IX

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—Y bien, pequeña, ¿Tienes algo que decirle a tu padre? —Yuuri estaba a la altura de la pequeña Petra mientras esta hacía un mohín con sus labios, ignorando la enorme presencia de su "madre". Luego de unos segundos y un pequeño empujón por parte del japonés, la niña de cuatro años asintió.

—Lo siento, papi, no quise pelear contigo...—El omega observó con una ceja alzada a su hija y luego la tomó en brazos, besándole la cien a su bebé.

—Yo también lo siento, ¿Si? —La niña abrazó a su progenitor y este gesticuló un "gracias" en dirección al japonés.

—Bien, aquí están las cosas de Petra, nos vemos mañana señor Levi. —El nombrado tomó la mochila y bolsito del almuerzo de su niña y asintió.

—Mañana vendrá Eren a buscarla, debo trabajar, de nuevo gracias profesor. Hasta pronto.

Yuuri se despidió de la pequeña agitando un poco su mano y luego entró a la guardería a ordenar para el día siguiente, Minami y Emil estaban en lo mismo. Por alguna razón, los niños ese día estuvieron con más energías que nunca.

—¿Petra arregló las cosas con su papá? —Preguntó Minami mientras guardaba los peluches en su respectivo cajón.

—Sí, todo está bien, aunque no entendí por qué pelearon en primer lugar. —Respondió el otro japonés en lo que barría.

—Según lo que entendí, Petra quería comer dulces antes de desayunar y Levi es bastante estricto en ese tema, Petra podrá ser su princesa consentida pero los dulces son malísimos tan temprano, estoy completamente de acuerdo con él. Además de que es el dentista de Michel, Levi sí que sabe de estas cosas. —Comentó Emil luego de cerrar el último cajón de juguetes, los tres soltaron un suspiro de alivio, al fin habían terminado.

Un mes había pasado desde que el japonés y su familia habían llegado a Rusia, un mes desde que había comenzado a recibir flores amarillas en su trabajo y de vez en cuando se encontraba con Viktor para salir a algún lado, todo iba de maravilla.

Aunque claro, el día más feliz (al menos para Viktor) fue cuando la marca de Otabek desapareció por completo del hermoso cuello de Yuuri. Ese día, las cosas se pusieron extrañas.

Otabek estaba mucho más al pendiente de Yuuri, más de lo normal, le hacía preguntas extrañas o le miraba fijamente mucho tiempo y luego se iba sin decirle una palabra. Fuera de eso, las cosas seguían normal entre ellos.

Su jefe, Christopher le pidió un favor personal, le contó que tiene un sobrino o casi sobrino que despertó como omega hacía poco y que siempre esperó ser un alfa como todos en su casa, así que de omegas no sabía nada, por eso le pidió que le enseñara a ese chico a controlar y conocer mejor su cuerpo.

Viktor por otro lado...bueno, él era algo extrovertido y con mucha energía siempre, hubo una semana que no se pudieron ver, más que nada por el pre-celo y celo del alfa, pero luego de eso, el platinado siguió como si nada, enviándole mensajes de texto llenos de emoticones y cosas graciosas que le pasaban a diario.

Viktor era un alfa demasiado adorable.

Por eso mismo, Yuuri seguía teniendo sus dudas sobre ser o no su pareja.

Una parte de su mente le decía que estar con Viktor era lo correcto, pero la parte más insegura le decía que el ruso merecía un o una omega digno de él, un fuerte alfa, amable y protector.

Si bien fue el mismo Yuuri quien dijo que se daría una oportunidad de ser feliz, ahora tenía miedo de salir herido. Viktor le atraía mucho, no podía decir que le gustaba porque nunca fue bueno en esa clase de cosas, pero sí podía estar seguro que Viktor era todo lo que deseaba en una pareja.

—Hoy estás más pensativo que otros días, ¿Sucedió algo? —La varonil y preocupada voz del dueño de sus pensamientos hizo que despegase su mirada de la humeante taza de café que tenía en frente, ambos estaban en la cafetería que solían frecuentar desde que se conocieron, además de que Guang trabajaba en ese lugar.

—Sólo pensaba en...cosas. Nada de qué preocuparse, Viktor.

—En un mes será hará el "Festival de Luna" que se realiza todos los años para celebrar la unión de esta manada hace ya muchos años, es como el cumpleaños de San Petersburgo.

—¿Y por qué se llama así?

Viktor mostró una hermosa sonrisa, de esas que dejaban casi hipnotizado al japonés y respondió. — Porque...las parejas se encuentran, es algo extraño, todos los años, en esa misma fecha, ese mismo día...muchas parejas destinadas se unen, a veces resultan ser vecinos, compañeros de trabajo, amigos de infancia o se conocen en el mismo festival.

—Había escuchado de eso en las noticias, pero estar aquí para esa fecha sería...—Los castaños ojos de Yuuri brillaron de emoción apenas hicieron contacto con el azul cielo de Viktor. —...sería realmente alucinante.

—Es uno de nuestros atractivos turísticos y bueno, por consecuencia, a veces llegan más solicitudes de ingreso a la manada porque encuentran a su compañero, pero no quiero hablar de eso específicamente, Yuuri, ese día...cuando la luna esté en su punto más alto...te pediré que seas mi novio. —El rostro del pelinegro explotó en un fuerte sonrojo y se tuvo que acomodar reiteradas veces sus lentes por la impresión.

—¡Pero Viktor...! —Yuuri observó a todos a su alrededor que observaban aquella escena con un extraño interés y luego se disculpó. — Pero Viktor...eso no debería ser una so-sorpresa, digo, no sé mucho de cortejos ni de conquistas pe-pero...

—Tranquilo, Yuuri...—Viktor se levantó con elegancia de su asiento, dejando el dinero de la cuenta sobre la mesa para luego rodearla y tomar la fina mano del japonés, logrando su cometido; ponerlo más nervioso. — Es para que vayas pensando en tu respuesta, desde el comienzo te dije que iría lento, que te enamoraría a mi manera. Aún tengo un mes.

Yuuri, como siempre, se dejó llevar por Viktor hasta la salida de aquella reconfortante cafetería y se fueron caminando al hogar del japonés.

—Se ven muy bien juntos. —Comentó una señora que estaba con su familia.

—Es bueno ver al señor Nikiforov tan feliz. —Comentó otra persona.

—Viktor es muy popular, ¿no es así, Leo? —Guang, con las mejillas sonrosadas a más no poder, esperaba el pedido que Leo de la Iglesia, el barista de aquel lugar, debía entregarle.

—¿Popular? Pues, me imagino que debe de serlo, es el Alpha de esta manada después de todo. —Guang Hong apenas y procesó lo que su novio-no-novio le estaba diciendo, y al parecer Leo notó su sorpresa con la noticia. — ¿No sabías que Viktor era el Alpha de esta manada?

—No...creo que es algo que Yuuri debe saberlo, Otabek dijo que su secreto les costó la expulsión de su otra manada y si Viktor es...igual que los ancianos de esa ciudad...y además está ilusionando de esta manera a Yuuri...no puedo permitirlo, Leo, ¿Qué puedo hacer? —Los brazos del estadounidense rodearon el nervioso cuerpo del chino y besó su frente, en un intento por calmarle.

—Florcita, primero debes calmarte, ¿sí? —Guang asintió apenas. — Creo que...debemos decirle a Otabek, él sabrá que hacer...


—Y bien, Yura, ¿vienes conmigo o no? —Yuri ni siquiera dudó en quitarle el casco a Otabek antes de montar la motocicleta de este, amaba lo cool que era su destinado.

—¿Contigo? Iré a donde sea, Beka.


¡Me he tardado un siglo, lo sé! ¡Y más encima es capítulo corto, lo sé también! 

No tengo perdón, pero quiero echarle la culpa a la universidad, apenas puedo comer sin estar pensando en tareas. Fuera de eso...

¿Las dejé en mucho suspenso? Creo que sí askdjad, como dije y siempre digo, apenas termino el capítulo, lo publico así que habrán faltas de todo tipo.

El proximo capítulo estará que arde —Ya comenzó a escribirlo xdxd.— Así que preparen sus pañuelos, sólo eso diré :v

Nos vemos pronto<3. 

Gigi



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