7.- En Hystoria

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


Por lo general, Yuuri se distinguía por ser una persona discreta y que no se entrometía en asuntos ajenos, excepto que en esa ocasión se le dificultaba enormemente no pegar su oído a la puerta, o de plano, entreabrirla para averiguar qué demonios sucedía en la oficina de la directora.

Gracias al profesor Viktor Nikiforov (todavía tenía problemas para asimilarlo), consiguió entrar a Hystoria sin que le pusieran ninguna traba o lo cuestionaran. Viktor se encargó de llevarlo personalmente con la directora y cuando llegaron a su oficina, el de ojos azules le pidió que esperara afuera mientras ponía al tanto a Lilia (y otra vez, Yuuri se sorprendió de que se dirigiera a la mujer con tanta familiaridad). Sin contar con argumentos para oponerse, Yuuri obedeció y luego de lo que le parecí una eternidad, se arrepentía de hacerle caso a Viktor.

Gritos de la mujer, la risa de Viktor y una serie de pausas con las que se planteaba si la directora no habría ahorcado o dejado inconsciente al profesor, le provocaban un inmenso nerviosismo. ¿Y si Lilia no creía que había perdido su invitación? ¿O si de hecho le creía, pero lo tomaba como una irresponsabilidad de su parte, como dijo Viktor y lo echaba sin más? ¿Y si tomaba represalias contra Viktor, por ayudar a entrar a quien no dejaba de ser un potencial extraño?

En ese preciso instante, la puerta se abrió y un muy sonriente Viktor salió de la habitación, trotando alegremente hacia Yuuri.

─ Bien, ya hablé con ella y la ablandé un poco para ti ─comentó casual, casi esperando una felicitación, y Yuuri se preguntó que entendería Viktor por "ablandar"─. Lilia te verá ahora, es tu oportunidad para convencerla que mereces estar aquí. Mírala fijamente cuando te hable, no tartamudees y recuerda responder cada vez que te pregunte con un "sí señora" o "no señora" según sea el caso.

─ ¿Algo más? ─inquirió Yuuri, en el fondo muy seguro de que Viktor no seguía sus propias recomendaciones.

─ Sí, algunos dicen que Lilia puede oler el miedo, así que no estés nervioso.

─ ¡Qué lo menciones me hace sentir más nervioso!

─ Sobreviviste a un incendio, rescataste a una chica y viniste hasta aquí por tu cuenta desde tu pueblo natal. Si pudiste sobrellevar eso, esto no será la gran cosa ─le dio unas suaves palmaditas en la espalda y lo empujó hacia la entrada─, ¡suerte!

Yuuri apenas tuvo tiempo para reaccionar y no caer, apoyándose contra la pared, esperando normalizar su respiración y los latidos de su corazón antes de...

─ Cierra la puerta, por favor.

La voz le produjo un escalofrío y se apresuró a hacer lo que le decían antes de acomodarse los lentes y centrar su atención en la única persona en el cuarto. Sentada detrás de un escritorio inmaculado, estaba una mujer de cabello negro perfectamente bien recogido en un moño alto, de facciones rígidas y que portaba un sencillo vestido negro con una chaqueta azul obscuro que llevaba bordado el emblema de la Academia.

─ B─buen día, señora...─ balbuceó, reprendiéndose por hacer justo lo que Viktor le dijo que no hiciera, por suerte a ella no pareció incomodarle─. Siento molestarla, mi nombre es...

─ Yuuri Katsuki ─finalizó ella –. Debiste llegar hace días.

─ L─lo siento mucho, lo que pasó...

─ Viktor me dio los detalles de su encuentro ─interrumpió nuevamente, silenciándolo con un ademán─, también me insistió en que te reclutó y que aún si extraviaste la invitación original, valía como una segunda oportunidad.

El corazón de Yuuri volvió a agitarse en su pecho debido a algo muy diferente al miedo o ansiedad, y que no logró nombrar. Viktor en efecto intercedió por él. Cumplió su palabra. ¿Sería correcto pensar que quería que asistiera a Hystoria?

