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JungKook no tenía que ser un genio para saber que el Tigre que desayunaba en la misma mesa que ellos y sus abuelos, miraba con descarado interés a su novio, hasta veía aquella pícara sonrisa que ocultaba tras la taza de café, el Dragón quería matarlo, arrancarle cada extremidad con lentitud para escuchar sus gritos y deleitarse con su sufrimiento, quería tener en sus colmillos el sabor de la sangre de su enemigo.

—Kookie, disimula un poco. -Susurró el Omega suavemente contra su oído.

El alfa suspiró con fuerza, tener a Jin a su lado era lo único que le estaba ayudando a controlarse. Pero él lo sabía, en la más mínima oportunidad que tenga, va a romperle la cara a ese tipo. Tenía que hacerle entender que su Omega está comprometido... Aunque él lo estuviera con alguien más.

—Bueno chicos, Tae se ofreció para mostrarles los alrededores, hay cosas nuevas que sería lindo que conozcan. -Comentó la abuela Jeon con una sonrisa similar a la de su nieto. —Nosotros vamos a preparar unas galletas para la tarde, así que disfruten de las maravillas de la naturaleza.

Los ancianos salieron del comedor y el ambiente cayó diez grados bajo cero.

TaeHyung y JungKook estaban en una especie de guerra de miradas mientras SeokJin quería salir corriendo, si iban los tres juntos no estaba seguro que esos alfas se comportaran.

—Umm bueno, yo iré a cambiarme. -Murmuró poniéndose de pie.

Inmediatamente ambos alfas también lo hicieron, pero JungKook tomó de la cintura a su pareja y con una última mirada de desdén hacia el Tigre, sacó a su novio del salón.

—Prefiero quedarme aquí. -Dijo el Dragón cuando su novio salió de la ducha.

—Pero amor...

—No, Jin. Es que en serio, si vuelvo a ver a ese maldito, lo mataré, te lo juro. -Decía mientras se sacaba la ropa.

—Sigo sin comprender su odio mutuo. -Murmuró con un puchero al momento de sacar su ropa de la maleta.

— ¿No lo entiendes? -Kook que ya se hallaba desnudo, se acercó a su pareja con aura furiosa tomándolo del mentón. —Nuestra rivalidad se debe a ti, SeokJin. Él quiere jugar contigo y yo no voy a permitir que nadie más que yo toque a mi juguete. ¿Captas?

Jin lo miró sorprendido y enojado. ¿Juguete?

—Así que eso soy para ti. -Enfrentó al alfa con una repentina ira acumulada. —Un maldito juguete al cual vas a desechar cuando te cases, ¿cierto?

Empuñó sus manos que picaban por golpear el bello rostro del alfa. Jamás imaginó que Kook pensara así de él.

Pero se limitó a zafarse de su agarre y vestirse con prisa, estaba verdaderamente enojado y no quería hablar de más.

Mientras tanto, JungKook quería matarse. Abrió su enorme boca sin pensar y lastimó a su novio. Perfecto.

—Jin, no... Y-yo no quise decir eso. -Decía arrepentido viendo a Jin ponerse su ropa. —Amor por Dios, hablemos... Yo de verdad no quería-

—Mira Kook... -Jin había terminado de arreglarse y se giró para encararlo. —Dijiste lo que dijiste porque eso es lo que piensas. Es sólo que no te atrevías a decirlo. No te preocupes, sé perfectamente que sólo soy tu juguete temporal, total. Tu futura esposa aguarda paciente por ti, ¿no?

Con su cabeza en alto volvió su paso hacia la puerta, Kook trató de evitar que saliera pero la rapidez nata de su especie le ayudó a escapar de los brazos del Dragón.

Quería llorar, pero no le daría el gusto a nadie de verlo derrumbarse, orgullo de Tigre, jamás mostrar debilidad.

Cuando salió de la casa, TaeHyung yacía recostado sobre una pared.

Ambos se miraron con intensidad. Ojos color caramelo mezclados con ojos azules. Sus Tigres rasgaban sus pechos por querer conocerse.

Tae caminó tranquilamente hacia él, sonrió, una auténtica y sencilla sonrisa que provocó estragos en el interior del Omega aunque fue peor cuando el alfa estiró su mano, grande y fuerte hacia él.

— ¿Me acompañas?

Una simple pregunta con una simple respuesta, pero Jin sabía que tenía un significado más fuerte.

Aún así no le importó, tomó aquella mano con decisión, dejándose llevar por su herido corazón.