alrededor y tomaba a TaeHyung de la muñeca para arrastrarlo de la cocina al pasillo contiguo cerca de los vestidores. Estampaba la figura de TaeHyung allí y el espacio personal desaparecía. TaeHyung pasaba saliva.

— ¿Qué carajos con que voy a durar poco? Si accedo a una maldita cita no me estaré follando a la mujer, con un demonio, Voo —susurraba entre dientes.

TaeHyung miraba sus labios fugazmente, eran un bonito puchero cuando le llamaba "Voo", pero necesitaba concentrarse así que comenzaba a reír más relajado.

—No hablaba de durar poco en el sexo, idiota. Hablaba de que si quieres huir, ella lo entenderá. Sin presiones, sólo haz contacto y ya —decía dulcificando su voz.

SeokJin finalmente reaccionaba al escaso espacio entre ambos y se alejaba un poco.

— ¿Quién es y como la conseguiste tan rápido? —decía volviendo a la cocina por su café mañanero.

El viernes le había mencionado sobre volver a tener citas y para el lunes a primera hora ya tenía una víctima para él.

Increíble.

—Bueno, ella ya te vió una vez y digamos que está como un poco prendida ya —decía con una mueca divertida, quitandole la taza a SeokJin para beber de su café y hacer una mueca—. Esto es un asco.

SeokJin suspiraba y le quitaba de vuelta la taza—. Es café negro amargo. Necesito despertarme —mencionaba sacudiendo su cabeza y luego tomaba otra taza humeante con una chocolatada caliente—. Esta es tuya.

TaeHyung sonreía y tomaba a SeokJin de la nuca y su mentón para dejar un fuerte y sonoro beso en su mejilla. SeokJin apretaba sus ojos ante la intensidad de TaeHyung, pero nuevamente, él nunca se apartaba.

—Por eso te amo, carajo —decía entre dientes.

SeokJin rodaba los ojos y sonreía—. Yo también te amo, ahora dime ¿Quien es la desafortunada que tendrá que lidiar con el viudo solitario?

TaeHyung lo empujaba levemente—. No seas condescendiente contigo mismo, y es la hermana de Joong. Te vió cuando vino por él la vez que estaba resfriado y volando de fiebre ¿La recuerdas? —mencionaba Tae, bebiendo su chocolatada caliente.

Cuando lo hacía, la espuma de la misma le quedaba de bigote, estaba diciendo algo sobre la supuesta cita de SeokJin, pero este estaba ocupado mirando su boca. TaeHyung era el soldado más fuerte de Dios, pero le estaba inquietando la forma en que esos ojos negros no dejaban de verlo. Más precisamente a sus labios.

— ¿Me estás oyendo? —preguntaba sin aliento. Su corazón estaba latiendo desbocado y nervioso.

—Tienes... —SeokJin lo señalaba y TaeHyung alzaba sus cejas confundido. Con una sonrisa ladina, Jin acercaba su mano, tomaba parte del mentón de TaeHyung y con el pulgar quitaba la espuma del labio superior. El azabache se paralizaba ante lo suave que SeokJin había sido, la zona picaba. El corazón de TaeHyung deseaba y sus nervios se disparaban cuando veía la espuma de la leche en el pulgar de su mejor amigo.

—Debí haber parecido un idiota —decía TaeHyung, imitando la voz de Homero Simpson—, tonto —susurraba con dulzura para luego arruinar todo cuando se inclinaba rápidamente para chupar la espuma directamente del pulgar de SeokJin.

El castaño exhalaba brevemente. Se le secaba la boca y cuando sentía esos labios y lengua en la punta de su dedo, su cuerpo se despertaba debido al shock eléctrico que había sentido ante aquel ademán. TaeHyung había quedado tan impresionado y sin palabras como SeokJin, su rostro caliente, su lengua con el sutil sabor del castaño. ¿En qué carajos estaba pensando? ¿Había coqueteado abiertamente con su mejor amigo? ¿Su único y mejor amigo heterosexual, recientemente viudo y al hombre al que amaba en secreto, con locura y al que jamás, jamás podría confesarle nada? Porque claramente, ellos no serían jamás nada más que esto.

Uno de los dos debía decir algo, no podían seguir mirándose de una forma sorpresiva y tan obvia de que le estaban dando un segundo pensamiento a algo que no debería ser importante, ni relevante, pero que no podían ignorar. No podían avanzar del extraño momento que habían tenido, pero cuando SeokJin se disponía a decir algo, JoongHyuk aparecía con su hermana en cuestión:

— ¿Interrumpimos algo? —decía el bombero con sus manos en los bolsillos y acercándose con caminata exagerada hacia un TaeHyung que estaba entre mirar a los recién llegados o quedarse prendido de la mirada de un SeokJin que no había mirado a los presentes.

Sus ojos marrones clavados en él haciendo que TaeHyung quisiera sólo un poco de privacidad. ¿Por qué lo miraba así? No es como si TaeHyung no fuera estúpido en ocasiones con él o un poco sutilmente gay, pero esta vez quizás habría cabreado a SeokJin por no pensar correctamente en que hacer y que no.

Cuando JoongHyuk besaba a TaeHyung lo hacía en su cuello, un beso seco ruidoso, aprovechando que Tae estaba mirando a SeokJin y aquello había sido sorpresivo tanto para TaeHyung como para SeokJin.

— ¿Qué-...? —TaeHyung se alejaba un poco y tocaba la zona besada, limpiándose el beso, se sentía sucio e incómodo.

—Hola, sexy... Es bueno empezar el día viendo este rostro —decía tocando el mentón de TaeHyung.

TaeHyung se sonrojaba, pero por las razones equivocadas, cuando miraba a SeokJin su amigo tenía lo que él denominaba como la auténtica "cara de culo" que dejaba en evidencia que algo no le agradaba.

¿Estaba enojado con él por lamer su dedo? ¿Muy gay? ¿Muy íntimo? Ellos eran un par peculiar, tuvieron escenarios más extraños que ese, aunque quizás no de tal nivel en el que la boca de TaeHyung estuviera involucrada con alguna parte de su cuerpo. ¿O era por JoongHyuk?

No, eso sería ridículo. Al fin de cuentas, SeokJin única había estado feliz con ninguna pareja seria o sexual de TaeHyung.

En defensa de SeokJin, TaeHyung sabía que no duraba mucho con nadie para luego estar con otro tipo la siguiente semana o mes, y por eso SeokJin no se esforzaba en conocerlos o valorarlos

— ¿Jin? ¿Recuerdas a mi hermanita? —decía el bombero.

SeokJin finalmente miraba a la mujer que estaba a su izquierda sonriendo amablemente. Ella era positivamente hermosa, ojos rasgados, bonita nariz, labios finos, una auténtica modelo de la perfecta belleza coreana, Jang Gyu-ri.

—Soy Gyu-ri. Nos conocimos cuando mi hermano se enfermó y vine por él —decía inclinándose—. Tú me llevaste a dónde él estaba —decía con voz dulce.

SeokJin parpadeaba y la imitaba en el saludo, brevemente miraba a TaeHyung y sus ojos se encontraban, notaba como su amigo pasaba saliva y sonreía débilmente.

«¿Por qué siempre haces esto?» Se preguntaba SeokJin.

—Te recuerdo —susurraba con una sonrisa—. ¿Desayunaste algo o te sacaron demasiado temprano solo para ver mi rostro? —mencionaba con una sonrisa—. Puedo prepararte un buen café —mencionaba con una sonrisa forzada.

—No es necesario, JoongHyuk está sin auto así que solo le dí un aventón —la chica sonreía, era realmente hermosa—. Debo correr en breve, pero si no estás listo para una cita, lo entenderé. Y esto no es presión... Pero sería interesante conocerte.

—Los dejamos solos para que no sientan presión, de todas formas quiero hablar con Tae —mencionaba el bombero tirando de TaeHyung hacia el pasillo y en dirección a los vestidores.

TaeHyung miraba hacia atrás y su mirada se cruzaba con la de SeokJin una última vez, quizás había sido una auténtica mala idea programar esa cita y solo estaba esperando el momento justo para sacarle la mierda a un TaeHyung que se sorprendía cuando era dado contra un locker y repentinamente tenía a Jang JoongHyuk encima de él, con sus manos en su cintura y su lengua en su boca.

TaeHyung estaba tan sorprendido como asqueado, pero cuando escuchaba las risas de SeokJin y la hermana de JoongHyuk venir desde la cocina, él se aferraba en contra de su voluntad al grandote que estaba creyendo que tenían un momento. Él besaba, casi de forma automática, respondiendo, pero sólo intentando hacer un buen trabajo. Controlar el beso, la situación y tolerar el sabor del otro hombre, hasta que la mano de JoongHyuk se posaba de repente en su polla.

—Woah, woah... —TaeHyung dejaba de besarlo—. Tu hermanita y SeokJin están afuera —decía entre dientes, presionando la muñeca del bombero que tenía los ojos desorbitados y sus pupilas dilatadas.

¿Qué le había visto de atractivo al tipo para haber coqueteado con él por tanto tiempo? Mierda, todavía tenía los ojos negros de SeokJin con esa mirada intensa en el fondo de su mente.

Su cuerpo se precipitaba al recordar la mirada de su amigo. De cómo había sido tan estúpido de lamer el pulgar de SeokJin y sentir su sabor por encima de la espuma de la leche.

—Estás duro, sólo me hago cargo —mencionaba Jang.

Claro, duro. No era por los besos de babosa que había recibido de Jang sino por... ¡...! La sirena sonando dejaba en claro que la primera emergencia del día surgía.

—¡Tae-...! —SeokJin asomaba su cabeza y TaeHyung empujaba a Jang, el castaño fruncía su ceño—. La emergencia es nuestra, vamos —decía secamente.

TaeHyung salía sin mirar al bombero y cinco minutos después estaba en la ambulancia con SeokJin. El silencio dentro de la misma era ensordecedor.

—No tomaste tu chocolatada —decía SeokJin con su mentón afilado, señal de que estaba apretando sus dientes.

TaeHyung sonreía—. Puedo recalentarla al volver —respondía.

—Recalientas demasiado en la estación —soltaba SeokJin.

TaeHyung fruncía el ceño—. ¿Y eso que significa?

SeokJin suspiraba—. ¿Podrías ser más responsable y no dejar que Jang te manosee? El idiota debe creer que puede bajarte los pantalones en cualquier lado y simplemente chuparte la polla cuando se le antoje.

TaeHyung abría su boca y la volvía a cerrar—. Vale, lo siento, tienes razón —suspirando iba al grano—. ¿Y a dónde irán con Gyu-Ri?

—Debería llegarte en este instante dicha información —respondía SeokJin sin apartar la vista del camino.

— ¿Qué -...? —el teléfono de TaeHyung sonaba.

Jang JoongHyuk:

Bolos el viernes con mi hermana y SeokJin. No quiere presionarlo por lo que sugirió una cita doble con nosotros y le dije que no había problema. Quiero verte de nuevo, estaremos unos momentos y luego vendrás a casa para follar ¡finalmente!

TaeHyung alzaba su cabeza y abría sus ojos—. ¿Cita doble?

SeokJin aceleraba—. ¿Quieres dejarme solo en una cita que no pedí? Una cita que nuevamente yo no organice ni quise.

Carajo, Jin si estaba enojado.

—Podrías haber dicho que no, sólo me pareció que sería bueno que salieras un poco —decía TaeHyung con calma—. ¡Y solo te he organizado dos citas con esta! —gritaba luego indignado—. Carajo, estamos viejos para salir de a dos.

SeokJin resoplaba.

—Estabamos chicos para salir de a dos en el pasado también. Y lo toleré, ahora te toca —decía SeokJin secamente.

—Pasaste toda tu vida con Seulgi, no te organice "miles de citas" quien te escuchará tendría una imagen equivocada. Yo te presenté a Seulgi y te la quedaste para toda la vida ¿O no? —cuando sus palabras salían TaeHyung apretaba sus dientes y sus ojos.

SeokJin estacionaba, finalmente habían llegado dónde los necesitaban, así que lo miraba seriamente mientras tomaba su bolso—. No fue para toda la vida —decía abriendo la puerta y bajando para añadir—, y para que conste, no es un reproche, pero tampoco la elegí yo. Fuiste tú.

Cerrando la puerta de un golpe, TaeHyung se quedaba solo un poco atónito, pero no tenía tiempo para quedarse dentro de la camioneta reflexionando en las palabras de su mejor amigo. Ellos tendrían una charla sería más tarde con respecto a las palabras que SeokJin había arrojado sobre él.


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