Vendetta - Cap 3

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Capítulo 3

Su padre puso el grito en el cielo cuando se enteró que iba a empezar a trabajar como modelo. ¿Cómo se había enterado? El fotógrafo que se lo había pedido era su amigo y éste le fue con la noticia de inmediato, agradeciéndole infinitamente dejarlo trabajar con él.

Obviamente su padre le dijo que no tenía su autorización y que se olvidara de Gulf como modelo, que eso jamás iba a suceder, además había hecho comentarios mordaces e hirientes respecto a que ni siquiera era bien parecido como para ser un modelo. Eso le había dolido. Era consciente de que no vestía a la moda, y que no se preocupaba mucho por su apariencia personal, no obstante cuando quería, él mismo se arreglaba de tal manera de que, se veía bien, bastante bien en realidad.

- ¿En qué demonios estabas pensando Gulf? – cuestionó su padre molesto.

- Solo es un trabajo – dijo como timidez – además la prensa me conoce como tu sobrino, yo no iba a decir otra cosa –

- No pienses que voy a dejar que ensucies con tus estupideces mi apellido –

- Pero necesito más dinero – alegó el menor.

- ¿Para qué? –

No podía decirle a su padre el problema en el que se había metido, mucho menos decirle que era nada más y nada menos que Mew Suppasit al que le debía una exorbitante cantidad de dinero, pues por lo que le había dicho Mew eran competidores en el mercado y pensó que su progenitor no se lo tomaría nada bien, aunque no conocía la relación que éstos tenían ya que él normalmente no se metía en los negocios de su padre. Así que una nueva mentira se anexaba a su lista de engaños.

- Cada vez tengo que hacer más gastos de la escuela – fue lo primero que se le ocurrió.

- Yo pago tus estudios – dijo indicándole que no le creía - ¿No estarás haciendo algo ilegal, verdad muchacho estúpido? – a Gulf le dolió que lo llamara así.

- No papá, pero debo ir más seguido a la biblioteca, a hacer trabajos... -

- ¿Qué tanto te puede hacer gastar esa estúpida carrera que estás estudiando? ¡No sirve para nada y solo te hace perder el tiempo! –

Siempre era lo mismo, maltratos y humillaciones. No entendía por qué si no lo quería le había dado su apellido y lo "mantenía" de alguna manera. Bueno, quizás no lo entendía pero sí que sabía que su madre tenía que ver en eso, la mujer que le dio la vida seguramente lo estaba chantajeando con algo muy grave como que ese hombre que lo insultaba cada que podía le hubiera dado su apellido y encima cubriera parte de sus gastos.

- Te aumentaré la mesada Gulf – habló el médico tratando de calmarse – pero vas a dejar esa tontería del modelaje – advirtió – te prohibido que hagas algo que dañe mi reputación –

- De acuerdo – dijo el menor, después de todo no podía hacer nada más que aceptar lo que su padre decía.

- Ahora, vete y no quiero enterarme que te has metido en problemas ¿Has entendido? –

- Si papá –

¿Qué más podía hacer? Estaba más que claro que su padre jamás lo dejaría trabajar como modelo y aunque le aumentara la mesada que le pasaba mes con mes, eso no sería suficiente para poder pagarle a Mew la reparación de su lujoso auto. Lo que le quedaba por hacer entonces era buscar otro empleo que solo fuera los fines de semana. Así que con pesar de fue de la mansión de su padre rumbo a la universidad, pasaría por el tablón de anuncios y vería si alguien necesitaba algún empleado de fin de semana.

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Si existía algo que relajara a Mew después de un largo día de trabajo lleno de estrés, eso era el sexo. Si bien se había dedicado a dirigir su negocio y llevarlo a lo más alto en el mercado así como planear con lujo de detalle la venganza en contra de Khalan Kanawut no había dejado de lado sus necesidades sexuales.

Pero él no era un promiscuo que salía a buscar en la calle o en los bares a alguien para pasar el rato, de hecho tenía un compañero sexual al que solía llamar cuando tenía ganas de follar. Nada serio, nada con compromisos ni ataduras, solo de trataba de tener sexo, pasarla bien y listo, cada quién seguía su rumbo hasta que las ganas de correrse nacían en uno de ellos se volvían a llamar, aunque siempre era Mew el que llamaba, de alguna manera eso lo hacía sentir que tenía el control, como lo debía tener con todo.

- Supongo que esperas que llegue esta noche a tu departamento – susurró una sensual voz al otro lado de la línea.

- Supones bien ¿Estás disponible? –

- Siempre estoy disponible para el señor Mew Suppasit –

- No llegues tarde –

Así de sencillo y nada complicado era para él conseguir un cuerpo que follar. Bastaba una llamada y su amante Oliver, un francés que solía pasar largas temporadas en Bangkok, se mostraba siempre dispuesto y disponible a satisfacer su necesidad. El extranjero no era particularmente guapo, más bien era alto, demasiado delgado, de tez tan blanca como la leche, cabello extremadamente corto y ojos marrones; con un particular sentido de la moda, como todo buen francés, y con un acento del idioma inglés bastante cómico. Pero no estaba con él por su belleza, y de hecho no podía decir que estaba con él, pues no eran nada, solo satisfacían sus más bajos instintos. 

Se habían conocido en una de las tantas de convenciones de medicina, Oliver era organizador de eventos, así como maestro de ceremonias de los mismos. Él se acercó a Mew, tomaron unas copas y una cosa llevo a la otra. La mentalidad de Oliver era bastante liberal, él mismo le había dicho que no quería ataduras, solo "sexo rico" y nada más, y si alguno de los dos se cansaba del otro, lo dirían y ahí se acabaría todo, sin llantos y depresiones tontas.

Eso le venía de maravilla a Mew, él tampoco era un sujeto adepto a las relaciones fijas y estables, pese a que sus padres siempre fueron un matrimonio bastante unido y lleno de amor, él simplemente pasaba de eso. Le aburría pensar el tener que pasar toda su vida a lado de alguien.  

- Creo que debemos reunirnos con Gulf en un lugar que no sea tu oficina – comentó Mild mientras entraba al despacho de su amigo y jefe.

- ¿Debemos? Eso me suena a más de una persona – habló el empresario con seriedad sin apartar la vista de su ordenador.

- ¿Con el chico eres todo amor, dulzura y compresión y conmigo te vuelves un témpano de hielo sin sentimientos? – preguntó con sarcasmo.

- Tú ya trabajas para mí – fue la respuesta de Mew.

- ¿Qué quieres decir con eso? –

- Necesito de ese "niño" para obtener información de su padre ¿Crees que si me porto grosero y antipático podré conseguir lo que quiero? –

- Lo único que sé es que ese muchacho no se merece lo que piensas hacer con él –

- Tampoco es que piense torturarlo para que me diga lo que quiero – dijo Mew - Te conmovió muy rápido ¿No crees? – cuestionó con arrogancia - ¿O acaso te gusta? –

Mild lo miró con fastidio, pero si su jefe quería molestarlo, él también sabía de sobra cómo hacerlo, conocía muy bien a Mew Suppasit y aunque él dijera que aquella actitud que había tomado con el lindo joven era solo parte de su plan de venganza, algo le decía que no, que había algo más en aquella actitud encantadora que había mostrado a Gulf Kanawut, así que iba a disfrutar molestarlo con eso y estaba completamente seguro que Mew reaccionaría al instante.

- Sí, es muy guapo – dijo notando como el ceño de su jefe se fruncía más – quisiera que me dejaras llevar su caso para acercarme a él y ver si... -

- ¡De ninguna manera! – gritó Mew poniéndose de pie. Mild se mordió el labio para no soltar una carcajada. ¡Bingo! Era la reacción que esperaba de aquel hombre que llevaba conociendo muchos años. Sabía que Gulf no le era del todo indiferente.

- Le sacaré toda la información que necesites, pero además podré de a poco conquistarlo – dijo Mild ignorando la molestia del otro, haciéndose el inocente.

- Yo me voy a encargar de él – sentenció el mayor.

- Bueno – suspiró Mild – supongo que tendré que intentarlo por fuera – dijo para dirigir su vista a los papeles que tenía en la mano y actuar como si nada malo pasara.

- Estás pisando terreno peligroso conmigo Mild – advirtió Mew.

- ¿Por qué? – preguntó con inocencia – después de todo tú solo lo quieres para vengarte y yo quiero que forme parte de vida –

Mew bufó molesto y caminó hasta su amigo, el cual se entretenía mirando unos documentos pero consciente de que el empresario caminaba hacia él. ¿Qué fuera parte de su vida? ¡Tenía días de conocerlo, por amor de Dios!

- Te recomiendo que no te acerques a Gulf Kanawut –

- ¿Por? –

- Porque yo te lo estoy diciendo –

- No voy a intervenir con tus planes – le dijo Mild.

- ¿Estás probando mi paciencia? –

- Para nada Mew, hablo en serio, me interesa Gulf Kanawut –

Jodida la hora en la que mandó a Mild a cuidar la mansión del padre de ese muchacho. No le gustaba para nada que su mejor amigo y mejor empleado hubiera puesto los ojos en él. Eso representaba un enorme peligro para el propósito que tenía en contra del doctor Kanawut, además no quería que su amigo se involucrara con esa familia, podría salir mal parado.

- Cuanto terminé con él podrás acercarte – habló Mew con molestia – antes no ¿Quedó claro? –

- Fuerte y claro, capitán – bromeó el otro pensado que lo más probable era que su querido jefe jamás iba a soltar al pequeño.

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Pensó que por una vez en su vida la suerte estaba de su lado. En el mural de anuncio de la universidad, en una hoja de color naranja estaba un empleo perfecto de fin de semana, buen horario, buen sueldo y en una buena ubicación.

Sin pensarlo arrancó la hoja para que nadie más pudiera verlo e inmediatamente sacó su celular para llamar. Mucha gente lo enviaba porque el móvil que tenía era uno de última generación de la marca OPPO, pero había sido un regalo de la misma empresa pues el CEO de ésta era un viejo conocido de su padre.

- ¿Diga? – contestó una voz.

- Buenas tardes, habló por el anuncio de trabajo de fin de semana –

- ¡Por fin! – dijo la persona del otro lado de la línea con emoción – pensé que ningún estudiante accedería a trabajar en su preciado fin de semana –

- Me interesa mucho el trabajo – comentó Gulf.

- Y a mí tener un asistente lo más pronto posible – afirmó la voz – verás, de verdad me urge tener a alguien para este fin de semana, te envió la ubicación para encontrarnos en una hora ¿Te parece? –

- Sí, por supuesto –

- Perfecto, te enviaré mis datos también, estamos en contacto –

No pasaron ni cinco minutos cuando recibió la notificación de un mensaje de un número desconocido, lo abrió imaginando que debía ser la información de su posible nuevo empleo de fin de semana.

La ubicación era un lujoso y famoso hotel en el que ya había estado antes en un evento al que su "tío" lo había tenido que llevar para aclarar ciertos rumores que los vinculaban como padre e hijo, nada más que la verdad, pero ellos afirmaban fervientemente que su relación de consanguineidad no era esa.

Aunque la voz le dijo que se verían dentro de una hora, mediante la aplicación de Uber pidió un vehículo para lo llevara directamente a "The Siam Hotel", un ostentoso hotel de lujo con unos impresionantes jardines junto al famoso río Chao Phraya en el distrito histórico de Dusit.

El hotel era algo más que hermoso, las suites ofrecían un diseño contemporáneo bastante moderno cubriendo con todas las necesidades que los clientes pudieran tener. En cada habitación ofrecían Wi-Fi gratuito, Smart TV, mini bar, sala de estar y si así lo requería el usuario, mayordomo.

Las suites superiores proporcionaban además de todo eso, una impresionante vista al río; además el hotel contaba con pequeñas villas que tenían su propia piscina privada, terraza en la azotea y jardín. Además de contar con un chalé solo para adultos.

En ese lugar solían dar el desayuno completo y transporte fluvial completamente gratis, todo ese lujo por la nada despreciable cantidad de seiscientos dieciocho dólares la noche.

- Hemos llegado – anunció el chófer de Uber después de exactamente treinta y siete minutos de trayecto. No estaba lejos de la ubicación, pero el tráfico en Bangkok siempre era... pesado, por decir lo menos.  

- Gracias – dijo Gulf abriendo la puerta. Afortunadamente el pago lo había hecho con tarjeta y todo había salido bien.

- Gracias a usted, señor –

Las paredes blancas del hotel, bordeadas de lo verdoso de los árboles y del pasto, le daban la bienvenida. Así mismo un mozo que estaba en la entrada.

- Buenas tardes ¿En qué puedo ayudarlo? –

- Quedé de encontrarme con alguien – respondió Gulf.

- Si gusta por favor seguirme al salón principal –

- Gracias –

El mozo llevó a Gulf directamente al salón principal en donde los clientes se podían reunir en pequeñas pero lujosas salas a tomar un té o un café.

- ¿A quién busca? –

- Al señor Lachenal –

- En seguida será anunciado –

- Muchas gracias –

Aquel mundo de lujos no era del todo extraño para él. Su padre lo había llevado a algunos eventos cuando recién la prensa se enteró de su existencia. Pero era precisamente su progenitor el que estaba familiarizado con toda aquella ostentación. No obstante, podía y sabía cómo comportarse en sitios como aquel. Había tenido que aprender con malos tratos cómo comportarse en sociedad.

Sin nada mejor que hacer, sacó su teléfono celular para tomar unas cuantas fotografías del lugar en lo que esperaba a la persona que podría ser su futuro jefe.

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Como buen hombre de negocios estaba al pendiente del cierre en la bolsa de valores. Nuevamente las acciones de Industrias Kanawut estaban a la baja. Sonrió con satisfacción, sin duda el mal manejo del doctor Khalan sobre sus empresas era evidente, y no solo porque solo era un doctor y no un empresario, sino porque se rumoreaba que dentro de sus negocios tenía ganancias de forma ilícita, específicamente venta de narcóticos de uso no autorizado.

Si ese hombre seguía por ese rumbo, él solo acabaría con su propia empresa pero además de eso, Mew tendría la oportunidad de rematarlo para verlo hundido como siempre debió haber sido. "Missing baby", la melodía que tenía como tono de llamada solo sacó de su concentración, miró la pantalla de su celular y sin expresión deslizo el dedo para contestar.

- ¿No me digas que hablas para cancelar? –

- En lo absoluto – respondió Oliver – solo que he tenido mucho trabajo y quiero saber si puedes venir por mí –

- ¿Qué pasa con su coche? –

- Como pensé que pronto regresaría a Francia cancelé el alquiler, pero resulta que la compañía de eventos ha requerido más tiempo de mis servicios – escuchó un largo suspiro de Mew – vamos hombre, solo ven por mí, por la mañana me iré en Uber –

- ¿Por qué no usas ese servicio ahora? –

- Podemos tener algunos juegos preliminares antes de llegar a tu alcoba o si gustas puedes quedarte esta noche conmigo –

- Sabes que no me quedó fuera de casa – alegó Mew.

- Como un buen chico de mamá ¿Te espero entonces? –

- Iré, pero es la primera y la última vez que lo hago – sentenció con aire de fastidio.

El empresario cortó la llamada y cerró su portátil. Estaba vestido casualmente con unos jeans y una camisa de vestir negra, se veía incluso más joven de los treinta que tenía, pero siempre había sido así, su apariencia juvenil de vez en cuando solía engañar a otros empresarios que le llevaban décadas.

No tenía muchas ganas de salir, pero le veía lo positivo a eso: iba a follar gratis, aunque no tuviera problema para pagar por un buen sexo, era hasta cierto punto agradable no tener complicaciones con Oliver, después de todo ya sabían que le gustaba a cada uno y conocían los límites.

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- Buenas noches señor ¿En qué podemos ayudarlo? –

- Vengo a recoger a alguien –

- ¿Me permite su nombre? –

- Mew Suppasit –

- Enseguida lo anunció señor – se adentró dentro del local.

- Lo menos que puedo hacer es decirle a mi novio que te acerque a casa, ya te he quitado toda la tarde –

- No se preocupe señor Lachenal, puedo pedir un Uber –

- Insisto yo... -

- Han llegado por usted señor –

- Vamos – tomó a Gulf del brazo y lo jaló hasta el estacionamiento donde los esperaba, para fines prácticos su "novio" –

- Cariño – se acercó a hasta el hombre que lo esperaba recargado en su Honda Accord color negro y lo besó con pasión - ¿Podemos llevar a Gulf a su casa? –

Mew se quedó mudo cuando escuchó el nombre de Gulf. Entonces abrió los ojos y prestó atención al chico que acompañaba a su amante. ¿Qué demonios hacia Oliver Lachenal con Gulf Kanawut?

CONTINUARÁ...

Auch! Oliver y Gulf juntos. ¿Qué pasará ahora. 

Recuerden que se aceptan todo tipo de comentarios pero me reservaré de responder ofensas e insultos. 

Hasta el siguiente capítulo. Gracias.

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