Capítulo seis: Ilusión rota

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—¿Tu novio? —cuestionó Rosé sin poder creerlo aún. Bueno, ninguna de las tres aceptaban cierta noticia.

—Así es. Es un gusto conocerlas al fin —agregó él, sonriendo sinceramente mostrando unos bonitos dientes de conejo.

Jennie no le dirigió la mirada, ni mucho menos le sonrió. Sus ojos estaban puestos fijamente en Lisa, intentando que esta le mirara, que notara el dolor que le estaba causando, que se diera cuenta que nuevamente había roto sus ilusiones junto a su estúpido corazón. Sin embargo, la omega la evitó a más no poder. Mostrando una falsa sonrisa ante las demás.

—Bueno, deberíamos subir a la camioneta. Jungkook ha reservado una habitación en el Hotel Luna Central.

Jennie fue la primera en avanzar siendo seguida rápidamente por Jisoo. Rosé iba detrás, conversando con la pareja e intentando hacer que todo se viera normal.

—Hey, cálmate, Jen —la mayor puso una mano en su hombro—. Incluso tu aroma está empezando a cambiar, tienes que relajarte.

La castaña se detuvo al notar que estaban muy lejos de los demás y le dedicó una mirada fría y neutral. Su mandíbula estaba tensa pero por más que se viera terriblemente enojada, tenía unas inmensas ganas de llorar.

—¿Relajarme? ¿Crees que puedo hacer eso cuando acabo de escuchar que Lisa tiene alfa? —soltó con cierto fastidio, estaba herida emocional y sentimentalmente—. Después de que lo pensé tanto, después de decidirme. ¿Piensas que voy a calmarme al ver como la omega de quien estoy estúpidamente enamorada no me corresponde?

—Jennie, basta —la detuvo tomándola de los hombros—. Sé que esto no es fácil para ti, pero a veces no todo está al alcance de nuestras manos.

—Yo la quiero. Maldición, yo realmente la quiero —se sinceró, sus ojos estaban cristalizados y no faltaba mucho para que su voz se quebrara—. ¿Por qué tiene que pasarme esto a mí? —sonrió con tristeza—. ¿Por qué no pudo fijarse en mí? Dime, Jisoo. ¿Por qué no lo hizo?

La mencionada tragó saliva con dificultad al ver a su mejor amiga en ese estado. Nunca en todos esos años de amistad y convivencia la había visto de esa forma.

—No te dejes caer tan fácil —la miró directamente, intentado darle ánimos—. Podrás con esto, quizás no hoy, ni mañana, pero sí lo harás. Por el momento no reprimas tus ganas de llorar, de desfogar todo lo que sientes; pero recuerda, no puedes hacerlo públicamente, a menos que quieras que Lisa o Jungkook se den cuenta.

La alfa sorbió su nariz y negó levemente. Soportando el amargo nudo en su garganta que anhelaba desatarse para así traer el llanto que nacía de su lastimado corazón. Pero no, no podía hacerlo frente a Lisa.

— Ven, sube a la camioneta —la haló hasta el estacionamiento—. Hoy tienes día libre y deberías de descansar.

[...]

Rosé se mordió el labio inferior mientras veía discretamente lo que sucedía a un par de metros adelante, sabía de sobra lo que le estaba pasando a Jennie y deseaba tan mal el poder correr y consolarla como siempre, en medio de un cálido abrazo y muchos mimos de su parte que como mejor amiga omega podía ofrecerle. Pero ya obviamente no era el mejor momento cuando a su lado estaba Lisa y su novio, por lo que solo pudo ingeniárselas con la única razón de que la castaña estuviera lejos y no pudieran percatarse del posible suplicio.

«Jisoo, ve avanzando. Estoy segura que Jennie no la está pasando bien y lo último que queremos es que la situación se ponga incómoda.» —tecleó ágilmente en su móvil. Recibiendo una respuesta positiva casi al instante.

—Hey, ¿por qué se van sin nosotros? —cuestionó Jungkook con diversión al ver que la camioneta avanzó rápidamente—. ¿Nos olvidaron o qué? —la omega mayor sonrió con cortesía.

