Aleyna, JiAn

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—Entonces, señores Jeo-...

—Kim.

La mujer mayor, perfectamente arreglada, despegó su elegante mirada de la pantalla de la computadora, solo para dirigirla hacia TaeHyung, quien yacía sentado al otro lado del escritorio, mirándola también.

—Entonces, señores Jeon—repitió la señora, remarcando la palabra y haciendo que TaeHyung apretara los labios—, están aquí porque quieren adoptar un niño.

—Obviamente—volvió a interrumpir el pelirrojo.

Mientras tanto, Jungkook se mantenía al tanto de lo bien y limpia que lucía la oficina de la fémina. Olía a limón. Soo yeon se podía leer en el gafete llevado por ella.

—Bien—volvió a decir mientras revolvía los papeles en su escritorio, tomó algunos y empezó a leer—: cónyuges desde hace un año y nueve meses, ambos con trabajos estables y- oh...—exclamó—, usted es profesor.

—Exactamente—respondió TaeHyung, manteniendo la mirada fija en Soo yeon.

— ¿Y usted enseña...?

—Geografía e Historia, sí.

—Entiendo—prosiguió—, usted reprobó a mi nieta, profesor TaeHyung.

El pelirrojo parpadeó.

Él había reprobado a muchas personas en su materia, ¿se supone que debería recordar?

—Pues por algo debió ser—contraatacó, levantando una de sus cejas.

—Eh... ¡niños! —Exclamó Jungkook, de la nada, haciendo que las otras dos personas en la habitación le mirasen—, digo, por eso estamos aquí—sonrió, apretando la rodilla de TaeHyung y éste se dio cuenta.

Conocía demasiado bien a Jungkook (¡estaban casados, por dios!) y sabía, que cuando tomaba su rodilla, era porque ya no debía decir más.

Entiéndase; callarse.

La mujer miró por un momento a Jungkook para después acomodar sus lentes y levantarse—: acompáñenme, por favor.

El azebache suspiró, pues por un momento pensó que por el comportamiento de TaeHyung, los correrían y ya no les permitirían volver (¡y sin un bebé en manos!).

Por suerte, no fue así.

Lentamente fue siguiendo a Soo Yeon por los pasillos de aquel lugar, con el pelirrojo detrás, susurrándole; "¿cómo puede ella asegurar que fui yo? Hay muchos TaeHyung enseñando geografía allá afuera, ¡pudo haber sido cualquiera!"

A lo que él respondía: "sí, bebé, tienes razón, cálmate".

—Señores Jeon—Kim gruñó—, a continuación conocerán a varios de los niños que tenemos dentro del sistema adoptivo, no todos, pero seguiremos si no encuentran al indicado—informó la mujer, frente a una habitación.

Jungkook asintió, sus ojos brillando.

« ¿Por qué habla de ellos como si fueran objetos?» pensó TaeHyung.

Y Soo Yeon abrió la puerta.

Varios niños, diferentes edades, todos mirándoles.

Algunos alegres.

Otros tímidos.

E inclusive había unos cuantos ojitos asustados.

—Pequeños—habló Soo Yeon—, ellos son los señores Jeon—señaló a Jungkook y TaeHyung—, y vienen a adoptar a alguno de ustedes. O tal vez dos, no sabemos—les sonrió a los menores, quienes inmediatamente se emocionaron.
Pero Jungkook tenía un problema. Ya no quería sólo llevarse a un niño.

Quería llevarse a todos los que estaban en esa habitación.

Una pequeña de coletas fue la primera en acercase a TaeHyung, tomándolo de la mano y guiándolo hacia la pequeña casa de muñecas que compartía con otras tres niñas. El mayor rápidamente se acopló, comenzando a hablar con ellas.

Y mientras tanto, Jungkook recorrió el cuarto con su mirada, dándose cuenta que ellos no tenía la atención de todos los menores.

Había una niña, de cabello negro largo saltando en una cama, mientras cantaba Yo soy tu amigo fiel, dándole la espalda.

Decidió acercársele, tomándole del hombro para llamar su atención—, hey, hola, me llamo Jungkook—sonrió.

— ¡Yo me llamo Aleyna! —sonrió la niña. Tenía la piel clara y unos hermosos ojos.

— ¡Es un nombre hermoso! —Exclamó, a lo que la menor sonrió aún más—, y, dime, Aleyna, ¿cuántos años tienes?

La niña le mostró su mano extendida.
— ¿Cinco?
— ¡Síp, ya soy una niña grande!

—Eso lo puedo ver—rió—, ¿y vas a la escuela?

—La señorita Soo Yeon me lleva al kínder y ahí... ¡hago casas, con bloques de colores!

— ¿De verdad? ¡Eso es magnífico!

Aleyna iba a contestar, pero su atención se desvió hacia el extraño hombre que llegó junto al señor Jungkook, ¡tenía su ojo morado!

— ¡Oh, Dios, TaeHyung! ¿Qué te paso? —exclamó Jungkook, la niña sólo les veía.

—Un niño me lanzó su carrito a la cara y he aquí el resultado—señaló su ojo herido, una sonrisa sarcástica adornando su rostro.

— ¡Yo puedo ayudar! —dijo Aleyna, y por primera vez, TaeHyung la miró. La pequeña se deslizó por debajo de la cama, pareciendo buscar algo—: ¡aquí está! —Volvió a decir y le entregó el objeto buscado a TaeHyung—, es un parche. De un pirata, ¡así no verán tu ojito morado y te sentirás mejor! —Sonrió—, ¡además de que puedes ser un pirata!

— ¡Eso es muy amable de tu parte! —volvió a hablar Jungkook—, y bien, Aleyna, él es TaeHyung. TaeHyung, ella es Aleyna.

— ¿TaeHyung es tu amigo, Jungkook? —cuestionó la pequeña, mirándole.

—Oh...bueno... ¿te puedo confiar un secreto? —preguntó en tono bajo el azebache. La niña asintió rápidamente—, bien, el secreto es que...TaeHyung es más que mi amigo...—susurró en el oído de Aleyna, a lo que ella abrió sus ojos, sorprendida.

— ¡Oh! ¿Entonces él es tu príncipe? —preguntó, mirando fijo a Jungkook

— ¿A qué te refieres, Aleyna? —interrogó TaeHyung, sentándose también en aquella cama, dejando a la niña en medio.

—En la tele...dicen que las princesas siempre se casan con los príncipes...—comenzó—, pero la señorita Soo yeon nos platica que...algunas veces, las princesas...se casan con princesas... ¡y los príncipes con príncipes! —dijo. Sus ojos denotando emoción—, ¡princesas ya han venido juntas, pero nunca príncipes! Y eso es lo que son, ¿verdad? Príncipes...que se casaron porque se quieren... ¡mucho! —finalizó con una sonrisa y sus bracitos extendidos.

A este punto, Aleyna ya se había ganado el corazón, tanto de Jungkook como de TaeHyung.
—Sí...de hecho eso somos—murmuró Jungkook, mirando a la pequeña con una sonrisa.

— ¡Lo sabía!

—Oye, Aleyna, ¿te gustaría venir a casa conmigo y Jungkook? —Preguntó TaeHyung—, vivir con nosotros, ¿qué dices?

La pequeña sonrió, tomando las mejillas de TaeHyung y juntando sus narices—, ¡me encantaría! —Susurró—, y tu sonrisa es muy bonita, ¡como la míos!

—Sí...como la tuya...—murmuró, con una sonrisa.

—Oh, veo que ya conocieron a Aleyna—comentó Soo Yeon, llegando junto ellos.

— ¡Señorita Soo Yeon! —exclamó la niña, acercándose y abrazando a la mujer.

—Entonces, ¿decididos? —interrogó la fémina, acariciando el cabello de la pequeña.

La pareja intercambió miradas y Jungkook habló—, sí. Adoptaremos a Aleyna.

— ¿¡De verdad!? —cuestionó la niña, separándose de la mujer mayor, yendo hacia ellos, tratando de abrazarlos.

—Sí, sí, ¡por supuesto! —Contestó el pelirrojo, cargándola—, hey, hey, calma—soltó una risa.

—Excelente—volvió a hablar la fémina mayor—, ahora, acompáñenme.

— ¡Pero yo quiero seguir hablando con ellos! —replicó Aleyna, tomando el brazo de TaeHyung, quien tenía la intención de levantarse.

—Ya tendrás mucho tiempo para hablar con ellos cuando vuelvan, mañana.

—Pero... ¿van a volver, verdad? —habló, aun tomando el brazo de TaeHyung. Su carita se denotaba triste.

—Por supuesto que volveremos—respondió el pelirrojo—, no te preocupes.

— ¡Prométanlo!

—Lo prometemos—le sonrió Jungkook, para después dejarla de nuevo en la cama y salir junto con Soo Yeon.

— ¿Qué le sucedió en el ojo? Si me permite preguntar—interrogó la mujer, una vez que estuvieron en los pasillos de nuevo.

—Un niño salvaje me lanzó su carrito a la cara—le respondió TaeHyung, contestándole de mala gana.

—Oh...pues por algo debió ser—la mujer soltó una risita que sólo hizo que el pelirrojo apretara sus puños.

Sin embargo no dijo nada. La mano de Jungkook reposaba sobre su hombro.

.

Jungkook era como una taza de té.

Igual de tranquilizador.

—Como ustedes habrán de saber—empezó Soo Yeon, de vuelta en su oficina—, aquí el sistema de adopción es muy complicado. Ustedes tendrán que estar viniendo dos o tres veces a convivir con el niño en cuestión, tendrán que estar trayendo también ciertos papeles requeridos. El procedimiento puede tardar meses.

—Entendemos, y, estamos dispuesto a hacer lo que se requiera—habló TaeHyung—, queremos llevarnos a Aleyna a casa.

—Bien—se acomodó los lentes—, muchas gracias por darle a Aleyna un hogar al cual pertenecer y esperemos que esto se lleve a cabo lo más rápido posible.

—Creo que...nosotros deberíamos darle las gracias a usted—empezó Jungkook, haciendo que TaeHyung lo mirara con su ya típica mirada de: "¿qué mierda, Jeon?" y sin embargo, continuó—: por darnos la oportunidad de...ya sabe, poder adoptar.

Y por primera vez en el día, Soo yeon sonrió sinceramente.

Cosa que asustó a TaeHyung.



____________♡♡_____________



Y como Jungkook le prometió a la niña, volvieron al día siguiente, y al día después de ése.

Estuvieron yendo tres veces por semana (algunas veces cuatro, por capricho del azebache durante alrededor de seis meses hasta que, una tarde, justo antes de irse al orfanato, Jungkook recibió una llamada.
Era Soo Yeon.

—Señor Jeon, me gustaría comunicarle algo antes que venga—habló la señora.

—Oh, claro, ¿sucede algo? —preguntó, medio desconcertado y medio preocupado. TaeHyung lo estaba mirando desde la cocina.

—Es gratificante decirle que oficialmente el trámite está hecho, ya puede llevarse a Aleyna a casa.

Jungkook gritó.

Literalmente.

Lanzó el teléfono y rápidamente fue hacia donde TaeHyung, abrazándolo fuertemente.

—Oh, por Dios, ¿quién se murió? —preguntó TaeHyung, sintiendo el animoso abrazo de su pareja—, por favor di que Soo yeon

Jungkook rió, con sus ojos cristalizados—, no, ¡es...es Aleyna!

— ¿¡Aleyna se murió!?

— ¡No! —volvió a reír—. ¡Ya podemos traerla a casa, Tae! ¡Oficialmente somos padres!

Y TaeHyung se quedó callado.

Analizando.

Tratando de saber qué decir.

—Entonces...eso significa un adiós a mi sueño de adoptar un gato—dijo, con sus ojos aun demostrando sorpresa pero con una gran sonrisa dibujada.

Y después de eso, bueno, Jungkook arrastró a TaeHyung hacia el auto para ir a recoger a, su ya, hija.

— ¿Señor Jeon...? ¿Sigue ahí...?

_________♡♡_________

—Entonces, Aleyna, ¿lista para acompañar a tus, ahora, nuevos padres? —cuestionó Soo yeon con una sonrisa enternecida. TaeHyung y Jungkook estaban a un lado, y la niña en frente de los tres adultos.

Aleyna llevaba el pelo recogido y una mochila en sus hombros.

Sus ojos demostraban emoción y felicidad, sin embargo, lo que dijo dejó más que confundidos a los mayores.

—No me quiero ir.

TaeHyung y Soo Yeon parpadearon.

Y Jungkook casi se muere.

— ¿Por...por qué no, Aleyna? —cuestionó TaeHyung, agachándose a la altura de la menor—, puedes decirnos.

La pequeña lo dudó un poco, pero al final contestó—: no puedo dejar a JiJi solo.

Soo Yeon, con eso, ya había entendido la situación, mas TaeHyung volvió a hablar antes que ella.

—También podemos llevarnos a JiJi a casa, ¿sabes?

— ¿De verdad? —preguntó la niña, con aires de esperanza.

—Señor Jeon, creo que usted no sabe, per-...

— ¡Por supuesto que sí! ¿Por qué no vas por él? Jungkook y yo te esperaremos —terminó sonriendo una vez que la niña fue corriendo hacia una habitación.

—Señor Jeon—volvió a hablar la mujer—, creo que usted no está al tanto, pero "JiJi" es-...

— ¿Su amigo imaginario? Por supuesto que lo sé.

—No, señor, creo que no me está entendiendo.

— ¿Qué no entiendo, según usted?

—Pues que-...

—TaeHyung—interrumpió Jungkook—, JiJi no es su amigo imaginario.

— ¿Por qué lo dices? —interrogó, a lo que Jungkook le hizo una seña para que volteara.

Aleyna venía caminando tomada de la mano con un niño, dando pasos torpes. No parecía de más de un año.

—Señores Jeon, él es JiAn, aunque Aleyna le llama "JiJi" —dijo la mujer, tomando al niño en brazos.

—Oh...

_________♡♡__________

—Ellos llegaron juntos hace unos cuantos meses. Aleyna cree que es su hermano porque cumplen años el mismo día—explico Soo Yeon, devuelta en su oficina. Los niños también estaban ahí, en el suelo, jugando, ajenos a todo.

—Y Aleyna no se irá sin JiAn...—murmuró Jungkook, mirando a TaeHyung. Éste había estado callado.

Demasiado callado.

—Tal vez...podríamos...—empezó el azebache, pero se vio interrumpido por el mismo TaeHyung.

—Adoptaremos también a JiAn.

— ¿Qué?

— ¿En serio? —cuestionó la mujer, viéndole fijamente.

—TaeHyung—susurró Jungkook—, no creo que debamos...además, el diner-...

—No me vengas a hablar de dinero—replicó el contrario, susurrando también—, que usted, señorito, abrió una cuenta de ahorro después de nuestra boda, donde ha ido depositando dinero en estos años. Y dudo mucho que sea para otro viaje a Disneyland.

—Bueno...era una sorpresa...

— ¿Terminaron? —preguntó la fémina, mirándoles cansada.

—Eh...sí, también adoptaremos a JiAn—empezó el TaeHyung—, Aleyna estaría muy triste si ella se va y deja al pobre JiAn aquí. Además que no dudo que él también la extrañaría. En parte...siempre quise un niño—terminó susurrando.

—Perfecto—la mujer asintió—, esperen aquí, por favor—pidió y salió de la oficina.

— ¿A dónde irá?

—No lo sé, probablemente a comerse un alma inocente para seguir viva.

—TaeHyung...

—Así que, ¡JiAn! —llamó, ignorando el reproche de su pareja. El niño le miró.

Tenía ojitos de bambi.

—JiAn aún no sabe hablar—dijo Aleyna.

—Ya veo...—murmuró TaeHyung—, entonces hay que enseñarle.

— ¡Sí!

—Bien, JiAn—TaeHyung se levantó de la silla, sólo para sentarse en el suelo, con los niños—, hay que empezar con tus clases.

Y durante la siguiente hora y media, Jungkook se dedicó a observar como TaeHyung trataba de enseñarle a un bebé de probablemente once meses a hablar.

Obteniendo sólo manotazos del mismo.

Lo cual era adorable porque las manos de JiAn eran muy, pero muy pequeñitas.

—Señores Jeon—llamó Soo Yeon, volviendo a entrar a la habitación—, felicidades, ya pueden llevarse tanto a Aleyna como a JiAn.

— ¿Qué? —Jungkook frunció el ceño—, ¿así? ¿Tan fácil?

—No preguntes—susurró TaeHyung—, solo toma al bebé y salgamos corriendo...

La señora aclaró su garganta, ocasionando que de nuevo la pareja fijara su atención en ella—: quiero decir que, tal vez, y sólo tal vez, yo haya ayudado un poco...—rió y TaeHyung se estremeció—, así que, si gustan pasar por las pertenencias del pequeño JiAn, son libres de hacerlo.

—Oh Dios—exclamó Jungkook—. Muchísimas gracias, de verdad—agradeció, mientras se levantaba y cargaba a JiAn (éste comenzó a jalarle el pelo, pero no dijo nada).

—No hay de qué...

—Bien, yo...también quiero darle las gracias—empezó TaeHyung, mientras tomaba la mano de Aleyna—, y sepa disculparme si alguna vez pensé que usted era un demonio que se alimentaba de las almas de los niños que aquí.

— ¿Perdón...?

— ¡Adiós!

Y TaeHyung salió de ahí, seguido de un Jungkook avergonzado.

— ¿Y ahora qué? —preguntó Aleyna, una vez en auto.

— ¿Cómo que "y ahora qué"? —devolvió la pregunta TaeHyung, volteándose a verla desde el asiento del copiloto.

—No sé. Nunca me habían adoptado.

—Yo tampoco sé. Nunca había adoptado.

Y fue ahí, donde sin previo aviso, el pequeño JiAn soltó una risita.

Se había reído, sin más.

Cosa que hizo a Jungkook sonreír—, pues, ¿saben? Yo tengo un buen presentimiento.

— ¿De verdad? —le preguntó TaeHyung, también sonriendo.

—Por supuesto.

— ¡Oh! —Exclamó Aleyna—, ¡parece que JiAn se hizo popo!

—...que buen presentimiento, Jungkook.

Bueno, al menos ahora sabían por qué se había reído.

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