19.

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Advertencias: fluff y poco drama. AU de híbridos y omegaverse

hola, les traigo algo pequeñito y limdo. tuve una operación hace unos días (nada grave), pero estoy con la vista muy sensible. por lo mismo, pido disculpas si hay muchas faltas de ortografía en este capítulo, me cuesta enfocar bien la vista en las letras del Word ;u;

Yoongi nunca se caracterizó por ser un chico que se preocupara especialmente por la forma en que lucía, ni mucho menos que tomara en cuenta los dichos de otras personas acerca de él o su relación con Hoseok.

Pero los últimos días, una horrorosa e intensa idea pareció asentarse en su cabeza, y no había forma de que se la quitara de allí.

―Oye, ¿crees que soy guapo?

La pregunta tomó por sorpresa a Seokjin, que le contempló a través del reflejo del espejo. Yoongi no pudo con la vergüenza y terminó por desviar su vista.

―¿Qué? ―barboteó Jin―. ¿Esto es una pregunta con trampa?

―¡Es una pregunta seria! ―farfulló Yoongi.

Jin seguía luciendo poco convencido de sus palabras, pero sólo terminó por suspirar, sacudiendo su cabeza.

―Claro que eres guapo ―le dijo Seokjin―, es decir, eres mi primo. No más que yo, pero...

―¡No estoy bromeando, hámster de pacotilla!

Jin bufó.

―¿Estás teniendo inseguridades con Hoseok? ―preguntó en cambio, y Yoongi se encogió en su lugar―. Bah, no te preocupes, Gigi. Hoseok está loco por ti.

―¡No me digas Gigi! ―omitió el ‹‹sólo Hobi y mi mamá pueden decirme así››, ya que alcanzó a callar a último momento.

Molesto consigo mismo por lo que acababa de hacer, salió del baño ignorando los cuestionamientos de Jin. No sabía por qué, pero se había estado comportando muy nerviosamente los últimos días, y eso también ponía de los nervios a Hoseok. Más que eso: le provocaba un montón de inseguridades, y lo que menos quería era eso.

Tomó aire para tratar de calmarse un poco, y aprovechando que era almuerzo, fue en busca de Hoseok al comedor. Sin embargo, lo que debió convertirse en un momento de calma se transformó en furia contenida al ver a Jisung cerca de su novio. Pero le sorprendió un poco ver que Hoseok no se veía nervioso, ni asustado, ni temeroso. Parecía... bastante tranquilo.

Sintió un retorcijón en su estómago al ver la bonita pareja que hacían: ambos ardillitas, con esas esponjosas colitas alzándose y sus orejitas aplastadas contra sus revoltosos cabellos. Estaba seguro de que, si se acercaban un poco más, sus colas formarían un corazón. Casi sintió como le salió un tic ante esa visión.

―¡Yoongi! ―gritó Hoseok al verlo, y le levantó la mano. Jisung le miró con el ceño ligeramente fruncido, pero la pantera corrió a agarrarle la mano a su novio―. Jisung me estaba invitando al parque de diversiones mañana.

Tuvo que haber puesto una cara horrible, pues la ardilla alfa soltó una risa forzada, como tratando de restarle importancia a sus palabras.

―Bueno, no tan así ―se apresuró en decir Jisung―. Es decir, nos han asignado un trabajo junto, ¿cierto, Hoba?

¿Hoba? ¿Quién se creía ese idiota para decirle de esa forma a su bebé? Ese cretino se estaba ganando un puñetazo.

―Um, sí ―por primera vez, vio un brillo de inseguridad en los ojos de Hoseok―. La profesora de biología nos ha pedido hacer parejas con especies iguales o similares a la nuestra, para ver el tema de la alimentación y nutrición o algo así...

Yoongi no entendía de qué le estaba hablando, pero lo único claro que podía sacar de eso es que el idiota de Jisung estaba lanzándole miraditas a su novio. ¿Acaso creía que no lo podía ver? Era como si se lo quisiera comer con la mirada. Imbécil.

―Jisung ha dicho que luego de eso, podríamos ir a algún parque ―continuó Hoseok―, y le he dicho que sí.

Yoongi, si hubiera estado bebiendo algo, lo habría escupido en ese instante. ¿Queeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeé?

Tuvo que haber puesto una cara muy extraña, porque pudo ver otra vez la inquietud en ojos de Hoseok.

―Es decir, si tú no quieres... ―tartamudeó el chico.

Yoongi miró a Jisung, que le estaba contemplando con una sonrisita de superioridad. De seguro, si Yoongi se ponía en modo celoso, esa ardilla idiota lo aprovecharía para meterle en la cabeza a Hoseok que era una pantera posesiva que pronto lo alejaría de sus amistades. Sí, ya lo podía ver.

―No es eso ―contestó Yoongi, todavía con el ceño fruncido―. Me preocupa que este idiota vuelva a reírse de ti.

Bueno, aborten misión. No fue la mejor forma de decirlo, ni el instante para hacerlo, pudo notar la forma en que el rostro de Hoseok decayó. Jisung se veía tenso y fuera de sí, también sorprendido por el arrebato de Yoongi.

―Hopi ―masculló―, ¿podríamos hablarlo...?

―No, ya entendí ―se quejó Hoseok, quitándole su mano―. Nos vemos, Yoongi.

Y sin decir nada más, la ardillita se marchó a paso retraído, viéndose deprimido y muy, muy triste.

―Vaya ―comentó Jisung―, y ni siquiera tuve que... ¡Woah!

Yoongi ya no pudo controlarlo más y agarró a Jisung de la camisa, tirando de él contra una pared. Pudo ver cómo el chico se intimidó ante su aspecto, y la pantera se pudo sentir orgullosa, por primera vez, de ser un carnívoro con aspecto aterrador.

―Escúchame, imbécil ―le dijo, irritado―, como lo trates mal y le hagas llorar, te arrancaré la cola y te la meteré por la boca, ¿entendido?

―¡No... no es necesario ser tan... tan agresivo, Yoongi! ―tartamudeó la ardilla.

―¿Me has entendido? ―gruñó Yoongi.

―¡Claro, claro!

Sólo ahí lo soltó y Jisung salió corriendo, asustado de que se lo pudieran comer. Yoongi bufó, molesto consigo mismo por lo que acababa de ocurrir. No quería ir detrás de Hoseok, porque sabía que debía sentirse un poco herido con lo que dijo. Casi lo hizo ver como si no pudiera dejarlo solo con nadie, porque ya le iban a molestar.

Al día siguiente, en la mañana, Hoseok se arregló para ir con Jisung al parque de diversiones. La verdad es que, de alguna forma, le entusiasmaba salir con él, ¡y no de una forma romántica! Eso lo tenía claro. Pero era agradable tener un amigo de su misma especie que no fueran sus hermanos. Cuando niño, las ardillitas solían molestarlo demasiado porque estaba gordito, y eso hizo que se perdiera varios episodios de su vida. Sin embargo, ahora...

Jisung le pidió varias veces perdón y decidió confiar en él una vez más. Tal vez era un poco arriesgado, pero no quería pasar su vida encerrado y lejos de todo el mundo por sus miedos. Hoseok quería ser capaz de enfrentarse a esos temores, para así ser una digna pareja de Yoongi.

Sabía que no tenía la elegancia ni el porte de una pantera, aunque podía ser tan valiente como una. Hoseok quería tener esa valentía y complementar las diferencias que pudiera tener con su pareja. Además, se esforzaría un poco más en bajar de peso para dejar de pasar vergüenzas y quererse un poco más. Tal vez nunca llegara a ser un modelo de revista, pero trabajaría en su amor propio y en sentirse a gusto con su propia piel. Él sería digno de Yoongi.

Incluso ya le perdonó el arrebato que tuvo el día anterior. Después de estar con Jisung, iría a verlo a su casa y se harían arrumacos, ¡qué mejor panorama!

Por eso mismo, se puso bonito para su salida. Pintó sus labios de rosado, se aplicó rímel verde en sus pestañas y se vistió con una enorme sudadera verde oscuro con un sol con cara de ardilla en el centro. Le quedaba tan grande, que casi podía ser un vestido, pero le gustaban las prendas de ese tamaño. Llenó su bolsito con bellotas y fue al parque.

Jisung fue bastante amable y caballero con él. Le dijo que estaba muy bonito y Hoseok se lo agradeció, ruborizado. Subieron a juegos de poca altura y algunos de agua, y el omega se divirtió mucho. Incluso se permitió comer papas fritas, feliz por lo bien que lo estaba pasando.

A media tarde, Jisung comenzó a ponerse nervioso. Fue cuando decidieron jugar un juego de botellas. ¡el que las derribaba todas, podía escoger un peluche gigante!

―¿Cuál quieres tú? ―preguntó Hoseok, cuando Jisung iba en su tercer intento.

―Um, ese de araña, para asustar a mi hermana menor ―le dijo la ardilla, fracasando y bufando―. ¿Y tú, Seok?

―¡El de ardilla! ―dijo, señalando el peluche de ardilla que agarraba una frutilla―. Es muy lindo.

―Como tú.

Se rió ante las palabras de Jisung antes de pedir su turno. Para sorpresa de todos, Hoseok derribó las botellas y pidió la ardilla, llevándose una grata sorpresa cuando, al sostenerla y apretarla, el peluche emitió un chillido escandaloso. Hoseok no podía con la risa.

―Oye, Hoba...

Qué raro se le hacía, pensó mientras se volteaba hacia Jisung, escuchar ese sobrenombre en labios de otro chico que no fuera Yoongi. Eso lo hizo extrañarlo demasiado, ¿cómo era posible? Lo vio el día anterior y le envió un mensaje horas antes, además, pronto lo vería. Pero extrañar a Yoongi era algo ya natural en él, como respirar o tomar agua. Él amaba demasiado a su novio, era el único chico en su corazón.

―¿Pasa algo, Jisung? ―preguntó Hoseok, mientras caminaban por los puestos atiborrados de gente.

―Um, sí ―el omega le prestó atención al alfa, que se veía un poco avergonzado―, la verdad es que quería volver a pedirte perdón por lo que hice cuando éramos niños. No lo pensé bien, fue muy inmaduro de mi parte y te hice mucho daño.

―Oh... ―Hoseok fue a sentarse a una banca, con Jisung a su lado―, bueno, está bien, no pasa nada. Fue hace mucho...

―Sí ―concedió Jisung―, pero eso no evita que te haya dañado. Cuando se lo conté a mis padres, ellos se enfurecieron conmigo y me dijeron que no fue bueno que hiciera eso. Ellos me hicieron ver mi error.

Error. A Hoseok se le hacía un poco extraño escuchar esa palabra, como si haberse reído de él o maltratarlo fuera algo que no se pudiera controlar, algo que no era premeditado. Hoseok entendía un error como pasar a derramar un vaso con jugo, o empujar a alguien sin querer. Pero lo que le hicieron a él, ¿fue un error?

―Acepto tus disculpas ―le dijo Hoseok, amable y abrazando la ardilla de peluche―, no tienes que atormentarte más por eso.

―Lo hago ―se apresuró en decir Jisung, y el omega lo observó con desconcierto―, es que... Hoseok, cuando te vi hace unas semanas, no pude evitarlo y mi alfa enloqueció contigo.

―¿Cómo? ―tartamudeó Hoseok, sorprendido.

―Sí, mira ―el color pintó el rostro de Jisung―. Te traje frambuesas.

―¡Ooooooooooooh!

Hoseok miró a Jisung sacar de su bolso un recipiente lleno de frambuesas, rosaditas y listas para comer. El chico se veía todavía muy enrojecido.

―Me acordé... ―continuó Jisung, tímido―, me acordé del campamento. Te gustaban mucho las frambuesas que sacábamos de las matas.

Una de las actividades favoritas de Hoseok era buscar fresas, porque además, podía pasar mucho tiempo con Jisung. Ahí el chico era más bien indiferente con él, antes de contarle sus sentimientos, pero no le molestaba y eso era suficiente para sentirse enamorado, pensaba el omega.

Por otro lado, era un regalo digno de un cortejo para las ardillas. Siempre los regalos de frutas eran una forma de proponer un noviazgo.

―Jisung... ―murmuró Hoseok.

―Te haré el omega más feliz del mundo ―aseguró Jisung, seguro de sí mismo―, y te cuidaré de todos los que te quieran hacer daño.

Hoseok miró a su alrededor, todavía algo atónito de encontrarse en esa situación. Era la primera vez que un híbrido de ardilla le pedía algo, y una pequeña parte suya, se emocionó un montón ante lo que significaba.

―Gracias ―le dijo, sonriendo con dulzura―, pero Jisung, tengo que rechazarte. Ya tengo un alfa.

Pudo notar la expresión de la ardilla ponerse un poco triste, pero Hoseok no se arrepintió de sus palabras.

―Sí, lo sé ―se apresuró en decir Jisung―, y si tienes miedo de terminar con él...

―¡No, por supuesto que no! ―saltó Hoseok, sacudiendo su cabeza―. No es eso, Jisung, ¡de verdad! ―le sonrió, avergonzado―. Es sólo que... que yo amo a Yoongi, ¿vale?

―Hope ―Jisung mordió su labio inferior―, es una pantera, tú y él...

―Estamos hechos el uno para el otro ―afirmó Hoseok, con toda la seguridad del mundo―. Tal vez es un poco apresurado, pero yo... yo realmente lo amo. Mi omega lo reconoce como su alfa, y vamos muy en serio.

Jisung se quedó un momento en silencio, haciendo un leve mohín de disgusto ante sus palabras. Por un breve momento, Hoseok pensó que le diría alguna grosería por haberle roto el corazón, pero no fue así. Jisung sólo suspiró.

―Llegué tarde, supongo ―murmuró, desanimado.

Hoseok no quiso decirle que sí. Tal vez, pensó, si Jisung hubiera llegado un semestre atrás, antes de haber conocido a Yoongi, y se lo hubiera propuesto, él habría aceptado. Hoseok siempre soñó con ser cortejado por una ardilla.

Sin embargo, las cosas no siempre resultaban como uno esperaba, y la vida podía dar muchas vueltas. Y él era feliz ahora, con Yoongi.

Se inclinó y le dio un beso en la mejilla.

―Algún día ―le dijo Hoseok, y fue como si se estuviera diciendo esas palabras años atrás, cuando era sólo un niño―, llegará alguien perfecto para ti. Sólo debes esperar.

Jisung asintió, apenado todavía.

Luego de eso, decidieron dejar la salida hasta allí, y Hoseok se dirigió a casa de Yoongi a darle una sorpresa. Ahora, más que nunca, quería abrazos y besitos de su alfa.

Llegó media hora después, tocando la puerta y siendo recibido por la madre de la familia.

―¡Hola, Hoseok! ―saludó ella, animándolo a entrar―. Qué bueno que lo vienes a ver, anda de muy mal humor. Se ha pasado todo el día refunfuñando y ni siquiera quiso bañarse. Sigue en su pijama de Kumamon.

Después de conversar unos minutos con la mujer, subió al segundo piso y tocó la puerta de Yoongi. Pudo escuchar un gruñido.

―No quiero comer, mamá ―se quejó alguien por dentro.

―¿Ni siquiera quieres comerme a mí? ―preguntó, abriendo la puerta y asomándose.

Yoongi saltó al escuchar su voz, sentándose en la cama de golpe y mirándole con desconcierto.

―¿Hobi? ―farfulló―. ¿No estabas en una cita con Jisung?

―No era una cita ―le dijo, entrando y yendo a sentarse a su lado―, ¿pasó algo, Yoonie?

―¿Ah? Claro que no ―Yoongi le agarró la mano―. ¿Por qué preguntas, bebé?

―Tu mamá dice que estás de mal humor.

―Déjala, no sabe de lo que habla ―Yoongi tiró de Hoseok sobre la cama, y pronto se acurrucaron entre las sábanas―. ¿Y esa ardilla?

Hoseok se rió y la apretó. Resonó un chillido en la habitación que hizo a Yoongi fruncir el ceño. Era un sonido muy irritante.

―¡Te la traje para ti! ―le dijo Hoseok, y enseguida la pantera cambió su cara a una de felicidad―. Como dices que siempre me extrañas, ¡ahora ya no lo harás más con ella!

Yoongi recibió la ardilla, sin dejar de sonreír y comenzando a llenar la carita de Hoseok de besos. Eso provocó más risas en el omega.

―Pero no es lo mismo ―se quejó Yoongi―. No es tan linda como tú.

―Um, ¿tú crees? ―jugueteó Hoseok, dándole suaves besos al alfa en la mejilla―. ¿Y si la dejo impregnada en mi olor?

―Tal vez ahí sí...

Comenzaron a hacerse nuevos arrumacos bajo las sábanas, besándose y haciéndose cosquillas de forma descarada. Pronto, el peluche quedó olvidado y la habitación se inundó de feromonas dulces.

―Eh, chicos, ¿no están teniendo sexo?

Hoseok chilló al escuchar al padre de Yoongi y empujó a la pantera fuera de la cama. Yoongi tenía que aceptar que el ruido que soltó Hoseok era muy parecido al de la ardilla peluche.

―¡Claro que sí, digo que no, señor Min! ―gritó Hoseok, apareciendo con el rostro pintado de rojo, los labios hinchados y los ojos llorosos.

―¡Qué bueno, es hora de cenar! ―dijo el hombre, animado, y se retiró, no sin guiñarle un ojo a su hijo.

Yoongi lo iba a matar.

Hoseok lo ayudó a ponerse de pie y le dio un beso más en la punta de su nariz.

―Te invitaré cuando no haya nadie y terminaremos eso ―le susurró Yoongi, y los ojitos de Hoseok brillaron por la emoción.

Hoseok no se arrepentía de haber esperado para que llegara alguien perfecto para él. Valió la pena hacerlo.

me gustaría preguntarles qué otros idols híbridos se imaginan uwu la verdad sólo escucho a bts y soy oyente casual de pocos grupos, por lo mismo, a veces me quedo sin gente para poner jejeje

¡gracias por leer!

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