22.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—¿Quién es tu verdadero Dueño?

Muñequito miró la pared como si hubiera algo interesantísimo allí, sintiendo las callosas manos de Señor Shin sobre su cuerpo, e hizo una mueca de dolor sin poder evitarlo al sentir el objeto pequeño y duro entre sus piernas, imposibilitando que pudiera sentarse bien.

Señor Shin le sonrió, comenzando a vestirlo con una bonita falda de flecos.

—No voy a castigarte —susurró Señor Shin, su voz tierna y dulce—, ¿cómo voy a castigar a mi Muñequito Perfecto? —sonrió—. ¿Quién es tu verdadero Dueño?

Muñequito lo miró, su dedo temblando cuando lo apuntó.

Cerró los ojos ante el temor a un repentino golpe al verlo levantar la mano, pero sólo sintió una caricia amorosa en su mejilla como respuesta.

—Exacto —respondió Señor Shin—, yo soy tu verdadero y único Dueño, aunque debo prestarte a otra persona durante un tiempo, ¿está bien, Muñequito? Pero vas a volver a mí —ahora hubo un beso en sus labios antes de que comenzara a abrochar una blusa—. Eres mi juguete favorito, ¿lo entiendes?

Asintió, pero no entendía demasiado que estaba ocurriendo en ese instante.

Señor Shin lo tomó en brazos y Muñequito era peso muerto, no se movía a pesar de todo, aunque no pudo evitar removerse cuando vio que estaba siendo acostado en una caja de madera, abriendo sus ojos por la sorpresa. Su cabeza fue recostada en un cojín, pero aun así se aferró a las mangas de Señor Shin.

No. No, oscuridad no. Encierro no.

Señor Shin apretó sus labios un instante para luego suspirar, tomándole las manos con suavidad.

—Vas a llegar en perfectas condiciones con tu nuevo dueño —le trató de explicar Señor Shin—. Nadie puede verte excepto él, es lo mejor para ti —Muñequito no quería soltarlo, no quería hacer eso—. Si no me sueltas, bebé, voy a arrancarte los ojos.

Obedeció, porque sabía que no bromeaba.

Le miró con ojos llenos de pánico, de terror, temblando porque estaba luchando con las ganas de romper a llorar. Pero no podía llorar porque los muñequitos como él no lloraban.

—Estarás bien —dijo Señor Shin, agarrando la tapa que iría sobre la caja y con la que quedaría en completa oscuridad—. Son sólo cinco horas de viaje. Has aguantado cosas peores.

Sí, por supuesto.

Pero...

La caja se cerró y sólo había luz de los pequeños agujeros que dejaron para que no se ahogara.

Muñequito sintió lágrimas en su rostro, sin embargo, se las limpió con rapidez para que no arruinaran el maquillaje que le pusieron encima.

No le gustaba, eso no le gustaba, en especial cuando comenzaron a mover la caja como si no hubiera una persona allí.

Que tonto era. Por supuesto que no había una persona. Allí sólo había un Muñequito.

JungWon cayó al suelo cuando MinHee lo empujó sin delicadeza alguna, haciendo que sus amigos se rieran, y sintió sus manos arder pues terminó raspándoselas para evitar un golpe fuerte.

Miró hacia arriba, temblando.

—¿Dónde está tu novio, JungWon? —preguntó MinHee con una sonrisa horrible—. ¿Se aburrió de tu culo suelto y usado?

Tragó saliva, poniéndose de pie, y retrocedió unos pasos mientras se aferraba a la mochila. RyuJin no había querido irse con él, aludiendo a que iría a casa de SungHoon para irse con él, y SuNoo no le había hablado el día anterior por lo que tampoco se pusieron de acuerdo para irse juntos. Además, como estaban las cosas...

MinHee y su grupo lo agarraron antes de llegar a la escuela, tomándolo por sorpresa, y se vio a sí mismo con trece años, cuando le hacían lo mismo porque no tenía amigos ni nadie que le protegiera.

—Oigan, idiotas, ¿qué hacen?

Todos se giraron cuando escucharon una grave voz hablar.

Park SungHoon estaba cruzado de brazos, con el ceño fruncido, y detrás de él estaba HeeSeung, luciendo molesto igual.

—¿No tienen nada más que hacer, grupo de imbéciles? —dijo HeeSeung, adelantándose para agarrarlo del brazo y llevarlo con ellos.

—Vuelven a golpearlo —agregó SungHoon—, y haré que te expulsen, MinHee.

El agresor parecía dispuesto a decirle algo, pero ya se habían alejado de ellos, y JungWon no quiso mirar hacia atrás porque sabía que vería la expresión enfurecida de MinHee.

—Gra-gracias —tartamudeó hacia los mayores, logrando que lo miraran, y ambos sintieron un poco de lástima porque JungWon parecía ser, otra vez, ese chico que nadie observaba dos veces—, no era... necesario...

SungHoon suspiró en tanto HeeSeung se sentía culpable por lo que le había dicho el sábado en el parque, sabiendo que el chico nunca tuvo intenciones de arruinar esa salida y que, de alguna forma, todos habían sido culpables por ocultarle la verdad a JungWon.

—Oye, no pasa nada —dijo HeeSeung tratando de relajar su expresión—, ahora todos somos amigos, ¿no es así?

JungWon sonrió débilmente, asintiendo con timidez, y los tres cruzaron la entrada del colegio.

El menor se quedó quieto de pronto, y los amigos dirigieron sus ojos hacia donde miraba JungWon, viendo...

Ni-Ki estaba abrazando a SuNoo con fuerza, sonriendo, y el mayor le devolvía el abrazo sin duda alguna, revolviéndole el cabello, también con una sonrisa en su rostro.

JungWon sintió que perdió el color de su cara, recordando brevemente las palabras de RyuJin.

SeonWoo te abandonó por ellos, ¡eso demuestra cómo es en realidad!

¿Cómo era, en realidad, Kim SeonWoo?

SungHoon frunció el ceño ante la escena, sintiendo una punzada de celos en su estómago, pero se obligó a tragarlo porque no debía desconfiar de Ni-Ki. Estaba sólo abrazando a un amigo, nada más, entonces...

Iba a decir algo, pero HeeSeung no estaba al lado de ello. Por el contrario, se habría paso directo hacia...

—¡Jay-shi, Jay-shi, perdóname, bebé!

Llamó la atención de todo el mundo con sus gritos, e incluso Ni-Ki y SuNoo se separaron del abrazo, mirando hacia HeeSeung, que caminaba –corría– hacia JongSeong, a un lado de ellos. El chico de cabello rosa levantó la vista hacia el más bajo, su rostro sin expresión alguna, aunque sus labios parecían contraerse en cualquier momento.

HeeSeung alcanzó a JongSeong, agarrándolo del hombro.

—Bebé, bebé...

—Ayer no fuiste a jugar conmigo —dijo Jay, interrumpiéndolo—, y hoy no fuiste a buscarme a casa.

—Lo sé, lo sé, cariño, pero...

—Y hueles muy feo —el muchacho arrugó su nariz—. Perro apestoso y mentiroso.

HeeSeung abrió su boca para decir algo, pero JongSeong siguió hablando.

—Mamá dice que fuiste muy malo —balbuceó Jay—, me gritaste y me dijiste cosas muy feas que no entiendo bien pero hicieron que algo doliera mucho, aquí —apuntó a su corazón—, y mamá dice que si mi corazón duele, entonces no hace bien.

— Jay-shi...

—¡Los novios no hacen que el corazón duela! —movió sus manos de forma nerviosa y Ni-Ki se adelantó, comenzando a acariciar los hombros del chico de cabello rosa —. No quiero ser tu novio, no quiero serlo más —su voz se quebró—. No quiero que seas más mi perrito apestoso.

—Cariño...

El timbre tocó y Jay agarró la mano de Riki.

—Hay que ir a clases, hay que ir a clases —repitió el muchacho.

Ni-Ki frunció el ceño, asintiendo, y avanzó con Jay entremedio de la multitud de personas, dejando a HeeSeung con una expresión atónita. SeonWoo se removió, incómodo, volteándose, y sus ojos chocaron con la mirada de JungWon.

Dio un paso hacia él, pero JungWon decidió huir porque no se veía capaz de enfrentarlo en ese instante. No quería escuchar lo que tuviera que decir. No quería saber si SuNoo iba a terminar con él porque... porque quizás gustaba de...

JungWon dejó a SungHoon allí, confundido por todo lo que acababa de ocurrir en sólo unos segundos, yendo al salón de clases.

SuNoo también decidió marcharse a clases, acercándose a su grupo de amigos, y HeeSeung volvió con SungHoon, frunciendo las cejas.

—Creo que todos estamos destinados al fracaso —fue lo primero que dijo SungHoon.

HeeSeung resopló.

—Habla por ti —dijo su amigo—, cuando terminen las clases, iré a comprarle un dinosaurio a Jay y va a perdonarme. Está loco si cree que lo nuestro se acabó.

SungHoon decidió que lo mejor era no decir algo porque sabía lo terco e idiota que podía ser HeeSeung con eso, así que sólo se volteó para irse a clases.

Sin embargo, no dieron ni dos pasos cuando Yang RyuJin apareció frente a él.

—Oh no, viene la loca —dijo HeeSeung—. Yo la noqueo y tú huyes, SungHoon.

SungHoon le dio un codazo a su amigo, aunque si era sincero, la idea no parecía taaaaaaan mala, ¿cierto?

RyuJin le sonrió, sin embargo, podía ver el nervio en sus ojos. La chica se colgó de su brazo.

— Hoon oppa —dijo con voz tímida—, fui para tu casa, pero tus padres dijeron que ya te habías ido. ¿Podríamos ir a comer un helado luego de...?

—No, RyuJin — SungHoon salió de su agarre con suavidad, aunque a su lado HeeSeung comenzó a fingir que estaba vomitando—. Ya te lo he dicho varias veces, no hemos vuelto. No somos novios otra vez.

La sonrisa en el rostro de la muchacha se esfumó con rapidez, y tal como hicieron sus amigos antes, SungHoon y HeeSeung se apuraron en alejarse allí para no discutir más.

—De verdad —decía HeeSeung —, RyuJin tiene buenas notas, pero no es muy inteligente que digamos.

SungHoon pensaba que HeeSeung iba a irse al infierno, pero bueno, le quería de todas formas.

♡❜

Perdón, Riki. No fue mi intención que mi hermana arruinara nuestra salida ni que agrediera a Jonggie. No pensé que ella iba a caerte tan mal. Lo siento mucho, por favor, perdóname.

Ni-Ki leyó el mensaje que JungWon había deslizado a su mesa hace unos minutos, sentado sin compañía detrás de él, y mordió su labio inferior, volviendo a releerlo.

Levantó la vista, observando a la profesora de Ciencias, que hablaba mientras pasaba las diapositivas de su clase, y rascó su nuca. A su lado, Jay anotaba todo lo que decía la mujer, concentrando al cien por ciento, su lápiz moviéndose con esfuerzo por el papel ya que no era muy fanático de escribir pues aludía a que su letra era fea y poco entendible.

Está bien, JungWon. No pasa nada. Lamento también lo que dije. No eres un mal amigo. No te odio. Yo te quiero mucho, de verdad. Eres mi mejor amigo.

JungWon recibió el papel, sus labios temblando al leer el mensaje, sus ojos picando por las lágrimas que quería soltar. Todos esos días se había sentido muy mal, llorando más que nunca, porque además estuvo buscando información de su mamá por internet y no encontró nada. No sentía que hubiera valido la pena saber el nombre de ella a cambio de lo que entregó.

¿De verdad, Nishi? ¿Tú realmente no me odias?

¡No! ¡No, yo jamás podría odiarte! Aquí nadie te odia, JungWonnie, ¡no seas bobo!

La profesora dio la clase por terminada, dando paso a que todos fueran a almorzar, y JongSeong comenzó a guardar su cuaderno junto con sus lápices de colores que usaba para destacar la información más importante. Ni-Ki se volteó hacia JungWon con una sonrisa, pero se puso serio al notar sus ojos llenos de lágrimas.

Ni-Ki reaccionó enseguida, moviéndose y dándole un abrazo fuerte, y JungWon no tardó en devolverle el abrazo, suspirando porque estaba bien. Porque Ni-Ki no le odiaba, y Jay tampoco, y ellos iban a seguir siendo amigos. Ellos seguirían siendo sus amigos.

—Es la hora de almuerzo —balbuceó JongSeong, poniéndose de pie—, ya vamos tarde, vamos a comer...

JungWon alejó su rostro del hombro de Ni-Ki, sonriendo también por las palabras de Jay, por ver que no lucía incómodo a su lado, y sabía que también le debía una disculpa.

—Lo siento, Jong —fue lo primero que dijo al soltarse, el chico de cabello rosa mirándolo—, por el golpe de mi hermana. Ella no hizo bien con eso, de verdad...

—¿Por qué pides perdón tú? —preguntó JongSeong, arrugando las cejas—. Fue Yang RyuJin quien lo hizo, no tú.

JungWon no sabía qué responder ante ello.

—Perdón por invitarla a nuestra salida —contestó en cambio.

Jay hizo un gesto extraño.

—Está bien, supongo —dijo Jay algo confundido—. Ella no debería salir con nosotros la próxima vez si vamos a ir a una cita de a tres, porque mi pareja es HeeSeung, tu pareja es SeonWoo y la pareja de Riki es SungHoon.

JungWon parpadeó, desorientado por sus palabras, para luego reírse con algo de diversión.

— Jay-shi, Ni-Ki y SungHoon son amigos —le corrigió con suavidad.

Jay ladeó la cabeza.

—¿Acaso ellos termi...?

Ni-Ki se colgó de los dos de forma sorpresiva con sus cosas listas, cargando su mochila, sus labios curvados hacia arriba, interrumpiendo lo que fuera a decir Jay.

JungWon interpretó su gesto entusiasta con un vamos a comer, por lo que sólo le devolvió la sonrisa, empujando a sus amigos para caminar al comedor, aliviado de saber que todavía era importante para ellos. Que Ni-Ki no estaba enojado, que Jay lo seguía considerando su amigo, y que SeonWoo...

Tragó saliva al pensar en SeonWoo, observando de reojo a Ni-Ki.

Bueno, ¿quién no se enamoraría de Ni-Ki? Era un chico adorable, gracioso y hermoso a pesar de todo, tratando de tener una actitud positiva en cualquier momento. SuNoo, tal vez, necesitaba a alguien así, no a una persona dependiente y opaca como lo era JungWon, tan tímido y torpe que a veces llegaba a ser hosco y antipático con el mundo.

Mordió su labio inferior una vez entraron al comedor. SuNoo estaba sentado junto a HueningKai y JiSung, sus mejores amigos, y no quería ir a molestarlo con sus tonterías, así que siguió a Ni-Ki por entremedio de la gente hacia donde se sentaban HeeSeung y SungHoon.

—Hey, Won —dijo SungHoon, llamando su atención—. MinHee no ha vuelto a molestarte, ¿cierto?

Bajó la vista con algo de vergüenza mientras Ni-Ki ponía una expresión de alarma.

— MinHee es feo —dijo Jay, abriendo su lonchera de Snoopy—, es una persona horrible, fea y tonta.

—Hey, Jonggie... —comenzó a decir HeeSeung.

—¿Qué?

—¿Crees que yo soy feo? —preguntó HeeSeung.

Jay lo observó unos segundos para luego bajar la vista, sin cambiar su expresión.

—No, eres muy guapo —dijo Jay como si nada—, cuando te miró, luces mucho... um... —lo pensó un instante—, como una estrella, aunque no sé cómo lucen las estrellas, pero cuando miro al cielo y veo una, pienso que son muy bonitas. Eso pasa cuando te miro a ti, Lee HeeSeung.

HeeSeung sonrió, satisfecho, y ahora SungHoon fingió que estaba vomitando.

—¿Y yo soy feo, Jay-Ah? —preguntó JungWon.

—No, tú eres más guapo que HeeSeung —afirmó JongSeong, provocando la indignación del chico más bajo y las risas del resto.

El almuerzo, así, transcurrió con tranquilidad, y JungWon trató de concentrarse en eso. Trató de no pensar en cosas malas hasta que tuviera que enfrentar a SuNoo, que ocurrió cuando las clases terminaron. JungWon salió con sus amigos, dispuesto a irse con ellos, pero se quedó quieto cuando vio a SeonWoo fuera del colegio, solo, sin embargo, mirándolo directamente.

Ni-Ki llamó su atención.

—¡Ve con él! —animó—. Yo me iré con Jay-shi, ¿está bien? ¡No te preocupes por nosotros, Wonnie!

JungWon quiso decir algo, pero decidió tomar valor para acercarse a SeonWoo, despidiéndose de sus amigos, y caminó hacia él. SuNoo no sonreía, pero tenía una expresión suave, sin lucir enojado o molesto, aunque eso no impidió que evitara su mirada porque sentía demasiada vergüenza.

— S-suNoo hyung —tartamudeó.

SeonWoo enarcó una ceja, abriendo la puerta del auto para decirle que entrara, y JungWon no dudó en hacerlo. Una vez estuvieron los dos en el interior, se instaló un silencio.

—Lo siento —balbuceó JungWon otra vez, llamando su atención—, por lo del otro día. Yo no tuve que invitar a RyuJin, tú y Ni-Ki tienen razón. Ella... —su voz tembló—, yo no le importo mucho a ella.

JungWon lo sabía desde hace mucho, por supuesto, pero era distinto decirlo en voz alta que sólo pensarlo. Si lo hablaba, lo mencionaba, hacía las cosas mucho más reales, las hacía más dolorosas porque, entonces, se convertían en una verdad que no podía evitar. Puede que RyuJin le quisiera, aunque no lo suficiente, no porque quisiera hacerlo, sino porque compartían sangre y era su obligación hacerlo.

Y eso lo hacía más horrible, pensaba JungWon, porque querer a alguien por obligación no era justo, no era bueno. No era sano.

Sin embargo, eso no evitaba que doliera, pues RyuJin parecía ser la única persona que le quería más dentro de su familia, y si ella le quería poco, entonces... entonces, ¿cuánto realmente le quería el resto?

—Yo... entenderé si quieres... terminar conmigo —prosiguió JungWon, y SuNoo le miró—, porque te he traído muchos problemas y... —su garganta se apretó—, y puede que te guste Ni-Ki...

—¿Qué?

Levantó la vista cuando SuNoo habló, viendo su rostro atónito y expresión confundida.

Humedeció sus labios.

—Eso —jadeó, y no notó que estaba llorando hasta ese momento—, Ni-Ki te gusta... Ustedes se han acercado mucho este último tiempo y...

SeonWoo frunció el ceño, pensando en el abrazo que Ni-Ki le había dado esa mañana, cuando le vio: fue en señal de agradecimiento por haberlo llevado a casa, a él y a Jay, el día sábado, luego de lo ocurrido, asegurándose de que llegaran bien, sin problema alguno. No le costaba notar que el menor era alguien que gustaba del tacto y no le costaba demostrarlo demasiado, así que le devolvió el abrazo sin pensarlo demasiado.

— JungWon, no —habló, extendiendo una mano para limpiar las silenciosas lágrimas que soltaba el chico—, no, eso no es así. Riki no me gusta, te lo prometo —rascó su nuca—. A mí sólo me gustas tú.

JungWon soltó un sollozo bajo.

—Yo también quiero pedirte perdón —se disculpó SuNoo—, no hice bien en dejarte solo el otro día y haberte regañado sin considerar tus sentimientos. Cuando se lo he contado a JiSung, me ha dado un coscorrón que casi hace que el pelo se me caiga —el menor soltó una risa entrecortada—. De verdad... lo siento mucho, JungWonnie. Fui un mal novio ese día y me arrepiento mucho de todo.

JungWon quiso hacer el amago de abrazarlo, pero al final sólo levantó sus manos para limpiar su rostro. SuNoo le sonrió, inclinándose, y abrió la guantera del coche, sacando unos papeles.

—¿Qué es eso? —preguntó JungWon.

SuNoo se los tendió.

—Tú sabes... —dijo SeonWoo pausadamente—, papá trabaja en la municipalidad y tiene acceso a todos los archivos. Le pedí si podía buscar a todas las Park JiHyo de la ciudad y darme sus direcciones, y me entregó esto a cambio de que te llevara a cenar este viernes a casa porque mamá y él te extrañan un poquito.

JungWon volvió a llorar por sus palabras, sin saber qué decir en respuesta porque SuNoo estaba siendo demasiado comprensivo y bueno con él, y no se merecía ese trato luego de haberlo arruinado todo.

—¿Tú de verdad...?

—Hay dos Park JiHyo, así que... ¿por dónde quieres comenzar, JungWonnie?

Ahora no se resistió: JungWon lo abrazó y le llenó el rostro de besos, haciéndolo reír con alivio.

♡❜

SungHoon sonrió ampliamente cuando Ni-Ki se subió sobre él, sus labios deslizándose por su mejilla en besos cortitos, superfluos y nada profundos, casi como si fueran el toque de una mariposa, para luego reírse al darlo vuelta, dejándolo bajo su cuerpo.

Riki también se reía en silencio, sus ojos cerrados, su expresión llena de amor, tanto que SungHoon se sentía en el cielo.

Bebé, tengo tarea qué hacer —le dijo en lenguaje de señas.

El menor hizo un puchero, poniendo ojos de borrego, pero SungHoon sólo le dio otro beso en los labios para después levantarse y caminar hacia su escritorio.

Ni-Ki rodó en la cama, algo enfurruñado por la situación, y terminó acompañándolo también, sentándose a su lado.

¿Qué tienes que hacer? —preguntó, viendo como encendía su computadora.

SungHoon lo pensó un momento, agarrando el cuaderno de Ni-Ki para escribirle lo siguiente; todavía no se manejaba muy bien en el lenguaje de señas, así que prefería eso para no decirle algo erróneo.

Es un trabajo de Música. El profesor quiere que hagamos un ensayo acerca de la música como reflejo de problemáticas o realidades sociales. Dice que debemos escoger una canción o un álbum de cualquier cantante o grupo musical, y lo estudiemos a fondo.

Ni-Ki leyó el mensaje, concentrado, poniendo una cara pensativa inmediatamente, y se tomó su tiempo para responderle a SungHoon, que ya estaba abriendo Youtube.

¡Eso suena muy genial, hyung! No sé mucho de música porque no puedo oírla, pero he leído algunas letras que son muy lindas y me gustan mucho. ¿Qué debe contener ese ensayo?

SungHoon se animó al ver genuino interés en la mirada de su novio. Él creía, con mucha firmeza, que no había expresión más linda de amor que cuando una persona demostraba fascinación por lo que su compañero le pudiera contar, aunque no fuera algo novedoso o llamativo.

Bueno, debemos estudiar la vida de los creadores de la canción, en primer lugar, y fijarnos si quienes la compusieron son las mismas personas que la interpretan. Al menos para mí eso es muy importante, porque significa que la letra y los ritmos se vuelven más personas y profundos de estudiar. Además, al saber de la vida de ellos, me puedo fijar también en qué época vivieron, es muy importante saber de eso pues muchas canciones responden a una época en específico. No es lo mismo hablar de canciones que pudieron haber nacido, por ejemplo, bajo una dictadura, que canciones que nacieron en años más... "tranquilos".

Su novio, a medida que iba leyendo, abría su boca en señal de desconcierto, sus ojos amplios y su nariz un poco arrugada. SungHoon se sintió culpable por haberle escrito tanto sin pensarlo demasiado.

¡Lo siento! No quería llenarte de información ni aburrirte, pero es que

Riki le arrancó el cuadernito, enfadado.

No pidas perdón por eso, ¡te ves muy lindo cuando estás entusiasmado, Hoonnie! Anda, quiero que me cuentes más, ¿puede ser de cualquier artista?

El mayor sintió su rostro colorado al leer el dulce apodo que Ni-Ki le puso, pero trató de no centrarse demasiado en ello porque, si lo hacía, terminaría rodando por el suelo.

Sí, el profesor nos dio libertad creativa. HeeSeung ha decidido hacerlo de Seo Taiji, pero yo... todavía estoy un poco indeciso.

¿Entre que artistas?

No artistas. Entre dos álbumes del mismo artista.

SungHoon, entonces, tuvo un pensamiento repentino, y no pudo detenerse a pesar de que podía resultar algo grosero, e incluso, burlón.

Ni-Ki, tú nunca has escuchado una canción, ¿cierto?

Riki leyó el mensaje, aunque contrario a lo que se esperaba, el chico asintió con la cabeza, poniéndose a escribir.

Una vez.

Escribió algo indeciso.

Mamá y papá consiguieron un aparato, cuando me estaban haciendo exámenes, que me permitía escuchar música, pero era muy caro, así que no podían costearlo. Lo que escuché sonaba... muy bonito. La música me pareció bonita, muy bonita.

SungHoon asintió, queriendo preguntar más pero controlándose para no hacerlo. Si Ni-Ki, en algún momento, quería contarle más de él (en especial sobre lo ocurrido años atrás), SungHoon estaría allí para comprenderlo. Pero tenía que ser una decisión de Riki contarle sobre aquello.

Eso suena genial, Riki. Lo que yo tengo pensado... ¿Has oído alguna vez de la banda Pink Floyd?

Ni-Ki negó con la cabeza, desconcertado, y SungHoon sonrió con cariño.

Es una banda occidental de rock. Tienen dos álbumes que me gustan mucho y me gustaría trabajarlos. Uno de ellos se llama Animals, que está basado en la novela "Rebelión en la Granja", de George Orwell, y sólo incluye cinco canciones, siendo una crítica hacia el control que ejercen las clases dominantes sobre la sociedad y como el poder corrompe de a poco. El otro álbum que quiero trabajar es The Wall, inspirado mucho en la vida personal del bajista de la banda, que además tiene elementos de la Alemania Nazi y la Segunda Guerra Mundial.

SungHoon mordió su labio inferior.

¿Quieres que ponga alguna canción en Youtube con subtítulos para que la leas?

Ni-Ki lo abrazó, dándole un beso en la mejilla antes de asentir, y luego de poner una canción, le dio un beso en los labios.

Te dije que Animals estaba basado en Rebelión en la Granja, ¿no es así? Bueno, el libro de Orwell es una especie de novela irónica hacia el régimen de Joseph Stalin, aunque también puede ser dirigido hacia todos los regímenes totalitarios. Trata sobre unos animales que vivían en una granja, y sintiéndose oprimidos, deciden expulsar a los humanos de ésta y vivir según sus condiciones. Los cerdos se alzan como los líderes, pues eran los más inteligentes de la granja, y al inicio son todos considerados iguales, pero luego el poder empieza a centrarse sólo en una figura, un cerdo llamado Napoleón, que utiliza a los perros para mantener el orden. El álbum de Pink Floyd tiene tres canciones centrales, a mí parecer, más una intro y un outro. Dogs habla acerca del uso de las policías por parte de los gobiernos para mantener a la población controlada, Pigs trata sobre las figuras ya corrompidas en el poder, y Sheep se centran en las personas que siguen al líder de forma ciega.

SungHoon observó a Riki, que leía todo de forma concentrada, mordiendo su labio inferior, por lo que se sintió algo culpable al escribirle algo tan largo. No pensaba que el menor fuera algo así como tonto y no iba a entenderlo, pero tal vez no se hallaba interesado en todo ese rollo político y se aburriría.

Se aburriría, se reiría de él y luego le terminaría, después de todo, ¿quién querría...?

Ni-Ki comenzó a escribir.

Stalin era el dictador de la URSS, ¿cierto? Y por lo que me platicas, Orwell tuvo que haber vivido en la época en que Stalin todavía estaba en el poder. Además de que Stalin no era el único dictador de un régimen totalitario, según lo que recuerdo de las clases de Historia, también estaba Hitler y Mussolini en Europa, y Japón también se estaba extendiendo con el militarismo, entonces suena como un concepto genial para un álbum musical.

El mayor miró a Ni-Ki, parpadeando luego de leer lo que escribió, y antes de pensarlo dos veces, lo agarró de las mejillas y le dio un beso profundo, queriendo expresarle con ese gesto todo lo que le hizo sentir sólo con prestarle un poco de atención. Riki le devolvió el beso, sonriendo con felicidad.

Al separarse, SungHoon le puso una canción: Pigs, y ambos se concentraron en la traducción de la canción.

El otro álbum que quiero trabajar es The Wall, que es mucho más largo y trabajado según algunos críticos. Presenta la historia de una persona que ha vivido ciertas experiencias traumáticas como la muerte de su padre debido a la Segunda Guerra Mundial, una madre sobreprotectora gracias a esto, un sistema educativo opresor y fracasos sentimentales, como el divorcio, que le han llevado a construir una "muralla" alrededor de sí con la intención de protegerse, pero que finalmente le llevan a la locura. Waters el bajista y creador del álbum, expuso así su disgusto hacia la obsesión agresiva de los fans por sus artistas, pues muchas veces deseaba tener un muro entre el escenario y la gente, para que así se concentraran más en lo sonoro que en ellos, criticando la alienación entre el fan y el artista. A todo eso se le sumaron las experiencias personales de Waters también.

Ni-Ki se removió, sentándose en sus piernas, y SungHoon lo abrazó por la cintura, dándole unos besos pequeños en el cuello mientras escribía.

¿Alienación, hyung?

Se refiere a la pérdida de identidad, de algo propio, de una parte de tu esencia, con la intención de actuar contrario a lo que se espera de ti. En el caso del álbum, se refiere a cómo el fan se obsesiona tanto con el artista que está dispuesto a todo por él, perdiendo parte de sí mismo y convirtiéndose en sólo alguien parte de la masa. Mira, te mostraré la canción más popular del álbum, es Another Brick In The Wall, aunque... para mí, mis favoritas son Hey You, The Trial y Mother.

Se quedaron en silencio en tanto los parlantes reproducían las canciones, SungHoon tarareando el ritmo, Ni-Ki concentrado leyendo las letras, abrazado todavía a su novio. Cuando terminaron, el menor se volteó hacia SungHoon, pero no escribió.

Hyung —le dijo con expresión seria—, creo que eres el chico más interesante, inteligente y guapo que haya conocido alguna vez.

SungHoon sintió calor en su rostro, desviando la vista y comenzando a balbucear palabras en voz baja, incapaz de concretar una frase por la vergüenza que empezó a decir.

Qué estás diciendo, Ni-Ki. Yo no soy nada especial, estás exagerando.

¡No! — Ni-Ki le dio un beso—. Me siento muy tonto a tu lado ahora, Hoonnie.

No te sientas así. Tú también eres inteligente, divertido y hermoso. Me encanta estar contigo porque... porque me haces sentir especial, Riki.

Volvieron a besarse, la música resonando en los parlantes, y SungHoon deslizó sus manos por la cintura de Ni-Ki, sus dedos acariciando su piel desnuda. El menor se estremeció, alejándose, sus ojos nublados, y le dio un beso pequeño.

Debo irme —le dijo Riki.

SungHoon asintió, dándole otro beso, y le acompañó a la ventana. Ni-Ki se sentó en el marco, tomando la libreta, escribiéndole algo veloz, para después agarrarlo de la camisa, tirando de él, besándolo una vez más. Le gustaba mucho eso, sentir los labios de SungHoon sobre los suyos.

Sonrió, entregándole el papel y saliendo de la habitación. SungHoon lo observó bajar con cuidado del árbol, preocupándose de que no cayera al suelo, despidiéndose de él cuando se volteó para sacudir su mano.

Pronto Ni-Ki desapareció, corriendo para agarrar un bus que le acercara a casa, y SungHoon cerró la ventana, sonriendo también.

Se estiró con el papel en la mano, yendo a sentarse frente al escritorio, y leyó el mensaje.

¡Te quiero mucho, hyung, eres el chico más increíble del universo!

Y si quieres mi consejo, yo digo que trabajes Animals. ¡La letra era muy impactante y el solo de guitarra sonaba increíble!

El lápiz de SungHoon cayó al suelo, sus ojos releyendo el mensaje.

El solo de guitarra sonaba increíble.

Sonaba increíble.

Sonaba.

¿Qué?

¿Acaso Ni-Ki...?

SungHoon tenía ganas de vomitar.

Jsjsjsjsjj perdón por
lo de ayer, se me fue el dedo
aunque en gran parte no,
en fin.

Pasaba por aquí para decirles
que ya los siguientes
capítulos serán un tanto más
fuerte, así que creo
que sería bueno dejar de leer
si ya no soportan<333

Aún así gracias por el
apoyo, los quiero mucho.♡

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro