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Su cuerpo desnudo se encontraba boca abajo y estaba enredado con su propio cobertor. Tenía calor y quería destaparse por lo que, comenzaba a patalear intentando quitarse la tela pegada y envuelta a sus piernas. Se giraba con la intención de levantarse de la cama, pero solo lograba girar como un maldito zombie y caer directo al suelo.

— ¡...! Mmm... ay —giraba sobre el suelo solo un poco adolorido por la caída, la voz ronca era debido a la garganta seca y rasposa.

Jungkook se despertaba con la luz que desprendía de su ventanal. Mierda, no había cerrado las cortinas anoche cuando había llegado.

Momento ¿y como mierda había llegado? ¿cómo mierda se encontraba a salvo en su apartamento...? A duras penas fregaba sus grandes ojos para poder abrirlos y acostumbrarse a la luz. Miraba intentando focalizar el lugar y reconocía su propio apartamento, su suelo, su cama, su cobertor envuelto en sus musculosas piernas, pero...

— ¿Cómo mierda llegué? ¿y por qué no traigo ropa? —susurraba sentándose sobre el suelo y agarrando su cabeza para presionar la zona de la sien—. ¡Aaah! mierda... —dolía, una auténtica resaca pasándole factura.

Apretando sus ojos y manteniéndolos fuertemente cerrados, se sostenía del colchón y se ayudaba a ponerse de pie, para luego estabilizarse y... Kim Seokjin dormía, al parecer semi vestido sobre su cama.

— ¡No! Ahh... No, no —Jungkook se alejaba y volvía a caer, esta vez de la tarima donde su cama y placares se hallaban.

Chillaba del dolor al aterrizar por segunda vez en el suelo y sentía su corazón latir desbocado y alocado, demasiado rápido. ¿Taquicardia? ¿sufriría un infarto?

¿Qué mierda hacía el imbécil ese en su cama?.

Miraba su cuerpo desnudo, con solo su boxer cubriendo sus partes  e instantáneamente llevaba sus manos a sus glúteos y... Suspiraba, el culo no le dolía y si miraba con detenimiento el cuerpo del Barman, este llevaba sus pantalones puestos, pero sin nada encima de su torso, por lo que lograba ver esas dos mangas de brazos tatuados y torso blanquecino sin dibujo alguno.

Jungkook se encontraba petrificado del pánico ¿qué mierda había hecho?. Más allá de que su cuerpo no pareciera doler—considerando que hacía ya un tiempo largo no había estado con nadie—si hubiera tenido sexo estaría adolorido, eso sería seguro, pero nada dolía, solo su cabeza.

« ¿Pero cómo mierda llegó a mi apartamento y a mi cama? »

Jungkook llevaba su cabello hacia atrás y miraba la ropa tirada por el piso, precisamente la suya, más una camisa y chaqueta que al reconocerlas era obvio que pertenecían a SeokJin. Caminando alrededor de su cama, con su pulso acelerado y palabras estancadas en su garganta, intentaba recordar que mierda había pasado.

¿Habían tenido sexo? ¿Él había rogado por eso?, mierda, mierda, mierda. Él no recordaba con exactitud nada de la noche anterior, pero estaba seguro que al estar ebrio habría solo una cosa que querría y no lo recordaba, pero no lo ponía en duda.

—Por esto no bebo, por esto no bebo —repetía, caminando alrededor de la cama y viendo cómo aquel hombre dormía pacíficamente hasta que—... Oh, mierda ¿yo le hice eso?

Los ojos de Jungkook estaban pintados de un pánico que pronto lo haría respirar agitado y comenzaría a hiperventilarze. Kim Seokjin, tenía un enorme chupón en la zona izquierda de su cuello que, apenas lograba ver y diablos. Mierda. Carajo... Sólo había un culpable, un solo responsable por esa marca.

— ¿Qué hice, qué hice, qué hice? —repetía para sí mismo, girando sobre sus talones y viendo su reflejo en el espejo frente a él—. ¡Aish! ¡¿Tiene que ser una maldita broma?!

