XI

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


—Te digo que fue de lo más extraño, ¿Por qué no quieres creerme? —Viktor volvió a bufar mientras se acomodaba mejor en la camilla de hospital en la que estaban.

—Porque crees que vives en una estúpida película Disney y por tener casi una vida doble caíste en un cuadro de estrés enorme, ¿Sabes lo malditamente preocupado que estaba? El médico me dijo que debías estar en reposo absoluto hasta nuevo aviso. —Yuri chistó la lengua, también acomodándose sólo que él lo hizo en la incómoda silla que "amablemente" pidió.

Luego de que Viktor perdió la conciencia, Yuri llamó inmediatamente a Yakov y él, como mano derecha del Alpha, llamó a la ambulancia para que revisaran de pies a cabeza al jefe de aquella ciudad, claro, todo en secreto de los residentes, no quería causar polémica o que se hiciera un espectáculo con la salud de uno de los alfas más poderosos de Rusia.

Según lo que el médico le explicó tanto a Yakov como a Yuri, Viktor estaba siendo sometido a un estrés mucho más grande de lo que se veía a simple vista, que incluso su ciclo de celo se había alterado por eso y poseía un ligero desorden hormonal. Cuando Yuri le explicó que su hermano había encontrado a su destinado, el médico quedó aún más confundido, ya que, por el contrario, Viktor debería haber mantenido la calma y sus hormonas deberían acomodarse y ordenarse para conseguir con un buen cortejo de su omega.

Aquello sólo preocupó más a Yuri.

"Ese cerdo japonés le está haciendo daño a Viktor...aunque quizá no sea su culpa", pensó el ruso con una mueca.

—Viktor...¿No has pensado en decirle a Yuuri que eres el verdadero Alpha de esta manada y que no lo echarás? Aunque sigo sin comprender porqué dice eso, la verdad es que él es bastante...común, digo, parece beta. —Su hermano gruñó en respuesta pues no le gustaba como trataba a su Yuuri, pero como siempre, Yuri lo ignoró.

—Porque...es un tema muy delicado, no quiero arruinarlo...Por lo que nos explicó Otabek cuando nos conocimos y por sus antecedentes de su antigua manada, cuando traté de sacar el tema, sus ojos se llenaron de tristeza a pesar de que me sonrió; esa fue la sonrisa más dolorosa que he visto en su expresión, siento que se culpa de todo lo malo que pasa en el mundo y esa es la parte que me tiene más intrigado, ¿Qué tanto ocultará ese lindo chico? —Yuri quedó sorprendido por la forma en que Viktor hablaba del japonés, si bien antes lo hacía, lo de ahora fue...diferente.

—Deberías hacerlo antes de que alguien más se lo diga, el otro día casi se me escapa estando con Otabek.

—Trata de no sacar el tema, Yuri, Otabek es un gran chico pero...pero...—Viktor frunció el ceño y se tomó la cabeza con ambas manos, preocupando a su hermanito. — Ahg, duele mucho...

—¡Viktor! ¡Enfermera, algo le pasa a mi hermano!


—Cariño, ¿te sientes bien? —Hiroko estaba terminando de servir el desayuno para su familia, al ser fin de semana, tanto Otabek como Yuuri estaban en casa. Lo extraño era el semblante decaído de Yuuri.

—Me siento algo enfermo, pero...no, no es eso...es como un mal presentimiento. —Yuuri se tomó la cabeza con ambas manos, frunciendo por completo su rostro ante el dolor, Otabek tomó en brazos a su amigo y Toshiya fue corriendo a encender el vehículo. Llevarían a Yuuri al hospital.

Hiroko y Mari se quedaron en casa ya que la pequeña, al ser apenas un bebé, el frío mañanero de Rusia podía hacerla enfermar. Hiroko sólo podía rezarle a la Luna que su hijo estuviese bien.