—Jisoo me acaba de escribir que tienen un compromiso importante en menos de una hora y debían apresurarse —el alfa asintió comprensivo—. Pero no se preocupen, llamaré a la agencia para que nos recoja otra camioneta —Rosé se acercó hacia la pelinegra y le susurró con sigilo—. Y nosotras tenemos una conversación pendiente.

[...]

El trayecto en la camioneta fue silencioso, Jisoo realmente no sabía qué más decir. El estado de ánimo de su mejor amiga se notaba completamente deplorable y le preocupaba.

Al llegar, Jennie abrió la puerta y se detuvo en el marco.

—Agradezco que me hayas acompañado, pero ahora necesito estar sola.

—Espera, puedo hacerte compañía, no es necesario que cargues con esto.

—Lo siento, Jisoo, pero realmente lo necesito.

—Jen.

—No quiero perder el control, así que por favor, retírate —su voz sonó arisca, dolida.

La mencionada suspiró, tratando de entender la posición adversa y asintiendo levemente.

—De acuerdo, pero no olvides que ante cualquier cosa puedes llamarme.

—Lo sé, gracias —antes de cerrar la puerta, le avisó: —Y por favor, dile a Rosé que tampoco querré verla. Quiero tiempo a solas —la azabache afirmó lo pedido y muy a su pesar, se alejó para dirigirse a su apartamento.

Jennie cerró la puerta con brusquedad y el impacto sonó estruendosamente, importándole muy poco. Nada podía sacarla de esa bruma asfixiante de impotencia, decepción y amargura. Rencor con todo, especialmente consigo misma por no haber sido valiente en su momento, en aquel que quizás pudo ser su oportunidad.

En un arranque de ira quiso romper y estrujar la composición que yacía escrita en los papeles que llevaba en sus manos, pero no pudo hacerlo cuando a su mente llegó todas esas madrugadas en las que se dedicó a expresar sus más sinceros y fieles sentimientos a la bonita omega.

Su vista se cristalizó inevitablemente y la primera gota salada cayó en la hoja, dejando como evidencia el dolor que salía de lo más profundo de su corazón que tristemente solo fue ilusionado.

[...]

—¿Ahora sí me explicarás todo esto? —fue lo primero que dijo Rosé al cerrar la puerta detrás suyo.

—No sé a qué te refieres —respondió con desinterés mientras dejaba las maletas cerca al sofá.

—Vamos, Lisa. ¿Qué pretendes trayendo a ese alfa?

—Es mi novio.

—¿Así nada más? ¿En tan poco tiempo? —se acercó, mirándola con seriedad—. No pasó ni un mísero mes desde que te fuiste. ¿A qué está jugando?

—Es mi vida, Rosé, no te incumbe —le respondió con hastío—. Pero para que te quede bien claro, Jungkook y yo nos conocemos desde que él empezó en esta agencia. Es una larga historia que no es de tu importancia.

—¿Entonces por eso dejas que se quede en un hotel en medio de la ciudad cuando podrías traerlo aquí? Vaya, veo que hay mucha confianza en esta "relación".

Lisa resopló, encarada a la mayor.

—¿A qué viene toda esta estupidez? Somos pareja y ya, se acabó. No comprendo por qué te comportas así.

—No, yo sé que muy en el fondo, tú también sabes la razón por la cual ahora tienes un alfa —habló firme—. Soy no tonta, Lisa. Y sé que si te menciono a Jennie, tu mente también se distorsiona en cientos de pensamientos. Porque lo que todos vemos, tú no lo puedes negar.

—¡Ya basta! —exclamó con cansancio—. ¿Por qué metes a Kim en esta conversación sin sentido? Estás diciendo cosas incoherentes, lo mejor será que te vayas —caminó rápidamente, abriendo la puerta e incitando a salir.

—Es obvio que tengo que irme, pero esto no puede terminar así. Realmente no sé qué es lo que te impide hacer lo que en verdad quieres, espero lo soluciones antes de que sea demasiado tarde.

Rosé se largó sin más, dejando a la tailandesa con un mal sabor en la garganta, una cierta culpa debido a sus acciones. Cerró la puerta con desgana, deslizándose lentamente hasta caer sentada al suelo mientras se abrazaba a sus piernas.

—Es mejor así —susurró—. ¿Cómo es posible que ella pudiera fijarse en alguien como yo?

Son solo cosas mías.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro