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¡Lean la nota final, por favor!

—Entonces, Darling, pasaste su celo con nuestro querido Alpha, ¿no es así? —Al omega pelinegro se le subieron los colores al rostro, cubriéndole hasta el cuello. Incluso los juguetes que tenía en las manos (al estar ordenando la guardería para cerrar) terminaron regados en el suelo. —Buena reacción.

—No, digo sí, pero no cómo todos lo creen. —Respondió el nervioso japonés, terminando de cerrar el baúl de los juguetes y caminar hasta su jefe que aún ordenaba los lápices de colores.

—Me gustaría que lucieras esa bella marca que estoy seguro, Viktor se encargó de hacer en el lugar más visible de todos. —Se burló el mayor, girándose hacia el incómodo japonés.

—No nos enlazamos, Chris...no tengo una marca aún. Fue un acuerdo silencioso...—El de ojos verdes lo observó por varios segundos más, asintiendo finalmente con una pequeña sonrisa.

—Supongo que ustedes no son como las parejas normales, digo, no es la primera cosa que hacen y llaman la atención. —Yuuri suspiró y tiró de sus cabellos hacia atrás, soltando una cansada risa segundos después. — Después de esa tremenda conferencia de prensa, a todos nos quedó eso más que claro.

—Lo sé, no puedo asimilar el discurso de Viktor...

Flashback

La mañana siguiente a la noche que tanto Viktor como Yuuri pasaron juntos, el celo del menor se calmó bastante, así que bastaron un par de supresores para bajar la intensidad de los dolores y aroma del pelinegro para que ambos pudieran pasar todo el día juntos, Yuri por otro lado, se veía feliz y radiante, así que sin darle real importancia al atolondrado de su hermano y el cerdito, fue al colegio y luego iría con Otabek al cine.

—Moya lyubov, esta tarde debo ir a la conferencia de prensa que he convocado para...aclarar todos estos malosentendidos y sucesos extraños que hemos pasado. —El joven japonés sólo asintió, sintiendo sus ojos brillar por las lágrimas que se juntaron de la nada, Viktor se alarmó en inmediatamente tomó el rostro de su destinado. —¿Te sientes bien? ¿Te duele algo?

—No, es sólo que...de pronto te vi...—Susurró el menor acariciando la tersa mejilla del más alto, volviendo a sonreír, aún con sus castaños ojos acuosos. — Sólo me alegré de tenerte...es todo.

—Yuuri...—El sonrojo se expandió hasta las orejas del albino, haciéndole sonreír de igual manera. — De acuerdo, me tomaste con la guardia baja. —Comentó acercando sus labios hasta la frente de Yuuri y presionarlos allí un momento. — Hay algo que quiero preguntarte, precioso.

—¿Es sobre mi habilidad? —Viktor negó, sorprendiendo al menor.

—Sobre lo que sientes...a mí no me molesta que seas más especial que el resto, de todas las personas en el mundo, seré el único que te apoye y te proteja cuando nadie más lo haga...pero no quiero agobiarte con todo lo que estoy sintiendo ahora mismo por ti, ¡Por Dios! Llevamos apenas semanas de conocernos y ya...quiero marcarte, casarme contigo, tener cachorros y todo para mañana. —El japonés soltó una divertida risa ante las palabras de su pareja y asintió.

—Siento lo mismo que tú...pero no quiero ilusionarte, por mi condición de omega sin lobo, no sé si pueda darte los cachorros que tanto esperas. No sé si tu marca en mí será permanente, al no estar en contacto con mi lado lobuno, puede que desaparezca, y...

—La haré cuántas veces sea necesario entonces, Yuuri, y sobre el tema de los cachorros podemos adoptar...sé que pensamientos mucho más pesimistas que estos rondan por tu mente, quizá desde hace mucho tiempo, pero ahora que estamos juntos me aseguraré de eliminarlos uno por uno. Tenemos toda una vida para hacerlo. —Ambos de manera coordinada se acercaron para unir sus labios con los ajenos, disfrutando plenamente de aquel mediodía antes de la conferencia del alfa.

Ya pasadas las dos de la tarde, el omega se quedó en casa de los rusos pues allí se encontraba su nido y el aroma de su pareja, así que se tomó el atrevimiento de ir a la sala de la casa y encender la televisión puesto que la conferencia de prensa estaba por comenzar. Tomó una de las mantas que tenía más aroma de Vikctor y esperó.

Por otro lado, Viktor se encontraba hablando con los miembros de la televisora de la manada, sabiendo que interferirían en cada señal de la ciudad en ese momento para que su aviso se hiciera público para todos.

Llegada la hora, Viktor salió al pequeño escenario improvisado portando un micrófono de mano, su intensa mirada hizo hasta temblar a los pobres betas que realizaban la labor de grabar el discurso, por eso mismo, sabiendo del posible ataque de ferocidad que podría sufrir Viktor mientras hablaba, Jakov solicitó sólo a betas y alfas como organizadores, camarógrafos y claro, los "queridos" reporteros.

—Buenas tardes, soy Viktor Nikiforov, Alpha líder de la manada de San Petersburgo. —El discurso comenzó y todos retuvieron el aliento. Los televidentes podían incluso sentir las feromonas de dominio del albino a través de la pantalla.

O si, su Alpha estaba enojado.

—Quisiera comenzar hablando sobre mi destinado, la persona que todos buscamos en algún punto de nuestras vidas, como muchos lo sabrán, le he dedicado más de lo que debería a esta manada y el hecho de que algunos comentarios mal intenciones hacia mi pareja, quién llegó esperando encontrar algo mejor a esta preciosa manada, me hace cuestionarme los valores que he impuesto en ustedes. El respeto se está perdiendo. Los mayores, que tuvieron la suerte de conocer a mi padre y antiguo Alpha sabrán que sólo sigo con sus ideales.

Varios reporteros bajaron su mirada pues algunos de ellos fueron con los chismes al internet.

>—Yuuri Katsuki es el nombre de mi pareja destinada, quién...perdón por esto, cariño, lamentablemente tiene una deficiencia que le impide transformarse, aunque su segundo género sea el de un omega, ¿Y saben qué? Es quién será mi pareja por toda esta vida y las que le siguen, lo defenderé como su alfa y tendremos una familia como todos. —Viktor miró a todos con sus gélidos ojos azules y permitió dos preguntas al azar.

—Aplha Nikiforov, ¿Está seguro de querer estar con un omega defectuoso? Debe saber que su linaje debe seguir para que los Nikiforov sigan siendo la familia gobernante de San Petersburgo y si su destinado no puede procrear, no le servirá.

El beta que, sin miedo (aparentemente) dijo aquello, recibió varias miradas de odio, pero la que le hizo realmente temblar las rodillas fue del alfa albino que le miraba desde arriba.

—¿Estás diciéndome...que porque MI destinado tenga la posibilidad de no procrear crías propias "no me sirve"? —Yuuri, desde el cómodo sofá del hogar de Viktor suspiró mientras se encogía y abrazaba sus piernas. Lo sabía. Sabía que le lloverían los problemas a Viktor. — Quiero dejar en claro que este...pensamiento que tienen personas como él, los combatiré con garras y dientes, y respondiendo a tu pregunta, si, estoy seguro de pasar cada segundo de lo que me queda de vida al lado de Yuuri, mi omega.

—Alpha, con respecto a lo que ha sucedido en el festival de Luna, muchos encontraron a sus parejas como siempre, pero este año se rumorea que ese fenómeno que aquí ocurre cada año, se repitió a los alrededores de San Petersburgo en manadas más pequeñas pero que en cantidad, superan las quince manadas, ¿tiene alguna información respecto a eso? —Esta vez habló una joven alfa de gesto serio, teniendo su grabadora en todo momento encendida, o si, ella estaba igual de enojada que el gobernante por la denigración a los omegas que se mencionó.

—Para serte sincero, es algo que a nosotros como, líder y consejo nos tiene con cuidado, puede que la fuerza con la que las parejas se unían aquí este año se expandió, aún buscamos una razón, pero apenas tengamos más información se las haré llegar. —La mujer asintió con una sonrisa satisfecha y le cedió otra pregunta a alguien más.

—Con respecto al ataque que su pareja y hermano sufrieron hace apenas unas horas, ¿qué nos puede decir al respecto? —Otro alfa de aspecto mayor tomó la palabra y notó que su pregunta incomodó a varios de los presentes.

—Contaré lo que me han dicho mi hermano, pareja y dos testigos de la escena y no, no crean que esto quedará impune, a esos delincuentes se les hará pagar por sus crímenes. —Comenzó de nuevo el alfa, apretando los dientes un poco. — Mi pareja y hermano salieron de compras, Yuuri sin quererlo recibió un ataque del joven lobo de mi pequeño hermano en una de sus transformaciones involuntarias así que mi novio quiso salir con Yura para aligerar las cosas, pero todo se complicó con el adelanto del celo de mi omega en pleno centro. Ambos quisieron llegar a un lugar seguro, ¿y qué creen que pasó? —Viktor dejó un horrible silencio presente antes de tomar uno de los controles de su mesa y proyectar el rostro de los tres alfas agresores. — Dos omegas indefensos, uno en celo y en estado de sumisión, el otro apenas habiendo salido de su despertar, un cachorro prácticamente...¿qué piensan ustedes de esto?

Una vez más el silencio se hizo presente en el auditorio donde se encontraban, ya ni los flashes de las cámaras se veían. Viktor suspiró para calmar sus feromonas.

—Horrible, ¿no es así? Piensen en sus futuros hijos e hijas nacidos omega y que tengan que pasar por esto. Pónganse en mi lugar, mi pareja y hermano atacados en el mismo momento...sé que quieren preguntar sobre el daño que les causé a estos miembro de la manada. —Varios periodistas asintieron y volvieron a enfocarle más de cerca. — No les toqué un cabello, los exámenes médicos correspondiente se mostrarán en la corte cuando la demanda formal esté en curso, pero ahí se ve explícitamente que no poseen daño físico alguno.

Luego, siguieron unas preguntas más generales sobre la manada ahora que su alpha estaría emparejado y le dejaron en paz. Como su gobernante, ni siquiera debía revelar su intimidad al resto de la manada, pero ahí estaba, abriendo su corazón a todas las personas que estaban bajo su ala.

Lo que no sabía, es que uno de los periodistas subiría esa conferencia a internet, por ende, todo el mundo se enteraría sobre lo que pasó con uno de los Alphas más poderosos existentes.

End.

—Es porque...Viktor realmente se está esforzando, te buscó por mucho tiempo, querido. —Yuuri sonrió mientras finalizaba su labor, despidiéndose de su jefe antes de abandonar la guardería e ir caminando hacia el centro y tomar un taxi que le llevara al hogar de Viktor.

Yuuri acarició su brazo aún vendado y suspiró, tenía comezón, pero sabía que era por su rápida cicatrización, más eso no dejaba de ser molesto. Miró el paisaje fuera del taxi y volvió a sonreír, si, San Petersburgo era una preciosa manada, como cada lugar, sabía que el crimen existía, pero algo le decía que en esa ciudad era menos.

Era extraño, como si una fuerza retuviera el mal.

Al bajar del taxi, se despidió cortésmente del chofer y se adentró a la lujosa casa que tenía en frente, como el menor de los hermanos le facilitó una de las llaves para que fuera a quedarse mientras su celo se terminaba por completo, no dudó en entrar y quitarse cada prenda extra con sumo cuidado.

Todo menos el choker anti-marca.

—Hola, precioso. —Yuuri no pudo sino sonreír ante la cálida bienvenida de su alfa y besar esos fríos, pero gentiles labios que poseía el mayor.

—Hola, Vitya...estoyen casa.    

*Choker: Son esos collares que son pegados al cuello, casi siempre son gruesos. 

¡Hola, queridos y queridas!

Sé que me he tardado una eternidad y no tengo excusas, sólo quizá...¿Falta de inspiración? Tengo todas las ideas principales del fanfic, pero no supe ordenarlas y ya luego nada salía cuando trataba de escribir.

Quizá muchos/as ya hasta quitaron este fic de sus listas de lectura, pero quienes quedan...muchísimas gracias por apoyarme hasta este punto, ustedes son gran parte de lo que soy capaz de escribir hoy.

No tengo mucho que decir más que volver a disculparme y volver a agradecerles el llegar hasta aquí.

Nos vemos pronto.

Gigi

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