Otabek llevaba abrazado fuertemente a Yuuri, quien no paraba de temblar y susurrar palabras que no lograba comprender. Al llegar, algunos reporteros estaban en la entrada siendo retenidos por algunos guardias que vio en la concejalía de la ciudad donde el Alpha trabajaba.

Cuando ingresaron a Yuuri, inmediatamente se lo llevaron a hacerles algunos exámenes, aunque apenas acercaron al japonés al hospital, éste iba recuperando el color de sus mejillas y regulando su agitada respiración.

—No entiendo qué pasa...—Murmuró Otabek para sí mismo, apenas llegaron, prefirió que Toshiya fuese a casa con Hiroko y la pequeña, como siempre, prometió cuidar de que a Yuuri nada le pasara.

—¿Beka? —El nombrado se giró al oír la voz tan conocida de Yuri y se sorprendió al verlo con ropa de dormir y ojeras bajo sus bellísimos ojos. — ¿Qué haces aquí?

—Eso debería preguntarlo yo, ¿Tú estás bien? —El omega rubio asintió un par de veces y se sentó al lado del kazajo con su vaso plástico de té. — Yuuri anoche llegó muy contento y se durmió de inmediato, pero hoy en la mañana estaba extraño...decía que...digo, se sentía mal y de pronto colapsó.

—A Viktor le pasó algo parecido, sólo que él anoche llegó a casa y...se desmayó antes de hacer nada, ahora mismo hay unas enfermeras con él porque tiene fuertes punzadas en la cabeza.

Otabek frunció el ceño ante tal revelación, quizá era algo que sólo Yuuri Y Viktor tenían, ahora que lo pensaba bien, desde aquella noche donde Yuuri o Eros mejor dicho le habló, le explicó que muchas cosas comenzarían a cambiar, quizá tenía que ver un poco con eso.

Con el pasar de las horas, el primero en ser dado de alta fue el japonés, al que sólo le recetaron un par de medicinas para sus hormonas y otras para dormir, ya que parecía que Yuuri no dormía bien.

—Tú...—Yuri tomó la solapa de la camisa que el Yuuri japonés llevaba y aunque trató de intimidarlo, vio en aquellos ojos castaños un intenso dolor que le hizo estremecerse, nunca le había pasado eso. A su mente vinieron las palabras de Viktor, ¿Qué tanto ocultaría ese chico? — No, nada...que te mejores.

—Gracias, Yuri.

Otabek le dedicó una pequeña sonrisa al ruso rubio y se llevó con cuidado a su amigo hacia el taxi que les esperaba en la entrada del hospital.

Ya entrada la noche y luego de que el ruso de ojos esmeralda se fuera a su casa a ducharse y comer algo, volvió a retomar su conversación con Viktor, quién parecía estar mucho mejor o al menos así se notaba por el color de sus mejillas renovado.

—Viktor, en serio pienso que debes decirle la verdad a esa familia...

—No me saques ese tema, Yura, simplemente no puedo...no quiero decepcionarlos, ya ha pasado tanto tiempo y créeme que quise decirle apenas comenzó mi cortejo hacia Yuuri, pero me daba tanto miedo perderlo que no me atrevía, siento que soy un cobarde, pero así me siento...

—Y si dejas pasar más tiempo, peor será la reacción de Yuuri. —Un silencio incómodo se manifestó en aquella habitación de hospital y aunque a Viktor le costó admitirlo, su hermano tenía razón.

Las mentiras tienen piernas cortas y la verdad siempre las alcanza.


—Te quedarás los tres días de descanso que te dio el médico, no menos, ¿Trato? —Yuuri frunció el ceño y los labios cual niño pequeño siendo regañado por su padre, así que no le respondió a Otabek. — Yuu, no te comportes así, es por tu bien.

—Desde niños que no me llamabas así, Ota. —Se rió Yuuri, no, definitivamente no se podía enojar con su amigo, mucho menos cuando este sólo quería cuidarle. — Es sólo que...no lo sé, tengo un mal presentimiento, siento que algo pasará...prométeme que pase lo que pase seguirás fiel a tus creencias...

—¿Crees que alguna vez he dudado? —Otabek se sentó al costado de la cama de Yuuri y este suspiró.

—Escúchame, por favor...prométeme que pase lo que pase seguirás luchando por lo que es correcto, por ganarte el corazón de Yuri, por seguir siendo mi amigo, no...por ser parte de mi familia...

—Yuuri...

—¡Promételo! —Otabek se quedó sorprendido por el grito de Yuuri, él jamás perdía los estribos de esa manera por lo que el kazajo asintió aún no muy convencido.

—Lo prometo, Yuuri. —Murmuró el castaño antes de dejar un pequeño beso en el dorso de la mano del angustiado japonés.

—Por ahora, ve a abrirle la puerta a Leo y Guang, noto el omega de Guang bastante inquieto. —Otabek ladeó su cabeza ante las palabras de su amigo y segundos después sonó el timbre de la morada. Hiroko fue a abrir la puerta y efectivamente, GuangHong y Leo de la Iglesia estaba ahí con una seria expresión. — Yo dormiré otro poco, luego me cuentas, ¿sí?

Algo aturdido por lo recién acontecido Otabek asintió y salió de la habitación, no sin antes dejar un pequeño beso en la frente del japonés.

—Hola chicos, es una sorpresa verlos aquí tan tarde...—Saludó Otabek con una pequeña sonrisa, la pareja se miró entre ellos y esperaron a que la amable señora les sirviera una taza de té y se fuera a su habitación para poder hablar.

—Otabek...tenemos algo que decirte. —Comenzó a habalr Leo para darle un poco más de valor a su pareja, después de todo, Guang era muy cercano a Yuuri e insistió en ser él quien le dijera todo a Otabek.

—Descubrí hace poco quién es el Alpha al que tanto le temen ustedes...—Esta vez habló Guang antes de morderse el labio, no estaba seguro de la reacción del kazajo, después de todo, Otabek siempre andaba como caballero en armadura cuando de Yuuri se trataba.

—¿Y eso qué tiene que ver con nosotros? No importa quién sea, mientras no descubra que Yuuri y yo no somos pareja para que no le haga revelar a su lobo todo estará bien. —La pareja se removió nerviosa y Otabek esta vez frunció el ceño. — Me están poniendo nervioso, ¿Quién demonios es el Alpha?

—Otabek, no hagas una locura una vez que te digamos, por favor...—Pidió Guang con voz quedita, muerto de miedo.

—No es una información que puedas encontrar fácil en internet pues está prohibido por la privacidad del Alpha pero...

¡Díganme de una vez! —Otabek sin quererlo ocupó "la voz", logrando que incluso un alfa como Leo temblase.

—Es Viktor Nikiforov...—Susurró el chino.

Y Otabek sintió que un volcán hizo erupción en su interior de la ira que le llenó por dentro.

"Viktor Nikiforov, date por muerto." Pensó el kazajo.


¡He vuelto y estoy de vacaciones!

Andaré actualizando muchas de mis historias o bien comenzándolas ya que siempre publico el prólogo primero.

Las invito a pasar a leer: "El omega y el vagabundo [Viktuuri]", "Ups! [OtaYuuri - japonés]", "El príncipe cisne [Viktuuri]", "Yuuri al cuadrado[Viktuuri]", y las demás.

¡He pasado todos mis exámenes! No digo que soy la más estudiosa pero al menos pasé a mi tercer semestre.

¿Cómo va la historia? ¿Muy lento? ¿Muy rápido? ¿Es como esperaban? ¿Mejor? ¿Peor?

En fin, quise darles este capítulo un poquito más largo (creo) como regalo por esperar tanto y además volverán las actualizaciones semanales o al menos eso espero.

Mucho bla, bla, ¡Nos vemos en otras de mis historias! Bye bye.

Gigi.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro