❥ ❝O41 | 𝑵𝒐𝒕𝒊𝒄𝒊𝒂❞

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Una Semana Después

—Primero le diremos a mi familia —asegura Edward con una sonrisa burlona.

El vampiro no evita comenzar a reírse al momento de ver como Alessandra dejó de sonreír para hacer una mueca con sus labios, luciendo bastante asustada.

—Ya me dio miedo —confiesa la italiana—. ¿No podemos esperar un poco más?

—No —niega Edward antes de inclinarse para dejar un casto beso en los labios de su alma gemela—. Alice nos está esperando y me costó mucho trabajo convencerla para que no diga nada, bajemos ya o lo terminarán sabiendo por ella.

Alessandra hace una pequeña rabieta en su lugar, pero termina por soltar un largo suspiro.

—Está bien —acepta la castaña—. Vamos.

El vampiro sonríe satisfecho y no evita volver a dejar otro beso en los labios de su pareja, ella corresponde al gesto con una sonrisa, pero ambos sienten como el acto se volvía cada vez más profundo.

Los dos comienzan a retroceder poco a poco hasta que Edward pegó a una de las paredes de la habitación la espalda de Alessandra, sus labios se mantiene juntos, pero fue ella quien terminó por separarse de su pareja con la respiración agitada.

—Creo que Alice tendrá que esperar unos cuantos minutos más —susurra Alessandra con los ojos cerrados.

Edward asiente totalmente perdido en los labios de la contraria y no espera para juntar sus labios con los de la italiana, el momento se vio interrumpido cuando alguien entró a la habitación de golpe. Alessandra no duda en esconder su rostro en el cuello del vampiro que aferró sus manos a su espalda baja.

—¿Qué tanto hacen, par de calenturientos? —los regaña Alice bastante ansiosa—. Los estamos esperando desde hace rato y sus ruidos raros solo nos ponen más nerviosos.

—Ya bajamos —asegura Edward con diversión mientras acariciaba la espalda de su alma gemela.

—Mínimo límpiense los labios —pide la vampiresa—. Tienes el rastro del labial de Alessandra en la comisura de la boca, si no quieres que Emmett se burle de ti hasta cierto día en especial, será mejor que lo hagas.

—Ya bajamos —asegura Edward algo avergonzado.

—Ya vamos —pide Alice—. Todos quieren saber la noticia y yo estoy a punto de explotar por tener que callarme.

La vampiresa sale de la habitación para dirigirse hacia la sala en donde se encontraban todos los demás miembros de la familia Cullen, esperando por ella y la joven pareja de almas gemelas.

—¿Lista? —pregunta Edward hacia su pareja.

—No —confiesa Alessandra una vez que se alejó de su cuello para verlo fijamente—. Tengo miedo.

—No tienes por qué tenerlo, stella mia —responde el vampiro—. Ellos te adoran al igual que yo.

La italiana asiente lentamente y, tomando suficiente valentía, entrelaza su mano con la de Edward para que los dos se dirigieran a las escaleras de la casa.

Rosalie y Emmett se encontraban sentados juntos en el sofá, Alice estaba siendo abrazada por Jasper de la cintura estando los dos de pie, Esme y Carlisle tomaron asiento junto a cierta rubia.

—Es muy difícil sacarle información a Alice —asegura Rosalie con los brazos cruzados—. Será mejor que hablen de una vez.

—Nosotros le pedimos que no dijera nada porque es una sorpresa —le explica Alessandra mientras dejaba que su alma gemela la tomara de la cintura por la espalda.

—¡Ya! ¡Díganlo! —ruega la vampiresa de corte pixie con desesperación.

Alessandra regresa su mirada hacia Edward y, tras recibir un ligero asentimiento, decide seguir hablando.

—Quería agradecerles por todo lo que han hecho por mí desde que llegué aquí —comienza a explicar la italiana—. Ustedes han estado para mí pese a las circunstancias, me apoyan y me protegieron sin importarles de donde fuera. Les agradezco su cariño, su amabilidad, su comprensión y su amor.

Edward no se contiene y se inclina para dejar un tierno beso en la mejilla de su alma gemela, acariciando parte de su cintura.

—Hace unos días, Edward me pidió que me casara con él —termina por confesar Alessandra mientras jugaba con su anillo de compromiso en su dedo anular izquierdo.

Toda la familia Cullen se mantiene en silencio por esas palabras, pero es Alice quien soltó un corto grito de emoción junto con Rosalie.

—Y le dije que sí —confiesa la castaña antes de levantar su mano izquierda y mostrar la hermosa argolla de compromiso.

Los vampiros no tardaron en festejar ante la repentina noticia, luciendo bastantes contentos por este hecho.

Rosalie no espera y se levanta de su lugar con velocidad para tomar a Alessandra, la aleja de Edward, abrazándola con suma emoción.

—¡Muchas felicidades, cuñada! —habla la rubia sin alejarse de la castaña—. ¡Pido ser tu dama de honor!

—¡No! —niega Alice al arrebatarle a Alessandra de sus brazos—. ¡Yo se lo pedí primero!

—¿Podrían no ser tan bruscas? —les pregunta Edward en voz alta al ver como su prometida era jalada de un lado a otro—. Pueden lastimar a mi futura esposa.

El lector de mentes se acerca a las tres mujeres y no duda en tomar de la cintura a Alessandra para dejarla pegada a su pecho con delicadeza, inclinándose para depositar un dulce beso en su mejilla.

—No vayan a pelear, chicas —le pide la castaña—. Todavía no nos vamos a casar, no tenemos una fecha asignada para la boda.

—De todas maneras, pido con anticipación ser la madrina de lazo —advierte Rosalie con seguridad.

—Yo quiero ser la que lleve los anillos —se apresura a decir Alice.

—Está bien —se resigna Alessandra con una sonrisa divertida—. Después lo planearemos mejor contigo.

La vampiresa de corte pixie sonríe ilusionada ante esas palabras, por lo que no duda en alejar a la futura novia de Edward para abrazarla una vez más.

Jasper y Emmett se acercan a Alessandra para felicitarla, pero no evitaron advertirle que todavía estaba a tiempo de arrepentirse sobre querer unirse de por vida a un vampiro tan anticuado y aburrido como Edward.

Varias felicitaciones después y diversos abrazos por parte de la familia Cullen hacia los futuros novios, entre todos, comenzaron a darle ideas a Alice para la boda.

Alessandra aprovecha la distracción para acercarse a Edward y así enredar sus brazos en su cuello, sonriendo al momento en que sintió como este la tomó de la cintura con posesión.

—Creo que ellos le pondrán la fecha a nuestra boda y no nosotros, amore mio —se burla la italiana sin poder evitarlo.

Los futuros novios regresan sus miradas hacia los vampiros, mirando como Rosalie le daba ideas a Alice sobre el posible vestido de novia y cambio para la recepción desde su teléfono.

—Alice quiere que todo sea perfecto, stella mia —le explica Edward al leer los pensamientos de su hermana menor.

—Bueno, tal vez ir a mi realidad para decirle a mis padres sobre nuestro compromiso no es tan mala idea —comenta Alessandra—. Así no podré ver como Alice enloquece por los preparativos para la boda.

El lector de mentes se ríe por esas palabras y se inclina para dejar un rápido beso en los labios de su futura esposa.

—¡Alessandra! —grita Alice desde el sofá—. ¡Déjame ver tu anillo!

—¡Lo vamos a tomar para guiarnos en la decoración de la recepción y la ceremonia! —explica Rosalie con emoción.

—Yo puedo hacer las invitaciones, si quieren —siguiere Esme ilusionada.

Alessandra se aleja de los labios de Edward y esconde su rostro en su cuello en un vago intento de querer esconderse. El vampiro se ríe por ese hecho y abraza a su alma gemela, alejándola ágilmente de las manos de Alice, pese a las constantes quejas de esta.


Cómo sorpresa y porque les gustó la versión de Edward como humano, habrán más escenas de él siendo de está manera. Me emociona escribirlas así que no puedo esperar para subir el próximo capítulo, dentro de un rato subo el siguiente así que estén pendientes.

Nos vemos en un rato, los quiero❤️

❣️𝐌𝐎𝐀𝐍𝐀❣️


Esta es una historia original de Wattpad, actualmente igual se encuentra disponible en Inkitt y en Booknet, si la lees en otra plataforma se debe a un virus y una copia sin mi permiso.


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