El pelinegro encontraba dos chupones en su piel que solo podía contemplar desde el propio reflejo que un espejo le devolvía. Tenía un chupón entre la unión del cuello y el hombro. Y otro chupón en su clavícula. Pataleaba en contra de su propia voluntad y dolor de cabeza para dejar salir la frustración, hasta que notaba que SeokJin se sentaba sobre su cama y lo miraba confundido y algo perezoso.

Y muy jodidamente relajado.

—Hey... —soltaba con voz ronca, mirando a Jungkook a través del espejo.

El pelinegro sentía como su sangre hervía dentro de su cuerpo y se giraba sobre sus talones con sus ojos entreabiertos y fijos en el Barman.

— ¿Hey? —repetía Jungkook entre dientes—. ¿Hey?

—Oye... —Seokjin alzaba sus manos en señal de paz al notar las orbes del menor destilar fuego... Y no fuego del candente. Sino del que provocaría un incendio y uno muy malo—. Kook~...

— ¿Kook? ¿Kook? ¿Hey? —repetía dando unos amenazantes largos pasos que lograban hacer que SeokJin retrocediera, alejándose de él—. ¿Dime por qué mierda estas en mi apartamento y en mi cama, amaneciendo como la misma nada? —susurraba, mientras subía a la tarima donde se ha hallaba su cama y lograba sacar al castaño del todo de ésta.

Jin alzaba sus manos y Jungkook se enfurecía más porque el tipo se veía jodidamente-bien. Notaba como SeokJin seguía con sus manos en alto, como poniéndole un párate.

—No es lo que piensas —susurraba.

—Repite eso porque mi cuello... ¡Tiene tus jodidas marcas! —gritaba exasperado corriendo en dirección al castaño, quién de inmediato corría lejos para salvar su vida del cuerpo musculoso y enfurecido de Jeon Jungkook.

— ¡No te hice nada! ¡Lo juro! —corría por toda la sala.

— ¡Dime otra maldita mentira! —replicaba Jungkook siguiéndolo.

Sino fuera porque estaba furioso, la escena sería completamente divertida. Bueno, de hecho lo era. Y Seokjin no podía evitar reír por eso mientras intentaba escapar de Jungkook, logrando que este otro se enfureciera peor.

— ¡Y deja de reír y ven aqu-...! —Jungkook estiraba su mano y lograba rasguñar la espalda de SeokJin, logrando que este tropezara con la ropa del suelo y cayera de bruces al suelo.

— ¡Mierda! —se quejaba intentando levantarse, pero de inmediato sentía el cuerpo de Jungkook sobre él. Más precisamente, la prominente erección matutina del chico presionando sobre su espalda baja.

Jungkook ponía sus manos sobre las muñecas de  SeokJin y lo sostenía allí, inclinándose sobre este y murmurando en su oreja.

—Dime todo lo que pasó anoche y más te vale no omitir ningún jodido detalle —susurraba.

Ay, hombre. SeokJin no quería ser un jodido libidinoso, pero no podía evitarlo. Sentía el cuerpo de Jungkook, el calor de este sobre su espalda, el miembro golpeando contra su cuerpo y el suyo propio adolorido contra el suelo de madera del pelinegro.

Su mejilla golpeaba contra la fría superficie bien encerada.

—Tú me pediste que me quedará —respondía con voz amortiguada—, tú quisiste que fuéramos al segundo nivel

— ¡Hijo de-...! —Jungkook lo soltaba y giraba sobre el suelo.

De acuerdo, el niño bonito era mucho más fuerte de lo que esperaba, había sido girado cual bolsa de papa y no había podido evitar gemir al respecto porque su espalda, había aterrizado bruscamente sobre el piso. Y ahora la cosa se ponía más interesante. Jungkook estaba encima de él, ardiendo de pura irritación y mal humor, pero estaba encima de toda su matutina erección.

—Ay, Kook —sollozaba en contra de su voluntad intentando empujarlo, pero nuevamente el pelinegro lo tomaba de sus brazos y lo retenía, más fuerte de lo esperado y con su rostro lleno de rabia.

— ¿Por qué estás aquí? —preguntaba Jungkook.

—No hicimos nada —respondía con seriedad.

El pelinegro entrecerraba sus ojos dudoso y miraba en dirección al enorme chupón que SeokJin tenía en el cuello, apretaba sus ojos y era obvio que no se sentía a gusto  con el resultado.

—Lo digo en serio —susurraba SeokJin viéndole fijamente—. No hicimos nada

—Tienes un chupón y yo tengo dos, no me digas que no pasó nada —susurraba.

— ¿Podrías soltarme y así poder hablar como dos adultos civilizados? —pedía el castaño.

Jungkook se inclinaba sobre él y susurraba—. No lo sé, Jiiiin... ¿Eres un adulto civilizado?

SeokJin apretaba su mandíbula y hacía una esfuerzo mayor por erguirse y estirarse para estar más cerca del rostro de Jungkook.

—Yo no soy el que está reaccionado como imbécil y pretendiendo no querer nada de lo poco que sucedió anoche

— ¡Ya! —gritaba Jungkook en su rostro, apretando sus ojos y negando con su cabeza—. Dime que no pasó. Dime que no pasó —repetía con sus ojos cerrados.

SeokJin se sentía claramente ofendido. Él tenía una larga fila de amantes que querrían hacerle muchas cosas y que se dejarían hacer aún más, sin embargo aquí estaba con el niño histérico que lo veía como un completo cerdo.

—No lo hicimos, pero te morías de ganas —susurraba con total y pura provocación.

Jungkook abría sus ojos y su boca, pero se quedaba sin habla y volvía a negar.

—Mientes —atacaba, soltando al Barman bruscamente, pero sin levantarse de su regazo.

SeokJin aprovechaba y se erguía un poco más con la ayuda de sus manos.

—Sabes muy bien que no miento, niño bonito

—Tú lo hiciste a propósito —contraatacaba, acercándose al rostro de SeokJin.

— ¡Ha! ¿Eso crees? —cuestionaba SeokJin, con el mismo tono duro y perdiéndose en el bonito rostro del chico encima de él.

Jungkook tragaba duro y de repente se miraba a sí mismo encima de SeokJin. Su rostro se tornaba rojo al notar que su cuerpo estaba respondiendo.

«Traicionado por mi libido. Mierda»

SeokJin se daba el lujo de bajar la mirada y notar que Jungkook se veía demasiado bien encima de él. Los recuerdos de la madrugada le golpeaba de repente y su cuerpo entraba en calor aún más rápido de lo esperado.

—Tú me pediste que subiera —añadía Jin, con un tono más tranquilo—, yo solo me sentí responsable por ti y te traje hasta tu puerta.

Jungkook relamía sus labios y se ponía de pie, corriendo rápidamente al placard por un pantalón más cómodo. Se le veía irritado sacudiendo la prenda para desdoblarla y luego poniéndose bruscamente la misma en cada pierna. SeokJin se levantaba del suelo y caminaba en camara lenta por la sala viendo dónde había volado su camisa cuando Jungkook se la había quitado.

—Tuyo —soltaba el pelinegro al otro lado, llegando a donde estaba y extendiéndole la prenda.

—No hicimos nada —afirmaba el barman, mientras se colocaba la prenda frente a un Jungkook que tenía un notorio puchero en sus labios.

«Dios~...» pensaba SeokJin.

— ¿Cómo explicas esto? —mencionaba Jungkook con tono duro, pero al parecer poco más relajado que minutos atrás.

Éste se estaba tocando su propio cuello. El castaño suspiraba y fregaba sus ojos. Dios, era muy temprano para que estuviera despierto y discutiendo con alguien que podría haberle dado un buen polvo. Pero no, era "Jungkookzilla" no el "Kook" de la madrugada ardiente.

—Me dejé llevar unos segundos —mencionaba. Jungkook apretaba sus dientes—, es muy difícil contenerse cuando ruegas por sexo con ojos lujuriosos y labios rojos.

El pelinegro sabía que había sido una especie de provocación y halago al que su cuerpo respondía positivamente, pero su mente se negaba—. ¡Mientes! —soltaba acercándose de forma amenazante, pero eso solo ponía un poco de condimento a la situación para volverla más tensa, porque no podía evitar mirar los labios hinchados que SeokJin tenía aquella mañana.

Éste seguía con la camisa desprendida por lo que era arrebatadoramente sensual la imagen que tenía. Jungkook también estaba sin remera frente a él con solo unos pantalones deportivos y su ondulado cabello negro, algo despeinado. También dejaba sin aliento a su acompañante.

—No miento y lo sabes —susurraba SeokJin y abría un poco más el cuello de la camisa—, esto no me lo hice solo

—Cierra la boca —pedía el pelinegro agarrándose la cabeza—. ¿Yo-...? —apretaba sus dientes y sus ojos—. ¿Yo que hice? —preguntaba muy en contra de su voluntad.

SeokJin lo miraba y suspiraba—. Fuiste un ser humano común y corriente, Jungkook —exclamaba sin burla alguna—. Sólo querías lo que muchos en ese estado

— ¡Oh, claro! —Jungkook se alejaba riendo sarcásticamente—. El tipo que está acostumbrado a que todo el mundo quiera follar con él

—Pues tú lo querías y me rogaste toda la maldita madrugada mientras me comías la boca y querías bajar para comerte otra cosa —atacaba SeokJin, exhausto de tanta negación y ofensas.

Se giraba sobre sus talones y se dirigía en busca de sus zapatos, de nuevo no estaba seguro donde estaban porque la forma en la que Jungkook lo había desvestido había sido abrazadora, desesperada y necesitada.

Nada que ver con el chico de ahora, que lo veía apretando sus dientes y expandiendo sus fosas nasales. «Hijo de la gran mierda» pensaba el menor, girando a SeokJin otra vez y propiciandole un fuerte empujón le señalaba con su dedo índice, acercándose peligrosamente.

Ahora el barman no estaba seguro si eso había sido excitante porque tenía miedo de que Jungkookzilla pudiera golpearle el bonito rostro que se cargaba.

Lo tenía nuevamente acorrolado contra la pared más cercana y añadía—. Yo-nunca-dormiría-con-alguien-como-tú —murmuraba segurísimo.

SeokJin suspiraba, evitando creer que de igual forma, le parecía irresistible.

—Nunca digas nunca —mencionaba a lo provocador.

Jungkook replicaba—. Hablo en serio

—Es una lástima —mencionaba seguro de inmediato—, porque tú y yo seríamos grandiosos follando y lo poco que tuve de ti anoche fue exquisito

—Estaba borracho —mencionaba el pelinegro—, tú me emborrachaste

—Voy a corregirte. Tú bebiste porque así lo quisiste —afirmaba—. Hice el trago frente a ti, que te hayas distraído en el proceso no fue mi culpa. Y jamás fue la intención terminar en tu cama, contigo pidiéndome que te follara y besará porque hacía mucho tiempo que nadie lo hacía —refutaba con cólera ante la supuesta acusación de una especie de abuso por su parte.

Jungkook sentía un calor ascender a su cuello y su rostro. Si, seguramente y estaba colorado como un maldito tomate. No podía creer que había mencionado algo tan privado como aquello. No es que le diera vergüenza no tener una vida sexual activa, más bien se trataba de haber usado aquello para intentar ligarse al tipo frente a él.

Se alejaba avergonzado y aparentando sus dientes.

—Solo vete —pedía sin verle a la cara.

SeokJin resoplaba e iba en busca de lo que le faltaba, con la total intención de salir descalzo. La camisa abierta, más los zapatos, chaqueta y su mochila en la mano.

— ¡Espera, espera, espera! —pedía Jungkook de repente, poniéndose entre la puerta y Seokjin—. Vístete y sal decente.

SeokJin abría sus ojos y formaba un puchero despreocupado en sus bonitos labios.

—Estoy saliendo con mis pantalones puestos, eso ya es bastante. Una vez me echaron con mi bóxer balenciaga blanco y una camisa hawaiana —se remontaba hacia algún tipo de recuerdo turbio para el pelinegro.

Jungkook chasqueaba su lengua y apretaba el puente de su nariz.

—No me interesa las condiciones en las que haz salido. O si en mejor o peor estado del apartamento de alguien más ¡pero estás saliendo del mío en este momento! —regañaba—. Sólo vístete y sal como un adulto decente, por favor —rogaba suavemente luego.

—Oh, ahí está Kook —se mofaba.

Jungkook enseriaba sus rasgos de inmediato—. ¿Por qué me sigues llamando "Kook"?

—Porque el chico de la madrugada, me dejó —afirmaba—, era mucho más relajado

—Más fácil querrás decir —sentenciaba el pelinegro.

SeokJin suspiraba sonoramente y se alejaba para ponerse decente. Abrochaba su camisa y luego iría por sus zapatos, pero su lengua era más rápida que sus pensamientos.

—El Kook alcoholizado vive como debería de vivir el sobrio ¿sabés?

—No te lo pregunté, Jiiiin —setenciaba de brazos cruzados. Viendo como el tipo frente a él se abrochaba la camisa dejando ver las últimas capas de piel.

Jungkook quería tocar y se maldecía muy interiormente por no poder recordar haber besado a ese tipo. Pero un momento ¿qué tanto había tocado y besado realmente?

«Enfócate, Jeon»

— ¿Por qué dices mi nombre de esa forma? —cuestionaba el barman, llamando su atención—. "Jiiiiin" —imitaba con una voz ridícula.

—No lo sé. Es mi forma de burlarme —mencionaba Jungkook, buscando rápidamente una remera.

—Oh, si es por mi, puedes quedarte sin ropa —se burlaba SeokJin, mientras estaba sentado en la punta de la cama.

Jungkook se vestía rápidamente y tomaba uno de sus almohadones y se lo arrojaba al susodicho.

— ¡Hey! —Se quejaba el mayor, acomodando su cabello despeinado.

—Te sigues pasando de listo —murmuraba el pelinegro.

—Ya, Kook —provocaba.

—Jungkook

—Nop, anoche me diste el derecho de llamarte Kook. Los niños y los ebrios, siempre dicen la verdad —mencionaba—, y es muy interesante lo fuerte que el vodka te pega

—Ya vístete y vete —pedía Jungkook, echando su cabello hacia atrás.

— ¿No quieres saber que hicimos? —preguntaba  SeokJin, minutos después de un largo silencio donde Jungkook solo podía ir y venir frente a él como gato encerrado.

A paso lento se detenía en seco y lo miraba con una vergüenza que le cubría de pies a cabeza mientras SeokJin caminaba relajado hacia él. No podía evitar alejarse y negar con su cabeza.

—Olvídalo —exclamaba  de inmediato Jungkook—. Olvída lo que pasó.

SeokJin hacía una mueca que denotaba no tomar en serio a Jungkook. Iba en dirección a la puerta y esta era abierta por el dueño del apartamento. Luego de mirarlo unos segundos, negaba rotundamente.

—No puedo, lo siento —exclamaba el castaño—. Te hice una promesa y la cumpliré.

Jungkook fruncía su ceño y preguntaba—. ¿Promesa? ¿De qué estás hablando?

—Al Kook ebrio de la madrugada —mencionaba—. Le dije que le enseñaría a relajarse, vivir y saber cómo ser soltero.

Jungkook abría su boca y luego chistaba—. No haremos eso —negaba—, mi estilo de vida y lo que deseo es muy diferente a lo que tú podrías enseñarme y la clase de tipo que eres —señalaba con una mueca todo el cuerpo de Jin.

El barman suspiraba—. El Kook ebrio mencionó que te negarías

—Deja de hablar de mí como si tuviera doble personalidad —ordenaba el pelinegro tenso.

— ¡Pues pareciera! —replicaba SeokJin—. Tu otro yo me pidió que le ayudará a relajarse más seguido en el futuro y luego me advirtió, que "Jungkookzilla" se negaría y continuaría con sus sitios ridículos de citas y su sueño del hombre perfecto

— ¿Jungkookzilla? —replicaba entre la ofensa y la sorpresa.

¿Cómo sabía Jin ese apodo?

—Oye, lo dijiste tú, no yo —se defendía de inmediatamente.

—Mientes, yo no podría haberte dicho eso —soltaba serio.

—Nop. No miento —afirmaba SeokJin orgulloso—. Necesitas disfrutar la vida de soltero como corresponde

—No lo haré como tú —acusaba.

— ¿A qué te refieres como yo? —cuestionaba SeokJin parado en la entrada.

—Un hombre o mujer diferente cada día o semana ¿en serio? —acusaba Jungkook cruzado de brazos—. Imposible que le pidiera a alguien como tú que me "enseñe a ser soltero" —hacía comillas.

SeokJin suspiraba—. Soy un poco korean-lover, pero no tengo un chico diferente cada semana

— ¿Ah no? —soltaba Jungkook con sarcasmo. SeokJin estaba a punto de responder, pero su teléfono sonaba y lo sacaba sin problema frente a un Jungkook que lograba leer el nombre en la pantalla—. Pff, HyunJin... Pobre imbécil

—Cuida esa bonita boca que tienes —soltaba SeokJin con voz grave y la mirada fija en Jungkook. Cortaba la llamada y volvía a guardar el teléfono—. Si no me crees, revisa dentro de tu laptop, dejaste una nota personal para tí con tu propia letra

—Mientes —soltaba otra vez. ¿Qué tenía ese tipo que lograba irritarlo?

— ¡Aish! —el barman dejaba caer su cabeza hacia atrás y el pelinegro se perdía en ese largo cuello marcado—, eres una pesadilla —acusaba y luego se acercaba amenazante al menor, rozando su nariz a la ajena y logrando dejar a Jungkook petrificado, esperando por su siguiente movimiento—. Me agradas y solo por eso ignorare que me eches de tu casa sin una mísera taza de café, luego de haber sido un caballero

—Oh, Jin —susurraba Jungkook acortando los escasos centímetros—. Tú no eres un caballero —afirmaba.

El castaño reía ladino y Jungkook pasaba saliva por eso. Le arrebataba la respiración el muy bastardo, pero no lo admitiría... Al menos no sobrio.

—Créeme que fui muy caballero cuando me pediste que hiciera un jodido desastre contigo —murmuraba sobre sus labios.

Jungkook no podía—y probablemente—no quería moverse.

—Y sin embargo me negué —añadía SeokJin.

El pelinegro alzaba su frente en alto, intentando no perder, más de lo debido, su orgullo y alejándose de la cercanía del otro hombre.

—No te hagas el decente ahora —se burlaba Jungkook.

SeokJin reía gravemente, una sonrisa sensual—. Lo mismo digo, yeobo —setenciaba y luego daba un beso fuerte al menor, justo debajo de sus labios, donde yacía su lunar y salía como alma que se la lleva al viento, cerrando la puerta tras él.

— ¿Yeo~...? ¿Qué?

Jungkook quedaba sin aliento y con un posible insulto en la punta de la lengua. También muchas preguntas y dudas que jamás le dejarían por no saber con exactitud qué había sucedido y si algo de lo que el barman había dicho era cierto. Pataleaba de repente y fregaba su rostro, tocando ahora el lugar que Jin había besado y girando para verse en el espejo.

Suspiraba rendido y estiraba el cuello de la remera y volvía a ver las marcas sobre su piel. Hacía tanto que no veía aquellos hematomas del tipo pasional sobre su cuerpo que, no podía evitar apretar sus ojos para intentar recordar, pero no podía. Mierda que estaba ebrio y si más intentaba recordar menos éxito tenía. Suspiraba y veía sobre la mesa su laptop. Recordando las palabras del castaño se dirigía rápidamente al artefacto y lo abría. Una nota sobre una de sus servilletas de papel y su caligrafía, la cual reconocía de inmediato y que expresaba algo así:

"Cuando te canses de pensar y planear, solo libérate. Haz caso a "Jiiiin" lo vas a detestar sobrio, pero lo vas a adorar estando ebrio y no, no te hizo nada que no quisieras. Tampoco te hizo todo lo que realmente quería"

~Kook

— ¡Aish! —Junkook arrugaba la nota y dejaba caer su cabeza sobre su laptop.

Sentía que la vergüenza lo envolvía y la curiosidad le pedía esforzarse por recordar lo ocurrido, pero no había forma. Tenía una laguna mental. Tenía un historial de quebrar fuerte por la culpa del vodka y luego de tanto tiempo, la vuelta a dicha bebida, al parecer, había sido épica. Y bochornosa.

Pero de algo estaba seguro, no debía de caer en los encantos de alguien como Kim Seokjin, nunca más.

1/2 💕

Uffff, les regalo primera parte y esperan la segunda en un par de horas que tengo que madrugar.

¿Qué habrá pasado esa madrugada?

Con amor Niñita Nany 💜

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