2.

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—¿U-una salchicha? —Jennie vio a la azabache comer el alimento y succionarlo, como si fuera y dependiera de su vida. La pelinaranja tragó saliva y miró a Lisa.

—¿Qué tiene?

—Plátanos, helados en palo, salchichas, ¿Sigues pensando que es inocente?

—No lo hace a propósito.

—Alimentos en forma fálica, yo... me siento atacada. —volteó a ver a Roseanne, que la miraba fijamente pero al momento de darse cuenta que cruzaron miradas, la menor la desvió.

—La verdad es que no, no he conocido algún novio de Rosé, novia, tal vez sólo le gusta eso, ajá. —pasó la página de su libro, ignorando a la chica pelinaranja hasta que vieron a una pelinegra sentarse junto a ellos.

—Hola, ¿Qué lees Lisa? —la otra le mostró su libro, pero hizo que una pelinaranja se sonrojara.
Lisa mostraba sus libros eróticos como si no fueran nada, como si en la portada no hubieran dos chicas desnudas besándose y tocando sus entrepiernas, pero sólo vio el rostro neutro de la otra.

—Gracias por prestármelo. —y Jennie casi se cae de la banca al escucharlas hablar sobre la calidad de las escenas, los sentimientos y lo que sintieron al leerlo. Sólo llevó sus manos a su rostro, sonrojándose.

Jennie nunca había tenido intimidad con nadie ni nada. Tal vez sólo se masturbaba, pero jamás era con la mano de nadie más ni con otra boca, pero nunca había tenido sexo con nadie debido a su miedo de que le huyeran por su condición, porque tenía un miembro.

Las únicas personas que sabían de eso eran Rosé y Lisa, su círculo de confianza, y sólo eran ellas. En las únicas personas en las que confiaba y podía hablar con ellas sin miedo alguno.

Pero arqueó sus cejas al verlas hablar de literatura erótica como si no fuera nada del otro mundo.

El libro llegó a ella.

—Jen, ¿No quieres leer? —la pelinaranja tomó el libro tímida, tragando saliva, y después vio la entrada de su colegio.
Sólo ellas dos tendrían la valentía de leer un libro erótico lésbico dentro y fuera de ese colegio. Las vio fijamente.

—¿De qué trata?

—Una estudiante de medicina que se enamora de la doctora a cargo de ella, es tierno pero al mismo tiempo maneja escenas eróticas de gran calidad, ¿Quieres leerlo? Tal vez te interese este tipo de literatura y veas esto y no tus manwhas.

—The Love Doctor es buenísimo. —vio a Rosé meter toda la salchicha en su boca mientras la veía fijamente, y después sonrió, como si tener toda una salchicha en su boca y garganta no fuera molestia.

Vale, eso sonó mal, pero no había otra forma de decirlo.

Jennie ladeó su boca mientras la veía tragar y desvió su mirada, pero sintió caricias en su mano.

—Deja que Lisa lo acabé de leer y luego lo lees tú, ¿Si? Por mientras ven conmigo a comprarme un helado.

La pelinaranja tenía una gran debilidad por dos cosas, por Rosé y que le hablaran de manera tierna como si fuera niña pequeña, así que el que la mayor acariciara su cabeza y mejilla mientras le decía eso le hizo sentirse de alguna manera... ¿Excitada? Ni ella sabía qué sentir en ese momento al tener dos debilidades.

Sólo se levantó, siguiendo a la coreana que había comprado su helado de plátano y a la menor le compró su helado de fresa, haciéndola sonreír. Ambas fueron a una banca aparte para hablar y dejar a Lisa en su aura erótica sola, disfrutando del libro.

—El libro es demasiado bueno, si te prende. —Jennie tosió al escuchar esas palabras de su amiga y después la vio, riendo.— ¿Estás bien?

—So-sólo no esperé tus palabras así. —en general no esperaba ver esa faceta pervertida de la menor, así que está en cuanto se dio cuenta que estaba dejando ver su verdadera naturaleza sólo rió tímida, ocultando su sonrisa con su mano.

—Estaba bromeando, Jen, eso me dijo Lisa hace unos días, yo sólo lo leí pero no me atrajo tanto como para tenerlo en mi repisa, así que se lo di a esa pequeña pervertida que tal vez también se lo preste a Nayeon.

Y la mayor asintió, haciendo a Rosé suspirar aliviada mientras lamía su helado. Vio a Jennie, su vista fija en sus labios que estaban a nada de lamer el helado, así que lo metió a su boca, sacando un pequeño gemido de la otra que podría pasar desaparecido.

Sonrió satisfecha mientras veía a los demás chicos verla pendientes de sus movimientos, pero al ver que estaban disfrutando demasiado, lo mordió, partiéndolo a la mitad, haciéndolos hacer un gesto de dolor y a Jennie también.

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