─ Esta será la única excepción que haré en tu caso.

─ ¿D─disculpe? ─automáticamente se cubrió la boca con las manos, preguntándose por qué no podía dejar de tartamudear.

Lilia se puso de pie y avanzó, hasta quedar justo frente a Yuuri, quien en respuesta se paró más derecho y con los brazos rectos a sus costados, sintiéndose evaluado.

─ Minako me informó de tu... inusual situación ─dijo, luego de considerarlo─. Una carta en blanco es algo nunca antes visto, estoy de acuerdo. Pero no por ello recibirás un trato preferencial. Aquí eres un alumno más y como tal, tendrás que acatar las reglas.

A pesar de la severidad de sus palabras, para Yuuri fue como si se desvaneciera un peso de sus hombros. Con eso podía definitivamente descartar que fueran a estudiarlo o a exhibirlo por ser un bicho raro.

─ Sé lo que la gente dice de mi escuela ─retomó Lilia, pasando el dedo índice por la superficie del escritorio, asintiendo satisfecha al no divisar ni una mota de polvo─. Nos consideran elitistas, poco más que una guardería para príncipes, princesas y nobles. Pero, ¿sabes? En realidad, los hijos de reyes son una minoría aquí, una muy poderosa y ruidosa, lo admito. Sin embargo, la gran mayoría son jóvenes como tú, chicos únicos que vienen motivados por el deseo de aprender y prepararse, que no están dispuestos a conformarse con lo que su carta les señala.

Lo último llamó poderosamente la atención de Yuuri y Lilia lo notó, esbozando algo similar a una sonrisa. Ella se acercó al escritorio y abrió un cajón, sacando un montón de hojas.

─ Es la lista de asignaturas impartidas en Hystoria─ explicó, pasándoselas al más reciente estudiante de su Academia─. Como podrás ver, tratamos de cubrir todos los ámbitos posibles: artes, ciencias, técnicas de combate, y otras menos comunes.

La mujer hizo una pausa para permitirle que echara un rápido vistazo a las listas, y el asombro de Yuuri no hizo sino aumentar. Astronomía, biología, botánica, matemáticas, comercio, economía... música, canto, escultura, pintura y dibujo... esgrima, arquería, combate cuerpo a cuerpo... distintos tipos de disciplinas mágicas como conjuración, uso de runas y adivinación... las materias incluían hasta lecciones de cocina y jardinería, entre muchas otras.

─ Tomarás hasta un máximo de ocho cursos y un mínimo de seis. De éstos, tres son obligatorios: etiqueta, historia y cardología*. El resto son a libre elección.

─ ¿De... de verdad puedo elegir lo que yo quiera? ─quiso saber Yuuri, abrumado y emocionado por el número de posibilidades a su alcance.

─ Por supuesto. Una vez que completes las lecciones básicas de una materia, puedes seguir las avanzadas o cambiarla por otra diferente ─le dijo, y por su tono era obvio que estaba acostumbrada a esa pregunta─. La gran mayoría terminan tomando entre quince y veinte asignaturas durante su estadía aquí. Si me permites un consejo... ─Yuuri asintió en silencio, deseoso por conocer su opinión─, Minako me contó que eres especialmente bueno en dos ámbitos. Te recomendaría que incluyeras esgrima y danza en tu plan de estudios.

Aquello sí que lo tomó completamente desprevenido. Minako no era el tipo de persona que le mentiría a nadie, mucho menos a alguien tan importante como Lilia solamente para ayudarlo a quedar bien, así que debió hablar en serio. En parte, comprendía que quisiera resaltar sus habilidades con la espada, pero... ¿danza? Aunque era algo que siempre le había gustado, no tuvo una preparación propiamente dicha y sus únicas experiencias eran en los festivales de Hasetsu en el verano y patinando en el hielo en el invierno. Minako era una experta en el combate y el manejo de la espada, no en baile. ¿Por qué arriesgarse a hacer una recomendación así?

─ Lo tendré en cuenta ─respondió, percatándose que llevaba demasiado tiempo callado.

─ Otra cosa. No forma parte del reglamento, es tan sólo mi punto de vista personal, pero aquellos que exhiben descaradamente su carta me desagradan tanto como los que intentan ocultarla. Sin embargo, dadas tus circunstancias, quizás...

─ Ya me ocupé de eso, ¡e─es decir! ─se recriminó mentalmente por interrumpirla─, Minako y mi familia pensaron que sería lo más conveniente, al menos hasta saber qué significa, como una medida de protección. De otra manera, jamás la hubiera cubierto, lo juro. Cualquier otra carta, un Seis, un Nueve... hasta una Sota, las habría aceptado.

─ ¿Puedo saber qué carta elegiste?

─ Un uno─respondió, y Lilia arqueó una ceja─. Me... pareció lo más apropiado. No creí que fuera muy conveniente sobresalir.

Lilia lo contempló sin decir palabra por unos minutos, mientras que Yuuri contenía la respiración, sintiéndose juzgado. Finalmente, ella asintió, satisfecha.

─ Minako también me contó que la modestia es una de tus cualidades. Aunque en exceso podría resultar perjudicial e impedirte notar ciertas cosas sobre ti mismo.

El comentario hizo que Yuuri rememorara a Minako y cómo solía reprenderlo por su falta de confianza. Luego de considerarlo, se decidió a preguntarle a Lilia exactamente a qué se refería y justo en ese instante, una serie de golpes en la puerta lo sobresaltaron. Lilia simplemente pronunció un "adelante" y apenas un segundo después, la puerta se abrió. El recién llegado era un joven moreno de cabello obscuro y expresión amable. Vestía el uniforme de la Academia y parecía ser de la misma edad de Yuuri.

─ El profesor Nikiforov me dijo que quería verme.

─ Llega en buen momento, joven Chulanont. Permítame presentarle a Yuuri Katsuki ─indicó al susodicho y ambos intercambiaron una mirada cargada de curiosidad─. Se integrará como uno más de los alumnos de la Academia y ocupará su dormitorio. Ya he cubierto los aspectos básicos de la enseñanza aquí. Confío en que podrá ponerlo al tanto de lo demás.

─ ¡Por supuesto! Quiero decir... sí señora ─rectificó apresurado, arrancándole una risita a Yuuri que por poco y no pudo disimular.

─ Dispondrás de lo que queda del día y mañana para descansar e instalarte ─instruyó a Yuuri─, después de tu visita a los dormitorios, Phichit te llevara con el profesor Cialdini. Pasado mañana deberás entregar tu plan de estudios, incorporarte a las clases y atender tus otras tareas. ¿Entendido?

─ ¡Sí señora!─exclamó Yuuri, y fue el turno del otro para reír.

***

─ ¡Vaya! De verdad me sorprendí. Justo escuché a Emil comentar que Viktor había reclutado a alguien... ¡Y la directora me llama para que sea su guía!

En los exactamente cinco minutos que tenía de conocer a Phichit Chulanont, Yuuri pudo notar que era un chico entusiasta, alegre, amigable y muy buen conversador.

Phichit lo condujo del edificio principal a otra zona donde se hallaban otra serie de construcciones, los dormitorios y Yuuri no pudo evitar preguntarse cuántas personas vivirían ahí.

─ Diría que hay unos treinta alumnos por dormitorio, pero claro que es un estimado. La cifra cambia muy seguido, sobre todo cuando alguien recibe El Llamado y se marcha sin avisar, lo que es muy problemático.

Desconcertado, Yuuri se giró para contemplar a su guía, quien simplemente se encogió de hombros.

─ Descuida, no soy telépata. Casi todos suelen preguntarse cuántos vivimos aquí al llegar. Asumí que estabas pensando eso y me adelanté a responder. Por tu expresión, creo que adiviné.

─ Ah, pues... tenías razón ─concedió Yuuri, y las palabras de Viktor "Eres muy fácil de leer" resonaron en su mente─. Entonces... ¿todos los alumnos se quedan en los dormitorios?

─ Oh, no. Algunos, los que tienen más recursos viven en la ciudad. Por lo general son miembros de la realeza, nobles e hijos de familias ricas, ¡pero descuida! No todos son malos o presumidos ─agregó, saludando con la mano a un grupo de chicos que se cruzaron en su camino─. Y de hecho, hay quienes prefieren quedarse aquí.

Phichit llevó a Yuuri a que recogiera su uniforme mientras continuaba con su explicación, de la cual el joven de lentes luchaba por memorizar hasta el menor detalle:

─ Los estudiantes de los dormitorios debemos cumplir con un rol de tareas a cambio de no pagar por la estadía: trabajar en los jardines, la cocina, el huerto... se asigna semanalmente y está prohibido saltárselo. A menos que pagues para que te cubran ─susurró disimuladamente─. También, en el edificio principal está el muro de peticiones. La gente de la ciudad y los pueblos cercanos dejan avisos solicitando ayuda en distintos trabajos u otras cosas y a cambio de aceptar, obtienes un pago en especie o dinero. Muchos aprovechan para enviar algo a casa y apoyar a sus familias.

Una sensación de alivio invadió a Yuuri, quien temía que su ausencia causara problemas a sus padres y a Mari, de modo que le alegraba saber que aún estando lejos, podría contribuir y demostrarles que no iba a olvidarse de ellos.

Eventualmente se detuvieron frente a una habitación con una puerta blanca decorada con el símbolo de un corazón rojo y un número. Antes que Yuuri pudiera abrirla, Phichit lo detuvo.

─ Supongo que tengo que hacerte una advertencia ─expresó, no muy convencido─. Compartirás cuarto conmigo y otra persona. Su nombre es Seung Gil y él es... especial.

Por alguna razón, desconfió del adjetivo empleado. Phichit hizo una pausa, eligiendo sus palabras.

─ Te pido que no te dejes llevar por la primera impresión ─prácticamente le rogó, impresionando a Yuuri por lo ferviente de su tono─. Seung Gil puede ser un poco difícil de tratar, pero te aseguro que es bueno y muy agradable cuando lo conoces bien.

"¿Por qué siento que más bien es todo lo contrario?" pensó, temeroso.

Su plan a seguir era no meterse en problemas y evitar resaltar demasiado y si se llevaba mal con uno de sus compañeros, podría atraer atención indeseada.

"Está bien, ya me ha tocado lidiar con clientes difíciles en la posada" quiso mentalizarse "Esto no puede ser tan diferente"

La puerta se abrió con un rechinido, revelando una habitación amplia con una ventana igualmente ancha. El mobiliario era sencillo: cuatro mesitas de noche, dos escritorios, dos roperos y cuatro camas, en una de las cuales se encontraba dormido un enorme perro. O al menos, semejaba un perro a simple vista. Pelaje blanco con gris y negro, orejas puntiagudas y afilados colmillos que Yuuri pudo apreciar cuando el animal bostezó...

─ ¡Un lobo!─gritó aterrado, retrocediendo y cayendo de espaldas─. ¡Es un lobo!

La bestia movió las orejas y alzó la cabeza, centrando su atención en los dos jóvenes en la entrada. Yuuri quiso gritar nuevamente, pero tan sólo consiguió emitir un gemido ahogado. Aunque su instinto de supervivencia le gritaba que debía huir y alejarse a toda prisa, el miedo lo tenía paralizado y las piernas le temblaban tanto que ni siquiera podía levantarse.

El lobo se levantó y Yuuri notó que era incluso más grande que uno normal. El animal bajó de la cama con un ágil salto y gruñó en señal de advertencia, casi como si fuera a echársele encima en cualquier segundo. El temeroso joven únicamente consiguió colocar sus brazos frente a su rostro, como si eso le ayudara a protegerse. Resignado, cerró los ojos, esperando lo inevitable... y justo en ese instante Phichit se interpuso.

─ ¿Qué haces?─inquirió en apenas un hilo de voz─. ¡Corre! ¡Ve y pide ayuda!

Phichit le dedicó una sonrisa cuya finalidad era tranquilizarlo y que acabó por confundirlo más.

─ Descuida, yo me encargo─ aseguró en tono casual y con guiño─. Y tú... ─se giró, hablándole al lobo─, ¿ahora qué pasó? Estabas bien antes de que me llamara la directora.

El lobo resopló y movió la cabeza y las orejas, Phichit simplemente asintió, para total desconcierto de Yuuri.

─ Bueno, sí. Si JJ apareciera gritando detrás de mí con su séquito, también me sorprendería... ¡De todas formas! ¿Podrías comportarte? Estás asustando a nuestro nuevo compañero de habitación ─señaló al aludido, quien aún estaba en el suelo, luchando por dejar de temblar─. Él es Yuuri Katsuki y estudiará con nosotros a partir de hoy. Yuuri, te presento a Seung Gil... en su forma animal.

La mirada inundada de temor de Yuuri se cruzó con la severa del lobo. A pesar de ser un animal, la criatura poseía un cierto aire diferente, casi racional y con las palabras de Phichit, pudo comprenderlo.

─ Es un cambia formas...

─ Seung Gil está feliz porque usaste el termino correcto y no lo llamaste "hombre lobo" ─apostilló Phichit, en tanto que el lobo gruñó como protestando, y Yuuri se dio cuenta de algo más.

─ Y tú.... Tú puedes entender lo que dice.

─ Es parte de la razón por la que me eligieron para estudiar aquí. Ya descubrirás lo demás ─expresó alegremente, ofreciéndole su mano para ayudarlo a levantarse.

Yuuri tuvo que esperar a que el nudo en la garganta se le desbaratara y el corazón dejara de amenazar con salírsele del pecho. El lo... Seung Gil decidió aprovechar ese momento para abandonar la habitación, gruñendo justo cuando pasó al lado de Yuuri, quien instintivamente se acercó a Phichit, ocultándose tras él.

─ Creo que lo hice enojar.

─ Para nada, en realidad es algo tímido ─explicó Phichit─. Aún está aprendiendo a controlarlo, así que cambiar sin querer lo avergüenza. Volverá en un rato, cuando se haya calmado lo suficiente y recuperado su forma humana.

Yuuri se limitó a asentir, deseando no haberse enemistado con uno de sus compañeros en su primer día en Hsytoria.

***

Después de conocer a Lilia, Yuuri no estaba seguro de cómo sería Celestino Cialdini. Cierto, ya había conocido a uno de los profesores, pero intuía que Viktor era la excepción y no la regla en cuanto al comportamiento y manera de ser de los docentes. Por otro lado, se suponía que Cialdini (o Ciao Ciao, como le contó Phichit que lo llamaban) era el titular en el área de ciencias y artes mágicas, por lo que debía de tratarse de una persona muy seria y un hechicero sumamente sabio.

─ ¡Phichit! ¿Qué te trae por aquí? ─saludó alegremente─. Espero que no hayas tenido otro accidente en el jardín.

─ ¡Yo sería incapaz! ─rebatió Phichit, cubriéndose la boca con la mano, luciendo genuinamente escandalizado, al menos hasta que maestro y alumno echaron a reír─. Ésta vez me envía la directora. Él es Yuuri, estudiará con nosotros.

La expresión de Celestino pasó a reflejar una mezcla de reconocimiento y sorpresa, lo que no pasó desapercibido para Phichit, y Yuuri se encogió sobre sí mismo, como si eso le ayudara a pasar desapercibido.

─ Bueno, no tengo que decirte que nos dejes solos ─retomó el profesor─. Recuerda que las lecturas...

─ Son privadas, lo sé... ─completó resignado, rodando los ojos─. ¿Sabrás llegar a los dormitorios por tu cuenta?

─ Creo que sí. Fuiste muy claro con las instrucciones ─agregó, tratando de sonar seguro.

En realidad, Yuuri tenía sus dudas, pero prefería extraviarse a correr el riesgo de que alguien descubriera su secreto tan pronto. Phichit tampoco lucía muy convencido, si bien le sonrió y no insistió más. Cuando salió de la oficina de Cialdini, Yuuri suspiró aliviado.

─ ¡Vaya! ─exclamó el hombre, sobresaltando a Yuuri─. Me estaba preguntando cuando llegarías. Minako estaba muy preocupada, no ha dejado de escribirme preguntando por ti.

─ Lo lamento ─se apresuró a disculparse por los inconvenientes.

Originalmente, se suponía que Yuuri debía ver a Celestino nada más llegar, pero dados los múltiples incidentes durante el viaje, dicho encuentro tuvo que postergarse. Ahora, temía haber causado una mala impresión, aunque comprobó que sus temores eran infundados al escuchar la estruendosa carcajada del hombre.

─ ¡No, no! De hecho, tendría que agradecerte. Es lo más que Minako y yo nos hemos comunicado en años. Pero seguro que sí te ha hablado de nosotros...

El joven de lentes negó con la cabeza. Ya que podía reflexionar al respecto, conocía más bien nada sobre la historia de Minako. ¿Por qué ocultar que entre sus amistades estaba gente tan importante?

─ Bueno, da igual. Mejor retomar el asunto que nos concierne ─expreso Cialdini, obligándose a dejar de lado la decepción─. Se supone que cuando un estudiante ingresa a Hystoria, me corresponde realizar un análisis de su carta. Por supuesto, la información es confidencial y está bien protegida. La única forma de que se haga pública, es si decides contarle a alguien...

─ ¡No!─soltó Yuuri, arrepintiéndose al instante de la súbita interrupción─. Disculpe, es que...

El profesor rió de buena gana y le dio unas palmaditas en la espalda que casi lo sacan de balance.

─ Es comprensible. Así que... ¿una carta en blanco? ─se llevó una mano a la barbilla─. ¿Podrías mostrarme? ─pidió, tomando un trozo de pergamino, una pluma y una lupa.

Yuuri obedeció, incómodo aunque sin quejarse, deseando que aquel hombre pudiera ayudarlo a encontrar una solución o cuando menos una explicación. Guardó silencio mientras Celestino lo examinaba, murmurando para sí mismo y alternando entre arquear las cejas y fruncir el ceño, garabateando furiosamente en el pergamino.

─ Bueno, esto lo corrobora ─dijo, luego de un tiempo considerable.

─ ¿Sabe qué significa? ─cuestionó Yuuri, ilusionado.

─ En realidad... no. En efecto, es una carta que carece de símbolo, tipo y color. Una auténtica carta en blanco, sin duda. En todos mis años como hechicero y lector... jamás vi algo así... ¡Pero no te desanimes!─gritó, percatándose de la expresión de Yuuri─. Voy a investigar y no descansaré hasta tenerte una respuesta apropiada. Te lo prometo.

Yuuri asintió, no muy convencido y desvió la mirada, fijándose sin querer en el pergamino y lo que el profesor escribió.

─ ¿Un Uno? ─preguntó, percatándose que había anotado su tatuaje, en lugar de su carta verdadera.

─ Los únicos al tanto de todo, somos Lilia y yo. Me imagino que ella se lo comentará a su marido, quien también es profesor aquí e igualmente es de confianza y muy discreto ─agregó algunas cuantas notas y un breve boceto de la carta de Yuuri─. Soy consciente que algunos símbolos tienen una mala reputación, y Minako me dejó bien en claro que si no te protegía, vendría a demostrarme que su espada sigue bien afilada ─sonrió como si fuera una broma y no una amenaza─. Así que prefiero no correr riesgos, y veo que tu también tomaste tus precauciones con ese espléndido tatuaje.

El primer instinto de Yuuri fue cubrirse, pero Celestino se lo impidió.

─ Te prohíbo que te sientas mal por eso. En tu caso, no sólo es justificable, sino que se trata de una magnífica obra de arte ─buscó a tientas un espejo que colocó frente a Yuuri, para que pudiera admirarse─. He podido ver distintos tipos de cartas y mucho más de tatuajes y éste es de los mejores. No sólo son los colores y los matices, la composición es adecuada. Muchos cometen el error de usar detalles y motivos individuales en exceso, así que queda una imagen demasiado recargada y poco creíble. Y también hay que considerar los trazos. En las falsas, son desiguales y poco uniformes. En la tuya, son muy limpios y parejos. La persona que lo dibujó es muy talentosa. 


─ Mi madre...─informó, elevando las comisuras de sus labios en una pequeña pero genuina sonrisa, gesto que Celestino imitó de manera más evidente.

─ Y la pintura que usaron es de excelente calidad. ¿Tinta mágica, presumo?

─ Ah... sí. Tengo una amiga en mi pueblo natal, es una maga joven, ¡pero es muy hábil! ─gritó con determinación.

─ Apuesto a que también es muy linda, ¿o me equivoco? – Yuuri abrió y cerró la boca varias veces incapaz de articular palabra alguna y un intenso rubor decoró sus mejillas. La risa estruendosa de Celestino resonó en la habitación─. Relájate, estaba bromeando. Pero si acaso llegas a verla, me gustaría que le preguntaras como la hizo. El acabado es espectacular.

Yuuri asintió en silencio, perdiéndose en los recuerdos de sus seres queridos en Hasetsu. A pesar de que llevaba poco tiempo lejos de su pueblo natal, en verdad los extrañaba.

"Debería escribirles para avisarles que todo salió bien" se prometió "Y también, para averiguar sobre otras cosas..."

─ Disculpe, profesor Cialdini...

─ Dime Celestino o CiaoCiao, todos mis estudiantes me llaman así.

─ De... de acuerdo. Profesor Celestino, me preguntaba si podría contarme un poco de Minako y su historia ─se atrevió a pedir, vacilando. El hombre ni se molestó en disimular su desconcierto─. Minako es muy reservada y no suele hablar mucho de su vida antes de Hasetsu. Sé que fue una gran guerrera y es muy hábil con la espada, pero exactamente qué hizo para obtener esa reputación... ─sacudió la cabeza─, es un misterio.

─ Si Minako no te ha contado, no creo tener derecho a hacerlo yo ─expresó muy serio, un gran contraste con la actitud despreocupada que había demostrado hasta ese punto─. Por otro lado, si estudias aquí vas a enterarte de todas formas.

El profesor le hizo un ademán para que lo siguiera a otro punto dentro de la habitación donde colgado de la pared, se encontraba un magnífico cuadro que Yuuri admiró con los ojos y la boca bien abiertos. La pintura representaba a un grupo conformado por dos hombres y dos mujeres. De los hombres, reconoció al instante a un Celestino más joven, mientras que el otro sujeto era un muchacho sonriente de mirada determinada y abundante cabellera obscura. Identificar a Lilia le costó más trabajo, dado que en lugar de su semblante severo, fue retratada con una tímida sonrisa. Pero sin lugar a dudas, lo que más le asombró y confundió a partes iguales, fue que justo entre Lilia y Celestino, se encontraba su maestra, Minako Okukawa. 

________________________________________________________

NOTAS FINALES:

Perdón por la demora en la actualización!!!!! Ya tenía este capítulo listo y al final había una escena extra con otro personaje que mejor dejaré en el siguiente porque en éste ya me estaba excediendo un poco con el largo. Entrada oficial de Phichit y Seung Gil... bueno, algo así con Seung Gil XD En el próximo capítulo lo veremos ya en su forma humana. Quisiera conocer sus teorías, ¿con quién se encontrará Yuuri en el próximo capítulo? ¿Qué pasara ahora que al fin llegó a Hystoria? ¿Cómo transcurrirá su relación con Viktor?

Si leyeron hasta aquí, muchas gracias!!!!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro