❤️06: versos de pintura.

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"Si es verdad y existe una vida después de esta, te juro que te volveré a encontrar. Y si no la hay, me inventaré una por ti".

Casa amarilla. No.

Casa azul. No.

Casa rosa. No.

Jungkook soltó un sonido de protesta y volvió a mirar el mensaje que Jimin le había enviado. ¡Cielo santo! Era inaudito que se encontrara perdido en su mismo vecindario, pero en su defensa, tenía mucho tiempo sin visitar el lado sur del parque. Más que todo porque no existía algo interesante para ver.

Casa verde. No.

Casa celeste. No.

Casa roja. ¿Qué?

Se detuvo abruptamente, ¿quién demonios tuvo la idea de mantener los colores arcoíris en ese lado del vecindario? Porque en su lado las casas eran con tonos neutros, y ahora comenzaba a sentirse incómodo en medio de tanto color.

¿Cómo Jimin soportaba todo eso? Bueno, no conocía del todo a su nuevo amigo, pero vamos, nadie en su sano juicio viviría feliz en medio de tanto color. Era agotador.

Marcó el número del chico y no le respondió. Jungkook hizo varios intentos como toda persona racional haría, pero Jimin no le estaba ayudando. Terminó rindiéndose, para luego continuar con su recorrido.

Volvió a detenerse, revisó por milésima vez la dirección y supo que estaba en el lugar correcto... ¿y ahora qué?, ¿se iba de casa en casa hasta encontrar la correcta o qué demonios?

<<Pregunta, cabeza hueca>> le gritó su mente, dándole con ello la primera opción lógica del día.

—Relájate Jungkook —se dijo—. No es necesario que cometas un crimen, sólo pregúntale a alguien.

Tuvo buena suerte cuando se encontró a una pareja que paseaba a un golden retriever. El canino le movió la cola, feliz, casi parecía ser su hermano de vidas pasadas, y esa comparación le sacó una carcajada escalofriante.

—Hola —saludó Jungkook—. ¿Saben cuál es la casa de los Park?

—¡Claro! —exclamó la omega—. La casa está al final de esta calle, es blanca con marcos azules y la rodea una cerca. No puedes perderte.

El alfa agitó la mano como despedida y decidió apurar el paso. Se estaba acercando a su objetivo, lo sabía porque de repente comenzó a escuchar música que estremecía al silencio del exterior. Jungkook se felicitó por ello, por llegar a la meta sin morir en el intento.

Pero la felicidad no le duró mucho. El alfa miró detalladamente lo que tenía frente a él, sabiendo que las cosas volvían a estar mal y él tan o más perdido que al principio.

Eran dos casas idénticas. De la primera se escuchaba la música a todo volumen, de hecho, el mismo Kook reconoció la canción ya que ciertamente disfrutaba de las creaciones de la legendaria Cyndi Lauper.

La segunda casa estaba sumida en su propio silencio. Jungkook se acarició el mentón, pensando seriamente en sus opciones. Dudaba que Jimin bailara al ritmo de "Girls Just Want to Have Fun", pero era eso o la calma, y el chico pelirrojo podría ser de todo, menos un ser de paz.

Así que, luego de un profundo análisis llegó a la conclusión de que era la primera casa.

Tocó el timbre, dudando mucho de ser escuchado pues la música retumbaba con la misma potencia de un huracán, ¿siquiera era legal? No pensaba darle importancia. Afortunadamente, la puerta fue abierta momentos después.

Y entonces, Jungkook supo que estaba en la casa equivocada.

Pero no le molestó para nada, sobre todo porque fue recibido por un chico lindo que lo primero que hizo fue hacerle ojitos.

—Hola —dijo Jungkook, dándole una mirada nada disimulada.

Era lindo, con un rostro de ángel y cuerpo incitante que lograba activar todas sus hormonas. Cabello rubio que estaba adornado por un cintillo de flores rojas, ojos mieles y sonrisa de corazón.

La música se detuvo, pero Jeon continuaba concentrado en su valioso descubrimiento.

—Hola —respondió el omega. Sí, omega. Jungkook había olfateado la esencia sublime de melocotón y lilas, provocando cosquillas en su nariz.

—Estoy buscando a Jimin —informó, sin apartar la mirada del rubio.

Cualquier respuesta que el omega tuviera para dar quedó desechada. Un chico más hizo aparición, el recién llegado rodeó la cintura del rubio y miró a Jungkook con odio.

—Te equivocaste de casa, genio —gruñó el castaño.

—Suéltame Taehyung —se quejó el omega.

Jungkook borró toda sonrisa cuando supo que el tipo era un alfa, uno bastante territorial y patético que decidió repudiar en ese mismo instante.

—La casa de los Park es la que está al lado —aclaró Hoseok, sonriendo coqueto en dirección al pelinegro.

—Gracias lindo —respondió con descaro.

Kook le regaló un guiño que pintó las mejillas del omega, y luego, como muestra de su amabilidad le mostró el dedo medio al sujeto insoportable que estaba marcando territorio.

—Eres despreciable —afirmó Taehyung, negándose a caer bajo las provocaciones del bufón tatuado.

—Sí, sí —habló el pelinegro, restándole importancia a la existencia del otro alfa.

Una discusión entre Hoseok y Taehyung dio inicio, para entonces, Jungkook había logrado llegar a la casa correcta. Todavía con un poco de desconfianza, porque el lugar era sumamente silencioso, y ahora que la música desapareció, ese silencio resultaba inquietante.

Hizo lo que tenía que hacer.

—¡JIMIN! —Ese definitivamente era uno de sus mejores gritos. Imposible que no haya sido escuchado.

—¡Mierda cierra la boca! —Y ahí estaba su respuesta.

El alfa se guió por la voz irritada que provenía del costado izquierdo de la casa. Ahí se encontró con la cochera abierta, pero en el interior no había nada de autos.

Mucha pintura. Lienzos. Más pintura. Todas las paredes tenían formas extrañas, el suelo goteaba de pintura fresca, y el aroma estaba condensado. Pero eso no era lo peor, lo extravagante en realidad era la apariencia de Jimin.

El omega usaba una camiseta de Kiss que le cubría lo necesario. Estaba descalzo, con las manos llenas de pintura, el cabello tenía pizcas de verde y azul, y los muslos eran rosas por completo.

—¿Pintas con tu cuerpo o cómo? —preguntó Jungkook, decidiendo quedarse en su lugar o terminaría como un lienzo más del omega.

—Algunas veces —respondió Jimin, concentrado en la tela donde combinaba colores cálidos—. No me gusta protegerme para pintar, sería como tener la capacidad de expresarte, pero dentro de una jaula.

—No entendí —admitió el menor.

—No es necesario que lo hagas —simplificó Jimin—. ¿Por qué tardaste tanto?

—Había olvidado que este sector del suburbio fue vomitado por unicornios —gruñó, causando una risa en el otro—. Siéntete bien al saber que tu casa tiene un color decente.

—No todo es bueno. Es exactamente igual a la casa de los Min.

—¿Yoongi hyung? —inquirió, interesado en la nueva información.

—Y sus padres —agregó Jimin—. Son los vecinos favoritos de mi padre —hizo una mueca—. Aunque, dudo que sea de ese modo si escuchara el barullo que se han armado en estos últimos días.

—Sí... confieso que me confundí de casa por la música —admitió, y segundos después recordó un detalle—. Tú debes conocer al omega que vive ahí. Es realmente lindo, y no tuve oportunidad de saber su nombre.

Jimin dejó de combinar pinturas para darle una mirada confusa al alfa.

—¿De qué omega hablas?

—Es un chico rubio, coqueto y muy lindo —afirmó Jungkook—. Se nota que tiene dinero, él fue el que me recibió en esa casa, bastante agitado.

—¿Agitado?

—Sí, ahora que lo recuerdo estaba lleno de sudor y con la respiración descontrolada —murmuró para sí—. Quizá se ejercitaba.

—No conozco al omega lindo que dices —aseguró Jimin, volviendo a lo que le interesaba de verdad.

Entre ellos se formó un silencio que no fue del todo tranquilo; si embargo, ninguno pensaba romperlo. Jungkook se sentó, observando con curiosidad y un atisbo de fascinación el trabajo de su amigo.

—Eres bueno —comentó. No entendía el desastre de pinturas que Jimin hacía, pero, de forma extraña le parecía una combinación armónica e interesante que el omega hacía funcionar.

—Gracias —murmuró distraído. Estaba dando los últimos retoques y necesitaba concentrarse.

—¿Qué haces con esas telas de color? —Por supuesto que Jungkook no pensaba quedarse callado, tenía mucha curiosidad al respecto.

—Los llamo versos de colores —explicó Jimin, mientras limpiaba la pintura sobrante en la piel de sus muslos—. Es mi método para visualizar imágenes, tamaños, texturas mucho antes de plasmarlas en algún lienzo; suelo hacerlo antes de iniciar un nuevo cuadro. Cada verso es diferente y representa un aspecto importante al momento de crear, similar a la composición de alguna melodía o incluso un poema.

—Me gusta —admitió el alfa, volviendo a mirar las telas que tenían combinaciones de colores, cada una diferente a la otra, pero que juntas representaban una misma idea que pronto sería plasmada en un lienzo real.

—Debo presentar algunos cuadros al comité de becas de la universidad de artes. Es la única oportunidad que tengo para estudiar allí y no quiero arruinarlo.

—¿Piensas ingresar este año? —preguntó Jungkook.

—Sí, espero tener suerte.

—Yo también estudiaré en esa universidad —confesó Kook—. Mi carrera es diseño digital, ¿cuál es la tuya?

—Artes visuales —dijo Jimin, dándole una leve mirada.

—Estaremos en el mismo edificio, aunque en diferentes pisos —comentó el alfa, y su emoción era evidente.

El pelirrojo lo miró, divertido. ¿Quién diría que aquel alfa de apariencia imponente se emocionaría con algo tan simple? Incluso parecía un cachorro emocionado que luego de muchas vueltas y vueltas había encontrado su camino.

Las horas siguientes pasaron demasiado rápido. Jimin terminó con sus versos y cerró la cochera que había convertido en su nuevo lugar de trabajo. Al principio sus padres no estuvieron de acuerdo, pero terminaron cediendo cuando el omega amenazó con utilizar el salón de descanso.

Jungkook lo invitó a una fiesta que algunos conocidos del alfa harían en cuestión de días. Jimin pensaba negarse hasta que llegó a la conclusión de que necesitaba distraerse en un ambiente nuevo, quizá por ello terminó aceptando.

El alfa se fue con la promesa de reunirse para ir a la fiesta. Jimin subió a su habitación minutos después, necesitaba un baño y alistarse para llevar a Yoongi al sitio que había descubierto.

Todavía seguía pensando en ese impulso que lo hacía actuar cada vez que ese alfa estaba a su alrededor. Mientras buscaba una explicación que le funcionara a él, su mente ideaba la forma perfecta para retratar la dosis de inspiración que tenía guardada para su nuevo lienzo.

Yoongi suspiró. El reflejo que le mostraba el espejo frente a él le informó lo mal que lucía con el peinado que estaba usando, provocando que una arruga pequeña se dibujara en medio de sus cejas.

Había tenido un día agotador y debía atribuirlo a las actividades de Taehyung y Hoseok. Ambos se habían adueñado del salón de su casa, del estéreo y de la cocina, dejando al alfa Min aislado en su propio hogar.

Tampoco podía reclamar. Sabía que Hoseok le gustaba visitarlo porque Yoongi evitaba hacerlo, mientras que Taehyung aprovechaba cada oportunidad que tenía para coincidir con el omega rubio.

Y la ausencia del matrimonio Min por cuestiones de trabajo era la excusa perfecta para hacer explotar la casa.

Por fortuna, Sehun había llegado a casa hace menos de una hora. Yoongi aprovechó ese momento para encerrarse en su habitación y estar listo a tiempo.

Jimin le había avisado que pasaría por él en quince minutos. Yoongi estaba entrando en pánico debido a que el peinado seguía sin gustarle, lo cual era un poco absurdo si se tomaba en cuenta que era el mismo estilo que ha usado en todos esos años.

Hizo un puchero involuntario y se apresuró a llegar al salón donde estaba su padre. El alfa mayor estaba entretenido leyendo, mas la presencia de su hijo fue suficiente para que se concentrara en él.

—¿Hay algo mal, cachorro? —cuestionó el mayor, notando los nervios de su hijo.

—Dime la verdad, por favor —pidió el castañito—. ¿Me veo mal con este peinado?

—Por supuesto que no, ¿por qué piensas de ese modo?

—Es que no me gusta como me veo —murmuró con la cabeza gacha.

Sehun lo miró, incrédulo con lo que acababa de escuchar.

—Yoongi, no miento cuando digo que luces muy bien —dijo, dándole una sonrisa pequeña que mejoró los ánimos del menor—. De verdad, hijo. Eres muy guapo.

El mencionado terminó con un rubor en ambas mejillas, pese a ello, las palabras de su padre fueron suficientes para hacerlo sonreír.

—Jimin me pidió que lo acompañara a un lugar que le daría inspiración —comentó de repente.

—Ya veo —dijo su padre, alzando ambas cejas—. Quieres cuidar tu apariencia para darle una dosis extra de inspiración.

—N-no es eso...

—Hijo, eres muy malo mintiendo.

—Ay, ya sé.

El timbre en la entrada sonó, cortando de tajo la pequeña conversación entre padre e hijo. Sehun le guiñó un ojo a su cachorro, cómplice y sonriente con esa nueva etapa que Yoongi apenas comenzaba a experimentar.

Yoongi salió de su casa y en el exterior Jimin lo estaba esperando. El omega se veía muy lindo con su cabello rojo desaliñado, donde algunos mechones le caían en el rostro. Pronto el alfa se llenó de suspiros, donde todos ellos tenían un mismo nombre que pertenecía al chico que lo miraba en silencio.

—Hola —dijo Yoongi, tímido y entretenido con distribuir el peso de sus pies.

—Hola —respondió Jimin.

El alfa notó que el menor cargaba con muchas cosas y algunos bolsos, fue por ello que no dudó en ofrecer su ayuda.

—D-déjame ayudarte —ofreció, sintiéndose bien cuando el omega aceptó su ayuda.

—Creo que ir al lugar del que te hablé no es buena idea —dijo Jimin—. Son muchos materiales y está un poco alejado.

Yoongi se quedó en silencio mientras pensaba en una posible solución.

—Creo que tengo una idea —habló—. Espérame aquí, regreso en un momento.

Jimin no entendió la energía positiva del mayor hasta que lo miró regresar con una carretilla roja. Sonrió, debía darle el crédito a la creatividad del alfa y su facilidad para encontrar soluciones.

Juntos acomodaron todos los materiales que Jimin necesitaba en su búsqueda incesante de inspiración. Por suerte la carretilla fue una excelente opción, y ahora sí, ambos estaban listos para ir al lugar que había sido descubierto por el omega.

El mismo que pensaba compartir con Yoongi.

































Esto apenas va tomando forma. 🧐

Infinitas gracias por la paciencia, de verdad lo aprecio mucho y por ello me esfuerzo en cada capítulo, para que valga la pena.

Disculpen por cualquier falta ortográfica. No reviso los capítulos por cuestión de tiempo.

Espero que les haya gustado, les mando un fuerte abrazo. 🫂

❤️Yoon~



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